Capítulo 19

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¡Holiwis! Segunda actualización de la semana. He tenido las cosas complicadas con los estudios, pero igual pude sacar tiempo para dejarles el capítulo.

Un saludo especial a todos los nuevos lectores, espero les esté gustando la historia y la disfruten tanto como yo.

Estábamos a un par de cuadras de mi casa. La temperatura en el vehículo se elevaba con cada caricia que nos dábamos. Los besos apasionados no se detenían y Jimin jugaba coqueto con mis cabellos cada vez que nos deteníamos para recuperar el aliento. ¿Cómo podía alguien besar tan bien? Siempre me han dicho que soy un buen besador, pero este hombre me supera.

—¿No es hora ya de que regreses? Tu madre se enojará.

—Esas palabras serían más convincentes si no me acercaras a ti cada vez que creo que vamos a detenernos.

—¿Te molesta? Si es así, puedo parar. —Sonrió coqueto.

—Nadie ha dicho eso. —Lo besé.

—No tengo la culpa de que tus labios sean tan adictivos.

—Al menos tú eres adicto solo a mis labios. Yo me estoy volviendo adicto a todo de ti. —Pude observar cierto cambio en su expresión cuando dije esto. ¿Le incomodó ese comentario?—. ¿Qué sucede?

—¿Eh? Ahhh, no es nada, solo mi mente se distrajo pensando en unos papeleos que olvidé que tengo que ordenar para mañana. —Acaba de desviar el tema—. Los cierres de trimestre son complicados, más para el último año. Luego de las vacaciones estarán ocupados.

—¡Cierto! —exclamé—. ¿Tienes planes para las vacaciones de verano?

El brillo en mi mirada y la emoción en mi expresión deben haberle dejado claro que estoy preguntándole por chances de planear alguna cita en nuestros descansos. Es preocupante este silencio que acompaña su duda antes de responderme, siento como si barajara posibilidades.

—En realidad, suelo tomar las vacaciones para... —Rayos, no puedo ocultar la decepción en mi rostro—... Olvida lo que dije, dame un par de semanas después de que el verano comience para organizar lo que me queda pendiente y planeamos algo, ¿ok? —Sonrió comprensivo y me besó en la mejilla.

—Gracias. —Me sonrojé—. Lo lamento.

—¿Por qué te disculpas?

—Porque soy despistado, pero no tanto. Sé que debes estar ocupado y aun así has cedido a mi petición egoísta.

—No eres egoísta. ¿Crees que prefiero estar trabajando que tener una cita con mi novio favorito?

—¿Tienes otros novios además de mí?

Traté de escucharme seguro y sarcástico, pero solo pude hablar bajo y mirarlo con cara de perrito abandonado. Sé que es un comentario bromista, no hay nadie aparte de mí..., ¿o sí? ¿Por qué me surgen estas dudas? Y, lo que es más, ¿por qué pregunto esto? Creo que soy adicto a cavar mi propia tumba.

—Por supuesto que tengo varios novios. —dijo con seriedad. Mi corazón acaba de dar un vuelco—. Estoy saliendo con una galleta caníbal mega celosa; con un virus de la felicidad que no hace más que sacarme sonrisas; con un Kookie sensual de voz preciosa; y, acabo de ser flechado con un príncipe cachorro que me mira con la carita suplicante más linda del universo. Aunque, mi novio favorito se llama Jeon Jungkook; él es todo lo anterior y más. Él es mi todo, y yo soy el suyo.

Que terminara su frase con las mismas palabras que usé yo después de dedicarle Euphoria, ha hecho demasiadas emociones y sentimientos quedar a flor de piel.

No tengo palabras para contestar a lo que acabo de escuchar. Mi rostro está ardiendo y mi boca está abierta sin pronunciar nada. Este hombre parece sacado de una película romántica, de esas en las que el personaje principal dice la frase correcta y que su pareja quiere escuchar. Tal vez hayan personas que encuentren este tipo de detalles melosos en exceso y hasta vergonzosos; para mí, estas experiencias son un tesoro, ¿qué tiene de malo querer sentirse amado; sentirse como esas protagonistas afortunadas de la televisión? No creo que sea erróneo demostrarse amor de todas las maneras posibles. Quien siente aversión, seguramente, en el fondo, está lleno de envidia.

—Ya es... hora de que regrese —dije antes de besar rápida y tímidamente sus labios y salir disparado del interior del auto.

—Kookie —me llamó antes de que me alejara. Yo volteé al escuchar su voz—. Que descanses, hablamos mañana.

—Tú igual.

—Te amo. —Esas dos palabras y su guiño travieso fueron todo lo que necesité para permanecer estático observándolo alejarse.

Al entrar en casa, mi sonrisa se extendía de una de mis orejas a la otra. Mi mundo de ensoñación se había convertido en realidad en un día. Lo que comenzó como una tensión sexual mal disimulada hace un mes, es ahora mi tesoro más grande. Mi expresión cambió al ver a mi madre cruzada de brazos en el salón principal con un par de tazas de café, no era tan tarde, mas obviamente estaba ahí esperando por mí, menos mal que no traigo puesto el traje que Jimin me compró, ahí si nadie me libraba del interrogatorio.

Yo solo toqué el sobre en mi bolsillo, sonreí en su dirección y me acerqué para entregárselo. Leer el contenido la dejó perpleja, tartamudeó sin saber por dónde empezar a preguntar. Yo solo le di una explicación somera de lo ocurrido. Las lágrimas de felicidad se escurrían por sus mejillas mientras sonreía y me miraba con satisfacción.

—¡Ese es mi hijo! Estoy tan orgullosa de ti. —Me abrazó entre lágrimas—. No sabes cuánto me alegra que tu talento te haya abierto las puertas a tu sueño.

Pude notar un deje de tristeza y arrepentimientos en su tono de voz. Le dolía que nuestra situación económica no hubiese sido la mejor y no haber podido permitirme estudiar lo que quería. Ella siempre se recriminó por eso y más, lo sé. Siempre intenté hacerle entender que no me importaba; que sabía que no estaban en contra, solo se escapaba de sus manos. Es a mí a quién hace enormemente feliz poder mostrarles que, tal y como me dijo Jimin: los sueños no han terminado.

Mi madre y yo continuábamos entrelazados en un fuerte abrazo y con lágrimas en los ojos cuando escuché unos pasos descender veloces por las escaleras. Taehyung apareció de la nada con una expresión preocupada y se acercó, con la respiración algo agitada por haber bajado corriendo.

—No te preocupes, Jungkookie. —Me abrazó—. Aquí estoy para todo lo que necesites. No es necesario que llores solo.

Vi como mamá nos miró frunciendo un poco el ceño. Obviamente, las palabras y expresión de mi amigo no se correspondían con lo que acababa de contarle. Recordé entonces que la última vez que había conversado con él estaba con mi crisis existencial encerrado en el baño de la academia. Tenía que tomar las riendas del asunto antes de que las cosas se descontrolaran.

—Tae, deja de armar teatro. Te dije que confiaras en mí; que todo estaría bien —disimulé, dejándolo confundido—. ¡Este ha sido el mejor día de mi vida! Vamos, te contaré con lujo de detalles arriba. Espero que hayas traído los snacks que prometiste. —Lo tomé de la mano y corrimos a mi habitación.

—¿Qué está pasando? ¿Dónde están las lágrimas, la baba y los mocos? —me preguntó tras cerrar la puerta.

—Tranquilo, hay mucho que contar, vamos por parte. —Me moría de ganas por explicarle todo. Era momento de rememorar las vivencias del mejor día de mi vida.

Y continuamos en el mundo fluff XD, mi melosidad no tiene límites. Creo que después de escribir tanto angst en mi otro perfil, mi cuerpo y mi mente deseaban esto, lo necesitaban.

Chao chan 😘

Hasta el próximo lunes.

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