Capítulo 35: "La verdad"

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

EDITADO POR: @Natalia_Ballesteros

Maratón 3/3  

 
Pov's Lía. 

 
—Cielo —Escucho susurrar cerca de mi oído — Cielo —Repiten un poco más fuerte —Lía. —Dicen moviéndome el brazo para despertarme.  
 
—Cinco minutos más. —Susurro girando para darle la espalda. Escucho su risa detrás de mí.  
 
—Debemos ir a ver a Cielito. —Comenta acariciando mi brazo, en serio no podía abrir los ojos estaba muy cansada.  
 
—Un ratito más… —Digo girando un poco mi cuerpo hacia él para agarrar su brazo y tirar, haciéndolo caer en la cama detrás de mí, me doy vuelta acurrucándome en su pecho, está claro que no estaba del todo despierta.  
 
–Llegaremos tarde. —Dice acariciando mi pelo, aspiro el rico aroma de su pecho antes de contestar.  
 
—Okey. —Digo bostezando.  

—El desayuno está preparado. —Habla saliendo de la cama y eventualmente de la habitación para que pueda cambiarme, todavía en la cama destapo mi cuerpo mientras me quejo, saco primero una piernas tocando el frio piso, saco la otra y me siento, me cuesta, no crean que es fácil levantar un vientre de cinco meses. Bostezo mientras rasco mi cabeza, seguro tengo un nido de pájaros en ella, tomo la manta que me había sacado para envolverme en ella; últimamente me encontraba más cansada y dormía más tiempo que antes. Mamá dice que por el peso del vientre me canso más, no lo sé.  
 
Envuelta y calentita, salgo camino a la cocina, a pesar de tener un pijama de mangas largas seguía sintiendo frio.  
 
—Buenos días. —Digo sentándome en la silla de la cocina, pongo las manos sobre la mesa y mi cabeza sobre ellas haciendo que parte de la manta que cubría mi cabeza me tape por completo.  
 
—Buenos… —Escucho que contesta Matt pero no termina el saludo, sus pasos se aproximan. Siento que mi manta se levanta y me fuerzo a abrir los ojos cuando la luz entra en mi escondite —Buenos días Lía —Dice él divertido.  
 
—Estoy cansada. —Me quejo como niña pequeña a la que la han despertado temprano, él se da vuelta para acercarse a lo que sea que está preparando mientras yo saco la manta de mi cabeza para mirarlo.  
 
—Descuida cielo todavía tenemos tiempo hasta para bañarnos —Dice girándose y dándome un sonrisa picara.  
 
—Bobo... —Digo riendo cuando él me guiña el ojo.  

—¿Por qué? Hay dos baños, nos podemos bañar al mismo tiempo pero en distintos baños —Dice caminando despreocupado hasta llegar a mi lado —, tú eres la de la mente podrida. —Dice dándole un toquecito a mi nariz, que me hace rodar los ojos.  
 
—Tú lo dijiste con la intención de que sonara mal. —Digo apuntándolo con un dedo.  
 
—Había que probar. —Comenta levantando sus manos a los lados de su cuerpo haciéndose el inocente.  
 
Una vez que tomamos el desayuno cada uno se fue por su lado a bañarse ycambiarnse, todo para que a las ocho estemos saliendo de casa, la cita con la doctora era a las ocho y media, pero teníamos el viaje de ida así que teníamos que salir antes.  
 
—¿Ya estas cielo? —Pregunta Matt tocando mi puerta.  
 
—Si, ya voy —Digo tomando mi pequeño bolso en donde llevaba mi billetera y teléfono —, estoy lista. —Hablo abriendo la puerta encontrándome con un sexy, que digo sexy, un tentador Matt esperando por mí.  
 
—Se ven hermosos —Dice él sin ningún tipo de descaro haciendo que mi corazón se derrita poco a poco —, ¿Vamos? —Pregunta y yo asiento para luego seguirlo por el pasillo, sin poder evitarlo miro su trasero. Me encantaba cuándo usa Jeans, hacía que su trasero se viera mejor que de costumbre.  
 
Una vez fuera del ascensor caminamos hasta su auto que esta estacionado frente al edificio, nos metemos en el, pero Matt no lo enciende, en su lugar me mira.  
 
—Me encanta que uses vestidos ajustados, hacen resaltar a cielito. —Dice tocando al susodicho haciéndome sentir todo tipo de cosquilleos en mi vientre. Sonrió un poco extrañada por su repentino comentario, él parecía querer decir algo más pero termino callando.
 

Una vez que estacionamos nos encaminamos hacia la recepción, en el trayecto no habíamos hablado de nada más, solo nos quedamos en silencio y me permití disfrutar de su compañía sin torturarme.
 
—Hola, soy Lía Sanz tengo una cita con la doctora Alice a las ocho treinta. —Hablo con la recepcionista que no era Ashley, quien nos había atendido antes.  
 
—Oh si claro, pasen y toquen la puerta. —Dice la chica quien ahora se  llama Leíla por el cartelito en su pecho. Me giro hacia Matt que estaba detrás de mí para luego caminar por la siempre vacía sala de estar.  
 
—Adelante —Dice la doctora Alice cuando tocamos a su puerta —. Oh, pero mira que grande que esta —Habla acercándose a mí para tocar a cielito —. Hola chicos.
 
—Hola. —Decimos ambos al unísono.  

—Comencemos —Dice invitándonos al otro consultorio —; recuéstate en la camilla. —Pide colocándose los guantes. Me pasó al lado de la camilla pero era más alta que yo así que debía saltar un poquito.  
 
—Te ayudo cielo. —Dice Matt tomando mis caderas y ayudándome a subir.  
 
—Gracias. —Digo un poco sonrojada cuando de reojo puedo notar que la doctora nos está presenciando todo.  
 
—Bueno, ya sabes que el gel es frio y para qué sirve la servilleta. —Dice ella señalando las cosas nombradas para luego apretar unos botones en la máquina, comienza a pasarme el ecógrafo por el vientre mientras mira la pantalla no dice nada por un tiempo largo.  
 
—¿Está todo bien? —Pregunta Matt sacándome la pregunta de la boca.  
 
–Todo perfecto, solo estoy detallado un estudio de todos los órganos fetales para descartar cualquier malformación. —Dice para luego seguir moviendo un poco la máquina.  
 
—Estará todo bien. —Habla Matt apretando mi mano cuando lo miro preocupada, me  da con una sonrisa la seguridad que me faltaba.  
 
—Está todo bien chicos. —Dice la doctora haciendo que la mire —¿Quieren saber que sexo tiene? —Pregunta y yo miro a Matt buscando su respuesta a lo que él me mira confundido.  
 
—Si, sí quiero. —Digo dándome cuenta de mi error, la doctora asiente y siento mis nervios recorrer todo mi cuerpo y un cosquilleo instalado en mi estomago  
 
¡Iba a saber el sexo de cielito!  
 
—Es una niña. —Dice la doctora haciendo que una sonrisa eufórica se instale en mi rostro.  
 
—¡Lo sabía! —Dice Matt como si estuviera pensando en voz alta —Lo siento. —Dice riendo un poco, se le veía emocionado, recuerdo una vez, cuando éramos más chicos y planeábamos sobre el futuro él siempre decía que le gustaría tener una niña, y ahora la tenía, pero él no lo sabía.  
 
Debes decirle, es muy importante para él.  
 
—Bueno, aquí tienes tú ecografía —Dice la doctora sacándome de mis pensamientos —, hasta la próxima cita.  
 
—Gracias, ¿Cuándo saco el turno? —Pregunto limpiando mi estómago.  

—En la semana veinticuatro —Dice ella levantándose para estrechar la mano de Matt —. Que tengan buen día. —Le dice y el sonríe.  
 
—Gracias —Habla Matt para luego acercare a mí —. Ven. —Dice bajándome de la camilla haciéndome reír.  

—Adiós y gracias. —Le digo a la doctora estrechado su mano también para luego salir del consultorio.  
 
—Vas a tener una niña. —Dice Matt emocionado sonrió con culpabilidad y miedo, sabiendo que tendré que hablar con él.  
 
—Si... —Digo sonriendo falsamente.  
   
 

. . . 

Estuve todo el camino de vuelta a casa pensando en cómo decírselo, buscando las palabras pero nada, no encontraba nada, ni siquiera valor; mi cuerpo temblaba un poco y mi corazón iba de precisa.  
 
—Primero las damas —Dice Matt abriendo la puerta del apartamento haciendo referencia a cielito y a mí, me trato de reír pero no puedo —. ¿Quieres algo de comer, u.. otra cosa? —Pregunta  colgando su chaqueta en el perchero.  
 
—Necesito —Susurro y él me observa esperando mi respuesta —Necesito hablar contigo —Tomo una bocanada de aire sintiendo como mis manos tiemblan — ¿Podemos sentarnos? —Pregunto cuando siento que mis piernas fallaran en cualquier momento.  
 
—Si cielo. —Dice siguiéndome hasta el sillón  —¿Estás bien? Te vez pálida. —Habla tocando mi cara para que lo mire — ¿Te sientes mal?  
 
—Necesito que me escuches y no me interrumpas —Digo respirando con dificultad, él asiente —, bueno... esto que te voy a decir no es fácil. —Susurro dandole vueltas al asunto.  
 
—Solo dilo. —Habla preocupado pero también ansioso. 

—¿Recuerdas cuando salí con David? —Pregunto y puedo ver como su cuerpo se tensa pero él solo asiente —Yo... en realidad esa noche no hice nada con él— Suelto todo, estaba cagada hasta la medula, al oírme él abre sus ojos sorprendido, pareció entender rápidamente lo que quiero decir. —Ni siquiera nos besamos esa noche que fui a su casa. —Agrego sin poder mirarlo, él no habla por un largo rato.  
 
Ay dios, di algo.  
 
—¿Por qué? —Susurra, ahora si debo mirarlo sin entender.  
 
—Eh? —Digo dudosa, mis manos tiemblan.  
 
—¿Por qué me mentiste? —Pregunta  con su mandíbula apretada mirando para otro lado como si despreciara verme.  
 
—Y-yo tenía miedo —Digo entrecortadamente con el pecho oprimido.  
 
—Esa es la peor escusa que me podrías haber dado —Dice, su voz delata su enojo —.¿Miedo? —Ríe sarcásticamente mirándome, su mirada, ya no podía verla igual que antes —¿De que tenías miedo?, ¿de mí? Acaso no me conoces ¿Estos años juntos no sirvieron de nada? —Pregunta tenso, sé que no quiere gritarme.  
 
—N-no. —Susurro tratando de explicarme.  
 
—¿Por qué lo hiciste? — Murmura —¿Cómo pudiste ocultarme algo así y luego ver mi cara todos los días? —Su voz suena dolida —¿Cómo pudiste ver mis lágrimas y no decir la maldita verdad? — termina gritando mientras se tapa la cara — No tenías derecho —Dice negando.  
 
—Lo siento... —Hablo tratando de tomar su mano.  
 
—No tenías derecho de ocultarme algo así —Dice corriendola  para luego levantarse, solo puedo verlo irse, él debía pensar.
Pego un salto cuando su puerta se cierra bruscamente.  Suspiro y me apoyo contra el respaldo del sillón. Listo, ya esta le dije la verdad.  
 
Pero... ¿y ahora? no sabía que sentir, por un lado me sentía aliviada, la mentira se había terminado junto con la tortura que me proporcionaba mi conciencia, pero por el otro estaba segura de que lo había perdido, estaba segura que él me odiaba.  
 
Salgo de mis pensamientos cuando lo veo pasar cerca del sillón, llega al perchero y toma su chaqueta junto a las llaves del auto, lo llame pero ni eso lo detuvo a cerrar la puerta en mi cara. Abro los ojos sorprendida, nunca lo había visto así.  

_______________  
 
N/A: Y este es el último capítulo del maratón espero que los hayan disfrutado, vamos que ahora empieza el verdadero drama. Si te gusto deja tu voto, comenta y seguime En wattpad.

-Aldi🥀

EDITADO POR: @Natalia_Ballesteros

 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro