Capítulo 6: "Miedos"

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

CRÉDITOS A LA EDITORA: @Natalia_Ballesteros

Pov's Matt.  

 
Luego de dejar a Lía en su escritorio fui a mi oficina. Tenía muchas cosas que pensar, mi cabeza estaba echa un lío, debía procesar todo lo que me había pasado.  

 
¿Cómo le diría a Lía? ¿Cómo lo tomaría?  

 
Esas y mil preguntas más rondaban en mi cabeza.  
 
Entro a mi oficina y me siento en mi escritorio, paso pasó una de mis manos por mi pelo desordenándolo.
Giro la silla mirando hacia el ventanal, como buscando respuestas. No quiero enfrentar todo esto, aunque sea un paso necesario para cumplir mi sueño de ser un empresario exitoso.  
 
Cuando termine la preparatoria mi padre me pidió que estudiará administración de empresas y finanzas, yo al no saber que estudiar acepte; fue un dolor de cabeza, pero me esforcé y luego me enamoré de la carrera, y la terminé. Me recibí hace un año.  
 
Con veinticuatro años mi padre dejó su empresa en mis manos, esto me quitó todo el tiempo que quedaba de mi vida, tengo suerte si puedo dedicar unas horas a pintar, me hubiera gustado haber seguido la carrera de arte, pero eso sólo se convirtió en mi hobbies cuando empecé a estudiar, y ahora ya solo era parte del pasado. 
Y ni hablar de las horas que pasó paso en mi casa con Lía; se habían reducido todavía más cuando ella comenzó a trabajar, pero estaba feliz por ella, se había esforzado mucho para lograr terminar su cerrera y dedicarse a lo que le gusta.  
 
Nos mudamos juntos luego de que ella terminó la preparatoria, para ese entonces yo ya iba por mi segundo año de mi carrera. Lía se iría a vivir sola cerca de su universidad, ya que esta quedaba muy lejos de su casa, en ese momento yo estaba planteando independizarme.  
 
Como obra del destino nuestras madres propusieron que viviéramos juntos aún que sea por un tiempo, a la señora Sanz, madre de Lía, le preocupaba que este sola en una casa lejos de ella, por lo que me la encargo encargó para que la cuidara, cumpliendo el "Roll su hermano mayor" dijo ella.  
 
Si usted supiera señora.  
 
Lía no tenía hermanos varones, sólo una hermana mayor, Elisa, que vive en el extranjero. Yo tengo dos hermanos, Emma de diecisiete y Liam de catorce.  
 
Así es como llevo viviendo tres años con Lía, disfrutando de nuestra relación, y ahora viéndole una posible fecha de caducidad; esto hace  hacía que mi corazón se haga chiquito.  
 
Mejor voy a seguir trabajando para despejar mi mente, doy vuelta la silla y la veo allí, nuestra fotografía, está en el centro del escritorio, la tomo tomó observándola y lo único que logró pensar es que:
 
No quiero perderla.  

 
 
. . .  

 
 
Llegué al apartamento y estaba todo apagado, supongo que Lía se queda hasta tarde en el trabajo, dejé mis cosas en el sofá y me dirigí a la habitación que compartíamos. Estaba todo oscuro, todavía seguía un poco perdido en mis pensamientos. Comencé a desvestirme, me encontraba muy cansado, ya me quería acostar. Camino hasta mi armario y en el trayecto choco con una cómoda, haciendo que se caiga todo junto a un gran estruendo.  
 
—Mierda. —Me agacho para levantar los perfumes que se habían caído, por suerte ninguno se rompió.  
 
—¿Matt, eres tú? —Una adormilada Lía prende la luz que estaba al lado de la cama, su voz sonaba cansada pero un poco alerta.  
 
—Si, recién llegó de trabajar, pensé que te habías quedado —Digo mientras termino de sacarme la corbata y las demás prendas, quedándome en bóxer —.Es temprano para que ya estés en la cama ¿Te sucede algo? —Me acerco a la cama donde ella está echa un ovillo — ¿Has cenado? —Tomo su cara entre mis manos, y me doy cuenta de que estaba llorando —¿Lía, qué te sucede? ¿Por qué lloras? —Mi voz sonaba más preocupada todavía, sus ojitos se abrieron y se acurrucó más en mi mano.  
 
—Tengo mi periodo.  —Dice cerrando los ojos —.Me duele mucho —Una lágrima se escapa de sus ojos. Me acuesto acurrucándola entre mis brazos.  
 
—¿Dónde te duele? —Hablo limpiando su lágrima.  
 
—Aquí —Señala su bajo vientre con un puchero en su boquita.  
 
No podía con tanta ternura.  
 
—¿A dónde vas? —Pregunta cuando me levanto levantó mientras tira de mi brazo.  
 
Normalmente el más cariñoso era yo, pero cuando Lía tenía su periodo era ella quien ocupaba ese lugar.  
 
Algunas chicas necesitan estar solas, otras se enojan enojaban fácil, y otras seguían siguen normal, pero algo que aprendí de Lía en estos años es a cómo tratarla cuando tenía su periodo, aprovechándome de eso, le daba todos los besos que no le podía darle durante el mes, no porque no quisiera.  
 
No sé qué tiene ella que siempre quiero besarla. Pero no lo hacía porque a fin de cuentas no tenía ese derecho como follamigo.  
 
—Ya vengo, iré a buscarte algo para el dolor. —Camino a la cocina y busco en el botiquín pastillas para su dolor, luego voy al cuarto de lavado en busca de un repasador y la plancha de ropa. Cuando volví a la habitación, Lía estaba sentada mirando directamente hacia donde yo venía.  
 
—¿Tardaste mucho, qué que sucedió? —Dice en tono de reproche.  
 
—Fui por esto. —Digo señalando las cosas que traía en la mano —.Toma la pastilla —Le tendí la pequeña píldora y ella toma de un vaso que tiene tenía en su mesa de luz —.Recuéstate boca arriba y sube tu camisa, cielo —Digo enchufando la plancha.  
 
—¿Qué harás? —Dice algo asustada al ver la plancha.  
 
—Tranquila, leí que el calor ayuda a disminuir el dolor — Sus ojos se abrieron y me miró directamente.  
 
—¿Vas a poner eso sobre mí? —Susurra con miedo.  
 
—Lía, claro que no, déjame a mí — .Digo con una risa. Se acuesta y esperé a que se caliente la plancha mientras doblaba la tela en un rectángulo. Cuando la plancha ya estaba lo suficientemente caliente, la pasé por encima del triagulo calentándolo para luego ponerlo sobre su bajo vientre haciendo, que cierre sus ojitos y suspire.  
 
—Se siente bien. —Dice con sus ojos aún cerrados. Estuvimos un rato así, ella disfrutando del calor y yo dándole mimitos para que se sintiera bien — .Gracias —Dice cuándo desenchufo la plancha, había estado media hora poniéndole el repasador caliente en su vientre — .Ya me siento un poco mejor —Me acuesto a su lado y le doy un piquito, y después otro y otro, haciéndola reír.
 
—¿Quieres ver una película? —Digo buscando el control de la tele, que estaba en la esquina de la cama.  
 
—Ajam. —Se gira dejándonos en posición de cucharita. Pusimos la película y apagamos las luces. mientras miraba la película comencé a masajear su abdomen sin ninguna intención sexual; sólo era para que las pequeñas contracciones que tenía cada tanto, cesaran. Lía toma el mando de la televisión y pausa la película provocando que la mire extrañado.  
 
—Sabes...Estuve leyendo tips para relajar los músculos y sacar tensiones cuando tienes el periodo. —Dice de la nada sin voltear a verme  
 
—¿Ha si? ¿Qué hay qué que hacer? —Pregunto sin dejar se de masajear su abdomen. Se da vuelta y su mirada queda en mi pecho mientras sus manos hacían círculos sobre este también.  
 
— Dicen...Que sirve para disminuir las tenciones, pero no sé si es verdad, no pierdo nada con probar, pero ya sabes, si no me quieres ayudar no hay problema, ósea no te voy a obligar, ni me enojo si no quieres. —Habla a todo velocidad, que si no la conociera no habría entendido ni la mitad, y porque por qué la conozco tan bien también sé que está nerviosa ¿Qué tan malo puede ser para que esté este así conmigo?  
 
—Lía, no te enrolles, puedes decirme sin temores. —Digo riéndome poquito. Me mira por un segundo para luego bajar la vista otra vez a mi pecho, y la pude ver sonrojada.  
 
—Emm...Bueno, bueno dicen —Toma aire —.Dicen muchos doctores en Internet que un orgasmo es mucho mejor que una píldora —Sus palabras salieron muy rápido.  
 
—¿Estás segura? —No quería lastimarla, sé que está esta sensible de allá abajo.  
 
—Oh, no, descuida. Si si te da asco no pasa nada, gracias. —Dice dándose vuelta un poco apenada y juro que vi sus ojos un poco rojos, sabía que estaba sensible sentimentalmente y había tomado mi respuesta como rechazo, cuando yo sólo quería cuidarla. Antes de que termine dé girarse la atraigo hacia mí para que me mire.  
 
—Déjame explicarte. —Digo mirándola con precaución mientras ella me dedica una mirada triste —.No quiero lastimarte, linda, nada que venga de ti o de tu cuerpo podría darme asco, es algo natural y si puedo hacer algo para alivianar tu dolor, lo haré. —Susurro seguro, obvio no me daba asco, era la primera vez que lo haríamos con su periodo, nada malo podría pasar; si algo se manchaba, luego lo limpiábamos y listo —¿Cómo prefieres? ¿Qué que y penetre o qué que te masturbe? — Pregunto ya un poco caliente por querer tener contacto con su piel, la última vez que lo hicimos fue en mi oficina hace dos días.  
 
—No lo sé, prefiero que me penetres, si no te molesta. — Dice un poco tímida todavía.  
 
—Bebé, ¿cómo va a molestarme?, amo tener sexo contigo. —Digo soltando una risita y dándole un pico. Enrolló sus brazos en mi cuello y me atrajo a un beso tímido al principio; pero volviéndose más caliente cuando mi lengua invadió su boca en busca de la suya, buscando darle un beso muy mojado para excitarla, suspiró sobre mi boca y supe que estaba logrando lo que quería, corrí su pelo de la cara para darle besitos mojados por sus mejillas, en sus párpados cerrados y en último lugar la punta de su nariz sacándole una risita y luego volví a sus labios.
 La atraje más hacía mí, ella tiraba de mi pelo enviando descargas eléctricas directo a mi entrepierna. Le quité quite el short deportivo que llevaba puesto y luego le quite quité mi camiseta, me gustaba verla con mi ropa puesta pero más me gustaba ver su piel desnuda, por arriba de mi bóxer comienza a masajear mi semierección, mientas seguíamos besándonos con mucho hambre, bajo mi mano y ella rápidamente sube su pierna a mi cintura dejándome espacio para que mi mano pudiera tocarla, paso el dedo corazón por entre medio de sus labios, por arriba de su braga comencé a trazar círculos con mi delo encima de su clítoris sacándole un gemido, haciendo que mi pene se hinche más.  
 
Como me ponía tenerla así.  
 
Le quité quite su braga y me saqué saque mis bóxer. Seguimos besándonos y  jugando con nuestras lenguas, mordiendo su labio para provocarla más.  
 
—Voy a estimularte un poco más antes de penetrante, así no te hago daño. —Digo mientras comenzaba a darle besos por el cuello, con la voz más agitada  de lo que quería.  
—Ajam —Responde igual de impaciente que yo, tirando la cabeza hacia atrás para que la bese más.  
 
Le abro más las piernas atrayéndola más a mí con su pierna todavía en mi cintura, mi pene queda entre medio de sus pliegues y sus nalgas, con mis dos manos las agarré,  y sostuve mi pene para que ella pudiera refregársele a gusto.  
 
—Ah, mmm… Mm... —Suelta cuando mi carne caliente hizo el primer contacto con su clítoris, comenzando un movimiento de caderas que me dejo muy agitado; sacándole gruñidos que ahogó en mi cuello, mientras  la ayudaba a rotar y aumentar sus movimientos con mis manos.  
 
—Se siente bien. —Dice mientras se sacudía muy cerca del orgasmo, moví mis caderas para acompañar sus movimientos.  
 
—Vente sobre mi, preciosa —Sabía que la ponía que le hablara hablé sucio y directo.  
 
Sólo necesitó eso para terminar en un orgasmo que la dejó temblando. Volví a besar su boca despacio saboreando sus labios mientras esperaba que se recuperará. En cuanto se calmó acomode mi pene en su entrada y me hundí lentamente mirando cada gesto, cada facción, para asegurarme de no lastimarla.  
 
—Ah, es delicioso.—Dice en un gemido sujetándose de mis brazos, claro que era delicioso, siempre lo era, pero esta vez era mucho más intenso; como si las sensaciones se potenciarán por mil.  
 
Marcaba mis lentas estocadas acercándola mientras apretaba su trasero, sacándole gemidos bajos. Se retorcía cada vez que entraba, sus músculos se contraían alrededor de mi pene haciéndome suspirar por lo rico que se sentía.  
Seguía mirandola gozar, dándole pequeños besos de momentos. Comienza a mover sus caderas por si sola y yo también lo hago, chocando nuestras caderas en un ritmo lento, era muy intenso podía sentir un familiar cosquilleo en mi estómago avisando que se acercaba mi orgasmo. Comencé besar su cuello para calentarla un poco más, así nos corríamos juntos.  
 
—Ah —Susurra sin fuerza para mover sus caderas.  
 
—Vente conmigo, cielo —Digo volviendo más firmes mis embestidas, sin lastimarla.  
 
—Ah, ah, si.—Susurra volteando los ojos y  retorciéndose por el placer. Di las últimas dos embestidas, mientras jadeaba por el orgasmo.  

 
 
. . .  

 
Me encontraba sentado en la cama con Lía en mi pecho, es tan pequeña a diferencia de mi cuerpo que esta está cómodamente sobre él. Luego de vestirnos y limpiar todo, decidimos ver, esta vez de verdad la película.  
 
—¿Tienes hambre? —Le pregunto cuando siento su estómago gruñir.  
 
—Un poco. —Ríe —¿Qué hora es? —Dice mirándome a la cara.  
 
—Diez y media —Digo mirando mi reloj —¿Quieres que pida pizza? —Sus ojos brillan. Podría decirse que siempre comemos lo mismo, pero ninguno tiene verdaderamente el tiempo como para preparar otra cosa.
 
—Sii —Dice como niña pequeña. —Mientras tu pides voy al baño —Habla desperezándose.  
 
Nos levantamos, ella rumbo al baño y yo a la cocina para llamar a la pizzería, en cuanto termine de hacer el pedido comienzo a buscar las cosas que vamos a usar para comer, y las voy llevando a la habitación para que cenemos ahí. Coloco el último vaso y escucho un grito desgarrador desde el baño que me hace salir disparado hacia él.  
 
—¿Lía, qué  que sucede? ¿Estás estas bien? —Pregunto desesperado tocando la puerta. Esta se abre y examinó su cuerpo en busca de heridas, al igual que reviso con una mirada rápida al interior del baño y todo se encuentra en perfectas condiciones —¿Qué pasa? ¿Por por qué gritas? —Pregunto un poco enojado porque me había asustado bastante. Me toma de la mano y me lleva hasta el espejo.  
 
—Esto es lo que pasa —Dice señalando un grano en su frente. La miró sin entender.  
 
—¿Qué sucede con él?  Lo tienes desde hace rato. — Digo un poco confundido, creo que eso es un síntoma de tener el período. Lo sé porque me crie con mujeres a mi alrededor como mi madre y mi hermana, y eso era normal.  
 
—¿Cómo que lo tengo desde hace rato? —Dice girando para mirarme —¿Estás diciendo que parezco un puto unicornio desde "hacer rato"? —Habla haciendo comillas en lo último con un tono burlesco —¿Y tú no eres capaz de avisarme? —Se gira bruscamente y empieza a tratar de reventarlo.  
 
—Oye, no, no hagas eso —Digo sacándole las manos de su frente. —Te dejaras marca si lo explotas —Me rio un poco y la doy vuelta para que me mire.  
 
—¿De qué te ríes? Parece que tengo un cuerno —Protesta golpeando suavemente mi pecho desnudo.  
 
—Sigues siendo igual de bonita que antes.—Digo haciendo que me mire. Se queda en silencio un momento.
 
—Cuando eres tierno me dan muchas ganas de follarte —Habla de lo más normal y hasta con una expresión sería.  
 
—Siempre soy tierno. —Digo rodeando su cintura con mis brazos, riendo.  
 
—Por eso follamos tanto —Dice uniéndose a mi risa.  

 
 
. . .  
 

 
Habíamos terminado de comer la pizza y ahora estábamos comiendo helado que había en la heladera. Yo sentado contra el respaldar de la cama con las piernas abiertas y Lía entremedio con su espalda en mi pecho. Podía ver su perfil; su cara llena de paz y su rostro tan bonito como su corazón, amaba a Lía no sé si lo clasificaría como enamorado, pero sí sé que la amo, la conozco desde siempre y no me imagino compartiendo la cama con alguien más.  
 
De repente recordé el trato, debía hablar de eso con ella, debía habérlo hecho cuando llegué, pero si ella se molestaba conmigo después de eso, por lo menos quería que nuestra última noche junta sea bonita, si esta noche era la última que pasaba a su lado, entonces no diría nada aún.  
 
Voy a atesorar en mi mente y en mi corazón está esta noche, junto a todas las experiencias vividas con ella.  
 
Espero que algún día me perdones Lía.  

_______________  
 
N/A: Pobre Matt a mí me da mucha penita .  
Espero que les guste mucho estos capítulos y como va avanzando esta historia yo estoy muy emocionada porque está quedando mejor de lo pensado.  
 
Si te gustó dale tú voto. 
 
CRÉDITOS A LA EDITORA: @Natalia_Ballesteros
 
-Aldi 🥀
 

 
 
 
 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro