Capítulos 40: "Una oportunidad"

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Prov's  Emma

Entro a mi habitacion y corro los pequeños pasos que quedaban hasta mi armario, abro la puerta y entro en el, la ropa, carteras y zapatos de me rodean y me quedo quieta observandoles detenidamente por unos segundos.

¿Para que había venido?

Camino unos pasos y frunzo el entrecejo cuando encuentro el espejo negro que está en mi habitación contra una de las estanterías de bolsos, me acerco y a medida que me voy reflejando mis ojos van a cada parte de mi cuerpo, llevo un top negro que solo cubre mis pechos y se sostiene de pequeñas tiras sobre mis hombros, mi abdomen está descubierto
Y en mis caderas se ajusta un pantalón blanco algo acampanado en la parte de las piernas con roturas a lo largo de esta.  Mi pelo esta suelto y cae completamente rubio sobre mis hombros, me veía bien, como hace mucho no lo hacia.

—¿Que hace con eso puesto? —Doy un pequeño salto en mi lugar cuando una voz dentro de mi armario y a mis espaldas se oye. —Crei haberte comprado lo que debías usar —Quiero girarme pero mis pies parecen plantados en el suelo, los pasos comienzan a oírse detrás de mi y mis ojos buscan al dueño de estos por el espejo, no hay nadie —Que ingenua eres si crees que vas a ponerte eso—Siento un escalofrio y derrepente como un flashback por sus palabras las ganas de llorar llegan, me hacían sentir frágil.

Su presencia... la puedo sentir detrás de mi, muy cerca, nuestros ojos se chocan en el espejo y encuntro una sonrisa cínica en sus labios. Mis ojos se llenan de agua cuando su mano toma mi mandíbula y la acaricia con malicia.

—Ni creas que vestida así te dejaré ir, menos con lo zorra que eres —Acaricia mi labio y estos tiemblan al igual que lo hace mi cuerpo, no por miedo... si no por rabia.

Zorra...

Me siento caer y mis manos se sujetan en la oscuridad de lo que sea en lo que estoy acostada. Mis ojos se abren y respiró con algo de dificultad sintiendo mi corazón acelerado. Todavía era de noche pero no sabía exactamente cuánto tiempo había pasado desde que me había dormido.

Mis ojos se llenan de lagrimas y cubro mi boca para evitar que las pruebas de mi llanto sean oídas por las personas que duermen a mi lado.

Un nudo se crea en mi estomago y siento poco aire entrar en mi cuerpo por lo que con algo de  miedo sujeto mi pecho y trato de levantarme.

Trato de concentrarme y respirar, necesitaba sacar ese recuerdo de mi sistema pero había sido tan real ese sueño que podía sentir sus manos todavía sobre mi cara.

Salgo de la sala manteniendo respiraciones profundas acaricio mi pecho a medida que doy los primeros pasos sobre la escalera.

—Emma, estarás bien —Susurro con poco aliento sintiendo mis ojos picar y derramar todas las lágrimas que mi en mi garganta formaban un nudo.

¿Por qué vuelve?

—Respira, sigue caminando —Susurro sorbiendo mi nariz. —Solo tres escalones más —Digo tomando otro aire. No sabia muy bien porque estaba dirigiendome hasta donde lo hacía pero solo pensaba en esconderme entre sus brazos hasta que todo pasará.

Lo necesitaba.

Mis pies van rápido y ni siquiera pienso en que odiaba que me vieran así, solo quería llegar a él. Tomo una fuerte respiración luego de girar en el pasillo y apoyo mis manos en mis rodillas para tomar más aire.

—Ya casi —Susurro tratando de memorizar sus ojos, su castaño cabello, aspiro nuevamente y su perfume llega a mi mente, recordaba perfectamente su esencia. Vuelvo a ponerme recta y doy los últimos pasos mi mano con algo de temblor da pequeños golpecitos, nadie contesta.

Pasan un par de minutos y vuelvo a golpear.

—¿Si? —Su voz se escuchaba somnolienta, ronca y confundida.

—Alex... —Susurro con la voz algo quebrada, puedo notar unos pasos repentinos apresurarse hasta la puerta y de un tirón esta se abre mostrandome a mi castaño.

—Rubia —Murmura analizando mi rostro seguramente rojo e hinchado, mis labios se curvan hacia abajo y me asusto cuando mi cuerpo se sacude por mi llanto. —Emma —Es lo  ultimo que dice antes de rodearme con sus brazos.

—Yo... no puedo —Susurro quebrada mientras escondo mi cuerpo entre sus brazos deseando y sabiendo que aquí nada podía lastimarme.

Mi lugar favorito.

—Ven... vamos dentro —Susurra sobre mi oído dejando un beso en mi mejilla. Me aferro más a su cuerpo, afirmando mis abrazos alrededor de él impidiendo que se separe y minutos después mis pies se despegan de piso y sus manos hacen que mis piernas lo rodeen, a pesar de mi sorpresa no digo nada, el nudo en mi garganta impedía que digiera algo, solo quería estar un momento en silencio. Escondo mi cara en su cuello y aspiro su aroma tratando de tener algo de paz.

Mi cuerpo es dejado lentamente sobre la cama y mis piernas sueltan su cintura pero mis brazos siguen rodeandole.

—Emma... —Susurra con preocupación y sé que se encontraba confundido.

—Solo... un momento más —Me aferro sintiendo una lagrima viajar por mi mejilla. Su cuerpo se recuesta junto al mío y sus brazos me rodean atrayendome a su cuerpo, me acomodo en su pecho y cierro los ojos.

—Todo lo que necesites —Murmura sobre mi cabeza para luego dejar un beso en mi cabello.

Los minutos siguieron pasando y Alex se mantuvo en silencio al igual que yo, necesitaba estar así, junto a él sin hacer nada en especial, sin pensar, sin hablar, solo sintiendo su calor pegado al mío sus brazos rodeandome y sus manos acariciando mi cabello. Él me protegía de una forma tan natural que nisiquiera se daba cuenta lo que lograba en mi.

—Tuve una pesadilla —Susurro frunciendo el entrecejo cuando mi voz suena demaciado ronca seguramente por mi llanto. Lo sentia poco relajado y podía intuir que se debía a la forma tan brusca de haber despertado.

—No tienes que decir nada si no lo quieres —Su mano acaricia mi mejilla y se desliza hasta mi barbilla. —Pero si decides contarme, estaré para ti —Murmura elevando mi cabeza con un movimiento delicado de su mano. Sus ojos avellana llenos de preocupación se topan con los míos y siento mis orbes llenarse de agua, necesitaba hablarlo, decircelo, confiaba en Alex y sabia que me haría sentir bien.

—Y-yo... —Me trabó con mis propias lagrimas, él solo me observa mientras su pulgar limpia mis lagrimas —Yo... lo vi en mis sueños —Mis labios se curvan hacia abajo y debo tomar un poco de aire para continuar.

—Respira, tranquila —Susurra acariciando mi cara a la vez que acerca la suya para depositar un pequeño beso en mi mejilla que me hace sonreír un poco en medio de toda mi tristeza.

—En realidad... fue un recuerdo —Susurro cereando mis ojos. —Un recuerdo sobre Darrel, él sigue presente en mis pensamientos aúnque yo no quiera —Digo dandole una mirada cuando sus manos dejan de acariciar mi mejilla.

—¿De que iba el recuerdo? —Pregunta con algo de cautela y quizas algo temeroso por mi respuesta, suspiro. Alex no sabía lo caótica que había sido mi relación con Darrel, ni tampoco estaba enterado de cuántas cosas malas había dejado esa relacion en mí, quizás tenía una idea equivocada en este momento.

—Yo entraba a mi habitacion, en la casa de mis padres, y me dirigía hacia mi armario —Explico sintiendo su brazos debajo de mi cabeza, sus manos todavía me tienen presionada a su cuerpo y me mira con atención. —Se sentía como... si el lugar estuviera cargado de tención pero esta aumento cuando él apareció detrás de mí —Un escalofrío me recorre el cuerpo y sacudo mi cabeza para quitarme la sensación —Yo me miraba en mi espejo y no lo vi hasta que se acerco lo suficiente a mi espalda, él... él me estaba regañando por ponerme ropa que mostraba mi cuerpo —Esa ultima oración salió casi en un susurro, me sentía tan avergonzada de decirlo en voz alta, me sentía débil al recordarlo, el saber que fui capaz de dejar que alguien me manejara a su antojo.

Levanto mi mano lentamente hasta que esta roza con los pequeños nacimientos de su barba, no era mucha pero tocarla era relajante. Su ceño estaba fruncido y sabía que era por lo que le contaba, sabia que estaba mal.

—Su mano... acaricio mi cara desde atrás y fue... horrible sentir su contacto mientras manteníamos nuestras miradas conectadas, sus ojos reflejaban frialdad, podía ver que él quería dañarme, él quería que me doliera —Mi voz se corta y puedo ver a mi castaño cerrar sus ojos, los aprieta fuerte para luego inclinarse para apoyar su frente en la mía. —Él me dijo... que nunca dejaría que llevara esa ropa puesta... menos con lo zorra que era —Susurro en un hilo de voz.

—Maldito hijo de puta —Murmura mi castaño entre dientes a la vez que entienda su mano en mi cabello —¿Sabes donde esta él ahora...? por que en verdad tengo muchas ganas de enseñarle como tratar a una mujer —Su voz esta cargada de enojo, algo que muy pocas veces reinaba en el cuerpo de Alex, él era alguien muy pacífico.

—Esta bien... ya paso —Susurro sosteniendome en mis codos para mirarlo desde arriba. —No vale la pena —Me encojo de hombros.

—Aparte de la violencia psicológica...—Hice una mueca, él tenia razón así se llamaba mi relación con Darrel, pero no me hará la inocente aquí, yo también le hice daño —¿Hubo otro tipo de violencia? —Lo pregunta con cautela y preocupación aúnque puedo ver las chispas en sus ojos a punto de estallar si algo había pasado.

—No —Digo con seguridad —Él jamás me lastimo físicamente —Vuelvo a hablar tratando de dejarlo claro. Y lamentablemente me sentí afortunada, era algo terrible sentirme así por que él nunca me haya golpeado, que los escalones de violencia no hayan aumentado entre nosotros, aún cuando nustras peleas parecian un huracán de gritos. Era terrible por que me sentia afortunada cuando ni siquiera debería aceptar un trato así de quien fue mi pareja.

—¿Eso siempre fue así? —Pregunta —¿Siempre fue un bastardo contigo? —Él  también se levanta ya un poco más calmado, pero todavía con preocupación se acerca a mi.

—No siempre —Susurro encogiendome de hombros. —Luego de que... yo te diera nuestro primer beso —Mis mejillas se ponen rojas al tener que recordar ese día —Luego de que lo engañe por primera vez yo no lo resisti, le conté la verdad, que fue contigo y que te besé —Suspiro —Luego de mi traición él no volvió a ser él mismo y yo sentí que lo merecía así que solo baje la cabeza y acepte lo que me tocaba. —Susurro.

—¿Que estas diciendo Emma? —Susurra con agobio —¿Te estas escuchando? ¿Como que aceptar? —Cierra sus ojos cuando su voz comienza a elevarse y suspira —Comentiste un error, te arrepentirte. Y si él decidió que solo te perdonaría para lastimarte luego es un idiota, él es el del problema, no tú —Asegura tomando mis manos.

—Ambos tenemos la culpa —Susurro encogiendome de hombros. —No supimos manejarlo —Digo y veo un reflejo de culpabilidad en sus ojos. Se queda en silencio y baja la cabeza. —¿Que pasa Alex? —Pregunto cuando sus hombros se caen.

—No pude protegerte, fue mi culpa yo me entrometi —Murmura con el entrecejo fruncido.

—No, claro que no —Digo alarmada.

—Lo siento —Murmura y yo niego.

—No, no es tu culpa, tú no eras él que estaba en una relación —Lo miro a los ojos con decisión.

—Pero yo sabia que tú tenías pareja y fui egoista ese dia en casa de tus padres —Dice de la misma forma. —Ambos nos equivocamos —Acepta y yo suspiro.

—Siento haberte despertado —Susurro viendo como lleva mis manos todavía sujetas a las suyas para depositar un beso en el dorso.

—Me alegra que hayas venido a mí —Susurra y sus ojos llenos de ternura me miran —Que esta pesadilla no te haga olvidar lo fuerte que eres mi rubia, tú puedes contra todo —Mi corazón parece tener un cortocircuito y segundos después comienza a latir desbocado. Todavía. No podía acostumbrarme a como me sentia junto a él, a como me hacia sentir su forma tan especial e tratarme.

—Te quiero —Susurro de forma involuntaria, no por que no lo sintiera, si no por que me asustaba la forma tan natural que salían esas palabras, desde mi corazón, él cariño que sentía por Alex cada vez se iba incrementando más, a pasos agigantados y no sabia si iba a poder controlarme al respecto, mi pecho parecía expandirse en felicidad y mi estonago revolverse en cosquillas cada que lo veía o escuchaba mi tan carateristico apodo desde sus labios.
Amaba todo de él y ya no estaba segura si un te quiero expresaba todo lo que sentía por Alex. bajo la vista algo asustada hasta de mis pensamientos.

Lo siento levantarse de la cama y mis ojos lo siguen, él la rodea y camina hasta uno de los lados y sus manos descubren la parte superior de las mantas. Mi pecho late con desesperación al ni oír palabras por parte suya y me extraña el hecho de que se alejara.

—¿Que haces? —Susurro cruzando mis piernas entre si para luego mirarle. El disgusto corría por mi garganta dándome ganas de vomitar.

—Si vas a quedarte es mejor que estemos cómodos ¿no? —Pregunta enarcando una ceja para luego meterse a la cama. Siento mis mejillas coloreadas y abro mi boca en busca de aire. —Emma —Murmura Alex y sus expresiones se notan divertidas —Deja de pensar perversidades que no haremos nada, menos con mi hijo presente —Dice señalando a una de las esquinas de la habitación en donde había un almohadón, justo en el centro dormía Dorito.

—Yo no pense nada pervertido —Protesto acariciando una de mis mejillas para que se baje la temperatura de mi cara. Con algo de timidez gateo desde la punta de la cama hasta donde Alex se encontraba, cuando llego a su lado él levanta la manta para invitarme a recostarme a su lado. —¿Él dormirá ahí? —Pregunto llena de vergüenza notando como él me arropa. Señalo al pequeño anaranjado.

—No, en la noche se pasa a mi cama —Susurra con diversión. —Espero que no te moleste, pero esa es su rutina —Murmura acomodándose de costado, quedando frente a mi, ambos nos encontramos arropados.

—No me molesta —Susurro algo desganada y avergonzada por lo anterior, no debi decirlo con tantas ganas.

—No se si te quiero....

—¿Q-que? —Susurro tragando grueso, mis ojos buscaban los suyos y me confundo cuando los veo demaciado serios. Siento mi labio temblar.

—No se si esa palabra sea suficientes —Susurra y mis ojos algo vidriosos se encuentran con los suyos —Lo siento no es el momento —Acerca su mano a mi cara y acaricia mi mejilla. —Será mejor que duermas un poco —Aconseja sin dejar de acariciar este sitio con delicadeza. Estiro mi cuello para pegarme más a su mano encantada con sus mimos. No iba a negarlo me encantaba la idea de dormir otra vez entre sus brazos, todavía podía sentir La paz con la que había dormido esa noche tan caótica.

—Emma —Murmura.

—¿Si? —Digo en el mismo tono y lo escucho reírse por lo bajo.

—Lamento haberme ido hoy, no ganamos esa Corona —Lo miro divertida y me acurruco más contra él.

—Algo me dice que ese concurso estaba arreglado —Digo restandole importancia. Me separo un poco y giro dándole la espalda. —¿Podrías abrazarme? —Susurro sintiendo mi voz burnereble. Él no responde, en cambio siento su cuerpo amoldarse al mío desde atrás, su brazo pasa por encima de mi cuerpo y me atrae a él.

—Buenas noches rubia —Susurra y cierro los ojos cuando deja un beso en mi hombro.

—B-buenas noches Alex —Digo con algo de timidez y sofocada por todo lo que causaban esos simples movimientos en partes inexploradas de mi cuerpo.

Su mano descansa en mi abdomen cubierto por mi gran camiseta, puedo sentir como acaricia despreocupadamente ese lugar, su respiración está en mi cuello y sé que todavía se mantiene despierto. Lentamente y casi sin darme cuenta el rumbo que tomaba mi mano termine acariciando la suya, así nos mantuvimos hasta dormirnos.

Prov's Alex.

Siento algo removerse junto a mi y un cuerpo cálido se pega hasta chocar con mi pecho, sonrió como el idiota que era cuando la tenía durmiendo junto a mi, esa cálida sensación que abordaba mi pecho al poder oler su delicada piel.

—Mierda —Susurro abriendo rápidamente mis ojos cuando noto que la naturaleza quiere joderme la mañana. Cierto los ojos fuertemente y maldigo a mi maldita erección.

No es el momento para ser un hombre sano que se despierta con erecciones.

Me separo del cuerpo completamente dormido a mi lado para que no note lo que se elevaba entre nosotros pero como si el universo quisiera hacerme pasar un mal rato mi rubia se vuelve a apegar a mi y no conforme con eso se remueve dolorosamente contra mi entrepierna, la misma que por supuesto se encontraba despierta por razones de naturaleza, maldita circulación de la sangre.

Buen momento para ser hombre.

Paso una de mis manos por mi cara con nerviosismo y luego me dirijo a tomar sus caderas para separarla un poco.

—Emma —Susurro con algo de nerviosismo cuando con algo de mal humor por interrumpirle el sueño mi rubia quita mi mano de su cintura y me obliga a abrazarle.

—Quieto —Susurra removiendose para pegarse a mi cuerpo. Aprieto mis labios y cierro por unos segundos mis ojos tratando de quitar de mi mente que su culo esta pegado a mi pene.

—Debo ir al baño —Me sostengo con uno de mis codos para despegarme de la cama y la escucho bufar.

—Todavía tengo sueño —Se queja volteando boca abajo para esconder su cara en uno de los almohadones pero sin soltar mi mano.

—De verdad debo ir al baño —Menciono mordiendo mi labios. Casi sin darme cuenta mi mano acaricia su espalda donde la tela hacia falta seguramente por sus movimientos se subio, quería llenar ese lugar de besos.

—Esta bien —Susurra soltando mi mano y agradezco mentalmente el hecho de que este tan cansada para no voltear en el momento que me levanto de la cama. Acomodo mi pantalón tratando de que la roca entre mis piernas se note menos, hago una mueca cuando camino con algo de dificultad por estar dormido.

Salgo de la habitación y parece ser muy temprano ya que no se oyen los movimientos de los demás en la parte de abajo de la casa.
Entro al baño y apoyo mi espalda contra la puerta.

—Dios... —Susurro pasando una de mis manos por mi pelo para desordenado. Miro hacia abajo y ruedo los ojos viendo como aprieta mi chándal. —No puedes tocarte, debes ser rápido o se dará cuenta —Susurro para luego despegarme de la puerta y caminar hasta la ducha —Bien fría —Susurro algo arrepentido de meterme bajo tal temperatura a altas horas de la mañana.

A pesar de mis pocas ganas de quitarme la ropa tiro de mi camiseta dejando mi torzo expuesto al frío de la mañana, un escalofrío me sube la espalda y me apuro a bajar mis pantalones arrastrando mis boxers con éste.

—Carajo —Susurro cuando el agua helada cae sobre mi cuerpo.

. . .

Coloco mi chándal en su lugar luego de notar que con el apuro del momento en el que salí huyendo de mi habitación hasta se me había olvidado traer ropa o por lo menos ropa interior.

Seco mi torzo y cuello hasta poder sacudir mi corto cabello contra la toalla. Abro la puerta ya acostumbrado al frío que golpeaba contra las partes de mi cuerpo desnudo y salgo al pasillo.

—Alex —Giro hacia el inicio del pasillo viendo a Matt acercarse a mi.

—Matt —Lo saludo colgando la toalla de uno de mis hombros.

—¿Estas despierto hace mucho? —Me pregunta con algo de preocupación.

—Si hace un rato. ¿Paso algo? —Pregunto notando su inquietud.

—¿Viste a Emma? —Pregunta apretando sus labios —Lía dice que cuando despertaron ella no estaban durmiendo a su lado y nos preocupamos, ni siquiera esta en su cuarto —Explica.

—Ella está durmiendo —Digo automáticamente tratando de no preocuparle. Veo la confucion en el rostro de mi mejor amigo —En mi habitación... —Susurro notando como sus ojos se abren en sorpresa por mi confección, habia sido muy directo.

—Lo sabía, debía haver dejado que viniese Lía —Murmura tapando sus ojos con nerviosismo —¿Por que siempre los encuentro yo en momentos así? —Parece pensar en voz alta mientras se gira para darme la espalda.

—Tranquilo, no hemos hecho nada —Digo frenando sus pasos cuando estaba a punto de abandonar el pasillo.

—No tienes que explicarme Alex—Dice haciendo una mueca con poca a aceptación —Ambos están bastantes grandecitos —Agrega la vez que señala mi cuerpo recién luchado con su mano para luego irse rápidamente.

Si... puede que se haya malinterpretado todo.

Escondo una risa y volteo encaminarme hacia mi habitacion, abro despacio la puerta procurando no hacer ruido pero en cuanto la cierro un bulto envuelto en una manta se eleva de la cama.

—Buenos días —Susurro algo divertido al verla enrollada en mis mantas solo dejando cer su rostro.

—Mhm.... —Murmura soltando un suspiro luego —Buenos días —Habla cubriendo su boca.

Dios... podría acostumbrarme a levantarme junto a Emma versión sushi.

—¿Ese era Matt? —Pregunta bajo mientras resfrega su ojo con su dedo.

—Si, estaban buscándote —Digo acercandome a la cama para sentarme a su lado. Sus ojos azules algo adormilado recorren m pecho descubierto pero los quita rápido cuando vuelvo a hablar. —Lía se preocupó al no verte —Le explicó cuando su exprecion se vuelve confusa.

Asiente y aprieta sus labios.

—¿Te diste una ducha? —Pregunta cubriéndose la boca con su mano mientras me mira salgo adormilada todavía.

—Eh... si —Susurro sonriendo nerviosamente ecuando ella lo menciona —Necesitaba despertarme —Miento notando que ella no lo noto.

—¿Les dijiste que estaba contigo? —Pregunto con la mano en la boca y enarco un a ceja.

—Puedes quitarte la mano, prometo no besarte —Digo entre divertido y confundido. Sus mejillas rápidamente se colorean y se queda quieta un segundo mientras su mirada se desvia hacia mis labios.

No hagas eso rubia.

—N-no... no es por eso —Susurra con nerviosismo pero aunque mantiene su mano sobre su rosados labios noto una sonrisa escondida. —Solo... no lave mis dientes, bueno recién despierto —Explica rápidamente pero su voz es tenue.

—No te avergüences, es normal rubia —Digo en una risita.

—Preferiria lavarlos antes de seguir hablando —Murmura con su boca cubierta. —Descuida Lía siempre deja cajas con repuestos de cepillos en mi baño —Susurra haciendo el intento de destapar su cuerpo, la veo temblar un poco y apretar sus labios. —Que frío —Susurra volviendo a cubrir sus piernas algo arrepentida, pude ver que llevaba un diminuto short debajo de su remera para dormir.

—Lo sé —Digo refierondome al frío. —¿Y Dorito? —Pregunto levantandome de la cama y la veo sonreír un poco, solo puedo notar la exprecion de sonrisa en sus ojos ya que sigue con la boca cubierta.

—Creo que él también tenía frío —Susurra abriendo la manta justo junto a su cadera se encuentra mi bolita anaranjada. —Solo se acercó y se metió por dentro de la manta —Explica algo nerviosa.

—Lo siento, sé que les temes —Murmuro algo incómodo, entendia su miedo pero de verdad me gustaría que ellos e llevasen bien, se que Dorito la quiere mucho.

—No, está bien —Dice levantando una mano en mi dirección cuando me acerco para quitarlo. —Es su habitación yo soy la intrusa —Susurra rápidamente y sonrio sin poder evitarlo.

—Gracias  —Digo notando que aunque le temiera a mi pequeño leoncito ella sabia cuanto me importaba que se lleven bien.

—Gracias  a ti —Susurra encogiendose de hombros para luego levantarse de la cama con cuidado, acomoda las mantas para que cubran el cuerpo de Dorito y finalmente se para junto a esta para mirarme —Iré... a cepillar mis dientes —Me avisa.

—Claro, debo cambiarme también —Digo dandole una sonrisa y la verdad es que no podia sacar esa exprecion de mi cara, no cuando ella se paseaba en tan poca ropa por mi habitación, no cuando después de pasar un mal momento recurrió a mi, a mis brazos. Todavía me frustraba pensar que hasta cuando dormía ese idiota la molestaba.

—Ah... claro te dejo para que te cambies —Sonríe algo timida. Une sus manos detrás de su espalda y baja la mirada. Quiere decir algo, parece pensativa —Nos vemos —Suelta un suspira y antes de que pueda darme cuanta ya abandonó la habitación.


. . .

—La comida llegará en cualquier momento y todavía no aparece —Se queja Malena subiendo sus lentes de sol para dejar ver sus ojos. —El mismo fue quien nos cito aquí —Agrega rodando los ojos.

—Solo se atrazo por... —Miro mi teléfono —Media hora —Digo haciendo una mueca, la hora marcaba la una y media del medio día. Malena se encuentra frente a mi y nos separa la mesa del restaurante, la veo sacar su teléfono.

Habíamos recibido un mensaje de David muy temprano para que nos reuniremos justo en donde estábamos. Luego de desayunar Lía, su hermana y Emma habían organizado una salida juntas con Ali por lo que ellas fueron las primeras en irse y a pesar de que no pudimos hablar mucho con mi rubia ella lo recompensó con un beso de despedida en m mejilla que para lo timida que era frente a todos fue demaciado arriesgada.

Escucho a Malena bufar luego de llevar el teléfono a su oreja.

—Maldito rubio pelo de espantapájaros no me contesta —Suelto una risa cuando la noto molesta y creativa con los apodos.

La campana junto a la puerta del lugar en donde David los había citado suena por lo que dirijo mi vista hacia allí.

—Ahí viene —Le digo señalando con mi cabeza. Mi amigo viene con paso apurado mientras se acerca con Sarah a su lado.

—¿Por que te tardaste tanto? —Se queja Malena. —Estamos hace dos horas aquí —Exajera cuando el rubio se sienta junto a ella y rueda los ojos.

—Tío Alex —Dice Sarah acercandose a mi.

—¿Vienes conmigo? —Digo separando la silla de la mesa para que ella pueda sentarse en mis piernas. La pequeña rubia asiente rápidamente y me estira sus bracitos Para que pueda cargarla.

—Lo siento chicos tube un contratiempo —Se disculpa David haciendo una mueca.

—¿Sucedio algo malo? —Pregunto preocupado y el niega rápidamente pero antes de que pudiera decir algo la pequeña sobre mi regazo habla.

—Estábamos visitando a la princesa Eva —Dice ella alegre mientras toma mi mano para jugar con los anchos anillos de mis dedos. Levanto la vista a mi amigo y enarco una ceja viendo abrir su boca sin poder creer que su hija lo acabada de acusar.

—¿Eva? —Pregunta Malena al confundida seguramente por lo frecuente que se hacia escuchar su nombre cerca de mi amigo.

—Eh... si —David aclara asu garganta —Sarah quería visitarla —Aclara.

—Tú me levantaste para ir a su casa —Dice la pequeña cambiando los hechos y por las expresiones de mi amigo puedo notar que la que tiene razón es ella.

—Mira hija... hay una sección de juegos —David señala el patio de juegos dentro del restaurante y la pequeña rápidamente chilla emocionada —Por que no vas a jugar —Le propone levantandose de su silla para llegar hará la ruina que le tiende los brazos.

—Sii, yo quiero el pelotero —Festeja la pequeña.

—¿Nos oculta algo verdad? —Pregunta Malena y giro a mirarla para luego asentir.

—Paso algo en el cumpleaños —Murmuro y ella frunze el entrecejo.

—¿Con Eva? —Pregunta y yo asiento —Ahg por que cada que no voy a algún lado pasan cosa interesantes —Se queja cruzando sus brazos. La veo mirar hacia atrás de mi y rápidamente cambiar su semblante a uno enojado.
—Dios ¿cuando vendrá la comida? —Murmura mirando hacia todos lados.

—¿Hace mucho la pidieron? —Pregunta David llegando a la mesa, escondo una sonrisa entendiendo que Malena estaba cambiando de tema para que el rubio no sepa que hablamos de él.

—Hace una eternidad, todo lo que te tardaste —Le dice y puedo notar la intriga en sus palabras las mismas que me estab consumiendo a mí. ¿Que habrá pasado? ¿Se arreglaron?

—Lo siento es que... —El rubio pasa las manos por su cabello con desesperación —Tengo algo con Eva —Suelta derrepente, Malena me mira asombrada mientras sostiene su pecho.

—¿¿Como?? —Pregunta tomando los hombros de David y este sonríe avergonzado. —Dios ustedes tiene mucha química pero jamás creí que te animarías —Dice soltando una carcajada llena de emoción y la entendía, ella había estado todo estos años tratando de que David volviera a involucrarse con alguien y por fin estaba pasando.

—¿Para que fuiste a su casa hoy? —Pregunto apoyando mis codos en la mesa —Crei que estaban peleados —Digo confundido.

—Espera —Malana me mira —¿Tú lo sabías? —Se queja —¿Por que soy la última en enterarme? —Golpea el hombro de David.

—Créeme que no fue de la mejor manera el enterarme —Digo riendo y David se colorea rápidamente lleno de vergüenza.

—Bueno bueno, ya basta —Dice el rubio dandonos un pare con sus manos —Fui a su casa para disculparme, lo pensé todo la noche y me di cuenta de que no quería terminar esto... —Habla con nerviosismo —Ella me gusta mucho —Admite y tanto mi amiga como yo nos quedamos sin aire al no poderlo crecer lo que oíamos.

—Wow —Susurra Malena dejando caer su espalda contra su silla. —¿Lo hicieron? —Pregunta realmente curiosa y yo ruedo los ojos.

—Malena por Dios —Se exalta David y ella bufa.

—Ah como si a Sarah la hubieras consevido rezando —Le dice rodando los ojos.

—Si te deja más tranquila no —Murmura David —Solo estamos hace poco y Sarah está siempre con nosotros —Explica.

—¿Y te perdonó? —Pregunto.

—Si... bueno dijo que era mi primera y ultima oportunidad —Sonríe de lado —Dijo que no esta para niñeras y... supongo que me arriesgue —Suelta un suspiro —Estoy cagado hasta las patas —Cubre sus ojos soltando una risa nerviosa.

—Tranquilo —Malena ríe y se lanza a abrazarle —Toda relación nueva da miedo —Sonrió ante sus palabras. —Entonces... ¿están saliendo? —Le pregunta separandose para mirarlo y el asiente despacito.

—Pues hay que brindar —Digo tomando mi vaso lleno de agua. —Por la nueva oportunidad —Ambos levantas sus vasos también con agua y los chocamos.

—No la desperdicies... estoy segura que que Eva es una mujer muy codiciada no solo por su apariencia, esta donde esta por su inteligencia. —Lo aconseja y yo asiento de acuerdo.

—Lo sé... nunca había disfrutado tanto conversar con alguien —Esconde una sonrisa.

—Esta enamorado —Grita malena llena de felicidad mientras le pica la costillas a mi amigo para sacar agua cosquillas.

—Espera —Digo interrumpiendolos. —¿Que harás con Sarah? —Malena parece darse cuenta de que se olvida ese pequeño detalle y se queda en silencio. —Digo... ¿Se lo dirás? —Vuelvo a preguntar y David aprieta sus labios.

—No sé... —Suspira —Recién estoy procesando que estoy saliendo con ella no pensé en lo demás —Confiesa y yo asiento.

—Todo a su tiempo, no es necesario decirlo ahora —Dice Malena calmando el aturdimiento de mi amigo.

—Quizás cuando sea más serio —Agrego yo y David asiente.

—¿Y tu sigues con ese tal Mike? — Pregunta mi amigo dando por finalizado su tema y Malena sonríe.

—Si planeamos una cita para cuando regrese —Sonríe un poco. —Estoy deseosa de que vuelva... creo que lo extraño —Hace un puchero con sus labios. David esta por hablar otra vez pero la comida llega a la mesa, nosotros habíamos pedido los que no estaban

David se levanta en busca de la pequeña rubia y cuando la trae a la mesa comenzamos a comer.

—¿Que sucedió el sábado contigo? —Pregunto mirando a Malena mientras corto pedazos pequeños de carne para Sarah que seguía en mis piernas.

—Ah eso... —Murmura cubriendo su boca para tragar su comida. —Tuve una visita inesperada —Ahora limpia si boca y David y yo le prestamos atención.

—¿Una visita? —Pregunta él confundido claramente por que sabíamos que Malena no conocía a nadie aquí, bueno solo a Mike.

—Al parecer tengo una hermana —Confiesa y todos nos quedamos en silencio, creo que ni siquiera sarah se mueve y el ambiente se tensa un poco.

—¿Como? —Pregunto luego de notar que nadie parecía volver a hablar. Malena baja su cabeza luego de asentir rápidamente.

—No tienes que contarnos si no quieres Male —Susurra David rodeando sus hombros.

—Quiero decirlo —Murmura ahogada y mis expresiones se contraen al notar que estaba llorando.

—Esta bien linda, estamos para ti —Digo tomando su mano por encima de la mesa y ella sonrie leve pero ese gesto no llega a sus ojos.

—Se llama Ana y... —Suspira —Tiene diecinueve años —Cierra los ojos —Su madre murió hace un tiempo y le confesó quien era su padre —Aprieta sus labios y se que lo hace para no soltar su llanto. David la abraza y tu acaricio su mano tratando de demostrarle mi apoyo. —No puedo creer que papá engañara a mamá —Finalmete se quiebra y rápidamente es resguardada por los brazos de mi amigo.

—Ven, vamos a jugar —Murmuro levantandome de mi asiento con Sarah.

—¿Que le pasa a la tía Male? —Susurra ella preocupada.

—Nada cariño, tu quédate jugando ¿Si? —Acaricio su mejilla —El tío luego te comprara un helado —Beso su mejilla y ella sonríe.

—Okey —Aplaude y luego corre hasta el pelotero.

—Lo siento —Murmira Malena una vez que llego a la mesa, ella limpia sus lagrimas.

—Tranquila, llora todo lo que quieras —Digo con preocupación.

—¿Quieres seguir hablando? —Pregunta David pasandole un pañuelo de papel, ella asiente.

—Ella solo estuvo unos minutos y dijo su nombre, edad y me explico como llego a mi y quien era su madre pero... —Suspira —La eché y cerre la puerta en su cara —Cubre su rostro llena de dolor —No podía admitirlo... era tan igual a papá —Se lamenta —¿Como podia decirle que él estaba muerto? —Susurra dejando caer su cabeza sobre la mesa.

—Esta bien... —Llevo mi silla hasta estar a su lado.

—Raccionaste como pudiste —David acaricia su espalda.

—No sé que haría sin ustedes chicos —Ella habla llorosa levantandose —Necesito un abrazo —Susurra viéndose derrotada. Sonrió de lado y me acerco ella  rodea mis hombros y los de David con cada brazo.

—Para esto estamos pequeña —Murmura David.

—No te dejaremos sola —Digo también.

______________

¡Volvi!

Solo puedo decir... Wow ¿Se esperaban lo de Malena?

¿Que le apareció la noche de Alex y Emma?

¿Están felices por David?

N/A: Espero que les haya gustado mucho, no se olviden de votar, comentar y sobre todo seguirme aqui y en el instagram donde les comparto muchas primicias sobre el libro.

Mi DM siempre esta para cualquier duda o comentario 💕

Besos.

-Aldi 🥀

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