Capítulo 14: Iniciando otra vez

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"ESTOY PREOCUPADO POR LA SEÑORITA FRISK, HERMANO" Comentó Papyrus colgando su sombrero en el perchero. "SÉ BIEN QUE CUANDO ESTÁS CON ESA PERSONA ESPECIAL, QUIERES MÁS QUE NADA ESTAR A SOLAS CON ELLA. ¿SERÁ QUE REALMENTE QUERÍA PASAR MÁS TIEMPO CON NOSOTROS? O... ¿NO QUERÍA ESTAR A SOLAS CON ÉL?"

Para ser Papyrus, había hecho una visión mucho menos inocente de la que podría haber realmente estado pensando. Podría simplemente haber dicho que no quería despedirse aún, pero por lo visto ambos tenían la misma idea; Ella parecía mucho más asustada al momento de irse. Sans de alguna manera había estado observando mucho a la chica, y esperaba que su novio no lo notase, pero se veía extrañamente irregular, como si tratara de complacerlo aceptando todo lo que decía. Simplemente no pudo evitarlo, la curiosidad de qué podría ocurrir en su cabeza le había orquestado el peor de los puzles posibles. Al menos había sacado sus propias conclusiones.

O estaba aguantándose a que este se fuera para respirar tranquila.

O ella planeaba romper lazos cuando se fuera.

La última de estas le hiso tragar saliva. Por supuesto, podría ser la oportunidad perfecta. Una relación quebrada, unas millas de distancia que no podría atravesar hasta meses después, le darían el chance para cortar todo sana y pacíficamente tras un teléfono sin entrar en lo físico. Si era así, la felicitaba, había estado haciendo un buen papel para apaciguarlo.

Y yo haciendo comentarios... Espero que no la haya metido en problemas. Pero no podía dejar que ese humano saliera airoso...

"¿HERMANO?" Dijo Papyrus alzando la voz. Sans miró la figura de su hermano saliendo por la cocina "¿HAS ESCUCHADO LO QUE DIJE?"

"Nah. Solo estoy cansado, ya sabes. No me muevo mucho" Dijo tratando de no pensar demasiado en ello. La chica debe estar durmiendo a esta hora y para mañana la vería con una sonrisa en el trabajo. Apostaría a que sí.

"BUENO, SOLO TE DECÍA QUE ESTOY PREOCUPADO... PERO NO DEBE SER NADA"

Sí, yo también creo que lo estoy... Y mucho más ahora que lo dices tú.

Sans se acercó a la cocina y se dirigió al refrigerador para sacar una de las botellas de tabasco que tenía tras uno de los potes de espagueti que habían sobrado de esa misma mañana "Estaré echándole una cuenca por ti, tal como le dije allá, me ocuparé de que esté con todos los huesos juntos"

"GRACIAS, HERMANO. Y POR FAVOR..." Papyrus se acercó a él con las manos en los costados con una mirada ciertamente arbitraria "NO LA CORROMPAS MÁS CON ESE HUMOR ABERRANTE TUYO"

"Oh, vamos Paps-"

"DETENTE AHÍ, CONOZCO ESA FRASE" Le respondió poniendo una palma frente a él "SIEMPRE QUE DICES ESO, DE TU BOCA NO SALE NADA MÁS QUE HORRIBLES JUEGOS DE PALABRAS NADA GRACIOSOS, NI TE ATREVAS"

Sans tuvo que contener el impulso de decir un juego de palabras más. Pero vamos, es solo por su pequeño (ya no tan pequeño) hermano menor. Luego por teléfono le será mucho más difícil hacerlo callar, a menos que claro, Paps se hartase tanto que cortase la línea. Podía esperar a eso para volver a retomar las bromas. Tomando un sorbo de la botella, se encontró con la mala noticia de que esta estaba vacía. Golpeó el trasero de esta para liberar las tristes gotas que cayeron, pero ya no había nada más que hacer con ella.

"Buenop, tendré que ir a hacer las compras mañana" Dijo resignado tirando la botella al basurero.

"ESPERA, CREO QUE HAY UNA..." Dijo Papyrus estirando el brazo a la manija del refrigerador sacando la lengua hacia afuera y Sans miró a su hermano con curiosidad. "OH, POR CIERTO, TENDRÁS QUE VER QUÉ ES ESA CAJA, ESTÁ OCUPANDO ESPACIO DE MÁS, SANS" Luego de unos segundos la esbelta mano de Papyrus salió con una botella nueva de tabasco para ser suspendida frente a la cara de su hermano mayor "YA SABÍA QUE QUEDABA UNA. SIEMPRE ES BUENO TENER UN CONTEO DE TODO LO QUE HAY PARA COMER" Sonrió orgulloso mientras Sans tomaba la botella desconcertado "¿ESTÁS SEGURO DE QUE ESTARÁS BIEN SIN MÍ? AUNQUE NO CREO QUE PUEDA HACER MUCHO... ¿UNA LISTA? ¿O LLAMARTE A CIERTA HORA PARA SABER QUE TODO ESTE EN SU LUGAR O QUÉ COSA FALTE POR HACER?"

Sans sonrió.

"No es necesario. Prometo estar en una pieza cuando vuelvas"

"MÁS TE VALE, PORQUE NO LE GRITARÉ A NADA QUE NO TENGA UN ESQUELETO COMPLETO"

"Procuraré que mi hueso de la risa también esté allí entonces" Guiñó un ojo.

"SANS" Frunció el cejo un momento mirándolo con seriedad "TAL HUESO ES..."

"Lo siento, bro" Sans bajó los hombros.

"OH, VEN AQUÍ" De pronto, Papyrus rodeó a Sans con sus dos largos brazos y los apretó elevándolo por el piso unos centímetros "PUEDE QUE TUS BROMAS SEAN HORRIBLES, PERO SIEMPRE SERÁS EL MEJOR HERMANO MAYOR QUE HE TENIDO"

"Heh, y tú siempre serás el mejor hermano menor, Paps"

De no haber sido por no tener pulmones, Sans estaba seguro de que cualquiera de sus órganos expuestos por la presión sanguínea, se habrían salido por la fuerza con la que lo había exprimido. Su mente se distrajo por el pequeño recuerdo de Wingdings junto a ellos. En donde quiera que estuviese, él estaba orgulloso de esto también.

Poco a poco todos se iban de su lado.

Pero al menos tenía el consuelo de que Papyrus regresaría a su debido tiempo.

Ah, Wingdings, ya ni siquiera recuerdo tu voz hermano...

Pero sin embargo ya podía imaginarse qué diría si viera a Papyrus con su traje, sus maletas y esa enorme sonrisa llena de esas responsabilidades con las que tanto le gustaba cargar...

"¡Así me gusta, Papy! Viviendo por ti mismo en este mundo de locos, escucha, no permitas que nadie te diga que tan determinado tienes que ser o hasta donde llegar ¡Mírame a mí!"

Sí, eso sonaría a él... Bueno en parte, era lo más cercano que podía armar con los recuerdos de sus frases en su cabeza. El idiota de su hermano mayor era un lunático cuando se trataba de seguir metas complicadas, y con esto, sin duda se abría encargado de que Papyrus hubiera tenido todo organizado tres veces como mínimo, incluso podría apostar a que hubiera comprado los boletos para el tren. Sip, Wingdings G. Skeleton, alguien del cual todo el mundo podría enamorarse si lo conociera, pese a la desaliñada forma que tenía para vestir. Siempre animando a los demás a seguir con la cabeza en frente. No por nada Asgore lo tenía en tan buena estima cuando trabajaba para él...

"NYE HEHE, LO SÉ"

Papyrus dejó a Sans en el piso y ambos compartieron una suave risa antes de dejar el departamento a oscuras e irse cada uno a su cuarto, ya se hacía tarde y ambos tenían que levantarse temprano por la mañana. La secretaria de Asgore no tenía por qué llamarlos tampoco, así que no dejaron las conexiones de la línea de las flores conectada, ya sabían de sobra que el joven esqueleto se movería al día siguiente. Todo lo que oirían sería el horrible sonido estridente de la alarma de los relojes en la habitación de Paps. Por supuesto, para el joven esqueleto uno no era suficiente, dos poco convincente, tenían que ser tres en total para levantarse con todas las de poder. Manías de su hermano, por las que Sans jamás preguntaría ni reprocharía tampoco.

¿Por qué las cosas no podían ser un poco más simples?

Pero eso tampoco le molestaba.

Entonces, la noche y su silencio se apoderaron del lugar, dejando todo en penumbras y a un esqueleto con los nervios de punta dándose vueltas en las sábanas.

Iba a ser una larga noche, presentía.

* * *

Papyrus ya había comenzado a roncar cuando Sans caminó por delante de su puerta cuando pasó al baño a lavarse la cara. La verdad, no tenía mucho sueño y a este ritmo de la noche, le comenzaba a urgir encender un habano para lograr pegar las cuencas como dios manda.

Soñar era todo un pleito consigo mismo, y lo peor es que tenía la mala suerte de dormir bien pese a todo, tan pronto despertaba esa amargura se disipaba como el humo de su habano subiendo fuera de la ventana. Hacía frío y pensar en eso por mucho tiempo le calentaba la cabeza al punto de llegar a detestar tener que dormirse otra vez para repetirlo. El problema, es que ahora comenzaban a ser mucho más lúcidos y podía recordar más detalles, como el ruido blanco de las voces de alrededor, el olor a la madera quemándose, los ruidos ensordecedores de las sirenas de los bomberos, el cansancio, el dolor... Pero había algo que no podía recordar. Siempre decía "ella" pero nunca podía entender de quién se trataba en su cabeza. Ya no podía ver su rostro... Ni tampoco podía salvarla, hiciera lo que hiciera. Todo lo que intentase parecía empeorarlo.

Algo estaba haciendo cambiar ese sueño...

Tenía que averiguar qué era.

Sans se llevó un sobresalto que casi hace arrojar su cigarrillo por la ventana y volteó casi enfurecido hacia el timbre molesto del teléfono.

¿Quién carajos llama a media noche?

Se giró para entrar, pero se devolvió aplastar el habano en el barandal, no podía meterlo dentro y espantar a su hermano con el tabaco. Ya le había advertido que no le gustaba que fumase dentro. Luego de dejarlo en una silla para después, se adentró en la oscuridad cuidando de no pisar demasiado fuerte el piso. Estaba a punto de llegar a la sala de estar, pero de la nada decidió retroceder unos pasos atrás hacia la puerta de su hermano. No vaya a ser que se despertase.

El teléfono terminó de timbrar.

Igualmente, Sans estaba intranquilo y decidió revisar igualmente si su hermano estaba bien allí adentro. Para su gran alivio, Papyrus estaba tranquilamente aun roncando plácidamente con las sábanas cubriéndole el mentón y comprendió que jamás estuvo en peligro de despertar cuando se volteó para dejar ver que tenía los orificios auriculares tapados por algodones.

Sans exhaló aliviado y cerró la puerta.

"Bueno, ya es hora de dormir" Dijo para sí mientras echaba un largo vistazo a su puerta, decidiendo si volver al balcón o realmente volver a tratar de dormir.

La cabeza de Sans hiso un horrible sonido al voltearse al otra vez molesto sonido.

"En serio ¿Quién llama a esta hora?" Dijo rascándose la parte de atrás de la cabeza.

Sans se acercó al teléfono mirándolo con molestia.

"No voy a contestarte, todo el mundo duerme a esta hora"

El teléfono persistía.

"De verdad, baja el auricular, no yo no atiendo llamadas a esta hora" Se cruzó de brazos junto al teléfono "Y creo que nadie tampoco"

Silencio.

"Finalmente" Dijo abriendo un poco las cuencas para casi dejarlas caer. "Llama en unas horas, cuando sea horario, heh"

Luego de unos segundos Sans se devolvió pesadamente a su habitación, miró otra vez hacia el balcón pero subiendo y bajando los hombros abrió la puerta. Si Papyrus estaba tan entusiasmado con su trabajo que incluso se taponeó los oídos con algodón para que nada lo interrumpiera. Ya podía dudar de que repasara la casa completa antes de irse.

Pero estamos hablando de Papyrus... Meh, mañana lo levantaré antes de que lo vea.

Otra vez el teléfono.

Apretando los dientes, casi da un portazo a la puerta antes de cerrarla.

Tiró los zapatos a un lado y se echó de estómago a la cama sin rebotar en ella. Con el almohadón se cubrió como pudo el cráneo para apaciguar el ruido incesante del timbre. Maldita sea solo quería dormir.

¿...Y si es una emergencia?

"¿Emergencia?" Negó con la cabeza "¿Quién llamaría por error tres veces a un mismo número?" Dijo Quitándose la almohada de la cabeza y poniéndose de espaldas al colchón. "Tendría que tener el número nuestro para ser algo en concreto, pero aquí solo está Alphys... Nah, ella... ella usaría la línea de las flores eco, y esa está apagada... entonces... ¿Quie-"

De un momento a otro, sintió una enorme presión en el pecho. Al pensar en solo en ese nombre acompañado de la idea de un problema lo hiso saltar de la cama, trastabillando con los calcetines del piso al querer correr hacia el pomo de la puerta.

"Tal vez solo sea un buenas noches, no puedo dormir" Se dijo tratando de mantener la calma.

Pero eso lo ponía aún peor.

Buenas noches, no puedo dormir, Drew está-

"No, no, no"

Sans abrió sin pensar el pomo de la puerta para escuchar con más atención el tercer y último intervalo del timbre del teléfono. Demonios, ya iba a cortar por sí solo.

Abriendo un atajo, Sans llegó junto al teléfono y descolgó el auricular casi sin pensarlo. Había puesto atención a su pulso al ver que los huesos le temblaban y su alma estaba hecha un caos dentro de su cuerpo. Pero había contestado.

"Residencia Ske-" comenzó a decir Sans, pero tan pronto lo hiso un grito masculino del otro lado se oyó desde la otra línea.

"¡FRISK!" La voz de Drew le quitó el aliento a Sans haciéndolo apretar el auricular con tanta fuerza que este parecía a punto de romperse "¿En dónde? ¿En dónde conseguiste esto, Frisk?"

El aliento de Frisk podía oírse del otro lado, asustada, acorralada como un conejito, apretando el teléfono muy cerca de ella haciendo ruidos entrecortados. La mandíbula de Sans estaba crispando al apretar la dentadura.

"¿Por qué tenías esto tan escondido?, ¿Te lo dio alguien?"

Sans miró hacia su cuarto. Tenía que hacer algo.

Dejando la línea abierta, abrió un atajo hacia su cuarto y tan pronto sus pies tocaron la tabla del suelo de la habitación, Sans agarró el maletín que tenía para su trabajo y sacó el mapa que había estado trazando. Lo estiró en el piso y con el dedo buscó la imprenta The Daily Echo, luego miró a los alrededores donde había hecho una marca cerca del centro de la ciudad. Bien, estos lugares ya estaban listos y comprobados. Luego buscó aquel punto que había trazado en los suburbios de los humanos, un solo punto de color rojo que había sacado gracias al directorio que había tomado prestado. No estaba comprobado, pero había que intentarlo.

Con fuerza se calzó los zapatos y apareció nuevamente junto al teléfono llevándoselo al oído solo una vez más por si las cosas se hubieran por esperanza, calmado.

"Te he cuidado, YO te lo he dado todo. Siempre te he preferido a ti por sobre a todo. ¿Y así es como me pagas?"

Luego de eso, un golpe.

Un. Puto. Golpe.

"... De esta no, cabrón" Dijo Sans por el teléfono antes de colgarlo con fuerza.

* * *

El frío le dio de lleno en el cráneo al toparse con que había calculado mal las distancias, pero al menos solo una de las casas tenía una tenue luz encendida apaciguada por la tela de las cortinas.

Frisk...

Sans corrió por la nieve amontonada con dificultad, abriendo otro atajo, sintiendo como su energía era drenada abruptamente por sus decisiones. Apareció en el tercer escalón del pequeño pórtico cayendo de manos en el último. Sin alcanzar ni tener tiempo de maldecir, se puso de pie otra vez agarrándose del barandal.

"¡F-Fri-!" Intentó gritar antes de que otro chillido mucho más preocupante lo interrumpiera.

"¡AYUDA!"

Al instante sus cuencas se ennegrecieron y como una bomba de neblina densa cayendo de su cuenca, su magia concentrada se esparcía por el suelo del interior del hogar de la chica. Ya nada le importaba, ni el dolor de sus huesos congelándose ni el cansancio de otro atajo drenándole las fuerzas, toda congoja que pudo haber tenido en ese momento, fue sedada completamente por la furia y la adrenalina que sentía. El aire se le había vuelto pesado, a duras penas podía contener lo que estaba pensando en hacerle al cuello del tipo. Sus cuencas miraron con avidez todo a su periferia. Nada que le importase.

"No...Te desmayes ahora... Tienes que... entender..." Se escuchó tras de él.

La suela de Sans pisó duramente al girarse hacia el panorama repugnante y el humo neblinoso de su ojo comenzó a salir casi a borbotones al ver el cuerpo de Drew cubriendo cada centímetro del de Frisk. Dos delgadas piernas yacían una en cada lado y la raja del imbécil estaba expuesta. El sonido jadeante que provenía de él como si fuera un perro devorando un trozo de carne en el piso, hiso perder a Sans todo el sentido de su cordura.

"... quita... tus manos..." La enorme mano del esqueleto tomó todo lo que pudo abarcar del cuello del hombre con fuerza, elevándolo mientras este comenzaba a retorcerse y toser, intentando zafarse al intentar arañar con las uñas los nudillos del monstruo "... de ELLA"

Sans apartó bruscamente al tipo girando su muñeca para poner al infeliz frente de sí. Las piernas del humano giraron con tal extremo que los pantalones se le habían terminado de caérsele hasta los tobillos. Esto poco debió ser lo último en preocuparle a Drew cuando sus ojos enrojecidos y llenos de lágrimas enjuagadas y confusión, conocieron el terror que sentiría una rata acorralada atrapada por otro infeliz mucho más grande y peligroso que él.

"T-Tú..." Logró decir el humano intentando agarrar el brazo de Sans.

Sans guardó todo impulso para golpearlo y lo dejó caer al piso para que respirara no sin antes darle otro último apretón al cuello. Por mucho que desease liquidar a este imbécil, debía controlarse y mantener su perfil bajo. Sin embargo al intentar desviar su sed de sangre, no pudo evitar mirar el cruel horror y castigo que pudo haber tenido la chica. Frisk estaba tirada en el piso, con el cabello alborotado, la mejilla coloreada y la nariz sangrante, el satín de la tela de su camisón estaba desgarrado hacia arriba y dejaba expuesto un color violáceo alarmante en contraste a su tono, su ropa interior le marcaba la piel por un costado al haberla forzado. Pero lo peor de todo era que ella no estaba consciente y el único atisbo de esperanza de que ella pudiera despertar, era su lenta respiración casi imperceptible. Sans sentía sus falanges arder.

Había llegado tarde, había fallado en evitar que el tipo la lastimara y no podía dejar de sentirse enrabiado consigo mismo por haberla animado con su estúpido sentido del humor. Ya entendía un poco mejor a Paps. Debió decir que sí cuando ella daba esas señales de no querer llegar a su hogar. ¿Será tal vez que ella ya sabía lo que la esperaba? ¿Qué ya había previsto que intentaría ayudarla? ¿Qué el... la cagaría al intentar alegrarla? Y él prefirió... ¡Se supone que esta sería la maldita despedida! ¡Su nueva oportunidad para vivir bien y tranquila! Y tenía que pagarlo así por una tontería... Por su tontería.

El olor a cuerpo llegó a las fosas nasales de Sans, recordándole, que en este infierno, eran dos los que estaban destinados a caer. Y Sans ya sabía a quién se llevaría a la fuerza de ser necesario.

Maldito... cerdo.

En su mente, ya habría carbonizado al humano con su magia, había hecho contacto con los de la rebelión y echarles el muerto inventándoles alguna historia donde no hubiera tenido mejor alternativa. Le habría mentido a la chica, diciéndole que para cuando él llegó el humano ya no estaba y que las marcas y residuos de magia eran... ¿Qué mierda podía decirle con eso? ¿Un arrebato de ira? Claro, y lo convertiría en un allanamiento de morada. ¿Qué pensaría de él? ¿Qué era alguien peligroso? Ella lo odiaría... No querría eso.

Calmándose, intentó pensar un poco más en sus alternativas.

"Por tu culpa..." Comenzó a decir Drew mientras dos veces más antes de tratar de ponerse de pié "Ella se encuentra así..." Dijo casi pareciendo que se reía de los nervios. Con lo poco que pudo, se agarró de la cintura del pantalón para subirlo un poco y con la otra lo apuntó con el dedo tembloroso "por tu culpa le tuve-"

De un solo golpe en la quijada, lo tiró otra vez al piso chocando contra la encimera de la cocina tirando todo lo que estaba sobre esta con el temblor. El cuerpo cayó pesado deslizándose hacia abajo y la comisura se le había hecho una gota gruesa de sangre al haberse mordido la lengua. No podía matarlo, pero sí hacerlo que se callara al menos.

"...Y esa, fue por la tuya" Respondió fríamente antes de girarse.

Aquello lo había hecho espabilar lo suficiente para centrarse en lo más importante.

Sin perder tiempo, se agachó casi estampando de rodillas junto a la chica. Las manos de la nada le estaban temblando al momento de pasarlas por debajo de su espalda elevándola hacia su pecho, temía hacerle más daño en aquel estado con lo bruto que era. Sentía un nudo haciéndosele en la inexistente garganta casi sin poder dejarlo sin aliento, la chica parecía una pequeña muñeca de trapo. Sans sintió que casi se le iba el alma del cuerpo cuando su cabeza se fue hacia atrás abruptamente. A poco de entrar en pánico, la acomodó en su hombro desde la nuca.

"Frisk" La llamó moviéndola con precaución "...Responde"

Sans agachó la cabeza, sabía que lo mejor era dejarla descansar hasta que respondiera en caso de que se hubiera golpeado la cabeza, tuvo que mover hacia el fondo de su conciencia todos sus impulsos de intentar despertarla. Por mucho que quisiera ver sus ojos abiertos otra vez, debía ser paciente. Además, si su cuerpo estaba adolorido, estar inconsciente sería la mejor anestesia, Sans ya la había visto llorar de pena, no quería enterarse de cómo sería del dolor.

Sin embargo, aún había algo que podía hacer por su propia mano.

Debía dejarla al hospital.

Sans miró casi por inercia hacia donde había un buen sofá donde poder dejarla. Demonios, solo había uno, era enorme, pero solo para un sujeto ¿No tenía sofás largos en esta casa? Consideró la opción de llevarla a la suya, pero descartó la idea enseguida. No quería que su hermano la viera así, y sería prácticamente secuestrarla. Ya veía el encabezado de esa mañana, "Esqueleto golpea a novio y secuestra a chica". Una tontería, con la declaración de la chica bastaría para aclararlo todo, pero el miedo estaba igualmente allí.

Sin mucho esfuerzo, levantó a Frisk del piso y la llevó entre sus brazos con el mayor cuidado que podía apegándola lo que más podía hacia sí. Entró a lo que podía ser su habitación con la de Drew. Todo era un desorden, si cualquiera lo viera pensaría en dos cosas, era un atraco a la morada o bien alguien desesperado por encontrar algo. El cajón de la mesa estaba boca abajo sobre la cama, y todo su contenido volcado sobre esta y los alrededores del piso. Fuera de vista, un montón de cartas (probablemente del trabajo por el tipo de sobre), boletas de cuentas y de compras del mes. Por el otro lado, la cama estaba completamente hecha, salvo por una parte que parecía haber sido ocupada por un trasero mojado y una chaqueta a los pies de ese mismo sitio. Sans tomó una almohada que supuso era de su lado de la cama y no reparó en usarla para tirar todo lo que había al piso de solo un golpe casi desesperado. Tenía que hacer espacio para ella. Con sumo cuidado la dejó en medio de la cama y acurrucó en la almohada su cabeza.

Rebuscó en los muebles y en el armario viendo prendas abrigadoras para vestirla y salir. No podían entrar en la nieve así sin más. Encontró un par de prendas lo suficientemente robustas y largas en los colgadores. Debía darse prisa.

Tirando la prenda a la cama, Sans esperó no usar demasiada magia y elevó un poco el cuerpo de la chica para pasar la tela de la chaqueta por debajo. Pasó las manos por las mangas y abotonó los ojales con torpeza intentando no tocarla indebidamente. Listo, ahora solo tenía que-

Se llevó las manos a la cabeza tan pronto el ruido del maldito teléfono interrumpió en su conmoción ¿Qué pasaba con todo el mundo que llamaban a estas horas? ¿Era cosa de humanos? Y ahora se percataba de que no solo era eso, si no que la tetera había estado pitando hace rato. Dando un último vistazo a la chica antes de salir, se preocupó de ver si su pecho continuaba subiendo y bajando al respirar. Todo en orden.

Con un pitido en el oído y la cabeza a punto de estallarle, apagó la estufa y miró furtivamente hacia el timbre del aparato. Por él lo ignoraría y continuaría con alistar a la chica antes de salir, pero ya había cometido el error de no contestar antes. No lo haría de nuevo en medio de una emergencia.

Corriendo a la sala de estar, pateó sin querer el pié de Drew quitándole el zapato. Podría haber sonreído pero la verdad es que no sentía la necesidad de hacerlo. Al levantar el auricular, tosió antes de hablar.

"Hola, ¿quién habla?" Respondió.

"Tú no eres Frisk, y ciertamente no eres Drew" Dijo una voz retumbante como el ruido de fondo en una radio estática del otro lado "¿Quién eres y qué haces en la casa de mi hija?"

Esa familiar voz le dio un pinchazo en la cabeza. No la reconocía, pero extrañamente le distendía cierto sabor amargo en la boca... Pero su mente rápidamente borró cualquier análisis impertinente, había cosas más importantes ahora.

"Soy Sans, un amigo suyo" Dijo "Escucha, la chica está en problemas ahora, este tipo que se estaba cogiendo a tu hija la ha dejado mal parada" Soltó casi sin aliento.

"¿S-Sans has dicho?"

"Si, Skeleton" Bramó apretando los dientes "¿No escuchaste lo que dije? La chica está mal, el tipo la golpeó, ahora mismo la voy a llevar al hospital, creo que recibió un golpe en la cabeza"

"Bien, te... Te encargaste de él para ayudarla, debo suponer. Hm, muy bien. Si, llévala al hospital"

¿Este tipo estaba loco o qué? Su hija estaba mal herida ¿y este imbécil responde eso? ¿Qué es esa reacción estúpida? ¿Preguntar por quién era él que por el estado de su hija? Humanos...

"Bien" Sans estaba punto de colgar el teléfono con fuerza con deseos de arrancar la línea luego de colgar.

"Antes de que cuelgues" Dijo del otro lado y Sans volvió a colocar el auricular cerca de su oído "Voy a hacer unas cuantas llamadas, así que necesito que vuelvas a esta casa luego de ir a dejarla a la asistencia"

"¿Sabes que no hay transporte a esta hora en Ebott verdad?"

"No lo necesitas" Dijo "Cuento contigo, Sans"

El teléfono se cortó de repente.

"¿No lo necesitas?" Repitió quedándose mirando el auricular en sus manos.

¿Este tipo... sabía de sus atajos?

Negando con la cabeza, volvió al dormitorio a ver a Frisk envuelta en sus ropas más gruesas. Mierda había olvidado las piernas.

* * * *

"¡Señor, usted no puede hacer eso!" Intentaba calmarlo una enfermera que lo había visto aparecer de la nada.

"¡Una camilla!" Ordenaba el esqueleto casi encolerizado por todo el mundo mirando sin hacer nada "¿Dónde hay una condenada camilla?"

Al momento de ingresar al hospital casi lo habían tomado por un loco al tratar de poner a la chica en una camilla. "Hospitales humanos, pésimo servicio". Había tomado un momento para que el Doctor de turno llegase a ver el estado de la chica, y tan pronto la revisara ordenó que la atendieran de inmediato. Se le había pedido a Sans que llenase un pequeño formulario (en el cuál incluía nombre y teléfono de la muchacha, además de el de él por si ocurriera algún contratiempo) y que trajera algo de cambio para la ella ya que estaría ingresada el resto de la noche (por supuesto lo que traía no era nada apropiado para que saliera).

Después de eso, Sans había usado otro atajo en medio de la habitación de Frisk, sintiéndose peor que un acosador rebuscando en su cajón de ropa algo abrigador para que se cambiara. Había visto a Drew aún tirado en el piso en la misma posición de antes y no tuvo reparo en arrojarlo al sillón enorme que había en la sala de estar y le tiró su chaqueta mojada para que se tapara las menudencias expuestas.

En lo que esperaba la llamada del padre de Frisk se puso a meter las ropas de cambio que había encontrado, un suéter de vestido que ya le había visto puesto, unas botas, medias y un juego de mudas guardadas por color y con su brasier correspondiente. Las manos le sudaban al tocarlas, y las luces de sus cuencas no podían apartarse del encaje, todas y cada una tenían ese delicado y tan femenino detalle. Sans tuvo que reprimir pensar en que la chica usaba aquello para modelarlo al idiota que estaba ahora noqueado en la otra habitación, pero sobretodo, que estaba usándolos día a día en la oficina y que ahora mismo los tendría que llevar puesto.

Había pasado casi alrededor de una hora, cuando estaba a segundos de irse devuelta al hospital cuando el teléfono había decidido sonar finalmente. Sans al responder, no había escuchado todo lo que tenía para decir el padre de Frisk, estaba demasiado atosigado con la necesidad de salir corriendo del lugar a ver el estado de la chica e ir a ver a su hermano si la hora se hacía. Al menos había cogido algo de la nevera mientras esperaba sentado en la silla del comedor a que llamase, lo que le había devuelto algo de magia. También veía de vez en cuando al humano, que si no fuera por los ronquidos, hubiera pensado que ya lo habría matado del golpe en la mandíbula que le propinó.

En cierto punto, Sans pudo recobrar el sentido al poner atención a lo último.

"Yo me haré cargo de él" Decía "Dices que estará trabajando en las líneas de comunicación del frente, ¿No? Bueno, esto es algo personal y deseo tratarlo como tal. ¿Contaré con que no le dirás a Frisk nada de esto?"

"Por mí no hay problema" Le contestó Sans.

"Muy bien, muy bien..." Su voz sonaba dubitativa, como si estuviese pensando en su siguiente movimiento antes de continuar "Bueno, eso sería por ahora. Gracias por tu ayuda, Sans. Estaremos en contacto, espero"

"Claro"

Sans había colgado el teléfono, aun incómodo por la voz extraña del tipo. Pero al menos se pudo asegurar de algo; la voz era demasiado extra-polarizada por las vías del teléfono, como si este se la interrumpiera haciendo ruidos blancos por cada palabra, pero aun así dejara espacio para escuchar una voz proveniente de alguien de carne y hueso. Eso no podía ser humano ni de chiste.

Así que Frisk era adoptada... ¿Me lo había mencionado ella antes? La verdad no lo recuerdo muy bien...

Ya se preguntaba por qué se familiarizaba tanto con los monstruos. ¿Qué tipo de vida habría tenido?

"...ella fue discriminada por los suyos"

No una normal, pero podía apostar a que fue una llena de cariño. La chica era dulce y encantadora en su opinión. Alguien de auténtico valor, que no solo había sido capaz de cambiar su perspectiva con solo acciones, si no con miles de genuinos buenos deseos para quien hablase con ella. No era alguien inocente, pero tampoco alguien pareciese querer tomar ventaja de otros cuando se le presentase. Temerosa y cautelosa. Graciosa y risueña...

Tan cálida y suave... Podía sentir su pulso sobre mis huesos.

Es una pena que se hubiese enterado de aquello de esa forma.

¿Qué estaba pasando por su cabeza? Volviendo al sándwich que se estaba comiendo mientras esperaba, miró de reojo al reloj de la muralla. Viendo que ya eran casi las cuatro de la mañana y que su hermano despertaría en una hora, se acomodó el resto de pan en la boca, tomó algo del té amargo concentrado que estaba cargando en una tetera directamente, mastico, dio tres vueltas a lo que tenía adentro y tragó con fuerza. Se golpeó el pecho un par de veces antes de eructar y se dispuso a irse.

De pronto sintió que la punta de su pie había chocado con algo. Un medallón de oro abierto. El secreto tenía una foto con dos humanos y un monstruo ¿Serán hermanos de ella? Tenían un gran parecido, aunque uno de ellos tenía una sonrisa petulante y el otro unos ojos dudosos de ser empáticos. El monstruo era... era difícil de decir, parecía derretido en su parte. Casi parecía un esqueleto.

Se fijó en el otro lado del corazón, estaba vacío.

Con la periferia, pudo dar con una foto tirada en el piso recortada cuidadosamente para encajar en el medallón. La foto de Drew. Sans no dudó en partirla en dos con el pié.

"Oops" Dijo mientras arrastraba los pedazos con la punta del mocasín a otra dirección.

* * * *

Luego de haber dejado las ropas de la humana en el hospital y enterarse para colmo que aún no despertaba, no le había quedado más remedio que tomar un atajo debido a la hora. Los buses comenzaban a pasar desde las cinco y no llegaría precisamente a tiempo si esperaba. La fatiga era terrible, pero gracias a lo que había picado en la casa de la chica, aquello podría haber sido mucho peor.

Su casa aún se encontraba con las luces encendidas y esperaba poder volver a tiempo para llegar a su habitación y descansar hasta que Papyrus despertase. La gracia era que todo pareciera estar en orden y nada de lo que ocurrió esa noche hubiera pasado. No sabría cómo se lo tomaría su pequeño (ya no tan pequeño) hermano. Debía darle tiempo, o más bien, tiempo para él mismo si decidir decirle o no lo que acababa de suceder. Dios las cosas no podían estar peor.

"¿DÓNDE ESTABAS A TAN ALTAS HORAS DE LA NOCHE?"

La voz retumbante lo paró en seco cuando estaba a punto de abrir la puerta de su habitación. Allí estaba su hermano, con el pijama a rayas aún puesto moviendo el pié con impaciencia, sosteniéndose en la pared de su propia habitación ¿Por cuánto tiempo había estado despierto esperándolo? Pero antes de que Sans pudiera explicarse el esqueleto lo tomó de los hombros y lo estrujó con fuerza.

"NO HUELES A TOMATES PICANTES ¿NO FUISTE A BEBER? ¿EN DÓNDE ESTUVISTE? EL APESTOSO HEDOR A TU CIGARRILLO ME DESPERTÓ, Y PARA CUANDO FUI A VERTE AL BALCÓN NO ESTABAS ALLÍ, NI SIQUIERA EN TU CUARTO. DIOS, SANS ¿POR QUÉ TENÍAS TODO ESE DESORDEN? ¿QUÉ OCURRIÓ? ¿A DÓNDE FUISTE? ESTABA TAN ANGUSTIADO"

"Déjame responder aunque sea solo una pregunta, Paps" Dijo Sans intentando darle palmaditas en la espalda.

Pero luego de aquel gesto, el esqueleto lo apartó de si mirándolo casi furioso, viendo como sus luces parpadeaban en sus cuencas.

"EXPLÍCATE"

"Estaba en... Bueno, surgió un problema a media noche"

¿De verdad estaba pensando en contarle?

Papyrus lo miró con desconfianza, tratando de darse cuenta si su hermano estaba hablándole con toda la verdad. Cruzándose de brazos, se dirigió a la luz de la cocina y la encendió perdiendo ambos la visibilidad por un momento por el haz de luz. Ambos decidieron sentarse a la mesa a discutir el tema, sin hacer ruido ni gestos, simplemente algo que se decidió por necesidad.

"Hubo un problema en-"

"LA LÍNEA DE LAS FLORES ESTÁ CORTADA" Lo interrumpió casi adivinando lo que pensaba.

Rayos, Paps, ¿No puedes ser menos agudo?

Eso solo le decía que Papyrus no iba a dar vueltas a lo loco, el realmente quería la verdad, y puede que hasta ya la supiera. Si bien ambos habían pensado en lo mismo con respecto a los humanos, este incidente no había pasado por su mente sino hasta que el una pequeña dosis de psicosis lo había hecho moverse al teléfono. ¿Pero que había de Papyrus? También estaba preocupado, y seguramente también había estado pensando por su cuenta. Tal vez comenzar con la verdad era todo lo que necesitaba...

"Fui... a casa de Frisk" Dijo casi murmurándolo.

"¿Ocurrió algo con Drew?"

Sans sorprendido sostuvo la mirada de su hermano para percatarse de que este estaba uniendo cabos. O más bien confirmando lo peor. Realmente no quería seguir. Pero aun así, él asintió.

"COMPRENDO... ¿LA SEÑORITA FRISK SE ENCUENTRA BIEN?"

"En el hospital"

"MADRE MÍA..." Papyrus se llevó las manos hasta su rostro para cubrirse los ojos "SABÍA QUE ALGO PASARÍA..."

"Los humanos son conflictivos Paps" Dijo Sans.

"ELLA NO... QUIZÁS NO LO ENTIENDAS, PERO ELLA... ME RECUERDA TANTO A COMO ERA-"

"No te atrevas a comparar a esa humana con Frisk, Papyrus"

"SANS..." Papyrus levantó la vista para mirar a su hermano.

Sans se había levantado de repente de la mesa. No podía estar haciendo comparaciones, era... Era injusto, pensar en Frisk como si fuera igual esa dique científica que había arruinado a toda su familia ¿En serio las estaba comparando?

"SANS SÉ QUE AÚN ESTAS MOLESTO CON ESE TEMA PERO... ¿NO CREES QUE YA TE HAS TORTURADO LO SUFICIENTE? NI SIQUIERA LLEGASTE A CONOCERLA PARA OPINAR TAN MAL DE ELLA"

"Tú no estabas ahí cuando sucedió todo. Yo, en cambio vi de lo que era capaz, Papyrus"

Un desagradable silencio envolvió la sala de estar de los esqueletos. Sans ya no sabía si hacer como que nada había ocurrido y tratar decir alguna tontería para cambiar de tema. Pero ya no tenía humor para ello, estaba harto. Harto de que los humano fueran tan complicados, harto de que su hermano siempre fuese tan infantil e inocente pese a la edad que tenía, harto de que las cosas no ocurrieran como se suponen que deberían de ocurrir. Harto de sí mismo, por estar tan cansado y aun así tener tanto que hacer.

"DE ACUERDO, SANS... SUPONGO QUE PARA QUE REACCIONES ASÍ, FRISK ES LO SUFICIENTEMENTE IMPORTANTE PARA TI" Dijo Papyrus "ME ALEGRA QUE AL MENOS ESO HAYA CAMBIADO"

Sans sentía que su alma golpeaba suavemente en su pecho ante esas palabras, había sentido hace segundos que su cráneo iba a reventar. ¿La chica importante para él? No lo había pensado así. Bueno, eran amigos después de todo ¿Verdad? Como buenos compañeros que trabajan en un mismo lugar. Ella lo ayuda, él la ayudaba. Mano a mano. Al pensar en que ella estaba mal allí encerrada en cuatro paredes frías de un hospital lo irritaba, le recordaba lo mal que había salido todo, y ese detalle no era algo pertinente que contarle a Papyrus. Pero su hermano había dado en el clavo. Debía importarle... Eso seguramente era lo que lo traía tan angustiado... Si... Eso era...

Suspirando, Sans dejó ir el mal gusto de boca que tenía por haber escuchado que esa humana fuera siquiera semejante a su humana.

Su humana...

"Creo que necesito un trago..." Dijo mientras se levantaba de la mesa ya estando mucho más tranquilo. Papyrus realmente lo había podido calmar, pero estaba cansado y eso solo podía curarse de dos formas. O durmiendo o con un trago y una siesta corta.

"SEGURO" Dijo Papyrus antes de mirar el reloj "¿QUÉ TÁL SI INICIAMOS EL DÍA? HUH... ¿QUIERES TU HABANO DE VUELTA?"

════════ ♡ ════════

Otra vez allí. El calor de su alrededor oscurecido era abrazador ¿Cuándo se había sentido así para tener memoria de ello? Oh, claro. Antes de llegar a Ebott. No habían recuerdos lúcidos de aquello en su cabeza, pero conservaba lo más importante. Según su padre, las malas experiencias quedan grabadas en el subconsciente para modificarnos, y reaccionar inteligentemente para evitar que aquello sucediese de nuevo. Podría haberse tirado un balde de agua encima antes de osar entrar allí.

¿Pero para qué exactamente lo había hecho?

Su mirada pasó hacia la ventana. Los vidrios estaban quebrados y astillaban los marcos con aventurados trozos afilados. Solo un loco pasaría a través de eso. En tal caso, ella podría ser la loca y saltar a una muerte mucho menos terrible que morir aplastada por la enorme viga quemándole la pantorrilla.

Hace mucho había dejado de luchar para zafarse. Solo hacía falta que el humo terminara de calcinarle los pulmones de carbono hirviendo. Pero sería lentamente, estaba recostada en el piso y el humo más tóxico pasaba limitadamente por el alfeizar a un metro del suelo.

Al menos estaba bien.

¿Quién estaba bien? Oh... Si, el pequeño. Estaba bien.

"¡Frisk!"

La última vez que alguien la llamó por su nombre fue para golpearla. Maldito seas Drew... Pero ya no estaba más aquí. Vive su condenada vida en el trabajo lejos de ella y su estabilidad mental, y ella... Se supone que ella viviría la suya tranquilamente a partir de ese día...

"¡¿Dónde estás?!"

¿Quién habla?

"Toc, toc"

¿Toc, toc? ¿Un chiste a esta hora?

...

¿Por qué no? Morir riendo es mejor que hacerlo decepcionado...

"¿Q-Quien...?" Intentó decir, pero su voz estaba demasiado seca para poder continuar.

"¡Frisk! ¡Sigue hablando niña, por favor...!"

"ah... ha... ha..."

Que... Que chiste tan malo... No tiene sentido alguno. Pero es un chiste, vale la pena reírse un poco.

"¡Ahí estas!"

Todo había comenzado a oscurecerse finalmente, y los ruidos del resto del edificio que caían a su alrededor ya no le afectaban para nada. Ni siquiera el dolor que tenía en los ojos se los impidió abrirlos de nuevo. Frente a ella, una silueta blanca se agachó, pero no lograba ver de quién se trataba.

"Por fin..."

¿Por fin? ¿Estabas buscándome?

Luego todo siguió su rumbo de antes y la oscuridad terminó por apagar todo brillo, miedo y dolor.

Y el sueño...

"¿Estás ahí?"

Todavía seguía allí, pero mucho más cómoda. Sentía los dedos de sus manos y de sus pies, el aire limpio y el calor horrible era ahora un agradable ambiente temperado. Los sonidos de la ventana siendo movida por el viento, la maquinaria constante pitando en intervalos, el aroma... a químicos. Pero uno especialmente cercano a tabaco y tomates.

Lentamente abrió los ojos.

"Por fin, niña, me tenías preocupado" Dijo la voz suspirando pesadamente.

Junto a ella una tenue luz cálida dibujaba la forma de alguien a su lado y la luz del día a punto de llegar por las ventanas. Parpadeó un par de veces tratando de apresurar el ritmo de enfoque de sus ojos e intentó incorporarse, encontrándose mucho más molida de lo que se sentía, trayendo a su mente lo que había ocurrido antes de perder la conciencia. Aun podía sentir los golpes fantasmas de su vientre y el dolor de su espalda al chocar contra la pared y el piso, continuaba palpitándole en la piel. Pero solo era la sensación. El terror había pasado, el miedo que había experimentado al ver esos ojos llenos de amenaza en Drew... Pero... ¿Él lo hiso?

"¿Frisk?" La cálida voz volvió a preguntar sacándola de su prisión mental.

"¿S-Sans?" Lo miró estrechando la mirada.

"Yup..."

Finalmente recobrando sus sentidos, Frisk movió la cabeza de lado a lado para ver a sus alrededores. No era su casa. Todo era blanco y muy limpio, las sábanas eran duras y pesadas, pero mantenían muy bien el calor. Nada era familiar ni perteneciente a ella.

"¿Dónde estoy...?" Preguntó ella mirándolo preocupada.

"Estás en el hospital"

"¿Pero cómo?" Intentó incorporarse nuevamente de la sorpresa y Sans tomó su mano para negarle con la cabeza. Reaccionando ella se dejó caer nuevamente en la camilla y continuó "¿Cómo llegué aquí?"

"Yo te traje"

"Entonces si respondiste... Creí que era idea mía o no estaban en casa" sonrió apenada en medio de un lamentable suspiro que no dejaba de recordarle que tenía el estómago delicado.

"Heh, bueno, estuve a punto de no hacerlo, si te digo la verdad" Sans se acomodó en el taburete "Es noche de trabajo, después de todo, heh"

"Si, lo siento por eso, pero..." Sans la miró desde el rabillo de las cuencas "Gracias por hacerlo"

"Heh" Rió por lo bajo rascándose una mejilla con el dígito, desviando la mirada de ella hacia la ventana "De nada"

Frisk no podía verlo del todo bien, pero parecía que la calavera de Sans lucia extrañamente coloreada. ¿Estaría cansado? Podía ver su figura cansada, no sabía decir si había estado toda la noche despierto o yendo a más de un lugar.

La luz del amanecer comenzó a colorear el blanco de las sábanas un cálido anaranjado a sus pies. Frisk se encontró así mismo demasiado tranquila mirando al esqueleto a su lado. Hace semanas atrás estaba amenazando a su especie, luego ayudándolo en sus amoríos de oficina, después disculpándose y ahora aquí junto a ella salvándole el pellejo por atender una llamada a altas horas de la noche.

Entonces una pequeña duda pasó por su cabeza, pero la vergüenza la retrajo lo suficiente para reprimirla.

Primeramente, si había respondido a la llamada y escuchó lo que Drew dijo. Si no habían medios de transporte ¿En qué momento llegó? ¿Cómo con toda esa nieve encima?

Estaba calentándose la cabeza de más; posiblemente tenía un auto y eso era todo.

Pero fuera de eso, ¿En qué estado tan lamentable la habrá visto?

El solo pensamiento de que alguien con quien estaba haciendo amistad, fuera espectador de algo tan desafortunado. Solo podía imaginar la escena de una pobre mujer magullada y abusada en el piso con un tipo de lo más cansado y satisfecho a su lado "Llévatela" No podía pensar en nada más para que Drew dijera y Sans en buena voluntad se la llevase con él al hospital.

Qué vergüenza...

"No estabas bien" Dijo como si hubiera adivinado lo que estaba pensando "Pero no vi nada" Su mirada se endureció y las luces de sus cuencas desaparecieron "Lo siento... Llegué muy tarde"

Estaba mintiendo. Algo le decía a Frisk que estaba ocultándole algo más. No lo conocía de nada, pero esa máscara perpetua de su sonrisa le pareció conllevar mucho más de lo que aparentaba. Como si comenzara a darle un sentido mucho más profundo a tan solo una sonrisa despreocupada. Sin embargo, ella le sonrió amablemente y cerró los ojos antes de encontrarse con el sol en la ventana en su rostro.

"No creo que pueda ir al trabajo ahora" Dijo en un hilo de voz cambiando el tema "Van a despedirme..."

"Hey, no pienses en eso ahora, no fue tu culpa" Le respondió dándole unas suaves palmadas sobre las manos antes de quitarlas lo que la sorprendió al sentir el repentino tacto cálido ¿También tenía pulso? Frisk intentó ignorar le sonrojo y prestare atención a lo que decía "Mostrando los papeles del hospital no tendrán motivos" Sans laxó su expresión a una sonrisa a su parecer más tranquila "Y si eso no funciona, siempre podremos entendernos con la jefa, es una rana encantadora cuando le ofreces un habano"

Frisk apretó los labios al sonreír, tratando de reprimir una risa. La jefa era todo menos encantadora, menos si la intentaban chantajear con cigarrillos. ¿Qué estaba diciendo este tipo?

Sans le dedicó un guiño y esta vez no pudo evitar reírse, a pesar del dolor que sentía pinchándole sobre el ombligo.

Pero se sentía aliviada.

"Oye, ¿qué hay de tu hermano?" Preguntó al terminar de reír.

"¿Paps?" Sans parecía sorprendido por la pregunta pero pronto volvió a sonreír "Nah, no te preocupes, fui a dejarlo a la estación en la madrugada. Yo llegué aquí justo antes de que despertaras"

Qué gasto de gasolina tuvo esta noche.

"Por cierto" Dijo él de repente "Hablé con tu padre"

Frisk parpadeó.

"Había llamado en tu casa, perdón por tomar el teléfono pero..."

"¿De repente todas las llamadas parecían importantes?" Sonrió Frisk.

"S-Si, exacto, si..." Agachó la cabeza asintiendo con un leve rubor al terminar ella la frase. Después de una risa nerviosa, se aclaró la garganta y volvió a su postura más segura y casual "Dijo que lo llamaras cuando tuvieras tiempo, contestará a cualquier hora"

Frisk sonrió al saber que su padre había recibido el mensaje, pero tan pronto esa sensación agradable tocó su cabeza, todo se devolvió otra vez hacia el incidente tensándole la espalda.

"¿...Le contaste lo que viste?"

"Le dije que fui a dejarte al hospital" La tranquilizó.

Frisk suspiró aliviada y echó el peso de su cuerpo por completo en la camilla. Al menos tendría la oportunidad de hablar con su padre y que (de alguna forma) no pensara en matar a Drew. Ella ya tenía entendido con esto último, que el tipo era un abyecto y merecía su juicio frente a todas aquellas calumnias, que el resto de personas a su alrededor arrojaban sobre él, resultaban ser nada más que la verdad. Frisk daba gracias de estar con vida, tenía la oportunidad ahora de que ya no estaba sola para enfrentarlo. No, claro que no, el solo siempre fue el. Y ahora tendría que andarse con cuidado por las calles de la ciudad, no porque ella se encargaría de contar su historia y por supuesto, la policía se encargaría de-

"El odio solo crea más odio, Frisk"

Como una campanilla, una pequeña frase que Toriel le había dicho en una tierna edad resonó en su mente como una advertencia, devolviéndola al cimiento de su moral.

¿Realmente querría eso? Debía pensar con la cabeza fría, la venganza no le devolvería esos años, tampoco el desgaste de su corazón. La convertiría en "Drew". De pronto notó que había estado empuñando las manos y tenía el ceño apretado. Contar la historia poniéndose a sí misma como una especie de heroína frente al abuso, sería algo tan bajo... algo tan propio de él. Sí, iría a constatar lesiones a la policía, pero no le daría el gusto de volver a verse débil y tomar ventaja de su estupidez y su papel de víctima (además él nunca admitiría haber cometido un error por cuenta propia). Oh no, ella quería justicia, pero a su manera.

Se feliz Frisk, que se dé cuenta de lo feliz que puedes ser al estar lejos de él... Y debes empezar desde hoy.

"¿Frisk?" Preguntó Sans llamando su atención. Al alzar la mirada buscó necesariamente las luces de Sans por la inesperada desviación de sus pensamientos. El esqueleto pareció encogerse por un momento y Frisk no pudo sentir una inevitable sensación de culpa tiñéndole las mejillas. "Eh... Me tengo que ir. Día de trabajo ya sabes"

"Oh, si... Por supuesto" Dijo haciendo un gesto con la mano para que no le diera mucha importancia. No tenía por qué quedarse más tiempo, ya había ayudado demasiado, en cierto modo, pensar en ello la decepcionó un poco, aún tenía varias preguntas para él, de las que pese a todo, no quería todavía conocer respuesta.

"¿Te parece que venga después? A buscarte, digo, puedo llevarte a casa, heh"

Frisk se tensó en su sitio. Eso era ya mucho más de lo que podría pedir.

Qué tierno de su parte...

Espabilando en una sonrisa casi forzada, desvió la mirada hacia el reloj que había sobre el marco de la puerta, tratando de hacerle parecer que aquello no la había perturbado de ninguna manera. "Descuida, estaré bien".

No quería hacerle gastar más gasolina y no sabía si tenía cambio para cancelar la factura del hospital y del petróleo para que él pudiese cargar al auto.

Sans dejó ir una bocanada de aire y se levantó al exhalar en una mueca casi descriptivamente decepcionada. Frisk no pudo despegar la vista de lo encorvado que él se encontraba solo para mantenerse a una altura conveniente para ella, su enorme figura había vuelto a ganar estatura, y más aún ahora que se encontraba en una camilla. Ni un humano podría ser así de grande, tan solo un monstruo podría alcanzar esa masiva e intimidante vista que inspiraba poder y temor.

Pero allí estaba, manso, guardando las manos en los bolsillos de su pantalón, con la camisa arrugada, mal metida en los costados y las luces de sus cuencas parpadeantes evitando mirarla.

"Iré a entregar el papel del hospital yo mismo" Dijo él "Así podrás descansar tranquilamente" Se detuvo para mirarla "...Si no te molesta, claro"

Ella negó con la cabeza.

"¿Y... eh, p-podría llamarte? Solo para saber cómo lo llevas"

Sintiendo las mejillas acaloradas por la pregunta, la chica desvió la mirada hacia sus propias manos que habían comenzado a inquietarse. De pronto se había comenzado a sentir como una quinceañera pidiéndole a un chico ayudarla a alcanzar un libro de la estantería.

"Claro" contestó.

"Bueno, eh... Hasta entonces"

Frisk lo vio despedirse nervioso con una mano y chocar con la esquina de un mueble pequeño. Reprimió a duras penas una risita cuando este pidió perdón al mueble y volvió retroceder para salir de la habitación sin darle la espalda. Parecía feliz de alguna manera.

No se había dado cuenta de que el pecho le palpitaba con exaltación, hasta haberse quedado completamente sola en la habitación. Pero no le importó, la sensación era extrañamente agradable y no tenía a nadie para culparla. Él había sido atento, un buen amigo que apareció en el momento ideal.

Todo había sido un caos, su relación se desmoronaba a pedazos, sus amistades podían contarse con los dedos de una mano, su sonrisa desaparecía poco a poco hasta pensar en que su propia esperanza no era nada más que el último trozo de sueños para aferrarse. De momentos todo se sentía nuevo, pese al dolor y pese a la angustia que persistía haciéndose nudo en su garganta para salir, pero ahora, estaba tranquila. Ella se sentía tan libre como en los viejos tiempos en Snowdin.

Alzó un poco la cabeza desde la almohada y vio cómo un poco de nieve resbalaba desde arriba y caía en el marco de la ventana amontonándose en un cúmulo esponjado. Frisk cerró los ojos en bienvenida a los nuevos planes que tendría.

Hablaría con su padre, con Toriel y por supuesto le contaría a Winki un par de cosas. De seguro él sería el primero en darle una palmada en la espalda.

Ahora no tendría nada en contra de hacer amistad con Sans.

"Si..." Suspiró hundiéndose en las sábanas volviendo a sentir cansancio.

Finalmente ella sentía que lo estaba.

__________________

Y haciendo honor al título~
Se acabó el hiatus~

LoL

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