Capitulo 33

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Publicada: 20/ 03/ 2018
Editada: 20/ 09/ 2020

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A la salida de la escuela, los nervios por parte de Marco eran evidentes, el chico se había tomado el tiempo de explicarle a su ahora pareja sobre la salía que tendría con Star, el pelirosa solo sonrío entre su animado asentir, él no podía evitar que la felicidad brotará de su labios y rostro al pensar que por fin podría estar con ese castaño tanto como quisiera y en dónde quisiera. Sin mas el castaño se despidió de todos con la mano y avanzó al lado de su rubia amiga. Al verse solos, Bill y Tom se miraron con seriedad y luego dirigieron la mirada a la castaña de radiante sonrisa que salía con un pudin en las manos y una amiga a su lado, ambos asintieron y avanzaron con prisa tomándola por los brazos para arrastrarla a un lugar más apartado.

— ¡Nos vemos mañana Janna! —levantaba la mano libre.

— ¡Mira ahí viene Will! —saluda al peliazul con la mano — ¡Adiós a los dos!

— ¡O... Oigan! ¿A dónde estamos yendo chicos?

Aún con su altura los demonios que la llevaban consigo eran mucho más altos y los pies de Mabel no lograban tocar por completo el piso, ella los miraba dudoso, pero ellos ni siquiera prestaban atención a la castaña, solo se despedían de Janna quien al ver a Will sonreía hacia él dejando de tomar importancia hacia el rapto de su amiga.

— ¡Nos vemos mañana chicos! —les contestaba sin mirarlos.

— ¿Que están haciendo con Mabel? —cuestionaba curioso.

—No tengo idea —rodea sus hombros —¿Vamos por un batido?

—Con gusto, yo invito.

Will tomo la mochila de aquella chica cargándola sobre su hombro mientras ambos emprendian camino hacia el centro de la ciudad. Entre los últimos estudiantes que abandonaban el recinto, una rubia de mechón aqua se filtraba entre los pilares de la escuela mirando en todas direcciones en espera de evitar algo o alguien.

—Despejado.

Comenzó a hacer señales de avanzar con la mano, Dipper se asomo por las puertas de la escuela confirmando la información y luego regreso la mirada a la chica haciendo señas de incredulidad sobre su actuación como espía. La chica ya se había deslizado entre arbustos y contenedores de basura hasta llegar detras de la estatua de la escuela, Dipper suspiro casi pidiendo que parará de jugar y ella solo se encogió de hombros enderezandose y comenzando a reír mientras llevaba las manos a los bolsos de su sudadera.

—Pero, dime, ¿Por qué estoy haciendo ésto?

—Es... —se acerca suspirando —Un secreto Jackie, pero de verdad agradezco tu ayuda.

—No es nada chico Pine —posa la mano sobre su hombro —pero para la otra sígueme el juego de los espías.

— ¡Pff! —rie empujándola por la calle —Anda Jackie, vayamos a mi casa a distraernos un poco.

— ¡Eso suena muy bien!

El brazo de Dipper rodeó los hombros de ella mientras la mano de Jackie sujetaba la cintura de Dipper entre su caminar como amigos a la casa del castaño. Por fin el par de demonios habían dejado a Mabel tocar tierra, ella algo muy confundida solo comía su pudin mirando el alrededor sin gente y la mirada de esos dos sobre ella.

— ¿Qué es? ¿Por qué me trajeron de ese modo y porqué me miran así?

—Phill estuvo aquí ¿Cierto? —cuestiona Tom.

—Si, bueno... —rasca su sien algo incómoda —Saben, tampoco es que yo vaya a hacer algo para herir a mi hermano —aclara con firmeza —no soy tan desalmada.

— ¿Que te dijo? —cuestiona con firmeza el rubio.

— ¿Sigues dudando de mí?

Ante la mirada con un increíble dejo de preocupación de aquel rubio, la chica dejo de fruncir el ceño y Bill desvío un momento la mirada volviendo con firmeza y furia en la mirada.

—Se quejó conmigo, le dije que no había ningún trato entre nosotros, lo empujé y me fui... ¿Contento?

Ambos demonios la miraron atentos, pero sus poderes solo les hacían comprender que esa chica no mentía, Tom soltó un suspiro relajado mientras Bill permanecía con la duda y la mirada fija sobre aquella chica.

— ¿Qué, tanto te preocupa mi hermano?

—Mas de lo crees niña tonta.

—Bueno —menciona algo incómodo alejandose —sera mejor que los dejé hablar.

El pelirosa se fue mientras aquellos dos se retaban con la mirada. En una tienda un poco lejana, Marco tomaba asiento y soltaba un suspiro al mirar a la rubia delante de él.

—No quisiera ir tan rápido Star, pero... Yo realmente lo siento —expresa sinceramente —no se desde cuando comenzó a pasarme ésto, un día simplemente me di cuenta él hecho de que —mantiene la mirada sobre sus propias manos que se aprietan con inquietud —él estuviera contigo.

Ella trato de no sorprenderse pues sabía perfectamente hacia donde iba esa conversación, y aún cuando toda aquella charla la tenía algo triste y conflictuada no queria que aquel chico lo notará, aún así Star soltó un suspiro causando la sorpresa de Marco que bajo la mirada.

—Star —confiesa, subiendo la mirada —me gusta Tom...

La mirada de ella se dirigió directamente a la mesa, parecía de verdad afectada aún cuando quería no parecerlo.

—Ha sido... Suficiente de estás vacaciones Marco, ya tengo mi boleto de avión para regresar con mis padres así que... —sube la mirada a los ojos contrarios —no quiero que se preocupen, ni tú, ni los chicos, yo estoy bien.

Marco la miró, esa sonrisa forzada que apenas y podía mantenerse junto a esa mirada que viajaba cada tanto a cualquier lugar menos sus ojos. Enfadado consigo mismo Marco bajo la mirada repitienose en susurros indescriptibles lo idiota que era, Star por fin lo miró mientras él ni siquiera se percataba, y sorpresivamente sintió el cristalizar su mirada mientras Marco suspiraba, ambos se miraron soltando sus actitudes.

—No pensé que ésto iba a pasar Star, soy el peor amigo de la vida, ni siquiera llegue a pensar alguna vez que me llegaría a gustar un chico, no lo dejes al aire Star —suplica desesperado —me siento de lo peor al hacerte ésto, por estar con él, pero... De verdad que me gusta, él es un chico genial, siempre está cuidándome y queriendo estar a mi lado... Lo quiero Star.

— ¡NO NECESITO SABER ESO! ¡NO ME IMPORTA! —golpea la mesa con ambas palmas levantándose — ¡NI TÚ, NI ÉL! ¿¡Por qué no me dejan en paz todos!?

Marco se sorprendió ante su actitud, pero ella no podía más, mientras él le contaba todo aquello la chica no podía contener más sus lágrimas, la traición de su amigo, el hecho de saber que la dejaron por un hombre... El estar sola y sin amigos, el no ser importante para nadie. Todos los del restaurante centraban su vista en aquella chica que rompía en llanto y aquel chico que intentaba comprenderla y calmarla.

— ¡NO TENGO NINGUN PUTO PROBLEMA! (Lo siento, soy "mexicana") ¿¡QUE TENGO DE MALO!? ¡SON TODOS USTEDES LOS QUE ESTAN MAL, MALDITA SEA! TÚ, MIS PADRES, TODOS, SON UNA MIERDA Y LOS ODIO.

Ante la último el castaño se sorprendió de gran manera, y esa rubia solo salió hecha un manojo de furia, Marco dejo dinero en la mesa y corrió detrás de ella intentando detenerla y charlar, pero de pronto ella se volvió con el puño cerrado dejando a Marco tirado en el suelo con sorpresa.

— ¡STAR!

El castaño se levantó con prisa, quería seguir he ir tras ella, pero un peliazul lo detuvo por el brazo mientras Janna negaba mirando a su amiga perderse a algunas calles de distancia, mientras Marco maldecia un chico de ojos verdes salía a toda prisa para ir detrás de la rubia.

—Will, suéltame por favor, necesito ir a verla, necesito saber que ella está bien.

Una fuerte cachetada termino en la mejilla de aquel chico que congelado en el momento no se movió ni un centímetro aún cuando todas las miradas de ese lugar se habían pasado sobre él y Will lo había soltado, Janna suspiro.

—Detente de una vez Díaz, ella está confundida —explica —dejala pensar las cosas, aún tiene... Ese problema con sus padres, posiblemente ella quiere regresar de verdad, quiere arreglar todo en su casa... —lo sujeta por los hombros —Marco, ella no te odia, aún cuando salgas con Tom ella no te odiaria, tú la has apoyado todo el tiempo... Tú has estado para ella más que nadie, casi como si fueras su hermano, ésto no es por ti.

Marco se mantenía pensando las cosas, era verdad que esa chica no había llegado de vacaciones, ella huyó de su casa... Sus padres la había buscado a través de carteles de busqueda, pero fue Marco quien la encontró en la calle, le tomó la mano y pidieron unas vacaciones para ella en la casa de los Diaz, los padres de ella accedieron a duras penas, pero lo hicieron.

— ¿Co... Cómo sabes eso Janna?

—Soy Janna Ordonia, —sonrie —no hay cosa que no sepa sobre esta ciudad —exhala un suspiro abrazándolo por el hombro —Ahora Marco ve a tu casa, descansa, piensa y mañana temprano prepara un poco de chocolate mientras la esperas, también trata de que Tom esté cerca cuando hablen.

El castaño asintió soltando un suspiro y una vez Janna lo soltó él solo avanzo cabizbajo por la calle; Will la miró como cuestionando si no había algo más que hacer y ella negó con firmeza para tomarlo del brazo y volver a lo que hacian. Sin poder evitarlo, arrepentida de sus palabras y sumamente confundida, Star comenzó a correr sin un lugar al que ir, corrió a más no poder hasta sentir la arena detener de poco sus paso, y entonces cayó al agua de rodillas mojando sus ropas, su mano se había cortado por un vidrio entre la arena, pero sus lágrimas no eran por eso. Oskar llegó exhausto a la orilla del muelle, brincó del pequeño camino de madera hacia la arena y sin dudar tanto se dejó caer entre su resbalar para estar frente a Star tomando sus manos, ella subió su mirada vidriosa apenas pudiendo distinguir quién estaba en frente de ella.

—Oskar...

—No llores Star...

Casi rogaba acercándose para abrazarla con fuerza y acariciar su cabello, ella comenzó a sollozar sobre su hombro mientras ese chico la apretaba con fuerza acariciando su espalda. En la casa de los Pine el horno de microondas pitaba incesante, Dipper llegó con prisa abriéndolo y sacando la caliente bolsa entre el quemar de sus dedos, con prisa la abrió y la vertió en un bol, para avanzar hacia la sala donde Jackie terminaba de escoger una película que mostraba con entusiasmo hacia él. Por las calles caminaba un chico pálido y pelirosa que suspiraba al cielo entre su pensar sobre aquel chico castaño de ojos grandes, Marco avanzaba por igual hundido en sus ideas con el mismos destino del pelirosa, ambos avanzaban a la casa Díaz siguiendo rumbos distintos.

En la acera de la escuela aún dos chicos se encontraban juntos, ambos suspiraban cansados del silencio, mientras Mabel mantenía las manos unidas entre sus piernas tocando el suelo con sus nudillos, Bill permanecía con las manos en la nuca y los codos sobre sus rodillas entre su pensar.

— ¿Y? —cuestionaba casada.

— ¿Que quieres que te diga?... —desvia la mirada entre un suspiro —el muy tonto me atrapo con sus forma de siempre retarme, se creía muy listo —sonrie entusiasmado —pero bueno... Supongo que lo fue al atrapar a un demonio.

—No le harás nada malo ¿Cierto? —lo empuja levemente.

—Diablos, no. —la mira directo —ni siquiera quiero que se lastime, lo amo —confiesa apenado —aunque igual... —sonrie pícaro —no prometo no hacerle nada malo.

— ¿Por qué dices eso? —cuestiona distraída.

—Bueno, ya sabes —insinua moviendo su cuerpo —esas cosas, las que hacen los humanos... —sonrie al pensarlo —yo... Soy un poco...

De pronto ella lo entendió y las mejillas se le tiñeron de un rojo profundo, ella golpeó con fuerza el hombro de aquel chico moreno que comenzó a reír animado, y al final ella solo sonrío.

—Solo no te lleves su alma.

—No creo hacerlo, ¿Que tal vas con lo de tus padres?

Ella inhaló profundamente para luego soltar un profundo suspiro y abrazarse a sus piernas.

—Supongo que no hay nada que hacerle... ¡Ey! —sonrie entusiasta —al menos tengo a Dipper, y a mis tíos... También tengo a Glenda y Candy... sabes... Las extraños mucho, no lo hemos hablado bien, pero quizá el próximo verano vayamos a verlas... ¿Quieres acompañarnos a Gravity Falls? Ese pequeño pueblo está tan loco como tú existencia.

— ¡Pff! —comienza a reír empujando la un poco —esta bien que estés mejor, oye... Para cualquier cosa yo también estoy para tí, Mabel.

La chica sonrío y lo miró levantarse y tenderle la mano para ayudarla a ponerse de pie, Mabel dejó caer su mano sobre el antebrazo de aquel chico y se puso de pie con su ayuda mientras comenzaban a andar hacia su hogar, Mabel se tomó el tiempo para contarle a aquel chico sobre su verano en Gravity Falls. El primero en llegar a la casa de los Diaz era Tom, quien al entrar se encontraba con la señora Díaz que veía televisión en la sala, él fue a su lado tomando asiento.

— ¿Que tal tu día Tom?

—Creo que fue... Un mal día.

— ¿Paso algo? —quita el volumen a la pantalla para mirarlo.

—Bueno... Es difícil decirle ésto, pero... Tuve una pelea con Marco —expresa apenado —estoy un poco cansado de ocultar lo nuestro y le pedí... No, le exigí que le dijera a Star de una vez, me arrepentí enseguida... Y creo que no solo nos pasó a nosotros, todos están teniendo problemas este día... Menos Janna, ella está disfrutando de su tarde junto al hermano de Bill.

Ella ríe levemente —No te preocupes, todos tenemos días malos y las peleas entre parejas pueden ocurrir, aunque siempre nos veas así de calmado —sonrie divertida —cuando Marco nació, tanto mi esposo como yo estuvimos con los nervios de punta, estábamos felices, pero a veces las peleas solo llegan... Lo importante es superar esas dificultades juntos, que ambos pongan las cartas sobre la mesa y hablen de ello.

El pelirosa observo a la mujer que tranquilamente se levantaba llevando su taza sucia a la cocina para lavarla, él soltó un suspiro mirando al techo, no le gustaba molestarse con aquel chico. Marco tardo unos segundos más en llegar y notando a aquel pelirosa en la sala avanzó hasta él mientras le avisaba a su madre que ya había regresado, al llegar al sofá se dejó caer subiendo sus pies al sofá y abrazándose al torzo de aquel chico mientras su cabeza descansaba en su pecho, Tom poso la mano en la cintura de su pareja y con la otra mano acarició sus cabellos.

— ¿Tan mal te fue?

—Ella salió llorando... Aunque Janna dice que estará bien, que solo está un poco confundida.

— ¿Y tú qué piensas?

—Que debí prestarle más atención.

Tom suspiró luego de que ese castaño lo hiciera y solo siguió acariciando sus cabellos.

En la playa Oskar tomaba valor para mirar esos ojos azules llenos de lágrimas, separó a Star de su cuerpo y tomo con delicadeza su mano para hacerla percatarse de la herida que tenía. Cuidadosamente Oskar saco el pedazo de cristal que aún estaba en la herida, y entonces la miro directamente.

—ardera un poco ¿Podrás soportarlo?

Ella asintió sin comprender lo que ese chico tenía pensado hacer; al sentir el agua salada sobre su herida solo pudo cerrar los ojos aguantando tal dolor, al sacar la mano del agua Oskar sopló sobre la herida y entonces la miro directamente. Oskar sonrío quitándose la pañoleta que siempre tenía en el cuello para vendar la herida.

— ¿Duele? —cuestiono preocupado.

Ella negó y mientras admiraba aquella mano vendada sintió un nuevo abrazo venir de aquel chico.

—No volví solo por mi carrera... Ocurrió un día mientras escribía una canción, recordé la última vez que nos vimos en aquella fiesta —sonrie —star, sinceramente, en ese entonces no preste atención a nada que no fuera la música, pero... Creo que realmente me gustas, ¿Está mal que te diga en este momento que posiblemente solo volví por ti?

Oskar estaba ahí, frente a ella confesándose sin pena y con sinceridad, ella trago grueso inquieta por esos ojos grandes que la veían directo, y solo bajo un poco la mirada.

—Star, creo que eres mi musa —pasa su pulgar por la mejilla de ella —y no me gusta ver llorar a mi musa, tú no eres ese tipo de chica, siempre estás sonriendo y alegrando el día para todos.

—Lo siento... En verdad no es el momento, gracias por tus sentimientos y por preocuparte por mi, pero... Ahora mismo no estoy en mi mejor estado para iniciar una relación, mis sentimientos por tí hace tiempo que no...

La sorpresa se hizo de ella cuando la mano de Oskar se piso sobre su boca evitando que terminara de decir esa frase que sabía muy bien no sería buena para él, subió su brillante mirada hacia ella y solo sonrío.

—Solo procura estar mejor, lo que te haya hecho Marco... Solo se que él se ha preocupado por tí siempre, así que... Jamás es bueno guardar rencor por alguien.

Sin más tendió la mano a aquella chica para ayudarla a levantarse, ambos se miraron en aquella playa abrazandose con cariño, Star estaba agradecida con aquel chico, y él, aunque un poco dolido, era feliz de verla sonríendo aunque solo fuera un poco.




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Hola!

¿A alguien le gusta Oskar?...

A mi me dan cosa sus ojos gigantes y brillosos, me gusta mas con su cabello largo XD

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