Desaparición

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Capítulo 9

En completa concentración cortaba algunas frutas para colocar en el postre que iba horneado, la sola idea de ver la satisfacción en la cara de su amado esposo podía llenarlo de satisfacción. Todavía no era hora en que Shen QingQiu despertara sin embargo lo hizo, poco a poco, el agradable aroma se filtró en la habitación que compartían.

La oleada de suerte cómo estaba acostumbrado volvió a ocurrir cuando justamente concluyó de darle los últimos toques al postre y abrió camino al dormitorio, al ingresar tuvo que detenerse porque la bella imagen del inmortal deja ver al despertarse.

Un golpe directo. Como una estatua observó los movimientos que daba para levantarse, como la túnica interior hacia poco para ocultar las marcas en la lechosa piel, como sus pestañas revolotean por la luz que chocaba con ellas, como sus labios se fruncen y cómo esa mirada término en posarse en él.

Luo BingHe no fue siquiera capaz de bajar la mirada, sabía que su Shizun era el ser más perfecto, no se merecía que apartara la mirada solo porque no podía controlar sus instintos, claro que no. Dando unos pasos y dejando con cuidado la bandeja a un lado pudo atrapar en sus brazos a Shen QingQiu con la guardia baja.

No pasó mucho para oír la voz algo ronca del inmortal resonar en la habitación.

—¿Trata de seducirme, Shizun? —susurro. Y solo sonrió al ver el ligero quiebre en el rostro contrario.

—Nadie lo hace, Binghe.

—Shizun.

—Binghe...

—Shizun.

—Nadie lo hace, esposo.

Obteniendo lo quería pudo haber estado completamente satisfecho, hubiera pedido oírlo otra vez pero al ver como Shen QingQiu no podía seguir ocultando el carmín de sus mejillas con un rostro inexpresivo decidió no seguir.

—¡Shizun! —giro a ver al contrario nuevamente, luego bajó a ver el abanico que anteriormente salió disparado en dirección a su cabeza ahora tirado en el suelo.

—Te ví. Solo te estás burlando de este Shen.

Todo prosiguió con un Shen QingQiu derritiéndose por dentro ante el desayuno preparado, la felicidad de él era la de Luo Binghe. Iba marchando bien, sin incomodidad. Nada parecido a lo ocurrido hace unas semanas.

Pasaban su "luna de miel eterna" como oyó a Shang QingHua referirse a los largos episodios donde Shen QingQiu dejaba Qing Jing y pasaba con él, viajando o solo en la casita de bambú que trato de recrear.

Despeja tu mente.

Ojalá hubiera acabado de raíz cuando los indicios de inconformidad aparecieron en los ojos de ese demonio. Una interferencia que arruinó sus planes, iba tomar esto como ejemplo para próximas revueltas que puedan aparecer en el mundo demoníaco.

Sus planes se arruinaron, todo iba tan bien con Shizun.

—Binghe, este esposo tiene una propuesta. Podemos adelantar la revisión de Xin Mo y luego no deberemos preocuparnos hasta los próximos tres meses —sugirió. La idea era factible, no debía sorprenderse viniendo de su esposo.— Podemos darnos un desvío antes de resolver los conflictos de la región sur.

Una idea factible. Solo que es extraño, ideas mías.


Falló al no darse cuenta desde un inicio esas migajas de energía adheridas en el campo que iban registrando, sin perder tiempo giró para ver a su mano derecha quien con solo una mirada pudo entender el mensaje.

Él lo odiaba, sabía que regresaría sin embargo escoger un momento como este.

—Regresamos—Oyó que ordenaba Mobei Jun.

La espada o la que quedaba de ella comenzaba a retorcerse en su funda, el lord demonio podía oírla llamar y buscar con qué alimentarse.

Sí tan solo hubiera terminado la expedición por completarse sin estas sorpresas Luo BingHe podría ser feliz de disfrutar la tarde con su amado esposo sin embargo no todo marcha como quiere. Lo único bueno que encontró en la situación es que podría darle algunos golpes que no pudo terminar de dar la vez anterior y sí aquel sujeto se atrevía a volver a siquiera pensar tocar a Shen QingQiu, el lord demonio terminaría con existencia al no estar dispuesto por pasar una situación igual.

Los recuerdos de caer a un mundo donde Shen QingQiu no existiera era tan deprimente. Fue una pesadilla que no desea volver a vivir, era espeluznante pensar en todas esas mujeres, el cómo las conocía o recordaba de algún pasaje de su vida. Ahora, solo no podía pensar en casarse con otro ser que no sea el Señor del pico Qing Jing, su único consorte.

Fue desesperante dar algunos pasos en ese lugar para ser rodeado y atrapado por varios brazos de mujeres diciendo ser sus esposas, por más que preguntará por el nombre de su único esposo solo recibió miradas desconcertadas y susurros entre ellas; "¿Es otra de sus recaídas?" "Nuestro Señor volvió a olvidar" "Olvidó a la escoria esa" "¿Dónde está Liu MingYan?"

Apretando la espada nuevamente Luo Binghe trato de disipar esos recuerdos, el cómo todo fue picada con la noticia.

No era el momento de sacar sus propios demonios.

•••

Dió el primer golpe, alejó por completo a ese otro que insinuaba llevarse a su esposo, y solo el suave toque de este pudo mantenerlo relajado para no caer en la tentativa de arremeter desenfrenadamente con el contrario.

Intercambiando vistazos para asegurar la seguridad del contrario pueden calmar el latir de sus corazones.

—Ahí van otra vez, encerrándose en su burbuja. Shizun, puedo ofrecerte todo lo que pidas y aún sigues sin estar dispuesto.

Con indignación vio al otro medio demonio, solo oírlo llamar así a Shen QingQiu avivó las ganas asesinas en él.

—Debes entender que no todo en la vida se conseguirá.


—Shizun. Shizun. Shizun. . . ¡Shizun!

Su figura no se encontraba dentro de su campo de vista por más que intentó moverse.

No otra vez.

En cambio encontró otra figura a la distancia, el subordinado de su mano derecha, el hermano marcial de su esposo, el señor de la cumbre An Ding; Shang QingHua, quién parecía querer huir al momento que cruzaron miradas. Poco tenía en cuenta Luo Binghe de la aterradora expresión que tenía y como su aura, capaz de destruir toda si quisiese, era muy imponente.

—¡Tú! —Exclamó, un impulso bastó para acercarse. —Debes saber a dónde fue Shizun.

Su paciencia estaba al límite, con desesperación miró, la mano que sostenía a Xin Mo se tenso por no oír más que balbuceos. Este se encontraba temblando por su vida, algo que ignoraba el Lord Demonio.

—Señor… Verá que este no, no… —su voz caía con cada palabra y eso enfureció más al contrario. Cuando el maestro del pico An Ding elevó la mirada con valentía forzado vio que esta se evaporó en segundos.— ¡BingGe desaparece!

Solo un instante para comprenderlo, se impulso a la dirección del otro y mando a Xin Mo.

Xin Mo, intacta sin ninguna pieza perdida hizo un corte en el aire y creó un portal. Una silueta familiar parecía caer entre los brazos de aquel sujeto, su espada paró a centímetros de llegar a tocarlos.

Era Shen QingQiu.

Luo Binghe estaba harto de ese doble hasta este punto, cada ataque era recibido con la misma fuerza a pesar de que ese otro estaba herido más que él no encontraba una manera de acabarlo. La frustración solo iba siendo un peso dentro de él.
  

•••

Sha Hualing había sido enviada al flanco derecho en busca de regresar y llevar con ella a los demás demonios, en otras palabras Luo Binghe no vio necesaria la participación por ahora y por este motivo busco la salida más efectiva para el grupo que trajeron. Solo ahora hubo un ligero cambio en sus planes.

El rey demonio del norte igualmente no se encontraba disponible, recordaba haber sentido un aura que llamó su atención, él pidió permiso para encargarse del asunto y desapareció. Tanto su mano derecha e izquierda se hallaban ocupadas.

Bajo la mirada y con ello bastó infundir el miedo en su opción más cercana.

—Cuídalo o mueres.

Demandó, Shang Qinghua sabía que no dudaría en hacerlo, su vista descendió al Shen QingQiu inconsciente que era amordazado y retenido con las cuerdas atrapa deidades. Extrañamente algo hizo que no pudiera apartar la vista.

•••

No es necesario una presentación cuando su sola presencia hace girar por un instante al par de demonios. Sin tardar un ser vistiendo ropas más rojas que el arce, piel tan clara como la nieve. . . ¿Por qué seguir describiendo la belleza de un ser que es poco crucial para el par de demonios celestiales?

Continuaron con su propia pelea.

Un instinto de supervivencia bien desarrollado se activó al oírse aleteo, tras el tintineo de unas hermosas mariposas, evocaron episodios cuando aún residían en el Abismo sin fin para ambos del nombre Luo.

Aterrador, no había mejor palabra para describir la monstruosidad que consumía sin parar y cada vez se acercaba. Un río de sangre tocaba la punta de sus zapatos, sus heridas apenas iban curándose y su energía se agotaba. 

Inhala y exhala, calma el ruidoso retumbar de tu corazón si no quieres ser encontrado.

Quería regresar. / Quería hacerlo pagar.


Con un salto ambos se alejaron de la amenaza mas no detuvo las explosiones que siguieron como una cadena hacia ellos, cubriéndose con un manto de su energía pudieron protegerse de gran parte del impacto, prácticamente mostrando las mismas expresiones giraron a ver al nuevo individuo en la arena.

—¿Quién es el verdadero Luo BingHe?—Con petulancia se dirigió, uno más que el otro reaccionó a ello y el otro no espero hasta apreciarlo.

Encestó el golpe. Xin Mo vibró extasiada por la arremetida directa después que las anteriores les fueron negadas. Un gruñido de dolor salió de los labios de BingGe, hundiéndose en su estómago, el cual tembló por unos segundos ante la sorpresa. Fue donde ambos cruzaron miradas; uno sonreía triunfante y el otro frunció el ceño de enojo. La sangre no demoró en resbalar al sacar la espada, oyó toser al contrario, volvió a insertar a Xin Mo. Esta espada arremolino una nube de energía resentida a su alrededor que posiblemente dejarían secuelas, ellos mejor lo sabían.

Saliendo del aturdimiento BingGe gruñó y tiró un puñetazo en la mejilla del contrario sin opciones para esquivar, el sonido del choque de pieles hizo temblar a cierto humano.

No querían ceder, ninguno lo haría y lo sabían.

Escupiendo sangre a un lado de las botas contrarias, volvió a sonreír y sin pestañas logró hacer un movimiento para soltarse. Usando como trampolín el abdomen contrario se impulsó y alejó.

Sus túnicas revoloteaban, descendió a una distancia considerable con la idea de volver a la brevedad mas no espero que la herida no dejará reaccionar a su medio de curación. 

•••

Y despertó.

Shen QingQiu elevó la mirada y con incertidumbre vio directamente a Shang QingHua como si un verdadero fantasma apareciese frente a él, no dejó de verlo a pesar de la insistencia de Luo Binghe y ante ello el señor del pico An Ding no podía dejar de temblar de horror interno.

El Lord demonio elevó una ceja de incertidumbre al notar como su esposo todavía cargaba con esas cuerdas.

Un descuido después; Shen QingQiu terminó por alejarse, dejar de apoyarse en él y caer hacia atrás. Con reflejos rápidos Shang QingHua pudo atraparlo y volver a mantenerlo junto a él, morir era morir bajo la mirada de Luo Binghe sí lo atrapaba o no. El olor a vinagre se olía desde hace mucho.

—Alejate.

—Shizun, este discípulo falló en protegerte y necesita que vayamos por alguien que pueda revisar tu estado.

—¿A qué tratas de jugar esta vez?

El loto ennegrecido avanzó unos pasos y el Señor del pico Qing Jing trato de retroceder sin buscar llamar la atención. Mantuvo una postura recta, alzándose a pesar de la situación envuelta, la fría mirada de un inmortal fue construida delante de ellos.

—Shizun, Shizun, ¿Estás enfadado con este Binghe? Aceptaré cualquier casti- ¡Shizun!

Quiso acercarse y quitar las cuerdas pero no esperó la reacción de Shen QingQiu, como si sus toques quemarán lo fulminó con la mirada para retroceder nuevamente.

—Alejate, bestia. Acaba con esto de una vez, ¿Shizun? ¿Siquiera puedes pronunciar esa palabra así? —Escupió con desprecio y sonrió con burla—. Olvidó que tan retorcido puedes ser, seguirás y seguirás, ¿Ahora reviven muertos?

Fue desconcertante el panorama, ver al solemne Shen QingQiu atacar una y otra vez con palabras mordaces a su esposo.

Para Luo Binghe fue un golpe directo, no entendía a qué se refería, dentro de él supo que algo andaba mal. Lo sabía mas no quiso ver la posibilidad, quería arraigarse a la idea de una consecuencia que causó ese otro él.

• • •

Sostuvo el muñeco entre sus manos con cuidado, se encontraba perdido no sabía qué hacer exactamente a continuación, volvió a ver a Shang QingHua que se escondía atrás de su segundo al mando.

—¿Y en qué momento el efecto acaba?—lo oyó dirigirse al nuevo individuo.

—Durará tanto como desee—Hua Cheng respondió para volver a mirar a otro lado.

—...

Silencio.

No pudo seguir más, inhaló y exhaló en estas situaciones Shen QingQiu instruyó para que no vuelva a perder el control. Dolía no saber nada pero no era motivo para fallarle, todavía no era el momento y él sabía.

—¿Tienes una idea de lo que está ocurriendo? —Pregunto sin acercarse al cultivador pues en este momento tenía un escudo.— Recuerdo perfectamente a Shizun sugerir una vez que Shang-Shishu tal vez tenga respuestas y soluciones para este.

—Que ese no es el Shen QingQiu de este universo, Shen ori- es ¡Shen Jiu! Viene con ese otro Luo Binghe. Al principio note diferencias pero mis sospechas terminaron por ser ciertas.

Ligeramente frunció el entrecejo al oír aquel nombre y Xin Mo volvió a susurrarle.

—Shang-Shishu, algo que este señor no sepa.

Vio al hombrecito salir detras de su escudo, traía resguardando con el dos muñecos más.

Extra:

Shan QingHua Internamente: ¡HERMANO PEPINO! ¡ALGUIEN! ¡AYÚDEME! ¡ESTE SILENCIO ES TAN INCÓMODO!

*Llorando internamente*

→¡Sigo viva!

→¡Wow! Sigo viva, ahora más que nunca con los ánimos de la tercera temporada de MDZS y la confirmación de Scumbag System segunda temporada. ¡Bendito presupuesto que obtuvo! ¿A alguien más le dió un ataque al ver el rediseño de Luo Binghe?

→Creo que deje con más preguntas que respuestas pero tampoco es que tengamos al personaje correcto para ser iluminados.

→Avión-Juju iluminame.

→Tengo mucho material eliminado en este capítulo. Sacar, meter, agregar y volver a sacar. Espero algún día agregarlos como extras.

→Voy a hacer nuevos separadores.

°Sugerencias→

Hasta la próxima actualización_

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