05| Estábamos Esperando

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Categoría: T

Nota: oxoxoxo

"Jejeje", Bianca caminó por alrededor del estante. Ahí reposaba el pedazo de lienzo que Bianca había pintado.

"¿Por qué pareces tan feliz?" Preguntó Bebe, "se ve que andas por las nubes". No hubo respuesta por parte de Bianca, esto extrañó a Bebe un poco. Al menos si era sobre un trabajo del que Bianca se sintiera orgullosa, siempre lo estaría presumiendo con sus hermanas sobre su nueva obra de arte al igual que su hermana cocinera, Brie.

Bianca ignoró la pregunta, para ella no existía nada a su alrededor mas que una pradera de colores estrellados en el suelo marrón y el verde del pasto mientras saltaba de colina en colina manchando sus patas café de pintura.

"Dejala." Un poco atras de Bebe salió Betty con tranquilidad, giró a ver la pintura que estaba encima del estan. "Es la primera vez que su esfuerzo es en verdad apreciado".

Ambas, Bebe como Betty vieron con alegría a Bianca. Bebe ya conocía que el arte de Bianca era increible, y por eso siempre era arrebatado de las patas de su hermana sin que ella pudiera hacer nada al respecto, pero aún así, Bianca nunca dejó de pintar y hasta ahora, la puede ver realmente feliz.

"Es increible, ¿no lo crees?" Bebe caminó hacia la otra habitación donde se escuchaba el desorden que estaba haciendo Brandy con Bertha.

"¿El qué?" Betty se dirigió hacia ella. "¿Su dibujo?"

"No, nuestro dueño." Betty se detuvo. "Pero también el dibujo, quedó estupendo". Después de decir eso se escucho como Bebe llamó a Bailey para que controlara a Bertha y a Brandy.

La pequeña coneja Betty se quedó inmóvil en el marco de la puerta pensando en lo que había dicho su hermana Bebe. Había notado que la mayoría de sus hermanas ya se acostumbraron a vivir aquí, pero no esperaba que fuera tan rápido, después de todo, Betty no odia a Lincoln del todo.

"Es. . . algo agradable". Betty movió sus orejas en frenesí para olvidar lo que acaba de decir.

Brandy saltó desde el sofá cayendo en la alfombra que había en el suelo.

"Ten más cuidado", le pidió Bethany "¿acaso quieres preocupar a nuestro dueño?"

Brandy se detuvo en seco congelandose como una estatua.

"Tampoco es para que exageres", comentó Brooke. "Mientras no hagas un caos, no estarás en problemas".

"Al menos tú, también debes de ser cuidadosa, Brooke". Bippa pasó con elegancia al lado de Brandy. "Puedes jugar, pero asegurate de tener cuidado, no queremos arruinar nuestro hospedaje aquí".

Bailey junto a Bertha comenzaron una carrera dentro de la casa provocando que Brenda se enojase por eso.

"¡Oigan, no corran como unas locas! Mejor vayan detrás de la casa". En eso Birdie se acercó a Brenda con un trozo de zanahoria.

"¡Mira hermana, encontré comida en la parte atrás de la casa!"

"Eso. . . ¿cómo puedes encontrar comida allá?" Preguntó Brenda mientras pisaba las colas esponjosas de Bertha y Bailey para que salieran disparadas por toda la casa.

"Oh, ¡yo sé, yo sé¡ ¡vi al gigante blanco lanzar una bolsa enorme~ en la mañana!" Dijo Brandy a la vez que salia de la vista de todos con unos pequeños saltos.

El resto de los presentes se dirigieron hacia la parte de atras de la casa, el patio trasero, y con asombró vieron tres montículos de tierra con un hoyo cavado en ellos asemejandose a una madriguera.

"Esto no estaba ayer". Aseguró Belulah acercándose a los montículos de tierra.

"Debía ser obra de él." Los presentes dieron un salto alto al sentir la presencia de su hermana Belle detrás de ellos.

"Oigan, miren esto", Pidió Beatrice "aquí esta escrito el nombre de Betty, junto a un tazón con comida". Mostró Beatrice para lugar dejar ver que el resto de las madrigueras también tenían el nombre de cada una de las hermanas conejos.

"¡Increible!" exclamó Blair.

"Deberías de repetir eso". Bebe comenzó a buscar si alguno de ellos tenia su nombre, lastimosamente, ninguno lo tenia.

"No te preocupes hermana. En total solo hay seis montículos con apariencia de una madriguera, y, si seguimos mis cálculos, considerando que nuestro dueño tiene planeado hacer una para cada quien. . . tendrás tu madriguera en solo dos días, al igual que a mi". Explicó Beatrice.

"Oh. . . buenos días," una dormilona Beth salió de su madriguera "¿es hora de comer?"

Una autoritaria Betty se acercó a preguntar, "¿qué crees que haces?"

"¿Dormir. . . ?"

"No me ref. . . sabes qué, no importa, pero esa tiene mi nombre, la tuya es la de al lado". Beth salió de la madriguera de Betty para entrar rodando a la suya.

"No puedo esperar a tener la mía". Bodhi suspiró con tranquilidad en sus palabras. "Al más paciente se le recompensa".

La la mayor de todas se quedó al frente de lo que parecía ser su nueva madriguera, un segundo después fue sacada de sus pensamientos por Bárbara.

"Es un buen sujeto". Betty se fijó en su hermana. "Sé que piensas en lo mismo que yo, cómo alguien puede ser tan amable", las orejas de Betty  apuntaron al cielo. "No sé que pienses de él ahora, pero te digo que tiene un corazón muy bueno".

Cuando Bárbara se alejó lo suficiente Betty no pudo evitar ser pesimista. "Los de corazón bueno son los más fáciles de herir". 

( . . . )

La camioneta de entregas de Lincoln iba siguiendo las instrucciones de las dos chicas que los guiaban por la ciudad. Lina y Lupa, ambas, iban en el asiento de acompañante del conductor.

"Por ahí". Señalo Lina haciendo que Lincoln tomará esa curva peligrosa.

El joven albino se ofreció a ir con Lupa y Lina a su escondite en el vertedero de la ciudad. Él no sabia que es lo que estaba haciendo, su cuerpo actuaba solo, no actuaba impulsiva-mente desde que ya no vive con sus hermanas. En la parte de trasera, donde van los paquetes a entregar de la empresa, estaba la caja de prendas que Lincoln le había pedido a su hermana Leni a cambio de un favor, bueno, Lincoln solo pidió como dos mudas de ropa y al parecer su hermana entendió dos docenas de ropa de muy buena calidad. No sabía si más adelante le iba a cobrar eso, después de todo, es de la linea de ropa de Leni, ¡es muy costosa y Lincoln la regalo como si fueran dulces! Pero. . . no se siente del todo mal, siempre a preferido dar lo mejor a otros y quedarse él con las sobras. Pero ahora que sus hermanas tienen de lo mejor de cada cosa que existe, ¿quién le da algo al albino? Por suerte Leni nunca se a olvidado de su pequeño Linky.

"Ya llegamos". Lincoln detuvo la camioneta en frente de la entrada del vertedero. No fue sorpresa para él el mal olor del lugar.

"Ven es por aquí", camino Lina atravesando un agujero que había por una de las rejas de metal grueso. "Lupa, revisa que el guardia siga dormido".

"¿Guardia?" Lincoln caminó hasta atras de la camioneta para poder sacar la caja.

"Si, aunque este lugar se un infierno, aún hay personas que vienen aquí para tomar cosas de entre la basura o lo usan para esconder droga". Lupa le explicó a Lincoln.

"Dios, cómo pueden tener una vida así". Pensó Lincoln mientras encontraba la manera de pasar la caja por la reja.

Lina se adentró cada vez más en el lugar. Una columna de humo alarmó a Lina desde la distancia, venía desde la dirección en la que ella se dirigía.

"Pedazos de mierda", el joven con aspecto de delincuente le dió una patada en el estómago a una niña de cabello rubio que cayó al suelo con un fuerte dolor en el estomago por el golpe. "¡Les dije que se largaran de aquí!"

"¡Leia!" Grito una chica de aspecto rebelde con el cabello castaño.

La chica intentó golpear al joven que estaba siendo acompañado por otros dos con el mismo aspecto de delincuentes. Antes de que ella pudiera conectar el golpe, uno de los jóvenes le tiro un cigarro encendido en su cara provocando que esta cayera en el suelo. El que parecía su líder comenzó a pisar con fuerza la mano de aquella chica.

"Jajaja, solo son una perras. Son unas inútiles, pero" el joven analizó el cuerpo de la chica, "se como darles una utilidad" el joven comenzó a quitarse el cinturón asustando a las presentes mientras que sus amigos iban por otras.

"¡Oye!" Una piedra impactó en la cabeza de aquellos jóvenes. "¿Qué creen que hacen imbéciles?" Lina tomó otras piedras y comenzó a lanzar-las a los jovenes.

"Maldición, ya estaba a punto de cenar". El joven tomó del cabello a Leia alzando la del suelo y colocandola al frente de él para usarla como escudo mientras seguía pisando los dedos de la castaña con la suela de sus botas.

"¡Ahh!" se escucho el grito de dolor. Lincoln quien había logrado pasar a través de la reja sintió una increíble y fuerte necesidad de salir corriendo hacia donde venía el grito.

"¡Malditos, dejen a mis amigas!" Gritó Lina con enojó mientras veía como tomaban de escudo a sus otras amigas.

Al ver que Lina no les lanzaba más piedras por temor a golpear a una de sus amigas el joven les ordenó atraparla para enseñarle una lección con sus propias manos. Lina intentó separarlos de sus amigas pero un fuerte golpe en uno de sus ojos la dejó sin fuerzas para seguir luchando.

"Estas mocosas," uno de los jóvenes escupió en el pelo de Lina mientras pisaba su cabeza. "Qué pasa, no que tan valiente" dijo burlón.

"L-Lyra, Leia. . . " mencionó Lina tratando de levantarse.

Un golpe en sus costillas hizo que se retorciera del dolor.

"No, no. ¿Qué piensas hacer?", el joven terminó por pisar la mano de Lyra para luego levantarla desde el cuello de sus harapos.

La mano de Lyra estaba sangrando.

"¡Lina, escuché un grito y-!" Lupa no pudo terminar de hablar al ver como a Lina y las demás yacían en el suelo mugriento del lugar.

"Oh. . . qué tenemos aquí." Lupa retrocedió al ver como aquel chico de cabello negro y camiseta roja se acercaba a ella.

"No intentes correr," uno de los jovenes tiró del cabello de Leia "no quieres que les pase algo, ¿verdad?"

Leia había tratado de proteger a sus amigas, que, desde que vagaba sola por la ciudad, fue acogida por ellos. Siempre había tenido una vida de lujos, pero desde el instante que su familia comenzó a discutir por la herencia, ningún rincón de la casa era seguro para ella. Tenía miedo de comer, de estar sola, tenía miedo de las personas; y cuando por fin puedo encontrar un lugar donde cualquier cosa es suficiente para ser feliz, llegaron estos desgraciados. Leia ya los había visto semanas atrás merodeando estos lugares, a simple vista parecían personas normales hasta que encontraron su escondite. Drogas, dinero, objetos, cuchillos, eran personas malas con los cuales no debía toparse. Aun así, el vertedero está lleno de enfermedades, un espacio de salud deplorable. Liby tenía un fuerte dolor de cabeza, ardía por cada minuto que pasaba, pero ni con la colaboración de todos les daba para conseguir la medicina que nesecitaban.

Estaba el dinero de ellos, igualmente no parecía que fuera dinero ganado limpiamente. Leia optó por conseguir un poco y comprar la medicina para el dolor de Liby, y aunque Lina y Lupa le pidieron que se olvidara de esa idea ella no quiso escucharlas.

Lina estaba siendo golpeada por aquel imbécil mientras que Lupa y Lyra estaban a punto de ser violadas por esos cabrones. "¿Es mi culpa?" Leia comenzó a llorar. "Si, debe ser mi culpa. . . ¡soy una inútil!"

Lyra fue despojada de sus harapos y Lupa intentaba hacer fuerza para que no intentaran nada con ella.

"¡Quedate quieta maldita perra!" buscando en sus bolsillos sacó una navaja dentada. "Que tal si te corto ese estúpido cabello que tienes".

La Albina se aterro, ya habían tenido problemas con estos sujetos antes, siempre las golpeaban con sus puños o si estaban muy enojados eran cortadas cerca de la cara y el pecho.

Antes de que Lincoln encontrara a Lupa y Lina en las calles de la ciudad, estas estaban corriendo despavoridos de aquellos jóvenes que no estaban conformes con la decisión que habían tomado las chicas de no servirles a ellos. No les gustaba la idea de venderse por dinero y las ganancias dárselas a esos idiotas, no les convencía para nada.

Lupa cerró los ojos al sentir el metal frío en su cuero cabelludo, al no sentir nada más comenzó a abrir los ojos lentamente para luego ver que el joven estaba flotando. . . ¿¡qué!? Lupa retrocedió cochando con las piernas de alguien mucho más grande que ellos.

Lincoln sujetaba con una sola mano la garganta de aquel joven que solo usaba una camisilla negra y unos pantalones rotos en las rodillas.

"Vamos, ¿ahora por qué no me amenazas a mí?" Provocó Lincoln.

"¿Y tú quién eres desgraciado?" Gritó el líder de los jovenes.

"No me pongas con los tuyos, imbécil". Lincoln soltó al joven que estaba a punto de desmayarse por la falta de aire. "¿Estás bien, Lupa?" La chica lo veía con lágrimas en los ojos.

El albino corrió hasta donde se encontraba Lina dándole una embestida al sujeto que pisaba su cabeza.

"Lina. . . tu ojo". Lincoln levantó su rostro para girarse a ver al ultimo joven de pie con el cinturón abajo.

El albino aprovechó que estaba distraído con su cinturón y que con la otra mano estaba agarrando a aquella chica desnuda que en ese momento no le prestó nada de atención.

Sujetó con fuerza la chaqueta de aquel imbécil para darse cuenta que tenía una navaja debajo de manga, en ese instante, Lincoln recibió una apuñalada en su mano derecha al intentar detener su trayectoria al estómago.

"¡Lincoln!" Gritó Lupa al ver la sangre correr por su mano. De un fuerte cabezazo mando al suelo a su lider.

"Esto no es nada. Toma a Lina y a las demás y sacalas de aquí". Pidió el albino al ver como los dos primeros que había derivado se estaban escapando.

"¡Inútil, ahora vendrás mis compañeros para matarlos malditos!" Lincoln le dio un golpe en la barbilla para que por fin dejara de hablar.

Lupa tomó a Lina y a Leia apoyándose en sus hombros para que pudieran caminar bien. Lincoln no estaba prestando atención a su alrededor así que no pudo ver donde habían escapado los otros, de igual forma ya no podia hacer nada más con los dos que se fueron y el que parecía su lider está tumbado en el suelo del vertedero.

Lincoln pudo ver entre la montaña de basura un agujero que parecía ser el escondite del que hablaba Lupa. Adentro vio a una chica de cabello casi de color naranjo con dientes disparejos. Estaba respirando muy rápido y su cara estaba muy roja. El joven albino la tomó como pudo, al salir vio a la chica desnuda y la levanto en sus hombros.

"¿P-Papá. . . ?" Pronunció ella para luego cerrar los ojos.

Lincoln se sintió extraño por escuchar esa palabra, estaba un poco feliz, no sabia el porqué de esw sentimiento a estas alturas.

"Hay está". Visualizó el agujero por el cuál había entrado Lina, ahora debía tener cuidado para pasar a las chicas que estaba llevando en sus hombros.

"¡Ya lo vi!" Se escuchó desde atras de Lincoln. Era la banda de aquellos jóvenes, eran muchos. Con rapidez y poco cuidado Lincoln pasó por a través del agujero en la reja rasgando un poco su ropa y piel.

Lincoln subió a la camioneta, "¡vamos, enciende!" la camioneta encendió tirando en reversa golpeando unos contenedores de basura que estaban cerca de ahí.

"¡Demonios!" Maldijo Lincoln al recordar que había dejado la caja con las prendas haya atrás.

Después de que todo se calmara un poco más y llegar al centro de la ciudad, Lincoln miró a través del retrovisor. Frenó en seco haciendo que todos se fueron para adelante.

"Ten cuidado, no ves que aún están lastimadas" Lupa se quejó por el repentino paró de la camioneta.

"Espera, espera, desde cuándo se multiplicaron" Lincoln solo pudo observar como todos los espacios de la camioneta estaban siendo ocupados. Habían más de los que el había pensado.

( . . . )

Betty caminaba cerca del reloj "se está tardando". El sonido de la camioneta hizo que todas los conejos salieran de sus madrigueras, los que la tenían, los que aún no, se encontraban cerca de la sala.

La puerta se abrió y para sorpresa de Betty, entraron las mismas niñas que estaban esta mañana pero se veían algo golpeadas. No solo eso, pudo ver también a su dueño entrar, pero antes de sentirse aliviada logro ver una herida en su mano derecha que la alarmó.

La mayor de todas corrió hasta donde estaban las demás.

"¡Es una emergencia, nuestro dueño esta herido!" Las palabras de Betty despertaron todos los sentidos de sus hermanas. "Beatrice, dónde está el botiquín que usan ellos".

"Según mis notas, está en el segundo piso en la tercera puerta a pata izquierda".

Bertha junto a Bailey salieron en busca del botiquín con la información de que era una caja blanca con una equis roja en el medio. Belle entró en la cocina para encontrarla repleta de personas que desconocía. Unas manos tomaron a Belle desde atrás y la levantaron, Belle iba a morder esa mano hasta que notó que se trataba de Lupa. El resto de los presentes se acercó con cuidado cada quien pasó su mano por el grisáceo pelaje de Belle.

"¿Por qué lleva un vestido?" Preguntó una chica de baja estatura de cabello negro.

"No lo sé, pero se ve bonito". Río Lina por el comentario de Lupa.

El restó de los conejos entraron a la cocina para ver una gran cantidad de personas. Antes de que se escondieran, Belle les pidió que se dejaran llevar solo está vez. Cada presente en la cocina tomó un conejo. Las cosas parecían tranquilizarse poco a poco.

Bertha y Bailey trajeron el botiquín hasta donde se encontraba Lincoln preparando una bebida con unas pastillas.

"Oh, " Lincoln sonrío por ver a sus lindos conejos ayudar a relajar la situación. "Gracias ".

Lincoln llevó a Lyra y a Liby hasta la habitación de sus padres, después cargo a Lina y Leia y también las dejó en la habitación de sus padres. Lincoln había preparado un alivió para el dolor gracias a los consejos de su Padre. Le dio un poco de beber a la chica llamada Liby y a la que por el momento seguía desnuda, Lyra. Como Lyra apenas despertaba Lincoln la cubrió una de sus camisas y también la hizo beber un poco de su bebida.

Unos minutos después, el albino trató el ojo hinchado de Lina y el moreton de Leia en el estómago. Ahora venía la mano de Lyra.

"Me dices si duele mucho para parar". Lincoln sacó alcohol del botiquín con algo de algodón y un pedazo de Gaza.

Lyra asintió mientras era atendida. La chica se acordó la palabra que le había dicho antes de desmayarse por el dolor, estaba avergonzada y con las mejillas rojas.

"Y. . . ¡listo! " afirmó Lincoln al terminar de vendar la Gaza en su mano.

Lincoln se sentó en el suelo.

"¿Estás bien?" preguntó preocupada Lyra.

Lincoln negó, solo se había sobre-esforzado y su cuerpo ya le pedía reposo. Betty se acercó con algo de algodón en su boca y la deja encima de la mano derecha de Lincoln. Estaba tan ocupado atendiendo a los demás que había olvidado por completo su propia herida. El albino agradeció la preocupación de su esponjoso conejo.

"Ahora. . . " el joven dio una pequeña vista al lugar que antes estaba siendo ocupado por una sola persona, y que ahora estaba casi sin espacios para caminar. "¿Qué se supone que haga con todas ellas?" El albino observó a Lupa hablar con aquella chica de cabello negro con enormes senos para su corta edad. . . ¡espera, qué estoy diciendo!

Lincoln observó que cada una de ellas vestía con lo mismo que estaban usando Lina y Lupa cuando las encontró, unos simples pedazos de trapos sucios.

"Argh, " se quejó al saber lo que le iba tocar hacer "esperó y seas comprensible, Leni".

En un lujoso hotel en París, en una habitación se encontraba una hermosa mujer rubia empacando sus cosas para la siguiente sección de fotos para su revista semanal. Por desgracia no se sentía con ánimos, ya que sus modelo no estarán disponibles esta vez, ahora tenía que buscar una solución para esto.

Su teléfono sonó, "¿Lincoln. . . ?" una sonrisa aparecía en el rostro de aquella hermosa mujer, al parecer su solución vino por si sola.

"¡Linky, cómo estás!" Contestó ella.

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