Único Capítulo

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Beautiful Boy.

Los amores de la adolecencia son duraderos en los recuerdos de una mente verdaderamente enamorada. ¿Tiene sentido?

Muchas veces estos romances llegan a ser pasajeros y algo irrelevantes en las vidas futuras para ciertas almas. Pero si una historia logra ser la excepción, lo verdadero es muy visible.

Y más, cuando se trata de los pequeños detalles.

Era Agosto de 1958, el invierno ya retornaba y los alumnos de la Escuela de Artes de Liverpool se encontraban en la reunión anual de despedida a los estudiantes de último año. Algunos más habían sido cordialmente invitados. Entre las muchachas del grupo B, se encontraba la sumisa Cynthia, quien a petición de su compañera, Sarah, había asistido a tal celebración.

Habían muchos conocidos para ella, entre la pequeña multitud.

En especial ese chico que había tenido el honor de conocer este año de nuevo ingreso, que por alguna extraña razón lo encontraba desaliñado, rebelde, desorientado y algo pedante.

Pero le gustaba.

No intercambiaba diálogos muy seguido con aquel chico, pero cuando así sucedía, ambos se trataban de una manera especial, y admitía que conservaba algo de temor, por como él reaccionaria ante algo que mencione ella, o se burle, por lo elevado que lograba ser su nivel de sarcasmo. No por algo se entero que a sus espaldas una sola vez la llamo 'Miss Powell'.

A pesar de eso, a Cyn le agradaba mucho, pero temía de él.

Este, pocas veces la ha mirado, y ella sabe que las probabilidades son escasas, pero ¿Cuesta soñar? A pesar de tener en cuenta en que el solo se fijaría en alguien con extrema voluptuosidad y belleza exorbitante, no le caía mal un poco de esperanzas.

La fiesta se iba apagando poco a poco, posteriormente a esto, sólo unos cuantos permanecieron conversando y riendo hasta al rededor de las 12pm. Cynthia se encontraba entre los últimos invitados, a pesar de ser una de las más jóvenes, se sentía sin presión, como en la mayoría de veces.

Y cuando por fin, todos decidieron marcharse, en la entrada de la inmensa casa donde se realizo la reunión , todos los que restaban se encontraban de acuerdo en que se regresarían en grupo cada uno a sus casas. Pero para mala suerte de Cynthia, aquellos alumnos y compañeros vivían por el lado este de la cuidad, por Mendips, mientras ella en el oeste, camino dirigiéndose a Blackpool. Su hogar no se encontraba muy lejano, a decir verdad, podría ir veloz junto con Sarah y que ella regresase en bus.

Y cuando se dirigía hacia su amiga, esta ya se encontraba encaminada con el resto, Cynthia la siguió pero esta le comentó que ya debía marcharse, que se tardaría más tiempo en ir a acompañarla.
—Lo lamento Cyn, pero debo irme ahora mismo.

A la pobre de Cynthia no se le cruzaba ninguna idea por la cabeza. Era considerablemente tarde e ir sin compañía podía ser algo de alto riesgo.

—¿No podría alguien acompañarme? Por favor –Preguntó en medio de los muchachos ya en marcha, pero ninguno le prestaba atención.

La última persona en salir de la gran casa fue aquel chico que tenía cautivada a Cyn desde hace algún tiempo. Tenía la mirada algo perdida, pero logró ver al montón de personas a punto de irse, y pensó en acompañarlos.

Pero sus ojos se fijaron en aquella joven castaña, quien pedía con suplica que alguien la acompañase hasta la Hoylake, no muy lejos de aquí, pensó.

Pero las cosas para Cyn no iban muy bien. No gustaba de la idea sobre irse por su cuenta. Sarah y los demás ya habían partido y se encontró sola en medio de las veredas.

—Yo te acompaño–La voz del chico resonó a espaldas de ella, tomándola de sorpresa. Lo vio ahí, algo despeinado, pero encantador a su punto de vista.
— ¿Hablas en serio?
—Claro, ¿Porque no? Creo que el lugar a donde vas queda algo cerca, Miss Powell.

Definitivamente no había sido una única vez cuando la llamó así.

Los dos dieron media vuelta e iniciaron su caminata por una extensa calle, ambos callados, y por un pequeño instante se intercambiaban miradas. Cynthia se encontraba aterrada. Pero feliz. Aterrada pero feliz. Feliz de que el mismo se ofreciera en llevarla. Feliz de que se encontrara a su lado.

—¿Te gustó la fiesta?–Dijo él con una pequeña sonrisa–.
—Estuvo bien, sólo que, no lo sé, no disfruto mucho de las 'Fiestas', pero estuvo bastante bien, fue pasable estar con personas que no conozco.
—Al parecer eres algo ermitaña ¿No?
—Sí, al parecer.
—Seguro que por esa razón no quisieron acompañarte.
— Eso creo.

Callaron y continuaron con su camino.

— ¿Y porque decidiste acompañarme?
Este se encogió de hombros– Sé que lo necesitabas, no iba a dejarte por ahí sola.

Cynthia sonrío por lo bajo. Le gustaba lo que oía, le gustaba él. Aun no podía creer esto.

—Eres muy linda Cynthia.
—¿En serio lo crees?
— Sí, ya sabes, serías el blanco perfecto de los malhechores que se encuentran rondando por ahí –Burlo y continuó– Y pues, no queremos que las chicas cómo tú desaparezcan.
— Eres todo un romántico. Gracias –Ríe levemente, pero ella sabía que aquel comentario había logrado hacerla sonreír inmensamente por dentro.

—Y otra pregunta–Le anunció él después de unos minutos– ¿Tú eres la de las deliciosas galletas de chocolate junto al café?

Cyn rápidamente quedo observando fijamente al suelo, ruborizada. Ella espera negarlo todo para poder ocultar la verdad. Que era verdad.

—Tu silencio me incita a decir que sí. Además ya tenía mis sospechas preciosa–Cuando pudo por fin elevar el rostro, se encontró con el del muchacho, sonriendo tiernamente.

Caminaron y caminaron. La mayor parte del camino, el era el que hablaba. No se agotaba ni un solo segundo por más palabras que brotaran de su boca. Pero ella lo prefería así.

El tiempo no parecía acabarse para ambos.

Pero cuando arribaron a la última esquina, a una casa de la de Cynthia, ya no supieron que decir.

—Bueno, desde aquí esta bien–Mencionó él antes de que ella comenzara.
—Sí, eso creo, gracias–Le dio una cálida sonrisa y se colocó cabizbaja– Fue un placer caminar contigo.

Uno normalmente se llega a despedir de otro con un movimiento de mano, algún apretón de estas, o simplemente con un sencillo beso en la mejilla.

Pero ellos sólo lograron hacer una cosa. Fue él quien tuvo la iniciativa de eso, por alguna rara razón lo hizo, pero dejó sin aliento a Cynthia.

La tomo del hombro y le volvió a sonreír formando una bella curva con sus delgados labios.

Ella lo imitó, no de inmediato, sino cuando logró darse cuenta de lo que sucedía.

Cyn ingresaba a su hogar mientras veía cómo él se marchaba, pero volteaba cada dos segundos para despedirse nuevamente de ella con las manos.

Esta logró adentrarse y cerró lentamente la puerta principal, sin poder aún creerlo. Estaba con el corazón en la boca. Se sentía afortunada, y por extraño que se escuche, presentía que cosas como la que acaba de ocurrir, sucederían más en el futuro, con el mismo chico. Lo presentía. Se encontraba enamorada de aquel hombrecillo que le causaba las clásicas mariposas en el estómago, de aquel que la hacia reír en clases. Enamorada de...

— Por fin llegas Cynthia Powell–Pronunció su madre que se encontraba en la sala de estar – Por dios me tenías tan preocupada.
—No te preocupes mamá, me encuentro bien, sólo que me retrase un poco.
—¿Sarah te trajo?
—No–Sonríe con destellos en ambos ojos– John fue quien me acompañó.
—¿John? ¿Quien John?
—John Lennon.  





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¡Hola! Es la primera vez que publico algo respecto a The Beatles por aquí :3

Es un one shot que escribí basándome en hecho reales, como en honor a la muerte de Cynthia.

O sea si, lo he escrito hace mucho tiempo.

Con eso me despido, espero hayan disfrutado de este corto texto, que realmente me trae bonitos recuerdos.

¡Retomaré mi temática Beatle pronto! 

Os amo.

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