Pov's Lía  
 
 
Entro a la cocina de forma silenciosa y mi mirada no tarda en encontrar a Matt junto al fregadero terminando de limpiar. Sus anchos hombros y su deliciosa espalda libre de tela me hace morderme el labio. Solo llevaba un par de pantalones de chandal que colgaban de sus caderas dejando ver su privilegiada genética.
 
 

Cruzo la cocina sin apartar los ojos de él y lo abrazo desde atrás, sus músculos se tensan por un momento hasta sentir el  el primer beso en medio de sus omóplatos, el lugar mas cercano a mi boca a causa de su gran altura. 
S

e relaja a medida que me deslizo por su piel dejando pequeños besos mojados.

Mis manos recorren su pecho firme y muerdo su piel en un intento desesperado por saciarme de él, lo oigo suspirar cuando mi lengua repasa la mordida.

Sigo bajando por su abdomen hasta llegar al elástico del chándal. Matt dejo de moverse, sus manos se mantienen sobre el mármol de la encimera dejandome tomar lo que quiera de él. Me deslizo mas hasta poder acariciar su miembro por encima del pantalón. En un rápido movimiento cambia nuestros lugares pero ahora estamos enfrentados.

  
 
—¿Ya quieres tu postre? —Su tono es burlón pero no me avergüenza por que puedo ver el deseo claro en su mirada, sentirlo sobre mi piel en su agarre sobre mis caderas y sobre todo en la dureza contra mi vientre.

Lo miro solo asintiendo una vez, sabía que era suficiente y sus labios chocando contra los míos me lo confirmaron. Nuestras bocas se enriedan al igual que nuestras extremidades en una batalla por conseguir más. Me aprieta contra su calido cuerpo y su lengua se adentra entre mis labios haciendome suspirar. Mis manos tironean de su corto cabello y me paro en la punta de mis pies buscando más contacto.

  —Matt —Chilló cuando me levanta de un tiron obligándome a enredar mis piernas en sus caderas. Desliza sus manos dejabo de mi camiseta y ahueca mi trasero entre sus grandes manos amasándolo. 
 
—Mmm... —Sonrio contra sus labios ante su suspiro. —No no llevas tanga, pequeña pervertida —Murmura mientras uno de sus dedos se desliza por mi humedad. —Me pones mucho —Comienza a dejar besos por mi mandíbula hasta llegar a mi cuello.

Con un ágil movimiento, su mano derecha abandona mi trasero  recorriendo mi espalda, costillas y abdomen, llegando a uno de mis pechos, lo cubre por con completo con su palma y juega con mi pequeño pezón entre sus dedos hasta dejarlo erecto. Siento mi cabeza dar vueltas por su toque por todo él, por que sabia como acariciarme y que hacer para que me estremesca.

Me deja caer en la encimera y sus manos se encargan de levantarme la camisa hasta abajo del mentón. Su mirada recorre mi piel y sus ojos ya negros me deboran. Se acerca a mis labios una vez más para dejar un beso furtivo el cual me advierte lo que su lengua hará conmigo. Luego de abandonar mi boca se encarga de saborear mis pezones, de tironear de ellos hasta que la encimera estuvo vergonzosamente mojada. Lo miro miró desesperada cuando su mano la cual habia comenzado a desender por mi abdomen se detiene a centimetros de mi pubis. Levanta sus ojos y me da una media sonrisa cargada de lujuria para luego llevar dos de sus dedos hacia su boca, los lame para luego retomar su tarea, separa mis pliegues dando paso a su dedo de corazón, recorriendo perezosamente mi centro. Jadeo adolorida y ansiosa.

Gimo cuando sus dedos dibujan círculos lentos sobre mi clítoris. Mi respiración se comienza a agitar y mis manos se aferran a sus brazos desnudos. Vuelve a bajar su dedo por mis pliegues y se desliza dentro con mucha facilidad por lo húmeda que estoy.  
 
—Ah, Matt... —Jadeo encontrando su mirada la cual no se despega de mi rostro.  Mis piernas tiemblan y sabía que  necesitaba más. — Oh, Dios —Murmuro dejando caer mi cabeza contra su hombro cuando añade otro dedo.

El vaivén de su mano estimula mi centro mientras sus dedos comienzan a acelerar, dándome justo donde lo necesitaba, su insistente y mágica mano me lleva a casi de inmediato a mi inevitable orgasmo. 
 

—Eso bebé... —Sus dedos se deslizan fuera de mi y se pierden entre sus labios. —Exquisita —Me guiña un ojo y sonrió.
 
No me da tiempo a recuperarmr cuando vualve a envolver mis piernas en sus caderas y, sujeta a su cuerpo nos lleva fuera de la cocina. En menos de diez pasos llegamos al sillón, se sienta en el dejandome a horcajadas en su regazo.
No dudo en hacerme cargo y comienzo a besar su cuello.
 
—Mmm... —Suspira tomando mi trasero para acompañar mis movimientos. Me arrastraba por su longitud cubierta tentada con la idea de que solo un par de capaz de tela nos separaban.  

Recorre mi piel con un calido toque por debajo de la camiseta empujando la tela cada vez mas arriba, hasta quitarla en un rápido movimiento. Completamente desnuda apoyo mis manos en sus rodillas y roto mis caderas encima de su erección, dejandolo verme entera. Sus manos van a mis pechos y se inclina para poder pasar su lengua por entre medio de estos, tiro mi cabeza hacia atrás por el calido roce y sujeto su cabeza cuando captura mi pezón izquierdo en su boca, lo succiona y hace círculos alrededor mientras yo solo puedo acariciar su pelo. Su otra mano acuna mi pecho derecho y luego lo pellizca enviando una corriente eléctrica directo a mi centro, me muevo un poco más rápido para calmar mi adolorida entrepierna.  
 
Me bajo de su regazo tomando el elástico de sus pantalones junto con su bóxer, se los saco y los tiro en el sillón, me vuelvo a subir.

Ambos estábamos desnudos, nos besamos desesperadamente. Lo siento posar su mano izquierda en mi nuca mientras que la derecha baja por mi espalda hasta mi trasero, pega una palmada en este haciéndome saltar un poco.  
 
—Ah, no hagas eso, sabes que me pone mala —Digo jadeando.  
 
—Me encanta ponerte así —Vuelve a palmear mi trasero y muerde mi cuello  
 
Ash, no puedo más  
 
Me separó y alcanzó una caja de arriba de la mesa ratona, sacó un condón y se lo colocó. Me montó de nuevo en su regazo, acomodó acomodo la punta y amagó  en bajar pero desvió su miembro para que resbale por mi entrepierna hasta mi clítoris, lo miro pícaramente.  
 
—Mmm... —Dice, lo repito dos veces más viendo como Matt miraba nuestros sexos, desesperado.  
 
—Ahg, Lía, mete... —No logra terminar por que me penetro yo misma, viendo cómo como él echa su cabeza hacia atrás y maldice. Lo saco para luego dejarme caer lentamente. Mantengo movimiento rítmicos haciendo chocar su pubis con el mío. Suspiro.  
 
—Ah, mierda, Lía —Dice Matt con los ojos cerrados fuertemente. Suelto una risita Muevo mis caderas en círculos y apoyo mis manos en su pecho para moverme más deprisa. Matt me ayuda empujando mi cadera. Besa mis pechos. Subo, bajo y me muevo en círculos, mis caderas van cada vez más deprisa al verlo tan perdido por el placer que yo le causaba.  
 
—Matt, me Me voy a venir —Digo en un susurro desesperado. Aprieta mis caderas y comienza a mover las de él, encontrándonos en un choque delicioso. Esconde su cabeza en el hueco de mi cuello cuando llegamos al orgasmo.  
 
—¿Por qué eres tan buena? —Pregunta repartiendo besos por mi cuello luego del orgasmo.  
 
—Aprendí con el mejor —Le digo cuando me mira a los ojos, suelta una carcajada.  
 
—Vamos a dormir, pequeña pervertida —.Se levanta cargándome hasta nuestra habitación.  

 
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N/A: regálame una estrellita y seguirme si te gusto el capítulo. Seguramente los próximos capítulos van a empezar a ser más largos  
 
-Aldi🥀  

EDITADO POR: @Natalia_Ballesteros