La gracia de Astrea. [III]

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—¿Cómo es entonces?

—Quítate la camisa...

—Ay~

—No imagines cosas raras o me pones nerviosa a mi también.

Ambos compartieron una suave risa divertida antes sus bromas mientras estaban ya en la cabaña de Astrea, más en específico su habitación. Astrea estaba revisando los cajones buscando algo mientras Sven se quitaba la camisa antes de escuchar un suave zumbido metálico. Una aguja.

—Acuéstate.

—Voy.

Acostándose sobre su estómago. Astrea caminó hacía Sven antes de sentarse en su cintura. Astrea apreció la suave piel del chico, mientras dejaba por un momento la aguja encima de la pequeña mesita de luz.

—¿Astrea?

—¿Si?

—¿Por qué estás masajeando mi espalda?

—ah... es que tengo que calmarme para ver en lo que estoy trabajando.

Astrea se inventó una excusa rápida. Detrás de esa fachada, Astrea en realidad estaba verificando la espalda aunque algo entrenada, promedio por lo demás. Aunque una parte de ella en verdad estaba haciendo contacto con él porque era la primera vez que le daría su gracia, su <Falna> a un hombre. La espalda del hombre. Un joven. No una niña como ha sido en aquellos años... Se tomó unos momentos apreciando la estructura de sus omoplatos y su columna vertebral antes de alzar sus ojos y tomar la aguja que había dejado encima de la mesita.

Sven se mantuvo calmado, sorprendentemente calmado a pesar de tener encima a la diosa, pero por dentro una parte de él se sentía excitada más por cómo Astrea trazó su espalda lentamente. ¿Qué demonios le pasaba a esta diosa? Los masajes y como trazaba las yemas de sus dedos le enviaron suaves escalofríos pero no de forma negativa. Más bien, casi placentera.

Usando la aguja, Astrea perforó lentamente la yema de su dedo, y luego dejó que la sangre fluyera y goteara lentamente sobre encima de su espalda. La sangre roja en el momento que finalmente tocó la espalda de Sven hubo brillos a diferencia de hundirse en su piel y desaparecer a como cuando haces un cambio de estado. Astrea sabía que poner un Falna era mucho más complejo que actualizarlo.

La pequeña gota de sangre empezó a extenderse, dibujando un grabado con la propia sangre de la diosa, fue de arriba hasta abajo, como si fuera la brocha de un pincel, usando toda la espalda del chico como un hermoso tablero de tinta. Lentamente la sangre se detuvo al finalizar antes de que esta misma se adhiriera como un tatuaje, transformándose de un rojo sangre a una suave tinta negra. Entonces como si hubiera ocurrido una onda se terminó de completar el ritual. El grabado en la espalda tenía un aire majestuoso y hermoso, formando una balanza con alas protectoras.

Estaba hecho.

—¿Podrías alcanzarme esa hoja? Se me cayó.

—Aquí.

Sven se movía ligeramente alcanzando una hoja marrón que se le había caído de las manos a Astrea y se la dió como pudo ya que ella seguía encima de él. Luego del intercambio, Astrea colocó la hoja grabando su estado en la hoja de papel. Al finalizar ella quitó la hoja y salió de la cintura de Sven mientras se llevaba la yema de su dedo perforado a su boca.

—Me sorprendes.

—¿Eh?

—Lo grabe en tu idioma para que lo entiendas, pero me sorprende... tienes dos habilidades de inicio, realmente eres alguien "bendecido". Aunque no entendí sus descripciones, en especial la primera.

Confundido, Sven tomó la hoja, notando que estaba escrita en un japonés perfecto, agradeció a la diosa por ello y empezó a revisar la hoja de estado con un atisbo de emoción.

Sven Bennet. Nivel 1.

•Fuerza: I0

•Resistencia: I0

•Agilidad: I0

•Destreza: I0

•Magia: I0

Magia:

Habilidades:

【Protagonistís】

•Sustituto.

【Manabu】

•El tú de hoy es mucho más fuerte que el tú de ayer, y muchísimo más débil que el tú del mañana.

Su rostro se contorsionó por unos instantes cuando leyó la primera habilidad, reconociendo el significado de este y su descripción. Era la razón del porqué había llegado a ese mundo. Siguió leyendo y leyó la siguiente habilidad con una ceja alzada ante el nombre, estaba acostumbrado ante los kanjis, pero le era extraño reconocer romaji.

—Manabu...

—Aprender en el idioma oriental. ¿Curioso, no?

Astrea respondió mientras soltaba su dedo ya curado con un suave "plop" mientras le daba una sonrisa.

—La habilidad debe ser algo pasiva, ya que la descripción es algo vaga. Pero tiene que ser algo con la enseñanza y el aprendizaje.

Explicó Astrea antes de levantarse de la cama y tomar la hoja de Sven y arrugarla en un pequeño bollo. El chico la miró algo confundido.

—Normalmente las hojas de estados se queman después de mostrarsela a su dependiente. Ya que un estado es sumamente confidencial entre el dependiente y su dios, nadie más que miembros importantes de la familia deben de conocerlo.

—Oh...

—Eso implica también tus habilidades. Nadie debe de saber de tus habilidades, incluido en este pueblo. No tengo dudas de que si... si cuando vayamos a Orario te querrán cazar como un premio, por lo que mantendremos nuestra presencia al mínimo hasta que subas a segunda clase.

Astrea caminó hacia la puerta de la habitación mientras Sven se colocaba su camisa, por unos instantes se vio en el espejo de cuerpo completo de Astrea viendo el simbolo de la pertenencia a Astrea... el simbolo de la balanza con las alas protectoras. En definitiva, eso lo convirtió en parte de su familia.

—¿Qué piensas? —Astrea tomó el manubrio de la puerta mientras la abría.

—¿Hm?

—Mi símbolo.

—... Se ve bien.

—Podrías haber dicho que se ve majestuoso, pero eso funciona para mí.

—Ja.

Ambos salieron de la habitación mientras se preparaban para cenar, el anochecer ya había llegado después de todo.

××××

Cascabeles sonaron, suaves como una suave melodía, luego unos tambores lo hicieron despertar casi exaltado. Se tocaba la cabeza con dolor y alzó su vista mientras su mano esperaba tocar el colchón de la cama, pero recibió algo duro que le hacía cosquillas, miró sobre lo que estaba acostado; césped. Un hermoso césped adornado de flores. No, era un prado de flores que se extendía a lo lejos, tallos verdes y en un remolino, eran rosas rojas. Mientras miraba a los lados vió que el campo de rosas se extendía cada vez más lejos. Entonces los cascabeles resonaron una vez más. Miro en la dirección en la que resonaron y entonces lo recibió una espalda femenina, parada frente a sus ojos. Mientras pétalos de cerezos fluían con el viento junto a la coleta carmesí.

—¿Quien...?

Sven se levantó ligeramente, la mujer reaccionó, como si escuchara la duda del castaño, giró su rostro apenas unos milímetros sin dejar que su rostro se viera. Ella luego esbozó una sonrisa silenciosa, mientras apretaba su cintura, una espada que colgaba de su cintura.

Entonces Sven finalmente despertó.

Esta vez sintió el olor del florero que estaba en la pequeña mesita de luz mientras se inclinaba aún sentado sobre la cama. Se tocó su cabeza con el ceño fruncido mientras se tallaba sus ojos. Miró hacia las cortinas que filtraban la luz del sol antes de levantarse de la cama de una vez, refunfuñando por el sueño tan extraño que tuvo.

Poniéndose su camisa, se detuvo a la mitad y se olió a sí mismo, apestaba, de hecho no se bañaba hace ya cuatro días y esta casa no era que tuviera realmente una ducha. ¿Dónde demonios se bañaba Astrea? Quería ya la respuesta, por lo que salió casi apresuradamente de la habitación tras ponerse sus pantalones y se preparó para abrir la puerta de la habitación de la diosa, pero su mano se detuvo en el último instante en el momento que tocó el picaporte. Lo había visto suceder muchísimas veces, en demasiados programas de anime que vio en su momento. Estaba un 99% seguro que el vigilante estaba observando como si fuera un maldito programa para él y sabía que si abría la puerta sin tocar ocurriría una escena vergonzosa.

Podía imaginar los gritos de Astrea en el momento que abriera la puerta al encontrarla semi-desnuda, haria un buen chiste sobre su cuerpo de diosa y luego le daria semejante bofetada que lo dejaría más idiota de lo que ya es. Lo había visto suceder a menudo en cada programa, pero no. No era el maldito entretenimiento de ese maldito ser.

Su mano se alejó del picaporte suavemente antes de alzarla en un suave puño y tocar 3 veces.

—¿Astrea, estas despierta? —Llamó.

—Ah, si, ¡espera un segundo...!

Pudo escuchar a la diosa abrir un armario antes de cerrarlo, tras unos minutos escuchó las pisadas acercándose y ella abrió la puerta, con su cabello ligeramente despeinado mientras trataba de acomodarlo con un peine.

—¿Qué pasó? Es raro que vengas directamente hacia mi habitación.

—El baño —Pidió. —¿Dónde me puedo duchar? —Se corrigió.

—Oh, es verdad. Verás, saliendo de la casa, por la parte de atrás verás una pequeña muy pequeña choza con una puerta, ahí está la ducha.

Sven ahora la miró como si le creciera otra cabeza.

—¿Por que carajos las duchas están fuera de tu maldita casa?

—Lenguaje, niño.

—Si... si...

Sven agitó su mano desganado sin querer soportar las quejas de Astrea. Alejándose y saliendo de la cabaña. Siguió las instrucciones y allí vio a la pequeña... ¿choza? ¿Cubículo? No sabía describirlo bien, pero no le importó y entró. De hecho sintió el vapor en el momento que entró. ¿Agua caliente? Era imposible, no había cañerías o fuego para calentar el agua.

Entonces su pregunta fue respondida al momento que miro en las paredes unas piedras de colores rojos... o genial, piedras mágicas usadas como una calefacción para la ducha. Con un suspiro se quitó sus prendas y se dio un primer baño en otro mundo. Dejó salir un suspiro de satisfacción, cómo japonés, adoraba las aguas termales, si bien no se compara con ello, es lo suficientemente bueno para relajarlo. Su mente divaga hacia el sueño que había tenido.

¿Quién era esa mujer? Parecía una guerrera o al menos eso supuso ya que de su cintura colgaba una espada amarrada, solo pudo ver que le dio una sonrisa pero ni siquiera vio su rostro, solo podía recordar su espalda... oh... su maldita espalda.

No parecía musculosa ni era una simple flacucha, solo con el vistazo pudo deducir que había buen entrenamiento, casi como un entrenamiento de los que él mismo hacía. No quería presumir pero estaba en muy buen estado que la mayoría de los residentes en Japón. No era realmente atlético pero era muchísimo mejor que el promedio. No tenía sus abdominales completamente marcados pero tenía un cuerpo lo suficientemente sano. Tal y como la mujer de su sueño.

Y oh dios, esa maldita coleta carmesí le daba un aire de grandeza, la madera de un líder y sobre todo, era su tipo. No acostumbra a ver mujeres con cabello teñido de colores (blanco, verde, rojo) ya que en Japón era demasiado estricto para ello por lo que ver tal melena carmesí era embriagador. Para Sven, literalmente era la chica de sus sueños.

Solo la postura que tenía irradiaba confianza, mucha confianza y paz. Y eso era lo que Sven añoraba al menos en su vida diaria, a diferencia de todas las dificultades que ha estado pasando desde que llegó a este mundo... aunque al menos las cosas se han estado calmando.

Después de su ducha, Sven se secó el cabello con una de las toallas que había en el lugar y salió de la choza tras cambiarse a su ropa nuevamente. Mientras se acercaba al hogar de Astrea la vio hablando con un hombre.

—Oh ¿en serio?

—Así es. Την επόμενη Τετάρτη θα έρθουν κάποιοι έμποροι, θα μείνουν λίγο και μετά zarparan a Orario.

—Ya veo, gracias για την ενημέρωσή μου.

Tras el intercambio de palabras, el hombre negó con su cabeza antes de alejarse caminando. Sven caminó con la pequeña toalla en su cuello con la que usó para secar su cabello húmedo.

—¿Quién era? —preguntó hablando en japonés.

—Oh, uno del pueblo. ¿Disfrutaste tu baño?

—Más de lo que pensaba. La próxima deberíamos entrar juntos. —Bromeo con ella pero el rostro de Astrea se quedó neutral como si realmente estuviera hablando en serio. —Mala broma, lo siento, diosa.

—Aja... bueno, el señor me estaba diciendo que el miércoles llegarán unos comerciantes y lo más seguro es que su próximo destino sea orario. Al menos, eso es lo que me dijo.

Informó Astrea mientras ingresaban en su hogar, Sven fue a la pequeña biblioteca y tomó sus apuntes.

—¿vas a estudiar?

—No, entendí una parte de lo que dijeron, quiero confirmar algo. —Dejó los apuntes y empezó a leerlos, había cosas que no entendía y luego empezó suavemente a recitar. —El dia donde el gran dragón negro despertó...

—No me lo estoy creyendo...

Astrea estaba verdaderamente sorprendida de que Sven realmente haya podido hablar el idioma casi correctamente, su lengua se trabo un poco, pero realmente lo había logrado y simplemente leyendo uno de los párrafos de sus apuntes.

—Ni yo... ¿Cómo diablos?

—Debe ser por el falna... o mejor dicho, tu habilidad, "Manabu".

—¿Tú crees?

—Si, literalmente es "aprender".

Sven se llevó la mano a su mentón digiriendo sus palabras por un momento. Astrea respeto eso pero parecía curiosa por lo que pensaba.

—¿Qué tanto piensas?

—Manabu... eso, decía que era mejor que ayer y no se que cosa, ¿verdad?.

—Ah... si. No lo recuerdo ahora bien, pero si era algo así.

—... ¿Crees que literalmente puedo aprender a ser mejor en algo constantemente?

—... !

Astrea empezaba a comprender sus palabras, 【Manabu】 después de todo su descripción era vaga pero algo comprensible más que nada porque el mismo nombre es lengua japonesa fácil, siendo ésta "aprender" y si se refería a literalmente "aprender", entonces la habilidad que su "hijo" tenía era una habilidad peligrosa... MUY peligrosa.

¿Acaso si practica con la espada se volverá un maestro espadachín? O equivalente, ¿si él practica con la magia sería un gran hechicero...? aunque aún no tiene magia... y puede nunca realmente tenerla...

Sven también estaba pensando lo mismo, si la habilidad realmente funcionara de esa manera entonces podría decirse que ahora realmente cree que puede bueno, salvar el mundo de la catástrofe del maldito dragón negro.

—Diosa.

—Si. Espera aquí, debo de tener eh... no... no tengo nada... ah, ¿esto...?

Astrea caminó y busco en algún lugar algún tipo de arma antes de ver el cuchillo de cocina y tomarlo para dárselo a Sven quien miraba la pequeña cuchilla con una mirada estoica.

—¿Es en serio?

—¡No me culpes! ¡No se supone que tenga armas reales en mi casa! ¡Si estuviera en mi hogar de orario habría tantas que te cansarías de verlas!

Astrea casi se quejo infantilmente ante la mirada que Sven le estaba dando y no pudo evitar avergonzarse, lo que causó que Sven resople cuando ella se quedó en silencio... luego empezaron a reírse. En verdad estaban actuando como idiotas.

Luego del pequeño drama infantil que hicieron, Sven agarró el cuchillo de cocina en un agarre inverso y luego se quedó en blanco. Torpemente hizo movimientos... eh que él pensaría que estaban bien mientras balanceaba el cuchillo. Astrea solo estaba callada, con la misma mirada estoica con la que fue recibida por Sven.

Su rostro se puso caliente de vergüenza tras la penosa actuación que había dado. Astrea se llevó la mano a su boca intentando no reírse de su "hijo" y su gran "debut" para hacer funcionar su habilidad. Caminando con paso lento dejó el cuchillo en la mesa.

—Bueno, pudo ser peor. —Astrea trató de calmar las aguas.

—¡ESO FUE HORRIBLE!

Sven simplemente quería dejar que la tierra se lo tragara mientras gritaba esas palabras desde el fondo de su alma. Había sido completamente penoso y vergonzoso para él. Hasta él mismo reconoció sus fallas y tratar de imitar a luchadores, y no le salió como el esperaba, simplemente se había quedado allí tratando de hacer que su habilidad surja de la nada como un maldito idiota mientras balanceaba el utensilio de cocina. Nunca había tenido entrenamiento real con armas después de todo. No es como si él fuera un prodigio o algo así.

"Oh, tienes futuro en el club, Bennet-san" su mente divagaba por unos momentos cuando vivía en Japón antes de mudarse. El club de arquería de su escuela cuando fue prácticamente obligado por una maestra a participar en un club. Pero él mismo se había convencido de que realmente no era así por lo que estuvo dos años y medio participando hasta dejarlo tras la mudanza a... Argentina.

—Astrea... no se si realmente tenga futuro como aventurero...

—Aw... tranquilo estarás bien en su mayoría... pero debes aprender a pelear mínimamente algo...

Astrea trató de calmar la baja autoestima que Sven irradiaba mientras estaba absorto en su cúpula de depresión momentánea mientras le daba palmaditas en su espalda con una sonrisa.

Sven le recordaba tanto a su querida Alice que la estaba poniendo nostálgica, cuando ella era una joven inexperta que apenas sabía mantenerse viva si no fuera por sus compañeras de equipo. La honestidad de Sven y su vergüenza junto a su actuación la hacían recordar con mucho cariño hacia el pasado. Oh, ella está empezando a deprimirse un poco por ello. Debería cambiar el tema.

—Bueno, ¿tienes hambre?

—... Sí.

—Entonces vamos a salir~

—... ¿Eh?

Astrea tomó del brazo a Sven antes de sonreír por sí misma.

—Debo ir a comprar ingredientes para el almuerzo, así que debemos hacer un pequeño viaje al pueblo principal.

Con esas palabras, prácticamente arrastró al chico a acompañarla para la suerte del "Bennet". Irónicamente, se estaba divirtiendo más de lo que pensaba al estar con un hombre, o más bien... su ahora ya "dependiente".

××××

A diferencia del pequeño pueblo del este en el que residían. Él pueblo principal de Solingen, había una gran cantidad de personas, podía sentir el suave hedor a hierro que venían de tantas fraguas en algunas de las casas. El olor era casi ahogado.

—Bienvenido al pueblo principal... —Astrea dio unos pasos y extendió sus brazos con una suave sonrisa. —"La ciudad herrera de las espadas Solingen".

Al finalizar la dramática escena, Sven casi sintió la necesidad de silbar mientras miraba a su diosa. Ella tenía una gran sonrisa en su boca y ojos amablemente tiernos mientras le miraba fijamente. Pero oír esas palabras le pareció muy interesante. "Ciudad de herreros".

—¿Ciudad... de herreros? ¿A pesar de que es un pueblo?

—Asi es. —Astrea luego volvió a su lado con las manos en su espalda. —Uno de los miembros de aquí tiene un contrato con la diosa Hefesto. Y como repetí, llegar a orario tomaría unos cuantos días. Pero podemos empezar buscando nuestros suministros hoy. Pero podemos dejar esto para el dia de mañana! Hoy venimos a buscar comida para el día de hoy.

Ella explicó mientras se acercaban a un puesto en el que había verduras. Sven simplemente miró la interacción entre el hombre y la diosa mientras el hombre ponía en un bolsa los ingredientes, y luego Astrea dejaba un poco de dinero para el hombre.

—¿Listo?

—Aún no, hay que comprar un poco de carne. Que caballeroso~

Mientras Sven levantaba la mano para llevar las bolsas de Astrea. Ella le explicó en el camino como funcionaba esta ciudad. Ahora se acercaron a un lugar donde vieron algunos restos de carne que parecían casi frescos. Mientras Astrea se adelantaba a comprar, Sven con las bolsas en sus manos miró hacia la vitrina de un local cercano.

Allí vió exhibiciones de espada forjadas con cariño y con diferentes estilos, miro los precios y casi vomitó ante la cantidad súbita que necesitaba de Valis. Era estupido la cantidad que necesitaba.

—Mmh, ¿estás viendo las espadas?

—Si, me parece estupido lo caro que están.

—Haha~ y eso que no ves los precios en Orario.

—¿Es más... caro?

Astrea se le unió a él con risas divertidas cuando vio el rostro abrumado de su dependiente antes de que ella empezara a adelantarse. Tuvieron una suave conversación mientras Sven llevaba las bolsas de las verduras mientras que Astrea llevaba la carne.

El camino fue en su mayoría tranquilo, mientras volvían al pueblo donde residían. Las lecciones continuaron una vez llegaron a su hogar mientras Astrea se acomodaba las mangas antes de empezar a cocinar. En parte Sven al inicio quería cocinar, pero Astrea le dijo que se centrará en el estudio por lo que a regañadientes aceptó.

Y lentamente fue pasando el día hasta el siguiente.

××××

Ya era Sábado. Sven estaba tranquilamente continuando estudiando con relativa más facilidad que los anteriores días. Y todo eso se debía a la habilidad que tenía que parecía actuar cuando se le daba la gana.

—¿Cómo vas? —Astrea apoyó una taza de té humeante a un lado de Sven mientras ella sostenía su taza de té y se sentaba a su lado.

—Sorprendente bien.

—... ?!

Astrea tuvo un jadeo cuando oyó el idioma koine saliendo casi tan natural como el río que fluye fuera de su casa. Sven la miró confundido al verla sorprendida y dejó sus apuntes mientras tomaba la taza de té en su mano y empezaba a beber.

—Acabas de hablar en koine. Por eso me sorprendí.

—¡Cof! ¡Cof! ¿G-Que?

—Si, fue casi impresionante, tu habilidad actúa más rápido de lo que esperaba.

Mientras Sven se recuperaba de la sorpresa repentina. Astrea expresó su opinión mientras daba un sorbo a su té.

—¿Quieres tratar de hablar únicamente en koine? ¿Para practicar?

—... Bueno.

Sintió como el arcano de Astrea o mejor dicho su divinidad se bajaba un poco en potencia cuando ella le miró y se llevó la mano a su pecho.

—¿Puedes... entenderme?

—S-Si...

No sabe si fue por la impresión de poder entenderla o por otra cosa, ya que incluso sus palabras salieron con un poco de dificultad.

—¿Completamente?

Ella usó palabras fáciles de entender y Sven asintió suavemente.

—E-es voz...? escucharte en... voz...

Ella se rio suavemente cuando las palabras de Sven salieron algo inentendibles, y Sven se avergonzó un poco al darse cuenta que se equivocó, tomó sus apuntes y luego la miró.

—Ejemp... Es raro... escucharte... con esa voz...

—Suponer, que claro. Después de todo, no me estas escuchando en tu idioma común.

—Ahora solo me estás molestando...

—Hehe~...

Astrea obviamente ahora estaba hablando con palabras difíciles y aumentaba un poco la velocidad en su habla solo para molestarlo. Poco duró cuando escucharon unos toques en su puerta.

—Tu... estar... ¿Esperando a alguien?

—No. ¿Ya que estás porque no practicas con alguien?

Ella volvió mientras le contestaba esta vez en japonés. Sven asintió débilmente antes de levantarse junto a Astrea, abrieron la puerta y lo primero que vieron fue el color del cielo, un azul claro bonito, antes de ver una mirada fruncida y seria. Sus ojos anaranjados lo observaron con algo de desdén.

—¿Aquí vive la diosa Astrea?

—Oh... si, soy yo.

Astrea se adelantó un poco presentándose a sí misma.

—Quiero unirme a tu familia para tener la habilidad de Herrero.

—Woah, eres bastante directa jovencita... y ¿cual es tu nombre?, como sabes soy la diosa Astrea, y este niño es uno de mis dependientes, y el primer niño de la familia Astrea en mucho tiempo; su nombre es Sven Bennet.

—¿Un placer?

Astrea le preguntó en Koine, y Sven trataba de seguir la conversación lo suficientemente bien para no perderse en ella. Noto que la chica lo miró de reojo antes de llevarse la mano a su pecho con algo de respeto a la diosa e ignorando por completo a Sven.

—Si. Diosa Astrea. Mi nombre es Cecil. Cecil Blackliza.

[Fin de capítulo]

Bueno, espero hayan disfrutado de este capitulo. En mi más sincera opinión, yo mismo lo disfruté. Fui corrigiendo una que otras cosas al volverlo a re-leer y me gusto bastante el camino en el que lo fuí desarrollando.

¿Fue de su agrado?

La comunicación entre Sven y Astrea me gustó mucho cómo interactúan, se siente normal y la típica charla de amigos.

Desde hoy, vendré anunciando, que cada Miércoles se irá actualizando esta historia, quiero tener el tiempo suficiente para corregir los capítulos y escribirlos.

Sin nada más que decir.

¡Sayonara!

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