Especial año nuevo 7w7

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Algo fuera de la historia....
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El grupo de amigos había tomado una decisión, noche de chicos para celebrar el año nuevo. Querían hacer una locura a todo lo que dieran y el señor Díaz los estaba apoyando con la condición de que pasaran un rato con él y su grupo de amigos que por igual tenían su noche de hombres, a los chicos no les molestaba pues el señor Díaz era muy relajado y les había prometido una noche con bebidas plática de hombres. La razón para dichas reuniones era por qué la señora Díaz quería hacer algo así como una navidad 2.0 para la nueva fecha, algo como... Todos cantando al rededor de lo que fuera que hubiera en la casa mientras se ayudaban mutuamente, ante tal idea pensaron que una noche sin reglas y bebidas alcohólicas no les caería mal ante su edad.

— ¡Bien chicos! —entra animado estrechando sus manos entre si — ¿Todo listo? Mis amigos llegarán dentro de poco —acomoda los tazones de comida —beberemos, hablaremos y luego podrán ir a dónde quieran... Sin compañía.

— ¡Señor Díaz! —lo abraza animado —usted es genial —le tiende el puño haciéndolo reír.

—Dejalo en paz Bill —aparta al rubio —digame señor Díaz, luego de ésto irán a los bolos ¿Cierto?

—Si —rie animado —otros amigos también huiran de sus fiestas y ya que teníamos un juego pendiente ¡Los vamos a destrozar! —mencionaba emocionado — ¿Y ustedes?

—Jackie me romendo una fiesta de por aquí cerca —menciona tranquilo su hijo —dijo que estaría buena.

—De verdad me fascina ésto —se acerca sonriente el otro castaño — ¿Pero realmente la señora Díaz está bien con ésto?

—No te preocupes tanto, las chicas acompañaran a mi mamá.

—Ademas a las mujeres también les gusta tener su tiempo a solas —añade el hombre mayor.

Con todo acordado solo basto un poco para que los amigos del señor Díaz llegarán, la plática inicio enseguida y las bebidas estuvieron en sus manos desde el principio.

—Vaya que tú hijo a crecido —sonreia animado.

—Veo que le ha servido el karate —golpea levemente el brazo del castaño —seguro que muchas chicas van tras él.

—Lo mejor de él es que es un buen chico —sonrie orgulloso mirando a Marco.

—Entonces... Debería presentarle a mi hija —bromeaba muy divertido.

Riendo ponía las manos al frente —Lo lamento, pero ya tengo a alguien que me gusta.

— ¡Hoo! —reia —que mal suerte, el pequeño Díaz está fuera del mercado para las señoritas.

— ¡Pff! —se acerca a su castaño amigo —asi que fuera del mercado ¿He? Pues ya somos dos 

— ¡He, he, he! —se acerca dudoso el rubio — ¿Y tú desde cuándo tienes a alguien que te gusta?

—Ya lo ves —pronuncia orgulloso —no lo sabes todo de mi Bill.

Marco sonrío divertido y dirigió la mirada al pelirosa que bebia en silencio más interesado en la charla de los adultos, Tom noto aquella mirada y luego de dirigirle una sonrisa despeinó los castaños cabellos de quién lo miraba.

—Pero lo tengo en la punta de la lengua... ¿Cómo se llamaba? —miraba al cielo pensativo — ¡Ah, cierto! Es esta chica Jackie, ¿Verdad Marco?

— ¿Jackie? —rie comprendiendo —bueno, ella solo es una amiga.

— ¿Es así? —observa a sus colegas —Bueno, la chica no está nada mal, no deberías de avergonzarte de ella.

— ¡Ah, claro que no lo hago! —menciona con respeto —ella de verdad solo es una amiga.

—Tranquilos, tranquilos —interviene sonriente el padre de Marco —yo se que quieren que mi marco conozca a sus hijas, pero si él ya tiene a alguien...

Riendo empuja a su amigo —siempre nos atrapas Díaz, es verdad —se encoge de hombros vencido — ¡Es un buen partido! No podemos simplemente dejarlo ir —rie animado — pero... ¿Que dicen ustedes dos? —observa al rubio y pelirosa — ¿Tienen a alguien especial? Si son amigos de Marco seguro que son confiables.

—Si, eso es seguro, si son amigos de Marco deben ser confiables.

—Oh, lo lamento —sonrie el pelirosa —yo también ya tengo a alguien.

—Lo mismo va por mi —levanta su bebida sonriente.

—Vaya que tenemos mala suerte —empuja el hombro de sus amigos cercanos —mi hija sale con un delincuente —expone con descontento —pudiendo buscar a alguien mejor... Un delincuente... —exhala un suspiro.

Los hombres mayores iniciaron a apoyar a su amigo. Pero los demonios no mentian en absoluto, era verdad que Tom quería a alguien, pero hasta el momento no de había atrevido a confesar aquello por las reglas que los dividían o bien... El simple miedo a la idea de ser rechazado y alejado. Bill por otra parte había Sido muy sincero desde que de percató de su gusto por aquella persona, lo había acorralado contra la pared de su habitación cuando se enteró que aquel chico tendría una cita «Tu cuerpo es mío, me perteneces, así que no tontees con nadie mas» seguido de un beso. Dipper miraba a Bill con vergüenza ante sus palabras y solo tomaba rápidamente su bebida mientras que Marco observa a aquel pelirosa que bebia tranquilamente mientras dirigía la mirada a la ventana de la sala. Entre risas y platicas sobre antiguos logros o partidos de Fútbol en la televisión, un mensaje llegó al celular de todos los adultos haciéndolos volver la mirada con prisa.

—Bueno ya es hora —se abrazaba al hombro de sus amigos —Chicos —observa a los adolescentes con una sonrisa —Ya saben, solo jugamos juegos de mesa y dormimos tarde.

—Claro señor Díaz, no se preocupe —asentia el pelirosa —dejaremos algunas luces encendidas y la música un poco fuerte para que si pasan a revisar piensen que estamos aquí.

—Un poco de preocupación no está de más —finge responsabilidad el rubio.

—Bien dicho, bien dicho.

—Bueno Marco, traeremos a tu padre mañana por la mañana —Dice animado.

— ¡Disfruten la noche chicos! —se despide el señor Díaz.

Apenas escucharon el auto encenderse e irse, los chicos se miraron en el silencio de aquella casa, Marco sonrío junto a Dipper.

—  ¡NOCHE DE CHICOS! —choca las palmas con Marco — ¡Hora de ir a beber!

—Ultimamente te estás descontrolando con la bebida —rie Marco.

Bill abrió otra cerveza y la elevo mientras emitía un grito de entusiasmo para tomar a Tom por los hombros y sale junto a los castaños, al estar afuera Tom hizo aparecer un auto en el cual todos subieron, Marco era su copiloto. Luego de dar un último trago a su primer bebida de la noche encendió el coche.

— ¿No deberías dejar de beber? —cuestiono con gentileza.

—Dejalo estamos de fiesta —se inclina entre los asiento —Ademas si llegáramos a chocar —se acomoda en su asiento abrazando a Dipper por el hombro —podriamos salvarlos fácilmente con nuestros poderes.

Dipper bebió aún más rápidamente de lo que ya lo hacía terminando con su bebida. El camino estuvo lleno de canciones fuertes de Rock que Bill deseaba oír. Al llegar música nueva llenaba todo el lugar, había chicos que ya vomitaban fuera de aquel lugar, latas de cerveza y gente bailando por todos lados, platicando, riendo, gritando, apenas bajaron del auto unos chicos los abordaron dándoles vasos rojos con cerveza, Dipper sonreía ya un poco ebrio dejándose llevar por el chico que lo había recibido en el lugar.

—Diablos... —rasca su nuca con desespero —ese enano no tiene resistencia al alcohol.

—Te sugiero que vayas a cuidarlo —sujeta su brazo con seguridad.

—Entonces... —observa hacia el pelirosa — ¿Podrás mirar a Tom?

— ¿Tom? —cuestiona dudoso.

La mirada de Marco se dirigió hacia aquel pelirosa que era abordado por dos chicas mientras bebía de un solo trago la bebida que le habían dado.

—Vaya que... Sabes, nunca lo había visto así, ¿Tú lo has visto be...

El chico se miró solo en aquel lugar, Bill había corrido detrás de Dipper hace algún rato. Ahora Marco se encontraba solo en la entrada, así que con paso rápido tomo camino al interior del lugar en busca de Tom, aunque no tardaron en cerrarle el paso. Una pareja se comía frente a su cara para después avanzar hacia una pared donde comenzaban a sacarse la ropa, el castaño se sorprendió y avergonzado cubrió su rostro evitando mirar y avanzar entre la multitud en busca de Tom. Estuvo dando vueltas por un buen rato sin poder mirarlo, ahora estaba llegando a la mesa de bebidas dónde pudo divisar un rubio cabello conocido; Bill se encontraba estirando el cuello entre la búsqueda de Dipper, así que Marco solo tomo un par de bebidas que ofrecían y tranquilamente se acercó a aquel rubio.

—Ho... ¡Ey! —toma la bebida con agradecimiento — ¿Aún no encuentras a Tom? Pensé haberlo visto hace rato, pero de pronto desapareció.

—Al menos lo has podido ver —menciona cabizbajo —ni siquiera he notado a Dipper por aquí... Hay demasiada gente.

—Y... —lo despeina animado —eres un pequeño enano al igual que él.

— ¿¡Pero dónde diablos se metieron!? —cuestiona molesto.

—Yo tampoco lo sé, pero ya estoy harto de buscarlos... Sabes qué... —exhala un suspiro recargandose de la pared —simplemente me quedaré aquí a beber.

—Pero...

—Tampoco deberías de preocuparte tanto, Tom es un demonio será difícil que algo malo le pase aquí, y si hablamos de Dipper... Él está lo suficientemente grandes como para saber cuidarse solo —gruñe con enfado —venimos a esta maldita fiesta a divertirnos y solo he estado molesto toda la noche.

Bill parecía harto hasta el punto en el que tomo dos vasos llenos en un segundo mientras le decía aquello a Marco que solo bajaba la mirada... El castaño bebió con lentitud de su vaso y asintió.

—Creo que... Ahora no estoy de mucho humor, quizá deba esperar en el auto.

— ¡Lleva un poco de cerveza para ahogarte en tu dolor!

—Si...

Marco tomo el vaso que Bill le ofrecía entre su molesto beber, apenas Marco se marchó las chicas comenzaron a llegar al lado de aquel rubio que comenzaba a bailar al compás de ellas. Al salir Marco se dirigió al auto y solo abrió la puerta tomando asiento mientras mantenía sus pies fuera observando más risas y platicas del alrededor.

— ¿Dónde te metiste? —cuestionaba preocupado al aire.

Cerca de la mesa del Dj un pelirosa se mantenía bebiendo sin parar, Dipper llegaba de pronto a su lado sentandose a su lado terminando de bailar. La música se escuchaba muy fuerte ante las bocinas tan cercanas, Dipper se inclinaba hacia aquel demonio que se agachaba para escuchar lo que le fuera a decir.

— ¡Creo que Marco te estaba buscando!

— ¡No le pongas atención!

— ¿¡Pero que dices!? ¿¡Acaso no te gustaba él!?

— ¡Pero él está aquí por Jackie! —respondia con disgusto.

— ¡Te aseguro que no lo está! ¡Creo que tú le gustas!

El chico solo siguió bebiendo mientras aquel chico castaño a su lado se levantaba bailando para mirar a toda la gente al rededor.

— ¿¡Y tú y Bill!?

El chico casi se ahogaba y solo se giraba limpiando su boca para mirar a aquel pelirosa.

— ¿¡Pero que dices!? ¿¡A quien le gusta Bill!?

—Oh... ¡Posiblemente —apunta al otro lado de la pista —a todas esas chicas que bailan a su alrededor!

El castaño frunció el ceño dudoso y de un momento a otro se subió en un balde en su intento de lograr ver al otro lado de la pista, dónde aquel pelirosa apuntaba.

— ¡¡No me jodas!!

Tirando su bebida al suelo salto de aquel balde empujando a toda la gente que se interponia en su camino. Tom termino de beber y tomo otro vaso para levantarse entre un suspiro, quería salir a tomar aire fresco. Bill reía entre el bailar con aquellas jóvenes que bailaban sensualmente muy pegadas a él, su risa de diversión era completamente clara entre la música,  al menos para aquel castaño que llegaba con furia apartando a aquellas chicas del lado de su demonio, con furia llenando sus venas tomo a aquel chico por el saco y lo atrajo a sus labios sorprendiendolo, de verdad le sorprendía aquello, pero... No pensaba negarse a los labios de aquel castaño, Bill no dudo más y lo atrajo por la cintura continuando ese beso, Dipper sonrío al borde de esos labios y abrazo a su pareja por el cuello siguiendo aquel beso.

—Desaparezco un momento —se aleja un poco mirándolo de frente — ¿Y me cambias?

—No seas idiota —se acerca a aquellos labios —aun que... —musitaba con una sonrisa —ellas se movían realmente bien.

Elevando la ceja notó como aquel demonio dirigía la mirada a aquellas chicas y se despedía de ellas con la mano y una estúpida sonrisa. Dipper sonrío y comenzó a bailar justo como cualquier otra chica en aquel lugar lo haría, el chico se veía gracioso al imitar aquellos movimientos, pero Bill no perdería la oportunidad de unir aquel cuerpo al suyo así que lo tomo por la cintura acercándolo a él. En la parte de fuera Tom dirigía su molesta mirada hacia el auto en el cual habían llegado encontrandose con una escena nada agradable; recargado de aquel coge un chico bien parecido charlaba con entusiasmo haciendo reír al castaño dentro del auto. Los celos le llenaron el pecho y ese demonio enseguida se acercó empujando a aquel chico lejos para cerrar la puerta de Marco con brusquedad, el castaño no sabía ni que pensar y solo lo vio entrar en el auto.

—Tom...

El castaño veía por primera vez una mirada molesta dirigida por aquellos ojos hacia él, Marco no se opuso a nada y solo bajo la mirada escuchando como aquel chico encendía el coche y salian de aquel lugar.

— ¿A dónde vamos?

—... A casa...

— ¿Por qué?... ¿Te has dado cuenta que hemos dejado a Bill y Dipper?

— ¿¡Y eso que importa!? ¿¡Quien carajos era ese tipo!?

—Tom... —mencionaba extrañado —él no era nadie.

El chico aceleraba más y más mientras aquel castaño se aferraba a su asiento aterrado y cerraba los ojos en espera de cualquier impacto. Cuando el auto freno se escuchó un horrible rechinido proveniente de las llantas contra el asfalto, al abrir los ojos Tom ya lo toma de la mano sacándolo de aquel vehículo y arrastrándolo al interior de la casa Pine en la cual habían estado antes. En la fiesta aquel castaño no dejaba de besar a Bill, cualquiera diría que fue por la gran cantidad de alcohol que bebió, pero en un segundo de rabia los celos lo habían despertado de una manera increíble; el ambiente entre ambos se volvía caliente entre aquellos besos y el roce de sus cuerpos que dejaba avanzar la mano de Bill libremente al trasero del castaño, él acariciaba y presionaba aquella parte contra su cuerpo causando que Dipper gimiera con levedad pues no solo su trasero era acariciado y presionado con deseo, su entrepierna chocaba con la rodilla de Bill causando el gozo de una caricia a su erección. Los besos de pronto avanzaban al cuello de Dipper obteniendo como respuesta su suspiro mientras se aferraba con mas fuerza al cuerpo de aquel demonio.

—Dipper... —musitaba en un respiro excitado.

El castaño estaba extasiado, la música, el alcohol, las miradas, las manos de aquel hombre sosteniendolo... Con decisión sostuvo la cara de aquel chico y sonrió para unirse a sus labios en un nuevo beso mucho más suave, Bill le seguía el paso en aquella unión de sus labios mientras sostenía aquellas mejillas para un mejor beso. Apenas se separaron el demonio esbozo una sonrisa hacia el rostro deseoso y exitado de aquel castaño.

—Aqui nos están mirando demasiado.

Dipper despertó un poco de su transe al escuchar aquello, y se giró para notar a unas chicas que los miraban con entusiasmo y deseo mientras por otro lado unos tipo no lo ocultaban y se masturbaban mientras no le quitaban el ojos de encima.

—Al parecer los pusimos en ambiente —se acerca a su mejilla y avanza a su oído — ¿Se te antoja que no solo yo te folle?

El castaño se sorprendió ante aquello, pero simplemente bajo la mirada negando mientras limpiaba un poco de saliva que había escapado entre su beso.

—No... Solo tú.

Una sonrisa enorme se apoderó del rostro de aquel demonio, entusiasmado se acercaba nuevamente a esos labios, pero una mano sobre su hombro lo detuvo, miro a una chica azabache de alta estatura que nerviosa traga grueso entre su vergüenza.

—Que... Arriba hay una habitación, bueno... Son muchas de hecho.

—Gracias.

Pronunciaba con una sonrisa llevándose a Bill hacia el piso de arriba haciéndose paso entre la gente. Una vez dentro de la casa Pine, Tom empujó al castaño sobre el sofá, Marco se miró sorprendido ante tal comportamiento de aquel siempre dulce chico que ahora parecía agresivo mientras se quitaba la camisa 

— ¿Crees que no me oye cuenta de que muchos chicos te miran? Marco... —se inclina sujetando su barbilla —tu me perteneces.

—Tom —lo aparta por el pecho —estas ebrio.

—Solo mío...

Con búsquedas ponia presión sobre las morenas muñecas del castaño que dudoso observaba ese rostro decidido sobre él, Marco no pudo soportarlo más y solo comenzó a forcejear.

— ¿Que... Que haces? Tom... Tom por favor suéltame.

Haciendo casi omiso avanzó al cielo del moreno comenzando a depositar besos en su piel, Marco seguía luchando por liberarse, pero el cuerpo de aquel chico lo detenía de poder levantarse, el miedo comenzaba a llenarlo, sus ojos se cristalizaban entre su desespero.

—Tom... ¿Que... Que haces Tom? ¡Déjame ir, déjame ir! Tu no eres así —Decia entre su llanto — ¡Ese chico no era nadie! No... ¡Yo no puedo mirar a nadie que no seas tú! Yo solo... Te quiero a ti, ese chico no era nadie...

El agarre en sus muñecas disminuyó su fuerza haciéndolo calmar un poco, Tom parecía confundido, arrepentido al toparse con los ojos avellana de aquel chico, culpable... Por esas lágrimas en sus mejillas, se percató de la estupidez que estaba haciendo. (Añado mensaje: por favor tengan cuidado al ingerir bebidas alcohólicas en momento de rabia, pueden hacer cosas de las que se arrepientan al día siguiente o para toda su vida, tanto ustedes cómo otras personas pueden salir lastimadas, moderen su beber y tengan cuidado, los quiero)

—Yo... Yo...

Se levantaba aturdido y culpable, miraba de reojo a aquel chico que se incorporó en el sofá limpiando sus lágrimas y arreglando su camisa.

—Yo... Marco yo —niega dando un paso al frente.

—Solo tú, solo tú me gustas —aclara con firmeza —fuiste un idiota al pensar que ese chico y yo...

—No pensé eso —confiesa con enfado —es Jackie... Jackie no deja de molestarme, siempre es lo mismo, todos te emparejan con ella.

— ¿Pero que dices? Jackie no me gusta para nada —aclara con seguridad —solo somos amigos.

El ceño del castaño se frunció con molestia, una y otra vez le había dicho a ese demonio que Jackie solo era una amiga... Tom comprendió aquella mirada y agachó su cara entre su avanzar, al llegar frente a Marco se puso de rodillas para sujetar su barbilla y encontrar su mirada, Marco suspiro borrando el disgusto de su rostro y dejo que los labios de aquel demonio lo invadieran con delicadeza, poco a poco Tom comenzó a recostarlo en el sofá. En el piso de arriba de aquella fiesta Dipper guiaba por la mano a su pareja adentrandose en un pequeño cuarto vacío, Bill avanzó por el cuarto hasta tomar asiento en la cama, el lugar no era un hotel cinco estrellas... El colchón parecía muy usado y sucio, las ventanas estaba cubiertas con plástico y el suelo... Era un asco.

—Vaya lugar —musita divertido.

Dipper aseguro la puerta con una vieja silla de madera que parecía romperse, con una sonrisa miro a aquel demonio mientras comenzaba a sacarse la camisa.

—Bueno... No estamos en un hotel cinco estrellas, ni siquiera un Motel.

Bill sonrío complacido al ver la prenda del castaño caer, entonces Dipper avanzó hasta estar frente a él y Bill sonrío complacido sujetando aquella cintura, Dipper sonrío posando sus manos en aquellos hombros.

— ¿Acaso quieres —sube a horcajadas en su regazo —esperar más?

— ¡Pff, que va!

Dipper sonrío con entusiasmo y Bill avanzó a aquellos labios con algo de brusquedad y mucho deseo, el castaño seguía aquel juego entre sus labios mientras las manos del rubio viajaban adentrandose por el pantalón del castaño hasta tocar aquella piel. Los besos tomaban dirección al cuello del castaño mientras él se encargaba de quitar con algo de desespero las prendas de su compañero, entre suspiros y besos a su cuerpo, Dipper palpaba el bien formado cuerpo de su demonio.

— ¿Vas a recordar ésto mañana? —sonreia al borde de aquella piel.

—Estoy ebrio —reia acercándose a los labios ajenos.

—Eso... —lo detiene por el pecho — ¿Significa que no?

—Probablemente —rie extrañado —solo sigue...

Bill se detuvo de cualquier movimiento y aparato las manos del botón que tenía planeado desabrochar.

—Debes estar de broma.

—Oye —besa sus labios —solo aprovecha.

Una sonrisa incrédula apareció en su rostro y pasando la mano entre sus cabellos miro por completo ese cuerpo semi desnudo sobre él.

—Haaaa... Sabes yo, puedo aprovechar con cualquier otra persona, no necesito de ti para solo tener una noche estúpida.

Con indiferencia aquel rubio se ponía de pie apartando de su regazo a Dipper que confundido tragaba grueso y con el pecho agitado, mientras veía a su demonio vestirse avanzaba para sujetar su muñeca y detenerlo.

— ¡Oye!... —se retenida con miedo — ¡Solo hazlo!.

Sonriendo divertido apartaba aquella mano para mirarlo de frente — ¿Crees que no te quiero follar? —se inclina a su rostro con seriedad —quiero verte pedir por mi con tantas ganas —desvia la mirada con enfado — ¡Pero simplemente sigues negando que me quieres! —furioso avanza a la salida — ¡Ésto no es divertido maldita sea! ¿¡Cuánto más tengo que esperar para que lo digas!?

Ante la nula respuesta del castaño Bill subió el cierre de su sudadera y apenas iba a apartar la silla que detenía la puerta cuando Dipper avanzó con firmeza y lo tomo por las mejillas para verlo de frente.

— ¡Te... 

Reteniendo el aire en su cuerpo mantuvo la mirada sobre esos ojos ámbar que esperaban sus palabras, respiró y trago grueso para tomar valor.

—Que te... —su mirada bajo cerrándose al miedo —te quiero... Me gustas —subio la mirada con franqueza y vergüenza —asi que... Por favor.

El joven casi suplicaba y el demonio se había quedado por completo sin aire, una sonrisa quería dibujarse en aquella boca, pero no podía permitir que ese chico mirará la felicidad que le causaba, tomando un profundo respiro Bill avanzó a aquellos labios ocultando su sonrisa entre un profundo y deseoso beso que Dipper siguió sin culpa. En el sofá del recinto Pine las prendas caían al suelo con total calma, aquellos chicos viajaban entre besos suaves y profundo, en el roce de sus pieles, cuando el pantalón del castaño por fin cayó Tom miro de frente a aquel chico, todo su cuerpo moreno, y sonrío complacido para sujetar la pierna de Marco y besar su pantorrilla, beso su tobillo mientras las yemas de sus dedos se deslizaban por la pierna de su pareja arrancándole suspiros ante la sensación electrizante de su avance hasta aquella prenda que era lo único que le estorbaba para una vista completa de aquel hermoso ser. Entonces Tom dejo de besar aquella piel y subió sobre aquel chico hasta topar sus miradas de frente, ambos suspiraban mientras la mano de Tom invadía su piel bajo aquel boxer, tocando su pierna mientras sus labios viajaban de los labios de aquel castaño hasta su cuello, bajando a su pecho mientras aquella prenda bajaba poco a poco dejando ver los bellos de su sexo y parte de él, Tom suspiro profundamente emocionado al verlo tan encendido en el momento y se deslizo entre besos hasta poder llegar a su cintura, besando sus líneas del cuerpo hasta suspirar sobre aquel miembro, Marco suspiro contrayendo su cuerpo ante tal sencacion y tragando grueso atrajo el rostro de su pareja al suyo, Tom sonrío y dejando un beso sobre aquel lunar se deslizo hasta las labios de su pareja que lo sostenía entregado a la fricción de sus bocas. La dedos de Marco se adentraba en el rosado cabello de su pareja entre un suave y delicado masaje que volvía loco a su pareja, aquel beso seguía con profundidad mientras sus pelvis se encontraban entre suaves roces, ambos suspiraban extasiados entre su beso y roces, y ambos sonreír mientras las manos de Tom de adentraba bajo el boxer de Marco palpando con delicadeza la punta de su sexo, comenzando a tomarlo con firmeza y suavidad, acariciandolo entre un lento vaiven, masturbandolo. Marco suspiro abrazandose al cuerpo de su pareja y dejando escapar sus profundos respiros en los oidos de aquel pelirosa.

— ¡Aah! Tom... 

Pronunciaba extasiado moviendo sus caderas al compás de aquella mano, Tom mordía sus labios extasiado en los gemidos y quejidos de su pareja hasta que sintio como aquel chico se adentraba bajo su ropa sosteniendo aquel miembro, entre un suspiro Marco lo miro de frente mientras unos sus miembros obteniendo un quejido de parte de aquel pelirosa. Entre aquella masturbación Tom obtuvo algo de su presemen y llevo sus dedos entre las piernas de aquel chico tocando con suavidad su entrada, Tom suspiro mirando a su pareja a los ojos, aquel chico asintió con confianza dejando entrar el primer dedo.

— ¡Ha! Eso... eso duele...

—Lo siento —busca su mirada —trata de concentrarte en mí.

Posando un beso en el mentón del castaño obtuvo su mirada, Marco asintió confiando en su palabra y se soltó de aquel chico que guiaba la pierna de su pareja sobre su hombro, Tom comenzó a besar aquella pierna, a morderla con suavidad mientras sus dedos avanzaban en el interior de aquel chico, los leves quejidos del castaño disminuyeron con el paso del tiempo y la atención de aquel chico sobre su piel, poco a poco podía acostumbrarse mejor y el dolor comenzaba a pasarse mientras tres dedos ya estaban en su interior. La ayuda de Tom le había servido de mucho, el distraerlo besando su piel le había ayudado a olvidar el dolor y solo concentrarse en el placer del momento.

—Tom... Mételo...

Apretaba su mano sobre su pecho mientras con su otra cubría su boca en un intento de evitar aquellos susurros indecentes; relamiendo sus labios Tom hecho su cabello hacia atrás y exhalando un suspiro sujeto la cadera morena del joven mientras guiaba su miembro a la entrada de Marco. El castaño soltó un suspiro al sentir aquel miembro dentro suyo mientras Tom gruñía ante la sensación suave y caliente dentro de aquel chico, pero estaba tan apretado que el miembro del pelirosa no entraba por completo.

—Tienes que relajarte bebé —sonreia con cariño.

—Quiero... Estar arriba Tom.

— ¿Arriba? ¿Estás seguro?

El castaño asintió a lo que Tom salió de él y le tendió la mano ayudándolo a levantarse, tomando asiento en el sofá ayudo a Marco a subir en su regazo. A Tom no le molestaba en nada esa escena, su pequeño Marco sonrojado y desnudo sosteniendose de sus hombros mientras se alista para introducir aquel miembro en su cuerpo, Marco apenas introducía aquel miembro cuando Tom lo sujeto de su cintura y se acercó a su pecho besándolo, aunque sorprendido, se abrazo al cuerpo del pelirosa permitiendole besarlo. Aferrándose a aquella cintura guío a Marco haciéndolo introducir aquel miembro en él, el chico suspiro y esa fue la señal para que el pelirosa comenzará a embestirlo subiendo cada vez más el ritmo para obtener gemidos como respuesta mientras volvía loco de placer a aquel castaño que se sostenía de sus hombros para tomar impulso. Era una locura, Tom estaba dando en el punto exacto y Marco no podía detener el movimiento de sus caderas, su columna, su cuerpo, cada parte de él se sentía derretir entre cada embestida, y Tom gozaba eso, poder oír los gemidos de aquel chico llenar la habitación y ver sus ojos perdidos en tal placer. El calor llenaba toda la habitación, sus respiraciones profundas chocaban entre sí y sus labios se rozaban entre suspiros uniéndose en largos besos, las manos de Tom viajaban por el cuerpo desnudo de aquel chico deslizandose hasta su trasero para atraerlo a su cuerpo mientras sujetaba sus mejillas para volver sus besos aún más profundos entre respiraciones aceleradas de deseo.

—Mas... —suspira contra sus labios — ¡Más... Más Tom... Tom... —se abraza a sus hombros —Te amo... Te amo Tom!

Los suspiros del pelirosa terminaban en el pecho desnudo de aquel moreno mientras dejaba leves besos y deslizaba sus labios contra aquella piel.

En la habitación arriba de una fiesta muy ruidosa, un rubio embestida con deseo el cuerpo desnudo de un castaño sumido en el placer, Dipper gemía ante cada estocada. El demonio no estaba siendo nada romántico ni sensible, de hecho estaba enfadado y decepcionado de aquel castaño... Estaba molesto.

— ¡Ah, joder! ¡Eres tan bueno en ésto!

— ¿De qué... Sirve ésto?

— ¡Aa, Bill!

Una, dos... Cada vez más rápido y fuerte, con más y más irá, estaba completamente enojado, quería oírlo decir esas palabras sinceramente ¿Tan difícil era decirlo? "Te quiero" al menos "me gustas" podía comprender que quizá el "te amo" era complicado, pero decir esas palabras solo para tener sexo casual. Los ojos de Bill se cerraban entre cada estocada, no era por exitación o algo por el estilo... Era su furia, ¿¡Tan difícil era decirlo!? ¿Por qué parecía que Dipper dirigía aquel juego? ¿Por qué todo eso era solo un juego?

Una lágrima se resbaló por su mejilla con amargura, era una de esas lágrimas que contienes hasta el punto en que tu garganta arde en dolor, realmente lo amaba... Realmente se había enamorado de aquel chico, lo amaba.

—Bill...

Esa voz calmada, sencilla y suave, abrió los ojos ante el toque caliente de una mano sobre su mejilla... La sorpresa lo lleno al mirar la vergüenza sobre aquel chico, al ver más atentamente aquellos ojos avellana preocupados, esa marca en forma de cuchara en la frente de Dipper, esa constelación en su piel que se veía a través de su desarreglado cabello... Por primer vez los ojos avellana de aquel chico lo miraban directo, puro y sincero.

—En dejo te quiero... Realmente me gustas —traga grueso limpiando aquellas lágrimas —enserio... Te amo, hace tanto...

Su mirada se cristalizaba sin control, era una locura ver a ese rubio llorar.

—Cuando te ví con aquellas chicas... Yo me sentí muy celoso, estaba muy ebrio, pero el alcohol bajo en un segundo... No quiero verte con nadie más —aparta un poco la mirada —esta no es nuestra primera vez teniendo sexo, no quiero verte haciendo estas cosas con nadie más, solo yo... —lo mira de frente sujetando su barbilla —Bill, solo yo.

Aunque la vergüenza lo llenará y desviara su mirada, el rubio no podía quitar la mirada de él mientras repetía en su mente las palabras que había dicho con anterioridad, esas palabras que sonaban tan sinceras... Dipper estaba celoso, lo que hizo abajo en la fiesta fue para marcar su territorio. Con una sonrisa en el rostro Bill se acercó al oído de aquel chico.

—sigamos —susurro animado.

Seguidas de esas palabras un beso suave y tranquilo fue depositado en los labios del castaño. Bill sonrío al alejarse y bajo hasta su cuello comenzando a dejar un mar de besos sobre aquel cuerpo algo pálido, los labios de Bill bajaban en un camino repleto de su dulce contacto mientras Dipper se aferraba a los hombros de aquel rubio sintiéndolo llegar hasta su vientre, y Bill se detuvo. Llegando a sus labios comenzó a besarlo con dulzura y profundidad, acariciando sus brazos y piel mientras comenzaban a hacer el amor como se debía, lenta y placenteramente mientras sus sentimientos fluían con cada roce.

Eran en punto de las doce de la noche cuando los castaños se contraía del placer gimiendo en un susurro el nombre de sus demonios seguido de un «Te amo» apenas se vinieron.

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Hello!

Pensé que esto seria solo sexo, pero me salio lo que acaban de leer...

Espero les haya gustado, yo no suelo festejar este día, es mas, un disparo me acaba de dejar medio sorda... Lamento la tardanza pensaba subirlo a las 12 en punto pero hice cosas este día y al menos ya lo termine...

Bye bye tengan buena noche.

Publicado: 01/ 01/ 2018

Editado: 08/ 09/ 2020

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