Prólogo

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Mi turno en la cafetería acababa pronto, por suerte, estoy ya cansada, llevo desde las doce del día de pie entre un pequeño descanso y otro, cuando ya son las seis de la noche.

Todo marchaba normal,hasta que observé a alguien acercarse a la barra .No tengo que esforzarme demasiado para reconocerlo, paso directamente a un estado de shock. Es decir, podrían ser alucinaciones mías, el dolor de cabeza o el cansancio, tal vez. Intento convencerme pero la verdad es que mi supuesta alucinación era lo bastante extraña.

No, no era mental. ¿Por qué de todas las personas que habitan Seúl tengo que encontrarlo a él?

Era lo único que faltaba para que deteste más existir en este planeta.

-Un americano, por favor -tenía un cubrebocas, quise creer que no era él pero terminé de confirmarlo cuando habló. Su voz... era imposible no reconocerla.

Parecía entretenido mirando a todas partes, finalmente me miró quedando descolocado como yo ya lo estaba al mirarlo-

Sus ojos me detallan en silencio, y deseo ahora mismo llevar un cubrebocas en su lugar. Daba igual si yo lo reconocía, lo atemorizante era que el me reconociera a mí.

-Tn...- mi nombre sale dudoso de sus labios

Dificilmente hice de cuenta que no escuché, y me dediqué a realizar el pedido. Se bajó el tapabocas dejándolo descansar debajo de su mandíbula- ¿Eres tú?

-No te conozco -dije secamente evitando su mirada ,rogando porque me creyera o por que desistiera pero algo me decía que no iba a ser así. Y es que si yo me acordaba claramente de su rostro no creo que el no se acuerde del mío.

-¿No me conoces?- preguntó confundido, viendo como actuaba neutral. Soltó una risita sarcástica- No me mientas en la cara ¿quieres?- pasé por alto su comentario continuando con su pedido-. Mírame Tn, si pensaste que podías engañarme lo hiciste fatal porque ya te descubrí - y levanté mi cabeza lentamente encontrando sus ojos inmediatamente, con los míos acuosos -Huye todo lo que quieras... pero eso no evitará que hablemos tarde o temprano

-¿Hablar? Tú y yo no tenemos nada de lo cual hablar -le extendí el americano con hielo poniéndolo frente suyo.

-Si hay de que... Hace mucho que no nos vemos, hablemos -tomó mi mano juntándola con la suya ,mi vista se dirigió a ellas.-. Hablemos de nosotros.- es inevitable que no se me forme un nudo en la garganta.

Nunca debí haber salido de Daegu.

-Lo que llamas nosotros ya se acabó hace mucho tiempo -quité el contacto incorporando mi mano al lado de mi cuerpo.

-Tienes razón con eso pero... Por lo menos dime como estas, porqué estás... en Seúl

-¿Acaso eso te debe importar?

-¿Te estás oyendo? -me preguntó indignado- ¡Claro que me importa!

-Bien...escucha, vine hasta aquí para buscar una mejor vida. En Daegu tenía muchos problemas y pensé que...-suspiré a punto de llorar por estar contando mis tragedias, es incluso más doloroso si se lo estoy diciendo justamente a él- Definitivamente lo pensé muy mal al venir a Seúl. Tu sola presencia es un problema para mí- dije sin mirarlo, podía sentir como me miraba con lástima-. Ya te he dicho todo en una oración. Ahora, haste de cuenta que no me viste y márchate.

-¿Te crees que es así de fácil?. ¿Cómo puedes pedirme algo así?

-¿Y como tienes tú el descaro de hablarme?, sabes todo lo que sufrí por ti? ¿Um?. Si tienes un poco de decencia deja de fingir que te preocupo. Eres un egoísta, Kim Taehyung. Solo... vete -mis trémulas manos le pusieron el cambió al lado del café. Taehyung solo miraba a la barra con los ojos inyectados en impotencia por mis palabras.

-Ni siquiera me permitiste explicarte- laventa la mirada-. Te llamé millones de veces, Volé por dos malditas horas en avión para venir a hablar contigo personalmente ¿Y qué hacías tú?- pregunta resentido. Yo lo miraba en mi puesto y aguantaba las ganas de llorar aunque ya se me habían escapado lágrimas

¿Por qué no venía ningún cliente?

-Quería hablar contigo porque yo sabía que te habían enviado esas imágenes pero nunca me escuchaste -cambié la mirada llorando en silencio-. Tengo la razón pero aun así espero... que me perdones... algún día

-No, perdóname tú a mí, por ser una idiota y haberte dado esos dos tres años de mi vida.

-Yo solo quiero que sepas algo- dijo, ahora menos vulnerable- Seré todo lo culpable que quieras, pero no pienses que ahora que tengo la oportunidad de verte otra vez dejaré que te vayas así de fácil

CONTINUARÁ...


_ןเภtคє_к๏๏кเєร

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro