[ 6 ]✍️

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

♢♢♢♢♢

Kayla:

Bajo las escaleras que hace un rato había subido hecha una furia. María viene tras de mí.

— Kayla. — me llama mi compañera pero no respondo. Continuó hasta salir del VIP. — ¡KAILA! — grita, no quiero desquitarme con ella lo molesta que estoy ahora mismo.

Prefiero ignorarla.

Voy hacia donde me cambié cuando llegué en la tarde. Por suerte no hay nadie cuando entro porque creo que los hubiese salpicado del fuego que desprenden ahora mismo mis poros.

Siento como abren la puerta y prefiero hablar antes que María lo haga:

— Ni se te ocurra justificar el com... — me quedo en silencio cuando veo quien entró. Definitivamente, no fue María.

— No vengo a justificar nada. — habla.

— ¿Qué quieres?No te bastó como nos trataste allá arriba. — ni una palabra sale de sus labios, sólo me mira. — Ah ya entiendo. Vienes a darme, tú, la cachetada que tu noviecita no pudo darme. — digo de forma sarcástica. — ...O vienes a decirme que estoy despedida. — me giro totalmente para quedar frente a él.

Es notable que soy un minions a su lado. Este hombre es un gigante.

Niega con la cabeza, su rostro es adornado por una sonrisa de boca cerrada antes de decir: — No niñata, no vengo a hacer nada de eso que mencionaste. Vengo a pedirte que me devuelvas el anillo que se quedó dentro de tu ropa cuando nos caímos.

— ¿Qué? — pregunto a la vez que frunzo el seño«¿este está drogado o qué le pasa?»pienso.

— Niñata, el anillo que debes de tener en alguno de tus bolsillos. — da un paso hacia mí y antes de que me de cuenta esta metiendo su mano dentro de los bolsillos traseros que tiene mi ropa. Lo empujo.

— Pero... ¿que carajo haces?

— Controla tú boca conmigo.

— No eres nadie para mandarme, te hablo como se me dé la gana, imbécil con ropa. — hace una nueva cuando no tiene el final de mi frase al decirla en español.

— No estoy para perder mi tiempo contigo. — ignora lo que dije y vuelve a lanzarse sobre mi para seguir revisando mi ropa.

Lo vuelvo a empujar: — ¿Que haces?

— Revisar. — dice muy obvio
—...para ver en cual de todos tus bolsillos tienes mi anillo.

—  Yo podía haberlo hecho solita.No tenías porque toquetearme el
trasero. — cuando digo esto último mis oídos captan el sonido de la carcajada más contagiosa que han oído en toda su vida. — Já¿qué te da tanta risa? —pregunto seria.

— ¡¡Oh!!Dios... — continúa riéndose. —...espera...por favor....es que... me has hecho reír¿De verdad pensabas qué quería tocarte? — voy a responder pero:
— No me interesa saber la respuesta. Nunca te tocaría ni aunque me lo suplicaras. Solamente dame el anillo. — estira su mano hacia mí. — Estoy apurado, niña

— Eres un...arrgg... — gruño para no decirle una grosería como la que merece.

Meto la mano en mis bolsillos hasta que doy con el maldito anillo¿cómo rayos cayó ese dichoso anillo en mi bolsillo?No lo sé. Se lo muestro entre mis dedos y lo pongo en su mano. Por una milésima de segundo su piel y la mía hacen contacto y puedo sentir una corriente recorrer toda mi columna, algo así como la que me provoca estar muy cerca de una rana. Retiro rápidamente mi mano.

— Gracias, niñata.

— Niñata será tu... — no termino de hablar porque se lo estaría gritando al aire. — ¡Grosero! — grito.

...🕛

Ya es lunes y estoy hace dos horas en el salón de matemáticas soportando a mi querido profesor Sotto. Estoy de cálculos, ecuaciones y todo lo que se da en matemáticas hasta no soportar más.

Soy de las pocas personas en este grupo que les va bien en las matemáticas. Además de que es mi materia favorita pero, en días como hoy, no estoy ni para resolver tríos pitagóricos y mucho menos ecuaciones trigonométricas de tercer nivel.

Cuando suena el timbre de cambio de turno mi cerebro agradece a los ángeles de Charlie por ver al fin una luz al final del tunel.

Me apresuro recogiendo todas mis cosas pero cuando estoy al salir por la puerta:

— Señorita Cruz. — me llama el profesor.

— Si, señor Sotto. — me acerco a su mesa donde están nuestros últimas pruebas.

— Quería felicitarla por su magnífica nota en el último examen.

— Gracias. — digo y estoy a punto a seguir mi camino pero el señor Sotto me agarra del brazo y dice:

— Espero sepa como agradecer mis buenas acciones hacia usted.

— ¿Perdón?

— Señorita. — se acerca un poco más a mí y hasta ahora me doy cuenta que no queda nadie más dentro del
salón. — ...ya sabe, sus buenas notas...

— Señor, creo que no lo estoy entendiendo. — me safo de su agarre. Estoy segura que la sonrisa que llevan mis labios está más tensa que la mano de hermana cuando mamá le da un pellizco. — Y si por alguna razón está insinuando que debo agradecerle por sacar siempre una A+ en su materia creo que lejos de ser por su mérito es por el mío propio, porque para algo me quemo las pestañas estudiando cada que tengo un tiempo.

— Niña creo que...

Lo interrumpo antes de que continúe con el tema: — Es mejor que me marche. Dejemos hasta aquí la conversación. — me doy la vuelta y me dirijo hacia la puerta. Antes de salir el señor Sotto añade:

— Esperemos que su acción no le traiga malos resultados. — me detengo en el umbral de la puerta.

— No se preocupe que yo seguiré siendo la buena alumna que soy.

...🕖

Estoy sentada en uno de los bancos esperando a que vuelva a sonar el timbre para entrar a mi próxima clase. La anterior la perdí por culpa del señor Sotto y su insinuación poco profesional.

El profesor Sotto nunca me ha parecido una mala persona, al contrario, desde que comencé aquí siempre me ha tratado como una igual y era algo que agradecía. Nunca lo vi como un aprovechado y mucho menos como un viejo verde. Pero su forma morbosa de mirarme, sus palabras y su insinuación cambiaron totalmente mi opinión sobre su ser.

Al poco tiempo de comenzar a estudiar aquí varios fueron los que intentaron propasarse conmigo porque al parecer me creían tonta o poco inteligente por venir de un nivel social "bajo". A ninguno nunca les hice caso y les demostré con mi dedicación y estudio que no tenía porqué cambiar mi cuerpo por buenas notas.

— Kayla. — me llama Aria desde la puerta de la cafetería. Me levanto para ir a su encuentro.

Hoy mi amiga viste un elegante body negro acompañado con un pantalón básico de corte recto color mostaza combinandolo con un blazer del mismo color el que trae sobre sus hombros.

— ¡Por Dios!Sino fuese por lo segura que estoy de ser totalmente hetero te estaría corriendo atrás,
mamacita. — digo cuando estamos una frente a la otra.La rubia ríe.

— Gracias, mi amor. —me da un pegajoso beso en la mejilla.

— ¡Iuuu! — me limpio la mejilla con una mueca de asco.

— Dramática. — dice sonriente mi
amiga. — Vamos, quiero que conozcas a un buen amigo. — me jala del brazo pero me paro en seco, ella se detiene y me mira con cara de ¿qué pasa?

— Sabes. — pongo cara pensativa. — Acabo de recordar que, MI.MEJOR.AMIGA me dejó plantada el sábado. — pongo mis brazos en forma de jarra sobre mis caderas.

— ¡Upss! — rasca su cabeza, eso sólo lo hace cuando está nerviosa. La miro fijo a los ojos, enarco una ceja esperando una respuesta. — Vale, pero no me mires como lo hace mi mamá cuando me va a decir que no me dará más dinero. No fui porque aún no estoy preparada para verlo y no quería arriesgarme a caer otra vez. — me mira como cordero degollado y yo no puedo aguantar mi cara de "enojo "fingido.

— Okey. Pero para la próxima me llamas. — engancho mi brazo al de ella y seguimos rumbo a donde íbamos hace un momento. —...me quedé esperándote y si te soy sincera esa noche te necesité.

Ahora es ella la que para en
seco. — ¿Que te pasó? — pregunta.

— Nada del otro mundo. — la vuelvo a coger del brazo para seguir caminado. — Sólo que esa noche tenía deseos de arrancarle los pelos a un niño creído que...

— Espera¿qué? — se para frente a mí. — Tú queriendo golpear a alguien¿Estás bien? — pone su mano en mi frente. — Por lo menos no tienes fiebre.

— Estoy hablando serio.

— Yo también. Señora¿donde está mi amiga y que hizo con ella? — me río de su ocurrencia y continuó:

— Hasta yo me sorprendí cuando de un momento a otro quería dejar mis lindos deditos marcados en su cara de niño rico consentido.

— ¡Ahh! — grita, varios que pasan a nuestro alrededor se nos quedan mirando por la acción de Ari. — Cuanto me hubiese gustado verte por un huequito. Te imagino ahora mismo como una stich enfadica y ¡es tan lindo lo que veo en mi mente!

— No creo que me hubieses querido ver así. — digo. — Michel me dijo que de ese día en adelante no me haría enojar por nada del mundo. Según él destilaba vapor por los oídos. — mi amiga suelta una estruendosa carcajada volviéndose a ganar las miradas de nuestros compañeros.

— Madre mía, Kayla. Ahora mismo vas a contarme todo lo que me perdí esa noche por andar de pendeja y no haber ido. — dice con suma diversión pero como yo soy yo, no haré lo que dice.

— Siento decirte que ahora mismo no tengo deseos de hablar de eso. — ella hace un puchero muy chulo y pone ojitos tristes. — Venga, no seas malcriada. Yo te contaré más tarde pero ahora llévame a conocer a tu amigo.

— Está bien, pero me tendrás que contar más tarde.


♢♢♢♢♢

Aquí un nuevo capítulo.Pronto subiré otro.

Les debo una disculpa a esos que leen mi historia por el tiempo que llevo sin escribir. No tenía mucha inspiración últimamente y no quería subir algo que no me gustase.

Espero les haya gustado

Comenten y voten☺

🌻🌻🌻

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro