Cita

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Misión primera cita: No arruinarlo completamente.

Ambos chicos hablaron por teléfono durante toda la semana, algunas veces de como fue su día y otras sobre la cita que tendrían el sábado. Bon estaba demasiado nervioso, hace media hora que estaba listo y en algunos minutos saldría a buscar al pelimorado. Su plan era llevarle a una cafetería, luego irían al parque de diversiones como cualquier pareja cliché y, por último, a una función de rock que daba una de sus bandas favoritas; una gran y hermosa coincidencia.

Cuando finalmente los relojes estaban cerca de marcar las cinco de la tarde salió en dirección al departamento de Bonnie, no quedaba demasiado lejos y solamente tendría que doblar una vez cuando estuviera frente a una farmacia. Pero el destino, o quizás la torpeza del moreno, le llevó por otro camino.

¿Quién pone dos farmacias tan cerca? 

Ahora Bon estaba completamente perdido, ya pasaban de las cinco y no tenía ninguna idea de como llegar hasta la casa de su amado. Siguió caminando sin rumbo hasta que vio su salvación, allí, al otro lado de la calle estaba Foxy que caminaba tomado de la mano con un castaño.

¡Era Freddy!

....

¿Foxy se está besando con Freddy? 

Cuando los dos chicos se separaron el más bajo le vio por sobre el hombro del pelirrojo, le saludó con la mano y Bon algo incómodo se acercó.

—¿Qué haces tú aquí? ¿No tendrías que estar con Bonnie?— preguntó Foxy apenas le vio, el moreno asintió nervioso y se dirigió al de ojos azules creyendo que este no le golpearía en ninguna de sus partes.

—Freddy, ¿cómo puedo llegar a la casa de Bonnie?

—¡¿Te perdiste?! ¡Eres un imbécil!— exclamó el pelirrojo notablemente enfadado intimidando levemente a Bon, contrario a Freddy que comenzó a teclear en su celular; se notaba a leguas que estaba acostumbrado a los enojos del gran zorro.
Pronto el teléfono del peliturqueza sonó, este miró su celular y sus ojos centellearon en alegría; era una ubicación de Google Maps con todo un camino trazado.

—¡Corre, ve por tu amado!— alentó Freddy y el moreno comenzó a correr, de vez en cuando miraba su celular para cerciorarse de que iba en buen camino y en unos minutos ya estaba frente al departamento de los mejores amigos.
Bon se miró por el reflejo de su celular y comenzó a arreglarse el pelo, decidió peinarlo como el otro día de la fiesta y con la pequeña maratón que dio él solo se había despeinado un poco bastante.
Cuando sintió que estaba listo fue a golpear pero la puerta se abrió de improvisto mostrando a Bonnie. Tenía una trenza cocida del lado derecho y del izquierdo su pelo estaba suelto dejando parte de su flequillo, vestía una sudadera negra con un pequeño conejo rosado en el lado derecho del pecho, sobre su corazón. En la parte inferior llevaba un jean de mezclilla roto en las rodillas y algunas partes del muslo que estaba doblado dejando a la vista parte de sus tobillos, calzaba unas zapatllias Adidas court y una pulsera en su tobillo izquierdo.

—Lamento la tardanza— se disculpó apartándose para que el contrario pudiese cerrar con llave el departamento, Bonnie negó alegando que no había problema y el moreno pudo leer que en la espalda la sudadera tenía escrito "Sorry, Jungkook is mine".

—¿Jungkook?— preguntó Bon divertido cuando comenzaron a caminar, el pelimorado rió levemente y sacó el celular de su bolsillo trasero desbloqueándolo en el proceso.

—Es un integrante de una banda surcoreana llamada Bangtan Sonyeondan— dijo mientras mostraba su fondo de pantalla, allí había un chico castaño que sonreía mostrando unas grandes paletas. Siguieron caminando mientras charlaban de cualquier cosa y finalmente llegaron a la cafetería.

—Es un lugar muy lindo— comentó Bonnie a la vez que se sentaba, estaban en una mesa junto a la ventana que les daba una gran vista al parque; lugar que frecuentaban en su adolescencia.

—Suelo venir aquí con Joy desde que lo inauguraron— explicó el moreno admirando el brillo de los ojos carmesí del pelimorado, aquellos que ahora le miraban fijos sumiéndole en la profundidad de estos; aunque la mesera llegó para interrumpirles.

—¿Qué desean ordenar?

—Un café, una malteada de vainilla y dos porciones de tiramisú italiano— ordenó el moreno sin necesidad de revisar el menú, le devolvió a la chica el cartón con una sonrisa y cuando miró a su cita se quedó sorprendido por el semblante de este.

—¿Qué?

—¿Recuerdas eso?

—¿La orden? Siempre pedías lo mismo, así que supuse que te seguiría gustando— murmuró mirando sus dedos entrelazados sobre a mesa pero se vio obligado a levantar la mirada al escuchar la tenue risa de Bonnie.

—Me gusta que recuerdes eso— aseguró el pelimorado acariciando su mano.

El contraste en pieles era notable, Bonnie era de tez muy pálida y Bon de una morena, pero a ellos esta diferencia les resultaba agradable. Siguieron hablando con sus manos aún tomadas pero se separaron cuando alguien carraspeó a su lado, se trataba de la mesera que había vuelto con su pedido y les miraba con el ceño fruncido.

—Les pediría por favor que no hagan eso, incomodarán a los otros clientes— dijo la mesera luego de haber dejado el pedido y se fue.

—Lo siento— se disculpó Bonnie.

—¿Porqué?

—Yo tomé tu mano, odio.....solo no me gustaría que te hagan sentir incómodo— murmuró el pelimorado con la mirada baja.

Primer fallo.

Ambos hombres caminaban en dirección al parque de diversiones, apenas el moreno mencionó la idea Bonnie quedó entusiasmado.

—¿Podríamos subir primero a a montaña rusa?— preguntó el pelimorado.

—Solamente si por último subimos a la rueda de la fortuna.

—Es un trato.

Los dos rieron y miraron alegres los juegos mecánicos que se alzaban frente a ellos, en la otra dirección había una feria y algunos puestos de comida rápida y dulces.
Como habían acordado luego de comprar varios boletos fueron directo a la montaña rusa sentándose en quinto lugar detrás de una señora y su hijo. El juego enseguida comenzó y los gritos eufóricos comenzaron a escucharse, Bonnie alzaba con entusiasmo sus brazos mientras que el contrario se agarraba con fuerza de una barra frente a él. Bon no entendía como el chico podría estar tan feliz pero al ver su rostro una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios.

Pasados algunos minutos el juego terminó y todos empezaron a bajar, el moreno se había agarrado del hombro del más bajo debido a que estaba algo mareado, contrario a Bonnie que sonreía y respiraba agitado ante la adrenalina que había sentido.

—Esto fue emocionante— soltó el pelimorado mirando al más alto, este le sonrió y pronto quedó sorprendido. El niño de delante sin siquiera haber bajado del juego había vomitado sobre su camisa, ensuciándola y empapándola completamente. Miró con el ceño fruncido a la mujer que ya se estaba yendo con su hijo sin, al menor, haberse disculpado.

Segundo fallo.

Bon seguía refunfuñando caminando junto al mayor, este estaba algo nervioso ante el mal estar del otro y se sentía mal al no tener ni idea de como ayudarle o hacerle sentir mejor.
De pronto Bonnie se tuvo que voltear al sentir como su acompañante paraba, este metió la mano en un bolsillo de la camisa y sacó una cosa media viscosa.

Tercer fallo.

—Planeaba llevarte al concierto de esta noche, pero los boletos se arruinaron con el vómito— explicó Bon mientras dejaba el control remoto sobre la mesa ratona.

Los dos guitarristas estaban en la casa del menor sentados en el sillón, cada uno tenía una manta sobre sus hombros y una taza de té humeante para disfrutar mientras miraban el concierto en la televisión.

—No sé qué piensas, pero para mí esto es muy agradable— confesó el pelimorado ganándose la mirada del moreno, este ya estaba sonrojado y tragó en seco cuando Bonnie se acercó un poco.

—¿En serio te gusta?— preguntó tartamudeando.

—Me encanta, maestro.

Bonnie besó su mejilla y se separó, ambos se sonrieron y el más bajo dejó su taza en la mesa para acomodar su cabeza en las piernas del moreno que comenzó a acariciar su cabello.

—¿Cómodo?

—Demasiado.

Conclusiones de la primer cita: No fue como esperaba, pero todo quedó perfecto.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro