Somi se encontraba tomando su café con el ceño levemente fruncido y Jimin, pues comía unos huevos revueltos cabizbajo.

Le había contado lo que había pasado.

—¿Cómo por qué anotas esa clase de números en una libreta?

Preguntó confundida y Jimin suspiró.

—Cambiaba seguido de celular.

Somi frunció más el ceño.

—¿Sabes qué quedan registrados en tu número?

—También cambiaba de número.

Dijo frustrado.

—Eso es algo imbécil.

Tomó otro sorbo de su café.

—Es algo tonto, pero nunca pensé que mi madre se tomaría el tiempo de invitarlos a Corea.

Somi frunció nuevamente el ceño.

—Bueno, ¿tu madre no tiene nada que hacer? La situación es estúpida.

Jimin asintió antes de hacer su cabeza para atrás.

—Ya sé.

—¿Y por qué le dijiste sobre tu pasado? Hay cosas que no se cuentan.

Jimin se reintegro y miró a Somi.

—No quería que se enterara de otra boca, si se iba a enojar, al menos que sea porque yo se lo dije, no quería mentirle.

Negó con la cabeza y Somi asintió.

—Pues si mi hermano te deja ir, es un completo estúpido.

Afirmó antes de pegarle un mordisco a su croissant.

—¿Por qué lo dices? Soy un desastre. Ni siquiera pude decir que no a esa estúpida fiesta.

Somi asintió.

—Eres alguien honesto, cualquier otro le hubiera mentido para que no se enojara, además, eso pasó hace tiempo, él tiene un problema con eso de los celos.

Somi frunció levemente el ceño con lo último.

—El no es tan celoso.

—Mmm, no lo demuestra la mayoría de veces.

Le dió un bocado a su café.

—¿Tu crees?

—Sí, además, lo de ustedes es una fuerte falta de comunicación.

Ladeó la cabeza.

—Debes ir a hablar con él.

Jimin abrió levemente los ojos.

—¿Y si él no quiere verme?

—Pues tal vez no es el hombre que quieras para una relación, las cosas se deben hablar, ¿qué es eso de darse un tiempo? Son estupideces.

Jimin la miró sorprendido.

—¿Tu crees?

Somi asintió.

—Puede ser mi hermano, pero si tuviera una pareja que no se quiere comunicar conmigo como él lo está haciendo contigo, mejor nada.

Sonrió levemente.

—Lo haré entonces.

Asintió decidido.

—Muchas gracias, Somi.

La rubia sonrió.

—No hay de qué.

[...]

S

u mirada estaba frente a la puerta del departamento del azabache, eran pasadas las ocho, se suponía que ya se debía encontrar ahí.

Estaba completamente decidido.

Sabía que no había pasado ni siquiera un día desde su tomada de tiempo en la relación, pero si no quería hablar con él, como lo dijo Somi, lo mejor era terminar, y no andar con más rodeos.

Tocó el timbre.

Por un segundo no escucho nada, pero después pude oír como la puerta se abrió y mostró Jungkook, quien enseguida se mostró sorprendido, pues no lo esperaba para nada.

—Jimin, hola.

Musitó sorprendido, y Jimin asintió con la cabeza.

—Hola...¿Será que puedo pasar y hablar de algo contigo?

Jungkook lo miró curioso y asintió, sin entender muy bien la situación.

—¿Qué te trae por aquí?

Cerró la puerta una vez ambos dentro y Jimin suspiró.

—Necesitaba hablar de algo contigo.

Jungkook vio como tomaba asiento en un extremo el sillón y lo siguió, sentándose en el otro extremo del sillón.

—Supongo que sabes de lo que se trata.

Jungkook bajó la mirada soltando un pequeño suspiro.

—Me hago una idea.

Jimin asintió.

—¿Piensas terminar conmigo, Jungkook?

Los ojos del azabache se abrieron bruscamente ante la pregunta.

¿Cómo le podía preguntar eso?

¿Acaso ya quería terminar?

—Yo r-realmente no estaba pensando en eso...

—¿Y por qué me pediste un tiempo en lugar de hablar conmigo sobre lo que te molestó?

—Yo solamente te pedí un tiempo para ordenar mis pensamientos. No estaba en mis planes terminar contigo...

Explicó.

—¿Qué pensamientos?¿De cómo te desilusionaste de mí por mi pasado?¿O te molestó que fuera muy honesto?

Preguntó con un tono apagado.

—No hablas conmigo, no puedo saber lo que te molesta si no me lo dices, Jungkook.

Dijo con un toque de desesperación en su voz.

Quería saber como se sentía, que pensaba y que le disgustaba, pero era imposible si no se lo dejaba saber.

—Es complicado, Jimin...

—Para mí también lo fue. Me costó mucho tener el valor de ser honesto contigo y contarte sobre mí. Sé que en una relación hay que ser sincero, y no quería ocultarte nada. Si lo que te dije te molestó, por favor, dímelo.

Jungkook pasó su mano por su caballo, frustrado.

—Yo...

Las palabras se le agolpaban en la mente, pero nunca encontraba la manera de sacarlas.

Simplemente no salían.

Sabía que Jimin quería que fuera honesto, que le contara lo que sentía, pero cada vez que intentaba abrir la boca, el miedo lo paralizaba.

¿Y si decía algo mal? ¿Y si lo alejaba aún más?

La inseguridad se mezclaba con los celos, haciéndolo sentir aún más pequeño.

Y mientras él esperaba una respuesta, Jungkook solo podía mirar al suelo, deseando que las palabras fueran más fáciles de encontrar.

Sentía una presión en el pecho, como si las emociones lo aplastaran por completo, y lo único que podía hacer era esperar que Jimin entendiera lo difícil que era para él, incluso si no lo decía.

—Entonces, está claro que no quieres hablar conmigo...

Dijo con un tono de desilusión que hizo que su corazón se acelerara.

No era que no quisiera hablar, sino que no sabía cómo. Sentía que cada palabra que intentaba formar en su mente se desvanecía antes de llegar a sus labios.

Las palabras de él resonaron en su cabeza...¿Estaba perdiendo la oportunidad de arreglar las cosas?

Quería gritarle que no era cierto, que lo último que quería era alejarse, pero no podía.

El miedo a decir algo mal, a empeorar la situación, lo mantenía en silencio.

Él interpretaba su silencio como desinterés, y eso lo hacía sentir aún peor.

Mientras lo veía esperar una respuesta que no llegaba, se sintió atrapado...

¿Cómo se expresaba?

Nunca, en toda su vida, se había sentido de esta manera, ¿por qué ahora?

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