Dos 🌸

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🐰🐰🐰

Todavía me encontraba en estado de shock, mi pulsera seguía vibrando como si tratara de llamar mi atención a toda costa, el color del brazalete perdiéndose con lentitud.

¿Esto estaba realmente pasando? ¿La persona que se supone está destinada a mi se encontraba en el mismo lugar que yo? Sé la respuesta pero simplemente no lo puedo creer todavía.

¿Vante? El hombre alto y de piel morena que caminaba hacia la tarima frente a mi ¿Era él mi destinado?

Bajé la mirada y negué, esto debía de ser una broma, justo era destinado de quien estaba en contra de las pulseras, aunque claro, no es como que yo si esté a favor, suspiré, de todas formas parecía que él nisiquiera lo notó, lo que significaba que no llevaba la pulsera, no debía de ser importante para él.

-¿Je-Jeongguk? 

La voz conmocionada de Yoongi llegó a mi, haciendo que mirara hacia él, encontrándolo con las manos sobre su boca y una expresión sorprendida, sus ojos viajando de mi muñeca a mis ojos.

Genial, se dio cuenta.

-No digas nada.-dije en voz baja como una orden y Yoongi asintió, mirándome ahora con tristeza.-Y no me veas así, estoy bien.

-O-Oh de acuerdo.-murmuró desviando la mirada hacia el frente.

No pude evitar el quitarme la pulsera para luego meterla en el bolsillo de mi pantalón, ahora me siento expuesto, como si había sido atrapado con las manos en la masa, cosa que era ridículo.

Decidí concentrarme entonces en los libros sobre la mesa, si el peliazul al que le llaman Vante no se había dado cuenta, no tenía porque darle importancia yo, podría escaparme del estúpido destino que el gobierno me preparó.

-Sabes...-susurró Yoongi muy cerca de mi, asustandome por lo repentino que se había acercado.-Vante es ciego, deberías de escuchar la historia de tu pareja, el porqué no cree en las pulseras, no lo des todo por vencido.

Me perdí después de escuchar la palabra ciego y muchas preguntas se acumularon en mi cabeza, una extraña preocupación me invadió y...

Cerré los ojos y negué, el hecho de que escuchara su historia no cambiaría nada, es más, era mejor para Vante que yo me mantuviera al margen.

-Gracias por asistir a mi primer evento.-escuché que dijeron, una voz ronca y a la vez suave.-Es la primera vez que hago algo como esto y estoy emocionado de contar mi historia.

Aplausos inundaron la biblioteca y yo suspiré mientras apoyaba mi espalda contra el respaldo de la silla y me cruzaba de brazos.

-Como muchos ya sabrán por mi libro, que es más bien una biografía que mi hermano me ayudó a redactar, venimos de una familia disfuncional formada por la tontería esa del gobierno, las pulseras del destino, se supone que están diseñadas para juntar personas que se amarán hasta la eternidad y que no fallan, pero es todo una mentira.

Le observé detalladamente, su cabello azul llegaba casi a sus hombros y finalizaba en ondas, llevaba lentes oscuros así que no sabía de que color podrían ser sus ojos, sus pantalones rojos se ajustaban a sus piernas y muslos, la camisa floja de color negro combinaba con sus botas del mismo color, como confirmé no había ninguna pulsera a la vista.

-Mis padres vivieron en una "Burbuja de amor" únicamente por un año en el que fueron novios, luego mi padre mostró su verdadera cara, la maltrató de las formas que ni siquiera se imaginan,  eso siguió por largos años y aunque se casaron y tuvieron a mi hermano, el maltrato nunca paró, cuando yo nací sufrí de maltrato al igual que mi madre por muchos años, mi hermano trató de protegernos, pero fue difícil para él.

Me preguntaba si el hermano del que mencionaba era aquel hombre más alto y al igual que él con piel morena que se encontraba cerca del peliazul, probablemente estaba pendiente de que no cayera.

-Esto ya lo saben, otros no, entiendo que muchas personas prefieren ver y escuchar una historia que leerlo y yo estoy gustoso de contarles. Hace dos años, llegué a mi límite, verán, yo no soy ciego de nacimiento, perdí la vista como resultado de una pelea contra mi padre, donde él aprovechando la ausencia de mi hermano agredió a mí madre y yo traté de defenderla, lo que gané al final fueron unos golpes, huesos rotos y lo que terminó de llenar el vaso y que perdiera el conocimiento fue el vaciado de cloro, de ese que se utiliza para la limpieza, mi padre dio con él y vació su interior en mi rostro.

Mi estómago se retorció sintiendo ira hacia esa persona del que Vante hablaba.

-Cuando desperté en el hospital no solo me di cuenta de que perdí la vista, sino que también me enteré que mi madre había fallecido por hemorragias internas.-continuó en tono firme sin mostrar debilidad.-¿Y saben por qué mi padre hizo todo esto? Por las malditas pulseras, porque resulta que antes de conocer a mamá se enamoró de una mujer que le abandonó cuando conoció al hombre que encendió su pulsera, entonces todo ese rencor hacia ella lo sufrió mi pobre madre hasta que murió.

Vante hizo una pausa, alzó la cabeza al techo y suspiró.

-Yo... No es que quiera incitar a que no crean en esas pulseras porque eso significaría que yo piense que todos tendrán el mismo fin que yo, más bien el mismo fin que mi madre, pero no considero correcto que dejemos nuestro futuro a cualquiera, no es correcto permitir que una pulsera decida con quién debamos estar el resto de nuestras vidas y es por eso que yo, en este día y frente a todos ustedes, acabaré con lo que podría ser mi atadura en un futuro.

Me tensé con un mal presentimiento invadiendo mi cuerpo, el hombre de traje terminó acercándose más y tocando el hombro de Vante sacó con su otra mano una caja de madera pequeña la cual extendió hacia él.

-Gracias.-dijo hacia el hombre mientras abría la tapa aún en manos de él y sacaba lo que estaba en el interior, entonces el hombre se alejó unos pasos.-Bueno, esta es la primera vez que yo...

Vante dejó de hablar y la pulsera que se veía ahora perfectamente cayó de sus manos hasta caer en el suelo, el peliazul pareció consternado y yo solo pude hacer una mueca.

-L-Lo siento.-dijo Vante para luego soltar una risita nerviosa y cuando estuvo a punto de agacharse el hombre le detuvo, agachándose él y tomándolo para dárselo de nuevo.-Hmm gra-gracias...

Vante no hizo nada al instante, se quedó quieto mientras tocaba levemente la pulsera, entonces murmullos se escucharon en toda la biblioteca hasta que el peliazul carraspeó.

-L-Lo que decía, esta es la pulsera que el gobierno me mandó hace un año, es la primera vez que sale de esa caja que vieron y será para que todos los despidamos de ella.

Sentí la mirada de Yoongi sobre mi, probablemente preocupado por saber lo que se avecinaba, yo por mi parte me mantuve tranquilo o por lo menos esperaba parecerlo.

-¡Yo no dependo de nadie para escoger mi destino!-exclamó Vante mientras una mujer se acercaba a él con una extraña caja.

-E-Es una trituradora pequeña.-murmuró con horror Yoongi.-Yo tengo una para mi papeleo.

Mordisqueé mi labio inferior y mi corazón latió con prisa viendo en cámara lenta como Vante acercaba aquella pulsera a la trituradora y contuve el aliento cuando se detuvo de repente y movió su cabeza de un lado a otro como si buscara a alguien aunque por supuesto no le viera.

-Y esta es tu liberación.-dijo Vante en voz baja.-Te libero para que tú también escojas tu destino.

Acabando de hablar, soltó la pulsera y la trituradora hizo un chirrido mientras acababa con todo lo que encontraba, no estaba ligado a mí ni nada, pero por alguna razón si dolió.

-Yo... Creo que es hora de irme.-murmuré levantándome de la silla con prisa y recogiendo mis cosas.

-Jeongguk...-murmuró preocupado Yoongi.

Tomé de igual forma los libros y los metí dentro de mi mochila.

-Nos veremos después.-dije antes de darme vuelta y casi correr hacia la puerta.

Un sentimiento asfixiante me arropó, era estúpido sentirme dolido y hasta traicionado, pero si él podía hacer eso, dejarme ir, yo no haría nada en contra.

¡Hola buenas noches!

Actualizaciones para Cordis: Lunes, miércoles y viernes.

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