16.- Dragon y Dust

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Mientras el agua de la ducha caía sobre mi piel, pensaba en lo que me había contado Scar, la manera en que había sido atacada y transformada, podía entender hasta cierto punto su deseo de atacar a los traficantes y a los adictos, deseando que nadie más sufriera lo que ella., pero tenía que haber otra forma de evitarlo que no fuera matando a las propias víctimas.

Tal vez si se encontrara la cura para los adictos, aunque eso era algo que hasta el momento no se había logrado.

Cerré la llave con un suspiro resignado, tal vez un poco más adelante yo podría dedicarme a buscar esa cura y así poder ayudar a todos, no solo a los adictos mismos.

Me sequé con cuidado y me puse la ropa que me había prestado Scar, más cómoda que la que me había puesto antes. De forma que salí con un pans y una playera de látex que me quedaba un poco grande, pero que era bastante cómoda.

Scar me esperaba sentada en la orilla de la cama, había puesto el resto de mi ropa en una pequeña bolsita que me tendió.

—¿Segura que no quieres algo de comer? Algunos donadores dicen que les da mucha hambre después de donar.

Le sonreí mientras terminaba de secarme el cabello, ella me hizo un gesto para que me sentara a su lado. Me dio entonces la vuelta y sentí que comenzaba a cepillarme el cabello con lentitud, La sensación era bastante relajante.

—Estoy bien, desayunaré bien cuando llegue a mi casa. No quiero que se preocupen por mí —sus manos se detuvieron, la sentí levantarse durante unos segundos y luego apareció frente a mí, extendiéndome el celular de Damaris.

—Lo siento, llamaron y contesté para que no se preocupara. Era tu amiga, le dije que estabas conmigo y que no se preocupara... —desvió la mirada—. En realidad ella pareció bastante entusiasmada, me pidió que te dijera que no te preocuparas, que hasta el momento no te habían buscado y que todo estaba bien.

No pude contener la risa, imaginando qué le habría dicho, ella sabía que yo iba a buscar a Scar y podía suponer su emoción luego de saber que nuestro plan había tenido éxito.

—No te disculpes, solo espero que Damy no te dijera nada indebido.

—No lo hizo.

Me levanté para irme, quería permanecer con Scar y seguir platicando con ella por mucho tiempo, además de hacer otro tipo de cosas, claro, pero el estar dentro de las instalaciones de la Unión me ponía nerviosa.

Antes de que pudiéramos decir nada tocaron a la puerta, me sobresalté un poco pero Scar solo esbozó una sonrisa y rodó los ojos.

—Son mis dos compañeros, seguro solo quieren venir a chismear. ¿Quieres que les abra? Siempre puedo correrlos —me dijo con una sonrisa maliciosa.

Asentí, aunque me daba algo de temor conocer a más miembros de la Unión, al lado de Scar me sentía bastante segura. Además de que uno de ellos me había ayudado a encontrarla

—¿Cómo sabes que son ellos?

—En primer lugar, mi oído y mi olfato son mucho más agudos así que puedo percibirlos. En segundo, tengo un vínculo con ellos así que puedo ubicar fácilmente dónde se encuentran. Y por último pero no menos importante... —abrió la puerta y encaró a los dos jóvenes que aparecieron—. Conozco lo chismosos que pueden ser.

Escuché una carcajada mientras entraban, el más bajo de los dos le pasó el brazo por los hombros a Scar.

—Sabes que nos amas Scar, así que no hagas dramas ¿Nos presentaras?

Reconocí su voz y su euforia, era el chico con el que había hablado por teléfono. Hasta entonces me di cuenta de que cuando llegué al bar ambos estaban con Scar, pero en cuanto comencé a besarla ya no estaban. Probablemente se habían ido para darnos algo de privacidad. Escuché a Scar bufar.

—Agnes, ellos son Eric Mondragón —dijo señalando al moreno musculoso—, y Lucian Claymore. —Empujó al chico de cabello largo rubio y lo señaló—. Mejor conocidos como Drágon y Dust respectivamente.

Drágon hizo una ligera genuflexión, pero Dust se sentó a mi lado y tomó mi mano con emoción.

—¡Mucho gusto! Me alegra que todo el plan haya funcionado —dijo con alegría.

De pronto Scar apareció a nuestro lado y le dio un golpecito en la cabeza a Dust. Él hizo una cara de arrepentido tal que no pude evitar reírme

—Debí imaginarme que tuviste algo que ver —dijo Scar, también sonriendo.

—Como sea, se nos ocurrió que quizá querrías entrenar un poco antes de que tu amiguita se fuera —me hizo un guiño exagerado.

—¿Entrenar? —le pregunté a Scar, temí que tuviera algún significado diferente. Fue Dust el que me contestó

—¿Me vas a decir que no quieres ver a tu Scar en plena demostración de fuerza física? ¿No quieres saber de todo de lo que es capaz?

Me sonrojé, aunque en realidad fue por el apelativo de "Tu Scar". Ella alejó a Dust con un nuevo empujón.

—No es necesario, es solo una demostración de fuerza bruta. No quiero que te aburras la primera vez que vienes —se excusó Scar.

—¿Temes que te ganemos enfrente de tu chica? —intervino entonces Drágon, la cara de Scar me hizo reír.

—¿Tú también Drágon? —El aludido se encogió de hombros con una media sonrisa—. Mi tierna Agnes, ¿me permitirías darles una lección a estos infames antes de acompañarte a tu casa?

—En realidad, creo que también me gustaría verlo.

—Perfecto, entonces solo dame dos segundos para cambiarme —Y con aquella velocidad vertiginosa desapareció.

—¡Será bastante divertido! Dado que estamos vinculados todo se vuelve una coreografía bastante estética, a pesar de lo que diga ella —comentó Dust con esa alegría a la que comenzaba a habituarse.

—Ella también mencionó eso del vínculo. ¿Puedo preguntar qué es?

—Claro que puedes preguntar. Como vampiros podemos establecer un vínculo al intercambiar nuestra sangre —explicó Drágon con su voz grave—. De esta manera nos es mucho más fácil saber dónde estamos y, hasta cierto punto, cómo nos encontramos. Lo cual nos es muy útil cuando salimos a misiones juntos.

La mención de las misiones me hizo sentir incómoda, pero antes de que pudiera decir algo Scar regresó a la habitación. Me quedé mirándola pues se había puesto un pantalón y una playera de licra negra que se pegaba a todo su cuerpo y parecía moverse junto a ella; colgaba de su cintura un cinturón con algunas bolsas que en esos momentos parecían vacías. Además se había amarrado el cabello rojizo en una alta coleta, en ese momento se estaba poniendo unos guantes con las puntas cortadas.

—¿Lista? —me preguntó con una sonrisa confiada.

Asentí, tomando su mano para caminar junto a ella. Mi corazón latía bastante rápido y no podía definir si era por nervios o por emoción.

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Un capítulo un poco largo para compensar lo corto del anterior.

En la imagen multimedia, más o menos cómo me imagino a Dust, aunque un poco más jóven ¿Qué les han parecido Dragon y Dust? Ya los habíamos echado un vistazo algunos capítulos atrás pero ahora cobrarán un poco más de protagonismo. Déjenme saber qué piensan de ellos

¡Sean felices!

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