II

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–¿A dónde vamos, exactamente?– el de piel morena miraba curioso todo su entorno, literalmente estaban completamente rodeados de árboles y otras plantas.

–Lo verás por tí mismo en un rato, ten paciencia– el de cabellos anaranjados, ya en su forma humana, guiaba al su amigo por aquél entorno, cerca de él, pués Bon suele ser REALMENTE despistado, por lo que podría perderse en cualquier momento.

–Y sobre mi... Sangre demoníaca... ¿Eso me da alguna especie de súper poder, o algo así?

–No estoy muy seguro, cada ADN es diferente, no sabría decirte. Eso deberás descubrirlo tú mismo durante tus días de entrenamiento.

–¿Días de entrenamiento? ¿vamos a comenzar a entrenar?

–Algo así...

–¿A qué te refieres con eso?

–Pronto lo averiguarás. Ya te lo dije, sé paciente...– guardó silencio, esperando a que su amigo le saliera con otra pregunta, pero se extrañó al no escucharlo más– ¿no tienes más preguntas?– se volteo, con la intención de mirar al peli-celeste. Pero, sorpresa, ya no estaba– ay, no... Ahora no, por favor– suspiró con pesadez, para comenzar a buscar con la mirada al chico que hace unos segundos estába con él. ¿Cuál será el día en el que Bon no se pierda o deje de ser tan babotas? La respuesta es simple: nunca.

–¿Town? ¿a donde fuiste?– el de mirada esmeralda, algo desorientado, buscaba al ya antes mencionado, pues, de un segundo a otro, se había "desaparecido"– ¿porque rayos me dejas en medio del bosque? Esto es traición, ¿sabes?– hablaba con él mismo, como si estuviera hablando con el peli-naranja– ya, en serio, ¿en dónde diablos estás?– comenzó a caminar en linea recta, llamando al mencionado– ¡Town!~ ¿¡en dónde estás!?~– gritaba, pero no recibía respuesta– ¿¡en dónde estás, condenado gato!?– muy bien, se estaba comenzando a fastidiar. Iba a darse por vencido y quedarse bajo la sombra de algún árbol, pero un extraño sonido llamó su atención. Acaso era... ¿una flauta? Sonaba tan suave como la flauta dulce, y eso que la ha escuchado mucho, pués su profesor de música estaba “ligeramente” obsesionado con dicho instrumento. Casi inconscientemente, comenzó a seguir aquél sonido. La curiosidad era muy grande.

No caminó mucho rato, apenas unos cinco minutos, cuando por fín encontró a quién creaba aquella dulce melodía. Era una chica. Su piel era algo oscura, un poco más clara que la de él, sus cabellos azules se encontraban atados en un moño, mientras un flequillo cubría su frente, y algunos mechones caían por los costados del flequillo, utilizaba gafas rosadas, las cuales hacían resaltar sus ojos violetas. Era linda, según su opinión. Se quedó allí, viendo y escuchando como tocaba tan bien ese instrumento, hasta que paró de repente.

–¿Te vas a quedar ahí parado o decidirás hablarme?– la chica comenzó a hablar de repente– ¿y bien?– no sabía que responder, ¿se refería a él? ¿o acaso había alguien más allí– tranquilo, chico, yo no muerdo– sip, definitivamente estaba refiriéndose a él.

–L-lo lamento– se apresuró a decir, mientras salía de su “escondite” y se acercaba hacia la peli-azul– es que te veías muy concentrada y no quería interrumpirte.

–Cómo digas– río, mientras extendía su mano– soy Lily.

–Bon– respondió, mientras aceptaba la mano de la oji-violeta y se saludaban “formalmente”

–No eres de por aquí, ¿cierto?

–¿Tanto se me nota?– ambos rieron ante el comentario del peli-celeste– bien, lo admito, estoy totalmente perdido.

–Eso puedo notarlo. Pero... ¿qué haces por aquí? No es común ver gente de ciudad cómo tú en un bosque.

–Estaba con mi amigo Town y luego...– se vió interrumpido por la peli-azul.

–Aguarda un segundo, ¿Town? ¿te refieres a Towntrap Macorret?

–Sí, así es... ¿lo conoces?

–¿Conocerlo? ¡es el mejor consejero del C.Q.! Bueno, el único que hay.

–¿C.Q.?

–‘Campamento Quimeral’ ¿no has escuchado de él?– el peli-celeste negó con la cabeza– que raro... Si eres amigo de Towntrap, deberías saberlo. A menos qué...

–¿Qué cosa?

–A menos que tú seas el chico nuevo que Town nos había mencionado– sonrió con burla.

–¿Chico nuevo?

–De hecho... Encajas con la descripción que él nos dió– miró detenidamente al chico– ¿cómo no lo vi antes? Sí, eres tú.

–Muy bien, estoy confundido...

–Descuida, pronto lo entenderás. Pero será mejor que te lleve al campamento, Town debe estar enloqueciendo si te perdió de vista.

–Eso es seguro– río, mientras acompañaba a la chica. Total, ¿qué podría pasar?

–¿¡Cómo pude haberlo perdido!? ¡soy el peor protector de todos!– el pobre peli-naranja estaba entrando en completa desesperación, pués no había logrado encontrar al chico de piel morena. Mientras se hiperventilaba, unos chicos lo ayudaban a calmarse, o al menos eso intentaba. Ambos chicos eran muy parecidos, es muy obvio que son mellizos, lo único que los diferencia es que uno es de cabellos castaños con ojos azules, y el otro poseía cabello negro con orbes negros. Freddy y Fred, respectivamente.

–Hombre, ya cálmate. De seguro está bien– el azabache no sabía como calmar a su amigo. Una vez que Town se desespera, no hay manera de calmarlo.

–Debe de estár cerca, no te preocupes– el castaño, al igual que su hermano, se encontraba algo nervioso. Después de la desesperación del peli-naranja, llega su enojo; y cuando Town se enfada, es cosa seria.

–¿¡Y si no lo está!? ¿¡y si algo lo atacó!? ¿¡y si Bon ya no está vivo!?

–¿Que yo qué?– la voz del peli-celeste se escuchó detrás de los chicos, los cuales voltearon, notando que era acompañado por la chica de cabellos azules.

–Oye Town, creo que se te ha perdido algo– sonrió con burla la chica de piel oscura.

–¡Bon!– chilló el más alto de todos, corriendo hacia el mencionado, abrazándolo– ¡me tenías muy preocupado!– lo apretujó un poco, para luego tomarlo del cuello de su camisa y mirarlo furioso, mientras lo zarandeaba– ¿¡cómo se te ocurre desaparecer de la nada!? ¿¡acaso quieres que me dé un jodido infarto!? ¿¡cuál es tu excusa ahora, James!?– de tanto zarandeo, al pobre de Bon ya se le habían formado unos espirales en sus ojos, pues vaya que estaba mareado.

–Amigo, ya déjalo, lo estás mareando– habló preocupado el castaño al ver el estado del peli-celeste.

–Bien merecido se lo tiene– bufó, soltando al menor, el cuál cayó al suelo, con un notorio y gran mareo. Suspiró– en fin, ¿él ya volvió?

–Sip, está entrenando con Eak en la zona acuática– aseguró el de mirada zafiro, con una sonrisa.

–Te va a reclamar mucho por esto, Town– habló con burla el azabache.

–Ya lo sé, pero no tiene escapatoria. Yo no puedo estár cuidado de Bon todo el tiempo, tengo que ocuparme de todos los reclutas más novatos. Él es uno de los más avanzados, así que será el tutor de Bon le guste o no.

–¿Cómo rayos un telequinético va a ser tutor de un mitad demonio?

–Él se las ingenierá, tiene que hacerlo.

–Em, disculpen... ¿de quién rayos estamos hablando?– interrumpió el peli-celeste, una vez ya logró recomponerse.

–Vamos Bon, quiero que conozcas a alguien– el peli-naranja sonrió, para luego comenzar a arrastrar al más bajo. Los otros tres chicos rieron con algo de nerviosismo.

A él no le gustará esto.

[…]

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