Capítulo 48: "La cita" (Parte 2)

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Pov's Emma 

—¿Tuviste problemas por lo de la otra noche? —Levanto la vista hacia Alex luego de unos minutos en los que nos quedamos en silencio ya que cada uno estaba comiendo de su plato, la carne había quedado de maravilla,  se deshacía en la boca, estaba suave y fácil de masticar. Las papas... nunca había comido algo tan delicioso y si ya de antes me gustaba comerlas ahora más. 

—Algo así —Susurro con una sonrisa avergonzada. —Bueno todos estaban muy preocupados cuando llegué y tuve una larga charla con mamá —Hago una mueca. —Liam se enojó mucho y mamá lloró, de verdad me sentí mal —Confieso apoyando mis cubiertos sobre el plato, ya había acabado con todo lo que tenía dentro. Alex hace una mueca también dejando sus cubiertos y empujando su plato hacia el centro de la barra para poder apoyar sus codos en la madera. 

—¿Sigues mal con Liam? —Pregunta preocupado y niego. 

—No, pudimos hablar y... ya estamos mejor —Sonrío. —Él me ayudó a elegir mi ropa —Comento con nerviosismo y los ojos de mi castaño me repasan.

—Bueno, debo admitir que tiene muy buen gusto —Dice elevando una ceja. —Aunque si te hubieras puesto una bolsa de papás yo te hubiera encontrado sexy, digamos la verdad —Rueda los ojos y mis mejillas se encienden. 

—Me gusta mucho... —Carraspeo. —Debo admitir que me gusta mucho que digas esas cosas —Murmuro con voz llena de pena, también empujando mi plato para imitar su posición. 

—¿Que te adule? —Pregunta divertido y ruedo los ojos. 

—No —Digo soltando una pequeña risita. —
Que no te de pena decirme lo que piensas. —Explico bajando un poco la cabeza cuando sé que si lo miro a la cara no podré seguir hablando con tanta soltura. —Me gusta tu lado pervertido...—Casi mustio mi confección.

—Acabas de llamarme pervertido. —Suelta un pequeño jadeo y elevo mi vista para verlo sostener su pecho con falsa ofensa, vuelvo a rodar los ojos. —No sé si me deja tranquilo parecer un pervertido —Dice haciendo una mueca. 

—Ya entendiste —Digo quejosa. —No eres un pervertido claro está, pero... —Susurro —Ay, no se como explicarme —Cubro mi cara con ambas manos y oigo su risa. —No te burles —Murmuro levantándome de mi lugar para tomar mi plato. Lo dejo sobre la encimera, luego los salvaría.

—Y tu no te enojes —Dice rodeandome desde atrás. —Es solo una broma —Su rostro se esconde en mi cuello mientras mantiene mi espalda contra su pecho. —A mi también me gusta cuando dejas salir tu lado pervertido —Habla sobre mi piel y me estremezco. 

—Yo... no tengo lado pervertido —Susurro acariciando los anchos anillos de una de sus manos, la que se mantenía sobre mi vientre. 

—¿No? —Dice divertido y niego conteniendo una risita. 

—¿Entonces con quien pase la otra noche, eh? —Su boca se eleva hasta estar sobre mi lóbulo. —¿Acaso tiene otra personalidad que si es una pervertida a la que le gusta hablar sucio durante el sexo? —Susurra y cierro los ojos.

—No recuerdo haber hablado sucio —Digo sincera y él sisea una risita. 

—Cuando hay placer uno tiene a decir incoherencias y tú no fuiste la excepción rubia —Muerde mi piel y brinco poquito totalmente dispuesta a ir hasta donde él quiera dirigir la noche. —Pero bueno —Se separa dejandome completamente deseosa —No siempre uno recuerda lo que dice cuando cuando está caliente ¿No? —Habla y lo miro sobre mi hombro. —Deberíamos terminar de levantar las cosas de la mesa —Dice como si no me hubiera provocado hace menos de un segundo recordándome nuestra primera noche juntos. 

—Si... —Carraspeo y limpiando el sudor de mis manos en mi jumper antes de dirigirme  hacia la barra. Ambos levantamos las cosas que quedaban. —Está bien, yo luego lo haré —Freno a Alex cuando abre el grifo del agua dispuesto a limpiar. 

—No se me caerán los anillos por hacerlo. —Dice elevando una ceja y niego. 

—Tu cosinaste —Lo señalo. —Yo lavo —Ahora dame señalo a mi con firmeza, él me mira por una segundo tratando de salir se con la suya y niego despacio. Suelta un suspiro. 

—Okey —Dice cerrando el grifo. Cruza sus brazos y apoya su baja espalda contra la encimera clavando sus ojos en mi. 
Muerdo mis labios cuando pasan unos minutos y él sigue sin hacer nada, solo me observa. 

—¿Qué? —Susurro bajando la vista para repasarme con la mirada, no tenía nada fuera de lugar. 

—Eh... nada —Lo miro y sacude su cabeza separándose de la encimera. —¿Ya plantaste tu girasol? —Pregunta y me pongo recta con algo de emoción. 

—Yo... no tuve mucho tiempo, pero esperaba que pudieras ayudarme —Murmuro apretando mis manos entre sí. —Como que no sé plantar cosas. —Admito soltando una risa nerviosa. 

—Yo tampoco sé mucho de plantas por eso me aseguré de que traiga instrucciones de la bolsita en la que vienen las semillas —Dice levantando una ceja y mi boca se abre algo sorprendida. 

—¿Trae instrucciones? —Murmuro sintiéndome una tonta por no notarlo. 

—Tranquila te ayudaré —Murmura acercándose. —¿A dónde dejaste la maseta? —Pregunta inclinándose para dejar un pequeño beso en mi mejilla, como un fósforo estas se encienden rápidamente cuando se separa para mirarme. ¿Cómo podía besarme con tanta naturalidad y no estar aunque sea sonrrojado?

—En mi habitación —Susurro apretando más fuerte mis manos entre sí. —Ven vamos a buscarla —Digo girando hacia la salida no sin antes tomar su mano. 

Salgo de la cocina seguida de mi castaño y ambos subimos las escaleras de mi casa sin soltar nuestras manos, no tenía planeado terminar en mi habitación y solo espero que mis padres no lleguen tan temprano como para encontrarnos en ella. 

—Adelante —Murmuro soltando su mano luego de abrir la puerta y adentrarme en mi habitación. 

—Gracias —Dice mientras le da una mirada a todo mi cuarto el cual agradezco mantener limpio. 

—Em... la maseta está aquí —Murmuro caminando hacia mi escritorio, tomo la vasija entre mis manos y giro para mirarle. Todavía se mantenía cerca de la puerta, sus manos estaban en los bolsillos delanteros de su pantalón y lo observo por un segundo, era raro volver a estar en este cuarto con él cuando la última vez que Alex entró a mi habitación la relación que nos unía era muy distinta. Sigo viéndolo guapo, sexy e imponente, pero muchas cosas habían cambiado entre nosotros, ya no era la pequeña Emma que ocupaba este cuarto. 

—Tu cuarto está exactamente igual a la última vez que estuve aquí —Dice con una pequeña sonrisa en su rostro. Se acerca a penas un poco hacia donde estoy yo. —Cambiaron muchas cosas desde ese momento ¿No? —Por un momento creo que está pensando en voz alta por lo que no respondo pero cuando sus ojos avellana me buscan lo sé, ambos pensamos en cómo llegamos a estar tan enredados en sentimientos. 

—No me atrevo a cambiarle nada —Murmuro quitando mis ojos de los suyos. —Todo aquí tiene su significado, su pasado —Susurro.

—Tienes fotos de todos nosotros —Menciona dirigiendo su vista hacia una de las paredes de mi habitación que estaba llena de fotos. 

—Si, siempre me gustó mirarlas —Sonrío. —¿Quieres comenzar? —Pregunto cuando lo noto muy distraído. 

—Eh... si lo siento —Se disculpa dándome una pequeña sonrisa. —Solo pensaba en cosas. ¿Podrías darme el sobre con las semillas? —Pregunta llegando a mi lado y decido no indagar en lo que lo mantenía distraído. Toma la vasija y yo asiento caminando hacia mi escritorio otra vez, abro uno de mis cajones y saco la pequeña bolsita. 

—¿Qué más necesitamos? —Pregunto extendiéndole el sobre cuando se acerca para dejar la maseta en el escritorio. Él toma las semillas y ve la pequeña etiqueta del reverso. 

—Agua y algo para abrir la tierra —Dice y asiento rápidamente. 

—Aguarda —Digo caminando hacia el baño estaba segura que allí dentro del botiquín había unos pequeños palitos baja lengua que nos podrían servir. Luego de encontrarlos tome el pequeño vaso que sostiene los cepillos de dientes y lo llené de agua. —Creo que esto servirá —Susurro entrando a la habitación.

—Es perfecto —Dice mi castaño tomando el baja lengua. —Es más, aquí dice que puedes remover la tierra cada cierto tiempo para ayudar al crecimiento, esto te servirá —Explica. 

—¿Cómo empezamos? —Pregunto viéndolo sentarse en la silla de mi escritorio. 

—Ven te explico —Dice distraídamente palmeando su regazo, mis mejillas se encienden. ¿Quería sentarme justo allí? Claro. —Claro, solo si quiere —Aclara cuando me quedo en mi lugar.

—Está bien, así podremos ver bien los dos —Susurro nerviosamente acercándome, las cosquillas me invaden cuando sus manos toman mi cintura ayudándome a subirme a sus piernas. Gracias a las pequeñas ruedas de la silla él nos puede acercar al escritorio. 

—Primero debemos abrir un hoyo en el centro —Su rostro se asoma por sobre mi hombro para poder ver lo que estaba a punto de hacer. 

—¿Solo lo clavo y comienzo a escarbar? —Pregunto con la respiración acelerada, no me ayudaba sentir el calor de su cuerpo contra mi espalda y debajo de mi trasero sus fuertes piernas. 

—Si, así —Dice él tomando mi mano y ayudándome a comenzar a hacer el hoyo en la tierra. —Ya puedes colocar una semilla en este —Toma mi mano y deja mi palma hacia arriba, segundos después deja una pequeña semilla en ella. 

—Okey —Susurro inclinándose hacia adelante para poder ver mejor. Dejó caer la primera semilla dentro y sonrío. —Listo —Digo con emoción. 

—Puedes taparla con el mismo palito. —Señala el baja lenguas en mi otra mano y asiento comenzando a acomodar la tierra. —Puede repetir el proceso con las que quedan, haz hoyos a los costados o donde quieras y deja una semilla dentro —Explica y me ayuda a medida que las voy acomodando todas. 

—¿Ahora debo echarle el agua? —Pregunto y él asiente pasandome el vaso. Derramo casi todo dentro ya que la tierra absorbía rápidamente todo el agua. —Gracias —Lo miro por sobre mi hombro. —La voy a cuidar mucho —Susurro recibiendo una gran sonrisa de su parte. 

—Eso espero —Su mano se acerca a mi rostro y la delicadeza de su toque al quitar el cabello de mi rostro me fascina, pero en sus ojos puedo ver que algo no anda bien. 

—¿Que es en lo que pensabas? —Murmuro sin quitarle la vista y dejando que sus dedos jueguen con los mechones de mi pelo. Lo veo fruncir el ceño algo confundido. —Dijiste que estabas pensando en cosas, te noto distraído —Comento deseando no hacerlo sentir incómodo.

—Lo siento —Susurra. —Esta noche, está siendo una de las mejores para mi. —Deja mi cabello y desliza su pulgar por mi mejilla, sus ojos siguen su dedo.

—¿Pero? —Pregunto insegura y él niega rápidamente. 

—No hay peros, no contigo —Habla ahora mirándome directamente, me estremezco. —
Yo solo... una vez dijiste que no confiabas en lo que yo sentía por que tu llevabas años mirándome y yo nunca te presté atención hasta que tuviste una pareja —Hago una mueca recordando una de nuestras primeras peleas pero aún así asiento.—Entrar aquí fue como viajar al pasado y lamento mucho que hayas tenido que callar tus sentimientos por tanto tiempo. —Su pulgar llega hasta mi barbilla y la acaricia.

—Esta bien, yo estoy bien —Aseguro. —Ese día solo pude hablar a través del enojo y me arrepiento, no podía culparte de no verme como más que una niña —Sonrío. 

—Lo lamento —Sonríe algo triste. —Nunca quise herirte aunque en ese entonces solo eras la hermanita pequeña de Matt yo nunca hubiera pensado en dañarte —Sonrío. —Aunque para ser sinceros... jamás podría haberte correspondido si me lo hubieras dicho en ese momento —Ríe un poco y yo hago lo mismo. 

—Lo sé —Murmuro. —¿Recuerdas el día que tú anunciaste tu pronto matrimonio? —Le pregunto y asiente rápidamente, puedo notar una pizca de culpabilidad en sus ojos y sabía que era por que se sentía responsable de mi enamoramiento infantil. —Yo hablé contigo antes de que llegara tu novia ese día. —Contengo una risa pensando en lo tonta que era en ese momento, creyendo que él me haría caso cuando éramos tan distintos. 

—Creo recordarlo. —Frunce sus labios y su mano libre rodea mi cintura, ya para este momento me encontraba casi volteada hacia él con mis piernas colgando por uno de los costados de la silla. —Recuerdo que estaba actuando raro —Dice y yo río. 

—Ese día pensaba en confesarme —Sus ojos se abren demostrándole cuán perplejo lo dejo mi confección. —Pero Matt apareció por las escaleras y frustró mi plan —Murmuro con gracia y él parece pensar un poco.

—Pero tu... ¿tenías catorce? —Lo duda un segundo y yo asiento. —¡Eras una niña! —Exclama conteniendo una carcajada. 

—Si y una muy tonta porqué pensaba decírtelo en una carta —Digo rodando los ojos, él se queda en silencio y le miro encontrando una expresión tierna en su rostro. —No te burles —Lo apunto con mi dedo. 

—No iba a burlarme, solo me pareció lo más tierno del mundo saber que me hiciste una carta —Dice haciendo un pequeño puchero con sus labios, sonrío. 

—No era tierno, fue ridículo, era obvio que no ibas a corresponderme Alex —Digo exasperada con la Emma del pasado. 

—¿Y cuando te enteraste de que me casaría te diste cuenta que no era buena idea dármela? —Pregunta y niego. 

—Yo planeaba dartela igual —Murmuro riendo. —Pero Liam lo impidió, dijo que era absurdo y que solo sufriría cuando tú te alejes por que no sentías eso por mi, que solo me veía como la hermana menor —Me encojo de hombros. 

—No quiero que pienses en eso ahora —Susurra. —Ya me siento lo suficientemente mal por haberte rechazado sin siquiera saber que tenías un flechazo conmigo —Dice acariciando mi cintura.

—¿Cómo fue que eso cambió? —Pregunto curiosa atreviéndome a llevar una de mis manos hacia su cuello. 

—¿Qué cosa? —Pregunta. 

—¿Cómo dejé de ser la hermana pequeña de tu mejor amigo para pasar a ser tu chica? —Murmuro y una gran sonrisa se despliega en sus labios. 

—Eso suena demasiado bien —Dice dándole una pequeña mirada a mis labios. A mi también me gustaba pensárme como su chica. —El día que cambio mi forma de verte fue un caos para mí —Menciona algo divertido, yo le miro con atención. —Nunca te había visto de esa forma pero solo pasó, ni siquiera yo me lo explico —Parece frustrado al no encontrar las palabras. —Era tu cumpleaños número diecisiete y tú estabas en ese pequeño balcón del jardín de esta misma casa —Mi corazón comienza a hacerse presente. —Quizás lo recuerdas, esa noche te regalé una Corona —Murmura y asiento. 

—Todavía la conservo —Digo con una sonrisita boba. 

—¿La tienes? —Pregunta sorprendido y yo asiento. —Te había buscado por un rato antes de encontrarte allí, había ido a comprar esa Corona con Matt y ambos estuvimos de acuerdo que a la pequeña Emma le encantaría algo tan glamuroso como eso —Ríe y yo asiento dándole la razón. —La luna era lo único que nos iluminaba cuando yo me acerqué dispuesto darte mi regalo, pero algo pasó —Suspira —Cuando me miraste...  no sé cómo explicarlo, no sé si fue la profundidad de tus ojos al hacerlo o la forma en la que la luna acentuaba tus facciones... algo cambió y el primer latido del que fuiste responsable me confundió. —Trago grueso cuando podía sentir mis ojos comenzar a picar. —Me asuste y trate de aparentar normalidad —Murmura. 

—Lo lograste —Digo con la voz temblorosa, él aprieta sus labios. 

—Me sentí extraño, sabía que estaba mal, tú tenías a penas diecisiete por lo que me aparté —Se encoje de hombros. —Todo marchó bien durante los meses siguientes, me fui a vivir a Londres y supe que tenías novio, eso me pareció lo mejor —Mis ojos no se alejan de él y todavía me encuentro perpleja por toda la información nueva. —Desde que supe que me gustabas decidí alejarme pensando que solo fue una estupidez mía, el tiempo seguía corriendo y yo no podía sacarte de mi cabeza, no importaba quien llegara a mi vida, entonces lo supe —Se queda en silencio un segundo. —No eras un simple capricho o una estupidez, ya no solo te quería por los años que llevaba conociéndote. —Mis labios se entreabren soltando un par de suspiros cuando sentía que me costaba respirar. —Entonces decidí mantener la distancia hasta que cumplas tus dieciocho, no tenía planeado acercarme a ti de esa manera pero sabía que no podría ocultar lo que me pasa y quizás el saber que era mayor de edad calmaba mi conciencia. —Suelta una pequeña risa. —Pero tu pequeña pervertida —Toma mi mejilla y la aprieta con ternura. —¿Recuerdas cómo me abordaste en ese balcón? —Pregunta enarcando una ceja y asiento sonrrojada. —No voy a hacerme el inocente o justificarme por que estaba ido en alcohol —Menciona. —Pero recuerdo querer mandar todo a la mierda por que con ese beso me demostraste que lo que sentía por ti era mutuo, te pasaba lo mismo —Suspira y por un momento no puedo hablar.

—Wow yo... —Susurro asombrada —Nunca imagine que yo te atrajera desde antes de nuestro beso —Mumuro obligándome a pestañear cuando mis ojos comenzaron a doler seguramente porque el asombro no me permitía quitarle la vista de encima a mi castaño. —Es decir... nunca demostraste que yo te gusta, ni una mirada, jamás lo noté —Confieso y él sonríe. —Y mira que mis ojos siempre estaban en ti cuando estábamos en una misma habitación. —Me río de mi propia personalidad patética. 

—¿Qué sucedió con la carta? —Pregunta Alex luego de un momento que nos quedáramos en silencio, me hago la loca. 

—¿Qué carta? —Digo con falso desentendimiento y lo veo entre cerrar sus ojos. 

—Sabes de cual hablo —Sus manos sujetan firme mi cadera y me acomoda sobre sus piernas. —Quiero leerla —Dice y comienzo a negar rápidamente. 

—No eso si que no —Digo soltando su cuello pero no pudiendo separarme más por culpa de sus brazos. 

—Por favor, solo una ojeada. —Suplica y suelto una risa. 

—Me da pena. —Explico sintiendo la cara colorada de solo recordar las patéticas palabras de una niña enamorada. —No y no podrás convencerme con nada. —Me cruzo de brazos cuando fuerza un puchero más lastimoso en su boca. 

—¿No puedo hacer nada para conseguir lo que quiero? —Pregunta y niego viéndolo recomponerse rápidamente. —¿Estas retandome? —Pregunta acercándose y sonrío.

—Quizás... —Me encojo de hombros y lo miro con atención deseosa de saber su próximo movimiento. 

—Tengo algunas cosas en mente para hacerte cambiar de opinión —Murmura y muerdo mi labio inferior cuando acaricia mi nariz con la suya. Sus manos bajan hasta mis piernas y cierro los ojos dejándome llevar. 

—¡Alex! —Grito exaltada cuando de un movimiento nos levanta, ahora sus manos me sostienen como princesa mientras nos aleja de mi escritorio. 

—No tienes permitido hablar —Susurra sobre mi oído y suspiro. —No mientras mi tortura se lleve a cabo —Lo siento sonreír contra mi piel y lo próximo que siento es el colchón de mi cama contra mi espalda. Bajo mi vista hacia él que se encontraba parado junto a mi cama, no pasó mucho tiempo para que lo vea inclinarse hacia mí con una sonrisa sobre sus labios, sus manos acarician mis piernas y no le quito la vista de encima a medida que va posicionándose sobre mí. —Comenzaremos con algo suave —Susurra tomando mis manos para colocarlas sobre mi cabeza. —¿Te parece? —Habla sobre mis labios y asiento en un movimiento rápido, me picaba todo. 

Alex me dedica una sonrisa maliciosa y estaba tan concentrada en su boca que ni siquiera pensaba en que tenía mis piernas alrededor de él y que seguramente podría ver toda mi ropa interior. 

—Te daré una última oportunidad —Une mis dos manos y la sujeta con una de las suyas así dejando libre su izquierda. —Te lo preguntaré una vez más —Luego de hablar acaricia mi labio inferior con su lengua y hasta ahí llego mi corazón en ese momento sufrió una falla por la excitación y mi respiración se fue al carajo. —¿Me darás lo que quiero? —Enarca una ceja y entre abro mis labios cuando su mano libre acaricia mi pierna desnuda, esa que se sujetaba fuerte contra sus caderas. 

—No... —Susurro sintiendo la dificultad para respirar, no podía hacerlo si lo tenía tan dominante sobre mi. 

—¿No? —Pregunta con falso enfado y niego con la cabeza queriendo que me domine, estaba trabajando en ser mi propia dueña pero en este momento no me importaba hacer lo que él quisiera. —Entonces no te daré lo que tú quieres —Lo miro atónita ¿Era tan obvio lo que quería? Nos retamos con la mirada. 

—¡Alex! —Vuelvo a gritar cuando él comienza a clavar sus dedos en mis costillas, me mantiene prisionera todavía sujetando mis manos y no me puedo liberar de sus cosquillas aunque me mueva, lo hago como una maldita lombriz. —Ya por favor —Digo agitada viéndole reírse de mi sufrimiento mientras sigue provocando cosquilleo con sus dedos. 

—Dame lo que quiero y parare —Sisea pegándose más a mi cuerpo, su mano sigue tocando mi cuerpo y provocando cosquillas cuando me rindo. 

—Esta bien —Jadeo cansada. —Te la daré —Mormuro cerrando los ojos cuando él quita su mano aunque la otra me sigue manteniendo quieta debajo suyo. —Eres malo —Me quejo luego de un momento con un lamento aniñado. 

—No soy malo amor... solo consigo lo que quiero —Abro mis ojos antes su forma de llamarme encontrándome con una sonrisa sincera en sus labios. Me dijo amor y no por llamada, lo hizo frente a mi cara. 

—Eres malo —Vuelvo a decir haciendo un puchero con mis labios y él ríe. 

—Dejate de quejarte y dame la carta —Demanda dejando un beso en mi mejilla para luego soltar mis manos y quitarse de encima.

No... vuelve aquí. 

Me levanto de la cama todavía algo aturdida y bajo rápidamente mi pequeño vestido de Jean, Alex se encuentra sentado en mi cama y el calor de la habitación está claro que no solo lo siento yo, ambos tenemos las mejillas rojas. 

Camino hacia mi escritorio y tomo las llaves de mis pequeñas cajas, abro el cajón correspondiente a donde las tengo escondidas y busco la que contenía mis cartas encontrando rápidamente gracias a el pequeño punto violeta que la distinguía. Me acerco a la cama dejando todo sobre esta para luego quitarme mis zapatillas, Alex me imita y luego ambos nos acomodamos en el centro, enfrentados. 

—¿Bajo llave? —Pregunta Alex cuando comienzo a intentar abrir la caja con su llave correspondiente. 

—No es algo que me guste que las personas sepan —Le muestro mi lengua mientras giro la llave con su respectiva mancha Violeta. —Debo buscarla, hay más papeles aquí —Susurro tomado la pequeña pila de cartas y justo en este momento me arrepiento de haber guardado las que me había dado Darrel. 

—¿De qué son esas cartas? —Pregunta él levantando una ceja y niego. 

—Nada importante —Murmuro comenzando a buscar la suya. —No sé ni por qué las conservo. —Vuelvo a decir bajito realmente confundida. 

—¿Son de él? —Su voz sonó distante y desconfiada de repente algo que me desconcierta, levanto la vista rápidamente, no quería que esta estupidez nos arruine la noche pero tampoco iba a mentirle. Asiento despacio.  

—Yo... nunca abro esta caja, es pasado —Aclaro viéndolo levantarse de la cama. 

—Pero la conservas —Dice soltando un suspiro algo molesto, entre abro mis labios algo asombrada por su repentino cambio.

—No yo... solo son recuerdos sin importancia —Dejo las cartas a un lado no sin antes tomar la que era para él y me levanto, Alex se encuentra mirando por la ventana de mi cuerto hacia el jardín trasero, lo notaba serio.

¿Qué digo ahora?

—Aquí... esta la tuya —Susurro con nerviosismo sin querer arruinar más las cosas. 

Ya la cagaste... 

—Alex... sus cartas no tienen ningún valor sentimental —Digo rápidamente. —Cuando volví a este cuarto solo deje todo donde estaba, es mi pasado y solo las tengo para recordar lo estupida que fui, no quiero volver a eso, no puedo tirarlas. —Mis ojos están en su perfil pero él no me mira, sus brazos están cruzados. 

—No te pedí que las tires —Suelta un suspiro y muerdo mi labio inferior, quería que voltee y me mire, que este igual que hace unos momentos, sobre mi bromeando. Lo miro con atención cuando voltea y toma delicadamente la carta de entre mis dedos.

—¿Qué haces? —Pregunto bajo cuando veo que la guarda en su bolsillo. —¿Te la vas a llevar? —Susurro confundida. 

—¿Es mía no es así? —Enarca una ceja y asiento cuando me da la primer mirada después de un momento. —Lo lamento —Carraspea y frunzo el entrecejo estrujando mis manos entre sí.  

—¿Por qué? —Murmuro. 

—Estoy actuando como un idiota, arruine el momento —Baja la vista. 

—No,  yo lo hice... —Doy un paso hacia él. —Entiendo tu punto, si yo hubiera descubierto que tu tienes cartas de tu ex también me habría molestado —Admito en un susurro. 

—Pero es distinto, yo sé todo lo que pasaste por esa relación. —Sigo notándolo tenso. —No debí desconfiar o ponerme celoso cuando nunca me diste razones para creer que lo seguías amando. —Carraspea como si le pusiera incómodo equivocarse o aceptarlo. 

—¿Estabas celoso? —Pregunto lo primero que me viene a la mente. 

—¿Eso es lo único que escuchaste? —Enarca una ceja y mis mejillas se colorean, bajo la vista. 

—Lo siento,  no sé como manejar esto, estoy nerviosa —Sonrío algo forzada y escucho una pequeña risa de su parte. Aún sin levantar vista lo siento acercarse a mí, puedo ver sus zapatillas en mi campo de visión cuando está a penas unos centímetros de mi cuerpo. Su mano toma mi barbilla obligándole a levantar la cabeza. 

—Eres tan hermosa —Nuestros rostros se encuentran tan cerca cuando por fin levanto la vista, se encuentra inclinado hacia mi. Mi pecho martillea con fuerza ante sus palabras y creo que ya no puedo parar lo que ellas hacen en mi. 

—Alex... —Susupiro sintiendo sus dedos acariciar mi cara, su mano se va desplazando hasta acabar rodeando mi cuello. Quizás si fuera otra persona estaría asusta por su mano alrededor de mi cuello, pero sabía que Alex no me dañaría. 

—¿Como carajo haces para ser tan tierna y sexy a la vez? —Pregunta sobre mi boca y entre abro mis labios cuando eso enloquece todo mi sistema. Habíamos pasado de estar separados por una brecha de silencio a volver a llenar una habitación con deseo en tan solo un maldito segundo, debía admitir que me encantaba nuestros cambios. 

—No lo sé —Murmuro tratando de sonar inocente pero seguido de eso sacando mi lengua para acariciar sus labios. En ese justo momento había mandado la vergüenza a la mierda. 

—Maldita sea —Sisea frustrado apretando un poco su agarre como acto reflejo ante su acción recibo una punzada en mi sexo. —Te amo —Gruñe justo antes de pegar nuestro labios en un furioso beso. 

Creo sufrir un pequeño infarto cuando proceso su confección pero no me permite responderle ya que su boca demanda mi atención. Su mano sigue en mi cuello y con ella me mantiene pegada a él mientras saborea mi boca sacándole pequeños suspiros. 

Me sostengo su sus hombros cuando me suelta tan solo un segundo para dirigir sus manos a mis piernas y levantarme, las enriedo rápidamente pegandome a su pecho, Alex me sostiene desde mi trasero mientras camina claramente hacia mi cama. Estoy lista para caer sobre ella pero me sorprendo cuando nos gira y se sienta dejándome sobre su regazo, con el vestido a la mitad de mis nalgas y ni siquiera me importa mostrar mi tanga él se encuentra muy concentrado mordiendo suavecito mi labio. 

Los escalofríos no me dejan cuando sus manos pasean desde mi culo hacia mi baja espalda y viceversa. 

—También... —Jadeo cuando nos separamos en busca de aire. —Su boca sigue a centímetros y dejo un pequeño beso. —También te amo —Confieso aceptando que mi corazón no iba a dejar de latir tan rápido, no cuando tenía debajo de mi al hombre que siempre había querido.

En un rápido movimiento él nos gira dejándome debajo, no somos capaces de seguir hablando cuando el deseo de tenernos cerca nos inunda. Su boca vuelve a la mía y mis manos se enredan en su castaña cabellera, juego con los mechones sedosos mientras él acaricia mis piernas. Nos devoramos con hambre.

Dejo su pelo y acaricio sus hombros sintiendo como él deja mi boca para ir con una camino lento de besos y pequeñas mordidas hacia mi cuello. Acaricio su pecho soltando pequeños suspiros cuando su boca contra mi piel me mantiene  bastante húmeda en ciertas zonas. Mis manos llegan al borde de su remera y tiró un poco de ella. Alex no me hace esperar cuando se separa arrodillandose en la cama, justo entre mis piernas, lo veo tomar su camiseta desde el cuello y quitarla en un tortuoso lento movimiento, lo hacía a propósito, él sabía lo sexy que se veía en es momento dejando al descubierto su abdomen y pecho. Sus ojos están oscuros no podía negar el deseo que se reflejaba en ellos.

Levanto mi torso y tomo su cuello atrayendolo a mi, vuelvo a caer sobre mi espalda y ahora me permito acariciar su piel desnuda cuando él vuelve a besar mi boca. 

Sin duda este era mi paraíso...



_______________

¿Qué les pareció el capítulo?

¿Cuál fue su parte favorita?

Saben que me encanta responder sus comentario o dudas, me motivan bebés ❤

N/A: Espero que le haya gustado y lo hayan disfrutado. Gracias a todos los que comentan y le dan a la estrellita, solo con eso me hacen feliz con su apoyo.

¡Los quiero mucho!

No se olviden de comentar, votar y seguirme aquí y en intagram (se los dejo abajo)

Besos

-Aldi🥀

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro