Capítulo 4: Heridas sin sanar.

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Gg, si alcancé a terminarlo gente. 

Por otra parte, ando bien caliente. 

No me refiero a caliente de querer sexo, no no, hablo de algo mas crítico... Sí, exacto! Mayo, ahhhhh, como te odio mes de Mayo. Perro calor de mierda, tuve que gastar dinero para comprar un buen ventilador. 

Si esto sigue así, iré a por un air cooler. En serio, extraño mi casa con clima en Guerrero... :(

De todos modos, disfruten este cap mis estimados. He hecho un esfuerzo para hacer caer a Bell. Díganme que tal. 

Por cierto, este es el último episodio de las bases. En pocas palabras, en el siguiente dará inicio al arco de su regreso como detective. Veré qué tal me va ahí. 

En fin, disfruten :3

El alma que hablar puede con los ojos, también puede besar con la mirada.

- Shakti Varma. 

X X X

.

.

.

En la escuela a la que asistí había un chico.

Era alguien callado, siempre sentado en su lugar mientras leía libros y escuchaba música en sus auriculares.

Los libros variaban.

A veces eran de famosos escritores o poetas, pero más seguido, siempre eran de las materias. Este chico era muy bueno en todas las materias.

Sus notas eran las mejores, y nunca tuvo una tacha en las preguntas de sus exámenes. Este chico vivía en silencio y estudiando.

Nunca lo vi hacer otra cosas que no fuera estudiar y escuchar música.

Era bastante anormal.

Su apariencia era única, casi peculiar. Su cabello blanco como la nieve virgen adornado con un par de ojos rojos como el mas fino rubí.

Por supuesto, era bastante apuesto y popular, pero tan indiferente con los demás. Cuando lo miraba de vez en cuando, podía ver el desinterés en sus ojos.

Miraba a las personas cuándo le hablaban, en su mayoría chicas intentando ligar con él, pero a pesar de estarles prestando atención, parecía no verlas en lo absoluto.

Es difícil de explicar, pero si tuviera que ponerlo de una manera, sería: "Las personas son irrelevantes a sus ojos".

Era ese tipo de desinterés absoluto.

Solo le importaba estudiar, leer y escuchar música. Su presencia, a pesar de ser bastante notoria por su fama, casi parecía la de un fantasma.

Entonces, había otro chico.

Era alguien flojo y sin motivaciones que dormía durante todas las clases. Tenía bastantes trabajos a tiempo parcial, y para mantener una asistencia perfecta, se bañaba y dormía en la escuela.

A veces trabajaba como repartidor, otras como mesero en un restaurant y muchas otras en un servicio de mudanzas.

Después de dormir en todas las clases, el tiempo restante era dedicado a sus trabajos parciales. Luego terminaba en la madrugada, y tras darse un baño en las duchas de la escuela, dormía en la aula de clases.

Sin embargo, también era bastante popular. No tanto como el otro chico, pero regularmente hablaba con chicas interesadas en su peculiar personalidad floja. Al menos en la escuela.

Entonces, un día demostró por qué era popular y el rey de la escuela.

-- ¡Welf Crozzo! ¡¿Dónde está el bastardo de Welf Crozzo?!

-- ¿Eh...? Es ese de ahí, el que está dormido.

Una mañana un grupo de chicos pertenecientes al club de beisbol irrumpieron en el salón. Eran alrededor de 8, y todos llevaban bates de aluminio.

La clase, es decir, los alumnos en el salón de clases, se llenaron de pánico mientras murmuraban entre ellos.

Pero a pesar de todo el escándalo, ese chico seguía estudiando en silencio mientras escuchaba música en sus auriculares, y el otro chico, al qué buscaban, seguía durmiendo en clases.

Un chico que se sentaba delante del chico durmiente lo pinchó con el dedo y logró despertarlo.

-- Crozzo-san, Crozzo-san...

-- .... ¿Ewh?

-- Te están buscando...

El chico, obeso y con lentes, señalo al puñado de jóvenes beisbolistas, haciendo que el chico durmiendo los mirase.

Con baba en sus labios y una mirada adormilada, preguntó.

-- ¿Qué quieren?

Les miró con ojos aburridos y desinterés. Su voz, adormilada y apagada, demostraba su disgusto por haber sido despertado.

-- ¿Tú... hablaste con Daphne-san?

-- ¿Ehw, quién?

-- Daphne-san, mi mejor amiga.

-- Ummmm, no lo sé... no me acuerdo, ¿por qué?

El joven que parecía ser el líder del grupo parecía molesto por las vagas respuestas del chico adormilado. Apretó con fuerza la empuñadura de su bate y preguntó una vez más.

-- Cabello café rojizo y ojos ámbar. ¿Sigues sin reconocerla?

-- Umm.... ¡Ah, ella! Sí, sí, me mandó mensaje invitándome a salir, pero la rechacé. No es mi tipo.

-- .....

Ahora que lo recordaba, no podía entender por qué se veía tan molesto.

¿No había venido a advertir que no se le acercara o algo similar? Entonces, ¿por qué se cabreó cuando el chico durmiente le dijo que no era su tipo?.

Eso se mantuvo como un misterio que ningún presente en ese salón ese día pudo resolver. Sin embargo, todos podrían decir claramente que habían atacado a aquel chico.

Los 8 se abalanzaron contra ese chico. Los bates de aluminio pegaron contra el escritorio, fallando en darle cuando él se puso de pie y esquivó con una sonrisa en sus labios.

Dos por la derecha, uno a la izquierda, 3 por detrás y dos al frente. Todos lo atacaron simultáneamente, pero él los esquivó como si jugara con ellos.

Lanzó un golpe y derrumbó a uno, luego brincó y noqueó a dos con una patada voladora perfecta.

3 menos, quedaban 5. Dos balancearon sus bates para darle en la cabeza, pero el chico avanzó sin preocupaciones y los desarmó.

Para los estudiantes en el salón, fue alucinante como se encargaba de 8 personas con tanta facilidad.

Los tumbaban con un golpe, y si se volvían a levantar, les daba los suficientes para hacerles entender que no debían levantarse si él no se los decía.

Antes de que pudieran reaccionar, 7 jóvenes ya estaban tumbados en el suelo, completamente acobardados.

Solo quedaba el líder. Estaba frente al chico flojo y despreocupado, que sonreía casualmente mientras le hacía señas de que fuera a él.

-- Ugh... ¡Haaaaaaah!

El líder de los derrotados avanzó, pero en vez de acercarse, lanzó su bate con fuerza.

-- ¡Oh!

El otro chico esquivó por los pelos mientras se estampaba con una butaca y tumbaba una lapicera, pero el bate siguió hasta pegar contra la pizarra del salón. Su ruido estrepitoso hizo que las chicas gritaran con miedo.

-- Oye, oye.

El chico, el que dormía en clases y era flojo en los estudios, miró al otro con una sonrisa loca.

-- Has cruzado la línea, viejo.

Avanzó hacia el otro, y este otro lanzó un golpe desesperado, pero fue esquivado y noqueado con un golpe en la mandíbula.

Su cuerpo cayó inerte sobre el piso, y el chico durmiente señaló a los demás del equipo de béisbol.

-- Llévenlo a la enfermería. Largo, largo.

Tras eso, el salón quedó en silencio con la retirada de los 8 invasores. Fue en ese momento que el chico durmiente notó la lapicera en el suelo.

-- Ah, lo siento. ¿Fue por mi culpa?

Cuando miró al dueño de la butaca, que seguía sentado ahí a pesar del alboroto, notó que era el chico estudioso.

-- Ah.

El chico durmiente era yo, Welf Crozzo.

El otro chico, el callado, era Bell Cranel.

No podía describir lo que sentí en ese entonces, pero podía decir que sus ojos me miraban fijamente mientras asentía.

-- Lo siento, lo siento.

Levanté la lapicera, puse los lápices y borradores en su interior y la coloqué encima de la mesa, donde estaba antes de ser tumbada.

-- Entonces, ¿todo bien?.

-- ....

Él me miró por un par de segundos antes de volver su mirada a las páginas de un libro. Me ignoró por completo, pero no me sentí ofendido.

Me limité a sonreír con carisma mientras regresaba a mi asiento y dormía nuevamente.

Ese día solo pude pensar en la profundidad de sus ojos. Realmente, era un bicho raro. Sin embargo, presentía que no debía meterme con él.

De esa manera, tuve mi primer contacto con quien sería mi mejor amigo en días futuros.



X X X



-- Ohh, esa es una buena historia, querido. ¿Así que mi lindo Welf era un vago en la secundaria? Fufu, quién lo pensaría, eh~

-- Bueno, no puedo rechistar a eso. Pero hey, me esforcé mucho en mis trabajos, ¿no crees?.

-- Claro que lo creo. No construiste un imperio así como así, después de todo.

Acurrucados en la cama, Welf y Hefesto conversaban con ánimo sobre días pasados. Era de mañana del día después de haber sido interrumpidos en su velada, y los rayos del sol asomaban ligeramente por la alcoba.

Después de haber matado a Seris Anatoly, Welf había regresado con Hefesto. Ella pidió mimos como recompensa y una historia de él cuando era un estudiante.

Ya que muy raramente Welf hablaba de su vida escolar, Hefesto estaba feliz mientras acariciaba el pecho firme de su esposo.

Sumergida en su propio mundo mientras disfrutaba el tacto de Welf y el calor corporal, logró escuchar un murmullo preocupado.

-- ¿Estará bien?

-- Te preocupas en vano querido. Me cuesta pensar que haya alguien que pueda matar a Bell. ¿No piensas lo mismo?

-- .... Te daría la razón hace 7 años, pero... actualmente Bell está oxidado. Solo espero que esté bien.

Notando el agobio en la voz de Welf, Hefesto se subió encima de él a horcajadas. Su cuerpo desnudo fue puesto en vista y admirado por el peli-rojo.

Mientras mostraba una sonrisa pícara, Hefesto entonó con suavidad.

-- Él estará bien, así que, ¿por qué no le das un poco de amor a tu linda esposa?.

Movió sus caderas, estimulando la entrepierna de Welf. Este mismo sonrió con amargura por las insinuaciones de su esposa.

-- Está bien, está bien. Ven para acá, mi reina.

Concluyó que preocuparse era en vano, así que debía procurar no entristecer a Hefesto. Con eso en mente, la tomó en sus brazos y le dio todo el amor que pedía.

Solo se detuvieron cuando la mañana se volvió tarde.

 


X X X



Memorias del pasado, al igual que la lluvia desenfrenada en un día nublado, cayeron sin avisar en mi cabeza.

Los oscuros pasillos de mi mente me volvieron a susurrar, y me dicen al oído qué decisión tomar. En verdad, yo les digo que no quiero sobre pensar más, pero la ausencia de paz hacen que el mar de malas desiciones me empiece a ahogar.

Aún me falta valor para poner una bala en mi sien. Siento que la vida me grita que aguante un poco más, unas horas más, unos minutos más, unos segundos más y un instante más; hasta que el reloj pare por completo y se termine este cuento.

Era bastante patético.

Al final terminé cayendo en un vacío lleno de mis mas grandes miedos y sin ninguna fuerza para poder escapar, ya que había perdido todo aquello que mi corazón más amaba.

Tuve que morir un par de veces para aprender a valorar, y cuando hablo de morir no hablo de dejar de existir. Hay situaciones que matan tu espíritu y mueres aunque estés respirando.

Haciendo memoria, nada de esto hubiera pasado si hubiese medido mi arrogancia frente a las cámaras.

¿Qué pensaba mi estúpido yo del pasado para creer que burlarse de un asesino serial por televisión en vivo era una buena idea?.

Si no lo hubiese hecho, mi esposa e hija estuvieran vivas. Mi pequeña estaría en secundaria, y yo tendría que lidiar con los bastardos que intentaran coquetear con ella.

Mi esposa, mi querida esposa. Si no hubiese sido tan imprudente, ella despertaría conmigo todas las mañanas. Caminaríamos por el parque, y una vez a la semana tendríamos una cita improvisada.

Y Demeter...

Como era de esperar, todo aquel que se acercaba a mí sellaba su destino en una muerte trágica.

Si tan solo...

-- Ugh... ¡cough, cough!

Mi cuerpo cayó inerte sobre el asfalto mojado. Había llovido, así que no fue extraño caer sobre un charco de agua.

Me sentía débil.

Mis párpados pesaban.

Tal vez deba descansar un minuto, dormir un poco. No le encontraba sentido a resistir contra la ensoñación que me atacaba.

Me iría a dormir, ya que al menos en mis sueños era un poco más feliz.

Después de todo, al final, no pude sacarle información a ese tal Belou Anatoly. Fue completamente inútil, y murió por el shock y dolor cuando comencé a desollarlo.

Aunque sería más preciso decir que no sabía nada que me llevara al <Dragón Negro>.

-- Aah, haah...

Mi cuerpo se sentía frío. Frío y débil. Mi cabeza daba vueltas mientras mi visión se oscurecía y mi mente se nublaba.

¿Qué era este cálido sentimiento? Sentía que una silueta encapuchada me abrazaba. Ah, ¿la muerte? Qué tontería, ¿realmente existía tal ser?.

No supe diferenciar lo que era real y lo que no. Mis delirios me confundieron más de lo que ya estaba.

-- Ugh...

En ese momento, vi una luz. Era blanca, y apuntaba directamente a mis ojos. Realmente, ¿estaba por morir? Qué... alivio.

-- Yare, yare~

También escuché una voz angelical.

No creía merecer el cielo, pero no tenía la suficiente fuerza para objetar. Solo pude mantenerme en silencio mientras esperaba mi juicio eterno.

-- Nunca imaginé que llegaría a verte en este estado, capitán~ Los años no pasan en vano, ¿cierto? ¿Terminaste así de moribundo por una pequeña mafia? Te has oxidado~

Me confundí por un momento, pero al siguiente, pude asimilar la situación.

La "muerte" era en realidad una mujer cubierta con un manto negro, tomándome en sus brazos. La luz blanca provenía de una lámpara, y la voz angelical era de la misma mujer.

-- Si esto hubiese sido hace siete años, apenas y estarías sudado. Mírate, estás hecho un desastre. Ah, qué mal, qué mal...

Gracias al tono burlón y despectivo, sumando su actitud juguetona, pude llegar a su identidad.

-- ¿Shakti...?

-- Bingo~

Mi vista se aclaró, y entonces pude ver la sonrisa refrescante en sus labios. Esta era la verdadera Shakti Varma, aquella que actuaba así cuando estábamos los dos solos.

Una de mis antiguas subalternas en cierto escuadrón. 03.

-- ¿Qué... haces aquí?

-- ¿No es obvio? Salvo el trasero de mi ex querido capitán~

-- No... tenías... por qué...

-- Shhhh, shhhh, no es la única razón. Recuerda que me debes una cena, y no hables, si lo haces, en verdad podrías morir.

-- .....

No me quedó de otra que seguir sus instrucciones. Realmente quería morir en paz, pero ese deseo había quedado en segundo plano con la presencia de Shakti.

La verdad... no merecía morir ante alguien. Mi castigo debía ser perder la vida en un lugar alejado de todos, completamente solo.

Con esa idea rondando en mis pensamientos, continué siendo cargado por Shakti hacia un lugar desconocido.

Fue raro ser cargado como una princesa por una mujer supuestamente frágil, pero nada podía hacer.

-- Hace frío~

Shakti dijo eso con un suave susurro.

No pude decirle nada. Tampoco pude pensar en nada. Mi cabeza estaba llena de cosas fatalistas mezcladas con lamentos.

Dándose cuenta de mí batalla interior, ella dijo con calma.

-- Tranquilo, todo estará bien.

-- .... ¿Eh?

No podía entenderlo. Apreté mis dientes con fuerza y traté de soltarme de su abrazo, por eso no podía entenderlo.

Se suponía que no tenía fuerza alguna, así que, ¿por qué estaba forcejeando?.

-- ¿Todo estará bien...? ¡No digas estupideces! ¡Ugh, cough, cough!

¿Por qué estaba tan enojado?

-- Y-Yo... yo....

¿Por qué estaba tan triste?

Y...

-- .... No pude protegerla

¿Por qué estaba llorando?

-- No he podido proteger nada, Shakti...

Las lágrimas rodaron patéticamente sobre mis mejillas crispadas. Recibí una mirada suave por su parte, pero no me reconfortó.

-- Les dije que a mi lado estarían seguras, y murieron por estar a mi lado.

Lloré de forma patética, lamentando mi pasado. Las heridas no sanaban, y cuando se volvían cicatrices, seguían punzando con dolor.

Mi cuerpo estaba lleno de heridas punzantes.

-- Siento que me ahogo, Shakti...

-- ....

-- Lo único que quería era llevar una vida aburrida hasta que mi hora llegara, pero... ¿también es eso algo que no merezco...? ¿Por qué...?

Bellas sonrisas llenaron los huecos de mi mente.

La sonrisa de mi esposa, y la risa melódica de mi pequeña niña. Los días donde jugábamos y nos divertíamos se volvieron ilusiones de un lejano pasado.

-- ¿Por qué...?

Era otra noche más donde me dejaba guiar por mis pensamientos. Pienso que necesito una brújula, así, tal vez me podría guiar.

O a lo mejor pedí mi órbita y ya no sé cómo regresar.

-- .... ¿Por qué aún duele tanto?.

Cuando aprendes a llorar en silencio, a derramar lágrimas sin que caigan de tus ojos y gritar sin voz.

-- Alguien que me desencadene, por favor...

-- ....

En ese momento empiezas a darte cuenta de lo roto que estás.

-- Ya no soporto este sueño...

-- ....

Creí haberlas olvidado, pero mis ojos no paraban de buscarlas, mi boca no dejaba de pronunciar sus nombres y mi mente aún conservaba imágenes de ellas.

-- Aiz, Seika...

-- ....

Las cicatrices en mi cuerpo se abrieron y comenzaron a sangrar. Lágrimas rojas cubrieron mi cuerpo mientras caían inconsciente.

Había perdido tanta sangre...



X X X



Puedes darle todo a alguien, pero nunca será suficiente si no eres la persona que quiere que se lo de.

Bebe y morirás 10 años antes. Fuma y morirás 30 años antes.

Ama a alguien que no te ama y morirás diariamente.

-- ¿"Por qué aún duele tanto", Huh?.

Shakti ahogó una sonrisa en sus labios cuando Bell por fin cayó rendido. Su cuerpo lleno de heridas, y la excesiva perdida de sangre había pasado factura por fin.

Sus ojos miraron a la lejanía mientras caminaba con Bell en sus brazos. La noche estaba por acabar, y con un cielo claro-oscuro sobre ambos, Shakti se perdió entre las calles de la ciudad.

Mientras caminaba entre callejones oscuros y húmedos, dialogó con ella misma mientras soltaba sus propias quejas.

-- Es difícil amar a alguien.

Sus labios se curvaron en una sonrisa solitaria y despectiva.

-- Yo siempre... te he amado incondicionalmente. Entonces, ¿por qué?.

Sus heridas, unas diferentes a las de Bell, desbordaron sangre impregnada de tristeza y desamor.

-- ¿Por qué no puedo recibir lo mismo?.

Miró a la persona en sus brazos, recriminándole con una mirada las tantas cosas que quería pedirle, pero sin voz para poder hacerlo.

En el fondo, Shakti era una niña herida por las garras afiladas de un amor no correspondido.



X X X



Fui llamada genio, una prodigio incomparable. La esperanza de toda mi familia fue puesta sobre mis hombros, y yo no me quejé por ello.

Después de todo, era una genio. Una prodigio sin igual.

Viví mi vida creyendo eso, sin embargo—

-- ¿Eres la nueva? Mucho gusto, soy Bell Cranel. Puedes llamarme Bell, seré tu capitán a partir de ahora.

-- ....

Esa estúpida forma de vida terminó cuando conocí a un verdadero genio.

Fue cuando tenía 19 años que logré ingresar a un escuadrón especial llamado "La muerte en el puente".

Solo 7 personas tenían las habilidades necesarias para estar dentro, y yo fui una de ellas, pero no la mejor.

Por delante de mí estaban 2 personas, una mujer, y ese hombre. Aquel que era un verdadero genio.

La realidad golpeó la vida llena de ilusiones que yo misma había creado, y aprendí a vivir a lado de ese genio incomparable.

-- ¿Justicia? Hah, ¿qué es eso?.

También era alguien racional y de mente fría. Me aclaró los malentendidos de mi tonta yo joven con perspicacia y una estricta suavidad.

-- Escucha novata, la justicia no existe. Desecha ese pensamiento, o a este paso, terminarás muerta.

Era alguien que hacía lo que se tenía que hacer. En todas las misiones que cumplimos, gracias a él, nadie murió.

Era metódico, pero cuando tocaba improvisar, era el mejor. No podía imaginar que alguien pudiera manejar su astucia y genio.

Fue por eso mismo que me enamoré de él.

Cierto día, nos llegó una misión que incluía dejar el país. Acudimos a ella y la cumplimos, pero debido a eso, y un descuido mío, mi identidad fue descubierta.

Logramos que no saliera a la luz, pero un pequeño circulo estaba al tanto sobre la identidad de un miembro del según "escuadrón fantasma".

-- Vamos a matarlos.

Él dijo eso, y cuando llegamos a nuestro cometido, fuimos emboscados por un ejército. Lo peor del caso, fue que tenían a mi hermana como rehén.

Fuimos acorralados y capturados. Todas menos Bell.

Todavía recordaba el aire infestado por el aroma del plomo y la sangre. Fue increíble. Él regresó por nosotras, masacró a todo un ejército usando cualquier método, ya fuera ético o no, y rescató a mi hermana en el proceso.

Caer perdidamente enamorada fue imposible.

-- Capitán, lo amo. Por favor, salga conmigo.

Pero tras eso—

-- Lo siento, me casaré el próximo mes.

Él rechazó mi confesión y dejó el escuadrón. Había dicho que estaba aburrido, pero pude ver la felicidad detrás de sus ojos.

Por un tiempo, odié a la llamada Aiz Wallenstein. No solo me había robado al amor de mi vida, sino que se había llevado a nuestro capitán.

¿Por qué la había elegido a ella? ¿Por qué? No lo entendí, ¿qué había hecho mal?.

¿Por qué la eligió? ¿No le di el amor que merece? Fue eso, ¿verdad?.

-- Arty será la nueva líder, por favor, llévense bien. Hasta luego, chicas. Fue divertido.

02 tomó su puesto como líder, pero un año después, el escuadrón fue desmantelado por los altos mandos del gobierno y cada una tomó un camino diferente.

¿Yo? Fui a trabajar en el departamento en el que Bell trabajaba como detective de homicidios. Me gustaba verlo de lejos, a pesar de no poder tenerlo a mi lado.

Las personas, todas, estaban atrapadas entre dos opciones.

O te mueres de soledad mientras esperas a la persona correcta, o terminas tu vida soportando a la persona equivocada.

Yo elegí la primera.

Por eso... me di asco cuando una ligera alegría brotó en mí cuando la esposa e hija de Bell fueron asesinadas.

Pensé: "Tal vez ahora..." egoístamente.

Tras eso, Bell dejó de ser detective y se aisló en una eterna soledad. Traté de consolarlo, pero su cuerpo no irradiaba ninguna señal de vida.

Había renunciado a cualquier posibilidad de un nuevo amor. A pesar de querer ser amado y desear ser feliz de nuevo; tenía miedo de ser lastimado.

Él no había renunciado a nada, solo estaba infinitamente destrozado.

Verlo así partió mi corazón, y decidí rendirme. Mi castigo fue soportar verlo desde la distancia, orando para que pronto se recuperara.

Pasaron los años.

No era una acosadora, pero siempre mantuve una estricta vigilancia sobre él. Por supuesto, hice lo posible para no ser notada, y él, al estar desenfocado de la vida, no lo notó.

Fue entonces que—

-- Una mujer lo visita varias veces a la semana. Parecen tener una relación íntima.

-- ¿Qué?.

Un día recibí ese reporte.

Fui personalmente al puesto de vigilancia, y lo vi por mí misma.

Lo vi tan feliz con otra persona.

Recordé lo lindo que se veía sonriendo, pero... ¿por qué?.

¿Por qué no me sentí bien al verlo con alguien más?.

No es justo, en verdad no es justo.

¿Por qué duele tanto?.

Todavía sigo enamorada, y no logro matar el sentimiento. Quiero dejar de amarlo, pero no puedo. Es tan difícil.

Pero, ¿qué hago?.

¿Por qué se me complica tanto?

¿Por qué no puedo dejar de amarlo a pesar de que él no me ama a mí? Me duele tanto olvidarlo.

¿Por qué soy yo la que sufre?.

¿Por qué todavía lo amo tanto?.



X X X



Alfia miró con ojos fríos a las personas inclinadas frente a ella. Eran Astrea y todo su equipo, que habían fallado con honores en la tarea que les había dado.

Al final, traer a las oficinas de Alfia fue imposible, y actualmente estaba desaparecido. La frustración de todas se dejó ver en sus rostros arrugados.

-- No espero nada de ustedes, y aún así logran decepcionarme.

Ninguna le reclamó, mucho menos pidió que midiera su vocabulario.

Después de todo, gracias a que no pudieron traerlo ante Alfia, Bell había masacrado a más de 100 rusos en una sola noche, y la ciudad era un caos lleno de angustia y pánico.

Los noticieros no dejaban de exprimir el tema, e instaban a la ley a actuar.

-- Lo siento, Comisionada Alfia. Mis chicas, al parecer, no pudieron dar con su paradero.

-- ¿Al parecer? Me has hecho considerar seriamente el desmantelamiento de su escuadrón, Astrea.

-- .....

Astrea mordió su labio ante la clara amenaza. Su relación con Alfia no era la mejor debido a sus personalidades completamente opuestas, y sabía que un paso en falso llevaría a todo su escuadrón por la borda.

-- Comisionada Alfia, con todo respeto, necesito preguntar.

Mientras Astrea se sumía en pensamientos pesimistas, Ryuu alzó la voz en protesta. No quería quejarse, sino exigir información.

-- ¿Qué es?.

Alfia la miró con desinterés, esperando a por ella. Tenía en cuenta el potencial de Ryuu, pero era por eso mismo que estaba tan decepcionada por el fallo de todo el escuadrón.

Se suponía que debían estar a la altura de su reputación. No solo Ryuu, sino todas las demás.

Todas eran especialistas en sus áreas consideradas parte de la élite.

Sintiendo eso, Ryuu preguntó en voz baja pero firme.

-- ¿Quién es exactamente Bell Cranel? No pudimos encontrar información de él en los archivos, y su pasado fue reescrito en el sistema. Es prácticamente un fantasma, y no podemos dar lo mejor de nosotras cuando tratamos con un fantasma.

-- ....

-- ¿Por qué su información personal está clasificada? ¿Por qué lo único que sale cuando pongo su nombre en el buscador es "sin resultados"? No puedo entender por qué alguien que, según la superiora Varma, es tan talentoso, se retiró del departamento.

-- Apoyo a Lion, Comisionada Alfia. Cuando Bell Cranel recibió esa llamada, noqueó a Lion tan rápido que no pude captarlo. Soy una profesional en el combate cuerpo a cuerpo, y puedo decir que me supera fácilmente.

Cuando las demás vieron que Alise apoyaba con fuerza los puntos de Ryuu, se unieron a la refriega con sus propias dudas y opiniones.

-- Estoy de acuerdo. Ese señor parece un vago, pero si realmente fue capitán de un escuadrón tan peligroso y letal, ¿qué pasó para que se retirara? Ese tipo de personas normalmente nunca dejan de luchar.

Lyra dio sus puntos conforme a la escasa información que tenía sobre Bell, y puso sus ojos sobre Kaguya, instándola a decir algo.

Kaguya parecía disfrutar de todo, y se mostró dudosa de comentar algo, pero con una mirada inquebrantable y una voz firme, dijo.

-- Completamente de acuerdo. ¿Por qué alguien tan candente se retiró? Sus ojos... ahhhh, sus ojos~ Eh, ¿qué es este sentimiento de muerte que siento?.

Las demás trataron de pasar por alto la mirada asesina que Alfia puso mientras miraba a Kaguya. Había sido un comentario estúpido, pero gracias a ello, habían descubierto que la comisionada era cercana a Bell Cranel.

¿Tal vez una antigua amante?.

¿Amigos cercanos?.

¿Incluso familia?.

Las opciones eran variadas, pero el hecho de que eran cercanos se mantuvo con firmeza en sus mentes. Después de todo, seguían siendo detectives de homicidios.

Sus cerebros estaban entrenados para notar la más mínima pista, y agradecieron el sacrifico de Kaguya. En el peor de los casos, sería suspendida por unas semanas.

-- No diré nada sobre su vida personal — la voz de Alfia, irritada y furiosa, les hizo temblar ligeramente — La comandante Varma tiene razón, Bell es alguien talentoso. La razón por la cual dejó el escuadrón "la muerte en el puente" y renunció al departamento de homicidios tampoco la diré. Solo confirmo que es un genio.

-- .... ¿Nos pide que lo encontremos con solo decir que es un genio como información?

-- ¿Algún problema con eso?

-- .... No, ninguno.

Astrea se rindió ante la mirada de acero que Alfia le entregó. Se puso recta, y con una voz decidida, declaró.

-- Lo encontraremos, y cuando lo hagamos, lo llevaremos ante la justicia.

Todavía no estaba confirmado que él fuera el asesino de Demeter, pero la masacre de los rusos era sin duda a causa de él.

Fue gracias al video de las cámaras de seguridad en el edifico donde ocurrió la masacre, que solo se le fue mostrado a Astrea, que pudo confirmarlo.

Guardando su propia estupefacción hacia las habilidades de Bell, Astrea estaba convencida de que debía estar tras las rejas.

No importaba si eran mafiosos o criminales, un asesinato seguía siendo un asesinato.

-- Está bien, pero pide a la comandante Varma que les ayude. Ella es buena.

-- ¿Eh?

-- ¿Pasa algo?

-- Ah, no, no es nada...

Astrea no podía creer el hecho de que Alfia había hablado bien de alguien, y casi lo dejaba salir en palabras.

Solo eso servía para concluir que Shakti Varma era lo suficientemente buena como para ser elogiada por una mujer como Alfia.

En ese momento, recordó algo importante.

-- Ah, pero la superiora Varma no ha aparecido esta mañana. Su oficia está cerrada también.

-- .....

-- ¿Comisionada Alfia?

-- Haré una llamada. Esperen un momento.

Alfia no esperó una respuesta y se puso de pie mientras buscaba el contacto de Shakti en su celular. Al encontrarlo, pulsó la opción de "llamar" y llevó el celular a s oído.

Sonó un ruido sordo, y tras unos segundos, la llamada fue tomada.

[¿Are, señorita Alfia? Sentí que estaba soñando al ver su llamada]

-- Deja las bromas. ¿Está contigo?.

[......]

-- Hice una pregunta, comandante Varma.

[Sí, está conmigo. Su estado era delicado, pero ya traté sus heridas y mejorará en poco tiempo. También...]

-- ¿Si?

[No, no es nada. Él estará bien, no se preocupe]

-- ¿Preocupada? Ni hablar. Cuándo ese bastardo se recupere trae su trasero hasta acá, ¿entendido?.

[.... Entendido, señorita Alfia].

La llamada fue terminada por Alfia, y tras regresar a su asiento, miró a las del escuadrón Astrea y dijo sin interés.

-- Ya todo está arreglado, pueden retirarse.

-- ¿Eh...? Pero, ¿qué pasa con la búsqueda? Comisionada—

-- ¿No me escuchaste? Me duele la garganta, así que salgan de aquí.

Alfia soltó un suspiro cansado al ver el rostro decaído de Astrea, pero no sentía pena en lo más mínimo.

Aún así, le apoyó en algo.

-- No se depriman inútilmente, si Bell lo quisiera, nadie podría encontrarlo.

-- ....

Astrea junto a las demás salieron de la oficina de Alfia con las cabezas gachas, y Alfia soltó otro suspiro.

Ese último fue dedicado al dolor de cabeza que le estaba causando Bell.

-- La has liado otra vez, estúpido sobrino.

Sus labios formaron una sonrisa difícil de clasificar. No podía verse felicidad, pero tampoco tristeza.

Aún así, si alguien de la estación la viera ahora mismo, podrían pensar que era el fin del mundo con mucha facilidad.



X X X



Era verano, y el sol brillaba con su máximo esplendor tan temprano por la mañana.

Los días calurosos, al igual que los lluviosos, eran mis favoritos. La razón era que debido a eso, pasaba más tiempo con mi esposa.

Extrañaba su tacto sobre mi cuerpo, así como la voz susurrante cerca del oído. Sus ojos cautivadores y su sonrisa coqueta.

-- Buenos días, Bell.

-- Buenos días, Aiz.

Sí, realmente la extrañé.

Con la mirada caída y los ojos llorosos, le dije.

-- Quédate otro rato.

Con su sonrisa traviesa, respondió:

-- No, tengo que irme, y tú ya debes despertar.

Por supuesto, estaba soñando.

Qué sueño tan hermoso y cruel.



X X X



Habían pasado dos días de aquella masacre.

Cuando abrió los ojos, Bell visualizó un techo desconocido. Estaba acostado, y su cuerpo estaba cubierto de vendas.

La cama era suave, y la habitación colorida. Había fotos enmarcadas, muebles modernos y accesorios decorativos.

De una sola vista, cualquiera supondría que se trataba de la habitación de una chica.

-- Parece que tuviste un buen sueño.

-- Shakti...

Bell miró a la mujer sentado a lado de la cama mientras limpiaba las lágrimas en sus mejillas. Recordaba su sueño, y podía decir que eran tan doloroso como hermoso.

Había creído que por fin moriría, pero tras darle una mirada a su salvadora, soltó un suspiro cansado.

-- ¿Por qué me sacaste de allá?.

-- ¿Eh, eh? Se supone que en una situación como esta debes decir: "¡Gracias, te debo mi vida, diosa hermosa!"

-- Mi vida no es algo tan importante.

-- Heh...

Shakti sonrió con diversión. Sus ojos se achinaron al sonreír con una aura agraciada a su alrededor.

-- Si me pides una razón...

Al decir eso, dejó cualquier intento de broma y, con una cara seria, respondió.

-- Fue porque quise. Todos temen a la muerte, ¿no?.

Su rostro era complicado, y trató de expresar las palabras: "Fue porque no soportaría tu muerte" de una forma peculiar.

Pero realmente no importaba la forma del mensaje, todo se aclaraba ante los ojos del genio. Dicho genio se rió entre dientes mientras contestaba.

-- El miedo a la muerte se deriva del miedo a la vida. Un hombre que vive plenamente está preparado para morir en cualquier momento.

-- Woah, que profundo. ¿Leíste algo de poesía deprimente en estos 7 años?

-- Qué graciosa.

Ambos se rieron por lo bajo, y Bell, habiendo leído entre líneas, preguntó:

-- Oye, ¿sigues amándome?.

-- Eh, eh, ¿qué clase de pregunta es esa, bastardo insensible?.

-- Tengo curiosidad, perdón

-- Curiosidad, huh...

Shakti bufó con desprecio fingido. Desvió la mirada con un lindo puchero en sus mejillas, y tras unos segundos, volteó hacia Bell.

Sus labios se movieron. Lindos, con un color rojo fresa y un tamaño perfecto para su rostro cincelado. Sus ojos desprendieron un amor único que no se había atenuado ni con el pasar del tiempo.

-- ¿No puedes deducirlo por la forma en que te miro, ¿tonto?

-- Mi culpa, mi culpa. Solo... me preguntaba sobre el por qué las mujeres me aman. Yo... realmente no veo algo bueno en mí. Será por mi cara?

-- Ehhh~~~ ¿Qué es eso? Sonó demasiado asqueroso. Menos 10 puntos por narcisista.

-- ..... Ya veo.

Hacia la cara arrugada y disgustada de Shakti, Bell tomó su barbilla. Se tornó pensativo mientras se hundía en sus propias deducciones.

La propia Shakti, que lo miró en ese estado, suspiró decepcionada mientras otorgaba una simple explicación.

-- No me mal interpretes. Si te digo que te necesito, te miento. Pero si te digo no te necesito, también te miento.

-- Genial, y yo que creía entender las indirectas de las mujeres. Maravillo, te has superado, Shakti.

-- Imbécil...

Mostrando una sonrisa, Shakti soportó las ganas de golpearlo. Miró el techo por un segundo, luego conectó su mirada con la de Bell.

Mientras miraba el rojo profundo de sus ojos, y su pecho latía con fuerza, expresó lo que se le vino a la mente al ver esa mirada.

-- A ver si me explico; no eres mi aire, no te necesito para respirar. Pero sin ti, siento que no respiro.

-- .....

-- ¿Qué tal?.

Con una sonrisa orgullosa, Shakti infló el pecho. Se sentía genial cuando podía expresar sin problema alguno sus sentimientos.

-- Nada mal, parece que la poeta aquí eres tú.

El problema estaba cuando eran rechazados cruelmente por el hombre acostado en su cama.

Mientras pensaba en ello con un puchero y un atisbo de tristeza impregnada en sus ojos, escuchó la voz de Bell.

-- Sabes, comprendí algo con esto que pasó.

-- ¿Hm, y eso es?.

-- .... Jamás pensé que sentiría esa clase de miedo otra vez.

-- ¿Eh?

Shakti abrió los ojos de par en par. Se sintió ligeramente aturdida ante la confesión, una que nunca imaginó escuchar del propio Bell.

Aquel hombre indomable, de mente fría y temple de acero diciendo que sentía miedo.

Su pecho punzó con anticipación. Su corazón palpitaba con emoción, y su cuerpo presentó un hormigueo escalofriante.

Bell la miró con una sonrisa vacía mientras decía.

-- Creí que lo había dominado. La verdad, no me asusta morir, pero ahora entiendo que hay algo que no he superado, y es el miedo de volver a vivir eso de nuevo.

-- .....

-- Perder a alguien que me importa.

Shakti no necesitó pensar tanto para comprender sus palabras. Bell había expresado con una cara destrozada que le había dolido demasiado perder a Demeter.

-- ¿Era ella tan importante...?

-- .... Sí.

Sintió celos.

No podía entender por qué era ella la única que no podía ocupar un lugar en el corazón de Bell.

Sus ojos, unos que desprendían tristeza y remordimientos, exudaron un aire de melancolía. La superficie rubí destelló el atisbo de una eterna soledad.

Por supuesto que sintió celos, pero también sintió tristeza. La tristeza del hombre que amaba pesaba más que los celos que la destrozaban.

Ella podía entenderlo, porque también era una persona solitaria.

Deseaba poder consolarlo, y sabiendo que no podía hacerlo con su cuerpo, se conformó con darle palabras de ayuda.

-- Este mundo es demasiado turbulento, así que no escuches. No veas, no escuches, que no te importe. Solo ve hacia adelante, por favor. Yo... no quiero que mueras, tonto.

-- .... Realmente me amas, ¿no?.

-- Heh, pues sí. Conocerte fue como escuchar una canción por primera vez y saber que sería mi favorita.

-- ....

Shakti mostró una linda sonrisa. Sus ojos brillaron con amor, y mientras sus mejillas se crispaban con un lindo tinte rosa, tocó su pecho.

-- Te amo. ¿Es algo tan trágico para ti, capitán?

-- .... No. Supongo que no, Shakti. Parece que eres una masoquista, haciéndote daño de esa manera tú misma.

-- Sah, tál vez...

Shakti tomó su mentó con una actitud bromista. Sus labios curvados en una sonrisa le dieron una imagen celestial.

-- ¿Has oído la frase: "Somos adictos a lo que nos destruye"? Parece que soy adicta a ti, capitán. Ah, qué mal, qué mal~

-- Deja esa actitud, me pone los pelos de punta.

Ambos se rieron de sí mismos, y hubo un momento en el que Shakti posó su trasero sobre el colchón donde estaba Bell.

Se había acercado con sigilo, y no fue por una razón sin fundamento. Su corazón lo presentía. Presentía que algo estaba por pasar.

Ese presentimiento resultó correcto cuando Bell le tomó la mano.

-- Eres importante para mí, Shakti. Te lo advierto, si te involucras conmigo, estarás en la mirada de ese tipo.

-- ¿Eh, eh, qué es esto?

Fingió sorpresa mientras disimulaba la felicidad que la desbordaba por dentro. Su pecho latía con fuerza, y a pesar de fingir una actitud frívola, sus mejillas, al igual que sus orejas, estaban rojas.

-- ¿Resulta que por fin llegó mi turno para que escapes de la realidad usando mi cuerpo?

-- .... ¿Eso te molesta?.

-- Hehe, nop. Si mi cuerpo puede ayudar para curar tus heridas, por favor, úsalo. Yo... estoy preparada. Al menos de esta forma, sí, al menos así, podré estar contigo.

-- ¿Aún sabiendo que no te amo?.

-- Duele escucharlo, pero... sí. Me basta con saber lo importante que soy para ti, Bell.

Mostró una sonrisa conflictiva.

La tristeza y alegría se mezclaron para formar una sonrisa bastante inusual y hechizante. Shakti gateó hasta subirse encima de Bell.

Vestía una blusa de una sola pieza, por lo que podía sentir perfectamente el cuerpo de Bell en sus piernas.

-- Porque eres importante para mí, posiblemente estés fijada como objetivo. Parece... que ese lunático ha regresado para atormentarme.

-- ¿Y eso qué? Si se me aparece, lo mataré.

-- .... Ya veo.

Shakti acercó su rostro mientras rodeaba el cuello de Bell con sus brazos para no dejarlo retroceder.

Conforme avanzaba, sus párpados se entrecerraban mas y más. El sonido desapareció, así como el color. Lo único que podía sentir era el propio latido de su corazón junto al suave tacto de Bell en su cuerpo.

Las manos grandes y suaves tomaron su trasero, y ella ahogó un gemido. Sintió su cuerpo caliente, y sentir la respiración de Bell tan de cerca la mandó a un mundo de ensueño.

La distancia se acortó lentamente, y cuando sintió la suavidad y humedad de los labios de Bell pegados a los de ella, una explosión de emociones y sentimientos resonó en su interior.

Era cálido.

Besarlo era tan cálido y maravilloso como se había imaginado. Sus brazos ejercieron fuerza sobre el cuello de Bell, haciendo que sus labios juntaran más y mas.

Sus labios se juntaron, se separaron y se volvieron a juntar. Fue un intercambio candente repleto de intensas emociones.

El sonido húmedo y atronador ocasionó un eco lascivo en la habitación, y el cuerpo de Shakti se calentó más y mas cuando sintió la lengua de Bell dentro de su boca.

No se negó y entrelazó su lengua con la de él en una danza erótica. El intercambio de saliva la hizo estremecer por la excitación.

El sentimiento era nuevo, y no le disgustaba en lo más mínimo. Se sintió feliz, de alguna manera, lo hizo.

Las manos de Bell jugaron con su trasero bien formado, haciendo que pequeños jadeos se escaparan de sus labios.

-- Ah, ¿por qué eres tan bueno en esto, bastardo? Eso me molesta...

Su voz estaba sin voz. Era raro, pero así sucedió. El tono sensual y seductor se escapó de sus labios mientras fruncía las cejas con un ligero disgusto.

"¿Es esto lo que disfrutaban ellas?"

Sintió envidia genuina, pero se deshizo de ellas y concentró todo de sí misma en el candente momento que estaba viviendo.

Cuando estaba a punto de tumbar a Bell sobre la cama y entregarle su cuerpo, él sugirió.

-- Ah, cierto. ¿No deberíamos ir a cenar primero?.

-- Olvídate de esa estúpida cena, no tenemos tiempo. Tu tía me ordenó que te llevara ante ella en cuanto despertaras, así que hazme el amor durante todo el día, que mañana te llevaré a la estación.

Bell mostró su sorpresa. Por supuesto, no se negaría en hacerlo con Shakti, ya que en eso habían quedado.

Sabía que era cruel e insensible de su parte, pero era la única forma sincera de poder responder una parte de los sentimientos de Shakti. Incluso si eso la lastimaba al final.

Por otra parte, habiendo pensado en ello, sonrió entre dientes con burla mientras preguntaba.

-- Oh, ¿dices qué me llevaras a la fuerza? Pareces tener la confianza para poder hacerlo. ¿Qué pasa si decido escapar y salir del país?

Shakti no se inmutó mientras respondía con calma.

-- ¿Qué, preguntas? Te daré una paliza y te arrastraré de ser necesario.

Se veía segura y con bastante confianza mientras movía sus caderas y frotaba su entrepierna con la de Bell.

Su cuerpo, al contrario de enfriarse por la conversación repentina, se calentaba cada vez mas.

Bell apretó el trasero de la motivada Shakti, y ella trató de ahogar un gemido apretando sus labios de forma adorable.

Viendo esa expresión encantadora, Bell mostró una sonrisa burlona.

-- Te veo segura de ti misma. ¿Crees poder hacerlo?.

-- Lo creo. Lo sé después de haberte recogido hace dos días, te has oxidado bastante. Además, tu cuerpo está sanando de las heridas de bala, por lo que no podrás hacer mucho. 

Shakti tenía un punto.

La sonrisa desapareció mientras un sentimiento de disgusto se presentaba en su rostro. Sus ojos se entrecerraron mientras recordaba a su tía.

-- Tsk, esa vieja bruja... ¿qué quiere de mí ahora?.

-- Puedes preguntárselo mañana, por ahora, concentra tu atención en mí~

Shakti tomó los labios de Bell una vez más. Fue intenso, y cuando rompieron el beso, mordió el labio inferior de Bell con suficiente fuerza para hacerlo sangrar.

Sus ojos desbordaron deseo mientras se sentaba a horcajadas encima de él. Sonrió de forma coqueta mientras una mirada seductora se posaba en sus ojos.

-- Mírate, y pensar que la joven Shakti se volvería esta clase de mujer.

-- Guarda silencio, hablas como si tuvieras 50 años. Por cierto, ¿qué demonios le pasa a tu cuerpo? Estás igual que hace 10 años.

-- Genética.

-- Hum, bueno, no importa. Ahora, desvísteme y házmelo.

-- Si, si, a la orden~

Los manos de Bell dejaron el trasero de Shakti y tomaron los bordes de la blusa. Subió la prenda, y mientras la subía, el cuerpo escultural encima de él era expuesto a la vista.

Piernas perfectamente moldeadas, caderas anchas y una cintura delgada. La planitud de su abdomen, así como la blancura de su piel, le dieron una belleza extrema.

Tenía un cuerpo bastante erótico.

-- Fiu, se ve apetecible.

-- Deja de bromear y termina lo que estás haciendo.

La blusa siguió subiendo. Cuando llegó al punto de que Shakti levantara sus brazos en forma vertical para poder ser desvestida por completo, sus pechos quedaron al descubierto.

Estaban protegidos por un sostén negro con bordados semi trasparentes, pero eso no impedía que se notara su buen tamaño.

Eran redondos y se mantenían en su lugar con firmeza. Bell pensó que estaba alrededor de la copa E o F.

En pocas palabras, eran lo bastante grandes como para practicar una rusa.

-- Definitivamente eres un 10.

Su cuerpo era hermoso, y Bell no pudo evitar ver por un segundo el pequeño tatuaje de una muerte cargando una hoz trazado en su hombro derecho. Justo debajo del tatuaje, había 5 estrellas. 

Cada estrella valía por un total de 100 bajas confirmadas

Bell tenía el mismo tatuaje, al igual que todas las que una vez pertenecieron a su escuadrón, sin embargo, su número de estrellas era...

-- ¿Qué?

-- Nada, nada. Ya te quito la linda ropa interior.

Ocultando su fetiche por los pechos grandes y su atención sobre el tatuaje, Bell mostró una sonrisa suave mientras deslizaba sus dedos sobre la espalda de Shakti y desabrochaba el brasier con una maestría absoluta.

La prenda cayó y sus pechos fueron liberados. Hicieron un "boing" mientras caían muy ligeramente, haciendo babear a Bell.

Los pezonas en la cima de esas montañas de carne eran de un hermoso color rosa claro.

-- Ni yo puedo hacerlo así de rápido. Bastardo, has practicado bastante, eh...

-- Puedo defenderme.

Aún así, a pesar de mostrar su molestia, Shakti seguía estando sonrojada. Sus ojos mostraban una mezcla de vergüenza y emoción.

El tacto de los dedos de Bell en sus espalda, y en todo su cuerpo, le causaba un estremecimiento placentero.

-- Ya estás tan mojada...

-- N-No digas cosas vergonzosas...

Jadeó de placer entre sonrojos intensos cuando sintió los dedos de Bell acariciando su parte baja. Seguía con su pantie, pero la sensación de ser acariciada por encima de una tela muy fina le hizo querer gritar por el placer.

Mientras su cuerpo se estremecia y daba un salto, sus pechos rebotaron con hermosura, llamando la atención de Bell.

Él sonrió como un depredador, y sin dudarlo llevó su boca a uno de los cautivadores pezones.

-- ¡U-Uhhh...! Haaah, haah... Bell, sé... ¡sé mas gentil...!

Sentía que llegaría al orgasmo en cualquier momento. Eso la hizo avergonzarse. No podía creer que cediera tan rápido por solo un par de caricias.

La idea de "se debe a que es bastante bueno" se presentó en sus pensamientos confusos, pero pudo comprender que era por ella misma.

Lo estaba por hacer con el amor de su vida. Excitarse al punto de tener un orgasmo tan pronto ser tocada no era algo tan extraño.

-- No te preocupes, no será el último.

-- ....

Shakti tragó saliva mientras su rostro se sonrojaba aún más por las palabras de Bell. Sintió que se le iba el aliento cuando algo grande y grueso fue presionado en su entrepierna.

-- ¿Eh, por qué usas tu brazo...?

-- .... Ese no es mi brazo.

-- ..........

Fue un día largo, y la noche se le sumó. Shakti tuvo su primera vez, entregándole su virginidad reservada a Bell.

La acción fue tan intensa que perdió la cuenta de los orgasmos que tuvo, así como las veces que recibió el esperma de Bell dentro de ella.

Al inicio fue doloroso, pero conforme pasaban los minutos, el placer reemplazó el dolor, y ella comenzó a disfrutarlo con felicidad.

Para cuando perdió la cuenta de las veces que lo hicieron, ya iban en la séptima ronda. Eso estaría bien si cada una fuera de 20 o 30 minutos, pero la resistencia de Bell se prolongaba a horas por cada ronda.

Al día siguiente, tuvo dificultades para caminar con normalidad.



X X X



Fue tal y como lo había dicho Shakti. Tan pronto como amaneció y pudo recuperar el control de sus piernas temblorosas, me trajo ante mi tía y fui puesto en una celda de detención.

Estaba siendo monitoreado por medio de las cámaras bajo ordenes estrictas de ella, pensando que podría hacer algo graciosos e internar escapar.

Pero realmente no tenía tal intención.

Pasé varias horas sentado en una banco de metal, y ocasionalmente me traían un platillo de comida o alguna bebida.

Irónicamente, eran las integrantes del escuadrón Astrea. Ellas me habían dicho que Shakti se había tomado el día libre con la excusa de sentirse algo débil y cansada.

La agente Lovell me reclamó por haberla engañado con tener una sobrina, la pequeña Hobbit preguntó sobre mi pasado, la agente Lion sobre qué me motivaba y la agente Gojouno, ella... 

Ella realmente trató de seducirme...

También habían preguntado otras cosas, pero no les respondí. Podía detectar la desconfianza, y un ligero miedo, en sus miradas.

Especialmente su comandante, la llamada Astrea. Tal parece que le habían mostrado el video de mis acciones con la <Familia Thanatos>, por lo que sus ojos denotaban el miedo con mayor intensidad que las demás.

-- Serás llevado ante la justicia.

-- ¿Oh, en serio? Sinceramente, no me importa.

Tan linda.

Creer en algo tan abstracto como la justicia. Los ideales eran bastante cómicos cuando no estaban acompañados de la ambición.

Después de ignorarla por un tiempo, pareció rendirse y se marchó.

Ah, ah, aunque tiene unos pechos...

-- Ha sido un tiempo, Bell.

-- Ugh....

Fue mientras pensaba en eso que una mujer llegó sin que pudiera notar sus pasos.

-- Vieja bruja, al fin llegaste. Parece que te gusta hacerme esperar.

-- ¿Vieja bruja? Parece que necesitas un poco de educación, querido sobrino.

-- .... E-Era broma.

Sudé frío cuando noté que la luz roja de las cámaras se habían apagado. Eso indicaba que todo lo que sucediera de ahora en adelante sería desconocido para los demás.

Indefenso ante la injusticia, si, ante la injusticia de este acto, no tuve de otra que retractarme de mis palabras con el miedo de ser víctima de algo inmoral y poco ético.

Después de todo, mi tía daba mucho miedo. Era algo que mi hermana y yo no podíamos manejar, a pesar de ser llamados genios.

-- Tengamos una charla, mi problematico sobrino.

-- C-Claro...

To be continued. 





Bieeen, puedo decir claramente que me gustó cómo describí las emociones de Bell. No sé, siento que así es como deberían de ser teniendo en cuenta lo que ha sufrido aquí. 

De todos modos, también decidí aclarar que la esposa difunta es Aiz. No sé por qué muchos tenían el pendiente si lo había dejado mas que claro, y, honestamente, era bastante obvio... ._.

En fin, espero les haya gustado. Terminaré aquí porque no quiero que se haga martes mientras escribo una biblia aquí. Solo diré que ya por fin daré inicio a la trama principal, que es el ship de Ryuu. 

Buzón de sugerencias: 🧐🍷

Buzón de halagos: 😎👊🏻

Buzón de quejas: 😔👊🏻

Buzón de amenazas: 🤯

Buzón de dudas: ❓❓❓

Es todo por hoy chicos, arribaderchi :3

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