24.- Scar Llega

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Estaba aterrada, dolorida y preocupada. De ninguna manera hubiera podido alcanzar el estado de meditación necesario para poder alcanzar a Scar y advertirle. No es que temiera que no fuera a venir, por el contrario eso era justamente lo que me preocupaba.

Angel había dicho que quería vengarse de ella, durante las horas que estuve despierta me quedé pensando, ¿por qué querría vengarse? Supuse que se trataría de una traficante, que Scar y sus amigos habían hecho algo contra ella.

En cuanto ese pensamiento llegó a mi mente, me asusté. ¿Cómo era posible que yo hubiera hablado con una traficante sin siquiera darme cuenta?

Aunque claro, cuando conocí a Scar tampoco me había dado cuenta de que era miembro de la Unión... Pero eso no era lo mismo, a pesar de ser de la Unión Scar era amable, era cariñosa conmigo, muy por el contrario Angel se había aprovechado para secuestrarme, y había amenazado con hacernos daño a Scar y a mí.

Y si eso pasaba, todo sería mi culpa, yo me había arrojado a sus brazos de la manera más confiada y absurda. Solo porque la había visto una vez y me había invitado un trago, ya por eso la había abrazado y había permitido que esto ocurriera. Si ella lograba dañar a Scar todo sería mi culpa.

Cada vez que pensaba en eso las lágrimas volvían a cubrir mis ojos y a salir desbordadas. No sé cuánto tiempo pasó, una parte de él me la pasé dormitando y el tiempo que estuve despierta intentaba pensar en alguna manera de salir de allí, de no poner en riesgo a Scar; pero por más que lo intenté no pude encontrar ninguna manera de hacerlo.

Durante todo ese tiempo dos hombres estuvieron apostados en la pared frente a mí, con la mirada fría y con una gran pistola cada uno. Así que aunque pudiera liberarme de las cadenas me sería muy muy difícil escapar. Y desde el principio era muy complicado pues las cuerdas estaban hechas de metal y eran bastantes, no podría romperlas o zafarlas así nada más.

A media tarde quizá, cuando mis hombros ya estaban medio dormidos por la posición y los forcejeos, mi estómago reverberó por toda la habitación. Era tal mi preocupación que hasta ese momento no me había dado cuenta del hambre que tenía, y aún así algo de hambre no era nada comparado con todo lo que podría ocurrir.

Uno de los hombres, el que había hablado con Angel cuando llegamos se acercó a mí.

—Se supone que te dejemos a tu suerte —habló con la voz grave, despersonalizada—. No me hagas arrepentirme —gruñó antes de poner frente a mi boca una pequeña galleta de chocolate.

Lo miré unos instantes, sin estar segura de confiar en él o no, de todas formas no había mucho que pudiera hacer además de que el olor de la galleta era muy tentador.

Abrí un poco la boca y él acercó la pequeña galleta hasta mis labios, de manera que tuve que adelantar un poco la cabeza y tomarla con mis dientes. Repitió la operación otras cuatro veces y aunque no fue la gran cosa, tampoco que fueran las mejores galletas que había comido en mi vida, si me ayudaron a pasar las horas que estuve allí.

—Grac... —antes de que pudiera terminar de darle las gracias me silenció y se alejó sin decir palabra.

Volví a dormitar un poco hasta que un sonido cercano me sobresaltó. Angel estaba de pie frente a mí, por lo que supuse ya había anochecido. Tenía mucho miedo de lo que ocurriría a partir de ese momento, aunque una buena parte de mi temor estaba enfocado a Scar, también temía por lo que pudiera pasarme a mí.

Nunca me había enfrentado a nada parecido y no tenía idea de cómo proceder. Esta vez ni las novelas podían darme alguna pista. Angel me estaba dando la espalda, miraba a los dos hombres

—Evan, espero que estés listo porque si me fallas ahora las consecuencias serán horribles. Afuera mis chicos están listos... —entonces volteó hacia mí—. Nuestra invitada no debe estar demasiado lejos.

Se acercó para amarrar un trapo negro en mi boca.

—No queremos que delates nuestro pequeño plan. ¿Verdad? Podrías arruinar la diversión.

Sentí como un escalofrío me recorría toda y una vez más forcejeé contra las ataduras consiguiendo únicamente que mis articulaciones se quejaran.

Pareció que Angel iba a decir algo pero se volteó y clavó la vista en la pequeña puerta frente a mí.

—-Casi está aquí, prepárense —ordenó antes de desaparecer detrás de mí.

No pasó más de medio minuto antes de que la puerta se abriera con estrépito, Scar apareció frente a mí. Tenía un gesto amenazador en el rostro y sus ojos se habían vuelto totalmente negros. Aunque al verme su gesto se tranquilizó un poco sus ojos no cambiaron.

En un parpadeo ya estaba frente a mí, escuché aterrada el crepitar de su piel cuando intentó mover las cuerdas. Pero ella ni siquiera pareció reaccionar, cambió entonces de táctica e intentó quitar la tela de mi boca, su otra mano acarició con ternura mi mejilla.

—Lo lamento mi tierna Agnes —susurró mientras deshacía el nudo.

Se activó el vínculo con ese contacto y entendí lo que se proponía, pero antes de que pudiera decirle nada la sombra de Evan apareció detrás de ella.

***

Hola mis bonitos lectores

¿Cuál creen que sea el plan de Scar? ¿Ustedes cómo la rescatarían?

Sean muy felices mientras nos acercamos al final ¡Y a las primeras 1K lecturas! Porque yo soy muy feliz al saber que me leen.

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