Capitulo 11

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Borrarlos.


Ya habian pasado las semanas y a su sexta salida juntos,  Tom por alguna razón decidió pedirle a aquella chica que saliera con él, la rubia parecía feliz con el pedimento, pero... El problema era Marco que recientemente estaba muy alejado de sus amigos, tanto en la escuela como en su hogar, ni siquiera el vivir juntos los hacia verse demasiado. Para Bill y Dipper era distinto, ellos disfrutaban por millonésima vez de aquel dichoso juego por el cuan tanto habían esperado, mientras se empujaban entusiasmados por su juego, Mabel se adentro en la sala tomando asiento en el sofá aparte mientras descansaba sus piernas en el descanso y posaba su razón de palomitas en su vientre, ella los miraba entre un suspiro cansado.

—Oigan, par de tontos, ya han pasado varios días y mientras aquellos dos están entre cita y cita, Marco está apartado de nosotros —se incorporó molesta — ¡Y ustedes solo pierden el tiempo aquí! ¿No piensan hacer algo?

Ante la poca atención ella lanzo el bol de las palomitas que terminó chocando con la cabeza de Bill para rebotar hasta la mejilla de Dipper, enfadada tomo un puño de palomitas del sofá y lo llevo a su boca mientras seguía su camino al piso de arriba. Ambos se encogian adoloridos soban sus caras mientras perdían en su videojuego casi al mismo tiempo.

— ¡Diablos! Eso dolió —gruñia molesto buscándola con la mirada.

— ¡A mí me pegó en la cara! —lo empuja —idiota... Dolió mucho más.

— ¡Mabel! —se levanta enfadado — ¿¡Por qué demonios nos golpeaste!?

—Pero aún así demonio estúpido —sonrie victorioso apuntando la pantalla —te he ganado en el juego.

— ¿He? —observa la pantalla — ¿¡Estarás bromeando!? ¡Es una tontería lo que dices, me equivoqué porque Mabel me golpeó! ¡Mabel, ven a decirle a tu estúpido hermano que yo gano!

—He ganado —dice con completa calma —superalo y deja de ser un mal perdedor.

— ¿Mal perdedor? —le hace frente —lo dice el que me hizo desvelar porque no pudo superarme en el nivel cuatro.

— ¡Cállate! —se levanta furioso — ¿¡Quieres pelea demonio estúpido!?

—Venga —sonrie con locura —humano débil.

De un momento a otro Dipper logro hacer caer a Bill y manteniendose sobre él tenia el puño listo para terminar ese encuentro, Bill sonrío con más entusiasmo al verlo dudar sobre ese golpe, y avergonzado Dipper bajo la mano sintiendo como aquel demonio lo sujetaba por las caderas. Antes de poder hacer nada un cojín termino en la cara de Dipper haciéndolo caer lejos de su contrincante que se incorporaba recibiendo una muda de ropa en la cara, Mabel suspiro mirandolos.

— ¡Cambien sus ropas y apresurense! Los estare esperando afuera.

Sin más aquella joven salió azotanzdo un poco la puerta, Dipper se levantaba confundido mientras Bill observaba la ropa curioso.

— ¿Que le pasa? —cuestiona el castaño.

—No lo sé, tal vez deberías de dejar un poco el videojuego... De vez en cuando...

—Como sea, hagamos lo que dice de una vez.

El rubio asintió y mientras Dipper se quitaba la chamarra azul y su camisa, aquel demonio se levantaba sacando sin más su playera blanca y dejando a la vista de aquel chico una amplia espalda morena, Dipper trago grueso al verlo, Bill alborotaba un poco sus cabellos mirando la escena de su perdida en el televisor cuando pudo sentir una mirada sobre él, curioso giro para notar a aquel castaño con la camisa aún en los brazos mirando su cuerpo moreno.

— ¿Que pasa Pinetree? —sonreia complacido — ¿Acaso... Te cautiva tanto mi belleza?

El calor llenaba su cuerpo al ver aquellas manos deslizarse por el vientre moreno hasta el botón de su pantalón, y al ver cómo desabrochaba aquella prenda Dipper solo pudo arrojarle su camisa roja a la cara haciendo reír aún más a aquel rubio que aventaba con tranquilidad el cambio de ropa al castaño.

—Ese... Tatuaje en tu espalda —señalaba curioso.

—Haa, eso... —sonrie sacándose el pantalón —Bueno, yo no me convertí en medio demonio de la misma forma en que Tom, tuve un... Pasado de mierda, que incluía ese tatuaje.

Bill apenas tomaba el suéter a rayas que Mabel le había dejado de cambio cuando sintió la calidez de una mano sobre su espalda, sorprendido solo trago grueso mientras aquellos dedos se deslizaban por cada línea en su cuerpo, era un tatuaje extenso, desde su espalda alta se expandía por sus brazos, había signos raros que Dipper creía conocer... Circulos, triángulos, un ojo que se hacía visible en su cuello y...

—Pinetree —musitaba en un suspiro.

Su piel se había erizado, y Dipper por igual había reaccionado ante aquel suspiro en forma de su nombre, alejando la mano trago grueso... Ambos sentían una rara inquietud en el pecho, pero no podían ser capaces de mirar al otro, Bill estaba avergonzado por alguna extraña razón, y Dipper solo se aferraba a aquella mano que tocó el tatuaje manteniendo la mirada baja.

— ¡Chicos!

Ambos subieron la mirada ante ese grito que venía de fuera, y tragando sus nervios continuaron cambiando sus ropas, ellos salieron casi cayendo y se encontraron con la mirada molesta de Mabel, entornando los ojos Mabel siguió su camino con un suspiro dejándolos avanzar detrás suyo por su cuenta.

—Ha, Mabel... ¿A dónde vamos?

—Si, ¿Por qué nos hiciste levantar más temprano del televisor?

— ¡Tch! —tronaba la lengua con molestia —Se quedan todo el día ahí pegados —los mira con enfado — ¡Por un día que estén lejos del televisor no van a morir!

Con paso firme seguía su camino, se dirigía al centro de la ciudad aún cuando los chicos que la seguían no sabían nada de ello.

—Bueno y... ¿Entonces? —cuestionaba el rubio.

—No sé si se han dado cuenta, pero Star y Tom están saliendo como pareja... Novios, para que no se confundan sus pequeños cerebros de tontos —suspira —ya llevan así unas cuantas semanas y por su parte... Marco está completamente alejado de nosotros, se la ha pasado con Jackie todo el tiempo.

— ¿¡Cuando paso eso!? —cuestionaron al únisono.

Apretando los dientes Mabel golpeó su propia frente con incredulidad, molesta regreso la mirada a ese par casi matandolos con solo mirarlos; ellos se detuvieron aterrados. La chica de la casa Pine seguía siendo un alma libre, claro que sí, pero... Después de unas semanas de mudarse su gemelo decidió alejarse un poco para vivir su adolescencia con "normalidad" solo... Lo pudo sorportar, pero había veces que se sentía solitaria y molesta, y no era solo por su gemelo, más que nada se trataba de sus padres. El día de su cumpleaños trece ella estuvo aterrada ante la idea de crecer y ser dejada atrás por su gemelo, pero pudo superarlo gracias a las palabras de él, "siempre juntos, promesa de gemelos" deseó que al regresar con sus padres todo volviera a ser como en el pasado, entonces llegó la mudanza y creyó que si habría un cambio, que iniciarían de cero... Pero ellos se fueron dejándolos solos de nuevo, así que había veces en las que volver a su casa era un sentimiento amargo, era molesto no verlos ahí, cuando estaba sola o con Dipper... A veces el enojo solo venía, le causaba aislamiento, ella se alejaba porque sabía que si alguien estaba ahí cuando ella estaba molesta... Todo iba a salir mal; la diversión de su infancia y la de su adolescencia se alejaba cada vez más de ella. Al llegar al centro miro en todas direcciones buscando a sus amigos.

— ¿En dónde creen que este Marco?

Curiosa volvió la mirada a sus compañeros, pero apenas hizo aquello pudo notar a un grupo de adolescentes en skates, uno tenía un stereo sobre su hombro y los demás gritaban alterando el orden de la calle, al final de la línea podía ver a aquella rubia que chocaba puños con el castaño del lunar bajo su ojo, Marco reía junto a ellos. Bill y Dipper regresaron la mirada ante el escándalo, y con prisa el rostro de Dipper se frunció... Le enfadaba ver a aquel chico sonreír con tanta calma y diversión sin mirarlos; por su parte Bill solo los observaba pasar.

—Entonces —dudoso observa a su hermana de reojo — ¿Que planeas que hagamos?

—Queria hablar primero con el otro par, por separado —aclara —solo para saber cómo terminaron juntos, pero ahora... No sé si sea mejor idea separar a Marco de Jackie primero.

—Propongo que los dejemos en paz —apunta con tranquilidad al ruidoso grupo —primero hay que pensar en un plan para separar al otro par, y luego solo bastaría raptar a Marco.

—De hecho —lo apunta asintiendo —eso no suena mal.

—Muy bien —exhala un suspiro vencida —pero primero vayamos por algo de comer.

Apenas se alejaba Bill fue el único que se detuvo regresando la mirada; ese demonio se alimentaba del temor de los humanos, la tristeza y los deseos más obscuros también le eran deliciosos; su mirada estaba sobre aquella rubia que sostenía el hombro de Marco mientras se susurraban algunas cosas, con una sonrisa sobre sus labios siguió su camino llegando al lado de su humano y abrazándolo por el hombro entre su caminar. Terminaron entrando en un lugar cercano donde pidieron su comida.

—Sabes —empuja su hombro —ya que son demonios, no estaría mal que trajeran dinero incluído... —rie —Me sales realmente caro.

—Algunos si vienen con dinero incluído —aclara sonriente —pero ya que soy muy poco invocado yo no gozo de esos privilegios —lleva la mano al pecho mientras entorna los ojos —pero si así lo quieres puedo tratar de conseguir un empleo —sonrie tranquilo.

— ¿Qué? —sonrie burlona — ¿En serio crees poder con eso?

—Vaya estrellita, me subestimas —se inclina hacia ella.

—Haaa —lo jala por el hombro —no te fuerces, si no puedes yo conseguiré un trabajo —suspira con desgane —despues de todo, con otra persona en casa el dinero de nuestros padres no alcanza por completo.

—O simplemente podríamos pedirles más dinero —se encoge de hombros distante.

—Es mejor no molestarlos —niega entre un suspiro.

—Sabes que si se los pedimos ellos nos darán los que queramos... No importa que sea. 

La tensión se notaba en aquella mesa mientras Bill solo se recargaba de su mano mirándolos con una sonrisa, Mabel miraba por la ventana con los brazos cruzados y molesta, mientras Dipper solo bajaba la mirada decaído. Al escuchar el nombrar de su mesa Dipper fue el que se ofreció a ir por su comida. Con el castaño lejos Bill se acercó a la rubia susurrando en su oído.

— ¿Quieres matarlos?... No —habla por si mismo —no es para tanto, te sientes muy sola... ¿Sabes que yo no trato de alejarlo de tí cierto? Simplemente necesitas soltarte un poco más y olvidarlo todo.

La mirada de ella era baja, estaba molesta, y aunque sus ojos lagrimearan y su nariz hormigueara, sus puños se apretaban con irá al igual que su dentadura.

— ¿Puedes... —lo observa furiosa —borrarlos? (A sus padres) ya no quiero recordarlos más.

Dipper llegó con el pedido y Mabel se levantó excusandose para ir al baño, algo dudoso Dipper tomo asiento y deslizo el pedido a Bill que solo sonrío diciendo "gracias" mientras comenzaba a comer con él.

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