Capitulo 8

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Peluche.

Los días pasaban tranquilamente y el par de demonios ya se había acoplado medianamente a la vida de humanos, las tareas y tiempo de estudio en la escuela aún eran un verdadero fastidio que los frustraba enormemente, pero eso se dicipaba a la hora de convivir con sus respectivos humanos; de vez en cuando todos se reunían en la casa de los Pine, ya fuera para terminar los deberes o solo jugar videojuegos, y a decir verdad, aquellos demonios se divertían cuando el par de humanos se encontraban juntos.
Pero las cosas habían estado un poco diferentes en las últimas semanas, ahora Mabel y Bill se encontraban tan unidos como Star y Tom, pues... Tanto Dipper como Marco, se encontraban muy distraídos con el estreno de aquel videojuego que tanto esperaban, y al parecer por la madrugada saldrían a la tienda más cercana donde lo venderian para ser los primeros en obtener aquel preciado videojuego.

Eran las tres treinta de la madrugada, y en la casa de los días, entre un bostezo y ojos adormilados, Tom se incorporaba sobre su brazo mirando desde el colchón del suelo la obscuridad de la habitación, con un suspiro, el joven se recostana boca arriba pensativo, con las manos formando una equis en su pecho miraba dudoso la obscuridad del techo cuestionandose dónde había dejado a su pequeño conejo demoníaco. La obscuridad de la habitación no era tanta, ya que la luna brillaba en todo su esplendor y eso solo lograba hacerlo enfadarse, luego de suspirar cerraba sus ojos lentamente, pero el quejido de su humano se lo impidió, de reojo podía ver cómo aquel chico se removia en la cama, y con los cabellos hechos un desastre y los ojos algo hinchados Marco bostezaba entre su levantar, cuidando sus paso, pero se detuvo algo sorprendido.

— ¿He, ya estás despierto? —rascando su nuca bostezaba —pense que estarías dormido a estas horas.

—Bueno...

El demonio se incorporaba dudoso, mirándo como aquel chico tomaba su mochila comenzando a guardar algunas sábanas, una colcha y dulces, además de cambiar su ropa, ponerse un pantalón y su sudadera.

—No he podido dormir mucho —confesaba sin mas.

— ¿Por qué? —le miraba de reojo interesado.

—Es una estupidez —Exhalaba un suspiro —Pero... Mi madre me regaló un peluche y yo...

— ¿Un conejo? —se giraba atento.

— ¿He?... Si, ¿Cómo es que...

—Disculpa —sonreia avergonzado —realmente olvide devolverlo —se aproximaba a su ropero buscado con la mirada —lo encontre en mi cama... Debe estar por aquí...

Sin más el castaño metía las manos al ropero arrojando su ropa a diestra y siniestra por todos lados. Dudoso, el demonio el demonio se levantaba de su cama en el suelo y tomaba asiento en la cama de su humano para verlo más directamente; victorioso Marco mostraba aquel conejo causando una gran sonrisa sobre el rostro de aquel demonio.

—Es muy cool —lo miraba una última vez acercándose al demonio —no te preocupes, mi madre también me dió un peluche hace mucho tiempo, y dormí con él hasta los diez —sonreia compasivo entregándose lo —digamos... Que me acostumbré mucho a él, ¡Pero el tuyo es mucho más Cool! —buscaba sus tenis debajo de la cama —que mi simple oso de peluche —tomando asiento a su lado se los colocaba —Aunque después de la operación en el ojo —reia amarrando sus cordones —y el parche, él se veía genial.

—Gracias por... Cuidarlo —le dirigía una sonrisa al joven.

—Ey —sujetaba su hombro —No es nada, pero bueno —se ponía de pie tomando su mochila —quede de verme con Dipper para ir a la tienda a hacer fila —decia orgulloso —supongo que estaré volviendo a medio día así que, quiza deberías volver a dormir —le dedicaba una sonrisa deteniendose en la puerta —mi celular está en el mueble a tu lado, si sales con Bill llévalo contigo para que Dipper y yo podamos contactarlos más tarde... Por cualquier cosa —se encogia de hombros.

—No te preocupes tanto —decia divertido —espero que consigas ese preciado videojuego por el cual casi venden el alma.

Riendo le dedos una sonrisa —Gracias Tom, nos vemos más tarde.

Por un minuto aquel demonio mantuvo la mirada sobre la esquina de aquella puerta donde la sonrisa de Marco había desaparecido, y por un momento, se perdió en aquella mirada deslumbrante... Negando por lo bajo volvía la mirada al pequeño conejo entre sus manos y solo sonreía mientras lo acariciaba y se dejaba caer en la cama de aquel castaño.
Las calles se notaban un obscuras, y de no ser por las lámparas en ellas, seguro daría mucho miedo andar por allí a esas horas; en silencio Marco salía a hurtadillas por la puerta principal, claro, sus padres ya estaban enterados de su salida, pero aún así era muy temprano por la mañana y lo mejor era guardar silencio para no despertar a nadie. Corriendo por las calles podia sentir el frío de la mañana contra su rostro, y al llegar a la intersección pudo notar con prisa a su amigo, que cubierto por una manta lo esperaba en la banqueta de la calle casi dormido.

— ¡Ey! —saludaba apresurado —lo siento por la tardanza Dipper —suspira el recorrido apresurado —Tom estaba despierto, y tuve que buscar algo para él.

—Si, está bien —Decia adormilado levantándose —vayamos —bostezaba con ganas — ¿Que hay con esos demonios?

— ¿Porque lo dices? —cuestionaba con una sonrisa.

—No lo se —bostezaba por lo bajo —Bill me da escalofríos por las noches, a veces simplemente se sienta en la ventana y se me queda mirando por un buen rato, ni siquiera puedo dormir tranquilamente.

—Supongo que solo te quiere molestar —rie animado —Tom jamas se me ha quedado viendo mientras duermo, él estaba despierto mirando el techo —menciona divertido —Supongo que... Hasta ellos se ponen a pensar en algunas cosas.

—Ha —exhala un suspiro —No lo se hombre, Bill cae bien la mayoría del tiempo, pero a veces... Es un lunático.

— ¿Qué? —cuestiona incrédulo.

—A veces habla sólo y dice muchas locuras —expresa incómodo —Que va a matar a alguien cuando lo vea, que deformara su cara, va a sacar sus órganos y lo hará comérselos, es raro... —lo detiene por el pecho —Marco, no somos los primeros.

— ¿¡Pero qué!? —expresa molestó —Debe ser una broma ¿Terceros?

—Aun asi lo obtendremos —Dice con confianza —era de esperarse ya que dijeron que llegarían más de los planeados.

—Entonces... —lleva las manos a sus bolsillos — ¿Que con Bill?

—Por ahora no importa, da igual, pronto hablaré con mi tío para saber si existe una forma de alejarlo... ¿Y tú con Tom?

—Él no hace daño para nada —sonrie tranquilo.

Tomando asiento en el suelo comenzaron con una conversación totalmente distinta, ahora charlaban sobre el videojuego y lo genial que sería tenerlo. Las horas pasaron en un abrir y cerrar de ojos, con el sol chocando contra sus ojos Tom despertaba de su segundo sueño mirando frente a él a aquel conejo rosa, tomando una respiración profunda podía percibir un olor especial que lo hacía sonreír sobre la almohada de aquella cama, era un olor muy conocido para él... El olor de Marco. La sonrisa duro poco pues de un segundo a otro alguien terminó cayendo sobre él, estaba a punto de dejar salir su poder de demonio cuando entre esos cabellos rubios noto a Star que sonreía animada.

— ¡Ey Tom, buenos días! ¿Y Marco? —miraba curiosa la habitación.

—Primero... —la miraba molesto —apartate de encima.

Star se levantaba sorprendida por la firmeza de aquellas palabras y avergonzada por su propia acción, era cierto que ya llevaban un tiempo de conocerse y de vez en cuando podían charlar, pero... Eso no significaba que él soportaría los saltos sorpresivos de ella. Era normal que ella entrara de un salto y sacudiera con desespero a Marco para despertarlo, por suerte esta vez no fue así... Pero aún así aquel chico parecía molesto. Apenada tomaba asiento en el borde de la cama mientras lo miraba arreglar sus cabellos mientras le daba la espalda, con sutileza él escondió un pequeño conejo de la vista de aquella joven guardando lo en el ropero de Marco.

—Hoy es el día en el cual obtendrá su preciado videojuego, así que salió temprano por la mañana para dirigirse a la tienda —la observa de reojo — ¿Algo más?

—Yo... —nerviosa, traga grueso — ¿Te caigo mal o algo así?

— ¿Mm? —se gira a ella — ¿Que pasa con tu pregunta?... Digo —se encoje de hombros — ¿Porque tendría que importar? Al final solo estaré con ustedes hasta que terminen la dichosa escuela.

—Si —levantandose mantiene la mirada baja —Lo se, pero... A mí enserio que no me gusta que la gente me odie.

—Bueno —desvia la mirada con cansancio —No te odio, pero a veces... Puedes llegar a ser algo irritante.

Dejando sorprendida a aquella chica, Tom solo salía de la habitación en dirección a la parte baja de la casa, al verlo salir Star suspiro y se dejó caer en la cama de su amigo con una tremenda incomodidad en el pecho y estómago... Ella no mentía, realmente no le gustaba desagradarle a la gente... Tal vez a causa del pasado, del odio que recibió de sus compañeros cuando ellos se enteraron de la situación económica de su familia; ella nunca utilizaba de más su dinero, pero efectivamente su familia era rica... Aunque no se percataba tenía muchas ventajas en la escuela y su actitud tan alegre no le ayudaba a ganarse el aprecio de sus compañeros ya que si se metía en problemas ningún profesor se tomaba la molestia de llamarle la atención.
Estaba casada de ser apartada, de ser odiada por todos... Así que luego de rogarle mucho a su madre logro salir de aquel lugar, y llegar a un hogar donde no la juzgaban, dónde podría iniciar de nuevo con nuevos amigos y la ayuda constante de Marco; no deseaba ser odiada nuevamente, así fuera una sola persona... Ella deseaba agradarles a todos. Con descision en la mirada tomo camino al piso de abajo donde tomo asiento en la barra mirando atentamente como aquel chico preparaba el desayuno.

— ¿Sabes cocinar? —cuestionó con una sonrisa tranquila.

—Aprendí con la señora díaz, no es tan difícil preparar el desayuno, pero... Si no quieres bien puedes servirte cereal.

— ¡No! —niega con una sonrisa —estaria perfecto probar tu comida, pero dime... ¿Que comen en el Inframundo?

—Nada fuera de lo común, comidas básicas de los humanos... Aunque claramente no todas, por ejemplo el cereal, jamás lo había visto antes, en especial el que tiene aquí.

—Ya veo, ¿Y como es allá abajo?

— ¿Por qué estás tan interesada? —sonrie curioso.

Era la primera vez que Star veía la sonrisa de ese demonio dirigida a ella, normalmente él solo sonreía con Marco o los chicos, pero esta vez...

—Solo... Quisiera conocer un poco más de tí ya que después de todo vamos a estar juntos por un tiempo.

—Eso es verdad —asiente tranquilo.

—Tambien, lo siento por lo de la mañana, así suelo despertar a Marco y no creí que te molestaría.

—No, está bien —sujeta su nuca apenado —yo lo siento con lo que dije, fui muy rudo —volvia con las especias —pero cambiando de tema, digamos que haya abajo hay una especie de castillo gigante para los demonios, no le he dicho ésto a Marco, pero... Mis padres son los reyes del Inframundo.

—Eso significa... ¿Que eres un príncipe?

Riendo asiente —Si, más o menos eso.

La plática de esos chicos seguía con alegría durante el transcurso de la mañana. Apenas terminaron con el desayuno y parte de su plática Tom subió en busca de cambiar sus ropas, ese dia era de Bolos para los padres de Marco así que los tres iban a estar solos por ese día, aunque con Marco fuera solo quedaban ellos dos... Así que Star dió la idea de ir a casa de los gemelos en busca de Dipper y Mabel, algo que Tom acepto enseguida. Al salir de la casa Tom tenía un pantalón de mezclilla, una playera negra de una banda de Rock y una sudadera rosa con puntas de metal, ambos avanzaban entre la completa atención de Star hacia la charla sobre el Inframundo de Tom, ella asentía con tranquilidad avanzando con las manos detrás de su espalda mientras él hablaba con una sonrisa en labios. Luego de tocar el timbre un par de veces se percataron de que ambos chicos aún no se habían levantado, Star suspiro y llamando a Mabel la hizo removerse en la cama; con la manos en su sudadera rosa Tom se percató del celular en su disposición.

—Mensajeare a Dipper —toma el celular rojo en manos —para ver si quizá tienen una copia de la llave por aquí...

— ¡Buena idea! —suspira con una sonrisa —Ella de verdad no me presta atención.

La risa del pelirosa salió sin más, y al encontrar aquel contacto solo miro por un momento más aquel móvil para enseguida ponerse a escribir. "Estamos fuera de tu casa, Mabel y Bill están dormidos. ¿Tendrás alguna llave escondida?" Luego de mandar aquel mensaje se miraron y sin más tomaron asiento en la acera en espera de una respuesta. Con disgusto un rubio de tez morena se levantaba entre el tallar de sus ojos, con un bostezo cerraba las persianas que dejaban entrar la luz del sol, y al girar miro la cama, enseguida la puerta y entre el rascar de su vientre se dirigió al baño mientras fuera de la casa por fin llegaba una contestación "Miren detrás del arbusto a la derecha, abajo de una piedra está la llave, además Marco quiere saber cómo estás y si sus padres fueron molestos contigo" Tom sonrío y guío a la rubia al escondite de la llave para volver los dedos al teclado "Dile que estoy bien y que sus padres salieron temprano a jugar bolos" apagando el móvil lo guardo con cuidado y fue detrás de la rubia. Aún con sueño Bill entro a la habitación de Mabel y dejándose caer al lado de su cama, en el suelo la miro aún dormir, él suspiro y dejo caer su cara sobre la acolchada cama rosa mientras mantenía la vista sobre ella.

—Mabel... Tienes que preparar el desayuno, tengo hambre.

—Mmm —se cubría con las sábanas —dile a Dipper...

—Él no está en casa...

— ¿Dónde está entonces? —se levantaba furiosa fulminando lo con la mirada.

—La mañana no es tu hora preferida ¿Cierto?

—Parece que la tuya tampoco.

Mantenían una sonrisa de molestia sobre el otro mientras ninguno de los dos quería apartarse de aquella suave cama, dejándose caer de nueva cuenta Mabel cerraba los ojos causando el disgusto del rubio que no se percataba de que una chica rubia y un pelirosa los miraban desde la puerta.

—Mabel, prepara el desayuno.

— ¡Por dios, déjame dormir Bill!

— ¡Arriba ambos! —avanzaba con descision.

Tomando a Bill por el brazo lo obligaba a ponerse de pie causano que Mabel cubriera su rostro con la almohada negandose a aquellas palabras, Tom entro con un suspiro mirando como ahora Star seguía tratando de levantar a la castaña que se aferraba a su cama.

— ¿Cómo entraste!? —se quejaba aferrándose con los dientes al colchón.

—Secreto —continuaba jalando.

—Oye Tom —se acerca entre un enorme bostezo — ¿Y Dipper?

— ¿Me estás jodiendo? —pronuncia molesto —Es tu chico, tú deberías de saber...

—Solo dime dónde esta —suspira entre un bostezo.

—Esta... Con Marco en la tienda de videojuegos, hoy sale el preciado videojuego por el cual vendieron su alma ¿Recuerdas?

—Ha... Es verdad —cae por fin de la cama —eso era hoy —se levanta dolida empujando a star — ¿Que haremos hoy mientras tanto?

—Si te pusieras de pie sería de ayuda —canturrea la rubia.

—Bien —suspira con molestia —salgan mientras me cambio —se levanta entre un bostezo —Y... ¿Podrían preparar algo para ese demonio molesto?

— ¿Es enserio Bill? —lo empuja con molestia el pelirosa.

—Ya sabes cómo soy —se encoje de hombros.

Rascando su mirada el rubio salía de la habitación sin prestar atención al pelirosa que lo miraba con negación en su mirada, Tom sabía que aquel rubio lo estaba disfrutando en grande, aquel chico adoraba en grande que la gente hiciera cosas por él, Will, su hermano menor siempre le cumplía todos sus caprichos sin rechistar mientras que con su hermano mayor era todo lo contrario. Mientras Bill se tiraba sobre el sofá Star bajaba con prisa yendo al lado de Tom para ayudarlo con el desayuno para aquellos dos perezosos.

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Hi!

Espero les guste el capitulo... se acepta cualquier tipo de comentarios...

La verdad no tengo mas que decir espero lo hayan disfrutado...

Bye....

PD: no hubo fin del mundo :"(

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