Capítulo 8: Cita con la belleza.

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Hola hola, 2 días para cumplir el mes sin actualizar esta historia XD

Dejé un poco de lado a mi bella Asfi :( pero bueno, no fue por falta de ideas, sino por problemas inesperados. 

Aún así, espero les guste este capítulo :D 

Comencemos.

Bell: Hablando de mujeres y traiciones, se fueron consumiendo las botellas...

Asfi: ¿Bell?

.

.

.

Pasaron dos días desde entonces.

Y de acuerdo con el trato entre Hermes y Freya, Asfi no volvió a visitar a Bell hasta que pasaran los 3 días para realizar otra "prueba" con su "invento".

Entonces, las cosas terminaron así.

-- Recuerda los entrenamientos con Hermes-sama, nada malo debería pasar si hago eso.

Bell palmeó ambas mejillas con sus manos para despejar sus nervios, luego miró frente suyo con determinación.

La <Torre de Babel>.

Alzó su vista lo más que pudo y aún así no lograba divisar el final de la estructura, lo que le hizo pensar en los dos días anteriores.

Trajo a su mente los consejos y trucos recibidos por Hermes para no causar ningún incidente en su "cita" con la diosa Freya.

-- Es inútil... aunque diga eso, no puedo controlarme.

Aún así, pese a todo su riguroso entrenamiento de dos días, no podía calmar su estado frenético.

No era para menos, después de todo estaba por reunirse con la diosa Freya, deidad patrona de la <Familia> mas poderosa de la ciudad.

"Un error y podría causar la destrucción de Orario..."

Un escalofrío sacudió el cerebro de Bell, causándole un desagradable sudor frío recorriendo por su espalda.

"E incluso mis amigos podrían salir lastimados..."

Toda esa responsabilidad solo logró ponerlo más nervioso de lo normal.

Estaba tan enojado consigo mismo por haber captado la atención de Freya, e incluso juraba que quería golpear a su yo del pasado.

Se preguntaba seriamente qué había hecho ese tonto Bell para enamorarla al punto de generar un amor enfermizo y obsesivo.

-- *Suspiro* Los dioses son complicados.

Bajó su vista y miró hacia delante, suspirando cansadamente y comenzando a caminar hacia la entrada del lugar.

Según Hermes alguien de la <Familia Freya> lo recibiría.

"¿Quién me recibirá? Espero que sea una chica, si es un hombre no creo que sus intenciones hacia mí sean buenas"

Le agradecía a Hermes por haberle informado sobre todo en relación con Freya y su <Familia>, pero estaba arrepentido de escuchar la parte de "¡sus hijos son unos psicópatas desenfrenados!".

Así que Bell esperaba con todo su ser que fuera una linda y amable joven en traje de sirvienta, sin embargo:

-- Bell Cranel.

-- ... ¿Eh?

Frente a él estaba un robusto y enorme cuerpo de más de 2 metros.

Se trataba de Ottar, con su vestimenta de aventurero y su rostro siempre estoico, mirándolo hacia abajo por la diferencia de tamaño.

-- Justo a tiempo, mi diosa te espera.

Ottar ignoró toda la incredulidad en el rostro del peli-blanco, hablando directamente y comentando sobre el tiempo.

"¡E-Es <Warlord>...! ¡¡No se parece nada a una linda chica!!"

Bell entró en caos, mirando de forma incrédula a la montaña frente a él.

Fue entonces que notó su propio silencio, y que no había saludado como se debía.

-- ¡B-Buenas tardes...! ¡Me llamo Bell Cranel, es un gusto conocerlo <Warlord>... ¿san?!

Su voz se impregnó de gran nerviosismo a la vez que extendía su mano derecha para saludar.

Sin embargo, Ottar no extendió la suya en señal de responder el saludo formal del peli-blanco.

Solo se quedó en silencio, mirándolo con su estoico rostro que ponía en un estado de emergencia a su objetivo.

"¿N-No le gusta dar la mano...?"

Si era así entonces Bell estaba en un problema, pero logró encontrar una forma de arreglar su error. 

Su mano extendida formó un puño, luego lo elevó con poco más en señal de chocar los puños.

"¡Esto debería de ser suficiente!"

Bell estaba poniendo toda su confianza en las enseñanzas de Hermes, quien le había dicho sobre esta técnica para romper el hielo.

Y funcionó.

-- Buenas tardes.

Ottar extendió su puño (que doblaba el tamaño del de Bell) y lo chocó contra el puño del nervioso conejo.

-- Sígueme, Freya-sama espera.

Dijo eso y separó el saludo, dando media vuelta y comenzando a caminar hacia el elevador que llevaría hasta el último piso.

"Hermes-sama... ¡su consejo me ha salvado!"

El chico siguió la espalda de Ottar mientras agradecía mentalmente al dios viajero, quién le había dicho que no había ningún hombre que rechazara un choque de puños.

Una vez estuvieron dentro del elevador impulsado por <Piedras Mágicas>, fueron llevados hasta el último piso de la <Torre de Babel>

El piso 50.



X X X



Al mismo tiempo, calles de Orario.

-- Es aquí, ¿huh?

Asfi observó detrás del cristal de sus lentes el letrero que tenía grabado el nombre "Boutique Barrita" sobre una base de madera.

Habían pasado dos días desde la última vez que había visto a su amado Bell, fue entonces que decidió de una vez por todas encargar el atuendo que usaría en su siguiente encuentro sexual con el chico peli-blanco.

-- Bien, mientras más rápido lo haga, más rápido podré irme.

Sin decir o pensar mas, caminó lentamente hacia la entrada, empujando la puerta de madera y causando el sonido de un tintineo.

Era la campanilla que avisaba la llegada de un cliente.

"Es bastante cómodo y sofisticado"

Asfi observó impresionada las estanterías, muestras, percheros y todo interior hechas de un acabado rural con madera.

Le daba un ambiente fresco y tranquilizante.

-- ¡Oh, una clienta!

Una voz femenina detrás del mostrador llegó a sus oídos, llamando su atención y caminando hacia ella.

-- Buen día señorita, he venido por una recomendación. ¿Puede hacer trajes a medida?

Tan seria como siempre y con su apariencia intelectual, fue directa al grano sin perder nada de tiempo.

Sin embargo, para su mala suerte:

-- ¡Por favor no me llame así ahaha!

La dueña del local tenía una personalidad extrovertida, además de una sonrisa estúpida que llegaba de mejilla a mejilla.

-- Me llamo Barrita, es un placer conocerte, <Perseo>.

La joven de cabello negro en un corte a la par con el nivel de sus hombros sonrió, saludando amablemente y llamándola por su <Alias>.

Asfi se sorprendió, sin embargo, no fue por haber sido reconocida.

-- ¿Te llamas Barrita? Qué nombre tan... ¿peculiar?

Sí, Asfi se estaba preguntando si los padres de esta joven le habían jugado una broma pesada a su hija con tal nombre.

-- Oh, no en realidad.

Pero Barrita negó ligeramente.

-- Es más como un seudónimo, todos los miembros de mi familia lo usan, por eso el nombre de "Boutique Barrita".

Seudónimo, era algo similar a un <Alias>, con la diferencia de que se usaba para cubrir la verdadera identidad de una persona.

Asfi se interesó por esto.

-- ¿Entonces tú no eres Barrita? ¿Me estás diciendo que existen muchos o muchas Barritas?

Sin duda era divertido e interesante, causando que sus labios se curvaran en una ligera e imperceptible sonrisa. 

-- Ehehe... es como piensas. Últimamente he sido yo quien atiende, pero incluso mis hermanos o hermanas podrían ser Barrita, mis padres, abuelos, primos, tíos también. ¿Qué piensas? Es divertido, ¿no?

La sonrisa agraciada en la joven recepcionista contagió un poco a Asfi.

-- Sí, admito que es interesante. Tal vez podría implementar el mismo juego mental cuando forme una familia con él.

Contraria a la sonrisa divertida de Barrita, la de Asfi estaba impregnada con mucho amor y cariño.

La peli-celeste estaba pensando en los días futuros dónde formaría una familia con el hombre que amaba, Bell Cranel.

-- Se ve muy perdida en el amor, <Perseo>. ¿A caso el traje que desea comprar está relacionado? ¡No me diga...! ¡¿Desea un vestido de boda?!

La emoción creció en la joven peli-negra, formando estrellas en sus ojos.

-- ¡¿Podré hacer el vestido de novia para la boda de <Perseo>?! ¡¡Eso definitivamente traerá buena fama!!

Sin duda era una excelente joven con visión empresarial, sin embargo:

-- ¡N-No...!

Una sonrojada y nerviosa Asfi negó la hipótesis de Barrita.

Aunque no pudo negar que la idea le causaba una gran ilusión, acelerando su ritmo cardiaco y coloreando sus mejillas de un lindo tinte rosa.

-- Te equivocas... por motivos personales aún no me puedo casar, así que el pedido no tiene relación con una boda.

Negó completamente cualquier mal entendido, haciendo que la joven Barrita se desanimara un poco.

Pero esta misma también notó la frustración en el rostro y voz de Asfi, fue por eso que se disculpó.

-- Lamento haberme precipitado, señorita <Perseo>. Entonces, ¿qué tipo de traje desea que esta joven modista haga?

Quiso cambiar el estado de ánimo, trayendo el tema sobre la visita de Asfi a su tienda.

La bella y un poco triste <Perseo> asintió, pero luego recordó la dificultad que conllevaba pedir el traje que deseaba.

-- Verás...

Sus mejillas ardieron por la vergüenza. 

-- Q-Quiero un traje con diseño de conejita...

Al tiempo que daba vida a sus palabras, todo el ruido en el lugar se esfumó, quedando en un incómodo silencio.

-- ¿Qué?

Barrita ciertamente fue sorprendida y tomada con la guardia baja, causando que su rostro se tornara incrédulo.

Esa reacción causó que Asfi se avergonzara mas, pero no podía marcharse, tenía una promesa que cumplir con su amado Bell.

-- U-Un traje de... conejita.

-- ¡¡¿Lo repitió?!!

Al parecer Barrita la había escuchado bien, pero había optado por creer que sus oídos habían escuchado mal.

El silencio incómodo se tornó vergonzoso para ambas, puesto que la joven modista estaba imaginando escenarios nada "decentes" de Asfi usando un traje de conejita.

Y la misma Asfi estaba segura de que esos eran los pensamientos de la chica llamada Barrita.

Ninguna de las dos daba indicios de hablar, simplemente se observaban en una batalla de miradas.

"Por favor... no hagas esto mas difícil..." — pensó Asfi.

Sería increíble para ella que Barrita simplemente dijera "okey okey, yo me encargo" y dejara de indagar más en el problema.

-- Heh...

Y como si Barrita leyera sus pensamientos, dio una sonrisa burlesca.

-- Así que <Perseo>-sama tiene ese tipo de gustos...

Usó un tono burlón, curvando sus labios en una sonrisa a la vez que mencionaba "-sama" a modo de juego.

-- ¿Huh...? — La vergüenza de Asfi desapareció.

El ambiente por igual tuvo un drástico cambio, convirtiéndose en uno sofocante que causaba sudor frio en la frente de Barrita.

-- A-Ah... e-eh...

Barrita tembló al ver los gélidos ojos de Asfi, sabiendo que había ido un poco lejos con su broma. 

-- L-Lo lamento.

Su disculpa fue apenas más fuerte que un suspiro, pero Asfi logró escucharla.

-- No importa, pero agradecería que esto no saliera de aquí, no estoy segura de lo que podría hacerte de ser así, ¿me doy a entender?

-- ¡S-Sí...! ¡Entendí muy bien!

Barrita enderezó su postura y llevó su mano derecha hacia su frente, dando un saludo militar.

-- Bien, entonces comencemos con lo requerido, tengo más cosas por hacer en el día.

-- ¡Señor, sí señor!

Sin decir más, Barrita salió del mostrador y guió a Asfi hacia una cámara para tomar sus medidas.

"Qué problematico..."

Asfi la siguió sin problema, pero un recuerdo vino a sus pensamientos.

"Bell, ¿estarás bien?"

Observó por encima de su hombro hacia la entrada del local, pensando en el chico peli-blanco que justo ahora debería de estar llegando con la diosa Freya.

"Solo espero que no haga nada loco"

Ella tenía miedo de que Freya utilizara su encanto o intentara convencerlo de cambiar de <Familia>.

Para Asfi, quien estaba perdidamente enamorada de Bell, ciertamente era un gran problema.



X X X



El sonido del ascensor deteniéndose sonó, dando oportunidad para que Ottar y Bell caminaran tranquilamente hacia la puerta que los llevaría a la habitación de Freya.

Y justo después de que Ottar tocara ligeramente y se escuchara un "adelante", el Boaz bajó su mirada hacia Bell.

El color óxido estoico se fijó en el rubí nervioso.

-- No hagas nada tonto, Bell Cranel.

La advertencia causó que todo el interior de Bell temblara.

"Esto es..."

La presión que desprendía el Boaz dejaba en claro que no era una petición, sino una orden. 

"No puedo ganarle... aún no"

Supo de inmediato que ni siquiera con su magia más poderosa, <Beelzebub>, podría ganarle al poderoso aventurero a lado de él.

Incluso si <Beelzebub> podía consumir cualquier cosa y reducirlo a la nada, era inútil si no lograba atrapar al objetivo.

-- No lo haré.

Fue por todo eso que asintió, tomando aire para calmar sus nervios.

Sin decir nada más, pasó por la puerta doble que Ottar abrió, cerrándola nuevamente una vez que estuvo dentro.

"Aquí vamos..."

Abrió sus ojos y no pudo evitar impresionarse por lo sofisticado que era el acabado interior.

No contenía tantos muebles, pero todo estaba fijado en lugares que destacaban el ambiente y la vista.

"Qué alivio, no hay nada relacionado conmigo"

También se sintió mas calmado al no encontrar nada como peluches de conejos y retratos de él por toda la habitación.

Claro, todo esto se lo había dicho Hermes como broma, pero Bell no podía estar tranquilo por la posibilidad de que fuera cierto.

Fue por eso que se alivió al no encontrar nada relacionado con él por el lugar, sin embargo, no vio el ropero justo a lado de la puerta que sospechosamente esta cerrado con un candado.

-- Te esperaba, Bell.

De pronto su atención fue llamada, llevando su vista hacia el origen del llamado.

Las palabras entonadas con emoción y clase pertenecían a Freya, sentada sobre un sillón parecido a un trono.

"Freya-sama..." — Bell detectó de inmediato el aura seductora que la rodeaba.

Se dijo así mismo que este era un desencadenante inevitable cuando se hablaba con una diosa de la belleza.

-- B-Buenas tardes, Freya-sama, espero no haberla hecho esperar demasiado.

Ante la diosa que lo miraba fijamente, hizo una ligera reverencia a la vez que daba palabras de disculpa.

Freya consideró eso como algo muy "lindo", lo que la hizo sonreír con gracia. 

-- Fufu, no tienes por qué estar tan tenso. Ven, tomemos asiento y platiquemos.

Freya se levantó, guiando de forma refinada a Bell hacia la mesa para dos que estaba cercana al balcón de la habitación.

La mesa tenía vajilla blanca perfectamente ordenada, un manto blanco y copas de cristal y una botella de vino.

-- S-Sí...

Bell asintió un tanto nervioso y la siguió por detrás, fue entonces que notó la vestimenta de Freya, la cual era un tanto reveladora.

La tela estaba completamente pegada a su escultural figura y cubría lo esencial.

Su abdomen plano y blanco estaba completamente descubierto, sus piernas en la mayoría por igual y gran parte se sus pechos mostraban su brillante piel y forma redonda.

Era una vestimenta que no dejaba mucho a la imaginación.

NOTA: Por si no recuerdan su vestimenta Bv 

"Cálmate Bell, estos ojos solo son para mirar a mi hermosa Asfi. Si, solo debo de pensar en Asfi y nada saldrá mal"

Antes de que Freya llegara a la mesa para dos Bell se adelantó con elegancia y lentamente retiró el asiento que Freya usaría.

"¿E-Eh...?" — incluso el mismo estaba sorprendido.

Su cuerpo se había movido por sí mismo para no dejar una mala impresión por sus modales, todo enseñado por Hermes.

-- Ara, qué caballeroso~

Freya se notó un poco sorprendida, pero sonrió felizmente ante la actitud de su invitado.

"Hiciste un buen trabajo, Hermes" — supo de inmediato que el dios viajero estaba involucrado en esto.

Después de todo Freya conocía perfectamente la personalidad nerviosa de Bell cuando fungía como Syr en la <Señora de la abundancia>.

-- Gracias, eres muy educado, Bell.

Sin pensarlo mucho tomó asiento.

Bell por igual tomó asiento frente a ella, aún con su actitud nerviosa.

El silencio no tardó en hacer presencia, el joven peli-banco estaba mirando hacia todos lados para evitar la mirada de Freya.

Ella lo observaba como si atravesara su alma, lo que le daba mala espina.

-- He de suponer que Hermes te dijo sobre nuestro acuerdo, aunque no sé qué tanto te dijo. Dime Bell, ¿te molestaría platicarme sobre eso?

Finalmente Freya rompió el silencio, con sus labios curvados en una ligera sonrisa.

Tomó una copa vacía y sin un segundo de tardanza Bell tomó la botella sobre la mesa y le sirvió lentamente.

Freya agradeció, guardando silencio en espera de la respuesta de Bell.

-- M-Me dijo que usted deseaba verme, Freya-sama.

-- ¿Eso es todo?

Bell negó ligeramente, sabía que a un dios no se le podía mentir.

-- No, me comentó sobre su interés en mí como aventurero.

Así que dijo una verdad disfrazada de mentira.

Freya no detectó mentira alguna, y era lo mismo con la apariencia del chico, justo ahora no estaba siendo un libro abierto como acostumbraba a serlo.

-- Ciertamente Hermes tiene razón, aunque esa no es la verdadera razón por la cual te cité a compartir una comida conmigo.

-- ¿N-No...? ¿Entonces cuál es la verdadera?

Bell se sentía en problemas.

Las cosas se complicarían si la diosa frente a él declarara "estoy enamorada de ti" o "únete a mi <Familia>" ya que no sabría cómo reaccionar.

Pero por fortuna para él, Freya:

-- Es un poco vergonzoso, pero me gustaría saber más sobre ti. Lo que te impulsa a esforzarte como lo has estado haciendo, después de todo soy tu mas grande fan.

Ella dio una suave sonrisa, sorprendiéndolo por completo.

-- Por supuesto me refiero a tus gustos, preferencias e incluso tu pasado, espero no lo veas como algo escalofriante, pero me gusta observarte desde lo alto de la torre y me fascina cómo superas los problemas que se te presentan.

Freya siguió hablando, ignorando el estado aturdido de Bell que podría o no estarla escuchando.

Y no era para menos, después de todo ella estaba:

"Siendo muy honesta... Hermes-sama no me dijo nada sobre esto"

Sí, no se esperaba en absoluto a una Freya que declarara abiertamente "te acoso día y noche".

-- Y bien, ¿es mucho lo que pido o no? — la pregunta de Freya lo trajo a la realidad.

El tono seductor, anhelante y de alguna forma cariñoso confundía mas a Bell.

Aún así no se negó a la petición de la diosa, después de todo eso le facilitaría las cosas.

-- No hay ningún problema Freya-sama, aunque espero no agobiarla con mi historia y mis gustos ahaha.

Incluso tomó el valor suficiente para dejar de lado el tartamudeo que antes lo atacaba, dando una sonrisa gentil y amable hacia Freya.

"Eres realmente hermoso, mi lindo Bell fufufu" — Freya disfrutó esa sonrisa dedicada a ella.

Luego respondió:

-- No hay manera de que eso pase.

Negó las palabras de Bell, esperando a que comenzara con su relato y llevando la copa de vino servido a sus labios.

Bell estaba listo para comenzar.

-- ¿No beberás? — aunque Freya preguntó eso — Lo siento si interrumpí, pero me gustaría compartir una copa contigo, ¿no se puede?

-- E-Eh... nunca he probado el alcohol haha, así que realmente no sé si podré soportarlo.

-- No te preocupes, una copa no te hará daño, aunque no te obligaré.

La maleabilidad de Freya sorprendía a Bell cada vez más, haciendo que se tranquilizara al punto de dejar su alerta.

Luego recordó lo descortés que era rechazar la invitación, sugerencia o petición de una mujer, así que juntando un poco de determinación, tomó la copa de cristal frente a él y se sirvió un poco de vino.

-- Fufu~ perdona que sea tan caprichosa, pero no puedo negar que me hace feliz el que hayas aceptado, gracias.

-- ... De nada, aunque me disculpo por adelantado sí es que comienzo a actuar de forma extraña.

-- No te preocupes, yo te cuidaré de ser así~

-- G-Gracias...

No pudo evitar sonrojarse un poco por la mirada y el tono seductor de Freya al decir tales palabras, pero se limitó a dar las gracias y a no tomar demasiado.

Después de ese intercambio la historia comenzó.

Freya escuchó atentamente cuando Bell explicó su niñez.

No conocía a su padre, madre o cualquier otro familiar aparte de su abuelo, que según él mismo todos habían muerto antes de su nacimiento.

En caso de su madre, murió en el parto.

La diosa detectó la voz un tanto desanimada del chico cuando comenzó con la parte donde su abuelo moría a manos de unos monstruos en la superficie, quedando completamente solo.

-- Pasaste por muchas cosas para llegar hasta aquí, lo siento por hacerte recordar algo tan triste Bell.

-- Oh, no, ya que no tengo memoria sobre mis padres realmente no me da un sentimiento de soledad, aunque con mi abuelo fue diferente.

-- ¿Entonces fue después de su muerte que decidiste venir hacia Orario?

Bell asintió.

-- Es correcto. Mi abuelo me contó mucho sobre historias de héroes, las cuales se convirtieron en mis favoritas. Fue por eso que decidí venir hacia la ciudad llamada "El centro del mundo", mi abuelo me dijo que aquí podría convertirme en un héroe.

-- Oh, ¿así que te gustan los cuentos de héroes? Qué lindo.

Freya sonó agraciada por la valiosa información, causando que sus palabras hicieran sonrojar por la vergüenza a Bell.

Se había dejado llevar, hablando de mas y ahora avergonzándose por revelar que a su edad aún disfrutaba de los cuentos heroicos.

La diosa de la belleza notó eso y habló con una sonrisa en sus labios.

-- No sé de qué te avergüenzas, a mí también me encantan las historias de héroes.

-- ...¿Eh?

-- ¿Qué te sorprende? ¿A caso no mencioné que soy tu mayor fan? A mis ojos tú eres un gran candidato a héroe.

La respiración de Bell se contuvo en sus pulmones por unos segundos.

No esperaba ser tan halagado en esta "cita", de hecho, lo que esperaba era algún tipo de acoso indiscriminado hacia él.

"Creo que Hermes-sama exageró un poco..."

Sí, Bell consideraba a Freya como una diosa "normal" de entre todos los dioses que conoce.

Fue por eso que:

-- ¿En serio piensa que soy un candidato a héroe...? — se dejó llevar.

No le molestaba en absoluto hablar sobre sus aspiraciones, y menos si la persona con quién lo hacía compartía de una forma esa misma aspiración.

En este caso, Freya lo apoyaba por ese camino.

-- No lo pienso, lo afirmo. En mi existencia en el mundo terrenal o <Gekai>, he visto innumerables personajes heroicos, pero ninguno o ninguna tuvo lo que tú tienes.

Que ella fuera tan elocuente, carismática y al mismo tiempo refinada igual lo atrapaba.

Y ahora había dicho algo que a Bell le interesaba saber.

-- ... ¿Algo que ellos no tuvieron?

Si ella se refería a los grandes héroes como <El héroe de la espada>, <Argonauta>, <David> y decía que él tenía algo que ellos no, definitivamente quería saberlo.

Freya sonrió con dulzura al verlo tan sumergido en el tema, disfrutado de esta plática con su Ord.

-- Claro, ¿quieres saberlo?

-- ... S-Sí, por supuesto que quiero saberlo.

Freya se sonrojó un poco y mordió la punta de su dedo indice ligeramente doblado, luego respondió:

-- El potencial para desafiar la voluntad de un dios, para crear una historia tejida de pura voluntad. Alguien que podrá eclipsar las voluntades divinas.

-- ¡...!

-- Eso es lo que el mundo desea, y es lo que yo veo en ti.

Un héroe legítimo, el último héroe.

Ante esa respuesta tan alabadora, Bell sintió que las esquinas de sus ojos comenzaban a mojarse.

Estaba sin palabras, conmovido por la creencia de Freya en él.

Y a eso lo único que pudo hacer fue:

-- ... Gracias, en verdad, muchas gracias.

Agradecer de todo corazón.

-- Ufufu, de nada~ Bien, si quieres seguir hablando de héroes yo encantada, pero si tienes otro tema, te escucho.

Freya detectó el estado emocional del chico, alegrándose internamente pero entendiendo que era algo muy sensible para Bell.

Por eso fue que sugirió el cambio de plática.

Bell asintió y después de limpiar las pequeñas lágrimas en las esquinas de sus ojos, relató una vez mas.

La comida que le gustaba, dando como ejemplo el espagueti de Mamá Mia y los famosos Jugamaru-kun que Hestia le compraba.

La comida que no le gustaba, en especial las cosas dulces ya que no eran muy de su agrado.

Habló un poco mas de su niñez donde fue cuidado por su abuelo y lo que hacían para pasar el tiempo; ya sea estar en los huertos, espiar a las mujeres del pueblo cuando se bañaban en el río y salir de caza.

-- Ara, ¿a caso eres un pervertido al que le gusta espiar mujeres, Bell?

-- ¡N-No, se equivoca Freya-sama...! Tal vez no me expliqué bien, pero en realidad mi abuelo me obligaba, diciéndome que era parte de ser un hombre.

-- Umm, que abuelo tan... peculiar tuviste.

-- Lo sé... — Bell se sintió avergonzado.

No quería que su reputación pasara a la de un pervertido, así que tuvo que aclarar eso ante la diosa que le miraba inquisitivamente.

El ambiente se tornó un poco incómodo, pero no dejaba de ser agradable ya que ambos compartían comentarios.

Bell ya iba por su segunda copa de vino.

"Quien diría que esto sabría tan bien" — pensó maravillado.

Naturalmente se debía a que Freya tenía las reservas de la más alta calidad, e incluso el vino que compartían era uno tinto de añejo considerable y conservado.

No era fuerte y cargado como una cerveza en la taberna que te dejaría atontado con el tercer tarro.

-- Ha pasado el tiempo suficiente, ¿no se te apetece degustar uno de los platillos que pedí especialmente para este día?

De pronto Freya sugirió, haciendo asentir al chico.

-- Sí, sería una grosería rechazarla, Freya-sama.

Ante su aceptación, Freya dibujó una sonrisa complacida y tomó la campanilla en el borde lateral derecho de la mesa.

Luego la hizo sonar, causando ligeros tintineos.

"Vaya velocidad" — Bell se sorprendió cuando las puertas se abrieron al instante.

Era un Elfo blanco, uno que Bell conocía muy bien, después de todo era uno de los ejecutivos de la <Familia Freya>.

"Y pensar que me atendería <Hildrsleif>..." — se sentía un poco incómodo por eso.

El Elfo vestía un traje blanco, empujando el carrito con los platillos cubiertos por domos metálicos.

-- Si me permiten.

Con una voz elegante, colocó perfectamente los platillos en la mesa sin que cubrieran espacio de mas, luego los destapó.

También rellenó las copas de vino y pasó a retirarse después de una inclinación.

-- El aroma es increíble — comentó Bell.

Las estelas de vapor que se elevaban de los platillos habían estimulado su olfato, dando una expresión de disfrute y una sonrisa.

Y sobre la comida, eran cortes finos de carne, espaguetis con trozos de carne con queso gratinado y fajas de pollo a la crema.

Había acompañamientos como verduras, purés, aderezos, y más, siendo una comida bastante completa.

-- Bueno, comencemos — Freya tomó sus cubiertos — Espero sea de tu agrado.

Hábilmente tomó pequeñas porciones de cada platillo, llevándolas a su plato.

Bell hizo lo mismo que ella y una vez terminó, notó que Freya alzaba su copa de vino en dirección a él.

Entendió rápidamente el mensaje, tomando su copa de vino y brindando con ella.

-- Salud.

-- Salud.

Luego ambos comenzaron a comer, compartiendo comentarios regularmente sobre lo rico que estaba y con Freya comentando una que otra cosa de su agrado.

1 hora después.

Todo iba bien, demasiado de hecho. 

Habían terminado sus comidas y Bell ya iba por su cuarta copa de vino.

Aún no se sentía aturdido por la bebida, trayéndole tranquilidad.

Deseaba que todo terminara así, sin que hubiera un tropiezo o mal entendido.

Sin embargo, Freya preguntó.

-- Bell, me gustaría saber algo, ¿puedo?

-- Adelante.

Como el ambiente era agradable, Bell aceptó sin dudar y con una sonrisa amable.

-- A ti... ¿te gusta alguien?

El chico sintió que por un momento perdía la capacidad de escuchar correctamente, pero logró controlarse.

La copa de vino en su mano derecha temblaba ligeramente, siendo notado por Freya, aunque no dijo nada y se mantuvo observándolo.

"Al final era inevitable que pasara..."

Estaba nervioso, pero gracias a Hermes también estaba preparado.

-- ¿Es necesario que responda o me puedo negar?

No cambió su tono de voz, su expresión se mantuvo calmada y gentil.

Era lo esencial para todo esto.

-- Umm... siendo sincera, me interesa mucho saberlo, así que incluso si soy un poco molesta, insistiré con la pregunta.

Freya contestó de forma despistada y extrañamente adorable, con sus labios ligeramente curvados.

--

-- Entiendo...

Bell llevó su vista a la copa sobre su mano, observando la superficie roja oscura del vino contenida en el cristal.

Le trajo a su mente una escena donde sus compañeros se desangraban y quejaban por sus heridas.

Eso le dio escalofríos, tan fuertes que hicieron temblar su alma.

"Evitaré eso, así tenga que quemarme las manos"

Con una sonrisa amable en sus labios, bebió lo que quedaba del vino para tomar valor.

-- Sí, estoy enamorado de alguien.

-- ...

Freya se mantuvo en silencio, pero Bell logró notar cierta molestia a través de sus plateados ojos.

-- Siendo sincero, me gusta y la admiro demasiado. Pero admito que aún no soy digno de clamar mi amor hacia ella frente a los demás.

"<La princesa de la espada>... como pensaba, ella será un estorbo que deberé eliminar"

Freya ya sabía sobre el enamoramiento de Bell hacia esa chica de cabello dorado debido a su tiempo como Syr y las veces que lo miraba entrenando con ella en aquella muralla.

Pero pese a lo celosa que estaba, no se le pudo comparar con los celos desbordantes que la consumían ahora.

El alma de Bell había destellado con un hermoso color blanco trasparente al mencionar su amor hacia esa chica.

-- Ara... qué afortunada debe ser esa joven, teniendo a un lindo chico que habla tan apasionadamente sobre ella.

Aún así, no podía mostrarle ese lado a Bell, no quería espantarlo.

-- Ahaha... no creo que sea tanto así.

Bell naturalmente hablaba sobre Asfi, aprovechando su ahora muerto amor hacia Aiz para cubrir a su enamorada peli-celeste.

Sabía que exponía al peligro a su amiga, pero también entendía que Freya no podría actuar en contra de la <Familia Loki> tan despreocupadamente.

-- Entonces, ¿por qué te enamoraste de ella? — Freya volvió a preguntar.

Quería saber mas, sin embargo, Bell se sonrojó demasiado ante el "encuentro" que tuvo con su pareja.

Freya lo interpretó como un sonrojo por la vergüenza, lo que la hizo enfurecer más.

-- E-Eh... Freya-sama, realmente me avergüenza mucho hablar sobre mi amor hacia ella... así que si es posible...

-- Sí, está bien. De hecho, creo que me haría mal seguir escuchando.

-- ¿Eh?

-- Nada, no dije nada. Olvídalo.

Los celos consumían a la diosa y el alivio inundaba al humano.

Luego de un momento de silencio incómodo, siguieron conversando animadamente.

Era más que nada sobre Bell, quien ya estaba en su quinta copa de vino mientras que Freya estaba por la octava.

El tiempo pasó con una platica agradable que compartía risas, halagos y comentarios curiosos, todo hasta que el sol comenzó a descender.

-- Es una lastima que el tiempo vuele cuando uno la pasa increíble, me entristece decirlo, pero nuestra reunión terminó. No me gustaría que te agobiaras por retenerte tanto tiempo. 

Siendo tan comprensiva y amable como lo había sido desde el comienzo, Freya indicó que el tiempo había terminado.

Bell sonrió ante eso, dando a entender que justo estaba pensando lo mismo.

-- Disfruté mucho este tiempo con usted, Freya-sama. De verdad, gracias por ser tan atenta conmigo.

El joven se levantó de su asiento, inclinándose levemente de forma respetuosa y agradeciendo el increíble trato que le fue dado.

-- Me alegra que te haya gustado.

Freya igual se levantó, se le notaba muy feliz.

Entonces, mientras compartían sonrisas amables, ella sugirió.

-- Me encantaría volver a compartir un tiempo como este junto a ti, espero no ser molesta pero, ¿aceptarías otra reunión como esta?

Su tono emocionado y esperanzado impresionó a Bell, pero luego de unos pocos segundos sonrió.

-- Claro, no me molestaría.

Si todo lo que tenía que hacer era venir y hacer lo mismo que hoy, ciertamente no le molestaba.

Después de todo Freya lo había tratado muy bien.

-- Aunque estaré un poco ocupado con asuntos de mi <Familia>, no puedo prometer una fecha exacta Freya-sama.

-- No te preocupes, entiendo perfectamente tu puesto como capitán de la <Familia Hestia>.

Freya no se ofendió ni nada por el estilo, tornándose compresiva ante su situación.

Eso alivió y alegró a Bell.

-- ¿En dos semanas puedo enviar a un recadero a confirmar si estás libre?

Bell asintió ante la sugerencia.

-- Sí, aunque con una condición.

-- ¿Una condición...? ¿Cuál sería?

Freya se vio un poco sorprendida, pero sin mostrarlo en su rostro y esperando la respuesta del joven peli-blanco.

-- Que me hable más sobre usted en la siguiente reunión, me gustaría conocerla. Claro, si no le molesta.

La sonrisa amable, el rostro tan finamente educado y tierno.

Todo hizo que el pecho de Freya saltara en un frenesí de distintas emociones.

Sus mejillas se tiñeron de un lindo rosa.

-- ... C-Claro, es un trato entonces.

Ella extendió su mano hacia Bell y este la estrechó suavemente, sellando el acuerdo.

-- Entonces, con su permiso Freya-sama, nos veremos la próxima vez.

Bell se inclinó una vez mas, listo para comenzar a irse cuando:

-- Hey.

Freya no lo soportó y lo agarró del brazo, sorprendiendo a Bell.

El chico regresó a verla y en ese entonces, sus labios fueron sellados por los de Freya.

Le estaba dando un beso.

"... ¿Eh?"

Fue tomado por sorpresa.

Había bajado la guardia.

El ambiente agradable y confortante le había hecho creer que nada malo pasaría.

"¿Me está... besando?"

Incluso todavía sintiendo los suaves y cálidos labios de la diosa chocando contra los suyos, Bell seguía sin creer que esto estaba pasando.

"¿A caso... bebí de mas?"

Los labios de Freya se unían, separaban y volvían a unirse con los de él y aún así, Bell hallaba todo esto imposible.

Estaba culpando al vino por hacerlo alucinar.

"No..."

Sin embargo, al no saber si habían pasado segundos o minutos, Bell sabía que esta sensación era tan real como su misma incredulidad.

Fue entonces que Freya rompió el beso, separando lentamente sus labios de los de Bell y alejando su rostro un poco.

Sus mejillas estaban sonrojadas, combinando con el plateado de su cabello y ojos.

-- ¿Q-Qué...? — Bell la miraba con ojos incrédulos.

-- Fufu~ Tenía pensado pasteles como postre, pero mencionaste que no eres fan de lo dulce...

Se sentía traicionado.

-- Así que recibe esto, ¿sí?

Y se sentía la peor escoria por haber compartido un beso con una mujer que no fuera Asfi.

-- F-Freya-sama... ¿por qué...?

¿Por qué lo hiciste? Freya entendió la pregunta que Bell no completó, pero antes que le respondiera al chico, él mismo exclamó.

-- ¡¡Esto no era parte del trato, Freya-sama...!!

Dio un paso hacia atrás para alejarse del rostro de la diosa y gritarle.

Estaba molesto, ofendido por tal apuñalada a su confianza.

Y Freya notó eso, dándose cuenta que se había dejado llevar y cometido un error fatal.

-- ... Bell, yo...

Nuevamente no se le dejó terminar, pero esta vez la interrupción había sido causado por las puertas de la habitación abriéndose fuertemente.

-- ¡Sucio humano...! ¡¿Cómo te atreves a gritarle a nuestra diosa?!

-- ¡¡Maldita basura, muere!!

-- " " " "¡¡Perece en el infierno, conejo!!" " " "

Eran Hedin, Allen y los hermanos Gulliver.

Cada uno lanzó su ataque, Hedin conjuró su hechizo de rayo, Allen lanzó su lanza plateada y los hermanos Gulliver lanzaron sus respectivas armas.

Todo directamente hacia el indefenso Bell.

El chico sintió que todo se tornaba lento a la vez que miraba el ataque mágico, la lanza y demás armas que se dirigían hacia él.

Entonces:

-- ¡<Beelzebub>!

Extendió su mano derecha con la palma abierta para recibir todos los ataques y entonó el cántico de su magia.

Incluso sin poder alcanzar la super velocidad de las primeras clases, no le era muy difícil extender su mano hacia adelante para recibir los ataques.

Sus reflejos e instintos de supervivencia le ayudaron en eso.

-- " " "¡¡¿...?!!" " "

Sus atacantes se sorprendieron ligeramente cuando un miasma purpúreo oscuro se extendía como un escudo, tragando el ataque mágico y las armas.

Todo fue reducido a la nada.



X X X



Bell estaba en guardia, listo para activar su <Airiel>, <Beelzebub> y <FireBolt>, pero...

Antes de que siquiera gritaran nuevamente hacia él y atacaran cuerpo a cuerpo para matarlo, una voz los detuvo.

-- ¿Qué creen que están haciendo?

Freya, quien desprendía una aura sofocante, les dirigió una mirada furiosa a sus dependientes.

Hedin, Allen y los hermanos Gulliver al notarlo se arrodillaron al instante, bajando sus cabezas ante su diosa.

-- Freya-sama, disculpe mi actuar pero es imperdonable que este humano le haya gritado.

-- Estoy de acuerdo con el Elfo.

-- " " " "Nosotros también" " " "

Ellos dieron sus razones con voz clara.

-- Oh... ¿y cuándo fue que yo les pedí su opinión sobre eso?

Los ojos de todos se abrieron de golpe, sin dejar de mirar el suelo.

Su diosa estaba realmente enojada, tanto como no la habían presenciado antes.

-- Freya-sama...

-- Lárguense.

Freya no dejó que Hedin terminara sus posibles disculpas, soltando fríamente que se fueran del lugar.

No actuaba como la considerada, amable y atenta Freya que había sido con Bell.

-- Que esto no vuelva a pasar, ¿entendido?

Con mano de hierro, ella sentenció a sus dependientes.

En cuanto a los mismos dependientes:

-- " " "Sus deseos son órdenes, Freya-sama" " "

Entonaron al unísono y se marcharon del lugar, dejando la habitación en completo silencio.

Ya los dos solos nuevamente, Freya se dirigió al intranquilo Bell.

-- Lo siento, mis hijos no dieron una muy buena presentación.

-- Oh, no...

Bell no le tomó importancia a eso, en realidad estaba más centrado en lo anterior de ese ataque. 

-- Freya-sama...

-- Sí, igual me disculpo por haberte besado sin tu consentimiento.

La diosa se acercó a Bell, pero este retrocedió en completa alerta.

-- ...

Freya entendió que había echado a perder la confianza que Bell le había depositado.

-- En verdad lo siento, me dejé llevar y al parecer las copas se me subieron a la cabeza, actué sin pensar.

Luego se inclinó, mostrando su culpabilidad.

Eso hizo que Bell se sintiera incómodo por hacer que una diosa se inclinara hacia él, así que dejó de retroceder y negó ligeramente.

-- Por favor no se incline Freya-sama, si todo fue por el alcohol entonces lo entiendo perfectamente. Yo igual me disculpo por haberle gritado.

Al igual que Freya, se inclinó.

Hubo un par de minutos en silencio, entonces Freya lo rompió.

-- Sobre la reunión... ¿aún sigue en pie?

Su voz era cautelosa.

Estaba claro que tenía miedo a que Bell se negara a reunirse con ella nuevamente.

Después de todo, le había encantado la forma en que compartió el día con él.

-- No.

Sus preocupaciones fueron eliminadas.

-- No sería un hombre si rompo mi palabra, así que asistiré como lo dije. Sin embargo, agradecería que algo así no vuelva a pasar.

Se refería al beso.

-- Por favor. Le platiqué sobre mi amor hacia una mujer en especial, e incluso si aún no puedo declarar ese mismo amor al aire, me gusta ser fiel y respetarlo.

Trató de sonar lo menos grosero posible, esperando que Freya no tomara esto a mal e hiciera una locura.

-- Lo entiendo. Te doy mi palabra de que no te volveré a besar en contra de tu voluntad.

-- Gracias... y perdón por ser tan inconsiderado, Freya-sama.

-- Te lo dije, ¿no? Eres alguien capaz de eclipsar las voluntades divinas.

Bell sonrió ligeramente y Freya hizo lo mismo al ver que el ambiente incómodo se había esfumado.

-- Entonces me retiro, fue una tarde... peculiar, pero increíblemente interesante si omito el beso y los ataques.

-- ...

-- Tenga una linda noche, Freya-sama. Hasta luego.

-- Hasta luego, Bell.

Ambos, diosa y humano, se despidieron.

Bell abrió las puertas y salió de la habitación, soltando un suspiro de alivio y notando a Ottar a lado del ascensor.

Al parecer lo escoltaría para evitar algún ataque contra él.



X X X



La noche ya había gobernado los cielos, oscureciendo la habitación levemente iluminada por el azul pálido de la luna.

"Si omito lo del beso, ¿huh?"

Freya estaba en su asiento parecido a un trono, pensando en las últimas palabras de Bell.

-- Lo disfruté como no lo puedes imaginar, Bell.

Sus labios se curvaron en una sonrisa y sus mejillas se tiñeron de un lindo tinte rosa, sin embargo:

Sus ojos mostraban cierta molestia.

Esperaba que él también lo disfrutara, pero en cambio había reaccionado de esa manera que de alguna manera le causó un dolor en el pecho.

Se sintió rechazada.

-- Tú no serías capaz, ¿verdad, mi lindo Bell?

Sus ojos observaban desde lo alto de la torre hacia la <Mansión Chimenea>, viendo directamente el alma de Bell.

Al parecer el joven ya estaba durmiendo en su cuarto.

-- El tiempo decidirá.

Un brillo plateado destelló de sus ojos.

-- Si te enamoraré a la buena o tendré que tomarte a la fuerza, Bell.

Si se le preguntara, ciertamente elegiría la primera opción.

Una donde Bell fuera a ella por voluntad propia, sin embargo, Freya aceptaba que era demasiado bueno para ser verdad.

Así que no guardaría muchas esperanzas, pero sí se esforzaría en que fuera así.

Si nada de eso funcionaba, entonces, la ciudad ardería.



X X X



1 día después, <Mansión Chimenea>.

Al haber pasado 3 días sin verlo, Asfi se presentó justo a las 12:00 pm del día para visitar a su amado Bell.

Quería platicar con él, besarlo, abrazarlo y si tenía la oportunidad, tener sexo.

Aunque contrario a todo eso, Bell había decidido contarle sobre lo ocurrido en la reunión con la diosa Freya.

Y cuando llegó a la parte crítica.

-- ¿Te besó...?

-- ... Si.

Una bofetada con todo el poder de una recién Lv. 5 cayó sobre el cachete izquierdo de Bell.

Estaban solos en la sala, pero los demás (Mikoto, Welf, Lili y Hestia) que estaban en la cocina preparando algo escucharon el fuerte sonido.

-- ¡¡¿Qué fue lo que pasó?!!

Cuando Hestia se asomó junto a los demás solo vieron a Bell sobre el suelo sin intenciones de levantarse y a Asfi dirigiéndose a la puerta.

La joven salió en completo silencio y sin dar explicaciones.

El único que quedó fue Bell, levantándose lentamente y fijando su mirada en la puerta por donde Asfi había salido.

-- Bell, ¿todo está bien?

A la pregunta de Welf, el chico volteó hacia ellos, mostrando su lado izquierdo completamente rojo.

Una mano estaba marcada en él.

En las esquinas de sus ojos había indicios de lágrimas, pero todos supieron que definitivamente no era por el golpe.

Bell no respondió a la pregunta de Welf.

Ni Hestia, Lili o Mikoto le hablaron, simplemente lo observaron subir las escaleras en silencio.

Posiblemente se dirigía a su habitación.

To be continued. 



Sí, hice que se besaran XD

Bueno, técnicamente fue Freya quien lo besó a él, pero el orden de los factores no altera el producto jijija. 


En fin, ¿qué tal? A mí me gustó. 

Dejé un poco tirada esta historia, pero ya volví sobre la marcha. 

El beso fue para dar un poco mas de salseo al transcurso de la historia, así que véanlo como algo que no se pudo evitar. 

Yo también besaría a Bell si lo tuviera enfrente, ¿a caso ustedes no? XD

En fin, me despido y espero les haya gustado leerlo así como a mí me gustó escribirlo. 

Oh, me vino la idea de hacer que Asfi perdiera al hijo de Bell por un ataque de la <Familia Freya>, ¿qué dicen ustedes? 

Leo sus opiniones :#

Bye Bye, 7 mil palabras. 

Buzón de sugerencias: 🧐🍷

Buzón de halagos: 😎👊🏻

Buzón de quejas:😔👊🏻

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