Capitulo 2 (Ochako Vs. Tomura)

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Narrador Omnisciente

Había una vez un niño llamado Ōtsutsuki Dark, un prodigio desde su más tierna infancia. Poseía un talento innato para liderar y era considerado un líder natural por todos aquellos que lo conocían. Sin embargo, su vida daría un giro radical y su corazón se vería perturbado tras la trágica muerte de su hermano.

Shisui, su hermano mayor, era su mayor apoyo y guía en la vida. Juntos, compartían sueños y anhelos, luchando codo a codo para alcanzar la grandeza. Pero cuando Shisui falleció, Dark se vio sumido en la más profunda oscuridad. La pérdida de su hermano hizo que ya no pudiera ver con claridad el camino que antes recorrían juntos, y su alma se llenó de dolor y confusión.

En medio de su desesperación, el poder latente en su interior se manifestó de una manera sobrenatural. Despertó el Mangekyō Sharingan y el Rinnegan, dos de las habilidades más poderosas que un shinobi puede poseer. Sus ojos, ahora de un intenso color rojo sangre, reflejaban su tormento interno y su sed de venganza.

Sin embargo, la revelación de sus nuevos poderes no fue recibida con beneplácito por la aldea de Konoha. La noticia de su transformación se extendió rápidamente, y la gente comenzó a temer y desconfiar de Dark. Incluso aquellos que antes lo admiraban, le dieron la espalda. La aldea se volvió contra él, alimentando su resentimiento y su deseo de venganza.

Dark, abrumado por la traición y la soledad, comenzó a idear un Golpe de Estado para tomar el control de la aldea y hacerles pagar por su desprecio. Pero, a medida que avanzaba en sus planes, una voz dentro de su corazón comenzó a cuestionar sus acciones. ¿Era realmente esa la solución? ¿Debía destruirlo todo para encontrar la paz?

El dolor y el odio consumieron a Ōtsutsuki Dark, dejando una herida en su corazón que nunca sanaría. Se sumergió en un abismo de decepción, alimentado por la injusticia que veía en el mundo que lo rodeaba. Este dolor y desesperación distorsionaron su mente, llevándolo por un camino oscuro y destructivo con el único propósito de cambiar el mundo.

Dark se convirtió en una figura temida y mitológica, cuyo destino parecía inevitable. Nadie podía detenerlo mientras avanzaba hacia su objetivo, porque su determinación era implacable. La decepción que sentía hacia la humanidad era incomprensible para aquellos que lo rodeaban. Nadie estuvo a su lado en los momentos en que más lo necesitaba, y aquellos que intentaron detenerlo llegaron demasiado tarde.

La maldición del odio se convirtió en su legado, y Dark se aferró a un sueño irreal de una realidad distorsionada. Sus acciones y decisiones estaban impulsadas por el deseo de venganza y de hacer pagar a aquellos que lo habían decepcionado. Cada paso que daba en su búsqueda de cambiar el mundo solo alimentaba aún más su odio y su sed de poder.

{Fin del Flash Back}

Dark caminaba por las angostas calles de la ciudad, la oscuridad de la noche envolviendo cada rincón. La luna, en su esplendor, se erguía en lo más alto del cielo, bañando todo con su pálida luz.

En ese momento, Dark divisó a Magane a lo lejos. Una sonrisa se dibujó en su rostro mientras se acercaba lentamente a ella. Sus ojos se clavaron intensamente en los de Magane, buscando una confirmación de que ella sabía quién era él y en qué lugar se encontraban.

"Hola, Magane, ¿Sabes que somos y en donde estamos?", pronunció Dark, su voz ligeramente cargada de misterio y emoción. Deseaba saber si ella también era consciente de la verdad que los unía.

Magane asintió con una sonrisa tétrica, mostrando su conocimiento y comprensión de la situación. "Somos creaciones", respondió con un dejo de malicia en su voz. "Podemos detectarnos entre nosotros", añadió, revelando que poseía la misma habilidad que él.

Chikujōin Magane 

Dark asintió, entendiendo que Magane estaba en sintonía con la verdad. "Altair-Chan ha estado viajando entre Universos", comenzó a explicar Dark, "teletransportándose por todo el Multiverso y finalmente mandando creaciones a este mundo". Sus palabras revelaban la complejidad de los eventos que los habían llevado a ese encuentro.

Magane se acercó aún más a Dark, sus rostros casi rozándose. Una sonrisa tétrica se dibujó en sus labios mientras formulaba su siguiente pregunta. "¿Y qué tan peligrosa es?", inquirió, su voz cargada de curiosidad y una pizca de anticipación. Parecía estar disfrutando del juego de incertidumbre en el que se encontraban inmersos.

Dark reflexionó por un momento, su mente analizando la información que poseía. "Altair es un holograma, más específicamente, una 'imagen física'", explicó sin darle demasiada importancia. "Solo puede ser dañada por ataques conceptuales", añadió, revelando una debilidad específica que poseía su compañera.

"¿Vendrás conmigo a las buenas o a las malas?", preguntó Dark, activando su segundo Rinnegan, mostrando su determinación y poderío. Estaba dispuesto a llevar a cabo su objetivo, sin importar los medios necesarios.

Magane levantó ligeramente las manos en señal de rendición. "Vale, vale, iré contigo", respondió con una sonrisa en su rostro. "Sabes que no puedo ganarle a los Uchiha", admitió, mostrando su conocimiento sobre la reputación y poderío de los Uchiha en la historia.

Dark se dio la vuelta, su expresión seria y determinada. "Te llevaré a la guarida", declaró, transmitiendo su compromiso de proteger y guiar a Magane hacia un lugar seguro.

Sin decir una palabra más, Dark comenzó a caminar en dirección a la guarida, con Magane siguiéndolo de cerca. Mientras avanzaban, Magane no pudo evitar sentir un creciente interés por Dark. "Eres interesante", pensó para sí misma, una sonrisa juguetona dibujada en su rostro. Parecía estar intrigada por el Uchiha y estaba ansiosa por descubrir más sobre él.

{Con Ochako}

Ochako caminaba apresuradamente por las calles en busca de Shōto. Su corazón latía con fuerza mientras intentaba procesar todo lo que había sucedido. Finalmente, lo encontró viendo hacia todos lados, perdido en sus pensamientos.

"Shōto", llamó Ochako, acercándose lentamente. Shōto levantó la mirada y la vio con sorpresa en los ojos. "Ochako, ¿qué está pasando?", preguntó, confundido por la expresión preocupada en el rostro de su amiga.

Todoroki Shōto Aka Zuko Congelante

Ochako suspiró profundamente, tratando de encontrar las palabras adecuadas para explicar la situación. "No estamos en nuestro mundo, Shōto", dijo, su voz temblando ligeramente. "Algo extraño ha sucedido y nos ha llevado a este lugar desconocido".

Shōto asintió lentamente, asimilando la información. "Entiendo", dijo con calma. "Puedes explicarme todo, no hay prisa". Su mirada reflejaba comprensión y determinación, dispuesto a enfrentar cualquier desafío que se les presentara.

Sin embargo, antes de que Ochako pudiera comenzar a contarle todo, un estruendo resonó en el aire. Katsuki se estrelló contra el suelo con una fuerza impactante, levantando una nube de polvo. Mientras todos se acercaban para ver qué había sucedido, Shigaraki apareció de la nada, su sonrisa retorcida revelando un aura de locura.

"Vaya, así que de verdad no soy el único en venir a este mundo", dijo Shigaraki con malicia, sus ojos brillando con perversión. "La mujer militar me dijo que podría venir aquí a divertirme". Con esas palabras, se refería a Altair, la poderosa mujer que había estado causando estragos en su mundo y en muchos otros.

Shigaraki Tomura

Shigaraki lanzó un poderoso golpe que hizo que Ochako saliera volando, estrellándose contra el suelo con fuerza. Mientras se levantaba, su cuerpo temblaba de dolor, pero su determinación no flaqueaba.

"¡Shōto!" exclamó Ochako, instando a su compañero a atacar. Shōto respondió de inmediato, desatando su poder de hielo y fuego contra Shigaraki. Aunque sus ataques fueron poderosos, no lograron causarle mucho daño al villano.

Shigaraki se acercó a Shōto, una sonrisa burlona en su rostro. "Estúpido Zuko congelante", dijo con desdén, haciendo referencia a su habilidad de controlar el fuego y el hielo. Parecía disfrutar del sufrimiento de sus oponentes.

Ochako se levantó, su mente clara con determinación. "Shisui me dio su sello del Kāma, ahora soy más fuerte", pensó para sí misma. Activando el Sello del Kāma, una poderosa marca en su cuerpo, corrió hacia Shigaraki con determinación. Golpeó al villano con todas sus fuerzas, logrando hacerle algo de daño, aunque solo fue a través de la fuerza bruta.

Sin embargo, a pesar de su valiente esfuerzo, Shigaraki todavía tenía la ventaja. Golpeó a Ochako con ferocidad, dejándola de rodillas y causándole graves heridas. A pesar del dolor y la sangre que brotaba de sus heridas, Ochako no se rindió.

Ochako se levanta con dificultad, sintiendo el peso de sus heridas, pero su determinación no se ve afectada. Con una mirada decidida, se dirige a sus compañeros y les dice: "Aunque no tengamos el One For All aquí, eso no importa realmente". Su voz muestra una confianza inquebrantable mientras se prepara para enfrentarse a Shigaraki. "¡Digo que lo derrotemos aquí y ahora!", exclama, infundiendo coraje y determinación en el corazón de sus compañeros.

Ochako, Katsuki y Shōto se miran entre sí, compartiendo un entendimiento silencioso. Saben que deben darlo todo para detener a Shigaraki, incluso si eso significa superar cualquier límite que se les presente. El poder destructivo de Shigaraki amenaza con arrasar toda la ciudad, pero eso no los detendrá.

Shōto se adelanta, listo para utilizar su Quirk de hielo para congelar a Shigaraki y mantenerlo inmovilizado. "¡Continúen atacando! ¡No le den tiempo para recuperarse!", exclama, instando a sus compañeros a no ceder ni un segundo en su ofensiva.

Ochako toma impulso, concentrando toda su fuerza en un golpe devastador dirigido directamente hacia Shigaraki. Su puño se estrella contra él, haciéndolo retroceder con violencia. El impacto es tan poderoso que el suelo tiembla bajo sus pies, dejando una grieta en su estela.

Shigaraki se encontraba de pie a pesar del potente golpe, su rostro retorcido en una sonrisa malévola. Sus ojos brillaban con una maldad que parecía emanar de lo más profundo de su ser. "Solo hay discriminación y desigualdad en este mundo", dijo con un tono siniestro. Su voz estaba cargada de malicia mientras pronunciaba sus palabras con una satisfacción retorcida. Levantó la cabeza y su risa resonó en el aire, cargada de locura. "¡Si logro dominarlo todo, todos sufrirán! ¡Así será más justo!", gritó con una furia desatada que parecía consumirlo.

En ese momento, Ochako se lanzó hacia Shigaraki con una determinación feroz. Su puño impactó directamente en su rostro, enviándolo a volar varios metros por el aire. Aterrizó bruscamente en el suelo, pero se levantó rápidamente, sin mostrar señales de debilidad. Ochako lo miró fijamente, su voz llena de determinación. "No sé si estoy hablando contigo, Shigaraki, o con All For One", dijo con una determinación que resonó en el aire. Sabía que no podía permitir que la oscuridad se apoderara de su mundo, y estaba dispuesta a luchar hasta el final para protegerlo.

Mientras tanto, Katsuki se acercaba corriendo hacia Shigaraki, su confianza y estupidez desbordante. "¡He esperado tanto tiempo para esto!", exclamó con arrogancia. Sus ojos brillaban con una determinación feroz mientras se preparaba para lanzar un ataque devastador. "¡Estoy seguro de algo! ¡No quiero escucharte más!", gritó con furia. Una sonrisa desafiante se dibujó en su rostro. "¡Ese cuerpo gigante lo voy a destrozar!", exclamó con una arrogancia que no dejaba lugar a dudas porque es un idiota.

Mientras tanto, Ochako y Shōto continuaron su implacable ataque contra Shigaraki. Ochako utilizaba su fuerza bruta para golpearlo una y otra vez, sin darle tregua. Cada golpe era impulsado por su determinación de proteger a aquellos que amaba. Por otro lado, Shōto utilizaba su poder de fuego para envolver a Shigaraki en llamas, haciendo que el calor y la intensidad del fuego aumentaran a medida que su ira se desataba.

Katsuki se prepara para su ataque, sintiendo la euforia y la confianza que siempre lo han impulsado. "¡Soy el Dios de las explosiones mortales! ¡Dynamight!" exclama con arrogancia, sin percatarse de que, en realidad, es el más débil de todos. Su determinación lo impulsa a gritar: "¡Explosión giratoria!", liberando una explosión devastadora mientras se lanza hacia Shigaraki con la intención de acabar con él de una vez por todas.

Sin embargo, Shigaraki no muestra ni un ápice de temor. En cambio, su risa maliciosa se eleva en el aire, llenando el ambiente con una oscuridad palpable. "Sin duda, no es impresionante", dice con desprecio hacia Katsuki, sus palabras cargadas de burla y desdén.

A medida que la batalla se desarrolla, Katsuki se da cuenta de que el poder de Shigaraki es abrumador. Cada intento de ataque es repelido con facilidad, sin que Katsuki siquiera logre hacerle un rasguño al villano. La frustración y la impotencia comienzan a nublar la mente de Katsuki, pero su determinación sigue ardiendo en su interior.

Shigaraki se acerca lentamente a Katsuki, su presencia llenando el espacio con una aura de locura y maldad. "En realidad, no lo siento. No me importas en lo absoluto", dice con una sonrisa retorcida, dejando en claro que para él, Katsuki no es más que un obstáculo insignificante en su camino hacia el caos y la destrucción.

Con una demostración impactante de su inmenso poder, Shigaraki revela la abismal diferencia que existe entre los dos. Cada movimiento de Shigaraki es calculado y letal, mientras que Katsuki lucha desesperadamente por mantenerse en pie. La diferencia se hace aún más evidente cuando Shigaraki asesta un golpe devastador a Katsuki, dejándolo maltrecho y sufriendo la merma de su orgullo y confianza.

Shigaraki, con una mirada de locura en sus ojos, suelta una risa desenfrenada que resuena en el aire, dejando claro que su desprecio hacia Katsuki es absoluto. "¡Tu vida nunca me ha importado en lo más mínimo!", le grita con ferocidad. Su voz llena de desdén hace eco en el lugar, mientras Katsuki queda paralizado ante su presencia imponente.

"¡Solo llamó mi atención tu amistad con Midoriya!", continúa gritando Shigaraki, dejando claro que su interés en Katsuki era mero juego. Sabía que al lastimar al chico explosivo, despertaría la ira incontrolable de Izuku, lo cual era su verdadero objetivo desde el principio.

Sin embargo, Shigaraki no se detiene allí. Siguiendo con su sadismo, comienza a golpear a Katsuki sin piedad. Cada golpe es una bofetada de realidad para el joven héroe en ciernes. "¡¿Piensas que puedes imitar una victoria de All Might?! ¡Es hora de que enfrentes la cruda realidad!", exclama con burla, torturando a Katsuki tanto física como emocionalmente.

Pero Shigaraki no se detiene en sus palabras hirientes. Con una malicia retorcida en su sonrisa, le grita a Katsuki: "¡No importa lo que hagas! ¡Siempre serás la sombra de Izuku!" Sus palabras cortantes penetran en el corazón de Katsuki, haciéndole sentir insignificante y débil.

Finalmente, Shigaraki decide utilizar su Quirk Deterioro, el cual tiene la capacidad de desintegrar cualquier cosa que toque. Con una mirada sádica en sus ojos, Shigaraki desata su poder sobre Katsuki. La desintegración comienza lentamente, pero el dolor es insoportable. Katsuki se retuerce en agonía mientras su cuerpo se desintegra poco a poco, minuto tras minuto, hora tras hora.

El tiempo se vuelve una tortura interminable para Katsuki, mientras Shigaraki disfruta cada segundo de su sufrimiento. El ambiente se llena de un silencio espeluznante, solo interrumpido por los gritos ahogados de Katsuki y las risas maliciosas de Shigaraki.

Ochako concentró toda su fuerza en un solo golpe, lanzando a Shigaraki con una fuerza sobrehumana hacia un edificio cercano. El impacto fue tan poderoso que el edificio se derrumbó por completo, dejando escombros por todas partes. Sin embargo, para la sorpresa de Ochako, Shigaraki emergió de entre los restos sin una sola herida visible.

La incredulidad se reflejó en el rostro de Ochako mientras observaba a Shigaraki levantarse sin problemas. "Es mucho más fuerte de lo que recordaba", pensó con preocupación. La idea de enfrentarse a un enemigo tan poderoso la llenaba de inquietud, pero estaba decidida a proteger a sus amigos y luchar hasta el final.

Shōto, por su parte, decidió utilizar su Quirk para lanzarle un ataque combinado de fuego y hielo a Shigaraki. Las llamas ardientes se mezclaron con el frío helado en un intento desesperado de debilitar al villano, pero para su frustración, Shigaraki no mostraba ningún signo de sufrir daños. Parecía inmune a los elementos, lo que aumentaba aún más la sensación de impotencia de los héroes.

De repente, Shigaraki desapareció de la vista de todos, solo para reaparecer detrás de Shōto en un abrir y cerrar de ojos. "¡Muere!", exclamó con locura, atacando sin piedad a Shōto por la espalda. El joven héroe fue tomado por sorpresa y recibió el golpe con fuerza, cayendo al suelo con un grito de dolor.

En ese momento, Ochako sintió una oleada de ira y determinación. Sabía que no podía permitir que Shigaraki siguiera causando daño y destrucción. Concentrando toda su nueva fuerza y determinación, Ochako se lanzó hacia el villano con un golpe tan poderoso que resonó en todo el lugar. "¡Solo muere de una vez". Golpe tras golpe, Ochako descargó toda su furia en Shigaraki, intentando acabar con él de una vez por todas.

Sin embargo, para su sorpresa y frustración, Shigaraki parecía inmune a sus golpes. No importaba cuánto lo golpeara, él no mostraba ni una pizca de daño. La resistencia de Shigaraki solo aumentaba la determinación de Ochako, quien se negaba a rendirse y seguiría luchando hasta el último aliento.

Shigaraki, con una sonrisa llena de locura, se regocijaba en el enfrentamiento contra los héroes. "¡Esta vez enfrentar a los héroes es un verdadero desafío!", exclamó con frenesí. Sin embargo, su diversión se vio interrumpida cuando Ochako decidió acabar con todo.

Shigaraki agarró el cuello de Ochako con fuerza, intentando estrangularla. Pero ella, decidida a ponerle fin a esta batalla, no se dejó afectar por el Quirk del villano. Con un rápido contraataque, Ochako le dio un puñetazo en la cara, demostrando todo su potencial y la fuerza de sus brazos.

Los golpes de Ochako continuaron sin cesar, golpeando una y otra vez a Shigaraki. A pesar de su resistencia aparentemente inquebrantable, ella no se rendía. Sin embargo, los músculos de su cuerpo comenzaron a pedirle que se detuviera, ya no podía continuar con la misma intensidad.

A pesar del agotamiento, Ochako se negaba a rendirse. Recordando la determinación de Izuku, quien había luchado incluso con huesos rotos, ella encontró la motivación para seguir adelante. Mientras golpeaba a Shigaraki una vez más, Ochako pensó para sí misma: "¡Izuku luchaba hasta con los huesos rotos!" Esta afirmación la impulsó a seguir adelante, a pesar de sus propios límites físicos.

Ochako aferra al cabello de Shigaraki y no deja de golpearlo, movida por su aprecio y determinación hacia sus amigos, a pesar de que sus músculos se desgarran y siente un inmenso dolor. Siente cómo su cuerpo se rinde ante el esfuerzo, pero en medio de la batalla, Ochako murmura en voz baja: "En este combate, pondré mi vida en juego".

A pesar de la intensidad de los golpes que Ochako le propina, Shigaraki sigue consciente. Ochako experimenta una extraña sensación con cada golpe que conecta, pero su frustración crece hasta llegar a un punto de hartazgo. En ese momento, canaliza su chakra y lanza un golpe final con toda su fuerza.

Shigaraki termina en un cráter, aparentemente derrotado. Sin embargo, sus ojos reflejan que la batalla está lejos de acabar. Con sorpresa, Ochako observa cómo Shigaraki se levanta sin ningún daño aparente. Con una actitud arrogante, él se burla de ella: "Buenos golpes de niñita".

Shigaraki sonrió con locura mientras pronunciaba sus amenazas: "Aunque no los mate ahora, más tarde los mataré", dijo con malicia. "Obtendré el All For One y me adueñaré de nuestro universo", añadió con una sonrisa tétrica en su rostro. Su mirada fría revelaba que bajo su apariencia había algo más oculto.

De repente, Shigaraki desató un aura amenazante, proclamando con locura: "He alcanzado la verdadera inmortalidad". Mientras se alejaba por tierra, continuaba lanzando sus amenazas a los jóvenes héroes, dejándolos con un sentimiento de inquietud y temor.

Shōto y Ochako, exhaustos, no pudieron seguir a Shigaraki. A pesar de su agotamiento, se sintieron aliviados al verlo retirarse. Suspiraron de alivio, sabiendo que estaban a salvo por el momento. Aunque la amenaza de Shigaraki aún persistía, Ochako y Shōto encontraron consuelo en el hecho de que habían logrado protegerse a sí mismos.

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