Capítulo 5: Gran sabio.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

HEY HEY HEY!! *Insertar voz de Hayasaka* 

Bueno, este es el capítulo más largo hasta el momento que he escrito, un buen logro para mí. 

La mayoría es coqueteo XD pero también hay algo fundamental para toda la base de la historia, que sé que será fácil de identificar. 

Por cierto, pude haber actualizado desde hace 4 días JAJA, la cosa es que me enganché con un Fic que me gustó y apenas ayer me lo terminé. 

Se llama "El conejo blanco de la familia Freya". 

Sin más demora... Que comience el juego!!

Nota: comienzo la edición de este capítulo el 26/Ene/2024.

X

X

X

En el octavo piso del calabozo, en medio de una de las tantas salas que existen, se encontraban Riveria y Bell, este último en estado de inconsciencia.

La situación se explicaba con demasiada facilidad; un novato que hizo mal uso de su magia y llegó al mente cero, para luego ser encontrado por una de las aventureras más fuerte y bella de Orario. 

Haber sobrevivido a los monstruos rondando el piso no se trataba solo de su suerte, sino del hecho de ser encontrado por Riveria y mas. 

Actualmente, después de unos minutos de estarlo cuidando, finalmente había tomado una decisión que pondría a Bell en deuda con ella.

-- No puedo creer que realmente estoy haciendo esto. 

Dijo suavemente, mostrando una expresión avergonzada. 

-- Es la primera vez que hago esto, pero no puedo decir que es desagradable. 

Sus mejillas se colorearon de un suave rosa, y Riveria estaba lo suficientemente tensa por la posición en la que se encontraba. 

Ella le estaba dando una transcendental almohada de regazo a Bell, y la vergüenza era tanta que Riveria ni siquiera notó que un trío de aventureros la vieron mientras regresaban a la superficie.

Fue un error causado por la mala suerte, ya que en un futuro cercano, dichas personas esparcirían todo tipo de rumores como "Nine Hell conquistando a un conejo" o "Nine Hell coqueteando en el calabozo". 

-- Realmente....

Pero Riveria no era consciente de eso. Ella solo se enfocaba en el rostro de Bell, que descasaba sobre su regazo. 

-- Emiten la misma sensación. 

Murmuró, perdida en los recuerdos del pasado, aunque en realidad parecía una pesadilla lejana. 

Se sumió tanto en sus recuerdos que inconscientemente comenzó a acariciar el cabello de Bell, rasgando suavemente entre los surcos blancos de nieve.

Poco después regresó a sus sentidos, pero Riveria no dejó de acariciarle el cabello a Bell, que emitía un aura tranquila y pacífica libre de cualquier sentimiento negativo. 

Sin notarlo, pensó que eso era agradable, demostrándolo con una sonrisa. El simple hecho de tenerlo en su regazo había calmado sus preocupaciones, y eso en sí era bastante raro, pero bien recibido. 

"¿Cuánto más vas a estar inconsciente? Cada minuto que pasa aumenta tu deuda conmigo".

Por otro lado, ajeno a los pensamientos de Riveria, Bell, que se encontraba recibiendo una divina almohada de regazo, estaba teniendo una batalla desconcertante en lo profundo de su subconsciente. 

X X X


El paisaje era un atardecer extendiendo la sombra de dos figuras, un niño no mayor a 7 años y una persona mayor, los dos caminando lado a lado tomados de las manos. 

"¿Qué es esto...?".

A lo lejos, Bell miró a escena bastante confundido. Todo parecía tan real, tanto el viento acariciando su cabello como los sentimientos que punzaban dolorosamente en su pecho al ver las dos figuras frente al ocaso. 

Sus ojos color rojo rubí enfocaron la espalda de la silueta mayor, porque le era desconocida. La otra silueta era bastante familiar, así como desconcertante. 

Solo ese niño era visible. 

"¿Dónde estoy?".

Se preguntó. 

¿Qué estaba pasando? ¿Por qué le dolía el pecho? ¿Estaba soñando? No estaba entendiendo nada de esto.

"¿Quién está a mi lado, tomando mi mano...?".

No sabía por qué, pero la silueta mayor estaba cubierta por sombras que no mostraba mas que la forma de una persona. Solo verla le causaba un dolor inmenso.

No revelaba el color de su cabello, mucho menos la piel o sus ojos. Tampoco decía nada de su sexo, solo era una silueta mayor cubierta por sombras.

No debía mirarla tanto, porque era un mundo cerrado y prohibido, que solían tener un raro poder de atracción, haciéndote caer al abismo.

Trató de gritar, pero sus palabras se tornaron vacías y sin voz. Movía sus labios, pero nada emergía de ellos, como estar en un espacio silencioso donde el ruido estaba explícitamente prohibido. 

Bell entró en pánico, y debido a eso, intentó correr hacia el par de siluetas. Pero pronto se dio cuenta que, por mas que avanzaba, la distancia parecía crecer más y mas. 

Su ritmo cardíaco enloqueció, cientos de escalofríos le recorrían la piel, su vista se volvió borrosa; y perdió la cordura. 

Pero entonces.

-- Bell.

Una voz llamó su nombre, una que le resultaba extrañamente familiar y desconocida al mismo tiempo. 

No recordaba a quién pertenecía, mucho menos el por qué le hacía querer golpear su cabeza contra un muro de concreto para no escucharla. 

Su cerebro le obligaba a rechazar esa voz, a no dejar pasar recuerdos y momentos no deseados que traían consigo el dolor.

Pero ante todo, aún así logró reconocer la voz. Tal vez no identificar, pero sí saber el tipo de valor que tenía dicha voz para él, que le hacía sentir un cálido y profundo dolor.

Los recuerdos se esfumaron, sellando la voz y a la persona que le daba vida. Todo de él estaba en un combate interno por eliminarla, y pocos segundos después, lo logró. 

Ya no dolía. 

Entonces miró la silueta de sombras, la que había llamado su nombre. 

"Se que la he visto, ¿pero dónde...?".

Si no estuviera demasiado empeñado en eliminar el recuerdo, entonces se hubiese dado cuenta que la silueta frente a él era la misma de sus sueños. 

-- Sálvame...

-- ....

La voz ya no sonaba familiar, por lo que ya no causaba estragos en su mente. Podía ponerle atención a una distancia que no era cercana ni lejana. 

Solo la escuchaba. 

La silueta no parecía dirigirse a él, ya que miraba al lado contrario, hacia la puesta del sol. Pero aún así continuó hablando, casi rogando en lo que parecía una condena. 

-- Sé que te pedí olvidarme....

Su voz exudaba arrepentimiento. 

-- Pero no quiero que me olvides....

Bell la miró confundido, escuchándola atentamente en silencio, tratando de recordarla.

-- ¡Quiero abrazarte, quiero volver junto a ti, Bell!

"¿De qué está hablando? No la conozco".

-- ¡Yo sé...!

Gritó la silueta, apretando con fuerza la pequeña mano de la silueta pequeña.

-- ¡Yo sé que tu corazón no me ha olvidado!

El cuerpo de Bell fue sacudido por un rayo. A pesar de no reconocerla, esa frase era definitivamente la misma que la mujer asaltando sus sueños antes de llegar a Orario. 

Sin darse cuenta, comenzó a caminar, sabiendo que era inútil. 

-- ¡Así que sálvame, no me olvides y sálvame!

Dio un paso, luego otro seguido de otros mas. 

Despegó en una carrera de felicidad, queriendo alcanzar esa figura lejana.

-- ¡Sé mi héroe y sálvame, Bell!

Pero ahora podía acercarse, cuando lo notó, corrió con mas fuerza. Su cuerpo hizo un esfuerzo sobre humano para llegar a ella, que pedía su ayuda. 

"¿Por qué? ¿Por qué quiero llegar a ella? No la recuerdo, no sé quién es, solo sé que es la misma persona de mis sueños. No me ocasiona dolor alguno, pero..., ¡pero...!".

La distancia era tan poca que solo un poco más era suficiente para tocarla.

"¡¿Por qué está llorando?!".

Las lágrimas corrieron de sus ojos, deslizándose por sus mejillas y cayendo desde su barbilla. Era un recorrido melancólico de sus recuerdos sin florecer, llorando por no ser recordada. 

-- Te estaré esperando el tiempo que sea necesario, Bell. 

-- ¡Espera...!

El espacio se sacudió violentamente, y la silueta mayor volvió a alejarse hasta desaparecer en la distancia. 

A pocos centímetros de que Bell pudiera alcanzarla, todo desapareció. 

X X X


El hermoso atardecer cambió a un blanco puro, completamente vacío. 

Un espacio sin fin con nada más que el color blanco por todos lados. 

Su única función fue hacer que todo sentimiento de curiosidad, duda y deseo por saber quién era la persona de antes desapareciera por completo. 

Su mente quedó en blanco por nos segundos, luego recobró el sentido de sí mismo. 

"¿Eh, por qué estoy llorando...?".

Pero por mas que su cerebro bloqueara forzosamente sus recuerdos, su corazón se negaba a dejarlos ir. No quería olvidarlos.

[Por fin puedo hacer contacto con usted, maestro Bell].

"¿Eh?".

Una voz monótona resonó por todo el lugar, llamándolo de repente. Bell dejó de lado sus lágrimas, viendo a todos lados tratando de encontrar a la persona que lo llamó. 

Pero sin embargo, no la encontró por ningún lado. 

[Oh, perdone mi descortesía, maestro. Supongo que debo presentarme debidamente].

La voz continuó, pero por más que Bell viera a todos lados, solo podía encontrarse con el color blanco.

La voz rió suavemente. 

[Es normal que no pueda verme, así que no se preocupe, maestro Bell. Déjeme presentarme, soy su nueva habilidad, Gran sabio].

"¿Mi habilidad...? ¡Ah, la de mi estado esta mañana!".

[Está en lo correcto, soy su habilidad de soporte].

"Entonces..., ¿dónde estoy? ¿Cómo es que puedo hablar con una habilidad....?".

Bell procesó todo correctamente, o tal vez solo estaba tan fuera de sí que lo tomó todo con suma facilidad. 

Sin embargo, seguía cuestionándose si en realidad no se trataba de un delirio suyo, ya que estaba hablando con una habilidad. 

[Estamos en un espacio compartido de su conciencia, maestro Bell. Debido a que usted cayó inconsciente por el uso excesivo de su magia, su maná se agotó por completo].

Pero realmente no era un delirio, de hecho, la voz de su habilidad era bastante parecida a una secretaria del Gremio. 

Su explicación también fue bastante fácil de comprender. 

"Y-Ya veo, entonces fui descuidado con mi magia...".

Bell se encogió en el espacio infinito, mostrándose avergonzado. 

[No fue su culpa, maestro Bell. Si me hubiese apresurado en terminar mi análisis, esto no hubiera pasado en primer lugar. Le pido humildemente me perdone].

"N-No, no te preocupes, todo está bien, ¿sí?".

[Gracias por su benevolencia, maestro Bell. Ahora, con respecto a su segunda pregunta...]

"Si...".

La habilidad parecía tener una gran habilidad de comunicación, y mientras retomaba su intención inicial, retomó su papel y entonó mientras Bell tomaba asiento como un niño de Kinder, listo para escuchar a su maestra. 

[Puedo comunicarme con usted debido a que soy una habilidad de soporte. Mi papel es organizar y gestionar todas y cada una de sus habilidades, así como regular el gasto de mente, detectar amenazas, analizar cosas o personas, formular estrategias de guerra o hacer cálculos que se le dificulten, así como cosas mas cotidianas]

"¿Eh...?".

[Puedo desplegar defensas en caso de que mi maestro, usted, corra peligro. También puedo realizar combinaciones en sus habilidades para asegurar un mejor poder. En otras palabras, soy un segundo cerebro a sus órdenes, maestro Bell].

"W-Woah...".

[Tengo mi propia voluntad, pero al ser su habilidad, no tengo permitido realizar actos que puedan afectarle a usted, maestro. Eso sería todo].

"Increíble, eres una habilidad increíble...".

[Sus palabras me llenan de dicha, maestro Bell].

Bell tuvo que admitir que esto realmente parecía un sueño, uno del que no quería despertar. Solo escuchar las capacidades de su habilidad fue suficiente para hacerlo fantasear con posibles escenarios donde salvaba chicas lindas. 

"Ah".

Entonces recordó algo esencial.

"Mi Diosa dijo que no había escuchado nunca de una habilidad como tú. ¿A caso no hay nadie más con una habilidad parecida?".

[Desconozco si soy una habilidad única , pero no creo ser tan común. Lo mas seguro es que usted sea el único con una habilidad de soporte como yo, maestro Bell].

"¡Oh, eres increíble, Gran sabio!".

Pensó Bell con emoción.

Tener una habilidad única tan increíble le hizo querer saltar tan alto como podía, celebrando que esto era un paso mas en su camino para volverse el rey del harem. 

[Sus halagos me llenan de dicha, maestro Bell. Si me disculpa, hay algo que debo informarle].

Gran sabio mostró su felicidad, continuando con su reporte, haciendo que Bell dejara de lado su emoción y le prestara atención atentamente.

"¿De qué se trata?".

[Descubrí algo mientras terminaba mi análisis. Primero, le pido una disculpa, ya que exploré en todos sus recuerdos para poder determinar su personalidad y conocerlo a la perfección, maestro Bell].

"No hay problema, yo haría lo mismo si fuera una habilidad de soporte, creo, ja, ja...".

Bell apenas y pudo esconder la vergüenza que sentía ante el hecho de que sus memorias habían sido vistas por alguien más. Eso quería decir que ahora Gran sabio era consciente de su indecente deseo. 

[Continuaré, entonces. Lo que descubrí es que desarrollé un Estado compartido con usted, maestro Bell].

"....¿Eh? ¿Q-Qué significa eso? ¿Es bueno o malo?".

[Definitivamente es bueno. Después de analizarlo a profundidad, esto se debe a que mi voluntad está entrelazada con la suya. Es decir, mi voluntad nació gracias a la suya. Esto desarrolló una sincronización entre ambas voluntades y su Estado terminó por duplicarse y establecerse en mi cuerpo espiritual].

".... ¿En otras palabras?".

[Usted tiene dos Estados, maestro Bell".

Al escuchar la respuesta sencilla de entender, Bell dejó caer su quijada al suelo, abriendo los ojos como platos y sin poder respirar correctamente. 

Era esto una clase de trampa? No se ofendería si llegaban a reprochárselo, pero tampoco estaba dispuesto a renunciar a algo tan valioso. 

Aunque una parte de él seguía sin creerlo, por lo que preguntó una segunda y última vez.

"Entonces..., ¿esto es bueno o malo?".

Gran sabio se jactó orgullosamente mientras ofrecía una solución a las dudas de su maestro. Realmente era como una eficiente secretaria. 

[Si gusta puedo explicar el análisis que realicé sobre esta irregularidad].

"P-Por favor".

El suave sonido de alguien aclarándose la garganta resonó, y un segundo después, Gran sabio explicó elocuentemente.

[Al tener doble Estado, las limitaciones sobre la cantidad de magias que usted puede obtener fueron restablecidas. El límite de magias para los aventureros comunes es de tres, usted, sin embargo, puede obtener el doble, que serían seis magias en total].

Si Bell estuviera bebiendo algo, estaba seguro que lo escupiría dramáticamente. Fue una lástima que no lo tuviera, porque realmente quería escupir algo.

Gran sabio notó eso, y felizmente continuó.

[Con respecto a las habilidades básicas como fuerza, resistencia, etcétera; también las tiene duplicadas, pero estas se ven obsoletas debido a mi falta de cuerpo físico para poder desarrollarlas. Lo único que podría aumentan sería la magia y destreza, que son con las cuales tengo control sobre el manejo de la magia y reflejos].

"Eso es... increíble...". 

Bell se esforzó en no caer desmayado, asombrado por todo lo que Gran sabio era capaz de hacer con solo su existencia.

[Por último, están las habilidades de desarrollo que se otorgan al subir de nivel].

Continúo la habilidad, atrayendo la atención de Bell.

[Al igual que sus habilidades básicas y magias, usted podrá elegir dos habilidades de desarrollo cada vez que suba de nivel en vez de solo una. Ese sería mi reporte completo, maestro Bell].

"No sé qué decir a eso, ¿cómo pude obtener una habilidad tan asombrosa?".

[Si me permite, pienso que es debido a su alma y deseo, maestro Bell. Tras darle un vistazo a la habilidad y magia que posee, pude darme cuando de que es un individuo peculiar, cuyo deseo es tan fuerte como para crear habilidades. No es algo que se vea todos los días, así que en otras palabras, usted es increíble, maestro Bell].

"Ja, ja, ja..., gracias, creo...".

Ya un poco calmado, Bell agradeció los halagos vergonzosos. Se preguntó si realmente estaba bien ser puesto en tal pedestal por una habilidad, por encima de todo.

"Entonces..., ¿cuánto tiempo más estaré inconsciente?".

Preguntó, deseando regresar a la superficie. Si no llegaba como recientemente lo hizo, era 100% seguro que recibiría una amonestación nada agradable por parte de Axela y Freya. 

Y para su fortuna, su nueva habilidad resultó ser mas que competente. 

[Puedo dar fin a su estado de inconsciencia cuando usted lo vea conveniente, maestro Bell].

"¡Oh, eso es genial! ¿Entonces podría despertar ahora?".

[Por supuesto. Aunque antes de eso, me gustaría hacer una petición, maestro Bell].

"¿Hm? Claro, ¿de qué se trata?".

[Solicito permiso para poder comunicarme con usted en todo momento, ya sea que esté o no esté consciente. Le informo que mi uso no requiere de energía o maná, así que no habrá ningún inconveniente en su cuerpo. También tengo el atrevimiento de pedir que mi existencia se mantenga en secreto, maestro Bell].

"No tengo ningún problema con lo primero, ¿pero a qué se debe lo segundo?".

[Podría atraer atención no deseada. No es recomendable revelar sobre su peculiar habilidad a nadie, ni siquiera a su Diosa o a su acompañante, Axela-sama".

"Hm, entiendo. ¿Eso significa que nunca podré hablar sobre ti?".

[No necesariamente, maestro Bell. Si usted desea revelarlo, podría hacerlo, pero es recomendable que antes de eso se vuelva mas fuerte, así podrá defenderse en caso de que alguien trate de atacarlo].

"Si es así, entonces no tengo ningún problema. Mantendré tu existencia en secreto por ahora, Gran Sabio".

[Gracias por tomar mi consejo, maestro Bell. Me encargaré de analizar por completo la esencia del Estado que se le otorgó para así prevenir la traición a manos de conocidos y evitar un bloqueo de Falna].

"No entiendo bien eso, pero está bien".

[Entonces lo haré despertar de inmediato, maestro Bell. Le hago saber que me honra poder servir a un maestro tan benevolente].

"Te lo encargo, y sobre eso último... me estas sobrestimando, ja, ja...".

Dijo Bell con un ligero sonrojo, rascando su cabello en lo que parecía un intento de esconder su vergüenza. 

De fondo sonó una ligera risa, luego la voz de Gran Sabio resonó por última vez.

[Suerte, maestro Bell, y no se ponga nervioso al despertar].

"¿Eh, nervioso? Qué quieres de-".

En el momento que estuvo por preguntar, el espacio en blanco desapareció en un instante, dando paso a la oscuridad, misma que fue atravesada por un rayo le luz.

X X X


Los párpados de Bell temblaron suavemente antes de finalmente abrirse, mostrando un aspecto agotado. La iluminación del calabozo era tenue, pero su vista estaba tan frágil que incluso eso le irritaba.

-- Hm...

Talló sus ojos un par de segundos, aclarando su vista. Lo primero que vio, sin embargo, no fue el techo rocoso del calabozo, sino un hermoso cabello verde jade balanceándose justo frente a él y acariciando ligeramente su piel. 

-- ¿Despertaste?.

Preguntó una hermosa voz. 

La duda llenó los pensamientos de Bell, y al enfocar su vista, se encontró mirando directamente a un par de hermosas gemas parecidas a esmeraldas de la mas alta calidad.

Estas gemas eran en realidad un par de ojos, mirándole con curiosidad y un poco de preocupación.

-- ¿Mamá...?.

Dijo Bell, aún aturdido y con los pensamientos nublados.

Si bien se sentía cálido, en realidad la mujer frente a él no se parecía en absoluto con su madre, y la confusión  se debía mas a su reciente despertar que a otra cosa.

-- Lo siento, no soy tu madre.

La mujer negó con una sonrisa, moviendo la cabeza de izquierda a derecha suavemente, haciendo que su hermoso cabello verde jade se balanceara como las lianas de un árbol a merced del viento.

Bell la miró, haciendo un gran esfuerzo por pensar seriamente.

-- ¿Un ángel...?.

Sin embargo, la belleza de la mujer le dejó pocas opciones a decir, e incluso apagó sus demás sentidos, dejando solo sus pensamientos mas confusos.

-- Me halagas, pero tampoco soy un ángel. 

Si bien sonaba agraciada, la mujer negó esa remota posibilidad.

Ahora solo quedaba una opción, pensó Bell.

Si era una mujer hermosa que le cuidaba mientras estaba inconsciente, entonces sin duda se trataba de ella.

-- ¿Hm, Axela-san?.

Pero nuevamente, estaba equivocado, y las más grande pista de ello era el color de cabello y ojos de la mujer, que eran completamente distintos a los de su compañera.

-- ..... Tampoco.

La mujer frunció el ceño, sintiendo cierta animosidad mientras llevaba sus dedos a la mejilla de Bell y la estrujaba con cierta fuerza. 

Riveria no sabía por qué, pero ser comparada con otra mujer por el chico al que le estaba dando una exclusiva almohada de regazo le molestó notablemente. 

-- ¡A-Auch! ¡Duele, duele!

El pellizco en la mejilla fue suficiente para que Bell saliera del aturdimiento, aclarando sus pensamientos y finalmente reconociendo a la mujer frente a sus ojos. 

Era imposible no reconocer a una de la aventureras de primera clase más afamada, y una de rango S, nada menos. 

Movió sus labios de forma inconsciente, nombrando a su salvadora. 

-- Riveria Ljos Alf....

Murmuró con clara sorpresa en su voz, y Riveria solo pudo mostrar una sonrisa bastante peligrosa para alguien como Bell.

-- Veo que me conoces, Bell Cranel. Eso me ahorra las presentaciones.

-- ¡¿S-Sabe mi nombre, Riveria-sama?!

La peligrosa sonrisa hizo que Bell enrojeciera hasta el punto de brillar como un tomate mojado bajo la luz del sol, casi volviendo a caer inconsciente.

Riveria disfrutó esa vista mientras daba una respuesta.

-- Digamos que tu Capitán lo mencionó de una manera bastante extraña.

Dijo con una gota de sudor corriendo por sus sienes, mientras que Bell entendía todo perfectamente. 

-- Ya veo, fue Ottar-san entonces.

Sabiendo eso, soltó un suspiro y se tranquilizó. Luego de unos segundos, entendió lo que había pasado, así que se dirigió a Riveria. 

-- Usted cuidó de mí mientras estaba inconsciente por el mente cero, ¿cierto? Le doy las gracias, Riveria-sama. 

El hecho de que Bell supiera sobre el mente cero hizo que Riveria abriera los ojos con ligera sorpresa. Se suponía que era un novato, pero sabía incluso del fenómeno que solo le pasaba a magos y usuarios de habilidades que requerían maná para su uso. 

Al tener menos de una semana como aventurero, era imposible que Bell tuviera magia o habilidades de tal calibre.

-- ¿Ya te había pasado?.

Preguntó con curiosidad para eliminar su duda, pero la respuesta de Bell hizo más que eso. 

-- Ah, no, la verdad es que ayer obtuve mi primer magia y me emocioné un poco, ja, ja...

Dijo, rascando su cabello mientras ponía una sonrisa boba, y así mismo, sin ser consciente de dónde es que estaba descansando su cabeza.

-- Ya veo... —alcanzó a formular Riveria tras salir de su sorpresa —Deberías ser mas cuidadoso, ya que tuviste suerte de que te encontrara aquí. No quiero imaginar lo que te hubieran hecho los monstruos de haberte encontrado antes que yo. 

El inesperado "regaño", o mas bien sermón, tomó por sorpresa a Bell, que apenas y pudo asentir correctamente.

-- L-Lo siento, buscaré a alguien que me enseñe a controlar la magia...

-- Pero eres de la Familia Freya, ¿no? ¿Hildrsleif no te ayuda?.

-- Bueno, Hedin-san es un poco agresivo conmigo, ja, ja.... Los ejecutivos dicen que no prestaran atención a alguien tan débilmente como yo. 

Riveria enarcó una ceja, confundida. 

-- ¿No eres candidato a Capitán? No deberían tratarte así. 

-- S-Sí, lo soy, pero solo porque Freya-sama lo impuso sin mi consentimiento. Primero debo ser mas fuerte que Ottar-san, y eso se ve muy difícil...

La sonrisa avergonzada pasó a una irónica, la cual representaba perfectamente la poca confianza que Bell se tenía en cuanto a superar a Ottar.

Por otra parte, Riveria estaba obteniendo información a espaldas de Bell. Estaba confirmando las palabras de Ottar en la taberna, así como personalidad del mismo Bell. 

No obstante, esto no pasó desapercibido por cierta habilidad, y que sin embargo, hizo de la vista gorda porque no se trataba de nada que afectara a su maestro.

-- ¿Entonces qué dices si te enseño lo básico sobre la magia?.

-- ¿Eh?.

La inesperada oferta de Riveria tomó por sorpresa a Bell, que parpadeó un par de veces pensando que había escuchado mal. 

En cambio, Riveria explicó más a fondo. 

-- Puedo ayudarte a comprender mejor la magia, si gustas.

Dijo con una sonrisa libre de segundas intenciones, haciendo que Bell dudara.

-- ¿E-Eso está bien? Soy de una Familia rival, ¿no te molesta eso?.

-- No hace falta preocuparse por eso, esta es mi manera de disculparme por lo que dijo mi compañero lobezno sobre ti.

Por supuesto, Bell sabía a quién se refería. Aún no olvidaba sus insultos, que si bien estaban cargados de verdad, no le correspondían decirlos.

[Maestro Bell, no detecto malas intenciones en ella, así que no estaría mal aceptar su ayuda. Poder analizar la experiencia de la maga actualmente más poderosa de Orario le será de gran ayuda].

"¿Gran sabio? Bueno, si tú lo dices, supongo que está bien...".

El consejo de su habilidad le ayudó, pero ciertamente había reaccionado sospechosamente, lo que hizo que Riveria se preguntaba qué estaba pensando.

-- C-Ciertamente necesito ayuda, y si usted está dispuesta, le pido por favor que me instruya correctamente en la magia. 

Gracias a la respuesta rápida, Riveria asintió con una ligera sonrisa, olvidando el extraño actuar de hace un momento que tuvo Bell. 

-- Claro, no tengo ningún problema. Si gustas, puede ser en mi sede, aunque no tengo problema si prefieres otro lugar.

-- En su sede suena bien, gracias.

Bell pensó que no era la mejor idea ir a su sede, ya que ahí se encontraban los tipos más locos que había conocido hasta el momento. 

Tampoco deseaba que hubiese una riña entre Axela y Riveria por algún tipo de malentendido, así que la mejor opción era un lugar donde nadie lo conociera. 

-- Entonces, con eso acordado...

La voz de Riveria sonó, atrayendo la mirada de Bell. Solo entonces pudo notar en sus mejillas un ligero y casi invisible sonrojo. 

-- ¿Cuánto tiempo estaremos así, o a caso estás cómodo?.

-- ¿Eh...?.

Bell parpadeó, incrédulo. 

Fue hasta ahora que comenzó a preguntarse por qué veía la cara de Riveria de frente cuando él estaba tirado boca arriba sobre el suelo. 

Hablando del suelo, ¿desde cuando era tan cómodo como para hacerlo sentir estar reposando su cabeza en un paraíso de esponjosas nubes?.

La respuesta no tardó en llegar a su cabeza. 

-- N-No puede ser....

-- Así que no te habías dado cuenta, huh. Por un momento pensé que te estabas aprovechando de la situación. 

Soltó Riveria tras un ligero suspiro de alivio, sin embargo, Bell no fue capaz de escucharla. Poco a poco, su cara se volvió tan roja como un tomate. 

-- ¿E-Estoy recibiendo una almohada de regazo de una linda Elfo?.

Murmuró en shock, pero tenía el tono suficiente para hacer que Riveria lo escuchara. E incluso si no fuera así, la expresión en su cara era lo suficientemente transparente como para saber lo que estaba pensando. 

"¿L-Linda?"

El halago tomó a Riveria por sorpresa, cuyas mejillas se impregnaron de un tenue color rosa. 

Era extraño verla reaccionar a un simple halago teniendo en cuenta su figura pública, ya que eso y más se le era dicho a diario. 

Era consciente de su apariencia digna de ser llamada divina, así como de la gran cantidad de hombres que anhelaban una oportunidad con ella; y a todo ello ya estaba acostumbrada.

¿Así que por qué? La respuesta era tan sencilla como quitarle un dulce a un niño. 

"Nunca había escuchado un halago libre de segundas intenciones o deseos lujurioso...".

La pureza e inocencia en la declaración de Bell le dio un nuevo significado a los halagos. Por supuesto, la halagaba por ser bella, pero no desprendía esa hambre voraz en sus ojos como lo hacían todos los hombres cuando la veían.

Era mas como contemplar un hermoso atardecer.

-- G-Gracias por el cumplido.

Dijo con ligero nerviosismo, sorprendiéndose ella misma.

Su tono suave y ligero trajo a Bell de vuelta a la realidad, que miró a Riveria con bastante timidez después de ser consciente de lo que había dicho.

-- N-No es nada, me levantaré justo ahora. 

Dijo Bell, tratando de levantarse. 

-- ¿Eh?.

Sin embargo, fue detenido por el suave tacto de Riveria en su pecho, impidiendo que se moviera un solo centímetro.

-- ¿R-Riveria-sama?.

-- Ya que no veo malas intenciones en ti, puedes seguir en mi regazo hasta qué el aturdimiento por el mente cero desaparezca por completo. 

Declaró la hermosa mujer con un lindo tinte rosado en sus mejillas. 

Bell se quedó mudo por la sorpresa, pero no veía posibilidad de moverse bajo las restricciones de una aventurera Lv. 8. Además, aceptar una oferta tan tentadora no era de su disgusto, por lo que volvió a recostar su cabeza en el cómodo regazo de Riveria. 

-- E-Está bien, gracias...

Dijo con un notable sonrojo y timidez en sus ojos.

Ahora que era consciente del lugar donde reposaba, las sensaciones que este lugar otorgaba llegaron de golpe. Fácilmente podría ser descrito como el paraíso en la tierra, un regalo de los Dioses.

Fue así como se desarrolló la extraña situación de recibir una almohada de regazo en el calabozo, un lugar donde se hacía de todo menos coquetear.

Ambos guardaron silencio, donde Bell pensaba qué es lo que le pasaría si Axela lo llegara a ver en esta comprometedora situación y Riveria en los 5 minutos antes de que el primero despertase.

X X X

Mientras Riveria esperaba pacientemente el despertar del chico en su regazo, este habló entre sudor y angustia.

-- Olvídala.

Escuchó Riveria, viendo cómo Bell fruncía sus párpados, similar a cuando se tenía una pesadilla. 

"¿Está soñando?".

Pensó, mirando con cierta preocupación las gotas de sudor corriendo por la cara de Bell, así como la forma que negaba de lado a lado con cierto malestar en su expresión. 

Definitivamente estaba teniendo un mal sueño. 

-- ¡No la recuerdes!

Riveria dio un salto por el susto. Era vergonzoso, pero tampoco esperaba que Bell soltara un grito tan repentino. 

No era miedo, sino sorpresa y pánico. 

"Ha de ser una pesadilla causada por un trauma para que esté gritando".

La suposición le llegó rápidamente, ya que el estado alterado de Bell era una pista bastante obvia de un trauma. 

Pero lo que Riveria nunca esperó fue que el chico comenzara a llorar. Las lágrimas cristalinas se escapaban de sus párpados cerrados, otorgándole una imagen bastante triste.

Él seguía murmurando: "olvídala, no la recuerdes, no sufras de nuevo" una y otra vez con una cara de sufrimiento y dolor.

"¿Q-Qué está pasando?".

Naturalmente, Riveria comenzó a entrar en pánico.

Sino fuese por el hecho de que Bell se calmó segundos después, ella hubiese intervenido para despertarlo a la fuerza. 

Las lágrimas y los gritos se detuvieron abruptamente, preocupando aún mas a Riveria en lugar de calmarla. 

"¿Qué pasa con este cambio tan brusco? ¿Es posible estar en completa calma un segundo después de estar tan eufórico?".

Entonces, alrededor de 30 segundos después, Bell murmuró:

-- Sálvala, tienes que salvarla...

Riveria se mostró confundida, pero sí algo estaba claro, era que Bell tenía un trasfondo bastante peculiar. También notó el peso de sus palabras, así como la determinación y voluntad detrás de ellas.

"¿Qué clase de historia estás viviendo?".

Con una intriga profunda, decidió limpiar las lágrimas en la cara de Bell, esperando a que despertara, lo que no tardó en pasar.

X X X

"Realmente se ve cómo dijo Aizu, un chico bastante curioso".

Diez minutos después, Bell ya estaba completamente libre de cualquier aturdimiento, pero la sensación del regazo de Riveria era tan increíblemente divina que deseaba seguir mareado por siempre.

El ambiente era cómodo, tanto que Riveria ni siquiera notó el momento en donde comenzó a acariciar el cabello de Bell. Fue vergonzoso y se sintió culpable por la pésima educación de su parte, pero cuando vio que Bell parecía cómodo, continuó.

Fue entonces que decidió romper el silencio cómodo y trató de resolver una de sus dudas sobre los misterios de Bell. 

-- ¿Puedo preguntar algo?.

-- ¿Eh, si?.

-- ¿Conoces a una aventurera llamada Silencio?.

La pregunta fue directa, propia de la personalidad de Riveria.

Sin embargo, para su mala suerte, Bell mostró una expresión de no conocerla. 

-- ¿Silencio...?.

-- Sí, fue una poderosa aventurera de la Familia Hera, ¿no la reconoces?.

-- B-Bueno, estoy al tanto sobre la Familia Hera, no creo que haya alguien que no la conozca, pero el apodo de Silencio no me suena.

-- Ya veo. Entonces tal vez la conozcas por su nombre. Se llamaba Al-

Cuando estuvo por mencionar el nombre de dicha aventurera, el grito de una voz diferente sonó a lo largo del calabozo.

-- ¡Bell!

Fue desconocida para Riveria, pero bastante familiar para Bell. Olvidó por completo lo que Riveria trataba de preguntar, y entonces miró en dirección del origen de la voz.

Allí estaban dos siluetas, emergiendo de una de las muchas entradas a la habitación donde se encontraban Bell y Riveria. 

La primera fue una chica con un hermoso cabello color negro cayendo por su espalda, danzando suavemente con el movimiento de su caminar. En sus ojos verde agua se notaba la preocupación por el nombre que salió de sus labios.

Detrás de ella venía una figura alta y musculosa, mostrando un rostro estoico conocido por todo Orario. 

-- ¿Axela-san y Ottar-san?.

Preguntó Bell, confundido por la inesperada presencia de su amiga en el calabozo. 

Quería preguntarle qué hacía aquí, pero ella no parecía tener la intención de hacerlo. Después de todo, estaba viendo con sus propios ojos a su amado recibiendo una almohada de regazo de una mujer que no era ella. 

Y para colmo de los males, se trataba de una hermosa Elfo. 

-- .....

Los 4 se quedaron en silencio con pensamientos diferentes. 

Ottar mantuvo una postura ofensiva, razonando que Bell había sido atacado por una Familia rival, o por lo que parecía, estaba siendo influenciado por los encantos de una mujer de una Familia Rival. 

Riveria estaba preocupada por el claro mal entendido que estaba causando la comprometedora posición en la que fueron vistos, mientras que el chico en su regazo temblaba como un conejo sumergido en agua fría por ser visto con las manos en la masa. 

Axela, por otro lado, estaba en el ápice de los celos. 

-- A-Axela-san, no es lo que parece....

Finalmente, Bell rompió el silencio con un tono tembloroso. Riveria lo notó al instante ya que lo tenía en su regazo, lo que la hizo pensar que la chica frente a ellos, que los miraba en silencio con ojos asesinos, era alguien cercana a Bell. 

-- Ya veo. 

La voz de Axela salió con un tono muerto, haciendo que Bell sintiera escalofríos.

-- Yo preocupada por ti cuando tardabas en llegar nuevamente, tanto que tuve que pedirle el favor al capitán para que me ayudara a buscarte. 

Eso era algo digno de mención, ya que Bell sabía mejor que nadie lo orgullosa que podía ser Axela. Que ella pidiera ayuda y debiera un favor era tan raro como ver a un cerdo volar. 

-- Pero aquí estás, recibiendo una almohada de regazo de otra mujer. ¿Es esta la forma de hacerte fuerte, como dijiste esta mañana?.

El mal entendido era cada vez peor, por lo que Riveria quiso dar una explicación detallada de lo sucedido al ver que Bell no se encontraba en condiciones para siquiera hablar. 

Sin embargo, Ottar le ganó la palabra. 

-- Nine Hell, ¿tratas de persuadir al novato de la Familia? Tomaré esto como un acto de guerra y te eliminaré en este momento.

La presión del aire subió a niveles absurdos, haciendo notar la sofocante presión asesina.

-- ¡Se equivoca, Ottar-san!

Gritó Bell, bastante nervioso por lo absurdo de la situación. Su cuerpo se movió solo y cubrió a Riveria, haciendo que los demás se llevaran una sorpresa diferente.

Riveria se mostró aturdida al contemplar como un miembro de una Familia rival metía las manos al fuego por ella, mientras que Ottar notaba la forma en que Bell podía siquiera moverse ante la presión que emanaba.

-- ¡Esto se debe a mi descuido, es totalmente mi culpa! ¡Riveria-sama no tiene nada que ver, es todo lo contrario! ¡Le debo la vida, así que por favor, no le haga nada y escuche mi explicación!

Axela, por el contrario, solo sintió celos por la forma en que Bell defendía a una mujer que no era ella. En su pecho se formó un raro sentimiento opresivo, haciéndola fruncir el ceño. 

-- Te escucho. 

Dijo Ottar, a lo que Bell soltó un suspiro, sudando a mares. 

-- Gracias. 

Después de haber explicado la razón por la que estaban en tal situación, todo fue finalmente aclarado.

Axela estuvo incluso agradecida con Riveria, ya que había cuidado de un indefenso Bell tras un mente cero. Si le daban a elegir entre perder a su amado o verlo recibir una almohada de regazo, la elección era bastante obvia. 

-- Por cuidar de Bell, gracias. 

Se inclinó, mostrando su gratitud y haciendo que la quijada de Bell cayera hasta el suelo. En cambio, Riveria solo negó con la cabeza diciendo que no era nada.

-- Capitán, ¿podría adelantarse con el idiota de Bell a la sede? Necesito hablar con la señorita Riveria.

Las palabras de Axela tomaron a Bell por sorpresa, que caminó a ella con una sonrisa bastante nerviosa.

-- A-Axela-san, no creo que eso sea una buena idea...

-- Guarda silencio, conejo.  Hablaré contigo cuando llegue a la sede, ¿entendido?.

-- S-Sí...

Riveria miró la escena con una sonrisa forzada, incrédula al ver que el mismo chico que se había interpuesto entre ella y Ottar para defenderla era ahora un conejo sumiso en la boca de un lobo feroz.

-- Regresaré a la superficie con ella, así que no me pasará nada. Ve, no tardaré.

-- Entiendo, te espero en la sede. 

-- Sí, espera tu castigo. 

Eso último hizo que Bell tragara saliva, sintiéndose impotente al no poder hacer nada. Solo se resignó mientras caminaba a lado de Ottar, camino a la superficie.

X X X

En cuanto las figuras de Ottar y Bell desaparecieron en el cruce de un pasillo, Axela borró su sonrisa y, digiriéndose a Riveria, mostró una expresión fría y seria. 

-- Señorita Riveria, primero que nada, permítame agradecerle por salvar al tonto de Bell. Muchas gracias. 

Dijo mientras se inclinaba ligeramente, pero solo ligeramente. Estaba agradecida, pero seguía sin ser capaz de ir más lejos que esto.

-- No es nada.

Respondió Riveria, negando con la cabeza.

Sus ojos fueron capaces de discernir las acciones de la joven que tenía delante de sus ojos, y sin dudarlo, la clasificó como una persona peligrosa.

Alguien capaz de ocultar sus colores auténticos siempre era una persona peligrosa según su criterio. La razón por la que pudo notarla fue en sí suerte con grandes cantidades de experiencia debido a su edad.

-- Bien, entonces iré directo a la razón por la que estoy aquí y no con Bell camino a la superficie. 

Tal y como predijo, Axela no tardó en darle un panorama completamente diferente, cambiando el aire a su alrededor. Así que tranquilamente, Riveria asintió.

-- Adelante. 

-- Justo cuando llegué, ¿qué es lo que estaba por preguntarle a Bell?.

-- ¿Hm? Temo desconocer a lo que se refiere.

Evaluar a las personas no era lo único en lo que Riveria destacaba, sino también en ocultar sus intenciones y pensamientos perfectamente. No obstante, ver los colores genuinos de las personas era un juego con muchos jugadores. 

Desafortunadamente para Riveria, Axela era una de esos jugadores. Por lo tanto, su sutil disimulación fue en vano. 

-- ¿Oh, en serio?. 

Con solo escuchar el tono de su voz, Riveria entendió que su intento de engaño falló. Estaba preocupada de ser atrapada fisgoneando en la vida personal de un aventurero perteneciente a una Familia rival, por lo que no ser descubierta era la mejor opción. 

Sin embargo, no era el ingenuo chico con apariencia de conejo con el que estaba tratando, sino con la joven de cabello negro y una mirada tan fría como las tierras del norte.

-- ¿No tenía nada que ver con Alfia-sama?.

-- ¡...!

A este punto, la sorpresa fue imposible de ocultar. No cuando se le era soltada una bomba de esa magnitud en la cara de forma inesperada y sin previo aviso. 

Cualquier saltaría de sorpresa con solo la mención de ese nombre, y Axela no pasó por alto la misma reacción de Riveria. 

Cerró los ojos y soltó un suspiro de lamento. 

-- Me lo imaginaba, tarde o temprano alguien sospecharía. Se parecen demasiado, después de todo. 

Dijo Axela con un tono nostálgico y melancólico.

Riveria no pasó por alto eso, y sin contenerse, dejó escapar su incredulidad. 

-- ... ¿Entonces Bell Cranel realmente está relacionado con la señorita Alfia?.

Axela la miró en silencio, aprovechando el breve momento de aturdimiento que presentaba Riveria para sopesar sus opciones. 

"Matarla no es una opción. Incluso si pudiera hacerlo, sería la principal sospechosa y le traería problemas a Bell. ¿Entonces?".

Los segundos pasaron, y a pesar de ser poco, fue suficiente para que Axela llegara a una solución eficiente y segura. 

-- Señorita Riveria. 

Primero sacó del trance a Riveria, luego ofreció suavemente. 

-- Le daré información a cambio de un favor. ¿Qué le parece?.

-- Siempre y cuando el favor esté a mi alcance y no perjudique a mi Familia. 

Por su parte, Riveria realmente no tenía motivos para endeudarse con una desconocida, pero si bien era algo precipitado e inesperado de hacer para alguien como ella, lo único que le importaba ahora era descubrir mas sobre la relación entre Bell Cranel y la temible aventurera del pasado, Alfia.

Axela sabía eso, pero no se molestó en sacar provecho. Ella no tenía interés y nada que no fuera Bell y la seguridad del mismo.

-- Está bien. 

Dicho eso, pensó en lo que debería y no debería decir.

"Aunque no hay nada que indique riesgo".

Había ciertas cosas, pero estaba bien siempre y cuando no las mencionara y las guardara para sí misma. Después de todo, Bell no era el único con un pasado remarcable. 

-- Debería empezar con decir que Bell es familia de Alfia-sama. Más exactamente, es su sobrino. 

-- .... Así que realmente hay un parentesco sanguíneo.

-- Sí. Otra cosa, es que soy consciente sobre las acciones de Alfia-sama como parte de Evilus en la época oscura. 

Su declaración tomó a Riveria por sorpresa. Nunca imaginó conocer a alguien que todavía tuviese un vínculo con aquella época.

-- Cabe decir que también estoy al tanto sobre los verdaderos motivos por los que cometió tales actos. Supongo que usted también, ¿no?.

-- .... Sí. 

Dijo Riveria, mostrando un sentimiento complicado en sus ojos verde jade. 

-- Fue una manera de traer a la siguiente generación de héroes. No dejo de lamentar que fuese la única manera de hacerlo.

-- Sí, fue realmente lamentable. 

Coincidió Axela, mostrando tristeza. 

Todo esto sobre Alfia, así como su muerte, había causado un gran sufrimiento en su ser amado, que era Bell. 

Así mismo, también guardaba cierto cariño hacia aquella mujer amante del silencio.

-- Eso es todo lo que tengo para ofrecer. 

Al ser consciente de lo que estaba mostrando, Axela se obligó a volver a la normalidad. Sus ojos seguían mostrando una mirada despiadada y sin emociones.

-- Aunque supongo que lo primero era mas que suficiente, ¿verdad?.

-- Ciertamente. En cuanto al favor, ¿de qué se trata?.

Preguntó Riveria con una mirada cautelosa, pero que fue en vano. Axela solo pidió silencio. 

-- Haga lo que haga, así esté a punto de morir, no mencione el nombre de Alfia-sama frente a Bell. Nunca, jamás.

-- ¿Eh? No entiendo. 

-- Si hay alguien mas en su Familia que sospeche sobre la relación de Bell con su tía, pido que hable con dicha persona y transmita lo mismo. Nunca mencionar a Alfia-sama delante de Bell. Puede comentarlo con los ejecutivos y así evitar que eso pase.

-- .... Entiendo, tampoco me supone problema, pero... ¿por qué ocultarle esto a Bell Cranel?.

Axela guardó un largo silencio ante la clara duda de Riveria. 

Hasta ahora, el acuerdo iba bastante bien. Riveria parecía ser más digna y honorable de lo que decían los rumores sobre ella. Sin embargo, era cuestionable si debía o no dar mas información al respecto. 

"Pero si le digo que eso no le incumbe, entonces no habrá razón suficiente para mantener su palabra. No puedo fiarme de una reputación, tampoco confío en ella".

Tras pensarlo un poco más, soltó un suspiro irritado y habló. 

-- Para resumirlo, Bell estuvo presente cuando el Dios Erebus visitó nuestra aldea para reclutar a Alfia-sama y Zald-sama. 

-- ¿Eh? Espera, ¿acabas de mencionar a...?.

Otra bomba fue soltada en su cara, y Riveria no fue capaz de disimular su asombro e incredulidad. Tampoco fue un desliz de lengua por parte de Axela, eso seguro. 

Decirlo fue intencional, ya que mencionar el nombre de otra figura de vital importancia como lo era Zald dejaría en claro que esto no era un acuerdo cualquiera. 

Era una forma sutil que dejaba en claro que esto debía tratarse con la mayor discreción posible, y que en caso de ser lo contrario, habría consecuencias. 

"¿Está relacionado con Glotonería? Esto ya comienza a rayar en lo irreal".

Si una persona estaba relacionada con dichas figuras famosas, en el buen o mal sentido, entonces esa persona definitivamente era de cuidado. Esa imagen se grabó a fuego lento en la opinión que tenía Riveria sobre Axela.

-- Bell descubrió que su tía y tío se sacrificarían y quedarían como villanos. Naturalmente, se opuso a la idea, mas no fue capaz de hacer algo para evitarlo. Al final, terminó con un bloqueo de memoria voluntario para así no recordar a Alfia-sama. 

-- ....

-- No solo eso, hay otro motivo por el cual quiero que nada sobre Alfia-sama llegue a Bell. 

¿Qué, hay más? Para Riveria ya era información mas que suficiente para procesar, así que claramente era ridículo que las cosas no terminaran. 

Si la chica delante suyo le dijera que mencionar a Alfia era doloroso para Bell, entonces ella gustosamente guardaría silencio por el resto de su vida. No era exagerado decir algo como llevarse el secreto a la tumba. 

-- ¿Y ese motivo es...?.

-- .... Bell pierde el control cuando llega a escuchar algo relacionado con Alfia-sama.

-- ¿Pierde el control? ¿Qué se supone que significa eso?.

-- Tal como dije, pierde el control. Su estado mental explota y entra en un modo similar al berserk, y mientras su mente trata de eliminar el mal recuerdo, su cuerpo destruye todo a su alrededor. Esto ha pasado solo una vez en nuestro pueblo, y desde entonces, nadie ha vuelto a mencionar algo sobre Alfia-sama. Podría decir que incluso ellos la olvidaron.

-- .....

La pesadilla ahora tenía sentido, concluyó Riveria. 

Era difícil de creer a primera instancia, pero sí tomaba en cuenta la seriedad del rostro de la chica frente a ella, así como la pesadilla que tuvo Bell mientras descansaba en su regazo; entonces todo tenía cierta credibilidad.

-- Cuando Bell enloqueció en la aldea no presentó un problema, ya que al ser un niño común y corriente, bastó que un par de adultos lo retuvieran. Pero ahora tiene una bendición, así como un increíble crecimiento. 

-- ....

-- ¿Qué cree usted que pasará ahora que posee habilidades y magia?.

Riveria guardó silencio ante esas palabras. 

Si lo pensaba un poco, un Lv. 1 descontrolado no era problema. Incluso un Lv. 2 podría manejarlo con debida calma. 

El problema radicaba en Bell, que no era un simple Lv. 1. Además de su relación sanguínea con alguien que fue llamada monstruo del talento, él mismo era un irregular capaz de obtener magia en menos de una semana como aventurero.

-- Entiendo. 

Riveria consideró que esto no era algo que debiera tomarse a la ligera, así que decidió creerle a Axela. 

-- Avisaré a mis compañeros de alto rango para evitar un incidente no deseado. 

-- Muchas gracias, señorita Riveria. 

Finalmente, era momento de regresar a la superficie. Eso creyó Riveria, sin embargo, Axela habló en un tono poco amable. 

Riveria podía jurar haber visto un vacío infinito en ese par de ojos color verde agua. 

-- Sobre la almohada de regazo que le dio a mi Bell, ¿podría hacerme el favor de explicarlo? En detalle.

-- ....

Un poco de vergüenza llegó a Riveria ante la mención de tal acto atrevido, pero se esforzó en aclarar que no tenía segundas intenciones y era solo para ayudar a Bell. 

Fue difícil, pero logró hacer que Axela le creyera. El camino a la superficie fue silencioso, menos en sus pensamientos. 

Riveria debía reportar su descubrimiento, y Axela debía disciplinar a su amado. 

X X X


Habitación de Axela, sede de la Familia Freya. 

El sol había caído tras el horizonte, dando paso al reinado de la noche. La luna en el centro, así como las estrellas a su alrededor, iluminaban tenuemente al mundo.

-- Bell. 

-- ....

Esa misma iluminación tenue se coló por la ventana de la habitación de Axela, rociándolos con un ligero tono azul opaco.

Axela y Bell estaban sentados uno al lado del otro sobre la orilla de la cama, guardando una ligera distancia.

La joven de cabello negro mostró una expresión molesta, y en cuanto Bell fue consciente de eso, su instinto de supervivencia hizo que su cuerpo se moviera a velocidades insanas hasta el suelo. 

Sus rodillas cayeron sobre la madera fría de la habitación, y sus ojos miraban temblorosamente sus piernas, esperando su castigo tal cual conejo atrapado.

-- La señorita Riveria me lo explicó todo, así que no puedo enojarme al saber el motivo por el cual te dio una almohada de regazo. Pero...

-- ¿Pero...?.

Justo cuando creyó ver una luz de esperanza, Bell cayó en la desesperación cuando alzó la cabeza y vio la mirada vacía y carente de emociones que mostraba Axela. Esos ojos parecían ver en lo más profundo de los pensamientos de Bell, dejando de lado la opción de decir mentiras. 

Mientras lo miraba de tal manera aterradora, Axela preguntó.

-- ¿Lo disfrutaste?.

-- ....

Bell tragó saliva. 

Solo esa reacción era suficiente para que Axela supiera la respuesta a su pregunta, pero en lugar de parar, continuó.

Sus ojos seguían vacíos.

-- ¿Soñarías con esa almohada de regazo si fueras a dormir ahora mismo?.

-- ....

-- Si la señorita Riveria te ofrece otra almohada de regazo, ¿aceptarías?.

-- ....

¿Esas eran preguntas con respuestas que no fueran "si"? Bell se preguntó cómo es que su amiga de la infancia era tan buena jugando con la mente de las personas. Conocía la respuesta, por supuesto, pero quería creer que eso era cosa del pasado.

Recordó la sensación de la almohada de regazo, así como el aroma floral que desprendía. Solo eso bastó para hacerlo tratar saliva otra vez y sonrojarse ligeramente, todo a vista de Axela, que analizaba cada uno de sus gestos.

El actuar de Bell, su amado, bastaba para que ella tuviera la respuesta a cada una de sus preguntas. Bastardo infiel, quiso gritarle. 

Sin embargo, contuvo sus emociones y continuó. 

-- Responde las 3 preguntas con un sí o un no, pero solo puedes responder una vez. Esa respuesta será la respuesta a cada pregunta.

-- E-Eso... ¿no es un poco exagerado, Axela-san?.

-- Responde, conejo. 

La voz de Axela infundía miedo, y Bell no era tan idiota como para provocarla mas. Si llegaba a enojarse mas de lo que estaba, entonces él realmente podría morir esta noche.

Bell pensó por unos segundos, guardando silencio bajo la mirada fría de Axela. Tras un poco de tiempo así, finalmente dio una respuesta. 

-- N-No....

Seguido a eso, hubo un silencio abrumador. 

Bell tuvo que bajar la mirada nuevamente al no ser capaz de soportar ver los ojos vacíos de Axela, y esta, al verlo así, habló con un tono aterrador. 

-- Nunca has sido un buen mentiroso, Bell. Tampoco necesito ser una Diosa para saber si dices o no la verdad. Lo sabes, ¿cierto?.

-- S-Sí...

-- Entonces sabrás que sé perfectamente que estás mintiendo.

-- S-Sí...

-- ¿Entonces por qué lo haces?.

-- P-Porque no quiero que te enojes, Axela-san...

-- Oh, ¿y crees que mintiéndome me harás feliz? Tu lógica es increíble, Bell. 

-- P-Perdón, no lo volveré a hacer...

-- Entonces responde una vez mas, y que sea rápido. No quieres gastar mi paciencia, ¿cierto?.

¿Qué se suponía que dijera Bell si solo podía decir lo que Axela quería que le dijera? Era bastante injusto, por no decir completamente injusto.

-- M-Mi respuesta es...

Con un nudo en la garganta, un temblor que le llegaba hasta los huesos y unas increíbles ganas de llorar, Bell dio una respuesta que bien podía llevarlo a la muerte.

-- .... sí.

Después de ello, Bell no supo cuánto tiempo pasó, pero tampoco tenía el valor de alzar la cabeza para ver la hora en el reloj pegado a la pared de la habitación. Más que nada, por temor a encontrarse con la mirada de Axela. 

El silencio era incómodo, pero este se esfumó cuando Axela se puso de pie, haciendo que Bell diera un brinco del susto. Ella lo ignoró, y con total calma, tomó asiento sobre la alfombra puesta en el centro de la habitación. 

Ligeramente, palmeó sus muslos.

-- Ven. Te haré olvidar esa almohada de regazo usando el mío, tanto que vas a considerar el regazo de la señorita Riveria patético comparado con el mío. 

-- .... ¿Eh?.

-- Apresúrate, no tenemos toda la noche. 

Bell no tenía ni idea de lo que pasaba, pero tampoco se pondría a discutirlo. Mucho menos cuando Axela ahora mostraba un lindo sonrojo y ya no la mirada vacía en sus ojos. 

-- V-Voy...

Dijo tímidamente, mirando con discreción los muslos desnudos que se mostraban frente a él. Axela usaba una falda con medias, por lo que usualmente no se veía nada de su piel, pero ahora que estaba en dicha posición de dar una almohada de regazo, un poco de su maravilloso cuerpo era mostrado a los ojos del conejo. 

"M-Me está mirando...".

Por supuesto, Axela no era inconsciente de este hecho. Mas bien, se había sentado de tal manera que su falda mostrara un poco de piel a propósito. 

"Ewjeje, así que sí me ve como una mujer...".

Se sentía avergonzada por la forma atrevida en la que actuaba, pero se dijo así misma que esto era necesario si quería que su relación con Bell avanzara mas rápido de lo convencional.

Bell se acercó lentamente, colocando su cabeza en el regazo de Axela poco a poco hasta sentir la suavidad y calidez que emanaba de sus muslos. 

-- L-Listo...

-- Hm, sí...

Axela mostró una sonrisa tonta, viendo con cariño la expresión nerviosa que mostraba Bell. No tardó en acariciarlo, surcando suavemente con sus dedos el cabello blanco como la nieve.

Se sentía satisfecha y feliz con solo sentir el peso de Bell sobre sus piernas, tanto que su enojo ya no estaba presente por ningún lado. 

Seguía mostrando un lindo sonrojo, pero ella misma fue consciente de que su actitud poco honesta, tsundere a palabras de Zeus, se estaba esfumando lenta pero seguramente. Esto le permitía atacar con mas audacia que en sus días como granjeros en la aldea.

-- ¿A qué hora te citó esa pedófila?.

Se refería a Freya, por supuesto. Axela no se limitaba cuando se trataba de transmitir su enemistad con esa mujer, que era algo así como su mas preocupante enemiga en el amor. 

-- Ja, ja, ja...

Rió secamente Bell, mostrando una gota de sudor en su sien. 

-- ¿Eso es un poco grosero, no crees?.

-- Hmph, es la verdad, así que no me importa. 

Respondió Axela, formando un puchero en su mejilla mientras seguía acariciando el cabello de Bell con gran entusiasmo.

Bell concluyó que discutir el tema era tiempo perdido, además del riesgo existente de que Axela volviera a molestarse.

-- Dijo que a las 9:30 pm. 

Dijo, rascando su mejilla con el dedo. 

Axela solo pudo suspirar ante ello. 

-- Ya veo, me queda una hora y media contigo, entonces. Haah, por esto mismo me negué encarecidamente a unirnos a esta Familia. Ella te está acaparando, Bell. 

-- I-Imaginas cosas, ja, ja...

Por supuesto, no era solo imaginación. Incluso Bell era consciente de ello, pero poco podía hacer ante los caprichos de su Diosa. 

Solo le quedaba rezar para que esto no causara roces entre Freya y Axela, ya que definitivamente sería algo devastador.

 -- Ah..

-- ¿...?

-- !A-Achu!

De pronto, Bell dejó escapar un estornudo. Axela se preocupó al instante, acercando un pañuelo para su amado. 

-- ¿Q-Qué pasa, te resfriaste?. 

-- Creo que sí, lo siento.

-- No te disculpes, tonto. Seguro fue por haber caído sobre el piso frío del calabozo. Haré té, y mientras lo tomas y tenemos tiempo, cuéntame tu día. 

-- Bueno, pues...

Después de preparar el té y que Bell lo tomara, ambos regresaron a sus posiciones originales, donde Axela daba una almohada de regazo de nivel divino y Bell disfrutaba dicha almohada de regazo. 

No hubo mucho que contar, puesto que Axela conocía lo mas "interesante" del día que tuvo Bell explorando el calabozo, pero la parte donde probaba su magia nueva fue ciertamente interesante. 

Cualquier cosa que viniera de Bell era interesante para Axela, que se limitaba a verlo con ojos llenos de amor y escucharlo atentamente.



X X X




Mansión Crepúsculo, oficina de Finn Deimne. 

Los ejecutivos de la Familia Loki se reunieron ante el llamado de Riveria, que clamaba tener información de vital importancia.

La conversación era llevada a cabo al mismo tiempo que Bell y Axela compartían un breve momento de pareja.

-- ¿Cuál es el motivo ahora? Es la segunda vez en el día.

Resopló Bete, mostrando una clara irritación.

-- Riveria dijo que era importante, muestra un poco de paciencia.

Intervino Finn, mirando a Riveria en espera del susodicho informe.

Era tarde en la noche, así que era normal que más de uno mostrara su impaciencia. Especialmente Bete, cuya semana no era la mejor de su vida.

-- Es algo simple.

Dijo Riveria, encogiéndose de hombros.

-- Solo quería informar que Bell Cranel es sobrino de Silencio, así como de Glotonería. Yo misma lo confirmé.

¿Eso era simple? Al momento de escucharla, más de uno se levantó de su asiento, conteniendo sus exclamaciones.

Decir que sintieron escalofríos tampoco era exagerado, ya que la mención de dichos alias tenían el peso suficiente para aplastar la tranquilidad de muchos.

Las miradas de todos se fijaron en Riveria, que descansaba cómodamente en un sofá.

Tanto Finn en su escritorio, así como Loki acostada encima del mismo; la mirada en sus ojos exigían que Riveria continuara.

-- Oye, oye, ¿qué mierda estás soltando? ¿Hablas del chico que ese maldito jabalí buscaba? !Es tarde para bromas, vieja bruja!

Bete, sin embargo, no era tan paciente. Más aún cuando el motivo de su mala semana entraba como principal punto de conversación en la reunión.

-- Riveria, ¿podrías explicar el por qué de tu seguridad al afirmar esto?.

Pregunto Finn, interviniendo antes de que Riveria congelara a Bete por llamarla vieja bruja.

Tal vez no lo parecía, pero Riveria era bastante sensible cuando se trataba de su edad.

-- Por supuesto.

Riveria pasó por alto lo de Bete y les contó todo lo sucedido en el encuentro inesperado que tuvo con Bell Cranel.

Por supuesto, omitió la parte de la almohada de regazo.

-- Así que terminaste con un nuevo aprendiz, eh, Riveria.

Comentó Gareth mientras frotaba su barba y mostraba una sonrisa burlona.

Riveria decidió ignorarlo y llegó a la parte donde aparecieron Ottar y la joven llamada Axela.

Todos mostraron angustia ante el comentario "el Rey estuvo por atacarme", pero dicho sentimiento se volvió sorpresa cuando Riveria llegó a la parte donde Bell saltó a defenderla.

-- Un aventurero defendiendo a otro de una Familia rival... Ese chico es raro.

Dijo Tione, mostrando alivio y curiosidad.

-- !Yo pienso que es buena señal! !Es como Aizu dijo!

Exclamó Tiona. El ambiente, gracias a su grito animado, alejando las malas vibras ante el pensamiento de que Riveria fuese asesinada brutalmente por Ottar.

En eso, Bete escupió.

-- No sean estúpidas, solo lo hizo porque la anciana cuidó de él. Es simple cortesía profesional.

Su comentario hizo que Riveria frunciera el ceño, pero guardó silencio y continuó.

Llegó a la parte donde se quedó a solas con la joven llamada Axela, y tuvo la cortesía de omitir la parte donde Bell temblaba como un conejo asustadizo ante la presencia y mirada de dicha joven.

Riveria quería creer que protegía su dignidad como hombre, así como su reputación. Era lo menos que podía hacer para retribuirle un poco de la amabilidad que mostró.

Entonces finalmente habló sobre el contenido de la conversación que tuvo con Axela.

Lo que dijo sobre Silencio; la relación sanguínea que compartía Bell con ella, las acciones de Alfia con Evilus y el bloqueo mental que sufrió Bell.

Nadie se atrevió a decir nada y se limitaron a escuchar. Especialmente Aizu, cuya mirada se tornaba entristecida.

"Él también fue separado de su familia".

Pensó con un poco de melancolía.

-- Eso es todo.

Riveria finalizó su reporte con la peculiar reacción que mostraba Bell ante la mención de Alfia.

Se aseguró de resaltar el hecho de "no la nombren en su presencia, jamás", para evitar incidentes no deseados.

Además del problema que podría presentar Bell fuera de control, Riveria sentía más precaución ante Axela.

-- Ya veo, entonces Aizu tuvo razón con su presentimiento.

Dijo Finn, tomando su barbilla en una postura pensativa.

Sus cejas estaban ligeramente inclinadas.

-- Aunque no esperaba lo de Zald.

-- Entonces ese chico es el mismo del que Bete se burló? Je, je, ahora sí la hiciste, Bete-tan.

Loki habló por primera vez, mostrando una cara divertida y un tono burlón para animar el ambiente.

Por supuesto, su objetivo fue Bete.

-- Cierra el pico, mujer.

Graznó el hombre lobo.

-- Solo dije la verdad. Además, ese tomate es un don nadie, y el único problema representa es que pertenece a la Familia Freya. Alguien que se sostiene del poder de los demás no vale mi tiempo.

Dijo con claro disgusto.

Parecía ser un comentario válido, pero Riveria encontró el fallo de inmediato.

-- Aún así, él mismo no se ha jactado de pertenecer a la Familia Freya. Nosotros nos enteremos por Ottar, y el chico al que culpas nunca ha mencionado a su Familia.

-- Es verdad.

Dijo Aizu, uniéndose a Riveria. Esto por si solo basto para que Bete apretara con fuerza su mandíbula.

-- Cuando lo encontré en el puesto de Jyagamaru-kun, fui yo la que mencionó a su Familia, no él.

No había mucho que decir, sino es que nada, para contradecirlas, por lo que Bete guardó silencio.

En ese entonces, Tione comentó casualmente y con algo de alivio.

-- Olviden eso. ¿Lo que acaba de decir Riveria no deja en claro que no debemos preocuparnos por una venganza del chico?.

-- !Cierto!

Apoyó Tiona con una sonrisa.

-- Como Riveria lo cuidó, ahora él estará en deuda, !¿no?!

-- También está el entrenamiento. Con eso, puedo decir que estamos en buenos términos con él. Gracias por eso, Riveria.

-- Solo arreglé el error de Bete, no es necesario que tú me des las gracias, Finn.

Diciendo esa indirecta bastante directa, Riveria volteó a mirar a Bete.

El hombre lobo frunció el ceño.

-- ¿Huh? ¿A caso quieres un agradecimiento de mi parte? Ese bastardo no representa un peligro, no tengo por qué darte las gracias.

Dijo secamente, chasqueando la lengua mientras salía de la oficina rumbo a su taberna favorita.

Todos soltaron un suspiro cuando se fue.

-- Ese Bete sigue igual que siempre, eh.

Murmuró Loki con una sonrisa divertida.

Pocos entendieron el significado, pero eso realmente no importaba.

Finn se volteó para mirar a Riveria.

-- Riveria, ¿cuándo y dónde entrenarás con Bell Cranel?.

-- Será aquí.

Contestó rápidamente Riveria, a lo que Loki dió un salto.

-- ¿Eh, el mocoso de Freya vendrá a la sede? !¿Y si trata de espiar la base?!

Señaló, pero Finn negó de lado a lado.

-- Si Riveria lo invitó, entonces debió evaluarlo como digno de confianza, ¿no?.

-- Naturalmente. No tuve el tiempo para acordar la fecha, así que supongo que él vendrá entre esta semana.

-- Supongo que fue por la intromisión de Ottar.

-- Sí, fue por eso....

En realidad, se debía a la ligera vergüenza que sintió mientras le daba una almohada de regazo, pero Riveria no tenía la intención de decirlo.

Fue, de alguna manera, una experiencia bastante agradable y vergonzosa.

-- Si esto es todo y nadie tiene nada para comentar, la reunión es termina aquí. Vayan a descansar.

Los presentes asintieron para segundos despues salir e ir a sus propias habitaciones.

Riveria, especialmente, guardaba grandes expectativas de su pronto entrenamiento con Bell.

Tenía la necesidad de verlo otra vez, ya que le había parecido un chico bastante interesante.



X X X




Habitación de Freya.

Dos horas después de recibir la almohada de regazo de Axela, y después de que esta misma insistiera en no dejarlo ir, Bell finalmente pudo zafarse con la excusa de recibir una actualización de estado.

El reloj indicaba las 10:00 pm. La cena destinada para ambos estaba por llegar a su fin.

Había sido agradable. La plática no era forzosa, mucho menos incómoda.

Más que nada, se trató sobre el día de Bell, así como su logro de haber alcanzado el octavo piso del calabozo.

Freya no dudó en alabarlo con un tono seductor y sugerente, haciendo que Bell mostrara un lindo sonrojo.

Todo fue perfectamente bien hasta que Freya sacó un tema delicado.

-- Escuché de Ottar que te encontró en una posición extraña con la hija de Loki, nueve infiernos.

La sorpresa de Bell, así como el pánico, no fueron fáciles de ocultar. Especialmente delante de alguien como Freya, que tenía gran familiaridad con descifrar los deseos y anhelos de los mortales. 

Hace poco, esta era una reunión agradable que incluía sutiles insinuaciones de Freya para Bell, y ahora, la atmósfera agradable pasó a una donde Freya miraba a Bell con una sonrisa que le llegaba a los ojos.

-- ¿E-Extraña posición? N-No se de qué habla...

Ya era tarde para arrepentirse de hablar. Debido a su titubeo, los la mirada ya fría de Freya pasó a una que superaba ese estado. Se sentía como que podría ser congelado con solo una mirada.

-- ¿En serio? Hm, ya veo. Entonces, ¿la frase "almohada de regazo" no te suena familiar?.

Preguntó Freya con un tono bastante alarmante. A este punto, Bell ya no tenía escapatoria. Incluso si mentía, esta mentira sería revelada. 

Solo podía resignarse a decir la verdad o atreverse a mentir descaradamente con la esperanza de que su Diosa lo pasara por alto. 

-- N-No....

Tontamente, se aferró con uñas y dientes a la segunda opción.

Freya incluso mostró la ligera perplejidad de alguien que veía a un ciego decir que el cielo era negro.

[Maestro Bell, creo que las mentiras no forman parte de su fortaleza como individuo. Recomiendo humildemente que en esta ocasión, sea sincero].

Ante el consejo de su habilidad, Bell tuvo que aceptar la realidad. Si incluso si habilidad lo notaba, entonces era momento de soltar la mentira llamada esperanza.

Así que antes de que Freya le reprendiera por mentirle, dio un paso al frente con total honestidad. 

-- Perdón, Freya.

-- ....

-- Yo... mentí. Recibí... una almohada de regazo. 

-- Ya veo. 

Respondió Freya en tono plano. 

Le fue fácil ocultar su sorpresa por la honestidad inesperada de Bell, y si bien se veía adorablemente lindo, como un cachorro que buscaba las caricias de su dueño, no saltó de a darle un abrazo, consolarlo o felicitarle por su honestidad.

En cambio, se puso de pie y camino hasta la gran cama ubicada en el centro de la habitación.

-- Ven, actualizaré tu Estado. 

Bell asintió timidamente sin oponerse

Al llegar a la cama, Freya señaló suavemente e indicó. 

-- Quítate la camisa y recuéstate. 

-- S-Sí...

Su tono era ahora mas suave, pero seguía teniendo ese leve rastro de molestia. Debido a eso, Bell concluyó que era mejor hacer lo que le pidieran sin rechistar.

Hizo caso a las exigencias de Freya, quitándose la camisa y recostando su cuerpo boca abajo sobre el cómodo colchón.

No entendía mucho la actitud de su Diosa, pero esperó pacientemente alrededor de un minuto. Luego sintió la suave sensación del cuerpo de Freya encima de él. 

La actualización se hizo rápidamente en silencio, limitada a una sonrisa ligera en los labios de Freya al ver el increíble crecimiento de Bell. 

Poco después, pasó los datos del Estado a una hoja. 

-- Terminé. 

Dijo tranquilamente, haciendo que Bell soltara un suspiro que rompió el silencio.

-- G-Gracias, ahora puedo... ¿eh?.

Cuando intentó levantarse, notó que no fue fácil hacerlo. Además del cuerpo de Freya aún encima de él, un par de suaves y cálidas piernas hicieron presión deliberadamente.

-- F-Freya? Si no te bajas, no podré pararme...

-- Hmm.

Freya soltó una linda risita ante el nerviosismo de Bell. 

-- ¿Tan interesado estás en tu Estado que no puedes notar mis piernas desnudas, Bell?.

-- ¿P-Piernas desnudas...?.

Al escuchar, Bell miró con ojos temblorosos por encima del hombro. Allí, encima de él y con una linda sonrisa seductora, Freya mostraba su cuerpo semi desnudo, cubierto solo por una lencería de aspecto provocativo y erótico. 

-- !¿Q-Q-Qué pasó con tu vestido?!

Solo ahora descubrió por qué Freya había tardado en subirse en él y actualizar su Estado, se estaba desvistiendo.

El hermoso vestido púrpura de una pieza no estaba por ningún lado, y en cambio, lo único que se veía era el majestuoso y divino cuerpo de Freya cubierto por lencería erótica. 

El encaje del brasier realzó sus pechos, dejando una gran apertura en la parte del frente, de donde emergía una parte de su piel de aspecto suave y cálida.

La parte de abajo, que se frotaba contra la espalda de Bell por los movimientos voluntarios de Freya, estaba cubierta por una braga de color negro transparente. Solo un vistazo te permitía imaginar lo que estaba detrás.

-- ¿Te gusta lo que ves?. 

La pregunta de Freya, susurrada con el tono de un pequeño demonio tentándote a pecar, hizo que Bell tuviera un intenso escalofrío. 

Su cara enrojeció rápidamente, regresando la mirada al frente sin saber qué decir por los nervios y el pánico. 

Freya se rió de ello. 

-- Aunque no respondas, sé tu respuesta. Te gusta, ¿verdad?. 

Lentamente, inclinó su cuerpo hasta que sus pechos presionaron la espalda desnuda de Bell. Sentirlo temblar fue algo demasiado lindo para Freya. 

-- Si tanto te gustan las mujeres mayores, ¿no me convierte en eso la ganadora? Puedes usar mi cuerpo maduro a tu conveniencia, mi pequeño conejito.

-- ....

La cara de Bell cambió de un color a otro ante el susurro insinuante de Freya. Solo esas palabras fueron suficientes para hacerlo imaginar escenarios poco éticos entre Freya y él. 

Sudando, jadeando, entrelazando sus cuerpos. 

Freya fue vio a través de él rápidamente, y con una sonrisa coqueta en sus labios, se inclinó aún más para alcanzar la oreja de Bell.

-- ¿Debería de usar mi Encanto para hacerte mío en este momento?.

Sopló una bocanada de aire caliente, luego le mordió ligeramente la oreja, haciendo que Bell temblara como un conejo asustado. 

-- Hacer que tu cuerpo me de hasta altas horas de la noche, fuerte y salvaje...

-- ....

-- Mezclar nuestros fluidos, unir nuestras voces en jadeos apasionados faltantes de aire...

Esta vez, Bell tembló de una forma diferente a las anteriores. Esto porque si Freya usaba su Encanto con él, entonces no habría manera de oponerse a su voluntad.

Aunque en realidad Freya sabía que no era así, y solo estaba amenazando falsamente para obtener una jugosa compensación, ademas de ver el lindo aspecto temeroso de su pequeño conejo.

Su objetivo era un beso, pero para su desgracia y la de Bell, la voz de cierta habilidad sonó en la cabeza del segundo. 

[Maestro Bell, le informo que el Encanto de la Diosa Freya no surte efecto en usted gracias a la habitad Deseo del héroe. Por lo tanto, no se preocupe. !Fuerza!].

El temblor de Bell cesó al instante en que escuchó la voz de Gran Sabio, dando un gracias en sus pensamientos. Giró la vista nuevamente, viendo el glamoroso cuerpo curvilíneo de Freya. 

-- Pero Freya, tu Encanto no funciona en mí gracias a mi habilidad, ¿no?.

Bell no necesitaba ser una experto en leer las expresiones de los demás para saberlo, ya que la incredulidad de Freya fue lo suficientemente notoria.

Poco después, esa incredulidad pasó a un leve rastro de molestia y una sonrisa que desprendía el sentimiento amargo de la derrota. 

-- Ya veo, así que has entendido por completo tu habilidad. No es justo. 

Dijo con un lindo puchero que no combinaba con su aspecto erótico. Luego de ello, bajó de la espalda de Bell con una expresión mal humorada en su hermoso rostro. 

Sin embargo, no salió de la habitación o despidió a Bell de esta. En cambio, tomó asiento sobre la alfombra al costado de la cama y palmeó su regazo.

Bell tuvo un increíble deja vú. 

-- Si aún no puedo hacerte mío, entonces ven y acepta tu castigo. 

-- S-Sí...

Bell caminó hacia Freya con una ambiente de derrota, lo que era raro, si se tenía en cuenta su reciente victoria. 

Además, no podía evitar pensar que el aspecto seductor y erótico que desprendía el cuerpo de su Diosa no iba acorde a la situación de dar una almohada de regazo. 

Aunque tampoco es que se quejara. 

Cuando estuvo a un lado de Freya, se recostó sobre su regazo desnudo. La calidez y suavidad de sus muslos fue una sensación divina que lo hizo enrojecer. 

Su corazón enloqueció cuando abrió los ojos. Ahora que estaba acostado, lo que su visión captaba eran el increíble par de montañas de aspecto suave cubiertas por un brasier color negro transparente. 

Bell tragó saliva al darse cuenta que si enfocaba su vista, era incluso capaz de vislumbrar ligeramente un par de lindos pezones color rosado. Esto lo hizo voltear a mirar a otro lado. 

-- Fufu, eres tan lindo que apenas puedo contenerme, Bell~

-- ....

Con la tercer almohada del día, Bell fue tomado bajo control. 

Freya se limitó a acariciar el cabello blanco de Bell, sacando pláticas sobre temas causales de su día, y Bell se limitó a responder, escuchar mientras se sonrojaba y echaba un vistazo a los pechos de su Diosa de vez en cuando. 

Freya fue consciente de esto, y al contrario de molestarse, sonrió con suficiencia y felicidad.

Después de un rato, Bell recibió su hoja de estado. 

-- Puedes retirarte a descansar, bueno, a no ser que quieras dormir conmigo~

-- S-Será para la próxima....

Bell consideró que, de quedarse a dormir con Freya, ni siquiera podría cerrar los ojos por los nervios. No es que no confiara en ella, sino que, independientemente de la situación, intuía que ella intentaría hacer algo si llegaba a bajar la guardia. 

-- Si tú lo dices~

-- S-Sí...

Freya sonrió para sí misma al ver a Bell rojo hasta las orejas, tambaleándose débilmente hasta la puerta y saliendo de la habitación.

Se acostó sobre la cama, abrazando una almohada. El día, o más bien la noche con Bell, le dejó con un gran sentimiento de satisfacción. 



X X X




Ya era tarde en la noche, pero la curiosidad de ver los resultados de sus días atareados impidió que Bell cayera dormido sobre su cama. 

Además, tenía que leer el Grimorio dado por su Diosa. Esto se lo recordó Gran Sabio. 

-- Woah, esto es genial...

Bell sonrió placentera y emocionadamente al ver su Estado, especialmente en la sección de habilidades básicas. 

[Estado].

Fuerza: B 701 --> A 820. 

Resistencia: F 355 --> E 404. 

Destreza: C 650 --> C699. 

Agilidad: A 817 --> S 913. 

Magia: I 0 --> H 189. 

Los resultados no eran poca cosa, e incluso rayaban en lo excepcional. 

Con un gran sentimiento de realización corriendo por todo su cuerpo, Bell se puso de pie y caminó hasta el librero de su habitación, tomando un libro blanco que tenía entre los demás (cuentos heroicos).

Se recostó en su campana nuevamente y comenzó a leer el Grimorio hasta quedarse dormido. Tuvo un sueño extraño, donde una voz hacía preguntas extrañas. 


To be continued XD.   (9500 palabras). 


Bueno, aquí dejo esto. Quería abarcar más, pero no quiero que con muchas palabras la lectura se vuelva aburrida, de todos modos casi llego a la parte de la acción. 

Sobre lo de Zald, ya sé que no es tío de Bell, solamente lo puse así porque sería como Bell diciendole así de cariño. 

Al siguiente capitulo habrá cambios realmente grandes con respecto a la historia original, también mencionare a otra familia de <Los trece>. 

Sin mas que decir, nos vemos.

Barrita fuera. <3

Nota: Finalmente doy por terminado este capítulo. No creí que me llevaría tanto, pero supongo que fue por los días ajetreados que he tenido últimamente. En fin, me ha gustado como quedó la edición. 

Si estás leyendo esta historia por primera vez, recomiendo que la guardes y esperes a que termine de editarla :). 

7 de abril del 2024. 


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro