Capítulo 8: La escuela y el bar

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El aroma a canela y el caramelo se comenzaba a filtrar por las habitaciones, obligando a la nariz de Frisk a respirar profundamente el inicio de la mañana. Abriendo los ojos, un sentimiento de felicidad se apoderó de ella, como si no se hubiera sentido así de libre hace mucho tiempo. Se desperezó alzando ambos brazos y se levantó con el ánimo por las nubes.

Pese a que todo el pueblo de Snowdin era cubierto por nieve a diario, la casa estaba a una temperatura agradable y no hacía falta que estuviera colocándose prendas una sobre la otra para protegerse de los cambios de temperatura. Frisk fue directamente al baño, preparó sus ropas para el día, y repasó en su mente los quehaceres que había planeado hacer durante su pequeña estadía. Y lo más importante, llamar a su padre. Lo había intentado hacer el día anterior, pero la línea sonaba ocupada y Toriel tenía un horario que cumplir.

Se había puesto un vestido azul de lana sobre una camisa blanca, pasándose un cinturón violeta alrededor de la cintura y calzando un par de botas marrones de tacón medio. Recordaba que solía usar mucho esos colores cuando era niña, volver a Snowdin le había dado la excusa perfecta para volver a hacerlo.

"Frisk, buen día, querida. ¿Has dormido bien?" Preguntó Toriel al verla llegar.

"Buen día, Tori. Como nunca" Rió. Miró de reojo a Toriel antes de preguntar con una amplia sonrisa vacilona en su rostro "¿Qué hay de desayuno?"

Toriel dejó escapar una risa nasal antes de salir completamente de la cocina.

"Hace años que no escuchaba eso" Sonrió "Calenté algo de la tarta y también algo de té"

"Qué delicia" Dijo Frisk.

Ambas se habían sentado a la mesa a comer. Toriel no era la mejor conversadora, y mayormente cuando lo hacía, era para dar consejos y amables opiniones sobre el tema, en rara ocasión en una conversación cualquiera cambiaba el tema a menos que lo viera necesario. Costumbres aprendidas por su trabajo, intuía Frisk, pero nada de eso le resultaba molesto, por el contrario, lo encontraba encantador en alguien que pasó por tanto en su vida.

"Me alegra que tu día haya iniciado de manera agradable" Dijo Toriel mientras añadía azúcar a su taza "¿Qué tienes planeado para hoy?"

"Pensaba en ir a la Bibiloteca a saludar a Sophie, y leer un libro por supuesto. Pasar a alguna cafetería y tal vez saludar a algunas viejas compañeras de la escuela" Frisk miró a Toriel con algo de culpa en los ojos "Claro, si es que no se han ido a las otras ciudades".

"Oh, me temo que la gran mayoría sí tomó esa decisión, pero, hay muchas madres e hijas que se han quedado aquí por lo estable y... Claro, aquí no hay humanos" Comentó casi en silencio.

"Es comprensible"

Frisk bebió algo de té antes de apartar la vista. Toriel acercó su mano peluda envolviendo la suya.

"Pero por supuesto, ellas saben que no todos son iguales. Tu eres la prueba de que hay más humanos amables afuera." Le sonrió. "Tengo muchas chicas a las que les da curiosidad saber cómo son los humanos, varios de los que vienen solo son turistas y no dan tiempo a conocerlos de verdad. Tal vez puedas abrir un hueco en tu agenda uno de estos días y te presentes con ellas. Estoy segura de las niñas estarán encantadas contigo."

"Me encantaría" Respondió casi enseguida dejando la taza de té en su platillo "De hecho... Es una gran idea. Tal vez pueda acompañarte en las mañanas y en la tarde podríamos ir las dos a dar una vuelta a la ciudad" Frisk se detuvo antes de que su entusiasmo le ganara "S-Solo si no hay problema, ni estás ocupada con las calificaciones de las niñas, claro"

"¡Oh! No podría haberlo dicho mejor, querida" Sonrió "Pero, ¿Por qué te interrumpiste? Parecías tan animada"

"No es nada, solo..." Dejó escapar un suspiro "No es nada importante"

Estoy tan acostumbrada a que mis ideas queden en la nada...

Toriel frunció el entrecejo.

"Bueno, si tienes algo que decir, termina de decirlo. Le guste o no a quien sea que te haya hecho sentir que tus ideas no son interesantes"

Frisk abrió los ojos con sorpresa para luego sonreír levemente. A la vieja cabra no se le escapa nunca nada.

"Está bien, ya va siendo la hora" Dijo mirando el reloj de su muñeca "¿Qué tal si terminas con tus cosas en lo que yo levanto la mesa?"

"Oh, no, yo-"

Toriel la interrumpió alzando un dedo.

"Ve" Dijo apuntando con el mismo dedo al teléfono.

"Cierto, cierto" Asintió Frisk "Gracias, Tori."

Frisk se levantó de la mesa y fue hacia el teléfono colgando en la pared, un viejo modelo de hace cinco años, pero igual de efectivo que los actuales. Mientras tarareaba una pequeña melodía, pasó los números por el marcador rotatorio y esperó a que el sonido comenzase.

"¿Hola? ¿Toriel?" Dijo una voz grave un tanto extrañada.

"No. Intenta de nuevo." Respondió escondiendo una risita. Frisk pasó a ver la cara de Toriel en el mismo estado que el de ella.

"¿Frisk?"

"Hola, papá"

"¿Estás en casa de la señora Toriel? Haha, que bien saber que han vuelto a hablarse."

"Si... Debí haberlo hecho antes"

"Qué sorpresa y..." De repente su tono adquirió en un tono de preocupación "¿Por qué fuiste con ella? ¿Ocurrió algo en casa?"

"Oh, no, no. Solo problemas en general. Necesitaba ayuda de ella, un consejo. Y creí que este sería una buena excusa para venir, pero ahora... Veo que solo fue una tontería del momento. Realmente había extrañado a Tori..."

"Entiendo, y me alegra que hayas pensado en esa "tontería". Tori había estado preocupada por ti todo este tiempo, pero creí que esto era algo entre ustedes, así que decidí no meterme, ya me conoces... ¿Y qué cosa es?"

"¿Ah? ¿Qué cosa?"

"¿A qué fuiste allá?"

"Hay una carta que no puedo responder, es todo" Dijo Frisk en un tono más bien tratando de convencerse a sí misma "Y aproveché para quedarme unos días. Pero no he descuidado el trabajo, dejé mucho terminado"

"Interesante..."

"¿El qué?"

"Es primera vez que escucho de ti que buscas ayuda para algo relacionado al trabajo. Frisk, ¿De verdad no es nada personal?"

Frisk guardó silencio.

"Ya me lo temía. Frisky, querida, si él te está dando problemas, puedes volver cuando quieras. Puedo arreglar algún espacio aquí en el laboratorio, puedo instruirte para que puedas trabajar conmigo"

"Gracias, papá, pero... De verdad, quisiera seguir viviendo en Nuevo Ebott, adoro mi trabajo en el apartado femenino en The Daily Echo, no podría dejarlo. Si no fuese tan importante para mí, no hubiera venido"

"Muy lógico." Dejó escapar un suspiro "Mira, admiro tu fuerza de voluntad y determinación para seguir con lo que amas, pero no dejes que el "amor" opaque tus virtudes. Vive para ti, cariño. Hazme esa promesa ¿Si?"

"Y-Yo..."

"¿De acuerdo?"

"Si..."

"Así me gusta. Bueno, Frisk, debo irme, tengo trabajo que hacer. ¡Oh! Y dale mis saludos a la señora Toriel. Y dile que Kris está bien, me llegó una carta del frente."

"Oye, no es justo, yo también quiero leerla" Dijo entremetiendo algo de alegría en las palabras.

"Por supuesto, te enviaré una copia. Muy bien, ahora sí, no puedo entretenerme más. Adiós cariño, vuelve a llamar cuando llegues a casa."

"Si, eso aré. Adiós."

Frisk colgó el teléfono con una sonrisa. Hablar con su padre siempre es reconfortante y la vieja cabra siempre fue testigo del cariño en sus palabras, en especial en aquellos tiempos en donde Frisk se metía en problemas por defender una idea sobre los humanos y su padre debía ir por ella. Ella no era violenta ni nada, pero vilipendiaba exitosamente a los monstruos haciéndolos agredirla. Él era amable de principios, o al menos lo intentaba y si la discusión se salía de control, Toriel tenía que sacar a Frisk del camino para que no viera ni oyera nada.

Toriel se acercó a la muchacha sosteniéndole un brazo con una suave pata peluda.

"¿Estás lista?"

Frisk asintió con la cabeza y se rascó el labio superior con la yema del dedo.

"Sí."

* * * *

Toriel dejó su bolso en su escritorio junto a una pila de carpetas de colores. El salón de lenguas no era exactamente como solía ser, claro conservaba su encanto colorido en tonos naturales, aparentando en las paredes un espacio en el campo, salpicado de flores amarillas, que se camuflaban con los buques de margaritas que habían en cada ventana, y el techo azulado, librerías de un amable amarillo y mesas de trabajo hechas de madera roja. Frisk recordaba que el lugar solía tener mucho menos espacio, y el haber reducido las mesas en líneas a unas para convivencias portando materiales en el medio, dama más lugar para recrearse a la hora del té. Toriel era algo rígida en cuanto a la hora del té se trataba, incluyendo bocadillos y algo de lectura. Por lo que recordaba de aquellos tiempos, era algo que tenía su ex esposo.

La primera hora había llegado junto a las niñas, todas de varias clases y otras nuevas que pudo reconocer casi en seguida. Ella recordaba a unas cuantas de sus compañeras que iban en la misma fila, también recordaba a jóvenes del pueblo que solían salir con ellas. Y allí estaban las pruebas de que aún seguían en Snowdin. Frisk había hecho una nota mental para preguntarles por los nombres de sus madres para asegurarse. Tal vez podría invitarlas a tomar un té.

Toriel había presentado a Frisk a las chicas y no tardaron en rodearla y hacerle preguntas sobre su piel y maneras de cepillarse los pequeños dientes o como lidiaba con el equilibrio sin tener una cola, se sentía como si reviviese su primer día de clases en Dreemurr. Frisk contestó cada una de las preguntas y se unió a Toriel para ayudar a las chicas con sus lecciones de lectura y poesía trayendo el material o escuchando a las niñas recitar, pronto sintió su corazón en el lado correcto y se envalentó para dar consejos que Toriel solía darle, recitando ella misma escritos que aún permanecía en su memoria y luego recibir elogios entre risitas. El corazón le había dado un vuelco cuando una pequeña ardilla le llamó "Profesora Frisk" por casualidad. Toriel se rió y continuó ayudando al resto de chicas que terminaba de corregir oraciones con faltas de ortografía. La primera hora había terminado con una esperada taza de té y galletas hechas a mano por Violet, una coneja del pueblo que atiende una tienda de conveniencias. Solo la mejor de Snowdin.

"Que rápido ha pasado el día, hace mucho tiempo que no veía este salón tan animado" Rió Toriel.

"¿De verdad? Las niñas parecen amar tu clase, Tori" Dijo Frisk soplando la superficie del líquido antes de beber.

"Eso quiero pensar, verás... Con esto de la guerra las niñas no han estado tranquilas, en especial con lo ocurrido en las cosechas"

"Si, lo recuerdo. Las noticias corrieron por las radios y los periódicos, la escuela prácticamente se volvió famosa por ello."

"Oh, si... Vinieron reporteros la semana pasada"

Toriel bebió un poco de su té y lo dejó en el escritorio sobre su platillo. Frisk hiso lo mismo y pasó la mirada a las niñas mientras conversaban y se relajaban. La muchacha se levantó caminó a una de las librerías. Tardó un poco en encontrar lo que quería. Cuando llegó con un libro entre las manos Toriel ladeó la cabeza en confusión.

"¿Recuerdas cuando recitábamos las dos este libro porque a mí me costaba decir caleidoscopio?"

Frisk le acercó el libro, algo viejo pero bien cuidado. Un pequeño dibujo hecho de crayolas verdes y rosas mostrando un pequeño conejo que saltaba sobre el título de la obra.

"Oh..." Las mejillas de Toriel se encendieron mostrando el color de su magia tornándose en un color pastel sobre su pelaje. "Como olvidarlo, solíamos leer este libro todas las clases de lengua por ti, siempre querías compartir con las otras niñas esta historia" Toriel abrió la primera página y repasó los primeros dibujos con ternura en su mirada, de pronto se detuvo y miró a Frisk escondiendo el dibujo "¿Aún recuerdas tu frase favorita?"

Frisk rió.

"Sea grande o pequeña, un acto de amabilidad nunca es un desperdicio"

Toriel alzó una ceja con una sonrisa sugestiva.

"¿Y bien? ¿Has logrado mantener esa promesa?"

Frisk miró a Toriel a los ojos con las mejillas encendidas. Recordaba que cuando era niña solía usar mucho esa cita para todos los días, hasta haberla cambiado con el tiempo por "Una buena obra al día". Un lema que siempre había mantenido en su mente, pendiente de que si iba a hacer algo en consecuencia sería con amabilidad y misericordia, en su infancia siempre había soñado ser tan amable como Toriel. Vivía como cualquiera, si había algo de lo que sacar ventaja lo haría, no se iba a mentir a ella misma. No era una santa, pero trataba de actuar con prudencia.

"Tanto como he podido"

Toriel frunció el entrecejo.

"Entonces no lo has hecho" Dijo antes de sorber su aza de té ruidosamente.

Frisk echó los hombros hacia atrás dejando caer su sonrisa.

"¿Quieres decirme que has estado todo este tiempo siendo noble a conciencia?"

"N-No lo sé..."

"Cuando ser amable está en tu naturaleza, no lo piensas, actúas con respecto a tu corazón. No lo piensas dos veces, solo quieres hacer lo correcto." Le alzó la barbilla con un dedo, pero Frisk no quiso mirarla. Toriel suspiró complacida "¿No habías venido por eso?"

Frisk alzó la mirada encontrándose con la cálida y dulce mirada de Toriel que siempre la reconfortaba. Esa mirada que le decía que todo iba a estar bien.

"Viniste porque alguien te necesitaba ¿Verdad?"

Yo no diría así... Son demasiados halagos a la vez.

"Algo así"

"Bueno, en tal caso. ¿Quieres una taza de té cuando lleguemos a casa?"

"Y algo de azúcar, por favor" La miró.

════════ ♡ ════════

La estación de trenes estaba repleta de monstruos de todas las especies, ni siquiera los que podían volar estaban seguros con lo abarrotado que estaba el lugar antes de que sus alas comenzasen a chocarse entre sí. Familiares y amigos habían concurrido para ir a buscarlos a tiempo antes de que ocurriera algún accidente. Papyrus estaba al borde de la línea con un cartel que había hecho a mano, vestía elegante, pero ligero, según su perspectiva. Miraba alrededor con entusiasmo esperando a ver a su nueva y vieja compañera. Sans le había comentado que ella era algo tímida y que se dejaba llevar fácilmente con los temas que le resultaban familiares, y que de seguro el trabajo en el telégrafo la mantendría hablando durante horas si tenía la oportunidad de comentarlo. También le serviría como advertencia por si no la quería escucharla hablar por horas. Pero Papyrus le dijo que no había problema con ello, un compañero de trabajo informado es un apoyo en la labor, sea agradable o no.

El vagón del tren se había vaciado por completo, lo que hiso extrañarse al joven esqueleto alzar una ceja de hueso y desnivelarse el sombrero en consecuencia.

"¿DÓNDE ESTÁ ELLA?" Dijo ladeando el cartel, haciendo que el monstruo de al lado diera un respingo al oír su potente voz. "LO SIENTO MADAM"

El miedo lo acompañó cuando el revisor del tren comenzaba a cerrar las puertas. Papyrus castañeó los dientes mirando de lado a lado ¿Se abría equivocado? ¡Pero el caballeroso Papyrus nunca se equivocaba! Al menos no intencionalmente.

"Señora, apresúrese" Dijo el revisor humano alzando una mano hacia adentro.

Papyrus se puso de puntillas esperando poder ver un poco más.

Del vagón salió una mujer lagarto, encorvada y caminando con lentitud en sus pies puntiagudos. Vestía una falda de tubo y una chaqueta negra de punto de lana, su sombrerito tenía gasa tapándole un costado del rostro con unas pequeñas flores rojas. En su cola tiraba de su equipaje que cuando ella salió a dar el primer paso, este se abalanzó perdiendo el equilibrio y le golpeó la espalda de la mujer lagarto.

"¡A-Ah!"

"¡Señora!" Grito el revisor alcanzando la maleta.

Papyrus soltó el cartel y se lanzó en picada a ayudarla. Los brazos del lagarto quedaron suspendidos en el aire y la cabeza casi colgando de los hombros. Casi se había dado de bruces contra el piso, pero muy por el contrario esa fue la situación del caballero que la ayudó. Al mirar hacia abajo, la nuca del esqueleto estaba brillante bajo de sí.

"¡Y-Yo l-lo s-siento tanto!" Logró decir ella.

"USTED DEBE SER LA ESPOSA DE MI JEFA UNDYNE"

Papyrus se incorporó tranquilamente ayudando a ponerse bien en sus dos pies al lagarto antes de limpiar su traje con una mano. Ella lucía nerviosa y temblorosa, pero Papyrus lejos de notar eso la tomó de la mano y la ayudó a dar sus primeros pasos hacia la línea de seguridad.

"YO SOY EL CABALLEROSO PAPYRUS, SU NUEVO COMPAÑERO EN EL ÁREA TÉCNICA Y MÁGICA. PERO PUEDE LLAMARME SOLO PAPYRUS, SI LO DESEA"

"G-Gracias, Papyrus. S-Soy Alphys" Ella le hiso un gesto para que se acercara con cautela "No se supone que digamos nuestros trabajos reales en público" Le susurró.

"OH, POR SUPUESTO, EN TAL CASO SALGAMOS DE AQUÍ PARA DISCUTIR NUESTROS ASUNTOS REALES DE FORMA DISCRETA"

Alphys le dio una sonrisa llena de nervios en las comisuras.

"C-Claro"

* * * *

"Pero supuesto el desplazamiento de la frecuencia es demasiado reducido y claro si no fuera por el pequeño incidente no estaríamos hablando de forma tan efectiva. Digo, siempre podíamos usar un simple radio-tipo para ese tipo de transmisiones, pero ya están llagando al punto de quedar obsoletas, pese a que en estos tiempos son lo más importante que tenemos para saber las ubicaciones de los cazas y por supuesto, la necesidad que tenemos de saber los puntos de quiebre en una línea. Pero que estoy segura de que con un par de avances más nuestra magia será capaz de adecuarse a ese tipo de ondas, pasándolas de magia blanda a eléctrica ¿No es fantástico?"

Alphys estaba fascinada cuando salió del taxi, y las energías de Papyrus estaban casi a su límite. Pero como todo un caballero, le sonrió y la invitó a pasar a su hogar.

"EHEM, BIEN, ESPOSA DE UNDYNE, ES USTED BIENVENIDA A ENTRAR AL ESPACIO DE DESCANSO SEMIPERMANENTE DE LOS HERMANOS ESQUELETO." Dijo con casi con lo último que le quedaba de ánimos. Sans tenía razón. Debió haber cerrado la boca y no alardear de su puesto en el MTT. Pero no lo iba a admitir.

Papyrus dio un paso atrás para dejar al lagarto entrar antes de tomar su equipaje y alojarlo junto a la puerta.

"E-Es, uh, muy acogedor aquí, Papyrus." Dijo ella juntando sus dedos índice repetidamente "¿L-Llevan mucho tiempo aquí?"

"CASI UN MES. PERO HAN SIDO TAN AGRADABLE QUE PARECEN AÑOS" Sonrió.

"¿E-En serio los humanos han sido así de agradables?"

"POR SUPUESTO. ESTE LUGAR ES TODO LO QUE DECÍA EL JEFE ASGORE Y MÁS INCLUSO. PUEDO ASEGURAR QUE LA ESTADÍA QUE LLEVARÁ ENTRE LOS HUMANOS SERÁ TAN GRATA QUE NO PODRÁ RESISTIRSE A QUEDARSE MÁS DE UN AÑO, QUE ES LO QUE USTED SUPONDRÁ QUE SERÁ SU PERMANENCIA."

"E-Espero que así sea. Ahora" Dijo ella acercándose a su equipaje tomando la cremallera antes de abrirla por un costado "¿Dónde está tu hermano?"

"OH, ESTÁ TRABAJANDO. PERO NO SE PREOCUPE, LLEGARÁ EN CUALQUIER MOMENTO."

"¿P-Pero que no debería tener el día libre luego de lo que hiso ayer? C-Claro si no te importa decirme..."

"EL MISMO DESIDIÓ TRABAJAR CON NORMALIDAD EL DÍA DE HOY, DIJO QUE HABÍA PASADO LA NOCHE EN UNA CABAÑA CONVENIENTEMENTE VACÍA CERCA DE LA ÚLTIMA PARADA ANTES DE SU LUGAR DE DESTINO Y QUE NO HABRÍA PROBLEMA PARA LLEGAR AL TRABAJO MEDIANTE UN ATAJO MAGICO"

"Oh, perfecto. Q-Quiero decir, que está bien, no hay problema, de hecho no hay problema de que no haya problema..." Alphys se detuvo y miró sus manos rascándose las palmas con ansiedad "Um... Entonces esto lo dejaré para más tarde" Cerró la maleta. "Entonces... ¿Qué tal si me dejas el teléfono un rato?"

"POR SUPUESTO ¿EL QUE USAMOS FORMALMENTE PARA MANTENER EL TRABAJO BAJO SOSPECHA O EL CORRIENTE DE COLOR VERDE QUE TENEMOS POR ALLÁ?"

"V-Voy a llamar a Undyne" Dijo nerviosa.

"¡CLARO! SIRVETE TU MISMA" Le sonrió y se fue directamente a la cocina.

Papyrus estaba feliz de tener más visitas en casa, la verdad había estado esperando que la primera visita femenina fuera esa agradable señorita humana, puesto era amiga de su hermano y quería tener esa frase preparada, pero vistas las necesidades actuales de su trabajo, con que fuera la primera humana que entrase de manera no agresiva a sus vidas, era más que suficiente para hacerla sentir bienvenida.

Papyrus había sacado la olla para hacer hervir el agua y dejado los ingredientes alineados sobre el mesón de cocina, todos y cada uno puestos en su respectivo lugar de utilidad. A penas el agua estuviera lista comenzaría a hacer la cena. Miró su organizada agenda culinaria y se cruzó de brazos con una notable sonrisa de complacencia en su rostro alzándole los pómulos.

"TODO ESTÁ PERFECTO"

"C-Claro Undyne, n-no te preocupes, v-voy a estar bien. S-Si, sí, sí. Yo me ocuparé de eso en cuento ponga mis manos en la máquina, l-lo prometo." Alphys asintió y el tono preocupado de su voz pasó a ser mucho más suave "T-También yo... Si... ¿Eh? ¿Y-Yo? ¿Quieres que lo diga? C-Claro que puedo. Hehehe. Y-Yo... T-Te quiero. A-Adiós"

La mujer lagarto dejó el teléfono en su lugar y alzó la vista para encontrarse a Papyrus con ambas manos pegadas a su rostro chispeando magia a su alrededor.

"WOWIE, USTEDES DOS ESTÁN TAN ENAMORADAS"

Alphys contuvo la respiración en lo que su rostro se tornaba del amarillo al anaranjado y del anaranjado al rojo escarlata. Papyrus podía verle el humo salir por sus fosas nasales. Alphys estaba a punto de protestar puesto había abierto la boca para tomar algo de aire, pero el esqueleto la interrumpió.

"OH, COMO QUISIERA TENER UNA RELACIÓN TAN APASIONADA COMO LA DE USTEDES, PERO LAMENTABLEMENTE EL CABALLEROSO PAPYRUS, TIENE DEMASIADAS RESPONSABILIDADES. NO PODRÍA DARLE A MI DAMA EL TIEMPO QUE SE MERECE. NO SOY CAPAZ DE HACER UN TRABAJO A MEDIAS, JAMÁS." Alphys alzó ambas cejas en sorpresa por el comentario, el cual Papyrus confundió con un gesto de ofensa "PERO CON ESO NO QUIERO DECIR QUE USTEDES HAGAN MAL SU TRABAJO, TODO LO CONTRARIO, ME SORPRENDE COMO SON CAPACES DE MANTENER ALGO TAN CONCUPICIENTE Y PREDILECTO COMO LO ES EL ROMANCE PARA NUESTRA ESPECIE, Y A SU VEZ, SER LAS MEJORES EN EL ÁMBITO LABORAL."

"G-Gracias, Papyrus. Supongo" Respondió.

"NYEHEHEH. ESO ES LO MISMO QUE RESPONDIÓ LA AMIGA HUMANA DE MI HERMANO. ¿SABES QUE SANS HA HECHO SU PRIMERA AMISTAD HUMANA?"

"¿Q-Qué?" Alphys dejó caer la mandíbula. "¿¡Eso es siquiera posible!? ¿C-Cómo?"

"¿DE VERDAD QUE ES SORPRENDENTE?"

"N-No te creo..." Dijo tímidamente.

"NYEHEHE, YA LA CONOCERÁS EVENTUALMENTE, ES UNA HUMANA DE LO MÁS ENCANTADORA, TRABAJA EN EL MISMO PERIÓDICO QUE SANS. ESTÁ EN EL ÁREA DE PREGUNTAS Y RESPUESTAS FEMENINAS. CREO QUE POR AQUÍ TENGO UNOS PERIÓDICOS QUE PUEDES VER SI GUSTAS, PARA QUE CONOZCAS EL NIVEL DE DEDICACIÓN QUE DESBORDA EN CADA PALABRA"

"S-Seguro" Dijo aún anonadada, viendo cómo Papyrus abría una cajonera junto al sofá.

"MIRALO POR TI MISMA" Le alcanzó el periódico y esta lo recibió con ambas manos, fijándose específicamente en el título.

"¿The Daily Echo? Es un nombre muy interesante" Dijo ajustándose los lentes "S-Sin duda es una gran ventaja mantener flores eco escondidas por todo Ebott"

"HAY UN DICHO QUE DICE QUE LAS PAREDES TIENEN OÍDOS" Comenzó Papyrus rascándose el mentón mientras miraba con desdén el techo tratando de recordar "EN ESTE CASO, LAS FLORES"

"L-Las flores también son monstruos de alguna manera, al menos las eco"

Alphys abrió el periódico intrigada, dio una hojeada rápida a las páginas de nuevas tecnologías, sabía que el tópico de la conversación era el trabajo de la humana y no quería hacer sentir mal a Papyrus, por lo que hiso una nota mental para entretenerse con lo que los de Ebott habían descubierto, si es que había algo de lo que no estuviese enterada ya. Alisó las páginas con un ligera pero efectiva sacudida antes de pasar a la sección de preguntas y respuestas. Los ojos de Alphys se abrieron en sorpresa al leer las primeras respuestas, teniendo que ajustarle la montura de los lentes para volver a repasar los textos.

"¿E-Esto es de una humana?" Miró a Papyrus.

"TOTALMENTE"

"P-Pero estos son problemas de monstruos, y-y de diferentes especies... Esto es..." Volvió a la lectura "Fascinante. Es como si más de una persona estuviera escribiendo"

"LA HUMANA SABE MUCHO DE CREATURAS, ELLA MISMA ME ENSEÑÓ A MÍ Y A MI HERMANO SOBRE LA COMPLEJIDAD DE LAS RELACIONES DE LAS MANTIS, NO ES QUE EL CABALLEROSO PAPYRUS NO TUVIERA IDEA, PERO ES AGRADECIDO DE QUE SUS CONOCIMIENTOS SE HAYAN INCREMENTADO GRACIAS A UNA SIMPLE CHARLA EN UNA CASA DE TÉ"

"Tal vez... Sí tengas razón." Sonrió "Si alguien como Sans puede confiar en un humano, no haría daño también conocerlo ¿De dónde dices que ella viene?"

"LAMENTO INFORMARTE DE QUE NO TENGO ESE TIPO DE INFORMACIÓN. PERO SIEMPRE PUEDES PREGUNTARLE DIRECTAMENTE A MI HERMANO, ESTOY CASI SEGURO DE QUE ÉL TIENE MAYOR CONOCIEMIENTO DE ELLA EN CASI TODO LO QUE PUEDAS NECESITAR, YA LOS HE VISTO COMPARTIR UNA MESA Y SE VEN MUY CERCANOS, NYEHEHE."

"E-Eso suena extraño"

"LO SÉ ¿VERDAD? DEBEN SER LOS MEJORES AMIGOS" Sonrió antes de darse la vuelta. "AHORA, ESPOSA DE UNDYNE, PUEDES HACER DE ESTA TU CASA HASTA QUE SANS VUELVA DEL TRABAJO Y TE LLEVE A TU PRÓXIMA HUBICACIÓN"

"Gracias, Papyrus" Sonrió ella sacando la nariz del periódico "Y-Y por favor... S-Sólo llámame Alphys. E-Esposa de Undyne es algo..." Dijo tratando de no arrugar el papel en su nerviosismo.

"OH, CREÍ QUE ERA UN TÍTULO DEL QUE ESTABAS ORGULLOSA" Volteó dejando caer los hombros.

"¡O-Oh! Claro que lo estoy, es solo que... S-Solo Alphys está bien, o Doctora Alphys, si quieres llamarme por algún título más específico. N-No solo el de mi relación con ella..." Dijo apretando los ojos tratando de esconderse.

"ESTÁ BIEN, DOCTORA ALPHYS, SI SE SIENTE INCÓMA CON ESO, SOLO DEBÍA DECIRLO" Volvió a sonreír.

Alphys asintió en gratitud con notable nerviosismo en su rostro, pero mucho más aliviada. Y esta vez Papyrus volteó hacia la cocina a ocuparse finalmente de la cena.

* * * *

Al cabo de unas horas, la puerta de la entrada se abrió y un cansado Sans apareció tras de ella. El esqueleto bostezó antes de poder responder a los saludos de la doctora y de su hermano.

"Hey" Dijo aplastando el fedora en el perchero.

"¡SANS! QUE BIEN QUE ESTÁS EN CASA. TENEMOS LA IMPORTANTE VISITA DE LA DOCTORA ALPHYS" Dijo Papyrus acercándose a la sala de estar secándose las manos con una toalla de mano.

"Que bien que hayas llegado a salvo, Al ¿Qué tal el viaje en tren?"

"A-Agitado, como son los trenes. Y-Y concurrido como es la época" Dijo ella dejando el periódico, dejándolo abierto sobre el sofá con la sección de magia hacia arriba.

Sans ocultó el cansancio en su sonrisa como si nunca lo hubiera estado.

"Bueno, tu insististe en venirte en esa lata de sardinas, sin embarco..."

"SANS, NO. ES LA INVITADA." Gruñó su hermano apretando la toalla entre las manos.

"Habrías preocupado a Undyne si te hundiera pasado algo en un viaje por el mar."

"¡SANS!"

"Aunque atún no lo creas, ella hubiera saltado a pescarte, peces a que pudiera haber tenido problemas con Asgore."

Alphys guardó silencio, sin prestar atención al horrible juego de palabras. Pero lo que ella no sabía, es que esta era una recurrente manera de mantener a Papyrus a raya de asuntos que no podría manejar.

"NGAAAAA!" Papyrus agitó la toalla con una mano y se fue furioso hacia la cocina. "¡NO VOY A QUEDARME A ESCUCHAR ESTO! ¡LA CENA ESTA CASI LISTA!"

Algo muy efectivo.

"S-Si, lo sé..." Dijo Alphys dirigiéndose a Sans, que parecía mucho más satisfecho de lo que aparentaba "El mar es p-peligroso a estas alturas."

"No por mucho. A ser el único, me refiero." Dijo Sans cambiando su tono de voz a uno más rígido que hiso poner total atención al lagarto "No falta nada para que la guerra llegue realmente a Ebott, la gente jura de cabeza que un par de bombas y avionetas disfrazadas de los cazas, son ataques del bando contrario." Palpó los bolsillos en busca de algún cigarrillo, pero no encontró nada. "De este lado, ya están desplomando las últimas líneas de la flota, parece que están planeando terminar con este "supuesto" juego de tira y afloja"

"¿C-Cómo sabes eso?" Dijo ella.

"Noticias de hoy" Dijo sacando un periódico doblado de la chaqueta antes de entregárselo "No me sorprende que de dos días de viaje te hayas perdido de tanto"

"P-Pero esto es..." Suspiró "Así que este es el poder de las flores eco..."

"The Daily Echo tiene a Ebott como su jardín. Muy bien ubicadas, muy bien resguardadas de miradas y de la luz, heh."

Sans se echó sobre el sillón, mientras Alphys continuaba mirando anonadada el papel.

"Ni te imaginas en donde encontré la primera" Comentó mientras revisaba sus dedos en busca de tinta.

"Oh... D-Debió ser complicado" Dijo ella caminando hacia su maleta. "Y hablando de complicaciones"

Alphys tomó sacó un pequeño estuche de vidrio grueso, contenía en su interior un pequeño chip. Sans se sostuvo de las rodillas y lo examinó con detenimiento cuando ella se lo entregó.

"Este es el virus." Comentó ella.

"Lo completaste"

"S-Si, sé cuánto significaba este trabajo para ti. P-Pero me hubiera gustado que hubiéramos llegado a la respuesta al mismo tiempo. Ya... Ya sabes, cuando- trabajabas en los laboratorios." Dijo nerviosa, sentándose a su lado juntando las manos en las piernas.

"Mi hermano dio su vida por hacer esto..."

"Pero dime, Sans. Si odiabas tanto a los humanos, ¿Por qué no seguiste?" dijo con la esperanza de que le contara algo al respecto de su nueva amistad. Algún indicio de que su odio estaba infundado de alguna manera. Pero ella no se esperaba que la voz del esqueleto comenzara a rasparse.

"Ya te lo dije, Al. No es algo que pueda decir a la ligera."

Sans le devolvió el chip y esta lo retuvo en su mano con preocupación.

"S-Sé que es por culpa de ella..." Dijo casi inaudible. Ella se llevó una mano a la boca. No podía haber dicho algo peor.

Las luces de las cuencas del esqueleto desaparecieron y el lagarto notó el instantáneo cambio de humor de él. Sin embargo, este no hiso comentario alguno y se levantó del sofá dándole la espalda.

"Lo siento, Doctora." Se detuvo a mitad de camino a su habitación "Acabe la cena como pueda, yo la llevaré a algún lugar como compensación."

"Y-Yo... ¡Sans, espera!" intentó detenerlo y pedirle disculpas, pero este ya había pasado de la sala a su habitación con un portazo.

"¿QUÉ OCURRE DOCTORA ALPHYS?" Papyrus apareció desde una esquina de la cocina preocupado por el grito de la mujer. Miró alrededor y frunció el cejo "¿DÓNDE ESTÁ SANS?"

Ella apuntó a la puerta temblorosa.

"¿SANS?" Dijo acercándose a la puerta.

"Lo siento, Paps. Tendrán que cenar sin mí, hay cosas que necesito hacer antes" Respondió tras la puerta, lo suficientemente fuerte para detener a su hermano a mitad de camino de su habitación.

Papyrus se detuvo un momento antes de ir a la cocina.

"EL ESTARÁ BIEN, NO SE PREOCUPE DOCTORA ALPHYS, CUANDO SE ENCIERRA DE ESA MANERA SIGNIFICA QUE SOLO TOMARÁ UNA SIESTA. PERO DÍGAME. ¿OCURRIÓ ALGO?"

Alphys no estaba segura de preguntarle ahora al esqueleto menor. Sí podría responderle algo, algo se lo decía, pero con Sans poniendo oído, de forma subjetiva, a lo que fuera que saliese de esa potente voz del esqueleto que podría fácilmente alarmar a los vecinos... Cayó entonces razonó que en el momento en que Sans había llegado a casa, cualquier tipo de información debía ser filtrada por él.

Ya no había nada que ella pudiera hacer.

* * * *

La cena había sido casi silenciosa, puede que Papyrus no aparentase estar preocupado teniendo su animada sonrisa, pero las miradas hacia la puerta de su hermano mayor solo hacían que Alphys se sintiera más culpable. Ella había comido todo lo del plato, pese a que la tal llamada "pasta" era más bien un salado puré quemado y revuelto en salsa de tomates, orégano y albahaca. La pobre lagarto ahora comprendió a lo que se refería su antiguo compañero con "Come la cena como puedas". Alphys descubrió que la cocina de su anfitrión más joven, eran tan inexperimentada como lo era el tono de su voz y el fanatismo que le tenía al alimento. Con los dedos cruzados, esperaba que también cumpliera con su palabra sobre recompensarla. Oh, dios, sí que lo esperaba.

Cuando acabaron, Papyrus se dedicó a recoger los platos mientras balbuceaba canciones de la radio que no se había aprendido, y Alphys esperó pacientemente en el sofá a que Sans saliera de su habitación. Para su alivio, no tardó demasiado. Seguramente el cántico agudo de su hermano lo había despertado, lo supuso a verlo tallándose el sueño de las cuencas.

"Hey" Dijo el esqueleto apoyándose sobre el respaldo del sillón.

"S-Sans, yo..." Alphys se volteó apresurada, dispuesta a disculparse, pero Sans la detuvo con un gesto del dedo.

"No, no. No es tu culpa, Al. Ya debería haber aprendido a lidiar con eso hace años."

Alphys no se imaginaba como podría haber sido los primeros días luego de aquella pérdida, si ir a dormir era una forma pacífica de lidiar con eso, no se imaginaba la peor. Ella le dio una sonrisa nerviosa, como si no hubiera problema alguno, Sans no pudo comprar su veracidad, pero aceptaba el buen gesto.

"Bueno, si ya no hay más inconvenientes, ya deberíamos irnos." Dijo Sans dirigiéndose a su hermano.

"¿SANS?" Preguntó desde la cocina "¿YA ESTÁS MEJOR?"

"Si, solo se me pegaban las cuencas"

"MUY BIEN..." Dijo algo reacio "PUES APRESÚRENSE, QUEDA POCO PARA EL TOQUE DE QUEDA".

Papyrus apareció aún con el overol amarrado a su cintura. Sin preguntar, tomó la mano de Alphys y la agitó con tal entusiasmo que ella tuvo que sostenerse la montura de los lentes con la otra.

"A SIDO TODO UN PLACER CONOCERLA, DOCTORA, SI NECESITA CUALQUIER COSA DEL ÁREA DE COMUNICACIONES SIENTA TODA LA NECESIDAD DE LLAMAR A NUESTRO NÚMERO, MI HERMANO Y YO ESTAREMOS DISPUESTO A AYUDARLA Y POR SUPUESTO ¡ESPERO PODER VERLA EN LAS FESTIVIDADES FUTURAS! RECUERDE LLAMAR TAMBIÉN PARA ESO."

"C-Claro" Dijo ella tratando de mantenerse en su lugar "También ha sido un placer, Papyrus"

"Vuelvo en una hora Paps." Dijo Sans ubicándose junto a la puerta, llevándose un dulce de la mesa de café.

Alphys tomó su maleta y se alisó las arrugas de su chaqueta, colocó el sombrero pequeño en su lugar y se aproximó a Sans, dándole una última despedida con la mano al esqueleto menor que sonreía desde la cocina.

"Has lo mismo que yo" Dijo Sans colocando una mano en la espalda de Alphys. Ella asintió y este levantó un pié. Ambos dieron el paso al mismo tiempo.

El estómago de Alphys se convirtió en un revoltijo por la horrible sensación de vértigo que la invadió. Fue momentáneo, pero sintió que podría haber caído al menos veinte metros en caída libre para sentirse de forma similar. Sans se rió por lo bajo, sin energías para hacer un chiste al respecto.

Habían llegado a las afueras de Hotland, los matices rosas de las fachadas y la luz artificial podían cambiar por completo el tono del cielo, a una permanente puesta de sol resaltando por sobre ciudad en medio de la arboleda de alrededor. Sans dio un vistazo despectivo al lugar antes de comenzar a toser casi sin control.

"¿E-Estás bien?" Preguntó ella sobándose el estómago. "Has usado demasiada magia en tan solo un tramo"

"P-Preocúpate por ti misma, Al. Se a lo que me enfrento." Soltó apoyándose en las rodillas.

Sans sacó el dulce de su bolsillo y se lo metió a la boca, un pequeño pastelillo envuelto en papel. En seguida frunció el entrecejo, no era de su agrado, demasiado azucarado para su gusto. En tal caso hubiera sido mejor traer una menta, pero no podía andarse de quisquilloso. Limpiándose la comisura con el hueso del pulgar, alzó la vista para encontrarse con Alphys que aún no le quitaba los ojos.

"¿Ya estás mejor?" Preguntó ella.

"Eso... Debería preguntártelo yo, heh. ¿No te parece?" Se acomodó el sombrero y comenzó a caminar hacia las luces de la ciudad. "Te dije, solo preocúpate por ti, yo ya me las sé arreglar"

"D-De acuerdo. Lo siento." Dijo ella caminando tras de él.

"Por cierto, bienvenida a Hotland. Este lugar será tu hogar a partir de ahora"

Habiendo avanzado lo suficiente para adentrarse en medio de las calles edificadas, Sans pronto captó que no querría volver a poner un pié ahí de no ser necesario, el lugar ardía como si estuviese en llamas. Al mirar alrededor, la mayor parte de los monstruos resultaban ser de la misma familia de la especia de la doctora y los humanos tenían mayormente la piel morena o rosácea, pero lo que todos tenían en común era su pretenciosa forma de vestir. No por el hecho de tratarse de un lugar caluroso, sino por la pedrería, detalles exagerados y ceñidos. ¿Qué mejor demuestra que uno es rico, que usando ropa horrible y de un costo elevado? Su personalidad, ¿a que sí? Los edificios en sí también eran algo de qué hablar, él podría haber apostado a que las luces serían algo de que lamentarse, pero no contó con el aroma a caucho y metálico, a menjunjes extraños que se combinaban en el aire en diferentes boutiques y a frituras. Eso último no estaba tan mal.

Demonios, sentía que la ropa se le comenzaba a quedar pegada otra vez.

"E-Es increíble..." Miró hacia arriba "Es como si el cielo fuese una enorme ola de lava y el ambiente se siente tan cálido..."

"¿Oye, no quieres comer algo?" Volteó Sans.

"¿C-Comer?" Alphys en seguida pensó en el espagueti quemado hecho puré de su hermano, las tripas que aún se le estaban resistiendo por el viaje, se quejaban de la presunta ingesta de más comida. "N-No lo sé..."

"¿Qué tal algún líquido? Te vendrá bien." Sans se detuvo en frente de una señalización y dobló hacia la izquierda. Luego hiso un gesto para que lo siguiera.

"P-pero, pero... Está bien." No quería ponerse a protestar, así que lo dejó estar.

Luego de unas cuantas vueltas, llegaron a un local fuera de lo común en lo que respecta al resto de locales comerciales, era un poco más humilde, aunque eso solo significase que tenía menos luces y un cartel de tamaño ideal para su nombre y no uno que fuera dos veces el tamaño de la tienda.

"¿Qué es este lugar?" Preguntó ella finalmente viendo a Sans interesarse en la fachada principal.

Le resultaba interesante que fuese un punto sobrio dentro del bochornoso estilo del resto de la ciudad, probablemente el establecimiento contaba con el aspecto necesario para aquellos que solo buscaban un público específico. Hombres, caballeros y damas de interés semejantes que iban en busca de una copa y un buen rato. Lo más vistoso del lugar, con suerte, era el cartel parpadeando el nombre del bar en luces de neón.

"Esto es... Grillby's. Lo oí de un lagarto y quise darme el lujo de venir aunque fuera una vez. Seguro que tienen algo bueno en el menú."

"Querías un trago" Inquirió ella.

Sans alzó los hombros cerrándole una cuenca en culpa, su sonrisa permanente pareció legítima por unos momentos antes de continuar hacia el interior.

Para sorpresa de ambos, el lugar estaba repleto pese a la hora cercana al toque de queda. El olor del tabaco y la fritura ardían en los ojos y saciaban los estómagos de forma casi instantánea. Había grupos de monstruos y humanos separados en las mesas, charlando de sus propios intereses con la poca conciencia que les quedaba. A Alphys le hiso gracia que la música de la radio fuese opacada por los cánticos de los grupos de borrachos que la rodeaban, a ellos no les importaba para nada ser de especies distintas.

"Tal vez todo el mundo necesita de una copa hoy en día para estar en paz" ¨Pensaba ella.

Avanzaron hasta la barra donde un hombre hecho de fuego limpiaba el mesón de los rastros de culaccino y grasa dejadas por las migajas y manos sucias. Las llamas mágicas no quemaban su atuendo casual de camisa arremangada y pantalones negros a la cintura. Su elocuente rostro solo tenía unas gafas que no poseía ojos por detrás. Fuego puro, magia pura. A Sans sintió un agujero en el estómago al pensar en cuántos medicamentos para la magia debía comprar mensualmente su especie para no colapsar. Los elementales no tenían tanta suerte como los corpóreos. Ambos se sentaron en frente y el bar tender los miró ajustándose las gafas.

"Buenas noches, bienvenidos a Grillby's." Dijo él en un tono sólo comparable al de su apariencia ígnea. "Soy Grillby, ¿Qué les puedo ofrecer?"

"Buenas" Saludó el esqueleto alzando una mano. "Huh, ¿Tienes algo de tabasco?"

Alphys le dio un codazo.

"¿Q-Qué hay en el menú?" Preguntó ella.

En vez de responder, Grillby se quitó de en medio para que vieran el pizarrón con las comidas y sus precios. Dejando el paño bajo la barra, notó que el esqueleto aún lo miraba. La pregunta no había sido una broma.

"¿Tabasco?"

"Yup." Contestó él esqueleto.

"S-Sans, no creo que sea conveniente-" Dijo Alphys antes de que Grillby sacara de debajo una botella del condimento, para luego ponerla frente al esqueleto.

"Gracias, compañero" Dijo Sans tomándola desde el cuello.

"Y-Yo... Q-Quisiera patatas y merluza."

"Realmente la extrañas" Le guiñó una cuenca. "Pero no la engañes así"

"¡S-Sans! ¡N-No quise decir eso...!" Dijo agitando las manos frente a su cara ya tomando un color rojizo.

Sans se rió por lo bajo antes de que Grillby pusiera un vaso frente a él y luego se retirase a una puerta que daba hacia la cocina. La mujer lagarto se cubrió el rostro abochornado, mientras esperaba a que la música y los cantos del bar hicieran a su mente cambiar de rumbo. Pero ese plan no le duró demasiado.

"Sabes, no tienes por qué ponerte así." Comenzó Sans.

"Es fácil para ti decirlo... Y-Yo no tengo la seguridad para reírme de algo así"

"¿Y por qué te reirías de algo que es verdad?"

"B-Bueno... N-No es lo que quería decir, yo, no sé qué responder, sólo... M-Me pongo nerviosa cuando alguien la saca a tema y..." Sinceró descubriendo su rostro aun sonrojado "Pero... ¿Es patético verdad?"

"Nop" Dijo instantáneamente antes de tomar otro trago de la picante salsa.

"P-Pero... Uh." Resignada, dejó ir un suspiro entrecortado apoyando los codos sobre la barra mirando a la nada por un momento.

Al ver a Grillby llegar con el plato, ella levantó la cabeza y agradeció con una sonrisa mientras él volvía a dedicarse a sus labores, comenzando a pulir el resto de vasos que le quedaba tras la barra. Alphys tomó la primera fritura y miró a Sans. Tal vez ella no era la única con algo en la cabeza.

"¿Te ocurre algo?" Preguntó ella.

"Nop"

Respuesta seca y rápida, mucho en mente, pensó. Sabía que no podía hablar sobre temas relacionados al trabajo en público, así que lo mejor era dejarlo estar. Sin embargo ella tenía algo que había hablado con el hermano menor. Tal vez eso ayude a despejarse un poco a ambos.

"A-Así que..." Intentó comenzar Alphys en un tono casual. Lo más que su personalidad le permitiera.

"¿Ah?" volteó a verla.

"¿Qué tal el trabajo en el periódico?"

"Ya lo viste"

"S-Sí. Es grandioso ver que tus bromas cobran vida en las páginas. Heh."

"No es la gran cosa, pero pongo todos mis huesos en ello"

"Y... Hay un apartado para chicas"

Sans alzó una ceja de hueso apartando la botella de su boca.

"Y-Y esa parte de preguntas y respuestas" Dijo temblorosa ante la mirada de Sans que comenzaba a tornarse extraña.

"¿A qué quieres llegar Al?"

"Eh..." Tragó saliva "Tu hermano me dijo que habías hecho una nueva amistad. Una humana"

Sans soltó una risa y negó con la cabeza.

"¿Y tú te lo creíste? Por favor, Al. Tu sabes lo que pienso de ellos"

Alphys parpadeó un par de veces confundida. No por la respuesta obvia de que por supuesto que era un mal entendido de su hermano menor, si no que porque ella se esperaba a que se molestara con la respuesta. No era propio de él reírse luego de haber usado la palabra "humano".

"Huh, si... Algo así. Estuve leyendo parte de las cartas, y me pareció increíble la dedicación y cariño que se ve que le tiene a su apartado"

"Si, la chica tiene un gran talento para la palabrería"

Alphys lo pensó un poco antes de volver a hablar, trató de esconder una sonrisa metiendo unas papas a la boca, mirándolo por el rabillo intentando verse casual.

"E-E incluso creo que me siento motivada para escribirle una carta"

"¿A sí? ¿Preguntándole sobre qué?"

"P-Pues... Sobre... ¡Sobre mi relación con Undyne claro está!" Trató de sonar obvia, pero tan pronto se dio cuenta de que no podía dejar esas palabras al aire, perdió los estribos buscando algo más para decir que fuese convincente "Si ella se cree muy lista le puedo dar un tiro por la culata preguntándole algo como ¿Por qué los peces son tan rápidos en las relaciones? Y ¿Por qué no pueden mantener las cosas en orden cuando se les pide? ¿Es acaso eso tan difícil?"

El pecho del lagarto subía y bajaba agitado. Solo para cuando vio la cara absorta de Sans, se dio cuenta de que había soltado más de lo que debía.

"¿Tienes esos problemas con Undyne?" Rió "¿Y no has pensado mejor en decírselo directamente a ella que preguntarle a alguien más?"

Ciertamente era un buen consejo.

"B-Bueno yo..."

"Pero es tú relación con ella. Allá tú si quieres escribirle, tal vez te diga lo que quieras oír. Pero nada es mejor que hacer las cosas por tu cuenta."

"S-Supongo... P-Pero ¿No estás enojado?" Preguntó inquieta.

"¿Ah? ¿Por qué?" Preguntó para dar otro sorbo largo mientras la escuchaba.

"Pues ya sabes... E-Ella es humana y... Pedir un consejo a un humano para algo sobre monstruos..."

"Mira, Al. Tu misma vez que ella se toma su juego en serio. No me agrada para nada que se mezcle con lo que no le incumbe, pero la gente se lo pide. Mientras sea una profesional en lo que hace, no me importa. Para el periódico atrae público y seguramente por eso es que está metida en ese apartado, para que aumenten o se mantengan las suscripciones. Estoy seguro de que las adolescentes deben tenerla en alta estima y eso es un porcentaje. Personalmente creo que debería estar en una revista femenina y no en un periódico haciendo el ridículo."

"Oh, eso es... A-Apropiado, sí." Dijo tocando la superficie de la barra con los dedos de forma irregular. Luego miró a Sans con curiosidad.

Tal vez Papyrus no tenía toda la razón con respecto sobre aquella amistad, pero tal vez, solo tal vez... Puede que ¿esté haciendo una excepción sin pensarlo? Aunque también pueda tratarse del adormecimiento del tabasco haciéndole efecto.

"B-Bueno, entonces probaré con una carta" Dijo con más decisión.

"Como te flote el bote" Respondió apresurando el resto de la botella dejándola frente a él.

Sans pasó la mirada al pizarrón de alimentos para ver qué había para meterle algo más a su inexistente estómago. En seguida pensó que lo mejor sería llegar a casa, sería más barato, pero no quería tener que comer ese guisado que se había hecho de salsa y pasta quemada.

De pronto la idea surgió en su mente.

"Hablando de Frisk..." Inició él.

"¿Ah?" Giró la cabeza un tanto sorprendida con la boca llena de merluza frita.

"¿Qué te pareció la comida de mi hermano?"

Ella tragó lo que tenía con dificultad.

"¿Qué tiene que ver eso con ella?"

Sans rió por lo bajo. 

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