Capítulos 56: "Adios"

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Pov's Alex

—¿No han conseguido nada aún ? —Pregunta Malena deslizándose fuera del auto de David. 

—No —Respondo yo bajando de la parte de atrás del auto. —Ningún restaurante necesita personal —Le explicó ya que no había tenido demasiado contacto con ella desde lo de Mike.
 
Ella había decidido quedarse, no quiso renunciar a lo que tenía aquí, en cambio tuvieron una conversación de la cual nos actualizo de camino. Según el relato de él, su hermana y él se conocen hace años, son amigos del trabajo para ser preciso. Cuando Mike conoció a mi amiga no sabía que eran hermanas pero cierto día en que la innombrable, para Male, visitó a su amigo reconoció a mi amiga subiéndose al ascensor. 

Ella está conforme con la explicación pero aún así le pidió que no la obligas a tener una relación con su hermana ya que no estaba preparada. 

—No puedo creer la mala suerte que tenemos —Menciona David cuando se une a nosotros, estamos justo frente a Gigi's el cual se mantiene cerrado desde hace unos días, está en quiebra supuestamente. 

—¿Nadie lo ha comprado todavía? —Pregunto extrañado, tenía una excelente ubicación, frente al centro comercial y a un lado del parque más concurrido, por lo que era extraño que no haya recibido aunque sea una propietaria de la que no hayamos enterado.

—Eso parece —Malena suspira. 

Nuestro ex jefe había llamado a todo el personal para que recojamos nuestra última paga, pero nadie había dicho si ya el lugar se había vendido. 

—Volvemos al comienzo —Se queja Malena —Ya no quiero seguir buscando empleo —Dice con desagrado y coincido, quería mi propio lugar, estable. 

—Hablé con mi madre —Suelto sin pensarlo. Ambos se voltean a mirarme. 

—¿Con tu madre? —Pregunta David. 

—Y mi padre está muerto —No quito la mirada del restaurante 

—¿Qué? —David parece reiniciarse. 

—Alex lo lamento tanto —Escucho a Malena, toma mi brazo. —¿Cómo te sientes? —Me pregunta. 

—No sé —Me encojo de hombros. 

—Cuando... ¿cuando hablaste con ella? —Pregunta David y mi mirada va al piso. 

—Hace una semana —Ambos se quedan en silencio. David lleva una mano a mi hombro para demostrarme apoyo. —Luego de aquí debo ir a la leída del testamento de mi padre —Les cuento aclarando mi garganta. —Así que será mejor que hagamos esto rápido —Aprieto mis labios para luego dar un paso adelante y cruzar la calle. 





. . . 


Caminé lejos de Emma luego de que el abogado nos llamase a mi madre y a mí, conduciéndonos hacía su oficina en las instalaciones de la empresa de mi padre, una de las más grandes en crear aparatos electrónicos en la ciudad. 
Frank, el abogado de la familia, había trabajado para mi padre por más de veinte años, ya sea por temas personales o de la empresa. Mi padre confiaba mucho en él por lo que no me extraña que sea el encargado de todo. 

—Adelante —Nos deja pasar a su despacho, todo ahí dentro tiene colores cálidos acompañados de los detalles en madera en ciertos lugares. Toda la empresa era antigua en sí, a pesar de que trabajaban con cierta tecnología. Dejó pasar a mi madre primero. —Que gusto tenerte aquí Alex —Dice con una pequeña sonrisa cuando paso por su lado, solo asiento un poco y lo veo cerrar la puerta detrás de mí. —Acomódense —Nos indica, señalando ambas sillas frente a su escritorio. 

Mamá es quien se acerca primero para tomar asiento yo por otra parte me encuentro tan ansioso que caminó con cautela hacia la silla queriendo retrasar el momento. 

—Grecia, Alex, mis sinceras condolencias —Frank vuelve a hablar. 

Por lo que mamá había dicho la muerte de papá era bastante reciente, ella no volvió a pisar la empresa desde que él se fue, por ello cuando ingresó al lugar todos los empleados le saludaron y se lamentaron por mi padre. 

Estaba seguro que nadie aquí recordaba mi rostro, no había puesto un pie en este lugar desde que tenía diez, no era lo mío a pesar de que estudie administración de empresas. 

—Sé que este no es un momento grato para ninguno de nosotros, así que dejaré las formalidades a un lado para hacer el proceso más rápido ¿Si? —Pregunta mirándonos a ambos y nosotros solo asentimos. 

Luego de nuestro permiso Frank abre uno de los cajones de su escritorio tomando un sobre grande bastante ancho. 

—El testamento está hecho a puño y letra directamente escrito por Nicolás —Dice dirigiendo la vista a mi madre, la veo encogerse un poco en su lugar mientras sostiene un pañuelo en sus manos. 

—Yo Nicolás Hale —Comienza y yo aún no quitó los ojos de mi madre, sabía cuánto la rompería esto. —Por este medio hago público y declaró que este documento es mi última voluntad, que estoy en plena facultades, con edad legal y que no actuó bajo presión o influencia indebida, y que comprendo la naturaleza y alcance de todos mis bienes y de esta disposición de los mismos. Testamento y por la presente revocó cualquiera que haya existido con anterioridad. —Frank levanta la mirada para comprobar que lo sigamos y yo soy el único que asiente para indicarle que continúe. —En tal razón nombró como único(s) y universal(es) herederos a mi cónyuge María Grecia Hale y a mi hijo Alex Nicolás Hale —Suelto un suspiro, realmente estaba aturdido. 

Había pasado una semana desde que mamá me encontró, pero hasta este momento no me sentía afectado en profundidad, a excepción de esa pequeña incomodidad en el pecho que murmuraba que quizás me hubiera gustado poder estar en sus últimos momentos, despedirnos. 

—Nombró como albacea al Dr. Franklin Lomst. Siendo mi voluntad que mis bienes sean repartidos de la siguiente manera: —Hace una pausa pero esta vez no levanta la vista del papel, sino que lo hace para suspirar, mostrando que a pesar de querer ser profesional se encontraba afectado.  —Y aquí mi viejo amigo voy a dejar las formalidades. —Vuelve a hablar con una pequeña sonrisa. —Para Grecia, mi gran amor —Mamá solloza en voz baja y estiró mi mano hacia ella para que la tome. —Le pertenecerá por completo nuestra casa, la mansión soñada para ti, por aquella que trabajamos tanto —Mi madre lleva el pañuelo a sus ojos, limpiando el rastro de agua. —La empresa… —Me tenso al escucharlo al igual que mi madre, Frank me mira. Bajo la cabeza cerrando los ojos por un momento. 

Flashback 

—No lo haré —Digo cruzando mis brazos. 

—¿Y qué pretendes hacer de tu vida? —Pregunta de forma sarcástica. —¿Vivirás como vagabundo haciendo huevos fritos? —Bufa. —Eso es un sueño, no te dará dinero Alex. La empresa sí lo hará —Dice molesto. 

—Pero no es lo que me hace feliz —Trato de explicar. —Prefiero morir de hambre antes de ser un amargado que descarga sus problemas con su hijo. —Le señalo dejándome caer mi espalda en la silla. 

—No me desafíes Alex —Se levanta de su silla, nos separa el escritorio. —Que fácilmente puede borrarse tu nombre del testamento —Dice enojado. 

—Nicolás —Brama comenta molesta a un lado del escritorio, presenciando todo. 

—¿Me estás amenazando? —Ahora también me levanto para estar a su altura. —¿Solo por que quiero ser feliz? —Asiento apretando mis labios, tratando de que no me quemen sus palabras. No lo hacía el hecho de que me quite el dinero, claro que no, sino la falta de apoyo que me estaba demostrando. 

—Eres un egoísta, la empresa te necesita —Grita salvando sus brazos al cielo. —Te harás cargo de ella, no quiero oírte más —Sentencia molesto. 

—No quiero, no es lo mío —Contraataco con el mismo tono de voz. 

—Entonces la herencia tampoco lo será —Dice totalmente molesto. 

—No necesito ese dinero, no es mío, haz lo que quieras con él —Empujo mi silla para permitirme el paso lejos de él. —Me iré tengo una maleta que armar —Hablo con molestia saliendo de su oficina en la casa. 

—Alex no... ¿a dónde vas hijo? —Mamá viene detrás de mí, me frena justo en la puerta de la oficina.  —Tu padre solo está enojado —Habla y por primera vez la veo con los ojos llenos de lágrimas, mi pecho se encoge. 

—Vete, aquí no sirves de nada —Papá grita desde dentro de su oficina. 

—Me voy a Inglaterra —Tomó la mano de mi madre olvidando el hecho de que no éramos de tener tanto contacto. —No me importa si no lo logro, por lo menos lo habré intentado —Digo fiel a mis pensamientos. 

—Alex no vayamos a este extremo —Llora apretando mis manos para retenerme —Puedes estudiarlo aquí cerca de nosotros —Pide. 

—Lo lamento, ya tomé mi decisión,  él jamás me dejará tranquilo si no me largo —Niego haciendo una mueca, se me estaba haciendo difícil bajar el enojo. —No quiero depender más de nadie. —Tomó con decisión sus manos, sabiendo que quizás sea la última vez que la vea, conocía a mi padre, no me dejaría ni acercarme a ella. —Adiós mamá —La acercó para plantar un beso en su frente, sin que me importe cuán seca sea ella en lo afectivo, yo lo necesitaba. 

Fin del flashback 

Me pierdo por un segundo, pensando en cuánto me hubiera gustado poder sanar nuestra relación, pasar una tarde juntos con mamá, poder decirle adiós al menos. No escucho nada a mi alrededor y cuando logro darme cuenta Frank parece estar terminando.  

—En razón a todo lo anterior estampo mi firma y huella digital. —Finaliza dejando el papel sobre el escritorio. 

Parpadeo confundido, el recuerdo me había dejado un mal gusto pero también me había impedido escuchar todo lo demás. 

En los próximos minutos Frank nos hace firmar, demostrando que estamos de acuerdo con lo que nos tocó y luego nos avisa que mi padre no había puesto lapso o cláusula para recibir la herencia por lo que esta ya era nuestra. 

—Alex —Me detengo justo antes de salir detrás de mi madre cuando Frank habla. 

—¿Si? —Pregunto volviendo a él. 

—Esto es para ti —Abre un poco su saco y desliza un sobre rojo oscuro ante mi. —Nicolás la ha dejado a tu nombre. —Me explica seguramente viendo mi confusión. 

—¿Para mí? —Pregunto notando algo apretar mi pecho —¿Que es? —Murmuro tomando el sobre. 

—No sé que hay dentro, pero tu madre ya tiene el suyo también —Aprieta sus labios. —Suerte con eso y con todo ¿si? —Palmea mi hombro. 

—Gracias Frank —Me despido con un asentimiento de cabeza para luego salir del despacho. 




Pov’s Emma 



—Gracias por acompañar a Alex —Miro a Grecia. —Cuando se de cuenta de lo que está pasando en realidad te va a necesitar  —Ella hace una mueca triste. 

—¿Cuándo se de cuenta? —Pregunto confundida. 

—Él todavía no ha tenido tiempo para pensar en lo que está pasando —Me mira —¿No es así? —Pregunta y suspiro. 

—De hecho yo había observado lo mismo —Digo preocupada. —Pero quédese tranquila, no pienso dejarlo solo —Aseguro. 

—Gracias querida —Vuelve a agradecerle cuando no estaba haciendo nada más que amar a Alex, como siempre lo había hecho. 

—No hay que agradecer —Digo dándole una pequeña sonrisa. 

Nuestra conversación duró poco ya que Alex salió del despacho minutos después que su madre, con la cabeza agacha se dirigió a nosotras y se despidió de Grecia. Luego de acompañarla a su auto, el cual era conducido por un chofer, nos dirigimos hacia la avenida principal tomados de las manos, como siempre que íbamos a algún lugar caminando. 

Alex no hablo mucho desde que salieron de la oficina, llevaba un sobre en su mano el cual no había dejado de mirar en casi todo el trayecto a la casa, tampoco me había contado de todo lo que sucedió ahí dentro.

—¿Cómo estás? —Susurro apretando un poco su mano con miedo a que mi voz ni siquiera se haya escuchado. Me mira con una pequeña sonrisa fingida, parece tan confundido pero a la vez sin querer preocuparme. —Alex —Murmuro frenándome, tomó su mano llevándonos a un lugar más apartado de la gente que camina por la acera. —Dime que sientes —Digo llevando una mano a su rostro. 

—No se… no lo sé —Murmura cerrando los ojos. —Él me dejó una carta… —Dice levantando el sobre en su mano entre nosotros para mostrarme. 

—¿La leerás? —Pregunto a la expectativa de cada una de sus reacciones, parecía asustado, confundido pero sobre todo perdido. Había algo que  me había dejado en claro la semana posterior a la leída del testamento y eso era que Alex no había podido asimilar el fallecimiento de su padre, y estaba segura que aún ahora, luego de salir de la empresa sigue sin poder procesarlo. 

—No sé, yo... —Se queda sin palabras y tomo sus mejillas, trato de sostener su mirada, quiero darle seguridad. 

—¿Quieres ir a verle? —Murmuro demasiado despacio. Sus ojos se cierran. 

—Creo que sí... no puedo creer que esto haya pasado, no nos despedimos —Apoya su frente contra la mía. 

—¿Quieres ir ahora? —Pregunto y él niega, pero rápidamente se contradice asintiendo. 

—Yo... estoy algo cansado —Suspira rodeando mi cintura. —Pero no podré estar tranquilo si no la leo —Besa la punta de mi nariz y luego mi boca con un pequeño contacto. 

—Podemos ir ahora —Acaricio sus mejillas —Leerás la carta y te despedidas —Le doy una opción y él asiente despacio. 

—Gracias mi rubia —Se inclina para dejar esta  vez un beso más largo en mi boca, que como siempre deja las mariposas alborotadas en mi interior. 

—¿Sabes dónde está? —Pregunto abrazando su cintura con uno de mis brazos cuando volvemos a caminar. Él rodea mis hombros de forma cariñosa. 

—Si... le pregunté a mamá —Su voz suena apagada. 







Pov's Alex 

El aire era denso mientras nos desplazamos entre las distintas lápidas a pesar de el viento que se había despertado azotando a los árboles que rodeaban el cementerio. 

Aprete a Emma contra mí, todavía siendo rodeada por mi brazo, no quería que se separara de mi, porque, aún sin saber lo que había dentro del sobre que  llevaba en mi mano libre podía presentir que la necesitaría para sostenerme. 

Nos frenamos frente a su lápida, estaba justo en la fila veintitrés sobre el lado derecho como nos había indicado el guardia de seguridad de la entrada. Emma se separa un poco de mí y bajó la mirada cuando siento la suya en mi rostro desde abajo. 

—¿Nos sentamos? —Pregunta dándome una pequeña sonrisa que pretende demostrar su apoyo mientras con un movimiento de cabeza señala un barco cerca, justo frente a la tumba.  Asiento soltando un suspiro. 

—Nunca pensé en esto —Murmuro luego de sentarme. Mis ojos fijos en la nada, estaba aturdido. Me inclino para apoyar mis codos sobre mis piernas. —Creí que nos quedaba tiempo —Bajo la cabeza y pasó una mano por mi pelo con el pecho apretado. 

—Quizás te haga mejor el hecho de leer la carta, quizás se despidió en ella. —La voz de Emma vuelve a ser tan baja, que si no estuviéramos cerca el ruido de las hojas chocando a causa del viento me impediría oírla. 

—Leela conmigo —Volteo a verla. —Así no me sentiré tan... —Aprieto mis labios viendo su ceño arrugado con tristeza. —Solo. —Murmuro estirando mi mano hasta llegar a su rostro. 

—No te dejaré solo... —Susurra con los labios arqueados hacia abajo —Jamás —Promete llenándome de sentimientos plenos, sentimientos que quería vivir con ella. 

Aliso su ceño triste con mi pulgar y admiro su rostro por un segundo más antes de enderezarme para apoyar mi espalda en el respaldo del banco, como lo hace ella.  

Sostengo el sobre bordó entre mis manos, en la parte del frente escribía mi nombre con la conocida letra cursiva de mi padre, ni siquiera la había abierto y ya sospechaba cuánto dolería. 

La abro despacio, sin querer romper el envoltorio. Emma se mantiene a mi lado en silencio, su mano descansa en mi pierna sin permitirme olvidar que está a mi lado. 

La hoja blanca se desliza fuera del sobre, desdobla sus pliegues con algo más de prisa y para cuando los párrafos de tinta están visibles me aborda un inexplicable sentimiento, no era miedo pero sí algo muy parecido. 

Le doy un pequeño vistazo a mi rubia y ella asiente acercándose un poco más para poder leer, también me acomodó llevando mis ojos a la primera palabra. 

No sé muy bien cómo comenzar esta carta... son tantas cosas por decir, no aproveche el tiempo. 

Me encuentro en el hospital en este momento, tu madre duerme junto a la camilla mientras aprovecho esta madrugada para despedirme de ti. 

No estoy bien desde hace meses, mi cuerpo muere y no estoy tranquilo con mi conciencia, nunca lo estuve desde que te fuiste de la casa. No te apoye, no fui un padre, no pensé en lo que querías sino en lo que necesitaba la empresa y lo lamento. 

Me queda poco tiempo y cuando lo comprendí comencé a pensar en que había hecho todo este tiempo, analicé mi vida y noté lo mal que había actuado contigo, no estuvo bien sobreexigirte, como lo hicieron conmigo cuando era un niño, no estuvo bien que te negara mi cariño para resaltar mi autoridad, para moldearte a mi gusto, jamás serías así, somos distintos. 

No creo llegar a verte antes de dejar este mundo, las horas previas a tu muerte lo sientes, algo cambia, pero de verdad deseo decirte todo lo que pensé en estos últimos meses. 

La empresa no es para ti, tu lugar está en eso que te hace resaltar, tu resaltas, en cada platillo que tu madre me obligaba a probar cuando me negaba a aceptarlo. 

Te desligó de cualquier lazo con la empresa, quiero que vivas, que con mis ahorros compres un gran e imponente restaurante en el cual tus platillos sean los más importantes de la ciudad. 

La casa de la playa solo fue un detalle que quise darte, sé cuánto amabas la cocina de ese lugar, tan amplia y con vistas al mar. Vive y siente por mi . 

Cuida de tu madre, ella fue la mujer más importante de mi vida, nunca se lo dije de frente, no fui criado para expresar mis emociones, pero me encuentro tan cerca del final y tan arrepentido de no haberla amado con el frenesí  que lo sentía. Ahora solo queda arrepentirme. 

Busca un amor que te sume, busca más que una compañera de cama, permítete vivirlo con la persona indicada, aquella que te apoye en tus peores momentos y saque lo mejor de ti.  

Gracias por no ser fácil de moldear, estoy orgulloso del hombre en el que te convertiste Alex 

Te amo, nunca lo dije, pero te amo hijo. 

        
                                          -Nicolas Hale


Mis manos tiemblan y abro mis labios permitiendo soltar un largo suspiro que había retenido aire desde el comienzo de la nota. 
El silencio sigue siendo ensordecedor y no quito mis ojos del papel notando varias manchas de agua en él, lágrimas, las que recorrían mi rostro hasta caer y llamarse allí. 

—Alex —Mi nombre sale tembloroso de los labios de mi rubia. 

—Siempre había querido que entrará en razón —Mi voz sale ahogada, baja y consumida por lo que sentía.  —Pero no de esta forma, no a este costo —No veía nada, tenía los ojos inundados y ni siquiera estaba seguro de en qué momento había comenzado a llorar. 

Mi rubia quita la carta de mis manos y luego siento como sujetan mis mejillas, cierro los ojos dejando caer todas las gotas que obstruyen mi visión. Siento sus pequeños dedos pulgares limpiar el resto de agua y al abrir mis ojos la encuentro frente a mi, arrodillada entre mis piernas. Sus ojos rojos al igual que su nariz brillante. 

—Esa carta fue dolorosamente hermosa —Susurra con los labios arqueados, tristes. 

—Lo fue —Aseguró con dolor.







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¿Que les pareció el capítulo? 

¿Su parte favorita? 

La verdad si se me empataron los ojos escribiendo la carta :( 

N/A: Espero les haya gustado mucho el capítulo, y si así fue quieran demostrarlo con una estrellita o un comentario. 
Abajo dejo el Instagram de mis libros.

Besos 

-Aldi 🥀

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