Una vez más me sentí vulnerable, desprotegida y observada.

Alguien había enviado un mensaje, un desconocido para ser exactos, y no tengo ni la menor idea de que es lo que quiere.

¿Quién eres? Le escribí de regreso.

No volvió a haber una respuesta de ese número, y realmente nada raro había ocurrido después de aquello.

Había pasado al menos una semana y media, las cosas con Jos iban de maravilla. Salíamos a pasear cada que podíamos y pasábamos las tardes juntos mirando viejas series de televisión, mirando las estrellas en el techo de la casa de Jos e incluso hasta siguiendo tutoriales de cocina para preparar pasteles.

Recuerdo esa semana como lo mejor de mi vida. Aunque lo qué pasó después de eso, no fue algo memorable. A decir verdad, fue el comienzo del fin de todo aquello que conocía.

Comenzó con una llamada por parte de la abuela materna de Jos, estaba enferma. La familia Canela tuvo que ir de imprevisto a Colorado, fue difícil despedirme de Jos,aún lo recuerdo.

— Promete que estarás bien. —murmuró mirándome.

— Jos, lo importante es tu abuela, no te preocupes por mí ahora.

— Promételo, princesa.

Había comenzado a llamarme así días atrás, era algo totalmente lindo, y sin duda cada que lo decía, mi corazón latía más rápido.

— Lo prometo. —sonreí y él besó mis labios, cubriendo mi sonrisa con estos.

Después de aquello, miramos la luna y las estrellas hasta tarde.

Y al día siguiente, Jos se fue.

Prometió llamar cuando llegara a Colorado, luego llamar cuando estuviese en casa de su abuela y finalmente llamar en la noche. Y lo hizo todo sin falta.

— Está muy grave... —susurró seguramente con unas cuantas lágrimas en sus mejillas.

— ¿Va a mejorar? —pregunté con un nudo en la garganta, conocía bien a la abuela de Jos, ella nos cuidaba de niños. Era incluso mejor abuela que la mía.

No hubo respuesta por parte de Jos, entonces supe la respuesta.

— Es Cancer Terminal.

— Oh... —susurre y sentí como mi corazón se partía en dos.

Lo escuché sollozar.

— Quisiera que estuvieras aquí, ahora, conmigo. Te necesito.

Tome aire y mordí mi labio con nerviosismo.

— También te extraño... —murmure.— pero ahora debes ser fuerte, ¿bien? Por tu mamá, tu hermana... por tu abuela.

— Lo se. Es sólo que no se si pueda con esto.

— Claro que puedes, sólo no te rindas ahora.

Hubo un pequeño silencio en la línea.

— Te amo, princesa.

— Te amo, Jos.

Y lo que debían de haber sido dos semanas de viaje se extendió a tres. El doctor había dicho que probablemente la abuela de Jos moriría a finales de ese mes, y ellos decidieron quedarse el tiempo necesario.

Mientras que por otro lado, en la escuela no me estaba yendo tan bien. Tenía malas notas, y es que no podía concentrarme, diariamente recibía notas anónimas sobre Jos y yo. Idioteces solamente.

Hasta que llego un Jueves. Era un Jueves del mes de Mayo, el timbre había sonado y como era de costumbre, los alumnos salían despavoridos y totalmente alegres de no tener que estar un segundo más en clase.

Yo estaba en mi casillero, guardando unos cuantos libros, hasta que noté un pequeño papel de color rosa brillante, pegado a uno de mis cuadernos, tenía algo escrito.

Deja de ser tan mojigata, se que te abres de piernas en cuestión de segundos. Zorra. Leí

Arrugue enfadada el papel y lo metí bruscamente en mi mochila. Cerré con fuerza el casillero y pude ver lo que había detrás de la puerta de este.

Quise salir corriendo por un momento, pero mis piernas no me correspondían y solo pude quedarme quieta.

— Hola.

Logan Riggs, maldito hijo de perra.

Sonrió como siempre lo hacía, y se recargó en los casilleros.

Tome aire y me di la vuelta, dándole la espalda para poder salir del Instituto.

El corrió y se interpuso en mi camino, haciendo que chocara levemente contra su pecho.

— Espera.

— ¿Qué? —pregunte irritada.

— Se que estas enojada conmigo por lo de la última vez, pero...

— ¿Enojada? ¡Eso ni siquiera se acerca a cómo me siento ahora mismo! —interrumpí.— Aléjate de mi.

Intenté apartarme pero él volvía a impedirme el paso, y eso me estaba sacando de mis casillas.

— Quítate o comenzaré a gritar.

— Ecuchame primero.

— No, eres repugnante.

— No pensabas eso antes, ¿cierto?

— Vete al infierno. —farfulle y seguí caminando.

— ¡Lo siento! Por favor, no te vayas. —suplicó tomando mi muñeca.

Lo miré sin ninguna expresión y sabía que si no lo dejaba decir que lo que sea que quería decirme,nunca iba a dejarme en paz, así que sólo me quede en silencio.

— Escucha, se que fui un completo idiota la otra vez, que te lastime tanto físicamente como emocionalmente y déjame decirte que lo lamento mucho. Por favor, déjame arreglar las cosas, quiero pedirte perdón.

No dije nada y él pareció enloquecer.

— Dime algo por favor.

— ¿Qué carajos quieres que diga? Eres un maldito loco, la última vez que te vi casi pierdo la conciencia. —y la virginidad...

— Y no sabes cuanto lamento eso, yo había tomado y no me encontraba bien en esos momentos, tenía problemas familiares. —agachó su cabeza, mirando al suelo.— No era yo...

Lo miré sin saber que decir, no sabía si creer en él, que yo recuerde, nada bueno había salido de estar con él.

— No lo sé. Lo qué pasó en la fiesta... —suspire.— no quiero ni recordarlo.

— Déjame recompensartelo, por favor. —comencé a negar con la cabeza y él enseguida habló antes de que yo pudiera decir algo más—   Ven a mi casa hoy en la noche, cenaremos algo y platicaremos. Prometo que seré yo, el dulce Logan que conocías.

— No, no creo que sea correcto. —dije negando con la cabeza.— Estoy con Jos.

— Sera sólo como amigos. —insistió.

Su sonrisa era convencedora, pero yo aún no tenía una respuesta clara. No sabía si era correcto ir con él después de lo que había pasado, no sabía si era seguro, además, si Jos se enterara seguramente se molestaría.

— Te avisaré más tarde. —dije finalmente, él sonrió y yo pude seguir mi camino a casa.

Y fui tan estupida en no decirle que no desde un principio.

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Psd: Creen que debería ponerle un nombre a mis seguidores? 🌚👌

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