Capitulo 28

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Publicado: 03/ 03/ 2018
Editado: 15/ 09/ 2020

En el castillo del inframundo reinaba el caos en sonido, los pasillos estaban solitarios no se veía ni un alma correr por los alrededores, pero el sonido llenaba todo el lugar entre risas, pasos, y ciertas explosiones. Entornando la mirada por tal lugar escandaloso, Tom siguió su camino por los pasillos con las manos en sus bolsillos hasta estar frente a la oficina de su padre. Dentro aquella oficina el hombre sellaba y llenaba algunos documentos tranquilamente, pero al verse interrumpido por su hijo se levantó golpeando la mesa con ambas palmas y de un momento a otro sonrío de gran manera para lanzarse a abrazar con calidez al chico un poco más alto que él, algo incómodo con el contacto Tom palmeo la espalda de su padre permitiendole el contacto.

—Yo también me alegro de verte papá.

— ¿Y? —se aleja animado — ¿Que haces por aquí?

—El reporte.

El chico chasqueo los dedos y entre un fuego naciente cayeron unos papeles en sus manos, su padre sonrío complacido tomando aquellas hojas y sujeto el brazo de su hijo para guiarlo al asiento frente su escritorio, el hombre avanzó a su asiento revisando el informe.

— ¿Y... Hay alguna novedad? ... Tal vez sobre Bill —suguiere con sutileza.

—Él lleva una semana sin estar en el mundo humano —informa tranquilo.

—Esto dice —apunta dudoso — ¿Que se ha terminado el contrato con tu humano?

—Te... Quería hablar sobre eso —asiente incómodo.

Así era, aquel demonio había terminado su trato con aquel humano de ojos encantadores, después de todo el trato era "terminar la secundaria como un humano sin poderes" el chico había perdido. El señor Lucitor se acomodó en su asiento algo confuso pero atento a lo que fuera a decir su hijo.

—he perdido —aclara con sinceridad —fue durante la vez anterior que vine, y no solo esa vez... He estado viniendo a ver a Brian.

—No comprendo porque me estás diciendo ésto —menciona con frialdad —Tom, sabes muy bien que ya debiste volver tiempo atrás, pero lo que más me sorprende es que Bill no ha mencionado nada en su informe —asiente pensativo —eso significa que por alguna razón te está cubriendo... ¿Que es lo que realmente están haciendo allá arriba?

El chico bajo la mirada al suelo recordando el rostro de su humano, la verdad era que no estaba ansioso de informar sobre su incumplimiento en el trabajo, pero había sido una sorpresa que Bill mintiera sobre ello, el pelirosa realmente estaba nervioso, no quería marcharse de la tierra, pero tenía claro que ese lugar no era su hogar... Pero Marco, ¿Que pasaría con él cuando Tom fuera enviado de vuelta al inframundo? Tom soltó un suspiro sorprendiendo aún más a su padre.

—Necesito estar arriba por más tiempo —rogaba con la mirada —solo un poco... Terminaré todo después del baile de la luna roja.

—Aun... Falta demasiado para que eso pase —exhalando un suspiro posa las manos sobre la mesa entrelazando sus dedos — ¿Por qué quieres permanecer allá arriba?

—Es a mitad de este año escolar —afirma con calma —te lo pido padre —baja la cabeza rogando —juro explicarte todo apenas el trato este concluido... —lo mira con sinceridad —todo... Sin mentiras.

El hombre analizo el rostro de su hijo, la mirada sería y siempre evasiva que ahora le rogaba por una oportunidad, por primera vez pudo ver en sus ojos un destello de aquella alma humana que se escondía en su interior, pudo ver completa sinceridad y desespero en esos ojos, sus ojos se engrandecieron en sorpresa y con prisa desvío la mirada al suelo, al cualquier otra parte.

—Me supongo que Will y Bill han permanecido aquí porque se han enamorado de sus humanos... No se permite —declara directamente —Tom, sabes perfectamente lo que va a pasar si tu madre se entera.

—Estoy dispuesto... A aceptar el castigo.

El chico se levantó con decisión y dirigió la mirada a su padre diciendo "Espero contar contigo" para luego solo salir. Al cerrar la puerta exhaló un suspiro y sujeto su nuca pensando en aquel chico. Su camino por el castillo del Inframundo continuo hasta las habitaciones de los demonios, al entrar a la habitación de los hermanos Cipher, Will fue el primero en notarlo.

—Tom...

Al escuchar aquel nombre Bill regreso la mirada y exhalando un suspiro tomo asiento en el borde de la cama para mirarlo.

— ¿Que haces aquí Lucitor?

—Vine a dejar mi informe y también...

Mientras rebuscaba en sus ropas avanzó hasta la cama individual de aquel peliazul que nerviosamente desvíaba la mirada. Tom sonrío levemente y le entrego aquella pulsera tejida a mano al peliazul.

—Es de Janna —sonreía emocionado.

—Me pidió que te la diera —cambia su sonrisa al dirigirse al rubio —Y, Dime Bill, ¿Que haces aquí?

—Bueno —se encoge de hombros —no es algo que te importe.

Sin más se recostaba en su cama dándole la espalda a aquellos chicos, Tom soltó un suspiro ante tal actitud mientras mientras Will abría su móvil observando la foto de aquella chica en uno de sus felices momentos, sin más el peliazul se levantó abandonando la habitación para dejar a aquellos dos chicos solos. Tom lo miró irse y no dijo nada, tomo asiento con tranquilidad en la cama vacía.

—Le he... Informado a mi padre que perdí, pero simplemente no puedo alejarme de Marco así como así... Si no encuentro una manera, después del baile de la luna roja no volveré a verlo.

—Eso es a mitad de este año escolar.

—Si, lo sé... Sabes...

Su voz sonaba decaída y aquella sonrisa dolida comprobaba su estado, Bill cerro los ojos y tomando una profunda respiración se levantó de aquella cama tomando asiento en el borde de ella para mirarlo de frente.

—Lo amo —confiesa el pelirosa —no sé si sea posible olvidarlo, no volver a verlo —suspira —pero vivimos en diferentes mundos, con distintas reglas... Mi madre tuvo que esperar hasta que su alma viniera a ella, y yo no creo ser capaz de esperar tanto... Ni siquiera quiero alejarme de él ahora, mucho menos quiero verlo morir —sonrie por lo bajo —vaya que es una mierda.

Sin poder evitarlo unas lágrimas rodaron por sus mejillas y con prisa limpio aquellas gotas. Bill jamás había visto llorar a aquel chico, ni siquiera cuando los demonios "puros" los molestaban por ser medios-demonios, a Will a él, y... A pesar de ser hijo de la reina del Inframundo también a Tom, pero ese pelirosa nunca había llorado, más bien... Los golpeaba de una forma, a su vista, genial; tal vez de ahí había nacido esa increíble personalidad de Bill para no temer de nada, de creer que lo podía hacer todo. La sorpresa lleno al rubio al sentir una gota caer sobre su puño tenso que apretaba sus ropas,al bajar la mirada pudo ver más lágrimas escapar de sus ojos y enfadado comenzó a limpiarlas con desespero.

—Pinetree —musito.

Aquel suave susurro llegó a los oídos de un castaño que lloraba en su habitación, sorprendido el chico buscó el lugar del cual provenía aquella voz, pero al no encontrar nada solo sujeto sus cabellos con algo de enojo entre su pensar frenético «es una locura, me he vuelto loco, no puedo enamorarme de un demonio, simplemente no puedo... Es algo que definitivamente no...» con prisa se levantó de su cama notando como la marca en su nuca se iluminaba mientras limpiaba sus lágrimas llenas de confusión y seguía pensando en aquel demonio.

—Pero simplemente es algo que se volvió imposible después de la unión de mis padres, tengo que tratar de vivir con estas reglas aún si eso significa dejar ir a Marco.

—Debes estar de broma —expresa molesto — ¡Yo no puedo dejar a ese estúpido Pino! —se pone de pie con enfado — ¡Lo he encontrado, es mío y nadie más lo tendrá! —avanza haciéndole frente al pelirosa —no lo voy a dejar aún si termino siendo castigado por ello, no dejaré a Dipper Pine, no terminaré mi contrato, y aún después de eso el alma de ese chico vendrá conmigo —afirma duramente.

—Estas exagerando —se levanta haciéndole frente — ¿Crees que él será feliz estando aquí? ¿Al menos te quiere? —da un paso al frente retandolo —Bill, ya habías comenzado a mejorar, pero nuevamente tu demonio... —empuja su pecho con su dedo.

— ¡Lo odio! ¡Odió está parte codiciosa de mi! —se gira maldiciendo en otra dirección — ¿¡Por qué mi padre quizo tener hijos con una humana!? ¡Él los odiaba!

—Quizá porque él se enamoro de ella... Lo recuerdas ¿No? La historia de tu madre.

— ¿Cómo poder olvidarlo? De ahí nací...

Esa era la historia que más odiaba aquel demonio, pero también era la historia de la mujer que más lo quiso... Era verdad, aquel demonio odiaba a los humanos, su diversión era verlos sufrir. Todo iba perfecto en su trabajo, Phill ya había nacido y día con día había aprendido a odiar a los humanos, pero entonces llegó ella... Con lágrimas en los ojos y el corazón destrozado por la manos de aquellos hombres, el símbolo fue creado con la misma sangre que aún brotaba de las heridas de aquella mujer, y la muerte de veinte hombres quedaba en las garras sedientas de sangre de un demonio que reía extasiado en el placer de matar, pero... Que tenía una duda extraña en su mente, al terminar el contrato recibiendo el alma de aquella mujer, la pudo notar con un fuerte descontento y tristeza.

—Los humanos... —menciona con enfado —normalmente se vuelven locos de la felicidad cuando sus deseos son concedidos, pero ella no, y por primera vez mi padre se miró intrigado por una humana... " ¿No estás feliz con lo conseguido? " "No es suficiente" dijó con una mirada perdida y desquiciada "Este mundo está podrido hasta las raíces" lo miró de frente al decir eso mientras sus puños se apretaban "quisiera desaparecer los a todos, que todos murieran"

La sonrisa en la cara del demonio sanguinario apareció con entusiasmo, para él esa mujer no parecía loca, ella hablaba con seriedad, esa era su nueva manera de ver al mundo... Y eso encantó al demonio que se sentó a su lado en el ensangrentado suelo, "Es interesante como piensas sobre el mundo" "solo digo la verdad, ¿Podrías matar a más personas? " "Lo siento, mi contrato ya está terminado y solo tienes... Un alma" "Quiero matarlos a todos, que todos mueran" el demonio estaba extasiado, quería saber de qué sería capaz aquella mujer. Era un demonio poderoso y era su primer vez rompiendo las reglas, entonces creo un contrato para su propio placer. Él criaria a los hijos de aquella mujer, hijos que él mismo engendró... Le prometió que esos niños serían criados para odiar por todos los medios a los humanos, y ella acepto, durante el parto ella se mantuvo escondida al cuidado de aquel demonio, por el paso de los días aquel demonio comenzó a caer por la aun poca cordura que permanecía en aquella mujer, y ella caía ante el por el embarazo, pensaba... En secreto sobre el futuro de sus hijos y sobre el cambio en la actitud de aquel demonio.

—Terminaron enamorándose por alguna extraña y enferma razón, pero al final de cuentas ella murió luego de parto... Y mi padre...

—Él fue enviado a un eterno castigo cuando se enteraron.

—Es verdad que —empuja el brazo del pelirosa —lo tuyo no fue completamente en contra de las reglas, pero agradezco que mi padre no esté con nosotros, él estaría realmente avergonzado de éste demonio que se enamoro de un humano —sonrie por lo bajo —a pesar de que fui criado para odiarlos.

—De un chico humano —se burla levemente —bueno... Mi madre tenía que mantener a regla si quería quedarse con el trono.

El rubio ríe —Es verdad, y además... El embarazo ya estaba en progreso.

Con una leve sonrisa Tom le seguía la plática mirando como su lado humano salia de nuevo a flote, lo bueno que él podia ser se mostraba mientras se tranquilizaba bromeando con aquel chico.

— ¿Por qué no miras a Dipper un momento?

—No quería hacerlo —confiesa avergonzado —realmente estoy perdido por ese idiota, si lo veo por más tiempo estoy seguro de que no podría dejarlo morir... Si algo le ocurriera...

— ¿Serías capaz de salvarlo?

—Seria capaz de salvarlo, sería castigado para siempre y finalmente terminaría perdiendo mi trabajo, además de que... No podría volver a verlo nunca.

—Yo también lo haría por Marco —le sonríe cómplice — ¿Quieres que perdamos todo juntos?

Sus puños chocaron mientras asentían al otro. Tom tomo el móvil demoníaco de Bill y busco el nombre de aquel castaño entre sus pocos contactos, con prisa ingreso en la opción “observar” y en la pantalla el rostro lloroso de Dipper se hizo presente, Bill miro con atención aquella escena y esa marca que se iluminaba en la nuca de aquel chico.

— ¡No lo amo! —expresaba contra su almohada el castaño — ¡No importa cuánto brilles, no es eso maldita sea! ¡Deja de brillar de una maldita vez! Esto debe ser... —sujeta su nuca —una broma...

El chico parecía muy confundido, desesperado por hacer que esa marca dejará de brillar, pero el brillo seguía encendido y el recuerdo de aquel día en la playa volvía a su mente.

—pero si él muy idiota parecía muy feliz con Star —musitaba contra su almohada.

— ¿¡Star!? ¡Debe estar jodiendo! —le muestra el móvil al pelirosa y lo aparta enseguida — ¡Parece que no recuerda que me mandó a la mierda después de fingir que el sexo de esa noche no ocurrió!

—Espera —sorprendido lo observa — ¿Que dijiste que pasó esa noche?

Al percatarse de sus palabras dichas Bill sujeto sus cabellos halandolos con inquietud. Will llegó a la oficina del señor Lucitor y tomando un poco de valor tocó dos veces la puerta, escuchó el permiso del hombre de dentro y abrió la puerta, el hombre de dentro se quitó las gafas mirando al joven en la puerta quien asintió adentrandose con dos paso para cerrar la puerta, el señor Lucitor suspiro masajeando el tronco de su nariz.

— ¿Que pasa ahora Will?

—Si no la quiero dejar... ¿Que pasaría?

— ¿No la quieres dejar? —cuestiona preocupado.

—No puedo dejarla, no quiero dejarla sufrir de nuevo... Janna no merece volver a sufrir —confiesa con firmeza —ella no merece tener una sonrisa falsa sobre su rostro, quiero verla feliz y... Quiero ser la causa de esa felicidad.

Mencionaba con firmeza apretando la pulsera tejida sobre su mano y manteniendo la vista directa sobre aquel hombre. El señor Lucitor se sorprendió de ver cómo ese chico dejaba de temblar y le miraba con tal firmeza, rara de él, sin ese fleco que cubría siempre su rostro.

—Solo hay una salida —informa con seriedad —pero tú la olvidarias y con ella pasaría lo mismo, sería... Olvidar tu vida hasta ahora, ¿Estarías bien con eso? —al no notar duda asiente —si su amor es verdaderamente fuerte podrán volver a encontrarse... Pero si no es así tal vez no puedas volver a verla.

—La amo.

Mencionaba decidido, sin pizca de duda, con total firmeza... Algo raro de ver en aquel chico siempre temeroso. En la tierra Marco soltaba un suspiro mientras escuchaba el llamado de las chicas que le mencionaban que ya era hora de volver a casa.

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