Capítulo 7: Buenos y malos momentos

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Frisk se quedó en el sofá hasta la mañana siguiente. Solo había logrado dormir unas horas más como mucho, cada vez que cerraba los ojos, las inquietantes pesadillas continuaban. Finalmente, dejó de intentarlo y desnudó el sofá, dobló las sábanas y las mantas con cuidado antes de colocarlas a su lado en el reposabrazos. El sol estaba empezando a salir, y Frisk vio cómo la ciudad era bañada por los primeros rayos del amanecer, sangrando por la ventana del departamento. Todo estaba muy tranquilo, el único sonido presente en la habitación, era el suave tictac del reloj en la pared que mantenía la hora en silencio. Frisk disfrutó toda la mañana, ya que le ofreció un respiro de todo el trauma que había pasado la noche anterior. Frisk sintió que finalmente comenzaba a relajarse mientras se acomodaba en el abultado sofá. Tal vez podría intentar dormir un poco más antes de que los hermanos despertaran. Pero, el portazo de una las puertas de la habitación abriéndose destrozó la serenidad, así como la esperanza de Frisk por unos momentos más de paz. Papyrus se estiró y bostezó en voz alta mientras se dirigía a la sala de estar.

"OH, BUN DIA, PEQUEÑA HUAMANA. VEO QUE YA TE HAS DESPERTADO". Dijo amablemente, pasando junto al sofá hacia la cocina. "¿PUEDO OFRECERTE UN DESAYUNO?" Preguntó.

Frisk estaba a punto de negarse cuando un gruñido retumbó en su estómago. Avergonzada, lo agarró con ambas manos, tratando de sofocar el sonido, pero ya era demasiado tarde, Papyrus ya lo había presenciado todo. Frisk se sonrojó.

"TOMARÉ ESO COMO UN SÍ" Dijo Papyrus dándole a Frisk una sonrisa. "VEAMOS QUÉ PODEMOS HACER" Dijo abriendo la puerta del refrigerador.

Su alegre disposición parecía amortiguarse por el estado desnudo en el que parecía estar el refrigerador.

"HMMM".

Papyrus reflexionó mientras escaneaba los pocos artículos presentes en el refrigerador, que consistía principalmente en recipientes plásticos con espagueti y un par de botellas de kétchup.

"SUPONGO QUE TENDRÁN QUE SER SOBRAS. OYE, HUMANA, ¿ESTÁ BIEN PARA TI QUE EL DESAYUNO SEA ESPAGUETI?"

Frisk asintió mientras se sentaba en la pequeña mesa frente a la cocina. Nunca antes había comido espagueti en el desayuno, pero estaba segura de que no pasaba nada.

"¡NEYHEHE! ¡CLARO QUE SÍ! ¡EL SPAGHETTI ES PERFECTO PARA CUALQUIER MOMENTO DEL DÍA!" Exclamó mientras abría el recipiente de plástico y sacudía el contenido sobre un plato.

Los espaguetis se deslizaron lentamente antes de caer sobre el plato con un sonido húmedo. Este mantuvo brevemente su forma cuadrada para después colapsar en una pila blanda. Papyrus colocó el plato de fideos fríos frente a Frisk y le sonrió expectante.

Ella miró los fideos empapados que tenía delante. Aunque los espaguetis definitivamente no se veían apetitosos, Frisk sabía que había comido cosas mucho peores que eso en el pasado, y ¿quién era ella para despreciar comida gratis? Mientras tomaba el tenedor y tocaba la pila de fideos, la puerta del dormitorio de Sans se abrió lentamente. De inmediato se tensó al escuchar el sonido. Unos momentos más tarde, Sans salió de su habitación con una camiseta blanca y calzoncillos a rayas azules y blancas, con un par de esponjadas pantuflas cubriendo sus pies.

"Buenos días". Bostezó con cansancio mientras abría el refrigerador y lo miró sin saber lo que quería hacer realmente durante casi cinco minutos. Después sacó una botella de kétchup y se bebió la mitad de su contenido. Frisk arrugó la nariz al verlo. Aunque había comido muchas cosas de calidad inferior, no podía imaginarse voluntariamente tomando media botella de kétchup.

"¡SANS!" Resopló Papyrus desde el otro lado de la cocina. "¡TENEMOS UN INVITADO! ¡PONTE ROPA!"

Sans recorrió la habitación con su mirada perezosa hasta Frisk, estaba sentada a la mesa mientras comía su plato de fideos gelatinosos.

"Pero Paps, ella no es una invitada, es nuestra nueva compañera de cuarto". Dijo Sans mientras se dirigía hacia el armario a tomar una tetera, una taza y una lata de café instantáneo. "¿Y qué clase de compañero sería si no le mostrara lo cómodo que estoy con ella?". Continuó mientras llenaba la tetera con agua y la colocaba sobre la estufa. "Después de todo, pasearse en pijama es la mejor señal de confianza".

Papyrus puso los ojos en blanco ante las payasadas ridículas de sus hermano, claramente no estaba de humor para sus bromas tan temprano en la mañana.

"IGUAL TENDRÁS QUE VESTIRTE HERMANO, TIENES QUE IR A TRABAJAR". Le replicó.

"Heh, tal vez debería hacer que mi pijama sea mi nuevo uniforme". Dijo Sans encogiéndose de hombros.

"¡SANS NO SEA RIDICULO!". Gruñó Papyrus, disparándole una mirada llena de molestia.

"Quiero decir, piensa en eso Paps, podría usar mis pantuflas todo el día". Rió meneando sus desteñidas pantuflas rosas en dirección a Papyrus.

"¡TIENES SUERTE DE QUE NO HAYA TIRADO ESE VIEJO CALZADO AUN!" Papyrus comenzó a pisotear el piso.

"Hablando de eso ¿Sabes?, tenía la intención de proponerle a Asgore una idea para instaurar una política causal los viernes". Sans se dirigió a su hermano una sonrisa juguetona.

"SANS..." El tono de su voz tenía una evidente advertencia.

"Pero realmente no creo que nadie la com-prenda, y lo entiendo, con semejante libertad ¿ves-tu-a-rionde llegaría el negocio?". Sans continuó con un guiño.

"SANS BASTA".

"Tienes razón hermano", continuó Sans "Probablemente si dijera algo, me harían callar de in-media-ato".

"¡SANS!" Chilló Papyrus agarrándose el cráneo como si fuera a estallar.

"Vamos Paps, ¿no vas a cosido-rar reírte de ninguno?". Dijo Sans, apenas capaz de contener sus risitas. "¿Realmente ya te has calzado de mí?"

"¡SÍ, SANS, ESTOY CANSADO! ¡ACABO DE DESPERTAR, YA HAS AGOTADO MI PACIENCIA!".

"Aw, hermano, ¿acaso nada es siquiera un poco hilo-rante para ti? " Preguntó Sans con una sonrisa.

"¡¡¡¡¡¡¡NYAAAAAA!!!!!!!!" Gritó Papyrus casi al decibelio exacto que silbó la tetera cuando el agua hirvió en la estufa.

Frisk no pudo evitarlo y dejó escapar un fuerte gruñido antes de comenzar a reírse.

Ambos hermanos la miraron sorprendidos.

Frisk rápidamente reprimió el resto de sus risitas intentando enterrarlas forzando el tenedor lleno de espaguetis en su boca. Después de un momento de silencio, la sonrisa de Sans se hizo excepcionalmente grande cuando Papyrus gimió ruidosamente.

"¡NO PEQUEÑA HUMANA, NO TÚ TAMBIÉN!" Se quejó. "¡SANS! ¡ERES UNA MALA INFLUENCIA! ¡YA HAS CORROMPIDO A LA HUMANA CON TU HORRIBLE SENTIDO DEL HUMOR!".

Sans solo sonrió.

"¿Qué te puedo decir Papyrus?" Dijo, mezclando el agua caliente con el café en polvo. "Creo que le hice cosquillas en el hueso de la risa". Se rio entre dientes.

Papyrus se dejó caer en el asiento al lado de Frisk con un suspiro abatido.

"Oye, niña." La llamó, alejándola de su plato con la boca aún llena de fideos en sus mejillas. "¿Quieres un poco de café para lavarte el desayuno?" Preguntó con una risa.

Frisk se sonrojó cuando se obligó a tragarse el trozo de pasta fría, golpeándose ligeramente el pecho con el puño mientras alentaba a que el nudo bajara por su garganta. Luego asintió en silencio y Sans le pasó una taza humeante. Frisk la sostuvo entre sus manos, saboreando el calor en sus manos. Olía bastante bien, un poco a nuez con un pequeño toque de chocolate. Frisk tomó un sorbo.

Sabía a...

Bueno, sabía a tierra.

Frisk frunció el ceño decepcionada. Esta cosa no sabía para nada al expreso que Mittsy le había comprado en el café. Tan pronto como Frisk pensó en el nombre de la ratona, un sabor agrio se apoderó de su boca y Frisk apresuró el resto del café en un intento de eliminar el sabor.

"Dios mío, ¿no se está quemando algo?" Dijo Sans, un poco asombrado al verla tomar la bebida.

Cuando Frisk terminó, volvió a colocar la taza sobre la mesa y se limpió la boca con la parte posterior de la manga.

"HUMANA DEBES ESTAR MUY ANSIOSA POR COMENZAR SU PRIMER DÍA DE TRABAJO". Papyrus exclamó alegremente. "DEBO DECIR QUE ADMIRO TU ACTITUD EMPEÑOSA, SI TAN SOLO ALGUIEN A QUIEN CONOZCO FUESE TAN ENTUSIASTA COMO TÚ". Dijo, entrecerrando los ojos apuntando a su hermano desde el otro lado de la mesa.

A Sans parecía no importarle, él solo continuaba tomando su café.

* * *

Después del desayuno, los tres bajaron las escaleras hacia el bar de abajo, y para sorpresa de Frisk, aunque todavía era temprano en la mañana, el lugar estaba lleno. Varios grupos de monstruos estaban dispersos por todo el bar, riendo, bebiendo y bromeando entre ellos. Reconoció a algunos personajes de su visita al almacén de la noche anterior. Mientras Frisk inspeccionaba la habitación, sus ojos finalmente se posaron en un monstruo hecho completamente de fuego que trabajaba diligentemente detrás de la barra. Los ojos se abrieron fascinados observando las llamas que formaban su cuerpo parpadear, pero aún permanecían firmes mientras este hacía malabarismos, mezclaba, sacudía y vertía varios tipos de bebidas para los monstruos que se acumulaban alrededor de la mesa. Tenía unas gafas cuadradas de aspecto afilado equilibradas en el puente de la nariz y vestía una camisa blanca con las mangas enrolladas cuidadosamente, sujetas en su lugar por ligas negras. También llevaba un chaleco de satén negro, con botones de latón y una pajarita negra a juego. Un delantal negro se enrollaba en sus caderas cubriendo sus pantalones grises. Frisk observó cómo las diferentes bebidas que estaba mezclando, tenían una vibrante variedad de colores, antes de cambiar a un tono más apagado una vez que se acomodaban en el vaso. Les prestó más atención al darse cuenta de que estaban siendo mezcladas con magia.

La curiosidad de Frisk se encontró dando otro paso hacia abajo por las escaleras para ver mejor las bebidas mágicas. Tan pronto como lo hizo, notó que la habitación se volvía muy tranquila. Al levantar la vista, se sorprendió al encontrar al menos una docena de pares de ojos mirándola. No hubo más bromas ni risas mientras los clientes se sentaban en relativo silencio bebiendo, susurrándose entre sí ocasionalmente arrojando miradas acusadoras en dirección a ella. Frisk sintió que se ponía rígida al recibir tanta atención negativa. También sintió que una pequeña ola de culpa la invadía al percatarse de que gracias a su presencia, la atmósfera jovial y cálida en el bar había sido reemplazada por una tensa y nerviosa.

"No seas tímida". Se rió Sans secamente mientras le daba a Frisk un pequeño empujón.

"SÍ HUMANO NO TIENES NADA DE QUE PREOCUPARTE" Dijo Papyrus sin percatarse del cambio del ambiente. "SON TUS NUEVOS CAMARADAS DESPUÉS DE TODO".

"Sí... Camaradas". Se repitió manteniendo la cabeza baja para tratar de evitar el contacto visual mientras seguía por detrás a Sans y Papyrus hasta la barra. Una vez que los tres tomaron asiento, el monstruo de llamas se dirigió rápidamente para saludarlos.

"Hey Grillby". Dijo Sans alegremente, levantando una mano brevemente al monstruo de fuego.

Grillby respondió a su saludo con un leve asentimiento, antes de volver la mirada hacia Frisk y ladear la cabeza preguntándole a Sans.

"Oh, eh, ella es Frisk". Le respondió frotando la parte posterior de su cráneo con timidez. "Se quedará con nosotros por un tiempo. Fue una solicitud de Asgore, espero que eso no vaya en contra de nada dentro contrato de alquiler".

Grillby se volvió hacia Frisk y aparentemente parecía estar inspeccionándola. Una vez que estuvo satisfecho, bajó la cabeza en su dirección. Tan pronto como Frisk se dio cuenta de que su gesto era una señal de bienvenida, Frisk le devolvió el saludo a toda prisa.

"Entonces, ahora que todas las presentaciones están fuera del camino". Comenzó Sans, calmando los nervios precios. "¿No ha llegado correo para nosotros, Grillbz?" Preguntó.

Grillby hizo una pausa por un momento, antes de sacar un telegrama cuidadosamente doblado del bolsillo de su delantal.

"Llegó para ti esta semana". Respondió Grillby en voz muy baja entregándole la carta a Sans. Le recordó a Frisk el estallido y silbidos de la leña.

"Gracias Grillbz". Dijo Sans abriendo el telegrama y procedía a leer su contenido.

"¿SON INSTRUCCIONES PARA UN NUEVO TRABAJO?" Preguntó Papyrus con gran entusiasmo.

"Diste en el clavo". Le respondió mientras continuaba leyendo la carta. "Heh, parece que vas tendrás que ir de niñera" Comentó Sans con aires de suficiencia, ignorando la mirada molesta con la que Frisk lo miraba.

"WOWIE HUMANA, NUESTRO PRIMER TRABAJO JUNTOS ¿NO ES EXCITANTE?" Celebró.

"Solo hay que recoger algo Paps, no es nada complicado". Sans continuó. "Pero Asgore quiere que lleves a la niña para que se acostumbre al lugar".

"¡NYEHEHE! ESO SUENA ABSOLUTAMENTE ESPLENDIDO". Respondió Papyrus con una pose de confianza, antes de volverse hacia Frisk. "¡DESPUÉS DEL TRABAJO, TE LLEVARÉ A TODOS MIS LUGARES FAVORITOS EN EL BARRIO!"

Frisk asintió y le dirigió una pequeña sonrisa, su alegre forma de proceder era difícil de resistir.

"¿Y QUE DICE SOBRE TÍ?" Preguntó Papyrus volviéndose hacia Sans.

"Oh, nada emocionante, solo más trabajo de reconocimiento". Le respondió deslizando la nota en su bolsillo.

Frisk levantó una ceja ante la falta de información, pero Papyrus parecía completamente satisfecho con su respuesta.

* * *

Los tres salieron del bar. En lo que Papyrus y Frisk se dirigían al Buick, Sans se quedó en la acera saludando brevemente a su hermano mientras este se subía en el asiento del conductor.

"¿ESTÁS SEGURO DE QUE NO QUIERES UN AVENTÓN, SANS?" Preguntó Papyrus desde el otro lado de la calle.

"Nah". Le respondió Sans con una sonrisa. "Es un día hace un día hermoso después de todo, creo que sería bueno caminar".

"ESTÁ BIEN, NOS VEMOS A LA NOCHE". Se despidió Papyrus. Una vez que Frisk se subió al asiento del pasajero, Papyrus encendió el automóvil y se alejaron del bar siguiendo las calles principales de Ebott.

Sans los observó irse momentáneamente, antes de darse la vuelta para ir y hacer su propio encargo.

Las instrucciones en la carta habían sido muy breves, de hecho solo tenían dos palabras, ya que todo el mensaje que contenía era un solo nombre, Vincent Russo. Sans suspiró para sí mismo, conocía al tipo y no le sorprendió que su nombre hubiera terminado en su lista. Una vez había asistido a una reunión entre Asgore y Russo hace unos meses, trataba sobre una determinada transacción comercial entre el dueño del bar y los Pansies. Antes del encuentro, Sans tuvo la inmediata impresión de que Russo debía ser una verdadera bola de grasa. Y había estado en lo correcto.

Sans se frotó la nuca, esperando en inminente dolor que tendría mientras doblaba una esquina de la calle principal hacia un callejón oscuro, antes de atravesar un atajo y desaparecer.

* * *

Papyrus parloteaba alegremente mientras conducía por la ciudad. Frisk tarareaba y asentía en respuesta en ocasiones, pero la mayor parte de su atención estaba centrada en las calles que pasaban junto a su ventana. Frisk estudió los nombres de las calles mientras mantenía los ojos abiertos en busca de escondites, edificios abandonados y lugares con fácil acceso al techo mientras Papyrus conducía hacia adelante. Se suponía que debía estar trabajando después de todo. 

Después de aproximadamente veinte minutos, Papyrus acercó el auto a la acera y lo aparcó en el parque. Salió rápidamente del vehículo y se dirigió a una pequeña tienda al otro lado de la calle. Frisk siguió el ejemplo de Papyrus y descubrió que su entorno le era muy familiar. No tenía idea de por qué, hasta que vio la tienda a la que se dirigía Papyrus.

'Muffet's Bakery' estaba escrito en letras cursivas moradas en el toldo sobre la puerta.

Papyrus saludó a Frisk con entusiasmo mientras sostenía la puerta abierta para que entrara a la tienda. Tan pronto como lo hizo, Frisk fue recibida de inmediato con el cálido aroma de pasteles mantecosos y golosinas azucaradas. La boca de Frisk comenzó a babear al instante por el dulce olor. Había algunos otros monstruos presentes en la tienda que miraron a Frisk con curiosidad mientras ella miraba los dulces en el escaparate. No le sorprendía, Frisk estaba ahora en la parte monstruosa de la ciudad, y los visitantes humanos son extremadamente raros.

Papyrus caminó con confianza hasta el mostrador y llamó al timbre de servicio, pasaron unos momentos antes de que la monstruosa dama púrpura que Frisk había conocido la noche anterior, entró rápidamente desde la trastienda.

"¿Qué hay Papyrus?" Dijo alegremente mientras se acercaba esqueleto "¿Cómo estás hoy?".

"MUY BIEN MUFFET, GRACIAS" Respondió alegre. "¿QUÉ HAY DE TÍ?"

"Oh, lo mismo de siempre". Ella se encogió de hombros. De repente, su mirada cayó detrás de Papyrus y se centró en Frisk.

"¡Oh, mi dios!" Ella exclamo. "Qué placer verte de nuevo". La saludó dulcemente.

Frisk sonrió levemente.

"¿YA SE CONOCEN?" Preguntó Papyrus, mirando entre Muffet y Frisk.

"Bueno, no formalmente, me entregó un paquete la otra noche". Muffet respondió mientras extendía una de sus seis manos a Frisk. "Mi nombre es Muffet".

"Frisk." Respondió estrechándole la mano ofrecida.

"SÍ, FRISK ES LA NUEVA MIEMBRO DE NUESTRO EQUIPO" Explicó Papyrus emocionado "BIEN, SE ENCUENTRA EN FORMACIÓN POR AHORA, PERO ESTOY SEGURO DE QUE EN CUALQUIER MOMENTO SERÁ UNO DE LOS MIEMBROS MÁS IMPORTANTES".

Frisk le sonrió cortésmente a Papyrus en respuesta, aunque sintió un pinchazo de culpabilidad en su alma ante la alabanza de ya que ya había decidido irse una vez que su período de entrenamiento hubiese acabado.

"Que interesante." Muffet respondió sonriéndole a Frisk. "Pero por mucho que odie cambiar el tema a esta encantadora conversación". Dijo volviéndose hacia Papyrus. "¿Creo que hay una razón para visitarme?"

"¡OH, SI!" Papyrus exclamó recordando su tarea asignada. 

Muffet se rió.

"Tengo el pedido listo para ti, solo trae tu auto y mis amigos te ayudarán a cargarlo". Dijo, haciendo un gesto a Papyrus para que la siguiera a la habitación de atrás. Papyrus asintió entendiendo antes de volverse hacia Frisk.

"HUMANO ¿TE IMPORTA ESPERAR AQUÍ MIENTRAS VOY A TERMINAR ESTA TAREA?" Preguntó revolviéndose las manos.

Frisk le sonrió tranquilizadoramente. Sabía que no tenía que conocer los detalles cuando se trataba de estos tratos.

"Por supuesto que no Papyrus". Le respondió Frisk. "Estaré bien aquí".

Papyrus pareció relajarse un poco. Considerado gesto volvió a unirse a Muffet detrás del mostrador.

"Cariño, ¿por qué no disfrutas de una taza de té y un pastel mientras esperas? Haré que uno de mis amigos se encargue". Dijo Muffet dulcemente.

"Oh, gracias." Respondió ella mientras se sentaba en una de las pequeñas mesas en la esquina trasera de la pastelería.

Pasaron unos momentos después de que Papyrus y Muffet se fueron a atender sus asuntos allá atrás, cuando una gran araña del tamaño de un puño se dejó caer sobre una delgada telaraña. Al principio la sobresaltó, pero luego vio que vestía una pajarita roja, y estaba cargando con una taza de té y un pastel plateado. La araña colocó con cuidado la taza y los dulces frente a Frisk, antes de desplegar una servilleta y ponerla sobre su regazo. Frisk sonrió alegremente a la pequeña criatura. En realidad era bastante linda.

"Muchas gracias." Le dijo.

La araña chasqueó sus colmillos felizmente en respuesta a los elogios de Frisks, antes de devolverse por su red.

Durante los siguientes quince minutos, Frisk mordisqueó su pastel y tomó un sorbo de té mientras esperaba a que Papyrus terminara con sus asuntos. Ambos fueron excepcionalmente sabrosos. Frisk hizo una nota mental para visitar la pastelería nuevamente cuando reciba su primer cheque de pago.

Unos momentos después, Papyrus y Muffet salieron de la habitación de atrás. Frisk se levantó rápidamente y se acercó.

"¿Cómo estuvo tu té y pasteles?" Preguntó Muffet con una sonrisa, mientras caminaba hasta ella.

"Todo estaba delicioso." Le respondió.

Papyrus salió del mostrador, pasando alrededor de este para pararse a su lado.

"Me alegra oír eso." Dijo alegremente entregándole a Frisk un trozo de papel. "Aquí está la cuenta."

Frisk solo miró atónita la calma en la que estaba el papel.

"Oh".

"No pensaste que era gratis, ¿o eso querías?" Dijo Muffet, tomando su dulce voz un borde venenoso, mientras dos colmillos puntiagudos se volvieron muy visibles desde detrás de su sonrisa. 

Frisk sacudió la cabeza rápidamente mientras se palpaba los bolsillos rápidamente, con la esperanza de encontrar algún cambio suelto o facturas de repuesto. Se maldijo en silencio por haber escondido el efectivo que Asgore le había dado en el departamento de los hermanos en una de las almohadas, y no había tenido tiempo de regresar a su desván abandonado para recuperar el dinero que había escondido debajo de las tarimas. Tal como estaba, Frisk no tenía nada de dinero.

"NO TE PREOCUPES PEQUEÑA HUMANA, PERMITIRME" Exclamó Papyrus colocando unos billetes frente a Muffet.

"Qué caballero eres, Papyrus" Cantó Muffet cantó dulcemente, ocultando todas las nociones amenazantes anteriores debajo de su agradable fachada mientras contaba el dinero.

Frisk sintió que una sensación de alivio la invadía, así como otra punzada de culpa. Tomó una nota para devolverle a Papyrus el dinero tan pronto como regresaran al departamento esa noche.

* * *

Mientras se dirigían a salir de la panadería, antes de despedirse, Muffet llamó a Frisk.

"Vuelve en cualquier momento querida. Tengo muchas golosinas dulces que sé que te morirás por probar". Ella se rio.

La humana hizo una mueca mientras tachaba mentalmente su recordatorio anterior de volver a visitar la panadería.

Al regresar al auto, notó la pila de cajas de pastel colocadas sobre los asientos traseros. Papyrus le sonrió disculpándose y le prometió que seguramente sí podría ayudar en la próxima misión. Frisk le devolvió la sonrisa y le aseguró que no había ningún problema.

* * *

Después de que Papyrus entregase los paquetes en destino, el resto del día lo pasó conduciendo por la ciudad mientras llevando a Frisk a todos sus lugares favoritos que prometió. Le enseñó el viejo cine donde él y su hermano iban a ver a sus estrellas favoritas de Hollywood representando audaces historias de romance en la pantalla grande. Luego la llevó al parque y le consiguió una buena crema, lo que era un equivalente a un helado, y por último la llevó al puerto, donde le explicó el porqué era el mejor sitio para ver las puestas de sol. Frisk lo siguió felizmente. Sabía que esto no era exactamente lo que Asgore había querido decir con 'familiarizarse con el área', pero no le importó, estaba disfrutando inmensamente de su tiempo con Papyrus. Ella se rió de sus ridículas historias sobre sus aventuras con los Pansies, así como las travesuras sin fin de su hermano molestándolo. Frisk decidió que merecía este tiempo de inactividad, especialmente después de los acontecimientos de la noche anterior. Además, había pasado mucho tiempo desde que Frisk había disfrutado de la compañía de otras personas, en lugar de sospechar de todo. Sabía que debía tener cuidado con Papyrus, era un mafioso después de todo, pero él era tan... genuino.

* * *

Cuando finalmente volvieron a Grillby's, ya era de noche. Papyrus saltó del asiento del conductor y estiró brevemente sus largas extremidades.

"NO HAY NADA QUE HAGA SENTIR MEJOR A MIS HUESOS, QUE CONDUCIR TODO EL DÍA EN COCHE". Dijo sacudiendo sus tobillos, antes de dirigirse al bar.

Frisk estaba a punto de abrir la puerta de su auto y seguir su ejemplo, cuando algo en el asiento trasero del vehículo llamó su atención. Una pequeña esfera casi irregular roja. La examinó brevemente al levantarla y la hiso rodar sobre la palma. Parecía una especie de caramelo duro. Frisk le dio una lamida cautelosa, sabía dulce y un poco a cerezas. Papyrus debió haberse comprado algunos dulces de Muffet's antes de irse.

"HUMANA, ¿NO VIENES?" Dijo Papyrus llamándola desde el otro lado de la calle.

"Ahí voy". Frisk respondió guardando el caramelo de monstruo en el bolsillo antes de salir del auto y correr para encontrarse con él.

Grilby's estaba aún más lleno de lo que había estado esa mañana. Cuando Frisk y Papyrus entraron por la puerta principal, las risas y las bromas flotaron hacia la calle. Este grupo de monstruos era mucho más ruidoso que el grupo anterior, y ninguno parecía darse cuenta de la existencia de Frisk mientras subía las escaleras detrás de Papyrus. También sospechó que este grupo habían bebido mucho más que los monstruos de la mañana, al parecer la bebida opacaba las percepciones de los monstruos sobre ella. Frisk sonrió a los monstruos exultantes y casi deseó poder unirse a su diversión, pero sabía que sería imposible, después de todo, era humana, y habían dejado bastante claro que no querían tener nada que ver con su especie.

Papyrus abrió la puerta del apartamento, y Frisk sintió cómo su agotamiento se activaba. Su cuerpo todavía se estaba recuperando de su carrera loca por la ciudad, y eso, junto con su falta de sueño, estaba pasándole factura. Tan pronto como Papyrus se apartó de su camino, Frisk trazó un camino recto directamente hacia el sofá.

"¿SANS?" Lo llamó Papyrus. Frisk inmediatamente se sintió tensa al escuchar el nombre del esqueleto más bajito. En su estado de cansancio, casi se había olvidado de él. "HERMANO, ¿ESTÁS EN CASA?" Lo volvió a llamar.

Al darse cuenta de que su hermano no había terminado aún con su trabajo, esbozó un suspiro para sí mismo. Frisk se relajó al llegar a la misma conclusión. Bien, al menos por una noche, Frisk no tendría que preocuparse por tratar con Sans. Tal vez si tenía suerte, podría quedarse dormida antes de que él volviera.

Papyrus entró en la cocina mientras Frisk se acomodaba en el sofá.

"HUMANA, ¿QUISIERAS ALGO ANTES DE DORMIR?" Preguntó, mientras tomaba otro recipiente lleno de espagueti blando y lo vaciaba en su plato en espera.

"No, gracias Papyrus". Frisk respondió con una sonrisa ligeramente forzada. "Creo que me iré a dormir temprano, estoy algo cansada".

"COMO DESEES HUMANA, NO TE MOLESTARÉ MÁS". Papyrus dijo mientras apagaba las luces y se dirigía a su habitación. "QUE TENGAS DULCES SUEÑOS". Dijo, dándole a Frisk otra dulce sonrisa al pasar.

"A ti Papyrus" Cuando Papyrus abrió la puerta de su habitación, Frisk sintió la repentina necesidad de preguntarle algo, algo que ella había querido preguntarle desde que le había dado esa agradable buena crema en el parque. "¿Um... Papyrus?" Lo llamó tímidamente.

Papyrus se dio la vuelta para encontrarse con su mirada.

"¿SÍ HUMANA?" Preguntó.

"Solo quería decirte que... um, si quisieras, quiero decir..." Tartamudeó Frisk mientras se tomaba un momento para recordar, antes de soltar un resoplido frustrado. "Lo que quise decir es que no me importaría si me llamaras Frisk". Dijo jugueteando con la manta en su regazo.

La sonrisa de Papyrus se hizo diez veces más brillante, y Frisk podría jurar que vio formarse estrellas dentro de sus cuencas.

"¡OH HUMANA! ¡ME ENCANTARÍA USAR TU PRIMER NOMBRE CONTIGO! NUESTRA AMISTAD ESTÁ PROGRESANDO ESPLENDIDAMENTE".

Frisk soltó unas risitas por su entusiasmo, antes de ofrecerle las buenas noches y acomodarse en el sofá para una muy buena noche de sueño. Cuando sus ojos se cerraron lentamente, las visiones de Ebott a la luz del sol bailaron en su mente con tranquilidad.

* * *

Sans se quejó para sí mismo mientras se acercaba al bar de cocteles, con la barra aún no abierta, a esa última hora de la tarde. No pudo evitar poner las cuencas en negro mientras leía las brillantes letras de neón sobre su entrada "The Flamingo". Resopló entrando al edificio. Había estado siguiendo a Russo todo el maldito día, y por supuesto, el tipo tenía que ir a tomar una copa en este lugar deslumbrante y de aspecto jocoso. Y claro, Sans no dudó en admitir que el nombre se adaptaba perfectamente al aspecto excesivamente extravagante del establecimiento. Sans se aseguró de tirar del cuello de su gabardina y bajar el ala de su sombrero sobre su rostro. Estaba en la parte humana de Ebott después de todo, y la gente de por aquí no se mostraba amable con los de su tipo.

Cuando Sans se adentró más en el edificio, vio a Russo en el bar de atrás tratando de hablarle a bella dama sentada a su lado. Sans no pudo evitar reírse mientras Russo intentaba mostrarle su nuevo reloj brillante a la chica en un intento de impresionarla, solo para que ella educadamente se disculpara rápidamente, aparentemente cansada de los avances que trataba de hacer Russo.

"Parece que ella no te dará la hora hoy amigo". Se rió en silencio para sí mismo caminando hacia las espaldas de Russo.

Sans le propinó una fuerte palmada en la espalda.

"Así que un descanso, ¿Eh, Vinny?". Dijo Sans, cuando vio a Russo ahogarse y escupir sobre su bebida con sorpresa.

El hombre giró de su asiento para mirar confundido a Sans.

"¿Qué demonios estás haciendo aquí?" Preguntó.

Sans se encogió de hombros.

"Estaba en el vecindario, pensé en detenerme para charlar un poco". Respondió.

Russo levantó una ceja, una sonrisa delgada como un lápiz se formó en su rostro.

"¿Y de qué quieres hablar?".

Sans le dio una sonrisa perezosa.

"Tengo algunos asuntos relacionados con los Pansies, pensé que estarías interesado" Le dijo. La sonrisa de lápiz de Russo se extendió, abultándole las grasosas mejillas en los costados.

"Puedo estarlo". Dijo para luego apresurar el resto de su bebida, antes de levantarse del bar e indicarle a Sans que lo siguiera. "Conozco un lugar más privado para discutir los detalles"

Russo continuó mientras conducía a Sans a una habitación trasera aislada.

"Se escucha perfecto." Sans respondió, con su sonrisa cada vez más amplia.

La habitación a la que Russo condujo a Sans, era increíblemente llamativa, vestida hasta los nueves con terciopelo rojo con adornos dorados por casi todo el lugar. Sans supuso que esta habitación estaba diseñada para invitados Vip y que, a juzgar por la sonrisa engreída en el rostro de Russo, estaba tratando de mostrar su estatus exclusivo. El esqueleto luchó contra el impulso de poner las cuentas en negro mientras se dirigía a una lujosa silla tapizada. Russo se sentó frente a él, antes de agarrar una atractiva caja de madera de la pequeña mesa lateral junto a él. Este la abrió frente a Sans.

"¿Un habano?" Ofreció Russo, ensanchándose su sonrisa presumida. "Son Cubanos". Agregó.

Sans miró la caja. Normalmente no fumaba, había estado intentando dejar ese hábito hace un tiempo porque a Papyrus realmente no le gustaba. Pero luego, pensó que si tendría que pasar la noche con este bálano, al menos podría tener algo agradable con lo que distraerse. Sans sacó uno de los puros de la caja y se inclinó hacia adelante en su asiento para permitir que Russo lo encendiera con una cerilla. Sans tomó entonces unas largas bocanadas, sosteniendo el humo en su boca saboreando el gusto a tostado y chocolate deslizándosele por la lengua. Oh, eso dio en el clavo.

"¿Qué opinas de mi nuevo lugar?" Preguntó Russo.

Sans observó una vez más su entorno excesivamente decorado. Así que Russo había abierto este bar, Sans ya se lo esperaba.

"Es muy como tú". Él respondió secamente.

La sonrisa de Russo disminuyó ligeramente al notar el tono burlón de Sans.

"Entonces, sobre este asunto con los Pansies" Comenzó Russo mientras se preparaba un trago de whisky de una jarra de cristal, antes de ofrecerle a Sans.

Sans se negó, no le gustaba beber en el trabajo.

"Debo decir que si Asgore está pensando en organizar otra venta, estoy muy interesado. El último envío que compré fue un producto de calidad y se vendió muy bien. A mis clientes les encanta la magia en el alcohol". Dijo Russo tomando un sorbo de whisky.

Sans tomó algunas bocanadas más el puro antes de volver su atención a Russo y soplar una nube de humo en su dirección.

"En realidad, el negocio que vine a discutir contigo, tiene que ver con tu última compra".

La sonrisa viscosa de Russo vaciló.

"¿Qué pasó con mi compra?" Preguntó, entrecerrando los ojos ligeramente en dirección a Sans.

"Bueno, verás Vinny". Sans comenzó, viendo el gesto irritado de Russo al escuchar el apodo. "El dinero que nos diste no coincidía exactamente con el precio que habíamos acordado". Le explicó.

Russo levantó otra ceja cuando su sonrisa aceitosa se filtró de nuevo a su rostro.

"VINCENT. Y Sí, tu precio de venta era un poco elevado". Russo respondió, arreglando a Sans con una engreída burla. "Así que lo pagaré en cuotas".

Sans dejó que uno de sus puntos blancos girara perezosamente en dirección a Russo.

"Heh, lo siento Vinny". Sans sonrió cuando Russo le lanzó una mirada molesta. "Debo haberme perdido la parte de la reunión en la que se aprobó este plan de pago, porque, en lo que a mí respecta; cuando entregamos el producto, hay que pagarlo". El tono de su voz fue adquiriendo uno obscuro.

"¿Oh enserio?" Lo desafió, ignorando completamente la advertencia de Sans. "Por lo que escuché, a ustedes monstruos les ha costado mucho mover su producto desde que las pandillas humanas de Ebott comenzaron a boicotearlos". Dijo con aire de suficiencia. "Entonces, a menos que quieras cabrear a uno de tus últimos compradores humanos, puedes decirle a Asgore que tendrá su dinero cuando yo lo diga".

Sans suspiró para sí mismo mientras terminaba la última bocanada de su cigarro, antes de apagar la colilla en un cenicero plateado con relieves sobre la mesa a su lado.

"Bien, no digas que no traté de ser amable, amigo". Le respondió. 

Russo ladeó la cabeza hacia Sans confundido. Entonces una luz azul brillante lo envolvió y lo arrojó de su silla al otro lado de la habitación, chocando su cuerpo contra la pared del fondo. Russo trató de recuperar el aliento luego de caer el piso. Sans se levantó lentamente de su asiento y se dirigió hacia donde yacía la forma desmoronada de Russo. Tan pronto como el regordete vio que Sans se acercaba, trató de levantarse, pero la luz azul lo continuaba rodeando volviendo su cuerpo extremadamente pesado, desplomándose inevitablemente hacia adelante. Russo logró girar la cabeza hacia un lado para ver la siniestra expresión de Sans. Russo sentía que la respiración se le cortaba al ver que solo la cuenca derecha del esqueleto estaba totalmente negra, mientras que la otra brillaba un agudo iris azul que miraba amenazadoramente a su persona.

"Al ver que eres tan malo para entender instrucciones, te lo voy a dejar extremadamente claro, amigo". Comenzó Sans. "Verás, tengo un sistema para cuando debo lidiar este tipo de negocios, una política de tres faltas". Sans luego colocó la suela de su zapato sobre una de las manos extendidas de Russo y presionó con todo su peso. Ignoró los gritos de Russo hasta haber escuchado los huesos de su mano crujir al romperse.

"Esa fue por la primera falta". Sans arrastró las palabras perezosamente apartando finalmente su pesado pie.

Russo era ahora un desastre a moco tendido, rogando patéticamente su clemencia debajo de él.

"Dentro de unas dos semanas, una de dos cosas va a suceder". Continuó Sans manteniendo su mirada mortal sobre Russo. "Que reciba otro telegrama con tu nombre, o no".

Russo gimió cuando Sans se inclinó a la altura de sus ojos, con una sonrisa malvada.

"Ahora, si recibo otro telegrama, eso significa que tendré que volver a hacerte una visita y sé que ninguno de los dos quiere eso ¿No estoy en lo correcto?". Dijo Sans. "Y confía en mí, la segunda falta es MUCHO peor que un par de huesos rotos".

Russo tragó audiblemente.

Sans se levantó y procedió a caminar de regreso a través de la habitación.

"Y si pasa eso, después de otras dos semanas, más o menos, será mejor que no vuelva a ver tu nombre". Dijo volviéndose para mirar por encima del hombro a Russo. "Porque amigo, esa sería la tercera falta... Y con tres faltas... quedas fuera"

Sans liberó entonces su agarre mágico sobre Russo y tan pronto como lo hiso, el seboso se alejó lo más posible de Sans, llevándose su mano destrozada al pecho.

"Ahora, ¿están mucho más claras las instrucciones, verdad?" Dijo Sans, aun sosteniendo a Russo como rehén con su mirada.

Russo asintió febrilmente mientras continuaba sollozando debajo de un tocador.

"Vamos, Vinny, tengo que oírte decirlo". Dijo Sans mientras golpeaba con el dedo el borde de la jarra de whisky en la mesa al lado de la silla derribada de Russo. "Claro como el..."

"¿Cry-crystal?". Tartamudeó Russo entre sus respiraciones desiguales.

"Bien." Dijo Sans regresándose a la puerta. "Te diría: Hasta luego. Pero espero que por tu bien que no sea así".

Sans salió, dejando a Russo solo, acunando su mano rota en la sala Vip.

* * *

Cuando Sans finalmente regresó a Grillby's, ya era pasada la medianoche y estaba exhausto. Los últimos días le habían estado desgastando mucho y lo estaba sintiendo. Más que nada, realmente necesitaba una noche de descanso tranquilo. Cuando Sans entró en el apartamento, pudo distinguir la silueta de Frisk acurrucada en el sofá en una pequeña bola apretada, envuelta en una manta de lana, durmiendo tranquilamente. Parecía que no iba a despertarse pronto, lo que significaba que Papyrus había hecho un buen trabajo cansándola.

"Bueno." Sans pensó para sí mismo mientras caminaba lentamente hacia la habitación de su hermano. Una cosa menos de la que no debía preocuparse.

Sans silenciosamente abrió la puerta de su hermano y suspiró aliviado cuando vio a Papyrus roncando suavemente debajo de sus mantas.

"Sano y salvo." Pensó Sans cerrando la puerta en silencio y girándose hacia su propia habitación.

Antes de que Sans entrara por su puerta, lanzó una mirada más por encima del hombro a la niña dormida en el sofá. La estudió brevemente hasta estar completamente satisfecho, tenía que asegurarse de que no tendría que preocuparse por controlarla periódicamente durante la noche. Entró en su habitación, se quitó los zapatos, se desabrochó la corbata, el chaleco y los tirantes, para desplomarse sobre su cama sin hacer. Estaba demasiado cansado para molestarse en sacarse los pantalones o su camisa de vestir. Lidiaría con ellos durante la mañana, haciendo una nota mental para limpiarles del olor a tabaco antes de que Papyrus lo notara y le diera una reprimenda. Finalmente sintió que sus pesados ​​párpados se cerraban con lentitud mientras su mente se alejaba de la realidad y caía en el sueño.

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