Capítulo 18

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

¡Holiwis! Un saludo a todas las hermosas personitas que se leen esta historia, muchas gracias por su apoyo y por acompañarme en cada actualización. Gracias también a todos los nuevos lectores que se han incorporado, soy muy feliz de tenerlos por acá.

Hoy se viene un poquito de salseo, jeje. Solo un poco, así como unas sorpresitas para el Kukencio de parte del Jimeno. Espero les guste.

Mis ojos se cristalizaron. Amo que se tomara todas estas molestias por mí; por mostrarme su mundo y lo encantador que es. Sin embargo, más que nada, me duele saber que no podré entrar a ese mundo por más que lo desee.

—Minnie, gracias... —Un nudo se ha hecho en mi garganta—. Pero, sabes que yo no...

—No digas más. —Puso su dedo índice en mis labios—. Te dije que los sueños no han terminado. —Me mostró un sobre.

—¿Qué es esto?

—Es algo que he esperado todo el día para mostrarte, mas quería esperar a que vieras el musical antes de decirte de qué se trataba.

—¿Y de qué se trata?

—Compruébalo por ti mismo. —Me sonrió y me acercó el sobre.

El papel tiembla en mis manos. Las lágrimas han nublado mi visión después de un par de líneas. ¿Esto es real? El encabezamiento del documento fue el detonante de mi sonrisa: "Plan de becas para Academia de Artes de Seúl". Esto es más de lo que puedo soportar, las palabras casi no pueden abandonar mi garganta a pesar de lo mucho que quiero agradecerle.

—Minnie..., yo. No imaginas cuánto... significa esto para mí. —Recosté mi cabeza en su hombro y mis lágrimas comenzaron a humedecer su hombro.

—Lo sé, Kookie. —Acarició mis cabellos con una de sus manos y con la otra palmeó mi hombro—. Tu mirada el día de hoy me lo dejó claro.

Estaba demasiado sumido en mi felicidad, solo pensar que tantas experiencias inolvidables han tenido lugar en un solo día y todas sean gracias a una persona; gracias a Park Jimin, me llena.

No pude aguantar más. Hice uso de mi flexibilidad para quedar a horcajadas sobre él y lo besé apasionadamente. Mis manos revolvían sus cabellos y sujetaban su nuca, marcando un ritmo cada vez más intenso. Él respondió a la situación agarrando mi cintura. Acaricia mi espalda con deseo y posesividad, succiona mi lengua con fervor. Jadea, gime, ronronea. ¡Santo cielo! Cada uno de los sonidos que emite se convierte en pulsos eléctricos que se transmiten automáticamente a mi entrepierna.

Estoy loco por él. Hace poco más de un mes que nos conocemos y siento como si el tiempo que hemos pasado juntos representase un gran por ciento de mi vida.

He detenido el beso repentinamente. Una idea se ha instaurado en mi cabeza, la duda me ha hecho quedarme mirándolo expectante.

—Jimin..., hay algo que quisiera preguntarte —dije, aún con la respiración entrecortada.

—¿Qué pasa? —Puedo ver la confusión en su rostro.

—¿Por qué haces esto por mí?

—No entiendo el significado de tu pregunta. —Alzó una ceja.

—Está más que claro, pero, igual cambiaré el enfoque. ¿Me has dado un trato preferencial por ser tu pareja? Quiero cumplir mi sueño, pero quiero hacerlo valiéndome de mi propio talento, no usando contactos. Quiero que todos me vean como Jeon Jungkook, no como el novio de Park Jimin.

Se echó a reír. No comprendo nada.

—¿De qué te ríes?

—De que al parecer te has emocionado tanto que no has leído el documento hasta el final. Te he dicho que comprendo el peso de este sueño para ti. ¿Crees que lo mancillaría de esta manera?

—¡¿Qué?! —Comencé a leer de inmediato hasta que llegué a la parte que, supuse, se refería que obvié y la leí en voz alta—. "El candidato deberá realizar una pasantía de dos semanas con un tutor de la academia hasta ser evaluado por una comisión que decidirá si es o no apto para comenzar el curso escolar siguiente como becario".

—Será tu esfuerzo y tu capacidad lo que decida todo. Yo solo te apoyaré desde las sombras. No te estoy dando un trato preferencial porque seas mi novio y te quiera. —Se sintió demasiado bien escuchar eso—. Este es uno de los métodos que empleamos para otorgar becas cuando encontramos un talento que deseamos cultivar. Tú eres el mayor talento que he visto en los últimos años.

—Yo... lo lamento. No debí dudar de ti, me siento tonto por esto.

—No, no lo eres. —Besó el recorrido de mis lágrimas y las fue secando con sus labios—. Que hayas tomado esta postura me corrobora tu pasión y perseverancia; me deja ver que no quieres utilizarme. —Sonrió y unió nuestras bocas otra vez.

—Gracias —susurré en su oído, intentando ocultar mi sonrojo.

—Siempre es un placer.

—Entonces, ¿serás mi profesor?

—Así es, pero la pasantía no comenzará ahora, hay varios meses de por medio para ello. Seguramente necesitas hablarlo con tu familia.

—Hoy mismo lo haré, no te preocupes por eso. Seguro estarán tan felices como yo. —Amplié mi sonrisa.

—Te veo emocionado. Te advierto que mis métodos de enseñanza son espartanos.

—Si ese es el caso, podría volverme masoquista —dije travieso.

—Cuidado con lo que deseas. —Apretó una de mis nalgas.

Había dejado de darle importancia a la comprometedora posición en la que nos encontrábamos. La conversación había desviado mi atención. Este contacto atrevido me ha devuelto el fuego. Me disponía a devorar sus labios una vez más cuando escuché mi celular sonar. Mi vida hoy había sido de película, sí, pero, ¿por qué también tuvo que incluirse la escena donde el teléfono interrumpe las buenas escenas?

—Hola —respondí la llamada disimulando mi sofoco.

—Jeon Jungkook, ¿tienes idea de qué hora es? —Nada mejor que el regaño de tu madre cuando estás encima de tu novio.

—Lo lamento, todo fue tan increíble que acabé perdiendo la noción del tiempo —alegué con sinceridad. La escuché suspirar.

—Sé que fuiste autorizado por el club de tu escuela a realizar esa visita a la academia. No me negué porque sé lo mucho que significa para ti; mas creo que has demorado demasiado.

Fue entonces cuando recordé que había mentido descaradamente, tanto en la escuela como en casa, para poder cumplir mi objetivo.

—No te preocupes, ya voy de regreso, llegaré en un rato. Nos vemos. —Colgué.

—Eres un chico malo y mentiroso —se burló Jimin.

—¿Escuchaste? —Quizá el silencio del ambiente permitió que las palabras de mi progenitora fuesen escuchadas más alto de lo que pensé.

—Lo suficiente como para saber que no podemos seguir en lo que estábamos. —Me agarró ambos glúteos.

—¡Oh! —Arqueé mi espalda—. No estás ayudando.

—Es tu castigo por mentir.

—Mmmm, pues podría seguir siendo un chico malo para recibir estos castigos. —Mordí su labio inferior y lo succioné. Me bajé de su regazo y regresé al asiento del copiloto—. Hora de volver.

Él solo sonrió, hizo un gesto de negación coqueto relamiéndose el labio y arrancó el motor para ponernos en marcha una vez más.

El fluff continúa, jeje... Disfrútenlo mientras dure. Me callo XD.

Chao chan 😘

Nos leemos el miércoles.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro