Capítulo 2

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Sé que dije que iba a ser un oneshot, pero bue... Aquí está el segundo capítulo, tan random como yo jajajaj.

Había pasado cerca de un mes desde la contratación de Seokjin en la empresa. El currículum había sido impresionante, y su desempeño no había dejado nada que desear. Namjoon se sentía afortunado por haber encontrado a alguien de su calibre, y tranquilo de saber que compartían ideales; su laboratorio estaba en buenas manos. Sin embargo, no era solo el vínculo laboral lo que se había fortalecido entre ellos, había una química inexplicable que siempre flotaba en el aire mientras compartían.

Namjoon no era tonto, la homosexualidad de Seokjin, a pesar de haberla comprobado cuando escuchó accidentalmente cuando escuchó una conversación entre este, Jimin y Jungkook, la suponía desde hace un par de semanas. Había notado también cierto... ¿coqueteo discreto? No era un adolescente, era un hombre maduro que sabía lo que quería en su vida. Estaba consciente de su creciente atracción por Jin, se había sorprendido a sí mismo pensándolo y deseándolo de muchas maneras. La sonrisa desordenada de Seokjin se había metido bajo su piel, su tacto suave se le había vuelto adictivo, sus conversaciones, desde triviales hasta de trabajo, eran demasiado magnéticas como para desear terminarlas alguna vez. La belleza de ese rostro y ese corazón lo habían hechizado. La pasión y el amor que desbordaba Jin por su profesión, tenía a Namjoon admirado.

No se reconocía a sí mismo, saliendo de su caparazón aislado, aparentemente seguro, donde podía ser él mismo, para enfrentar a sus padres con templanza y decirles que no se interesaba por las mujeres, cuando una nueva propuesta de matrimonio fue traída a él. La negación y el rechazo fueron inmediatos, aunque no evidentes. Sus padres no tenían una mentalidad arcaica, pero se veían decepcionados de no poder tener un heredero por el que corriera su sangre. Solo eso. Tomó simplemente un par de días tener una conversación para llegar a un acuerdo, Namjoon era su único hijo y había demostrado ser más que eficiente.

“Al menos asegúrate de hacer tu vida con alguien que valga la pena”, le había dicho su padre.

No había hablado sobre su orientación porque tuviera miedo a ser rechazado o desheredado, era un hombre capaz que lograría trabajar en cualquier parte, a quien los lujos no le resultaban una necesidad. Simplemente, el tema matrimonio había estado saliendo a la luz demasiadas veces, había que dejar las cosas claras. Además de que tampoco había tenido una relación lo suficientemente seria como para presentarla. Había empleado gran parte de su vida estudiando, y los chicos con los que había salido, lo consideraban demasiado aburrido como para ser su pareja.

«¿Seokjin me considerará aburrido?». Se sorprendió a sí mismo con ese pensamiento en mente. Hasta ahora, que otras personas lo pensaran, no le había robado la tranquilidad. Con Jin era diferente, sin embargo.

—Namjoon —saludó la voz del dueño de sus pensamientos recientes—, buenos días.

Sus pies lo habían llevado, en su habitual paseo de domingo, al mismo sitio donde se habían conocido hace un mes. Y allí estaba Jin, de nuevo, con un look desordenado y casual, tomando notas en un cuaderno, con un par de muestras en porta objetos y varios frascos con reactivos y mezclas.

—Buenos días —contestó. Una sonrisa complacida y enternecida por lo que acababa de ver surcó sus labios—. ¿Trabajando un domingo?

—Se podría decir, pero no lo veo así. Estuve pensando en una nueva alternativa, y no aguanté venir a comprobarla.

—Oh, ¿de qué se trata? —Se acercó hasta agacharse a su lado, sus rostros peligrosamente cerca.

—¿Qué tal hacer dos variantes de plaguicida con el hongo de eucalipto? —habló con rapidez, tratando de desviar el tema para que la cercanía no hiciera demasiado notorio su sonrojo—. Teniendo en cuenta el alcance de la Micosphaerella, que infecta también las hojas, lejos de donde el hongo de eucalipto realizaría su labor, ¿por qué no crear también un plaguicida de esporas para controlarlo? —Él mismo, sin percatarse, disminuyó más la distancia. El olor de la loción de Namjoon mareó sus sentidos.

Seokjin estaba más que consciente de lo que Kim Namjoon despertaba en él, tenía que ser de piedra para no sentir nada. Era demasiado atrapante y atrayente el aura alrededor de ese hombre, como para no verse atraído como un imán. Estaba cavando su propia tumba, pero simplemente no podía mantenerse separado. No quería que nadie pensara que se acercaba a Namjoon para tener beneficios, pero era eso lo más alejado de la realidad. Estar con él era divertido, las horas pasaban cual minutos, y los temas de conversación, más que acabarse, se diversifican y profundizaban con el paso del tiempo. Jamás creyó que alguien estaría tan inmerso en la botánica como él, a quien llamaban ermitaño demasiadas veces, lo estaba.

—Interesante idea, como siempre. —La voz de Namjoon lo sacó de su ensoñación, volviéndolo consciente esta vez de la cercanía extrema. Sus respiraciones parecían fundirse en una—. Sigo sin saber del todo cómo funciona tu cabeza, pero me encanta.

—¿En serio? —Sonrió coqueto, sin darse cuenta—. En verdad quiero preservar la vitalidad del eucalipto.

Namjoon se relamió y desvío la mirada hacia los labios carnosos frente a él y, antes de controlar lo que salió de sus labios, dijo:

—Verdaderamente, la naturaleza siempre trae hermosos encuentros. —Cuando intentó acercar sus labios un poco más, Seokjin retrocedió, nervioso.

—Tienes razón, el eucalipto es un árbol que vale la pena encontrarse en el camino y poder observar en todo su esplendor. —Se puso de pie y se alejó unos pasos.

—No hablo del eucalipto, Jin.

—¡¿Qué?!

—Esto es ridículo. —Se rascó la cabeza y tomó la iniciativa—. ¿Qué tal otro café? Pero esta vez no hablemos de botánica, conversemos sobre nosotros.

—¿Sobre nosotros? —Cierto destello de emoción se mostró levemente en los ojos de Seokjin.

—Kim Seokjin... —Tomó aire—. La naturaleza siempre me ha permitido encontrar cosas hermosas, por eso pudo llevarme también a ti. ¿Te gustaría que hubiera un nosotros?

—¿Te refieres a...? —No terminó su pregunta.

—Me refiero a que me gustas, Jin, como mucho más que un compañero, o amigo. ¿Quieres una cita?

—Por supuesto que quiero esa cita. El sentimiento es mutuo. —Se sonrojó de nuevo—. Vamos por ese café.

Ahora sí, se acabó, oficialmente jajajaja. Pensé poner esto a continuación del capítulo anterior y dejarlo como oneshot, pero me dio flojera. Dicho esto, se acabó la aventura. 💜

Chao chan 😘

Hasta el próximo fanfic.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro