Capítulo 17: No quiero

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ADVERTENCIA: como dije en anteriores capítulos, aquí hay un tema que puede ofender a algunos, repito, la decisión es propia del personaje  y ayudará con lo que sigue en el resto de la historia. 

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Frisk había dejado la taza de té sobre un platillo frente a él sin hacer ruido. Las luces de la lámpara de la sala de estar eran lo suficientemente cálidas para ignorar el frío que se comenzaba a predecir afuera. Sans se sentía extraño al estar sentado en una silla para humanos, era pequeña y debía agacharse para llegar a la mesa. Pero por sobre todo incómodo, la chica se había sentado frente a él sin intenciones de mirarlo. Era como si al sentir su presencia encima, ella se enrollaba con mayor necesidad el chal de lana, cruzándoselo firmemente por el pecho.

La entrada había sido silenciosa por decir menos, la chica le había ofrecido asiento mientras preparaba algo de té y en varias ocasiones la había visto rozarse el vientre como si este le doliera. Había sido algo muy sutil, pero él sabía a qué se debía.

"Siento ayer haber colgado el teléfono" dijo de repente ella. Sans parpadeó en desconcierto al ver que ella era quien rompía el hielo. "Estaba algo... Asustada"

"S-Si, lo siento. No quería asustarte, pero no sabría si eso te haría sentir mejor... o peor" dijo "No es que quisiera probar a ver qué ocurría, solo pensé en el momento que podrías confiar en mí un poco más y... Espera, no. No confiar de la nada por ofrecerte algo de ayuda porque quisiera algo a cambio, solo...N-No importa."

Sans apretó la mandíbula y el silencio volvió a retomarse, al mirarla sintió que el alma se le aligeraba al ver un pequeño rubor sobre la mejillas de la chica. ¿Eso lo había hecho él? Al menos auto-humillarse frente a ella le permitía relajarla un poco. Era un buen inicio para seguir hablando, pero lo mejor era remontar el tema que lo acontecía en su hogar.

Solo habla lo que tienes que decir, deja el papel y lárgate. No lo hagas más difícil para ella.

Aclarándose la garganta tragó algo de saliva y deslizó la carpeta hacia ella.

"Esto lo dejó Garf para ti"

Los ojos de Frisk de la nada se habían tornado como los de un conejo siendo apuntado por una escopeta, lo que lo hiso casi titubear de su disposición. Realmente quería ayudarla, pero si le ponía esos ojos en frente no podría evitarse sentirse el perpetrador de un crimen. Un chispazo de amargo remordimiento le recorrió el cuello obligándolo a pensar rápido. Podría haber comenzado con algo más suave, como una broma para intentar mantener su sonrisa... Idiota.

"Es una ayuda" Se intentó explayar.

Frisk parpadeó un par de veces antes de mirarlo y volver a asentir más calmada. Apretando los nudillos sobre la mesa, Sans la miró tomar el documento en sus diminutas manos, comenzando a sentirse a segundos cada vez más nervioso al verla leer y su pie se comenzó a mover debajo de la mesa con ansiedad. La chica había dejado de moverse y sus ojos parecían repasar una y otra vez la misma frase. Para su mala suerte, el esqueleto no había leído las hojas y se había quedado con lo que Garf le había dicho. Así que solo se quedó en silencio hasta que la chica bajara las hojas con las manos temblorosas.

"¿Qué debería hacer?" Musitó ella y Sans abrió las cuencas en sorpresa, sus pensamientos eran mucho más fuertes que sus palabras y podría haberlas perdido.

¿Estaba hablando con él? Sans desechó esa idea en seguida. No, ella estaba hablando sola frente a él.

"Estoy... Atrapada" Dijo ella mientras acogía una tímida sonrisa en los labios "No tengo alternativa... Nunca la tuve"

El tono de su voz se había amedrentado de repente y la curva de sus labios tembló con brusquedad quebrándose al revés. Respirando profundamente se llevó las manos al rostro limpiándose las mejillas, clavando la mirada sobre los papeles en la mesa. Sans se levantó de la silla con miramiento, rodeando la mesa, se acercó y extendió una mano a su hombro. Estaba a punto de tocarla, pero al último instante la retrajo. ¿Qué se supone que debería decirle luego? No tenía una respuesta para ayudarla, sabía que solo su hombro no serviría de nada, aquello sería mucho peor. Podría hacerla llorar hasta incluso pedirle que se fuera. Por muy buena que fuera su intención, ella necesitaba un plan para seguir de pié. ¿Qué podía decirle?

Sin embargo, antes de darle tiempo a pensar en algo, ella continuó intentando mantener la compostura aún sin mirarlo.

"Creo que... Creo que es una buena oportunidad. Podré... podré conservar mi trabajo, incluso estando desde casa" Dijo mientras trataba de volver a sonreír "¿S-Solo debo firmar aquí... verdad?"

Frisk se levantó de la silla arrastrando una mano por el borde de la mesa antes de alejarse. Sans la siguió con los ojos y la vio llegar hasta un pequeño bloc de notas amarillas junto al teléfono, al lado había un pequeño vaso decorativo con unas plumas de tinta para escribir. Ella sacó una y se dirigió nuevamente al papel, Sans retrocedió un paso por instinto para que no chocase con él.

Frisk miró un momento el papel, y respiró profundamente una vez más antes de agacharse a escribir.

La pluma casi se le resbala de las manos al de repente tener la mano del esqueleto bloqueando casi toda la esquina en donde debía firmar. Ella alzó la vista para encontrarse con la mirada oscurecida de Sans. No había nada en sus cuencas, estaban vacías y el contraluz hiso surgir el recuerdo de su primer encuentro. Estaba molesto, pero a diferencia de aquella vez, no podía incrustar el miedo en su pecho, en cambio, una súbita culpa le sacudía los hombros. Por supuesto él sabía lo que ocurría.

"¿Estás segura de que esto es lo que quieres?"

Sans no había comprendido el nivel de descuido que había tenido en sus palabras hasta haberlas escuchado concretarse, pero simplemente ya no podía mantenerse en silencio viéndola sonreír.

¿Qué haces idiota? No puedes inmiscuirte en algo así. ¿Quieres arruinarlo más?

Pero ya era demasiado tarde para aparentar que su conciencia estaba fuera de aquel tema. La chica lo miraba desde abajo con el rostro enrojecido y los ojos irritados en espera de que continuara. Si iba a arruinarlo todo, si iba a hacer que lo odiara, que fuera con razones con las que al menos podría lidiar a la hora de irse a dormir.

"S-Sans... Solo, solo déjame hacerlo" Respondió en un hilo de voz.

"¿Es tú decisión?"

Frisk apretó los labios mordiéndose el interior de la boca. Por supuesto que lo era... No había mejores opciones para ella. Ella no podía...

"¿Esto es lo que realmente quieres?" Preguntó esta vez poniéndose a la altura de ella y una mano en cada hombro. Frisk se había congelado en el sitio, mirando nuevamente hacia el interior de sus cuencas directamente a sus tenues luces. Sus labios se habían abierto por las emociones a punto de desbordarse y los ojos húmedos, pero apretó la mandíbula con fuerza, desviando la vista a un lado. A poco de realmente molestarse con ella, se guardó el coraje y la soltó. A la mierda con cuidar de no hacerla llorar, si era lo que necesitaba para que se sincerara. Envolviéndola en los brazos, la atrajo hacia él impidiéndole mover los suyos, escuchó la pluma de tinta caer al piso y diminuto quejido de dolor de ella "¿De verdad... de verdad quieres esto para ti?"

Frisk sintió el alma latiente de Sans bajo su mejilla, acelerada y contantemente cálida. ¿Cómo podía si tan solo era huesos? Pero más allá del detalle, nada le importaba, ni en donde estaba, ni lo que debería hacer, ni siquiera estar siendo consolada por un hombre que apenas conocía en su casa.

Las palabras del esqueleto hacían eco en su mente, estaba armando un dramón y era algo que solo quería tener para sí misma, no quería compartirlo con nadie más. Ni siquiera con alguien quien seguramente tuviera respuestas como Toriel, sería demasiado real para la fantasía que tenía en mente.

Pero...

¿Qué es lo que ella quería?

El sueño de su vida se había ido, había podido dejar ir el esfuerzo de varios años marcharse con la esperanza de que no regresara a dañarla y comenzar a soñar de nuevo. Pero la tortura aún estaba allí, el dolor y el recuerdo comiendo de la vitalidad de su propio cuerpo. Podía verse a sí misma en un futuro diferente e irracional, en donde sus antiguos anhelos se veían concretados, habiendo recuperado el romance con su esposo, en una bella casa y una hermosa familia... Tan pronto el rostro de Drew se dibujaba en su mente, cada escena que lo acompañaba se envolvía en una neblina llena de angustia para desaparecer en la oscuridad. La cabeza había comenzado a darle vueltas una y otra vez. Quería correr al baño y vomitar, condenar a ese idiota y... Salvarse.

¿Cómo hacerlo? Se sentía enferma, cansada de resistir, y solo tenía este pendiente... Ella podría... Podría tomar el camino corto...

Deshazte de eso y asunto resuelto, Frisk.

Sintió una puntada en el costado. Luego su propio corazón acelerado.

Poco a poco la tensión del cuerpo de Frisk se hacía menos complejo en los brazos de Sans, recobrando su propia estabilidad sobre sus pies. Lentamente la alejó de sí y la ayudó a sentarse en la silla tomando el asiento por el respaldo para moverlo cerca. Rápidamente colocó otra silla para sentarse junto a ella y tomó sus dos manos en las de él, tentado por el silencio la llamó:

"¿Frisk?"

"Yo..." Comenzó ella oyéndose mucho más calmada "Yo... yo no deseaba que esto ocurriera" "La verdad...Yo no... no quiero esto, pero-"

"Eso es, eso es exactamente Frisk" la interrumpió, apretando las manos un poco en las suyas "Se refiere a lo que tú quieres"

"Ya no se trata de eso, Sans..."

"Heh ¿Y de qué otra cosa va a ser?" Sans sintió una gota de sudor recorrerle la nuca. Ella no podía estar hablando en serio "Dime antes de cualquier cosa... ¿Tú quieres esto? Quieres... ¿Quieres seguir con...?"

Ella negó con la cabeza suavemente colando una sonrisa mientras lo hacía "Por supuesto que no..."

"¿Entonces? ¿Qué te detiene a seguir eso? ¿A caso es el dinero? Ayer intenté..." Sans se contuvo un momento al encontrarse fuera de su estado de anímico común, realmente toda esta situación le estaba encolerizando "Intenté decírtelo... Puedo ayudarte"

"Sans..."

"Quiero ayudarte"

Frisk no podía evitar sentirse culpable al experimentar una repentina seguridad junto a él, sus palabras eran casi un arrullo que le hubiera encantado oír años atrás. Una ruta directa hacia sus emociones más cálidas, pero aquella situación era mucho menos encantadora que una tormenta en Snowdin y el camino se encontraba en reparaciones delicadas. No sabía explicarse el por qué insistía en ayudarla con tanto ímpetu, ¿Tal vez se sentía culpable de alguna manera? O incluso en deuda. Cualquier cosa era plausible, menos aquellos sentimientos más fuertes que ya no sabría si podría manejar. El corazón de Frisk dio un pequeño respingo al encontrarse incapaz de negarse a la idea de que fuera así.

Llevándose una mano al vientre, alzó la vista.

"Podrías... Por favor decirme, ¿Qué es lo que quieres obtener de todo esto?"

Sans se llevó la mano a la nuca para encontrarla húmeda. La verdad no tenía idea del porqué le importaba tanto. Un capricho podría ser, ahora no tenía a su hermano ni alguien agradable que estuviera cerca, salvo ella. Estar solo era horrible, y le había bastado una noche y una mañana para querer ahogarse en la bebida. Era a penas la conclusión que había traído a arrastras en su mente, sintiendo una pieza faltante para terminar de convencerse. Pero debía bastar para explayarse a ella.

"No quiero nada" Respondió "Simplemente no puedo verte... así."

Ella parpadeó pensando un poco en su respuesta, cerró los ojos para sentir su propio tacto en su estómago y se levantó de la silla para agacharse a recoger la pluma del piso. Confundido Sans la observó saliendo de su transe.

"¿Tú sabes qué cambia en estas situaciones?" preguntó ella acercando el papel hacia ella.

Sans negó con la cabeza sin entender del todo a lo que se refería, solo hasta que vio las caricias que le hacía a su vientre como una señal. Abriendo las cuencas miró el papel en la mesa, luego a ella. ¿Qué estaba haciendo?

"Frisk, puedo... ayudarte a deshacerte de eso" Dijo de repente incorporándose en la silla. Ella lo miró bajando peligrosamente la mano con la pluma sobre el documento a firmar "Tengo los medios, puedes comenzar una vida nueva. N-No es necesario que me pagues ni nada... Solo"

"¿Solo?" Musitó ella son los ojos clavados en sus luces.

"No te hagas esto... Por favor"

Ella lo miró por unos momentos antes de sonreír dulcemente negando con la cabeza. Sans sintió un gran alivio al punto de casi dejar ir el aliento que había estado sosteniendo, pero esto solo le duró unos instantes, como si de una daga se tratase una punzada le atravesó la espalda cuando la vio voltear. La chica retiró la mano del documento con su firma en él y luego cerró la carpeta para entregársela.

"¿Qué mierda Frisk?" Dijo levantándose de la silla casi derribándola "¿Te das cuenta de lo que estás haciendo? Frisk tienes toda tu vida por delante, eres una humana y no tienes idea de cuánto tiempo durarás" El rostro de Frisk se había vuelto imperturbable, aun manteniendo una ligera sonrisa y con la carpeta alzada por su mano. Sans tomó el documento y lo tiró a la mesa "Acabas de deshacerte de ese imbécil que te hacía la vida imposible... M-Me acabas de decir que esto no es lo que quieres ¡¿Por qué lo haces?!"

"Porque es mi responsabilidad, Sans" El esqueleto apretó los nudillos oscureciendo la mirada sobre ella. Pero ella Frisk siguió mirándola desde su posición siendo tapada por su enorme silueta "Si me deshago de este bebé, estoy limpiando a Drew de sus propios actos"

Sans retrocedió un paso.

Ni siquiera sabía porque estaba hablando esto con él, realmente podría haberle pedido que se fuera, pero quería decirle algo real, él merecía saber lo que estaba pensando al menos...

"Dejé que él hiciera lo que quisiera conmigo... Todo para que me amara de nuevo, para recuperarlo" Dijo desviando la mirada a donde ella había estado recostada aquella última noche "Y que él quede libre de toda culpa... Como si no hubiera hecho nada... Eso no me traerá paz, solo terminaré atormentándome mucho más"

Tomando el documento entre las manos dejó ir un suspiro.

"Tal vez no lo entiendas... Pero quiero justicia"

"¿Justicia? Heh ¿Quieres justicia?" Sans extendió su perpetua sonrisa agarrándose un lado de la cabeza con nerviosismo antes de carcajearse hacia atrás "¿Tienes idea de lo que es justicia? Yo te diré lo que es justicia, niña" Dijo agarrando la carpeta de sus manos "Justicia es cuando tu familia puede ir de un lugar a otro sin ser visto como una alimaña peligrosa, cuando tus planes de vida no son truncados por los demás en la razón en la que naciste, y ciertamente no es justicia cargar con los problemas que alguien te puso encima"

"Sans"

"Es estúpido que quieras continuar cuando te estoy dando la oportunidad de remediar-"

"¡Sans!" Gritó ella, agarrando con ambas manos del esqueleto antes de que rompiera el documento en dos. Él miró sus manos temblorosas aferrándose a los papeles, estaba a punto de partirlos en frente de ella, la voz de Frisk lo había hecho volver a sus acciones. Ella le quitó los documentos con cuidado y los abrazó "Yo no me embaracé sin buscarlo, sabía lo que ocurriría..."

"Y-Yo puedo"

"Es mi decisión afrontar esto"

No era justo para ella, ambos lo sabían. Sans quería volver a gritar, hacerla entrar en sus razones. Pero viéndola de tal manera, era su elección ¿Por qué estaba otra vez inmiscuyéndose? Ella sería miserable, serían años de un recuerdo y malgasto de su vida... ¿Por qué ella era tan testaruda?

"Se supone que debes amar el primero..."

"Estoy en esperas del primero, Sans" dijo ella "Y ni el mayor de los mejores deseos va a cambiar eso..."

Llevándose una mano al rostro, Sans se acarició las sienes antes de caer de vuelta a la pequeña silla. Se sentía derrotado, ante su misericordia, ante su optimismo y esa forma tan estúpida de ver las cosas con esos ojos llenos de esperanza... ¿Cómo podía permitirse eso a ella misma?

"¿Sabes?" comenzó ella tomando su taza de té ya fría, Sans se mantuvo en su sitio centrándose en su voz y en la oscuridad del interior de sus cuencas cerradas "Es irónico que... Siempre creí que quedar en esperas, resolvería mi relación"

No quería escucharla.

"Pero llegó cuando esta se acabó..."

"¿Y aun así lo quieres?" Soltó por lo bajo apretando los dientes.

"No" Lo miró y este abrió las cuencas para mirarla hacia arriba "Desearía que no hubiera pasado... Pero no voy a actuar por conveniencia, ni por la que Garf me dio, ni por la responsabilidad que voy a cargar" dijo "Es lo más humano que puedo hacer..."

Las cuencas de Sans se abrieron sin luces en su interior ¿Qué tonterías estaba diciendo? Los humanos no eran exactamente conocidos por su bondad, menos por su propia experiencia, ni la piedad que podrían compartir con los de su especie, eran egoístas y trataban de sobrevivir aplastándose entre ellos. Pero allí estaba ella, la primera excepción y la oportunidad del cambio que esperaba perdonando prácticamente a su verdugo, ¿Qué justicia había en eso?

"Si quiero justicia, será primero perdonando a quien no tiene la culpa... No voy a perpetrar un ciclo de odio que culmine en borrar todo lo que hiso" Prosiguió ella "Tengo todo a mi favor... Los papeles del hospital que demuestran mis injurias, tu testimonio, mi trabajo incluso..."

Ella suspiró y posó una mano en la mejilla de él alzándole el rostro para que la viera. Sans pudo notar el brillo pajo sus largas pestañas en sus dos ojos fijos, no había más rastros de dolor creándose en ellos, solo la falta de descanso en ellos por haber llorado tanto tiempo. Ella ya había tomado una decisión y tenía la certeza de que nada podía hacerla cambiar de opinión. Podía entender que en eso no había más que solo un acto de bondad en lo que ella estaba dispuesta a afrontar, había algo que él conocía a la perfección... la venganza.

Pero no era odio a diferencia de él la que había en sus ojos, era algo mucho más fuerte. Ese algo que no le dejaba entender desde qué punto mágico en que la misericordia se convertía en un acto de burla. Ella estaba actuando para vengarse. Y así mismo para salvar a un inocente. Ante la impresión de la idea, el alma de Sans sintió un pinchazo de vergüenza y culpabilidad. Quería enojarse más con ella, pero...

Él no era nada.

Era su decisión.

"Si algo he aprendido desde que era una niña..." Frisk le acercó nuevamente los documentos a Sans y este los tomó con cuidado en las suyas "Es que la piedad es más inteligente que el odio, Sans. No estaría aquí si no fuera por la piedad que el resto me ha mostrado, no voy a dejar de hacer lo mismo"

No lo comprendía, ella estaba a punto de dejarlo todo hace tan solo unos instantes, a aceptar su ayuda para acabar con todo esto de una vez... Y ahora estaba tan dispuesta a ir por el camino difícil... ¿Por qué era tan tonta? Lo que lo hiso pensar en el documento de sus manos ¿Qué había en él para hacerla tomar su decisión?

"Entonces... Eso es lo que harás"

Ella asintió dando un paso atrás en lo que él se levantaba de la silla.

"No puedo decir que estoy de acuerdo... Pero si crees que es lo correcto"

Ella alzó la vista hacia él suavizando sus expresiones, sus mejillas se encendieron levemente volviendo a aquella susceptible forma cuando la había visto por primera vez bajo la luz de las farolas, antes de que él le diera una probada de su propia crueldad.

No hay que hacer de este un infierno

Suspirando, dejó que su alma retumbara en su interior a gusto y apartó la mirada de ella.

"Te ayudaré con lo que necesites... ¿De acuerdo?"

Al no escuchar respuesta la volvió a mirar para encontrarse con los ojos de la chica inundados, justo en ese momento siendo testigo de cómo se desbordaba una sola lágrima de un costado por su mejilla. Ella avanzó lentamente hacia el con la mirada perdida en sus pensamientos, como si no fuera capaz en ese momento de tenerlos en orden. Desconcertado observó como ella pasaba sus brazos a su alrededor y recostaba su mejilla sobre su pecho.

"Gracias... por entender" Musitó ella.

No, él no entendía. No podía estar menos de acuerdo con su forma de ver y solucionar los problemas. Pero aquello había sido también lo primero en lo que hiso que el cambiara su opinión. No quería romper eso de ella. Él no se sentía equivocado, pero así mismo tampoco sentía que ella lo estaba. Solo podía apoyarla y velar porque fuera lo mejor posible...

Algo tan puro como eso, debía protegerse. Algo tan imposible de encontrar en toda su vida merecía algo mejor. Y si él podía ser parte de su historia siendo algo positivo, no iba a dejar que sus propios deseos se interpusieran en ella, después de todo, era la libertad que ella se había dispuesto a seguir.

Y como si sellase una promesa, la envolvió en sus brazos lo suficiente para sentir todo lo que podía de su pequeño cuerpo en él. Su conciencia volvió de las nubes al oír una delicada risa de ella que lo obligó a separarse de ella por el repentino bochorno que se le subía.

"Bien, eh... L-Le entregaré esto a Garf mañana por la mañana" Dijo aclarándose la garganta dando un paso hacia atrás. Frisk se enjuagó los ojos con las mangas de su suéter de hilo y asintió "Antes de irme, uh, debo decirte que te extrañan en la oficina y que tienes mucho trabajo por hacer... No sé si estás al pendiente de las noticias"

"Un asesinato, lo sé" Dijo ella suspirando al cambio repentino de tema "Lo oí en la radio esta mañana... Una tragedia."

"Muchas cartas han llegado a tu nombre, quizás sea por eso"

"Comprendo" Dijo presionando sus labios con fuerza, de seguro ya estaba haciéndose ideas de lo que podrían tratarse.

"Si..." Aquello le había devuelto la idea a la cabeza sobre los consejos que quería pedirle, pero se encontró incapaz de gesticularlas sin verse a sí mismo como un idiota. También cayendo en cuentas que su propio aspecto no estaba siendo el mejor ¿Qué estaría opinando ella del cuidado de sus huesos? A demás si lo decía de frente ahora, puede que ella no lo hubiera estado notando y ahora le estaba dando el motivo para mirar sus desperfectos. Nope, tenía que salir de allí "Bueno, yo eh... Gracias por el té"

"Descuida. Dale mis saludos a Winki, aunque probablemente Amelle lo haga por mí" rió ella con suavidad mirando hacia otro lado.

"¿Amelle?" Preguntó sin tener interés en realidad, solo buscando un tema que la apartara de él y el estado de sus huesos. ¿Estaría oliendo bien? Tendría que comprar una colonia o ver si Papyrus se dejó alguna guardada por ahí. Nah, eso no pasaría.

"Eh... Es una amiga" Dijo ella ganándose la atención del esqueleto quien se comenzaba a acomodar la bufanda de lana negra alrededor del cuello. La chica parecía que tenía algo más que añadir a la oración, pero no totalmente segura de hacerlo ¿Querría hablarle de algo más? Pero por el silencio que insistía en mantener, lo dejó pasar.

En la puerta de entrada, Sans se había calado el fedora en el cráneo y había terminado de abotonarse la gabardina antes de darle la espalda al interior de la casa. Afuera hacía frío y las farolas se habían encendido a la falta de luz, las nubes se comenzaban a agolpar en el cielo nuevamente pronosticando una ligera nevada durante la noche. Hubiera sido bueno hacer las compras antes de ir a la casa de la chica, podría en este momento solo tomar un atajo y llegar a casa a tumbarse en el sofá a pensar en todo lo que había ocurrido. Él se dio la vuelta para despedirse antes de fingir que caminaba a la parada de autobuses, pero se encontró con ella sosteniéndole la mirada con ansiedad.

"No me dejarás pagarte ¿Verdad?"

Sans no pudo evitar sentir un leve orgullo al ser capaz de poner a la chica tan ansiosa. Verla así era paga suficiente. Riéndose por lo bajo negó con la cabeza levemente mientras bajaba los escalones del pórtico "Nah, ya te dije. Quiero ayudar."

La chica miró indecisa hacia los lados antes de dar un paso hacia afuera y Sans contuvo diligentemente el aliento ante la repentina proximidad "¿Y qué tal una-"

Pero antes de que ella pudiera continuar el timbrado del teléfono la interrumpió. Ella le sostuvo la mirada un instante antes de tomar una decisión "N-No tardo" Dijo antes de devolverse, quedando el esqueleto tenso fuera de la puerta.

Colando la cabeza hacia adentro, observó como la chica descolgaba el auricular y esta daba casi un salto alejándolo antes de poder saludar.

"¡P-Papyrus! Sí, soy yo, gracias, oh, eres muy amable. No él se fue. Descuida aún no es la hora" Sans dio un paso hacia el interior y ella apuntó el auricular en su mejilla modulando en sus labios "Es tu hermano".

"Paps" Soltó sin querer y ella asintió para volver a prestar atención a la conversación. ¿Por qué la había llamado a ella? En seguida formuló que se su hermano estaba tratando de ubicarlo, y al no encontrarlo la llamó a ella en su lugar ¿Qué tan cercano creía su hermano que era con ella?

Ella asintió un par de veces nuevamente como si el esqueleto del otro lado pudiera verla "Si, se encuentra aquí, está bien" Ella lo miró como si dijera que estuviera listo para acercarse. Sans parpadeó y se felicitó mentalmente por darle al clavo "¿No quieres que? Oh... Si entiendo, bueno. Hasta pronto, fue agradable que pudiéramos hablar, adiós."

"¿Q-Qué paso, qué dijo?"

"Dijo que te llamará a casa" Ella alzó una ceja "En unos minutos más..."

Mierda, a Paps casi se le escapa algo importante. Un sentimiento entre angustia y alivio se le acumularon en la lengua, era eso o lo poco que había podido beber del té. En cualquier caso, se sentía aliviado de finalmente poder hablar con él. Pero primero, reparar lo que había dicho.

"Si, uh, es un decir"

"Lo supuse" Respondió ella sonriendo "Bueno... Será mejor que vayas con tu hermano, debe estar muy preocupado si tuvo que llamar aquí para encontrarte"

"Pero no ibas a..." Apuntó hacia afuera.

"¡Oh, sí! Err..." Agarrándose instintivamente la manga del chaleco desvió la mirada "¿Te importaría venir mañana?"

"¿M-Mañana?" Sans sintió un martillazo prácticamente en el pecho, y una sonrisa estúpida que apenas podía controlar que dejara de expandirse.

"Es como paga... Ya habías dicho que tu hermano te tenía en una dieta a base de pasta, y ahora que está ocupado... Tal vez yo pueda... Ya sabes"

"S-Suena bien" Dijo encontrándose demasiado nervioso, se aclaró la garganta y se arregló la bufanda para cubrirse los dientes "Suena bien... Heh. Si te hace sentir menos culpable, heh... Bueno... Mañana aquí a la hora de la cena, ¿E-Eso es a las siete?"

Ella asintió y Sans le dio la espada para pasar por la puerta. Ella se asomó por la puerta y se despidió de él agitando la mano con gentileza. Sans se ajustó el fedora y acomodó la carpeta bajo su brazo para asegurarse de que estuviera allí.

"H-Hasta mañana entonces" dijo él.

"Aquí estaré"

Sans comenzó a caminar hacia la parada de autobús y dio un último vistazo hacia atrás para asegurarse de que pudiera tomar el atajo. La chica había cerrado la puerta, pero la ansiedad lo carcomió al sentir que aquella tarde con la señorita, había captado la atención de los humanos que estaban ahora mirando por las ventanas de sus casas, atentos a él. Al monstruo en medio un lugar donde había solo humanos.

"Demonios..." musitó para él mismo antes de llegar al lugar de espera y encender un cigarrillo al chasquido de sus falanges.

════════ ♡ ════════

Ya no entraba por las tuberías, ni tampoco tenía la fuerza suficiente para levantar la tapa del drenaje, el tiempo en estado sólido le estaba durando demasiado. Así que usó el camino largo para llegar a la central.

No tenía idea de quién era, ni la vida que había llevado, pero había olvidado todo cuando recordó la misión que tenía encomendada al responder el teléfono; a poco de poderse discernir entre el ruido blanco y una voz retorcida habló. Salir de allí y volver con el paquete.

No bastaban más palabras, sabía a lo que se refería, su instinto lo trajo a las afueras de la ciudad, arrastrándose a duras penas en lo que le quedaba de su tiempo. Y pese al estado licuado que estada adquiriendo su forma física ninguna injuria le fue provocada por las piedras o la tierra que no lo podía ensuciar. No importaba que tocase, conseguía estar en estado puro.

Frente al enorme portón que se veía entre la arboleda, dio sus últimos arrastres hasta una plataforma y se dejó caer en un charco transparente que cubría con sus últimos esfuerzos eso que debía traer sin importar qué.

La plataforma se abrió y la masa se deslizó a la oscuridad.

"¡S-Señor!" Gritó una voz haciendo eco en la sala corriendo al encuentro de lo que antes había tenido cuerpo físico "El paquete viene intacto y... ugh..." Al meter las manos en la masa, esta terminó de soltar lo que contenía y se derramó como agua sobre la lata en la que había caído "Pero bueno, que desastre" dijo sacudiendo una mano.

Pasando la vista al paquete, este no era tan brillante como solían describirlo, por supuesto era rojo y tremendamente embriagador para cualquier monstruo el verlo, parecía una joya entre sus guantes. Ya estaba ansioso por las próximas órdenes del Doctor para saber qué harían con esta preciosidad. Se encaminó a una de las mesas de trabajo y dejó con cuidado el alma humana en un recipiente.

Tras de él los cuidadosos pasos del Doctor se escuchaban cerca. El científico volteó a verlo con los ojos expectantes y una sonrisa nerviosa.

"¿Ha llegado?" Murmuró en su voz extorsionada a lo que el asistente asintió con energía "Déjame ver qué tal está"

El científico se hiso a un lado y dejó ver el alma flotando en medio del frasco contenedor. Las manos enguantadas del Doctor lo envolvieron para levantarlo hasta su rostro.

"¿Y ahora qué Doctor?"

El monstruo dejó ir el aliento de forma pesada y dejó el frasco de vuelta en la mesa de trabajo, sosteniéndose del borde de este.

"Esta solo fue una advertencia, mi buen amigo" dijo "Asgore se ha estado moviendo en las sombras, es correcto que también lo haga yo" Al darse la vuelta a ver a su asistente, se ajustó el cuello del suéter y miró hacia la bandeja donde se encontraba la bandeja con magia vuelta pura nuevamente humeando en esperas de ser activada otra vez "Con algo de suerte... La historia no tendrá que repetirse otra vez. Envía un memo de la siguiente operación al contacto de Hotland y adjunta, que el resultado fue todo un éxito."

La masa en la lata dio un respingo burbujeante que atrajo la atención del asistente un tanto desilusionado.

"Si Doctor Gaster..."

════════ ♡ ════════

Al llegar a casa lo primero que hiso fue dejar las bolsas de las compras sobre el sofá y sentarse al lado de estas a sacar las botellas de tabasco que había comprado en la tienda. Dios, necesitaba un trago. Por suerte el lugar estaba lo suficientemente vacío para no tardar más de quince minutos entre ir por los pasillos, ponerse a la cola y pagar. Una lástima que perdiera tanto tiempo, pero al menos pudo usar un atajo para llegar a casa. Ya le pediría perdón a la dueña del condominio por no hacerse notar en la entrada de este, tenía prisa y no podía hacer esperar demasiado a su hermano.

Intentó relajarse un poco en lo que esperaba a que el aparato sonara, ni siquiera se había molestado en poner la estación de radio para matar algo del silencio. Su propia cabeza ya le daba la suficiente distracción a la falta de ruidos trayéndolo una y otra vez ante las escenas de hace un rato atrás.

Tenía la cabeza dando vueltas a la repentina invitación de la chica, encontrándose incluso ansioso para que llegase el día siguiente. Tenía la sensación de que las cosas iban realmente mejorando, pese a que no le gustaba la idea de que estuviese cargando con el crío de su ex novio, pero la gratitud reflejada en su rostro había sido suficiente para dejar ese detalle de lado. Sí, debía hacer que las cosas fueran solo mejor y mejor.

"Su mujer está bien señor"

Las palabras de la enfermera en el hospital se le incrustaron en la cabeza como una bala, encontrándose sin excusas para ello si prácticamente se había comprometido a tomar cuidado de ella y... de la creatura.

"No... Solo es una ayuda" Se dijo abriendo una de las botellas y en seguida apresurar un cuarto de esta. Dio una mirada al teléfono para cerciorarse de que la línea de las flores estuviera conectada. Papyrus debería llamar en cualquier momento. Volvió a recostar la cabeza en el respaldo para mirar al techo, buscando reorganizar sus pensamientos. Sentía que se dejaba llevar por cualquiera fuera la cosa que lo tenía tan ensimismado con la humana, lamentaría cualquier conclusión a la que pudiera llegar. ¿Qué estaba intentando lograr? Esa duda quedaba descartada, por supuesto, solo estaba intentando, como bien diría su hermano, ser un caballero.

"Si... Todo un caballero" Se burló de su propia excusa. Ni siquiera se había contenido en mirar los papeles que Garf le había dado a Frisk, y no había encontrado los supuestos motivos que la habían hecho cambiar de opinión. Más bien parecía una carta de bienvenida a la maternidad. ¿Qué justificación podía encontrar en eso?

¿Y si la había presionado él demasiado y por eso prefirió esa otra alternativa?

Realmente le hacía falta distraerse, incluso un mandado sonaba adecuado para unas horas lejos de la fachada que tenía montándose y todo este revoltijo de emociones y sensaciones.

Tenía que recordarse una vez más, que estaba a merced de las necesidades de Asgore. Ya tenía entendido que cualquier cosa podía contar para hacer su vida y hacerla lo más creíble para evitar sospechas, siempre y cuando respondiera de forma inmediata a la causa. Pero por sobre todo, no vincularse con cualquiera, debía llegar a conocer estrictamente a esa persona para evitar que información importante se filtrara. Leer su alma si era necesario. Y si no era confiable... Medidas debían ser tomadas.

Si ahora intentase pensar en cómo sería si las cosas hubieran seguido adelante con Linna, (de alguna forma pensar en ella le apagaba los humos, como si le arruinara el momento, era perfecto) pedir leer su alma le resultaría de lo más innecesario, hasta podía dar por hecho un par de cosas; una monstruo ambiciosa en busca de una vida sólida dentro de sus propios estándares. Podría haber sido de lo más confiable y habrían hecho un gran dúo, una envidiable dama junto a un grotesco esqueleto que le gustaban las malas bromas. Nah. Las cosas hubieran estado bien, pero su idea de vida no era perder la cabeza tan pronto y menos si no iba a ser capaz de ver a los...

"Ugh..." gruñó por lo bajo y bebió esta vez hasta un poco más debajo de la mitad de la botella de tabasco. Pensar en críos no era bueno para su psiquis en este momento.

En medio del siguiente sorbo, había imaginado una curiosa luminosidad carmesí, tomando forma de algo muy pequeño pero con una sutil forma de corazón a medida de que el ardor en la lengua le aligeraba la cabeza. Si ponía más atención podía notar que se trataba de un par de delicadas manos femeninas acercando su propio ser con la intención de que este lo viera, y siguiendo la línea de la silueta un apacible rostro comenzaba a dibujarse.

¿Y leer la de ella?

Miró de reojo la botella y luego a la bolsa con las otras cinco que había comprado. Esta marca que había comprado era mierda de la buena, pero era peligrosa.

Aun cuidando de que su imaginación no le jugara una mala pasada, agarró las bolsas y se levantó a dejarlas en la nevera. Pero se dejó la que tenía en la mano sobre el mesón por si necesitaba algo rápido. Con las manos en los bolsillos dio un vistazo al teléfono preguntándose qué habría ocurrido con Paps. Volvió a echar un vistazo a la línea de flores, la luz azulada del cable estaba brillando fluorescente coloreando el borde del mueble, señales de que estaba en función.

"Ni siquiera una llamada de Shambling. ¿Qué estará ocurriendo?"

Sans se acercó al teléfono a comprobar otra vez la línea. Bien conectada. Temiendo algún desperfecto, Sans tomó la llave que se escondía bajo el teléfono y abrió el compartimento del mueble. Dejó los libros y cajas de té y especias a un lado para poder ver el estado de la pequeña botella de vidrio negro. Metió la cabeza al fondo y levantó la pequeña cúpula. La flor eco estaba bien, estaba activa tal cual la había puesto el primer día.

No entendía.

"¡Es la sexta vez que llamas para eso, Papyrus!"

Una estruendosa y enérgica voz se escuchó del otro lado de la pared provocando que se golpeara en el borde superior del interior del mueble descolgando el teléfono. La voz era malditamente evocadora y lo suficientemente familiar para hacerlo ponerse nervioso.

Ella había dicho el nombre de su hermano.

Poniéndose de pié se sobó el cráneo y le tomó solo unos instantes hilar la familiaridad de la voz. Mierda.

"No, espera, creo que ya llegó" Se escuchó del otro lado.

Pero si ella no iba a-

Un portazo se escuchó desde el exterior (probablemente el desgraciado pomo de la puerta al abrirse por fuera) y una sombra se vislumbró haciendo silueta en la ventana. Tres golpes contundentes hicieron picar las campanillas de viento del otro lado de la habitación y a tronar las ventanas amenazando con romperse.

"Sé que estás ahí, saco de huesos, ¡abre!"

Tragando saliva, Sans giró el pomo de la puerta y una enorme dentadura puntiaguda lo saludó, la anfibia de tez azul se había agachado a su altura, desorganizándosele el cabello granate cubriéndole la mitad del rostro. De un resoplido, movió el mechón molesto hacia un lado para luego fijar sus amarillentos ojos en él. Ella afirmó con fuerza el marco de la puerta como si estuviera marcando su dominio con esta.

"U-Undyne..." Musitó el esqueleto "¿Qué haces aquí?"

"Te daré explicaciones luego" Dijo "No llevo ni un día en la ciudad y ya odio el timbre de mi propio teléfono. Tu hermano ha estado llamando erróneamente a mi departamento hace horas ¡Has que pare!"

Sans parpadeó, mirando donde tenía escondida la flor y luego a Undyne antes de comprender lo que había pasado.

Oh.

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Uff, huh... Ya pueden odiarme

Se viene mas FLUFF!! UGGGHHH

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