Especial SS: Regalo de cumpleaños.

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Esto lo quise escribir hace ya tiempo. En realidad no es nada tan relevante, pero hey, siempre se me ha dado mejor describir momentos afectuosos que peleas xD.

Ahm, tal vez Grimp me quiera matar cuando se entere que no de esta historia solo tengo este especial hagsjah por eso no me voy a conectar al discord hoy.

En la tardecita daré un anuncio sobre lo que será mi rutina escribiendo.

¿Trío?

.

.

.

Era el mismo sueño de siempre.

Una colina adornada por un mar de trigo dorado brillante bajo los rayos del rojo atardecer. La silueta de una mujer cuyo rostro desconocía y un pequeño yo tomando su mano.

Ambos observábamos la caída del ocaso.

Ocasionalmente ella me abrazaba y acariciaba.

Yo miré desde una lejana distancia, observando a mí yo pequeño y a la silueta de una mujer desde atrás.

La silueta miró hacia abajo en lo que parecía una sonrisa para el pequeño Bell.

Entonces escuché su voz.

-- Feliz cumpleaños, Bell.

Una voz extrañamente familiar y, al mismo tiempo, desconocida.



X X X



Mis párpados temblaron y abrí mis ojos.

El techo de la habitación asaltó mi borrosa visión que poco a poco se aclaraba. Bostecé con cansancio mientras gotas cristalinas se formaban en las esquinas de mis ojos.

"Hace dos meses que no soñaba con ella..." — pensé.

Habían pasado dos meses desde el rescate de Haruhime, y así también desde que oficialmente había logrado mi objetivo de tener un harem.

Ocasionalmente Axela se peleaba con todas, pero poco a poco iban calmándose. Especialmente Riveria, que ella y Axela tenían una clara rivalidad por un puesto que yo desconocía.

-- .... ¿Hmmm?

Cuando por fin pasó el adormilamiento, sentí algo raro en mi cuerpo.

Pude comprender que mini Bell estaba despierto, lo cual no era nada extraño, ya que era el primero en levantarse siempre.

No sabía la razón, simplemente era así.

Sin embargo, había algo diferente esta vez.

-- ....

Miré hacia mi lado derecho, donde se suponía que Axela estaría durmiendo como una bebé. Sin embargo, no estaba por ninguna parte.

-- ......

Comencé a sudar por los nervios.

*suck*

Pude escuchar el sonido de algo siendo chupado, y por el efecto, pude concluir que era húmedo.

Luego, sentí la calidez y suavidad que invadían a mini Bell.

-- ......

El sudor aumentó mientras mi expresión se tornaba nerviosa.

Miré hacia abajo, donde mi cuerpo era cubierto por la sábana de mi abdomen hasta los pies.

Todo estaba en orden, claro, sí omitía la montaña del tamaño de una persona justo encima de mis piernas.

La sábana subía y bajaba en la zona de mi entrepierna.

-- ¡G-Gh...!

Ahogué un gemido, y sentí que el calor invadía mis mejillas.

Dirigí mi mano derecha temblorosa y tomé el extremo de la cobija.

*suck*

Los sonidos de succión continuaban.

A este punto ya sabía lo que estaba sucediendo.

-- ....

Esperé 1, 2 y 3 segundos, luego jalé la sábana hacia un lado y descubrí a la persona responsable de esta irregularidad mañanera.

-- .... Axela.

Ahí estaba mi linda novia, usando nada mas que una candente ropa interior de color negro mientras me practicaba sexo oral.

Su cabeza subía y bajaba con lentitud y un ritmo hechizante mientras su largo cabello negro obsidiana caía como una cascada en su mejilla izquierda.

Sus labios apretaban a mini Bell mientras su boca lo succionaba. Pude sentir las caricias de su cálida y suave lengua alrededor.

-- ¿Q-Qué significa esto?

Mi pregunta fue ignorada y ella siguió subiendo y bajando.

Estaba teniendo problemas para contener los gemidos, y mis mejillas aumentaban el ardor poco a poco.

-- A-Axela...

-- Hmmm~

Me tenía atrapado.

Era similar a una depredadora con una presa entre sus colmillos, me fue imposible escapar de la situación y lo único que pude hacer fue dejarme llevar.

Pasaron minutos.

La habitación fue llenaba por mis gemidos y los tarareos sensuales de Axela.

-- ¡E-Estoy en mi límite...!

Ya no podía retenerlo.

El placer que me entregaba la boca de Axela arrinconó al mini Bell y no le dejó otra opción mas que eyacular.

-- ¡G-Gh...!

-- Hmmm~

Axela recibió todo en su boca, no dejando caer ni una gota.

La miré con vergüenza en mi rostro mientras jadeaba. Mis mejillas ardían y mis ojos desprendían excitación.

Finalmente, Axela me miró por primera vez en el día.

-- Feliz cumpleaños, mi amor~

Me mostró ojos cautivadores y una sonrisa coqueta.

Después de eso me dio un beso de buenos días y lo hicimos como acordaba el contrato que establecimos.



X X X



-- Haa, haa....

-- Haa, haa...

Ambos estábamos de espaldas contra la cama, observando el techo de la habitación mientras jadeábamos por el cansancio.

-- Creo que me dejé llevar...

-- Sí, fuiste mas intensa de lo normal...

Ambos sonreímos ligeramente.

Axela poco a poco se acercó a mí y me tomó en sus brazos, otorgándome su calor corporal. Su cuerpo desnudo rozó con el mío.

Todavía era de mañana, poco antes de las 9:00 am.

-- B-Bueno, no puedo evitarlo... montarte se siente b-bien...

-- O-Oye....

-- Hehe, lo siento~

Su rostro se enrojeció, y en un acto de vergüenza hundió su cara en mi pecho, sobando su mejilla contra mi piel.

Últimamente Axela comenzaba a soltarse más en torno a lo íntimo, y de alguna manera, no me desagradaba.

Me encantaba la confianza que poco a poco íbamos generando en ese tema.

-- Bell...

Su voz me llamó con un ligero y lindo murmullo. Su aliento me hizo cosquillas en el pecho, causándome una sonrisa satisfecha.

-- Dime.

-- .... ¿Crees que soy una pervertida?

-- ....

Fui tomado por sorpresa, pero pude reponerme en cuestión de segundos.

Bajé mi vista hacia ella, que me observaba con ojos avergonzados. Su hermoso cabello un poco desarreglado cubría gran parte de su rostro, pero sus mejillas pudieron mostrar un lindo tinte rosa.

-- Claro que no, jamás lo creería — contesté — ¿Por qué preguntas eso?

Sonreí mientras esperaba por su respuesta. Sentí su mano derecha recorrer mi abdomen, deslizándose poco a poco hasta llegar a mi entrepierna.

Con movimientos delicados, ella me acarició.

-- A-Axela...

Mis mejillas se tornaron de un rojo ardiente. Axela seguía observando mis reacciones, sin detener el movimiento de sus dedos bajo la sabana que acobijaba nuestros cuerpos desnudos.

Sus ojos, preciosos como gemas de la mas alta calidad, me analizaron.

-- ¿Sigues pensando que no soy una pervertida? — preguntó en lo que era un sensual murmullo.

-- L-Lo sigo pensando... ¡Gh...! S-Se siente tan bien...

La forma en que Axela mejoraba su técnica de manos me dejaba sin palabras, digno de una chica prodigio nacida en un clan de asesinos.

El recuerdo de dos meses atrás, donde ella seguía siendo una principiante en los actos íntimos, quedó como un lejano y hermoso recuerdo.

Cerré mis ojos, sintiendo la suavidad y calidez que la mano de Axela proporcionaba. Luego escuché su voz.

-- Yo creo que, en realidad... soy un poco pervertida, Bell.

Nunca imaginé que llegaría el día en que ella lo aceptaría abiertamente. Tragué un poco, ahogando mis gemidos, y contesté.

-- Y-Ya veo...

Dejé escapar un jadeo al momento que Axela dejó de acariciar mi entrepierna, como si comprendiera que me estaba torturando lo suficiente.

Después de todo, no podíamos hacerlo una segunda vez debido a los pendientes que teníamos en el día. Para eso estaba la noche, donde no me cabía dudas en que me tomaría.

Se presentó un agradable silencio, donde solo podíamos escuchar la suave respiración del otro.

Axela seguía descansando su cabeza sobre mi pecho, escuchando los latidos de mi corazón, que a palabras de ella, era relajante y cautivador.

-- Es tu cumpleaños, ¿qué quieres de regalo? Haré lo que pueda siempre que esté a mi alcance para complacerte el día de hoy.

-- Espera, creí que el sexo oral de hace un rato fue mi regalo de cumpleaños.

-- Fufu, bueno, en parte sí, pero quería intentar una nueva forma de darte los buenos días. Y cayó de maravilla para tu cumpleaños, pero... para mí no es suficiente como regalo, así que dime si hay algo en específico que quieras.

-- Hmm, si lo pones de esa manera...

Quería intentar algo, o mas bien, las sabias enseñanzas de mi abuelo me habían marcado con un sueño que deseaba cumplir para cuando tuviera un harem.

Ahora que lo tenía....

Y qué Axela insistía en darme un regalo....

Además, que estaba a su alcance y poder...

-- ¿Está bien si te pido un trío?

-- ....



X X X



Recapitulando lo sucedido, no debí haber hecho eso.

Casi muero.

-- Puede que yo sea una pervertida, pero tú eres un degenerado sin vergüenza, Bell.

-- L-Lo siento....

Actualmente eran las 9:30 de la mañana. Las cortinas estaban a los costados de la ventana, así que los rayos del sol se colaban a través del cristal, iluminando la habitación.

Yo me encontraba acostado, y Axela estaba encima de mi ahorcajadas. Sus piernas esbeltas actuaban como cadenas que me inmovilizaban.

Su cuerpo desnudo, hermoso y erótico; quedó vulnerable ante mis ojos que no dejaban de admirarlo.

Navegué y gocé de la vista; su pálida y suave piel decorada con tintes rosados en las partes adecuadas le daba una apariencia inocente.

Su prominente busto que casi no me dejaba ver su rostro, pues actuaban como muros impenetrables protegiendo un paraíso, se mantenían firmes a pesar de su gran tamaño.

Lo más hermoso, eran su pezones. De un atrayente color rosa suavizado y decorados con aureolas del mismo color.

-- Deja de comerte mis pechos con la mirada y recapacita de tus pecados, degenerado.

-- ¡Auch, auch...! ¡E-Está bien, ya entendí!

Mis mejillas fueron pellizcadas, haciéndome quejar por el dolor.

-- Si serás... mira que pedirme un trío, como si dejarte tener un harem no fuera suficiente para ti, tú, maldito conejo pervertido.

-- ¡Lo siento, he pecado, lo siento!

Mis mejillas siguieron sufriendo de sus pellizcos.

-- Siéntelo con más honestidad. Demonios, ¿en qué diablos estabas pensando? ¿En serio creíste que había una posibilidad de que aceptara?

-- ¡Lo siento, he pecado, lo siento!

No podía hacer nada mas que arrepentirme por mis pecados y escuchar el sermón educativo impartido por mi linda, pero a la vez estricta, novia.

-- Eres muy temerario, Bell. Para empezar, no entiendo la razón de querer un trío, es pecaminoso y de mal gusto; una injuria.

-- ¡Sí, tienes toda la razón, lo siento!

-- La mera idea de pedirme hacerlo contigo mientras otra mujer está presente... creo que merezco un poco de respeto, ¿no crees?

-- ¡Por supuesto, eres a quien más respeto amor!

-- Veo que lo entiendes.

A pesar de concordar conmigo y estar satisfecha con mi respuesta, no dejó de pellizcar mis mejillas.

Fue cuando pasaron un par de minutos que ella me lanzó una mirada fría y despectiva, una que le entregarías a un degenerado, que dejó de pellizcar mis mejillas.

Lentamente dejó caer su cuerpo hacia el mío, presionando sus grandes y suaves, muy suaves pechos sobre el mío.

Sus piernas se enredaron con las mías, al punto que podía sentir la calidez y suavidad de su piel. Por último, pero no menos importante, alineó su entrepierna con la mía, dando ligeros frotes.

-- ¿No soy suficiente para saciar tu libido?

-- ....

Sus labios mordieron el lóbulo de mi oreja derecha al tiempo que susurraba esa pregunta. Apenas pude mantener la seriedad ante sus claras insinuaciones.

-- No es eso, tú me eres más que suficiente. Solo fue una tontería que quise desde pequeño, no le tomes importancia.

-- Hmmm~

Ella siguió mordiendo mi oreja, ocasionalmente lamiéndola hasta llegar a mi cuello y comenzar a chuparlo y dar ligeras mordidas.

-- Mentiroso.

-- ....

-- Sé que ya lo has hecho con varias de las otras, degenerado.

-- ¡G-Guh...!

Eso era muy diferente, pero sabía que decirlo solo resultaría en otra paliza y mis mejillas siendo pellizcadas.

-- Riveria.

-- ....

-- Kaguya.

-- ....

-- Eina.

-- ....

-- Helum, ¿o debería llamarla Syr?.

-- ....

-- Son con las que lo has hecho, ¿me equivoco? Te las enumeré en orden, así sabrás que estuve a

--  tanto en todas las ocaciones.

-- Ah ha... haha... lo siento mucho...

-- Ya me encargué de castigarlas, supongo que no te lo dijeron.

Fui arrinconado.

Sus palabras susurradas al oído ya no me parecían sensuales, sino amenazantes. Sentí un terror que solo Axela sabía causar en mí.

-- ¿Por qué eres así, Bell? Me refiero a lo degenerado.

-- Q-Quién sabe...

-- Si ella lo viera, seguro estarías en silla de ruedas.

-- .... ¿Eh? ¿Ella, a quién te refieres?

-- Olvídalo, no la conoces.

Por primera vez en mucho tiempo, detecté una mentira. No recordaba la última vez que Axela me mintió, pues hacía años ya.

Usualmente, su tono subía ligeramente en la última palabra.

Sin embargo, a pesar de haber detectado su mentira, guardé silencio. Axela tenía ese derecho, y todos tenían secretos.

Además, ya me daba una idea sobre la mujer de la que estaba hablando. Después de todo, es imposible que Axela no la conociera.

Desde hace un tiempo no dejaba de preguntarme por qué guardaba silencio sobre la identidad de mi tía, a la cual no recuerdo.

-- Supongamos que....

Su voz me trajo de vuelta a la realidad.

-- Aceptaba tu petición, ¿a quién añadirías?

Estaba jugando conmigo y mis sentimientos, algo que ella establecía como tortura psicológica.

Respondí luego de pensarlo seriamente.

-- Creo que Kaguya.

-- Hmm, hmm... sí, ciertamente sería la mejor opción, ya que es mi mejor amiga y en quién confío demasiado.

-- Sí, además, ambas son orientales... habría más significado si el trío fuera con dos orientales, no sé, ¿como algún tipo de trinidad oriental? Ah, pero me faltaría una...

-- Qué miedo me das... en serio que eres un completo degenerado.

Sonreí secamente a sus insultos despectivos. Tal perece que ese sería mi nuevo apodo por un tiempo.

-- Sabes, en mi clan era una tradición que el líder tuviera mas de una esposa para así mantener una línea segura de sucesión además de incrementar la población de futuros asesinos, supongo que a eso se le puede considerar un Harem, ¿cierto?

-- Ciertamente, que increíbles tradiciones tenía tu clan.

-- Idiota.

Recibí una mordedura un poco mas fuerte en mi cuello, lo que me hizo gruñir por el ligero dolor.

-- Aún así, mi madre no dejó que mi padre tuviera dicho harem. Ella estaría muy decepcionada de mí si me viera en estos momentos, ¿no crees?

-- En absoluto, estoy seguro que mi querida suegra lo aprobaría.

-- ....

Me mordió una vez más, a lo que yo solo pude quejarme por el dolor mientras me disculpaba.

Fue entonces que Axela levantó su cabeza y me observó desde arriba.

-- Técnicamente, al ser la legítima heredera del clan, ¿no crees que yo también tengo derecho a un harem?

-- ...............

Me quedé en silencio, para nada de acuerdo con sus palabras.

Podría jurar que incluso quería explotar por la ira que me estaba consumiendo justo ahora.

La mera idea de que Axela compartiera intimidad con otros hombres...

-- No tienes por qué poner esa cara, tonto. Obviamente fue una broma, fufu... que lindo te ves celoso, cariño~

Ella sonrió de forma traviesa.

Mi corazón latía muy rápido y la sangre bombeada se calentaba a temperaturas que bien podrían quemar mis venas.

-- Lo sé, pero...

-- Hehe, ¿qué sentiste? Naturalmente, a mí no me interesa nadie que no seas tú, pero ahora que sabes sobre la tradición de mi clan, ¿aceptarías que reclamara mis derechos como heredera?

-- ......

A esto le llamaba una muy buena tortura psicológica.

Axela me sonrió de forma juguetona mientras movía sus pechos frente a mí. Esas increíbles masas de suave y consistente carne atraparon mi atención.

La mera idea de qué alguien más las viese, o tocase, me hacía querer quemar todo el lugar con las llamas negras.

-- Fufu, el brillo de tus ojos ahora mismo es aterrador, ¿qué tanto pien?— ¡¿e-eh?!

Tomé su espalda con mis brazos y la jalé hacia abajo, haciendo que una vez mas presionara sus pechos contra mí.

Abrazándola con fuerza, murmuré en su oído.

-- Tú eres mía, no dejaré que nadie más esté a tu lado.

-- .....

-- Entiendo que es egoísta, pero es lo que siento. Así que por favor, Axela, no vuelvas a hacerme imaginar algo así...

No sabía si mi tono de voz era fuerte o frágil, de lo único que estaba seguro es que tenía temor a que Axela de un día para otro decidiese relacionarse con alguien mas.

Eso me aterraba.

Tenía muy en claro que no tenía ningún derecho en monopolizarla, pues ella misma me había dejado estar con otras mujeres, pero a pesar de eso, mi corazón seguía negándose a la idea de compartirla.

No me había enamorado de ella por lo que mis ojos habían visto, sino de aquello que mi corazón pudo ver.

Porque a veces la miro a sus ojos y ahí es donde encuentro un destello de nosotros.

El sol, la luna, las estrellas. Todo perdía sentido ante el cielo de sus ojos.

Axela es lo mas importante para mí, la chica que estuvo conmigo desde hace tantos años, con quien compartía una infinidad de recuerdos y aventuras.

No la compartiría por nada del mundo, mi más preciado tesoro.

-- Tranquilo...

Sentí sus dedos enrollar mi cabello, acariciándolo con delicadeza y cariño.

-- Soy solo tuya, en cuerpo y alma. Mi amor no nombrará a nadie que no sea tú, así que tranquilo.

-- Lo siento...

-- Fufu, no te preocupes. Me encanta que seas posesivo

-- Gracias... por todo.

Cerré mis ojos, disfrutando de las caricias de mi novia.

Se hacía tarde, sin embargo, no deseaba levantarme.



X X X



Mi rostro estaba hundido entre los pechos de Axela, disfrutando de la satisfactoria temperatura que irradiaban y el adictivo aroma que desprendían.

A palabras de ella, esto ayudaría en despejar las cosas que no deseaba pensar.

-- Hmm, hehe, tu respiración me hace cosquillas~

Pues tenía razón.

No pensaba en otra cosa que no fuera la suavidad de sus pechos, que me aceptaban complacientemente en cualquier momento.

Comencé a explorar el paraíso al que solo yo tenía acceso, y lentamente, llevé mi boca a uno de sus pezones.

-- ¡H-Hyah...~!

Comencé a chuparlo, siendo cuidadoso de no lastimarla.

-- B-Bell, mis pezones son sensibles... haa, haa... sé mas amable....

Sus adorables jadeos encendieron algo en mí, y al sentir sus manos en la parte posterior de mi cabeza, tuve en claro que ella no deseaba que me detuviera.

Seguí chupando y lamiendo.

Usé ambas manos, amasando sus pechos suavemente mientras su textura invadía mis dedos.

-- Hehe, pareces un bebé~

La forma en que su piel me aceptaba y abrazaba me lanzó a un trance donde lo único que podía pensar era en sus pechos.

Sentí sus piernas rodeando las mías, y su entrepierna comenzaba a gotear un líquido que se adhería a mi piel.

-- .... ¿Tanto te gustan mis pechos?

Me detuve al instante, esto era algo que debía responder a toda costa.

-- Me encantan.

No era solo su consistencia, sino la increíble firmeza que mantenían. Era increíble que con su gran tamaño no se cayeran y se mantuvieran en el lugar indicado.

Además, eran fascinantemente suaves. Su elasticidad atrapaba mis dedos y los hundía, así de increíbles eran los pechos de mi novia.

-- Eres un pervertido

-- Tal vez.

Seguí chupando sus pechos por los siguientes 7 minutos, lo suficiente para hacerla entrar en calor.

Fue temerario, pues si eso sucedía muy dudosamente saldríamos de la habitación, sin embargo:

-- Ya sé qué quiero de regalo.

-- ¿Ah, sí? Soy toda oídos.

La superficie de sus ojos emanaba excitación mientras me miraban, y podía sentir el calor de sus jadeos rozando mi mejilla.

-- Quiero quedarme aquí, contigo.

-- ....

-- Quiero hacerte el amor.

-- Fufu, ¿por el resto del día?

-- Hasta que mi cuerpo colapse.

Obtuve una sonrisa traviesa, pero a la vez encantadora, como respuesta.

Axela movió su cuerpo, alejando sus pechos de mí. Entonces volvió a sentarse encima a horcajadas.

-- Concedido entonces, este día no saldremos de la habitación.

-- Gracias.

-- Hehe, ¿debería comenzar usando los pechos que tanto te gustan para hacerte sentir bien aquí abajo?

Su entrepierna estaba alineada con mi miembro, frotándose con ligeros movimientos hacia adelanta y hacia atrás.

El líquido que emanaba poco a poco humedeció mi parte baja, haciéndome sonrojar ligeramente.

Ella siguió frotándose contra mí mientras me sonreía con picardía desde arriba.

-- Es una buena idea — respondí.

-- Hehe, okay~

Axela bajó su cuerpo, lo suficiente para estar al nivel de mi entrepierna.

Lentamente abrazó a mini Bell entre sus pechos y comenzó a darme sexo oral.

El resto del día lo pasamos entre nosotros dos, recorriendo cada parte de nuestros cuerpos, faltos de aire e inundando la habitación de nuestros gemidos.

La piel chocando contra la piel, los jadeos superponiéndose, el deseo bailando a nuestro alrededor, el anhelo tocando su melodía.

Me entregó todo de ella, y yo le entregué todo de mí; hasta que ambos caímos rendidos sobre la cama.

Para ese momento, la noche ya reinaba los cielos.


Fin (3300 palabras)



Quise escribir el lemon de forma mas explicita,  pero no me tuve la confianza para hacerlo xd. Será para el epílogo u otro especial, quien sabe, tal vez del trío. 

La razón por la que quise escribir este especial fue para hacerle entender a Bell que Axela también tiene derecho a un harem xD aunque claro, es lo último que ella desea.

Solo quería que entendiese el dolor por el que pasó Axela al dejarlo estar con otras mujeres, un trato justo, ¿no?

Bueno, me voy por el momento gente, woa descansar un poco 👋🏻

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