◇III

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Una bola de pelos blanca estaba en mi rostro al despertar. Maldito gato bipolar.

Al apartarlo de mi cara pude notar que el Sol estaba puesto en lo alto. En la cocina se escuchaban ruidos, por lo que me preocupé.

Tomando el libro más pesado que encontré, me dirigí a la cocina, encontrándome con dos niños pequeños; uno parecía una cebolla, y el otro un tomate. Ni siquiera pregunté sus nombres para cuando los saqué de mi casa.

Segundos después, Norman y Emma aparecieron.

— Buenos días, Ray.

— ¡Buenos días, Ray!

— Buenas. Han venido temprano.

— Oh, sí sí, hemos venido a traerte champon y mochi antes de ir al instituto. — respondió Emma, y ella y Norman mostraron los respectivos alimentos que me traían.

— Genial, muchas gracias. Aunque no había necesidad...

— ¡No digas eso! Son regalos.

— Bueno, si así es...

— ¡Así es! — se apresuró a contestar Emma.

— Bien, tenemos que marcharnos, Ray.

— ¡Oh! Es verdad. Nos vemos luego, chicos.

— ¡Nos vemos!

De un momento a otro me sentí algo solo. Con solo un dos días aquí podías sentir el sentimiento de unidad que el pueblo irradiaba. No estaba acostumbrado a eso, nunca lo estuve, pero vivirlo tan de cerca, justo el primer día que llegué aquí, dejó un agradable y adictivo sentimiento de calidez en mí. Quiero sentir ese sentimiento cuantas veces sea posible, de ahora en adelante.

Sumergido en mis pensamientos, y con la mirada perdida por donde Emma y Norman se habían ido, no me percaté de la presencia de una pequeña niña frente a mi puerta.

— Hola, señor Ray.

— ¿Mm? Oh, hola...

— Me llamo Conny, ¡y él es Little Bonnie! — una completa ternura... qué mal que no me gusten los niños...

— Oh... genial. ¿Sabes? Tengo que intentar trabajar así que...

— Le he traído esto, así que por favor disfrutelo. Mi abuelo lo preparó para usted.

— Qué amable. Gracias, Conny. — sin decir nada más ella se fue dando saltos.

Parece ser una niña muy tranquila, a diferencia de los niños que conozco de mi barrio.

Abrí lo que Conny me trajo, y lo que hallé fue daikon (una clase de rábano japones) cortado en cuadros y zanahoria con olor a vinagre...

¿Se supone que esto se come?

Con algo de desagrado miré a mi derecha la tremenda cantidad de esta cosa que la niña me trajo. Era una bolsa grande, completamente llena.

Tal vez sea bueno, solo debo darle una probada...

Al final del día...

— Droga, eso debe ser.

Llamaron a la puerta, corrí y abrí:

— ¿¡Conny!? Ah, sólo es Emma...

— ¿¡ Ah!? ¡También me da gusto verte, Ray!

— Sí sí, ¿necesitas algo?

— El abuelo de Conny me dijo que te trajera este konomon.

— ¡¿El abuelo de Conny?! ¡Eso quiere decir....!

La cosa rara ahora tiene nombre... ¡Konomon! Santo cielo, me arrepiento de corazón por haber pensado que esto no era comestible. Es la cosa más deliciosa que he probado antes en toda mi vida.

— ¡Ray-san! ¿Le gustó el Konomon?

— ¡Conny! Agracele a tu abuelo por el konomon, es delicioso.

— Sabía que le gustaría.

— A todos en la isla nos encanta el konomon. — mencionó Emma. — En particular a Norman.

— ¿Sí? Y hablando de él, ¿dónde está?

— Se quedó en la escuela, en las actividades del club.

— Ya veo... ahora iré a comer Konomon, gracias.

— ¿¡Eh!? ¡Hey! Vine aquí para que me sigas contando historias como las de ayer.

— No puedo hablar y comer a la vez, así que espera.

— Puedo... ¿Yo también puedo escuchar sus historias, Ray-san? 

— Como pago, por ahora, al konomon, claro que puedes, Conny.

— ¡Yeey! Little Bonnie también quiere escuchar.

— ¡Disculpe la intromisión! Hey, Emma, Conny. — otro más llegó. El alcalde, Don.

— Hola, alcalde.

— Hola, Ray. ¿Cómo te va?

— Bien, aunque ahora parece ser que me convertí en el Cuenta cuentos de esta niña. — dije, apuntando a Emma con los palillos.

— ¡Tenemos la misma edad, niño! — se quejó ella.

— Oh, hola, señora Gilda. —saludé a Gilda, ignorando a Emma, lo que hizo que me ganara un golpe con su mochila en las piernas.

— Hola, Tooru.

— Hola, Norman. — saludé a la nueva visita.

— Veo que hay mucha gente... Hola a todos.

— ¡Bienvenido!

— ¿Hola?

— Señor abuelo de Conny. — dije, al no saber su nombre.

Nunca había recibido en mi casa a tantas personas a la vez.... ¿Qué rayos pasa? ¿Desde cuándo todo ha cambiado tanto? Solo llevo dos días aquí y ya vienen a visitarme como vecino de toda la vida, los chicos me tratan como su amigo cercano, ya ni siquiera usamos honoríficos entre nosotros. Qué confianza y naturalidad. Todo en la ciudad es tan diferente.... Todos parecen forzarse para parecer amigables, les gusta destacar, no se dan tiempo para pasar el rato en la casa de los amigos y no intentan llevarse bien con los vecinos. Son egoístas y nada bondadosos, cada quien está por su propio camino y con sus propios problemas. Piensan: "Es su problema, no mío", y con esa mentalidad y esas palabras todo está bien, se excusan para no ayudar. En cambio aquí, en un pueblo, todos se ayudan entre sí, se llevan bien, es fácil ir y venir de una casa a otra, tienen buen concepto de cada uno, son agradables y bondadosos y confían en cada uno.

Aunque llevo muy poco aquí y probablemente aprenda muchísimas cosas más de las personas de este lugar, estoy feliz de haber venido aquí para resolver mis problemas de inspiración.

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Capítulo corto (?).

Quiero agradecer por el rápido crecimiento de este libro

   /)/)        (\(\ 
  ( . .)        (. . )
  ( づq♡u⊂ )

Ya son casi 1, 000 leídas!!
( ੭ ˙ᗜ˙ )੭
Y estoy muy feliz (っ'-')╮=͟͟͞͞♡

¡¡¡MUCHAS GRACIAS A TOD@S!!!
\\\\٩( 'ω' )و ////
Sigamos creciendo como hasta ahora :3
(Y disculpen por no actualizar mucho ( ´•ω•' ))

Se les ama con el alma
(*ฅ́˘ฅ̀*) .。.:*♡

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