Capítulo 4: Día de pago

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Frisk volteó en dirección de la potente voz. La sombra de un brazo largo pasó por sobre su cabeza antes de poder llegar a verle el rostro. Una mano retiró la caja de fideos y la puso a la altura de sus ojos. Pero antes de poder tomarla, los hombros de Frisk saltaron en conmoción.

Otro esqueleto.

El tipo era al menos de once pies de altura, esbelto y aparentemente bien arreglado. Vestía de una camisa color caoba y una corbata negra bien ajustada por debajo de una pechera color flaxen. A diferencia de Sans, su rostro era mucho más fácil de comparar con la estructura ósea de un esqueleto humano. Y otra gran diferencia, era que la permanente sonrisa parecía legítima. Fuera del parentesco con ese grosero saco de huesos, se veía como un monstruo cualquiera de la ciudad, amable y cordial. Tomando la caja entre las manos Frisk, tragó saliva antes de dirigirle una sonrisa.

"AQUÍ TIENES, HUMANA. YO, EL CABALLEROSO PAPYRUS, ESTA IMPRESIONADO POR TU GRAN ESMERO EN TRATAR DE ALCANZAR A TODA COSTA ESTE PRODUCTO MAGISTRALMENTE ELABORADO." Dijo él. "SI TAN SOLO ALGUIEN QUE CONOZCO FUESE ASÍ" Comentó para sí en voz muy alta.

"G-Gracias" Dijo Frisk finalmente espabilando. En su vida había oído a alguien hablar en volumen tan alto.

"NO HAY DE QUÉ, PEQUEÑA HUMANA. ¿NECESITAS ALGO MÁS QUE REQUIERA ALTURAS MAYORES PARA OBTENERLO?"

"Oh, no muchas gracias. Esto era lo último" Le logró sonreír. "Ha sido muy amable-"

"EL CABALLEROSO PAPYRUS" Continuó con la mirada pensante. "SOLO, PAPYRUS"

"Es un gusto. Disculpe, nunca lo había visto por aquí antes" Resaltó Frisk.

Frisk quiso cruzar los dedos para que este se tratase de solo otro esqueleto y que no estuviera directamente conectado con Sans. Pero con la caja en las manos no había posibilidad.

"OH ESO ES TOTALMENTE NORMAL, YO Y MI HERMANO SOMOS NUEVOS EN ESTA TRANQUILA CIUDAD" Dijo mientras se acomodaba el fedora en la cabeza limpiando la punta con las falanges.

¿Hermano? ¿Por qué...?

"P-Por casualidad... Señor Papyrus" Comenzó ella. Debía asegurarse.

"SOLO PAPYRUS, NO HACEN FALTA FORMALIDADES ¿...?" Se agachó un poco.

"Frisk" Sonrió.

"FRISK" Repitió el con una sonrisa igual de grande.

"Papyrus... Por casualidad el nombre de tu hermano..." Tragó saliva "¿Es Sans?"

Papyrus parpadeó un par de veces con sus cuencas, su expresión amable se torció en una mueca de preocupación sobresaltándola en el lugar.

"¡SI! ¿LO CONOCES? ¿SABES QUE PASÓ CON MI HERMANO?" Soltó agachándose casi a su altura tomándola por un hombro.

"¿Cómo?"

"SE SUPONE QUE MI TRABAJO ME MANTENDRÍA MAS TIEMPO FUERA DE CASA Y LE DIJE QUE FUERA POR VÍVERES PARA LA CENA, PERO CUANDO LLEGUE EL TODAVIA NO HABÍA RETORNADO A CASA" Miró hacia varios lados antes de mirarla a los ojos haciendo señas para que se acercase "VINE AQUÍ CREYENDO QUE PODRÍA HABERSE DORMIDO EN LOS PASILLOS JUNTO A LA SALSA TABASCO" Gritó susurrando.

"Oh, pues... Si de algo sirve" Comenzó ella "Él estaba acompañado de una monstruo"

"¿UNA MONSTRUO?" Hiso una pausa para pellizcarse el entrecejo "ESE HUESOS FLOJOS..."

Frisk miró a Papyrus, pareciendo que estaba a punto de estallar en cólera. Los hombros le temblaban y los dientes le rechinaban. Ella estaba a punto de sugerirle si podría ayudarlo con algo o cualquier cosa para evitar una escena. Algo le decía que ese esqueleto era todo lo contrario a su hermano.

"¡PUDO HABER LLAMADO EN CUANTO SABÍA QUE NO TENÍA TIEMPO PARA REGRESAR! DE SEGURO ESTARÁ BORRACHO EN ALGUNA ESQUINA." Dijo pateando el piso con fuerza provocando que los productos de la estantería se estremecieran. "¿NO TIENE IDEA DE LA HORA QUE ES? YA HA PASADO LA HORA DE CENAR, ¿QUÉ COSA SE HABRÁ LLEVADO AL ESTÓMAGO? BUENO NO TIENE ESTOMAGO EN REALIDAD, PERO AÚN ASI. ¡NO VOY A PERMITIR QUE UNA DAMA, DE APARENTE MALA INFLUENCIA, HAGA QUE MI HERMANO PADEZCA DE PROBLEMAS DIGESTIVOS! AUNQUE NO TENGA TAMPOCO."

Frisk estaba a punto de reír tras oír esa cantidad de incoherencias en una sola tanda. Relajándose un poco, colocó la caja de fideos en el carrito y le dirigió a Papyrus una sonrisa. Luego de un pequeño respiro, Papyrus acompañó Frisk a pagar y a llevar la mitad de las bolsas hasta la parada del tranvía. Papyrus se mostró totalmente amable y parecía que cada vez su sonrisa se agrandaba más cuando charlaban sobre comida. Ella no tenía nada que ver en aquel asunto de su hermano, en lo que a ella respectaba, ese armario de huesos y esa bruja podrían hacer buena pareja, pero este esqueleto en particular le parecía ciertamente encantador. No era parte de su naturaleza dejar un lío sin intentar hacer algo. En especial por haberla ayudado.

"Papyrus, si hay algo que pudiera hacer para agradecerte" Comenzó.

"NO HAY NECESIDAD PEQUEÑA MUJER HUMANA" Respondió rápidamente con una sonrisa de suficiencia mientras balanceaba las bolsas de papel en una sola mano "YO, EL CABALLEROSO PAPYRUS, ES LO MÍNIMO QUE PUEDO HACER POR AYUDAR A UNA DAMA EN APUROS NUTRICIONALES"

¿Cómo argumentar contra esa lógica?

"Si tú lo dices" Rió ella "En tal caso, te deseo buena suerte para encontrar a tu hermano"

Y darle una buena reprimenda. ¿Cómo se atreve a dejar semejante bollo de canela solo?

"¡OH! PERO SI ESTÁS TAN PREOCUPADA, PUEDES LLAMARME"

Antes de que Frisk le negara la oferta, Papyrus sacó una especie de tarjeta de presentación hecha a mano con su nombre y número escritos en el reverso de un cupón de descuento para pasteles. Este la metió dentro de la bolsa de papel que tenía en la mano y le dio unas suaves palmadas.

"C-Claro" Asintió ella.

"¡LO QUE SEA POR UNA AMIGA DE MI HERMANO!" Dijo con un tono amigable y vivaz "PORQUE SOLO LOS AMIGOS SE PREOCUPAN POR ELLOS, NYEHEHE!"

Algo ofendida Frisk miró a Papyrus, pero tan pronto lo hiso sus ansias de gritarle lo contrario en su simbólica nariz, no tuvo el valor de ponerlo mal. Ya tenía que preocuparse por Sans ¿y ahora que lo tratase ella de mala manera? Frisk negó con la cabeza.

"Papyrus, Sans y yo no-"

Pero la bocina del tranvía la interrumpió en la mitad. Papyrus tomó una de las manos de Frisk que buscaba el efectivo en los bolsillos y le entregó la otra bolsa.

"DESCUIDA, HUMANA FRISK TU SUBE Y TEN CUIDADO"

Frisk pasó directamente al bus y dejó las bolsas en el asiento de la primera fila. Cuando se devolvió a pagar, Papyrus ya se acercaba con el boleto en una mano, ofreciéndoselo.

"NO TE PREOCUPES POR MI HERMANO, HUMANA, SEGURAMENTE ESTARÁ BIEN" Le sonrió "ESPERO QUE VOLVAMOS A VERNOS EN OTRA OPORTUNIDAD ¡Y HABLAR MÁS SOBRE ESPAGUETTI! ¡NYEHEHEH!"

Pero antes de que ella pudiera despedirse, el esqueleto de dos zancadas pasó de estar frente a ella a la salida del bus. Frisk corrió de vuelta a su asiento para ver a Papyrus por la ventana, él se acomodó el frente del fedora en señal de despedida.

Es un buen chico.

Ella se despidió con una mano y vio como el paisaje comenzaba a moverse hasta haber perdido a Papyrus de su vista. Tardó un momento en sentarse y tomar sus bolsas de compras entre los brazos para revisar lo que había echado dentro. Alcanzó el papel y se fijó en la letra.

Frisk pensó en llamarlo al día siguiente, hasta que realizó lo que eso implicaba.

Puede que él también responda.

Volvió a guardar el papel doblándolo por la mitad.

════════ ♡ ════════

Sans estaba cansado. Realmente lo estaba. Las compras de Sans no habían sido problemas, solo alargó el brazo y echo al carro toda la pasta de marca reconocible para su hermano, exceptuando de uno que le daba pereza alcanzar. Por otro lado, había caminado con la mantis durante horas mientras ella revisaba cada exposición en las vitrinas. Linna apuntaba a Sans que esas irían muy bien con su color y él solo le asentía. Habrían tardado menos en atravesar toda la avenida de tiendas de moda si no fuera porque Sans comentó "Ese sombreo", "Esa blusa" "Irían muy bien con tu exoesqueleto" mientras le guiñaba un ojo y debían entrar para que Linna lo comprobara. Para la sorpresa del esqueleto, ella no pidió absolutamente nada y le daba las gracias por haber mencionado la prenda, pero que era muy costosa y que no tenía que comprarla para ella. Sans podría creer que eso era una treta para hacerlo soltar dinero, pero así mismo ella lo tomó del brazo y lo arrastró hacia afuera para continuar caminando.

Se puso nervioso, ¿Realmente lo estaba haciendo bien? De seguro el resto de los transeúntes los verían como una pareja cualquiera de monstruos. Si bien los rumores de que ella no duraba con sus parejas más de un día. Sans intentaría romper con la mara racha de ella y de paso la de él también.

También tiene el esqueleto afuera ¿Qué puede salir mal?

Llegaron a un bar-café, Sans dejó sus compras bajo la silla junto a su maletín y apoyó la cabeza sobre las manos. Linna había sacado su espejo de mano y se comenzaba a retocar frente a él. Al esqueleto le encantaba lo femenina que podía ser, pero ya le estaba escozando verla hacerlo cada momento. De verdad, la apariencia le importaba mucho, por no decir que era su mayor prioridad, después de todo, la mantis era hermosa. Qué suerte tenía de pasar la tarde con ella.

"Que hambre tengo" Comentó ella de repente casi en voz baja. Como si solo hubiera sido para ella.

"¿Quieres algo muñeca?" Le ofreció levantando la vista de las manos.

"Oh, solo una copa ¿No estábamos aquí por eso?"

"Si, si" Asintió irguiéndose en el asiento.

Luego de que el mesero le trajera los pedidos a cada uno. Linna fue muy ligera al pedir solo un poco de licor de duraznos y ginebra más un pequeño dulce del menú de monstruos; cabezas de insectos en almíbar, crianza de primera calidad. Sans por su parte pidió una jarra de cerveza, pero especificando que fuese llenada con salsa tabasco (con un pago extra) y, pero no menos importante, una grasosa hamburguesa. Papyrus lo había intentado mantener a dieta, solo comiendo espagueti y salsa tabasco en la mezcla en la de tomate como compensación, pero Sans tenía una gran debilidad por la comida rápida. Deliciosa, adictiva y por supuesto barata.

Linna al verlo apresurar la jarra de salsa hasta la mitad la hiso voltear la cabeza del asco.

"Sansy, ¿En serio amas la salsa, verdad?" Dijo ella forzando una sonrisa.

"Yup, más que cualquier cosa" Dijo dejando la jarra en la mesa para limpiarse la comisura con la mano. "Casi tanto como pasar un buen momento con alguien encantador..." Le guiñó una cuenca.

"Oh" Dijo en sorpresa volteando la vista viéndose un leve rubor purpúreo en sus mejillas "De seguro dices la misma frase a todas las señoritas con las que has salido"

"Bueno" Se encogió de hombros en culpabilidad "Muchas mujeres suelen ser agradables, pero pocas son las que realmente encajan conmigo, hehe." Le volvió a guiñar la cuenca para luego volver a tomar otro trago de salsa.

Linna lo miró por un momento antes de comenzar a reír nerviosa.

Heh. Vamos por buen camino.

"Oye, quisiera saber un poco más sobre tu hermano" Dijo ella picando una de las cabezas en un palillo "¿Cómo es él?"

"¿Paps? Heh. Es el mejor." Dijo levantando la mano al mesero. "Así como tu hermana, está empeñado en formar parte del frente. Trato de no reprimir su buen ánimo, pero como verás, es mi único hermano y siempre termina preocupándose de más..." Sans miró con detención a Linna. ¿Había olvidado algo?

"¿Qué pasa?" Parpadeó ella con curiosidad.

"Oh... No, no es nada." Agitó la mano frente a sus ojos. Se fijó en la jarra de salsa y bebió el fondo.

"¿Señor?" Dijo el mesero mientras se limpiaba las manos en el overol.

Sans miró de reojo al humano sin ocultar su desagrado en ello. El mesero parecía nervioso y dio unos pasos atrás con la sonrisa pegada al rostro.

"Mira, humano. Has el favor de llenar esto" Le señaló la jarra sucia.

El mesero no pudo evitar poner una cara de extrañeza antes de tomar el objeto por la oreja para ponerlo en la bandeja junto a otros vasos de licor y platos apilados.

"S-Si, señor" Dijo el muchacho tratando de apresurar el paso a la cocina.

"¿Estás bien?" Preguntó ella haciendo a un lado su platillo de dulces vacío.

"¿Por qué tuvimos que venir aquí?" Preguntó sin decoro.

"¿Mh?"

"A un bar de humanos" Inquirió mirando alrededor mientras un leve rubor se comenzaba a tomar notoriedad sobre su tabique "Está plagado de ellos"

"Pues... Es un buen lugar ¿No?" Dijo tratando de superar el volumen de la voz de Sans que había comenzado a elevarse.

"Nah. Underland tiene mejores lugares, sin esta peste deambulando. Heh" Dijo Sans cerrando las cuencas. Era tan bueno dejar ir unas cuantas ideas, compartirlas siempre es grato, no importa que tan aceptables o aborrecibles fuesen, decirlas simplemente se sentía bien.

"Supongo que tienes razón" Dijo ella para sorpresa de Sans. "Si no fuera por nuestra magia no tendrían las cosas tan fácil" Acercó la copa a sus labios "Digo, está bien que tengamos trabajo gracias a eso, pero la verdad es que nadie está conforme con eso"

Santa mierda.

"Whoah..." Se asombró Sans ensanchando su sonrisa "¿En serio piensas eso?"

"Por supuesto ¿Y quién no para ser sinceros?"

"Si... ¡Sí!" La cabeza comenzaba a darle vueltas al asentir, como si el movimiento del vaivén tuviese un desfase de segundos para entender que se estaba moviendo. "Hablan de oportunidades laborales, pero solo están usándonos para su propio beneficio"

"¿Cómo negar eso? Digo, si, es grandioso saber que si caes en banca rota hay esperanzas para volver a retomar, pero es como, preferencia y eso es un preludio del racismo escondido, ¿No se supone que debemos ser todos iguales? No es más que una limosna" Añadió dándole a Sans una libertina mirada.

Oh, ella sabe por dónde tocar...

"Claro... Todos ellos se aseguran los trabajos decentes, mientras que nos acorralan como ganado para hacer su combustible "

El mesero llegó entonces con el pedido de Sans. De alguna manera, el esqueleto se sintió con el impulso de agarrarlo por el cuello y tirarlo lejos de su vista. De hecho era una muy buena idea. El lugar donde ese humano estaba trabajando feliz, podría ser el de un monstruo que estaba trabajando en la fábrica central de magia. Un pequeño susto hará que se retirase. Estaba a punto de levantarse de su silla cuando un monstruo de otra mesa se levantó.

"Qué desagradable..." Dijo lo suficientemente algo para que Sans lo oyera.

Eso lo hiso espabilar. Estaba en público, no podía simplemente mostrarse hostil y arruinar la velada, independiente si esta dama fuera la indicada, debía mantener un perfil bajo. Golpeándose con la idea, se volvió a sentar y agradeció con un gesto al muchacho.

"Esto será todo, trae la cuenta" Le dijo con voz ronca.

"¿Ya quieres irte?" Dijo ella con una sonrisa.

"En cualquier momento" Le guiñó un ojo.

Apresurando todo el trago, dejó la jarra vacía en la mesa y dejó escapar un hipo al terminar de tragar. Tan pronto el chico volvió con la cuenta, Sans le dejó el cambio justo sin la propina. El esqueleto rió por lo bajo al ver que el mesero de igual forma la daba las gracias por haber venido, sabiendo que por dentro estaba clamando por algo más de dinero.

"Vamos a otro... Lugar más privado" Propuso Sans "...Para hacer... privadas.... Las cosas."

Linna se rió de lo estúpido que eso había sonado.

Sans podía sentir como poco a poco las palabras se le iban escapando de la boca y Linna se aferró a él como mosca a la miel para ayudarlo a andar.

"Así que por eso es que mantienes esas botellas de salsa en la nevera." Dijo ella "Ya me estaba preguntando de dónde habían salido"

"Totalmente culpable, muñeca" Dijo tropezando con el especio de un adoquín de la acera.

"Bueno, espero que no tengas ningún lugar importante al qué llegar" Sans la miró "Tengo el lugar ideal para pasar la noche" Dijo en un tono seductor que hiso reír a Sans.

Bien hecho, Sans. Bien hecho.

Linna lo guió por la ciudad hasta la primera entrada a los elevadores hacia la parte subterránea. Una sede conformada por edificios a modo de colmena que eran compuestos por departamentos y hoteles, exequible para ambas razas, pero irónicamente solo moraban monstruos por allí. Sans debía admitirlo, el lugar no era lo mejor que había, el sol no pegaba para nada y la luz que había era solo musgo luminoso que se aferraba en todos lados, pero no podían evitarlo. Hay especies de monstruos que no toleraban los rayos del sol o se sentían mejor cuando estaban más cerca del piso. Era un Ebott totalmente diferente.

Lástima que los humanos no tengan ese problema.

Sans rió para sí.

* * * *

Llegaron entonces a un conjunto de departamentos especializado para insectos, su forma era puntiaguda y sus paredes parecían estar hechas de membrana, Sans lo comprobó al pasar la mano con curiosidad para descubrir que era tan duro como el resto de estructuras de la superficie. Linna sacó las llaves de su apartado y abrió la puerta que era poco más alta que ella. Al entrar Sans sintió que estaba en una película de horror.

"Perdona, querido, no suelo recibir visitas" Dijo refiriéndose seguramente a la gran cantidad de plantas que adornaban todo el pasillo.

Pero el desorden de las plantas no era lo que le preocupaba. Todo el departamento estaba hecho para un monstruo muy alto y delgado, los pasillos eran de un ancho totalmente normal, pero las paredes elevaban el techo al menos dos metros a la cabeza de Linna. Las ventanas estaban perfectamente centradas y con el toque alargado de la pared y las cortinas podrían marearlo del largo que tenían hasta casi tocar el piso. Era como si alguien hubiera tomado un departamento normal y con magia solo lo hubieran alargado por arriba. Puede que hasta incluso eso mismo hubiera pasado.

Estar borracho hace cambiar un poco la perspectiva de las cosas. Ya tenía problemas de altura al compararse con Paps, Linna era pasable, pero esto es humillante...

Linna entonces se adelantó a él con una sonrisa en medio de los colmillos.

Oh, Sans conocía esa mirada.

Olvidando por completo su complejo por el entorno, Sans siguió a la mantis hasta una oscura habitación sin ventanas. Desorientado intentó palpar el entorno en busca de una luz para encender.

"Heh. ¿Dónde tienes la luz?" Preguntó el con cierto aire de broma "O te gustan las cosas a oscuras"

De pronto la puerta se cerró detrás de él, escuchándose el seguro encajarse al final. Sans volteó ante el sonido, pero unas largas garras pasaron por sus hombros, sin dejarlo moverse de su sitio.

"¿Sansy?" Dijo ella tras de él con una seductora voz casi aterciopelada.

"Veo que te gusta hacer este tipo de cosas en la oscuridad" Comentó algo nervioso.

Ella apretó su agarre pasando una garra por medio del nudo de la corbata para deshacerla.

"Necesito que seas sincera conmigo, por un momento"

Sans se quedó en silencio por un momento antes de contestar.

"Claro"

"Tu... ¿Vas en serio con migo?" Preguntó casi inaudible sin dejar de ser casi lasciva.

La respiración cálida le llegaba casi al pómulo. ¿Así de fácil iba a ser todo para él? Ella quería asegurarse de que él no fuera una más en su cama. Sans encontraba ese comentario tan dulce que no pudo evitar soltar una pequeña risa de nerviosismo ¿Cuándo fue la última vez? No la recordaba con exactitud, la verdad. Y ella se había portado tan bien con sus comentarios de odio. No podía dejarla ir.

¿Tal vez encontrarla era el destino?

El alma de Sans comenzaba a revolotear en su pecho al pesarlo.

Una vida tranquila, con una bella mujer al lado.

Sans asintió suavemente, pudiendo sentir como el agarre de la mantis se acentuaba.

"¡Oh, Sansy!" Dijo ella con notable alegría.

Sans sintió como era guiado a la suavidad de una cama. Las garras comenzaban a buscarlo en la oscuridad, desabotonando su ropa y ayudándole con la hebilla del cinturón. Sans hubiera deseado que hubiera un poco de luz para aquel momento, podía escuchar como las alas de la mantis se deslizaban para dejar expuesta sus piernas. Y como si ella escuchase sus deseos, no fue precisamente una luz lo que se encendió, la piel de Linna comenzaba a brillar desde su interior con un brillo rosa y blanco casi opaco, lo suficiente para verla solo a ella. Como un espectáculo de luces, ella se acercó iluminando tenuemente lo que tocaba de Sans.

"Hagamos que esto sea especial" Dijo con travesura mientras se abalanzaba sobre él.

"Heh. Me parece bien" Dijo tratando de alcanzar los botones de su pantalón. Ya le estaban estorbando.

Sans suponía que se refería a hacer las cosas con lentitud, después de todo la noche aún era muy joven y tenían todo el tiempo del mundo hasta la hora de ir a trabajar el día siguiente. Pero a Sans le resultaba extraño que ella no lo hubiera dejado terminar de quitarse la ropa.

Linna se había acercado lo suficiente para alcanzar el cuello del esqueleto, en seguida comenzó a perseguir con las tenazas de su rostro la forma de la mandíbula de él, abriéndose y cerrando. Sans subió las manos al captar la indirecta de querer besarlo. Pero ella lo detuvo, bajándolas nuevamente. ¿Entonces no?

Ella guió las manos de Sans a su tórax.

"Sujétate" Le dijo ella.

Sans lo hiso entrelazando sus dedos por encima. No entendía para qué, pero seguramente era parte de alguna tradición de las mantis. No se iba a quejar, todo estaba muy interesante.

"Aquí voy" Dijo ella.

Que comentario tan malo en medio de algo así.

Sans entonces comprendió. La barbilla de Linna se partía a la mitad para dejarla abrir una boca más grande, las tenazas lo tenían apresado del cráneo sin poder moverse, sus brazos luminosos lo tenían rodeado. No tenía escapatoria. Y el puro terror de la muerte prematura lo dejó en shock al ver como el hermoso rostro de ella se expandía lo suficiente para abarcar su cabeza. Sans en seguida se soltó de ella y la empujó como pudo para zafarse. Linna se detuvo volviendo su rostro a su estado normal.

"¿Qué ocurre Sansy?" Preguntó ella preocupada.

"I-Ibas a... ¿Ibas a comerte mi cabeza?" Dijo Sans poniéndose de pié saliendo de la cama.

"Pues claro que sí, soy una mantis ¿Qué no lo sabías?" Comentó extrañada, esperando tener algo de esperanzas en volver a lo que estaban.

Sans retrocedió un paso.

"Ugh, todos son iguales" Soltó ella apagándose lentamente la luz de su interior "¿Qué nadie de ustedes se lo espera?"

Oh, no está dirigiéndose a mí en plural. Eso es malo.

"¿Y si solo tenemos...? Ya sabes" Sugirió tratando de enmendarse.

"¿Dices tener sexo sin que te arranque la cabeza?" Exclamó ofendida. "No soy una prostituta ¡Soy una dama decente!" Hiso una pausa "No puedo creerlo, ¡Hasta incluso dije esas tonterías de los humanos para quedar bien contigo!"

Sans frunció el ceño.

¿Tonterías?

"Creí que eras diferente... No puedo creer que me hayas pedido eso. Es exactamente lo que el resto de monstruos como ustedes siempre dice: Oh, no te comas mi cabeza. ¡Solo tengamos algo de sexo! "

Él no sabía lo importante que era para ella este tipo de rituales, de ser así no la hubiera llevado a tal extremo. Quería intentar remediarlo, pero antes de que pudiera hacer nada, Sans era empujado por las garras puntiagudas de la mantis hacia afuera de la habitación recién abierta.

"¡LARGO DE AQUÍ ANIMAL!" Le gritó. "¡NO QUIERO VOLVER A VER TU SUCIA CARA!"

La puerta de la habitación de Linna se cerró con fuerza casi estampándole la nariz. Si es que la hubiese tenido.

Y... la racha continúa. Imbécil.

Sans se arregló como pudo las ropas en medio de la oscuridad, ahora no tan densa, dio un último vistazo a la habitación de Linna. La pobre chica estaba llorando del otro lado. Estaba a punto de golpear su puerta para pedirle disculpas. Pero no era el momento de bromas de Toc-toc.

Eso le recordó en seguida a esa humana.

Si tan solo no hubiera gastado ese material en ella...

Arrepintiéndose dio un paso para pasar por un atajo. Paps debía estar preocupado.

Paps...

...

Mierda, dejé las compras bajo la silla.

Sans se rascó el cráneo. Bueno, eran compras, podían hacerse de nuevo.

Se mordió la lengua.

¡MI MALETÍN!

Llegando por el atajo, Sans apareció en el bar de antes. Desesperado corrió hasta el puesto en donde había estado. Agachándose tenía la esperanza de sonreír al encontrarlo en su lugar. Pero no había nada, por debajo de ninguna silla.

Mierda, estoy muerto sin ese maletín ¡ESTOY MUERTO!

Con el alma en las manos, corrió hasta la entrada del bar y abrió la puerta con excesiva fuerza, captando la atención de los trabajadores quienes estaban ordenando lo último para cerrar el local. Uno de ellos frunció el cejo y encaró a Sans con las manos en las caderas.

"Disculpe señor estamos cerrando" Dijo quien parecía ser el encargado.

"¡D-Deje una bolsa con compras y un maletín debajo de una de las sillas!" Grito casi sin aliento.

El encargado miró a Sans de reojo y pasó las manos de la cadera a cruzarlas sobre el pecho.

"Lo siento, pero alguien ya ha reclamado esas pertenencias"

"Q-Qui..." Logró decir Sans antes de estallar en cólera"¡¿A QUIEN LE HAS DEJADO MIS COSAS BASTARDO DE CARNE?!"

"HUHUM" Fingieron toser por detrás. "A SIDO A MI"

Un dedo delgado lo tocó por el hombro. Sans hecho una furia volteó con la intención de ya matar a quien se atrevía a entrometerse, pero tan pronto vio de quien se trataba su cara pasó por estar aliviado de ver a su hermano y luego a casi hundirse en su sitio por la vergüenza al ver que tenía las compras y el maletín uno en cada mano.

"ME ALEGRO QUE TE ENCUENTRAS BIEN, HERMANO." Papyrus se acercó para mirar por sobre el hombro de Sans. "¿PERO ESTÁS CONCIENTE DE LO QUE LE ACABAS DE DECIR A ESE BUEN PEQUEÑO HUMANO TRABAJADOR?"

"Y-Yo... Eh" Volteó a ver al encargado "Lo siento" Se llevó la mano a la nuca.

"ESO ESTÁ MEJOR. YA VAMONOS HERMANO, TENGO MUCHO QUE HABLAR CONTIGO"

El tono de la voz de Papyrus no parecía representar ningún tipo de emoción. Conociendo a Paps, solo estaba preocupado por él, dudaba que estuviera molesto, era muy abierto sobre todo con esa específica emoción. Pero si tampoco mostraba señales de estar animado, significaba que no podía esperar nada bueno de lo que pasaría después.

Papyrus puso su mejor sonrisa y acomodando la bolsa y le maletín se despidió cordialmente de los humanos. Sans se adelantó a salir por la puerta, no iba a arriesgar a poner a Papyrus más ansioso de lo que estaba y por supuesto a él acumulando más problemas.

Ambos esqueletos no dijeron nada hasta tomar el primer autobús que vieron hacia Cascade Street, y tan pronto como llegaron a los últimos asientos del vagón, Sans pudo escuchar como Papyrus respiraba profundamente por las fosas nasales conteniendo cualquier cosa para decir. Estaba dándole la oportunidad de explayarse antes de reprocharlo. Sans iba a tapar las luces del interior del vehículo con su sombrero, pero olvidó que con lo borracho que estaba podría estar en cualquier lado menos en su cabeza. Ya no había nada más con que hacer tiempo.

"Y-Yo..." Comenzó Sans sonriéndole a su hermano "Heh. Parece que este día me movió el esqueleto ¿No?" Intentó bromear.

"Hm." Papyrus lo miró por lo bajo, y ni siquiera hiso atisbo de querer detener la broma. Esto era peor de lo que creía.

"Mira Paps, lo siento, perdí la noción del tiempo y-"

"ESTUVISTE CON UNA MUJER DESDE QUE SALISTE DEL TRABAJO Y PERDISTE EL TIEMPO CON ELLA" Dijo con voz firme sin dejar de mirarlo.

Sans tragó saliva. ¿Cómo sabía él eso?

"Heh. Me atrapaste" Dijo forzando una pequeña risa, que sabía que no serviría de nada. "Uh... Paps, sé que tenía cosas pendientes por hacer. Las olvidé, de verdad lo siento hermano."

"SANS, ESTABA MUY PREOCUPADO. SABES QUE PARA NOSOTROS ES DIFÍCIL EL TENER QUE VIVIR EN UN LUGAR NUEVO Y ADAPTARNOS A TODA ESTA NUEVA CULTURA"

Sans guardó silencio, su hermano no estaba lejos de tener toda la razón.

"SE QUE PARA LAS COSAS TE PUEDEN SER MUCHO MAS ESTRESANTES QUE A MÍ, HERMANO. PERO POR FAVOR RECUERDA, SOMOS LO ÚNICO QUE TENEMOS AQUÍ" Lo miró compungido, mientras las manos le comenzaban a temblar "¿RECUERDAS COMO ERA TODO EN NUESTRO ANTIGUO HOGAR?"

¿Cómo olvidarlo?

Sans y Papyrus vivían solos desde aquel incidente, a expensas de la benevolencia de los humanos que regían el sector. Era una época oscura que a Sans le servía de motivación para levantarse todas las mañanas.

El al menos tuvo la suerte de solo ver pobreza en lugares pequeños y violencia en los barrios. La realidad en esos tiempos tenía otro rostro peor...

Sans se sacudió la cabeza. No era momento de recordar todo ese disgusto ahora. Así que asintió lentamente con la cabeza desviando la vista al piso.

"SANS... PESE A QUE SIENTO EN MIS HUESOS QUE ESTE LUGAR ES DIFERENTE" Continuó. "NO PUEDO SACARME DE LA CABEZA QUE SI ALGO TE OCURRIERA, NO SABRÍA QUE HACER SANS, ERES MI ÚNICA FAMILIA"

Sans alzó la mirada para encontrarse con Paps luchando por mantener la compostura mientras la mucosidad comenzaba a brotarle de una fosa. Sans preocupado, se metió la mano al bolsillo de la chaqueta para buscar su pañuelo y limpiarlo, pero se detuvo al escuchar a su hermano sorbiéndose la nariz con fuerza.

"SANS, DIME QUE AL MENOS LA PRÓXIMA VEZ QUE VAYAS A REUNIRTE CON UNA SEÑORITA, DIME QUE NO LLEGARÁS PRONTO ¿SI?"

"Claro, Paps" Dijo algo deprimido.

Soy una mierda, una gran y estúpida mierda...

Volviéndose a sorber la nariz, esta vez sin tanto esfuerzo y un poco más reconfortado, Papyrus miró hacia la ventana.

"OH, MIENTRAS TE BUSCABA HOY, PUDE VER MUCHO DE MI ALREDEDOR" Comentó "AQUÍ HAY MUCHOS HUMANOS"

"Yup. Demasiados para mi gusto"

"PERO TODOS CONVIVEN CON NOSOTROS" Sonrió ligeramente "ES MARAVILLOSO"

"Heh."

Es tan inocente...

"¡OH! SEGUAMENTE TE PREGUNTARÁS PORQUÉ EL CABALLEROSO PAPYRUS SABÍA DE TU SALIDA CON UNA DAMA"

"Eh... Cierto ¿Cómo te enteraste de eso?"

"UNA AMIGA TUYA ME LO DIJO. SUPE EN SEGUIDA QUE TENÍA QUE BUSCAR EN LUGARES DONDE PODRÍAS COMER Y BEBER EN COMPAÑIA" Dijo dirigiendo la sonrisa alzándole un hueso de ceja a él.

Conociendo a Paps. Sans supuso que se había encontrado con alguna de las compañeras de trabajo del The Daily Echo que casualmente los haya visto pasearse por ahí y en seguida los catalogó en una amistad. Sans sonrió.

"Oh, ¿Y quién era? para darle las gracias"

"¡OH! ES UNA DAMA DE LO MÁS ENCANTADORA, Y PARECE SER AMANTE DE LA PASTA IGUAL QUE YO. DEBO DECIR QUE HAS PROGRESADO MUCHO, HERMANO"

¿Progresar?

"PERO CLARO, TU DEBES CONOCER MEJOR QUE YO A LA SEÑORITA FRISK" Las cuencas de Sans se oscurecieron de inmediato "¡NO PUEDO CREER QUE TENGAS TU PRIMERA AMISTAD HUMANA!"

Sans guardó silencio. No podía gritarle a Paps, pero tampoco podía dejarlo estar.

"LA SEÑORITA FRISK PARECÍA MUY PREOCUPADA POR TI, ASÍ QUE LE DÍ NUESTRO TELÉFONO" Continuó. Las luces de Sans volvieron a su sitio en sorpresa, pero solo para fruncir el cejo. "AUNQUE CREO QUE DEBÍ PEDIR EL DE ELLA PRIMERO PARA HACERSELO SABER YO EN PRIMER LUGAR..." Pensó en voz alta.

"Heh. Qué lástima..." Miró hacia el lado.

"OH, PERO ESTÁ BIEN. DEBERÍAS LLAMARLA TÚ PARA HACERLE SABER QUE NO HAY PROBLEMA"

"Q-Que... ¡Y una mierda!" Soltó sin mesurar nada.

"¡SANS, EL LENGUAJE!"

Papyrus lo meditó un poco e inspeccionó al esqueleto.

"SANS, SI NO TE CONOCIERA BIEN... DIRÍA QUE ESTÁS FRUSTRADO. ¿OCURRIÓ ALGO CON LA SEÑORITA QUE INVITASTE A SALIR?"

¡Hasta incluso dije esas tonterías de los humanos para quedar bien contigo!

Sans bufó. Al menos había mentido para quedar con él, pero... No le hubiera gustado tampoco iniciar una relación con alguien deshonesto.

"Nada hermano... Era solo otra más del montón"

"LO SIENTO HERMANO" Dijo Papyrus pasando una mano a su hombro para darle unas palmadas.

* * * *

Ya había pasado la hora del toque de queda y a Sans le sorprendió encontrar todo en oscuras, las luces de las farolas estaban apagadas y las tiendas nocturnas estaban cerradas ¿Cuánto tiempo estuvieron fuera? Papyrus sacó una linterna del bolsillo de su pechera y comenzó a alumbrar el camino.

"OH, OLVIDÉ MENCIONAR ESTO. PERO POR MEDIDAS DE SEGURIDAD, MUCHOS LUGARES ESTAN TRATANDO QUE QUEDAR A OSCURAS, TEMEN A QUE LOS BOMBARDEOS DEL DÍA PASEN A LA NOCHE." Dijo Papyrus pasando la linterna sobre los carteles de una tienda de baratijas.

"¿Cómo ha estado el trabajo en la central de MTT?"

"¡DE MARAVILLA!" Continuó "BUENO, NO. HA HABIDO MUCHOS PROBLEMAS CON LA COMUNICACIÓN EN EL FRENTE. COMO AÚN NO HAY SUFICIENTE COBERTURA, VARIOS DE LOS MENSAJES QUE SE HAN ENVIADO DESDE LAS OPERADORAS DE RADIO SE HAN VISTO COMPROMETIDOS, NECESITAMOS LO QUE EL JEFE ASGORE TE PIDIÓ PARA HOY."

Sans levantó el maletín.

"Listo"

Pero lejos de poner buena cara, Papyrus lo miró severamente. Por supuesto, lo había dejado abandonado junto a las compras. Sans solo pudo reír nervioso intentando aplacar el ambiente pesado.

Llegaron a un conjunto de departamentos, la poca luz que podían apreciarse de las ventanas, lo hacía parecer desolado y poco agradable a la vista. Los arboles escondían la entrada al derramar sus hojas en un cortinaje sombrío que al pasar el haz de luz por sobre estos, parecían descorrerse para dejar ver el portón de la entrada. Nada más que una ilusión visual. Sans había escogido la primera planta del lado derecho, la luz del sol llegaba a la sala de estar por las mañanas y no era necesario tener calefacción, la caldera estaba por debajo de ellos y por un desfase de calor el piso se encontraba agradable. Detalles que a su hermano le parecían inapropiados, pero para Sans implicaban menos gastos en el futuro. Cuando se habían asentado hace unos días atrás, Papyrus había exigido otro lugar menos informal (en propias palabras de él), pues el salario que obtenían de sus trabajos le permitían vivir prácticamente sin preocupaciones, pero como el encargado es el mayor, este hiso caso omiso, "el dinero se gasta en otras cosas, Paps, ropa y comida, por ejemplo, no en un lugar más grande para pasarse el fin de semana limpiando." Le decía. Pese a las protestas del menor, este terminó adaptándose al lugar mucho más rápido que Sans, organizó las pertenencias nuevas y se encargó de hacer parecer que el lugar luciera más grande de lo que parecía. De cualquier forma, de día el edificio era totalmente diferente, había un jardín de flores amarillas que la dueña del conjunto siempre mantenía radiante, los sauces de la entrada hacían lucir la entrada a una especie de parque de ensueño. Pero claro, con las nuevas noticias de ocultar la ciudad en la oscuridad para evitar los posibles bombardeos nocturnos, no había forma de apreciar nada de eso.

Papyrus sacó las llaves y abrió la puerta.

"BUENO HERMANO, HA SIDO UN DIA PESADO ¿NO?" Dijo comprensivamente Papyrus dejando la bolsa de la compra sobre el mesón de la cocina. "¿QUÉ TAL SI VAS A DESCANSAR? YO ME OCUPARÉ DE ESTO"

Sans dejó el maletín en la entrada de la cocina antes de sobarse la nuca.

"Seguro Paps, gracias hermano" Dijo Sans pasando de largo a su habitación. Sabía que el día siguiente tendría una migraña con la cual lidiar todo el día.

Tras escuchar la puerta de la habitación de su hermano cerrándose, Papyrus dejó ir un suspiro de alivio que había estado reservando desde que salió a buscarlo. Mientras sacaba los comestibles de la bolsa pensó en algo para hacer sentir mejor a Sans. Papyrus había visto cuantas veces había dedicado tiempo a alguien más y siempre estaba en vela de que pudiera lograr algo con alguna femenina y todo resultaba en el mismo desastre, uno más caótico que otro. Al menos ponía dedicación a algo, ni hablar de su trabajo. Conseguirle un trabajo para cubrir la fachada y conseguir información había sido pan comido, por no decir menos que arreglado hace meses atrás, pero a Sans nunca le fascinó la idea de trabajar.

Papyrus miró hacia atrás a la puerta de su hermano. Este es un buen sitio, y todo esto de la revolución, pese a no estar lo suficientemente enterado de qué iban gracias a que Sans no hablaba demasiado al respecto, el esqueleto menor prefería abandonar y comenzar de nuevo. Como lo clamaba la fachada de emigrantes que habían adoptado.

"ESTOY SEGURO DE QUE MUCHOS HUMANOS VALEN LA PENA, SOLO HAY QUE ENCONTRARLOS HERMANO..." Pensó.

Luego, con una mirada decisiva, pasó la vista al teléfono.

════════ ♡ ════════

Frisk despertó esa mañana con el libro de consejos de amor sobre el pecho del cual se había acordado por Winki. Ella creía que si dormía plácidamente con esos sentimientos hermosos al fantasear sobre un nuevo y próspero tiempo para la ciudad en el cual ella estaba involucrada, la noche sería encantadora y esos mismos sentimientos serían plasmados en una nube de películas de cómo podría llegar a ser. Soñar de verdad. Pero para su infortunio, su mente la llevó nuevamente a aquella pesadilla en la que se encontraba a solo un hilo de vida en brazos de alguien.

Frisk llegó a entender cómo iba el patrón. Ella dormía con el corazón palpitándole de alegría, pero su cabeza la traicionaba con esas pesadillas. En cambio sí tenía un mal día, este simplemente no se presentaba en lo absoluto. En ambos casos, despertaba con amargura por la mañana. No era justo.

Sin embargo, hubo un pequeño detalle que recordó del sueño esta vez. La voz se había hecho solo un poco más nítida que antes. Casi más reconocible. Si tan solo la escuchara nuevamente podría averiguar de quién se trataba en la vida real. Pero de algo estaba segura, aquella voz fue lo suficientemente clara para preocupar a Frisk, el dueño no era Drew.

Ella se levantó dejando el libro en la mesa de noche. Perezosamente pasó a la cocina y miró el calendario, había una fecha marcada en un círculo color verde. Frisk se talló el sueño de los ojos que aún tenía y acercó el rostro. Parpadeó un par de veces antes de notar lo que significaba.

"Oh, es día de paga..." Sonrió e hiso una pausa apartándose "¡Día de paga!" Realizó.

Corrió enseguida hacia su habitación y sacó una revista del cajón de la mesa de noche, estaba marcada por una página con una tira de papel de periódico. Ella la abrió por la marca y buscó el artículo que había visto. Un hermoso y delicado medallón de oro con forma de corazón, lo suficientemente costoso para asustar a su padre y tomarla por loca de remate. Frisk rió para sus adentros y pasó de ocuparse en la revista al colchón de la cama. Al pasar la mano, ella sacó varios fajos de billetes de diferentes tamaños que fue acomodando sobre las mantas. Había estado ahorrándolos desde que había comenzado a trabajar. Frisk había quedado fascinada al ver ese hermoso adorno, pero por sobre todo el hecho de que podían colocarse dos fotos para enmarcarse adentro. Ella no era de las chicas que adorasen las frivolidades, pero simplemente no pudo resistir la idea de tener a Drew y a su familia cerca de ella. No dudó un segundo en mandar a hacer una reducción de las fotos de una cuando ella y su novio habían ido a su primera cita y otra de su padre junto con sus dos hermanos mayores. Y con eso como pie para la meta, estuvo haciendo cálculos y este era el mes en donde ella podría hacerse con él.

Alistándose para el nuevo día, tan solo desayunó algo de té y un par de tostadas con mantequilla y tomate. Algo rápido, no quería llegar tarde, en especial este día.

Cuando hubo terminado de arreglarse frente al espejo y comprobar el fantástico resultado de la crema que se había aplicado la noche anterior, el sonido del teléfono de la cocina la hiso voltear.

"¿Quién podrá ser a esta hora?"

Acercándose, miró el reloj de la pared. Estaba demasiado exaltada, aún tenía unos pocos minutos para salir. Podía contestar. Intentaría hacer todo lo más corto posible.

Tomando el auricular respondió.

"¿Hola? Residencia de Carter y W. Dream."

"¡SELÑORITA FRISK!" Indudablemente Papyrus. Frisk se apartó el teléfono de la oreja antes que le reventara el tímpano. "QUE BUENO OIR FINALMENTE SU VOZ"

"¡P-Papyrus...! ¿Qué tal?" Dijo tratando de sonar calmada.

"OH, SOLO LLAMABA PARA DECIRTE QUE SANS ESTÁ BIEN"

"G-Gracias, no hacía falta"

En serio, no hacía falta...

Sí dijo que lo ayudaría si pudiera, ayer había sido muy amable con él, pero ahora que miraba las cosas de otra forma; No quería tener nada que ver con Sans, y si eso implicaba apartar la posible amistad con Papyrus... No, Papyrus no tiene la culpa de tener un imbécil como hermano. Por otro lado está esto del teléfono. Él le había dado un teléfono para poder llamarlo (cosa que obviamente no haría sabiendo que El Otro contestaría) pero no recordaba haberle dado el suyo. ¿No lo había hecho verdad? No. No lo hiso.

"Uh. ¿Cómo conseguiste mi número?" Preguntó finalmente.

"OH, YA SABÍA QUE PREGUNTARÍAS ESO PEQUEÑA MUJER HUMANA, NYEHEHEH, YO EL CABALLEROSO PAPYRUS MIRÓ EL DIRECTORIO DE TELEFONOS Y ENCONTRÉ LA EMPRESA DONDE TU Y MI HERMANO COMPARTEN TRABAJO"

"Pero en el directorio solo aparecen números de contacto generales" Inquirió.

"POR ESO TUVE QUE HACER UN PAR DE LLAMADAS Y PREGUNTAR HASTA DAR CON EL TUYO, NYEHEHEH"

"Madre mía..."

¿A cuántos monstruos habrá llamado antes que a ella? Frisk sentía que una buena le estaba por caer al llegar a trabajar.

"BUENO NO TE INTERRUMPO MÁS, DEBES SER UNA HUMANA CON ALTAS RESPONSABILIDADES Y YO ESTOY INTERRUMPIENDO TU RUTINA DE FORMA IMPENSABLE."

"D-Descuida, aún tenía algo de tiempo antes de salir" Dijo Frisk mirando el reloj, faltaba poco para llegar a la hora límite de salida si quería alcanzar el tranvía.

"EN RELIDAD..." Comenzó él. Su voz sonaba extrañamente más suave que antes "SEÑORTITA FRISK, ¿USTED TIENE ALGO QUE HACER EL DÍA DE HOY?"

Frisk dudó si responderle. Claro que tenía cosas que hacer, estaba el collar y además estaba el hecho de que Drew la llamaría en la tarde, por supuesto tenía que estar en casa para responderle. Era muy importante. Sin embargo tenía curiosidad por la invitación del esqueleto.

"Eh. Un par de cosas... ¿Por qué?" Entrecerró los ojos.

"OH, SOLO ES UNA TAZA DE TÉ. VERÁ, SE BIEN QUE USTED LLEVA EN LOS HOMBROS LA RESPONSABILIDAD DE DAR CONSEJOS, ¿SERÍA USTED TAN AMABLE DE DARME UNO?" Una extraña risa se escuchó por lo bajo.

Frisk parpadeó sorprendida casi dejando caer el auricular. ¿Papyrus quería un consejo?

"Es el apartado femenino, no sabría qué consejo darle. Además, podría pedirlo por el correo y yo me aseguraré de responder para el día siguiente."

"OH POR FAVOR, SEÑORITA FRISK ¿PODRÍA INTENTARLO?" Rogó "SOLO SERÁ UN MOMENTO"

Ahora sí que no sabía que responderle. No podía perder el tiempo en una charla, pero por el otro lado ella le debía una a Papyrus, hasta había pagado su boleto del autobús. Resignada, respondió.

"Creo que puedo hacer un poco de tiempo y-"

"¡FANTASTICO!" La interrumpió "¿LE PARECE QUE VAYA POR USTED AL TRABAJO? ASÍ NO TENDRÁ TIEMPO QUE PERDER"

Rápidamente, Frisk en su mente simuló lo que sería ir a trabajar, salir con Papyrus a una casa de té cercana, comprar el collar, ir a casa y contestar el teléfono. Asintió. Ese era un buen plan, arriesgado, pero podría servir.

"E-Está bien..."

No puede ser, ¿qué estoy haciendo?

"¡EXCELENTE! NOS VEMOS EN UNAS HORAS ENTONCES, ADIOS SEÑORITA FRISK ¡QUE TENGA UN BUEN DÍA, NYEHEHEH!"

Frisk colgó el teléfono. Lo había olvidado con la sorpresa de la pregunta. Sans estaría allí, tendría que salir mucho antes que él para no toparse con él, y Papyrus cree que mantenían una amistad. ¿Y si todo aquello era para pasar una buena tarde?

¡De ninguna manera podría pasar una tarde con él!

Tenía que llamar infracto a Papyrus y cancelarle. Que podía ser otro día y en un lugar de reunión, que ella pagaría el té si fuese necesario. Pero tan pronto como comenzó a revisar su bolso para encontrar la nota que le había dado, vio el reloj. Si no salía en ese momento, el tranvía se iría sin ella.

* * * *

A tiempo, Frisk marcó la tarjeta de ingreso y fue directamente a buscar su nuevo correo. Winki estaba de muy buen humor aquel día, tecleaba rápidamente con una oreja mientras sostenía una taza de café con la otra. Frisk podía notar que todo estaba positivamente despejado en comparación a otros días de trabajo; los papeles estaban apilados en una bandeja junto al escritorio, los papeles sucios del cambio de tinta se habían retirado, todos los lápices de carbón tenían la punta afilada y las plumas todas estaban boca abajo. Algo había pasado, algo que hiso a Frisk sonreír.

"¿Algo interesante qué contar Winki?" Comentó ella.

"¿Ah?" Levantó la vista "Oh, Frisk. No te vi llegar, niña."

"Eso es porque no soy yo la que está en las nubes esta vez" Rió.

"Bribona" Le dijo echándose a reír por lo bajo "A ti especialmente te encantará saber lo que pasa"

Frisk parpadeó con ilusión, claramente tenía que ver con él y Amelle.

"Llevaré a Amelle a cenar hoy" Dijo casi en voz queda, apenas audible, pero lo suficiente para que Frisk hiciera un chillido de alegría que tuvo que esconder bajo las manos.

"¿E-En público?" Preguntó Frisk ingenua.

Antes de responderle, Winki asintió.

"Es algo que se le ocurrió a ella" Continuó "Dijo que podíamos intentar salir mientras ella estuviera disfrazada" Rió. "Yo le dije que era una pésima idea"

Oh, por supuesto que lo era. Una pésima y adorable idea.

"Pero luego de verla con el traje que tenía preparado, fue difícil darle un no por respuesta"

Bueno, Winki era bien conocido por usar la cabeza ante todo (literalmente) así que si él le daba el visto bueno a esa idea tan descabellada, no había nada que temer. Frisk cruzaba los dedos por detrás para que todo resultase bien de todas maneras.

Con más ánimos, Frisk se puso a trabajar el doble de rápido aquel día. Archivó las cartas que serían para la próxima sección de mañana y repasó varias veces los escritos buscando algún tipo de error tipográfico o alguna incoherencia que se le hubiera pasado por alto. Y así transcurrió el resto del día hasta llegar a las horas de salida. Winki estaba casi anonadado y Frisk estaba segura de que él había notado que la pequeña noticia, le había dado el empujón suficiente para mantenerla a trote.

Al ponerse a la cola de las impresiones logró conseguir dejar atrás a Sans, muy por detrás. Frisk logró ser de las primeras esta vez.

"Frisky, tengo una pregunta para ti-" Comenzó Linna levantándose de su silla con los papeles en medio de sus garras.

"Lo siento Linna, hoy no" Dijo Frisk entrando a la oficina de impresiones.

Tras salir, fue directamente a recepción a firmar su cheque luego haber marcado la salida. Comprobó rápidamente si Sans seguía en la fila. Efectivamente, lo encontró bostezando incluso dando un paso adelante. Luego, volvió a ver su cheque ya listo para usarse. Frisk sentía que el corazón le volaba por los cielos. Sonreía al ver que tenía en frente la cantidad que necesitaba para comprar el medallón. Tomando aliento, salió por la puerta de The Daily Echo.

Sin hacerse esperar la sorpresa, allí estaba, parado en medio del principio de las escaleras vistiendo un traje casual de lana y rayón sintético de color marrón acompañado de un fedora del mismo color. Papyrus la saludó en seguida con una mano.

"SEÑORITA FRISK, QUE BIEN VERLA DE NUEVO" Dijo el portando una gran sonrisa.

Alguno de los monstruos que iban saliendo voltearon a mirarlo. Frisk ya podía hacerse una idea de a quienes Papyrus había llamado y a quienes no.

"Gracias, Papyrus, igualmente es un gusto" Dijo muy cortésmente al bajar por las escaleras.

"REALMENTE ESTOY MUY AGRADECIDO PORQUE HAYAS ACEPTADO MI INVITACIÓN. CREI QUE DIRÍAS QUE NO EN EL MISMO INSTANTE EN QUE LO PREGUNTÉ, PERO AQUÍ ESTÁS"

"Claro, Papyrus. ¿A dónde sugieres ir para poder ayudarte?"

"OH, CLARO, EN SEGUIDA, SOLO UN MOMENTO, ESTOY ESPERANDO A MI HERMANO"

Oh, no... No, no, no. ¡NO! Es justo lo que estaba tratando de evitar. Esto es demasiado arriesgado Frisky.

Apresurada, viendo el peligro inminente, no podía mantener esa salida con él, ya no más. Debía huir antes de que Sans llegase.

"Papyrus, escucha, lamento decir que no tengo mucho tiempo y de verdad necesito ir a-"

"Paps qué sorpresa, creí que tenías trabajo ho-" Dijo una voz gruesa y jovial interrumpiendo a Frisk que al mismo tiempo se cortó tras verla.

Ella volteó para ver a Sans completamente enojado tras de ella, sus cuencas como era de costumbre cuando la miraba estaban vacías, y parecía estar listo para saldar cuentas con ella a puño limpio.

"¡HERMANO!" Dijo Papyrus acercándose a Frisk para poner ambas manos en sus hombros. "RECUERDAS QUE TE DIJE ESTA MAÑANA QUE CONOCÍA A ALGUIEN QUE DABA MUY BUENOS CONSEJOS ¡PUES TAMBIÉN SE TRATA DE TU AMIGA HUMANA DEL TRABAJO! ¡FRISK! ¡SORPRESA! AHORA PODRÁS RESOLVER ESOS PROBLEMAS QUE TIENES, ¡NADA QUE UNA SALIDA AMISTOSA NO ARREGLE!"

El gran entusiasmo de Papyrus no era capaz de ver la tensión que en ese momento se formaba entre Sans y Frisk mirándose a los ojos.

¡No somos amigos!

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