Capítulo 23: Dejandolo ir

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Cuando Sans salió de su atajo frente a Grillby's, inmediatamente se arrepintió de usar su magia tan pronto después de haberse esforzado. Se tambaleó ligeramente cuando un fuerte mareo se apoderó de su cuerpo. Terminó apoyándose contra la pared exterior del edificio mientras esperaba que su ojo se asentara una vez más.

"Síp, mala idea". Murmuró para sí mismo hacinedo una mueca por el latido de la cuenca izquierda.

Cuando finalmente se recuperó lo suficiente, se dirigió al establecimiento ahora vacío. Bueno, debería haber estado vacío, ya que era más de medianoche, pero a pesar de que eran las primeras horas de la madrugada, Grillby todavía estaba sentado en el bar, con el abrigo listo para irse mientras miraba el reloj.

Sans se aclaró la garganta para anunciar su llegada. Grillby se dio vuelta rápidamente hacia el sonido. Sus hombros cayeron ligeramente en alivio.

"Hey Grillbs, ¿no me digas que me estabas esperando?" Preguntó casi en voz baja mientras se acercaba.

Grillby asintió con la cabeza. Sans se rascó culpablemente la parte posterior de su cráneo. Supuso que el pequeño espectáculo que había hecho al arrastrar a la humana cubierta de sangre por el bar, realmente lo había preocupado.

"Lo siento amigo, no quería preocuparte. Supongo que se podría decir que la situación se quemó un poco" Dijo Sans con una leve risa intentando aligerar su estado de ánimo.

Grillby solo resopló en respuesta cuando se bajó del taburete y se dirigió hacia él, colocando una mano sobre el hombro de Sans.

"¿Estás bien, Sans?" Preguntó mientras lo miraba preocupado.

Sans suspiró ruidosamente y se frotó la parte posterior de su cuello, su sonrisa vacilaba un poco en los bordes.

"Heheh, definitivamente he tenido mejores días, pero estoy bien, Grillbs, de verdad" Respondió.

Grillby asintió con la cabeza.

"¿Y la chica?" Preguntó.

Sans se puso rígido.

"Bueno, Paps y el doctor la ayudaron; volverá a levantarse dentro de poco".

Grillby sacudió la cabeza ante la respuesta de Sans, y este supo que no le estaba preguntando solo sobre su bienestar físico.

"Ella está, um, bueno, no estoy seguro". Continuó Sans. "Está distante...".

Grillby asintió entendiendo.

"Ha pasado por muchas cosas".

"Si, más que la mayoría" Respondió Sans.

Grillby luego le dio unas palmaditas al hombro de Sans un par de veces antes de dejar caer la mano al lado.

"Cuídate Sans". Dijo mientras se marchaba.

"Igual tú, amigo" Se despidió Sans.

Después de ver a su amigo irse, Sans hizo una nota mental para explicarle la situación un poco mejor a Grillby después de que los dos hubieran descansado adecuadamente. ¿Quién lo sabe? Tal vez el elemental tendría algunos consejos sobre cómo tratarla y sacarla del limbo en el que estaba atrapada.

Al llegar a la puerta del apartamento, no podía esperar a tirarse sobre su cama y cerrar los ojos para finalmente poder dormir. Sin embargo, cuando entró en el apartamento y vio a Frisk todavía despierta cojeando por la habitación arrojando todas sus cosas en un saco gastado, sabía que tendría que sus planes para dormir tendrían que ser aplazados.

"Niña, ¿qué estás haciendo?" Preguntó.

Frisk se encogió al oírlo, no se había dado cuenta de que estaba allí. Pero ella lo dejó pasar, estaba ocupada doblando su ropa y colocándola cuidadosamente en la bolsa.

"Empaco" Le respondió.

Sans se detuvo por un momento en el camino de entrada, antes de acercarse lentamente a ella, cerrando la puerta detrás de él.

"No tienes que hacer eso niña, hablé con Asgore, él cambió de opinión y se te permitirá quedarte".

Frisk dudó cuando escuchó la noticia, pero recuperó rápidamente el ritmo mientras continuaba doblando su vestido azul claro, antes de colocarlo delicadamente con el resto de sus pertenencias.

"No importa". Ella respondió. "Me voy de todos modos".

Sans frunció el ceño, nada contento con lo que decía.

"Mira, ya es muy tarde. ¿Por qué no te tomas la noche para descansar y podemos hablar sobre esto por la mañana?" Sugirió, luchando contra su frustración.

"Es mejor si me voy ahora, puedo usar la oscuridad para llegar más fácilmente al siguiente pueblo". Dijo con firmeza, pero no con la suficiente para mirarlo.

"¿Realmente crees que vas a llegar a salvo al siguiente pueblo en tu condición?" La voz de Sans comenzó a filtrar su ira. "Niña, no vas a alcanzar a dar la vuelta a la manzana antes de colapsar".

"Eso no es de tu incumbencia". Respondió rotundamente, mientras ataba la bolsa y la colgaba sobre su hombro.

Cojeó hacia la puerta pero Sans inmediatamente se interpuso en su camino.

"Eres una idiota si crees que te estoy dejar ir cuando apenas puedes caminar".

"Sal de mi camino Sans" Dijo Frisk con frialdad mientras intentaba rodearlo.

"No". Sans simplemente apoyó su peso corporal contra la puerta con las manos perezosamente metidas en los bolsillos.

Frisk entrecerró los ojos hacia él.

"Sans, ya es pasada la medianoche, el contrato expiró. Ya no estoy atada a los Pansies, no puedes retenerme aquí." La voz de ella estaba cada vez más agitada.

Sans solo se encogió de hombros en respuesta dándole una sonrisa desafiante.

"¿Quieres apostar?" Dijo, levantando una ceja sarcástica.

Frisk avanzó e intentó empujarlo fuera del camino, pero Sans se mantuvo firme.

"¡Ya quítate!"

Él se rió secamente mientras fingía un bostezo aburrido. Frisk apretó los dientes con una clara molestia y enojo en su rostro mientras lo intentaba empujar con más fuerza. Pero no conseguía moverlo. Frustrada, Frisk levantó un pequeño puño y se abalanzó sobre él golpeándole el pecho. Sans estrechó sus cuencas agarrándola de la muñeca antes de que pudiera golpearlo otra vez.

"Quédate tranquila, niña". Advirtió.

"¡Déjame ir!" Gritó enojada mientras trataba de zafarse, pero Sans solo apretó su agarre.

Luchó contra él en vano por unos momentos más, antes de que finalmente se agotara y se rindiera ante el apretón en sus muñecas.

"¿A ti que te importa lo que pueda pasarme?" Preguntó de repente con una voz muy baja.

Sans casi aflojó su mano al escucharla decir aquello, pero se controló. Frisk tenía los ojos húmedos y notó cómo tuvo que bajar la cabeza para tratar de ocultar su rostro. Estaba a punto de llorar.

"Deberías odiarme después de todo lo que te hice pasar... Después de todo lo que hice pasar a todos."

Sans seguía de pie frente a la puerta, su mano huesuda todavía apretaba su muñeca mientras escuchaba como la voz de ella comenzaba a temblar.

Frisk finalmente se dejó llevar y unas pequeñas lágrimas comenzaron a brotar hasta sus mejillas. Al principio, ella tercamente trató de contenerlas, pero pronto se sintió abrumada al romper en sollozos. Su cuerpo se sacudió ligeramente mientras hacía todo lo posible por ocultarlas. Levantó su mano libre sobre su rostro tratando de cubrir sus ojos llorosos mientras continuaba mirando al piso. Sans aun sosteniéndola, aligeró un poco su agarre y suavemente la acercó al sofá. Ella lo siguió a ciegas, demasiado cansada para seguir resistiéndose. Luego la sentó en el sofá y la acompañó a su lado mientras ella continuaba llorando. Vacilante, colocó un brazo alrededor de su hombro, con la esperanza de que pudiera brindarle cierto nivel de comodidad. Ella no se apartó de su toque mientras enterraba su rostro entre sus manos, tratando desesperadamente de ocultar sus lágrimas.

"Niña, no te odiamos" Dijo suavemente. "Lo que sucedió no fue tu culpa". Frisk parecía llorar más fuerte por sus palabras, así que comenzó a frotar pequeños círculos suaves en su espalda.

"Claro que lo fue". Tartamudeó entre sollozos. "Fue todo culpa mía, no pude ayudarla Sans, no pude hacer nada".

"No Frisk, no fue así" Dijo Sans de nuevo. "Mira, el trabajo que hacemos en los Pansies no es precisamente el más seguro. Todos somos conscientes de lo puede ocurrir una vez que estamos dentro. Mittsy sabía lo que arriesgaba, pero también sabía que al hacerlo, estaba ayudando a muchos otros monstruos en Ebott a tener un lugar seguro para vivir" Continuó. "A veces suceden cosas malas como esta, y no puedes culparte por ello. Todo lo que podemos hacer es recoger las piezas y seguir adelante."

Frisk continuó llorando a su lado mientras hablaba.

"Sé que no ha sido fácil para ti encajar aquí, pero créeme cuando digo que no queremos que te vayas. Grillby, Undyne, Papyrus y yo, somos todos tus amigos, y no podemos simplemente verte arriesgándote así. Así que, por favor... Deja de alejarnos."

Ante el sonido de su pedido, Frisk se volvió hacia él y enterró la cara en su hombro.

"Lo siento, lo siento" Gimió. "Yo no quería... No quería que nada de esto pasara." Dijo mientras se aferraba a su camisa.

Sans se quedó un poco aturdido cuando Frisk prácticamente se arrojó a sus brazos. En un esfuerzo por calmarla, comenzó a acariciarle la cabeza.

"Sé que no, y ninguno de nosotros tampoco".

"¿En serio?" Preguntó de repente con voz tímida.

Sans tuvo que esforzarse un poco para escucharla, su pregunta había sido amortiguada por su camisa.

"¿Realmente puedo quedarme aquí?" Ella continuó.

Sans sintió que su alma se inflaba ante su súplica.

"Por supuesto que puedes Frisk, no lo querríamos de otra manera" Respondió.

Se quedaron sentados así en el sofá por un rato mientras Frisk dejaba ir toda su tristeza y dolor. Ella continuó llorando como si no lo hubiera hecho en años, y Sans supuso que probablemente ese era exactamente el caso. Cuando conoció a Frisk por primera vez, ella se protegía tras un muro de piedra, que no dejaba entrar nada ni a nadie para ver adentro, pero ahora parecía que la muralla finalmente se había roto. Todo su dolor a lo largo de los años ahora estaba siendo liberado en un mar de lágrimas. Al quedar en silencio, Sans la miró. Su rostro todavía estaba firmemente apoyado en su hombro mientras continuaba ocultándose.

"Oye niña ¿Estás bien?" Le preguntó en voz baja mientras sacudía suavemente su hombro.

Ella no respondió, y tardó un momento en darse cuenta de que había llorado hasta quedarse dormida. Sans suspiró, y una sonrisa triste, pero aliviada, se abrió paso en su rostro al verla acurrucada a su lado. Todo había terminado. Finalmente había dejado ir todo. Hizo un movimiento para levantarse del sofá, pero rápidamente encontró que la tarea era mucho más difícil de lo que había pensado. La chica prácticamente se había arrastrado directamente a su regazo al derrumbarse, y ahora, incluso en su sueño, se aferró a él con fuerza. Cuando intentaba apartarse delicadamente de debajo de ella o sacarla de la camisa, ella se movía y fruncía el ceño antes de gemir adormilada en señal de protesta. Sans se puso nervioso, un rubor azul claro se formó en sus pómulos al darse cuenta de su precaria posición atrapado debajo de la chica. No podía salir.

Sans realmente no sabía qué hacer en ese momento. Sabía que no quería despertar a Frisk. Necesitaba descansar para sanar y se veía completamente agotada abrazada contra él. Pero cada vez que él hacía un movimiento para tratar de liberarse de su agarre, ella solo parecía enterrarse más cerca de él. Sans también sabía que necesitaba descansar un poco, estaba totalmente fatigado después de los eventos del día. Sus reservas mágicas también se encontraban demasiado bajas, necesitaba recargarse. Mientras continuaba sentado en el sofá, le resultaba cada vez más difícil mantener los ojos abiertos. Las luces de sus cuencas continuamente se desvanecían y se desenfocaban. Bostezó cuando de mala gana comenzó a cabecear. Luchó por un momento más antes de finalmente ceder ante la desesperada súplica de su cuerpo. Podía permitirse el lujo de descansar unas horas, solo hasta que restaurara algo de su magia. Luego se levantaría y acostaría a la chica correctamente, antes de irse a su habitación a dormir. Sans se encontró bastante satisfecho con la idea, completamente reconfortado por dejar esa preocupación para después, se dejó llevar a un sueño tranquilo.

* * *

El sol que entraba por la ventana de la sala fue lo que comenzó a despertarlo. Se quejó mientras apretaba las cuencas y se cubría la frente con la mano en un intento de protegerse de los molestos rayos del sol. Hiso una nota mental para comprar cortinas para esa molesta ventana, cuando de repente recordó dónde estaba. Sans abrió las cuencas. Estaba acostado de espaldas con la chica acurrucada a su lado. Ella tenía su caja torácica rodeada por un brazo sin apretarlo. Sans se sonrojó cuando notó el cambio de posición. Debió haberse acomodado mientras dormía. La segunda cosa que notó fue la manta de lana que de alguna manera había terminado sobre ellos. Sans levantó una ceja de hueso. ¿Cómo llegó eso allí? La tercera cosa que notó fue a su hermano sentado en la silla que había traído de la cocina anoche, sonriendole con aires de satisfacción a Sans con la barbilla apoyada en la palma de su mano.

Sans se incorporó cuando se dio cuenta de que había estado durmiendo durante mucho más tiempo del que planeaba. Frisk se acomodó ante el movimiento repentino, quedado recostada sobre su regazo.


"¡Paps! ¡Estás despierto!" Tartamudeó mientras trataba de encontrar las palabras para explicar su incómoda situación.

Papyrus solo siguió sonriendo.

"SÍ HERMANO, IBA A DESPERTARTE, SOLO ES QUE, PARECÍAS, OH, TAN CÓMODO". Papyrus respondió levantando un hueso de la ceja a Sans.

El rubor de Sans se intensificó inmediatamente ante el comentario de su hermano.

"¡Esto es...! ¡No es lo que tú crees!" Tartamudeó y Papyrus se rió entre dientes.

"RELÁJATE SANS, ESTOY BROMEANDO. NO ESTABA IMPLICANDO NADA." Se rió por lo bajo. "VEO QUE FRISK FINALMENTE SE SIENTE MEJOR". Su mirada se suavizó al posarse sobre la chica dormida.

"Sí, tuvimos una charla anoche. Creo que conseguí que aceptara quedarse." Respondió Sans terminándo de salir de debajo de ella.

Frisk gruñó despacio dándose la vuelta y se aferró a la manta lanuda una vez que la presencia de Sans había desaparecido de su alcance.

"NEYHEHE! ¡ESAS EXCELENTES NOTICIAS SANS!" Papyrus respondió mientras se levantaba de su silla. "¡ESTO AMERITA UN ESPAGUETI EXTRA ESPECIAL PARA DESAYUNAR!" Declaró mientras se dirigía a la cocina.

Sans suspiró mientras iba a seguir a su hermano, pero antes de irse, agarró la esquina de la manta y la levantó para cubrir el resto del cuerpo de Frisk.

Cuando ella se despertó del sueño, se sorprendió al descubrir que ya no se sentía cansada. Casi se permitió reír cuando se dio cuenta de que había dormido profundamente toda la noche. Sin pesadillas ni sueños, solo un descanso tranquilo y pacífico. Ella sonrió levemente ante la idea. Había empezado a pensar que nunca volvería a dormir así de bien. Su atención se dirigió rápidamente hacia la cocina, donde escuchó las voces de los dos hermanos hablando en voz baja mientras Papyrus hacía sonar las ollas y sartenes. Seguramente estaba cocinando otro interesante lote de espagueti para desayunar.

Frisk bostezó hondo mientras se levantaba del sofá. Sintió que sus mejillas se ponían rosadas al pensar en la conversación que tuvo con Sans la otra noche. Sintió que se avergonzaba al recordar su despliegue emocional. Miró hacia la cocina sin saber si estaba lista para mirarlo a la cara, pero sabía que no podía evitarlo. También sabía que necesitaba disculparse con Papyrus por su comportamiento distante los últimos días. Una oleada de energía nerviosa floreció en su pecho.

"¡OH, FRISK, ESTOY TAN FELIZ DE QUE HAYAS DESPERTADO! ¿NOS ACOMPAÑARÁS A DESAYUNAR?" Preguntó Papyrus cuando la vio acercarse.

Frisk se tensó, su lengua se hizo un nudo mientras trataba de formar las palabras disculparse. Pero todo lo que logró fue un pequeño asentimiento. De mala gana decidió volver a intentarlo más tarde y se sentó frente a Sans en la mesa.

"Hey, ¿cómo te sientes?" Le preguntó.

Frisk sintió que su sonrojo se profundizaba cuando la una miró de forma mansa, temerosa de que él fuera a hablarle sobre el escándalo que montó anoche. Pero al verlo simplemente sentado y tomando un sorbo de su taza de café instantáneo, ella sintió un alivio.

"Estoy mucho mejor, gracias" Respondió en voz baja.

Sans sonrisa se hizo más amplia ante su voz tímida.

"Me alegra oírlo". Dijo.

Papyrus luego colocó una pila de espagueti demasiado cocido frente a ella, los fideos prácticamente se convirtieron en papilla en el plato.

"ASEGÚRATE DE COMER FRISK, TIENES QUE RECUPERAR TUS FUERZAS".

Frisk se mordió los fideos por unos momentos con el ceño fruncido por la concentración mientras se ponía nerviosa. Luego, con un gesto de determinación, dejó el tenedor y se levantó de la silla frente al esqueleto.

"Papyrus" Llamó con confianza.

Papyrus se dio la vuelta desde el fregadero y ladeó la cabeza con notable confusión.

"¿SÍ FRISK? ¿HAY ALGO MALO CON EL ESPAGUETI?" Preguntó.

Frisk sacudió la cabeza.

"¡Oh, no, el desayuno está genial! Es solo que yo... Tengo que decirte algo." Dijo que su valentía comenzaba a desvanecerse mientras su firme mirada se deslizaba lentamente hacia el suelo.


"¿QUÉ COSA FRISK?" Preguntó Papyrus mientras se acercaba a ella.

Sans también observaba la conversación con leve curiosidad mientras tomaba un sorbo de café desde su asiento en la mesa.

"Bueno, yo... quería disculparme contigo" Comenzó a decir mientras nerviosamente jugaba con la manga de su camisa. "Seré breve, no he sido muy amable en estos últimos días, y quería que supieras que lamento mucho haber tratado de alejarte. Estoy... Yo, lo siento mucho, Papyrus." Se las arregló para terminar mientras seguía mirando al suelo.

Papyrus no respondió lo que hiso a Frisk sentir ansiosa. Ella debatió si debía arriesgarse o no a mirarlo a la cara para ver si estaba molesto con ella, pero de un momento a otro, de repente la atrajo fuertemente con sus brazos huesudos apretándola contra su caja torácica en un abrazo sorpresa.

"¡OH, FRISK! NO TIENES QUE DISCULPARTE. ESTABAS TRISTE, ESO ES TODO." Dijo mientras la acariciaba con su cráneo.

Frisk estaba aturdido. ¿La había perdonado tan fácilmente? Ella no podía creerlo.

"¿Quieres decir que no estás enojado?" Preguntó atónita.

Papyrus bajó la mirada hacia su cara confundida y levantó un ceño burlón.

"CIELOS, NO, NO ESTOY ENOJADO. MUY POR EL CONTRARIO." Respondió felizmente. "ESTOY TAN ALIVIADO QUE REGRESARAS A TU ANTIGUA YO. ME PREOCUPABA QUE NUNCA MÁS TOMARAS EL DESAYUNO CON NOSOTROS".

Frisk sintió que sus ojos se nublaban con aquel sentimiento. Papyrus estaba preocupado por ella. Realmente no pudo ubicar la emoción que sintió cuando se dio cuenta de cuánto se preocupaba por ella. Era como una mezcla de culpa por preocuparlo, y felicidad sabiendo que ella significaba algo para él. Frisk se secó los ojos llorosos y lo reemplazó con una brillante sonrisa feliz. Anoche había llorado lo suficiente para toda la vida y ya ahora estaba harta de las lágrimas. Quería concentrarse en ponerse al día con todos los momentos felices que se había perdido con sus amigos mientras estaba siendo una terca en su propia miseria.

"De todas maneras, eso no hubiera podido ser posible, Papyrus. ¿Cómo podría resistirme a tu comida casera durante tanto tiempo?" Frisk respondió con una sonrisa.

Papyrus pareció enderezarse ante su cumplido, antes de adoptar una pose confianzuda.

"SÍ FRISK, SUPONGO QUE TIENES RAZÓN. NADIE PUEDE NEGARSE A MI ESPAGUETI CASERO POR MUCHO TIEMPO. ¡TENDRÍA QUE VOLVER ALGÚN DÍA! ¡NEYHEHEHE!" Exclamó Papyrus.

Frisk asintió con la cabeza y volvió a tomar asiento antes de tomar un gran bocado de pasta. Los fideos se cuajaron instantáneamente en una masa blanda en su boca, pero a pesar de su textura empapada, el plato fue probablemente lo mejor que había probado en su vida.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro