Capitulo 5 (Tōji Vs Selesia y Meteora)

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Narrador Omnisciente

Meteora y Selesia se encontraban sentadas en un tranquilo parque, admirando el cielo estrellado que se extendía sobre ellas. Las estrellas brillaban con intensidad, iluminando el oscuro lienzo del firmamento.

Selesia desvió la mirada y suspiró, preocupada. "Izuku e Itachi aún no han llegado", dijo en voz baja, sus ojos reflejando su inquietud. El pensamiento de que sus amigos pudieran estar en peligro la llenaba de ansiedad.

Selesia Upitiria

Meteora giró su cabeza hacia Selesia, su expresión tranquila y serena. "Si quieres, podemos ir a buscarlos", sugirió con calma, ofreciendo su apoyo incondicional. Sabía que Selesia estaba preocupada y estaba dispuesta a ayudar en lo que fuera necesario.

Meteora Österreich

Selesia asintió con gratitud, agradeciendo la preocupación genuina de Meteora. "Estoy realmente preocupada. Con Altair como nuestra enemiga, la desaparición de Itachi e Izuku durante tanto tiempo no puede ser una buena señal", murmuró en voz baja, temiendo lo peor.

Meteora se elevó en el aire con elegancia, extendiendo su mano hacia Selesia para ayudarla a levantarse. Juntas, descendieron suavemente hasta aterrizar en la calle, preparadas para iniciar su búsqueda.

Meteora le dedicó una cálida sonrisa a Selesia, tratando de transmitirle confianza. "No pasará nada malo, confía en mí. Dark es quien quiere matar a Itachi, pero no permitiremos que eso suceda", declaró con seguridad en su voz, mostrando una determinación inquebrantable.

Selesia no pudo evitar sonreír ante el comentario de Meteora. "No puedo argumentar nada contra esa lógica", respondió con una pizca de ironía en su tono de voz, reconociendo la validez de su razonamiento. Sabía que Meteora estaba dispuesta a proteger a sus amigos con todas sus fuerzas.

Justo cuando ambas se preparaban para partir en busca de Itachi e Izuku, se detuvieron abruptamente al ver que alguien aparecía frente a ellas. La figura misteriosa se perfilaba en la oscuridad, creando un aura de suspenso y anticipación en el aire.

Tōji, con una expresión desafiante en su rostro, aparece frente a Meteora y Selesia, interrumpiendo abruptamente su camino. Las dos chicas se ven sorprendidas por su presencia, sin esperar su llegada. Sin embargo, no se dejan intimidar fácilmente.

"¿A dónde creen que van?", les digo con voz firme, bloqueando su paso y provocando que ambas tomen sus respectivas posiciones defensivas. Selesia desenvaina su espada con elegancia y Meteora se prepara para lanzar uno de sus poderosos ataques.

Al notar la tensión en el aire, Meteora observa a Tōji con preocupación, sintiéndose culpable por no haber detectado su aproximación. Sus pensamientos se agolpan en su mente mientras intenta evaluar las habilidades y motivaciones de este enigmático personaje. "No pude detectar cuando se acercó", piensa, sintiendo la responsabilidad de proteger a su compañera. Con seriedad en sus ojos, Meteora advierte a Selesia, transmitiendo su preocupación. "Selesia, ten cuidado", le dice en un susurro, consciente de que están enfrentando a un adversario formidable.

Selesia, asintiendo en respuesta, muestra una mezcla de determinación y temor en su rostro. "No lo haré... este tipo no es normal", dice con voz entrecortada, reflejando su inquietud. A pesar de su valentía, Selesia no puede evitar sentir una punzada de miedo ante la presencia imponente de Tōji, cuyas intenciones aún son desconocidas.

Con valentía, Selesia se lanza al ataque, blandiendo su espada con maestría. Sin embargo, Tōji demuestra su destreza al bloquear hábilmente el ataque de Selesia con su Split Soul Katana. El brillo de la espada refleja la determinación en los ojos de Tōji, quien muestra una habilidad impresionante para enfrentar los ataques de sus oponentes.

La Split Soul Katana, una arma legendaria que trasciende la mera dureza de las sustancias, ataca directamente el alma, incluso si se trata de objetos inanimados.

En un rápido movimiento, Tōji sorprende a Selesia y Meteora pateando con fuerza a Selesia, enviándola a volar por los aires. La impactante patada deja a Selesia aturdida y dolorida, mientras su cuerpo se estrella contra una pared cercana. A pesar de su entrenamiento y habilidades, Selesia se encuentra momentáneamente desarmada ante la fuerza y agilidad de su oponente.

Tōji se acerca a Selesia con una confianza desbordante, su figura imponente se destaca en medio del paisaje. Su mirada penetrante y sus músculos tensos revelan su destreza y habilidades sobrechambeadoras. Con una sonrisa enigmática, Tōji se dirige a Selesia, dejando en claro su dominio sobre los sentidos y habilidades físicas.

"Selesia, mis sentidos regulares son tan agudos que puedo detectar hasta los olores más sutiles y las huellas humanas más imperceptibles. Mis ojos, afilados como cuchillas, pueden percibir las diferencias de temperatura y densidad del aire a mi alrededor. Esto me permite predecir tus movimientos y anticiparme a cada uno de tus ataques", declara Tōji con una voz segura y persuasiva.

La expresión de Selesia cambia de determinación a preocupación, ahora sin su espada, se ve obligada a enfrentar a Tōji en un combate cuerpo a cuerpo. Sus pensamientos se agolpan en su mente mientras intenta encontrar una estrategia para contrarrestar la asombrosa habilidad de su oponente. "Demonios, esto se me complica", piensa Selesia, sintiendo la presión de la situación.

Selesia se lanza hacia Tōji con una determinación renovada, tratando de golpearlo con todas sus fuerzas. Sin embargo, Tōji la detiene con una facilidad desconcertante, leyendo cada uno de sus movimientos antes de que siquiera los realice. Cada golpe de Selesia es bloqueado con precisión milimétrica, frustrando sus intentos y dejándola sin opciones.

Tōji, con una sonrisa burlona en su rostro, bloquea uno de los golpes de Selesia y se toma un momento para hablar. "No te apresures, Selesia. Aún no he terminado de hablar", dice con un tono de superioridad que no deja lugar a dudas. Su confianza y control absoluto de la situación se hacen evidentes en sus palabras.

Sin darle tiempo a Selesia para reaccionar, Tōji lanza un poderoso golpe que hace que ella atraviese varios edificios como si fueran de papel. Su fuerza es abrumadora, y Selesia se ve arrastrada por el impacto, sintiendo cómo el mundo a su alrededor se desdibuja en una mezcla de dolor y asombro.

Tōji corrió hacia Selesia con una determinación feroz, cada paso suyo dejaba una estela de destrucción a su paso. Los edificios, que alguna vez fueron imponentes estructuras de concreto y acero, se desmoronaban como si fueran de papel bajo la fuerza descomunal de Tōji. El suelo temblaba con cada pisada suya, creando grietas en el pavimento.

Selesia, aturdida y herida, se levantó con dificultad, sintiendo cómo su cuerpo temblaba de miedo ante la fuerza inigualable de Tōji. "Es demasiado fuerte", pensó aterrada, mientras su mente trataba de encontrar una estrategia para enfrentarlo.

Tōji, con una sonrisa maliciosa en su rostro, se acercó lentamente a Selesia, disfrutando cada segundo de su terror. "Aquí terminará todo", susurró con una voz llena de maldad, dejando claro que no tenía la más mínima intención de mostrar piedad.

Sin embargo, justo cuando Tōji se disponía a atacar, recibió varios misiles por la espalda. Aunque los proyectiles golpearon su cuerpo con fuerza, parecían no hacerle ningún daño. Tōji se giró rápidamente y dirigió su mirada hacia la responsable de aquel ataque: Meteora.

Meteora, sin inmutarse por la aparente invulnerabilidad de Tōji, continuó lanzándole misiles mágicos. El aire se llenó de explosiones y destellos brillantes mientras los proyectiles se dirigían hacia su objetivo.

Tōji, sin mostrar ningún signo de preocupación, sacó de su inventario la Cadena de Mil Millas de la maldición, un arma legendaria conocida por su poder destructivo. Sosteniéndola con firmeza, pronunció con determinación: "No me decepcionen".

Con un movimiento ágil, Tōji hizo girar la cadena a su alrededor, formando un escudo invisible que desviaba los misiles mágicos. Cada impacto producía una explosión de energía, pero Tōji permanecía imperturbable, como si aquello fuera un juego de niños.

Finalmente, Tōji desapareció de la vista de Meteora y Selesia, solo para aparecer detrás de Meteora con una velocidad asombrosa. Con una patada poderosa, envió a Meteora volando hacia Selesia, quienes se estrellaron contra el suelo con fuerza.

Tōji aterrizó con elegancia y arrogancia en el suelo, mirando a las dos heroínas caídas con una sonrisa retorcida en su rostro. "Luego de ustedes, mataré a Shisui", dijo con malicia, dejando claro que su sed de destrucción no tenía límites.

Tōji se acerca lentamente a Selesia y Meteora, su mirada llena de malicia reflejada en una sonrisa torcida que se dibuja en su rostro. En su mano, sostiene el Gokumonkyō, un misterioso cubo proveniente de su maldición inventario. Con una confianza imponente, Tōji decide revelar su propósito a las dos creaciones.

"¿Saben qué es esto?", susurra Tōji, dejando que su voz cargada de enigmáticos significados llene el aire. Con un movimiento fluido y preciso, lanza el Gokumonkyō cerca de Selesia y Meteora, creando una tensión palpable en el ambiente.

Meteora, a pesar de su debilitado estado, lucha por levantarse, sus ojos llenos de determinación y una pizca de confusión. Antes de que pueda recuperar por completo su equilibrio, Tōji la golpea con fuerza, dejándola nuevamente en el suelo, sintiendo el impacto resonar en cada fibra de su ser.

La expresión de Tōji se vuelve seria y determinada, consciente de que ha llegado el momento de poner fin a esta batalla y continuar su búsqueda para enfrentarse a Shisui. Con una voz firme y decidida, declara: "Es hora de terminar con esto". Su mente se enfoca en el objetivo final, sintiendo la urgencia de avanzar y enfrentar su destino.

Meteora, sin comprender cómo Tōji ha adquirido tal poder, gruñe de frustración y sorpresa. Su rostro refleja una mezcla de incredulidad y admiración ante la fuerza y habilidades del misterioso individuo frente a ella. "¿Qué demonios eres?", pregunta, buscando desesperadamente una respuesta que explique la asombrosa habilidad de Tōji.

Tōji, con una confianza desbordante, sonríe y con voz segura responde a la inquisitiva Meteora: "Soy simplemente un hombre que se preocupa por la Chamba... soy un Chambeador". Sus palabras, cargadas de seguridad en sus habilidades como cazarrecompensas.

Tōji sonrió con malicia mientras se acercaba a Gokumonkyō, el artefacto ancestral que había heredado de su familia. Sabía que este era el momento perfecto para utilizar su poder oculto y atrapar a sus enemigas de una vez por todas.

Con una voz firme y decidida, Tōji pronunció las palabras mágicas: "Gokumonkyō, abre el portal". Al instante, el objeto reaccionó a su comando y comenzó a transformarse. Los bordes del cubo se desgarraron, formando una masa de carne grotesca que se extendía por las cuatro esquinas de la habitación. Los restos del cubo se fusionaron con la carne, creando un aspecto aterrador.

En el centro de la masa de carne, un ojo sangrante gigante se abrió lentamente. Estaba cosido con puntos de sutura que mantenían el ojo abierto, como si estuviera observando con malicia a Selesia y Meteora. El solo hecho de mirarlo provocaba un profundo sentimiento de temor y parálisis en las dos chicas.

Meteora, incrédula ante la grotesca visión frente a ella, no pudo evitar preguntarse: "¿Qué es eso?". Sus pensamientos se llenaron de escepticismo y miedo a medida que intentaba comprender la naturaleza de aquel ser abominable.

Selesia también se encontró frente a la terrible criatura y, con un grito de alarma, exclamó: "¡Es una trampa!". El pánico se apoderó de ella mientras se daba cuenta de que habían caído en una trampa preparada con astucia y malicia.

Sin embargo, ya era demasiado tarde. La masa de carne se movió rápidamente, envolviendo a ambas chicas en un abrir y cerrar de ojos. La carne pegajosa se adhirió a sus cuerpos, nulificando instantáneamente sus poderes y drenando su energía. Se encontraron atrapadas, incapaces de moverse o hacer cualquier cosa para escapar de su terrible destino.

Selesia y Meteora se encontraban en una situación desesperada. Estaban completamente inmovilizadas por el poderoso Gokumonkyō, Tōji, sonreía con satisfacción mientras explicaba el poder del Gokumonkyō.

"El Gokumonkyō tiene la capacidad de inmovilizar a seres de todas las dimensiones, siempre y cuando no sean omnipotentes", dijo Tōji con una sonrisa maliciosa. "No importa cuántas dimensiones ocupen o qué tipo de seres sean, el Gokumonkyō los sellará sin piedad. Además, manipula el espacio y el tiempo, eliminando cualquier requisito de proximidad o espera. No es necesario estar a menos de 4 metros ni esperar 60 segundos para que el sellado comience", agregó con diversión retorcida.

Luego de su explicación, Tōji dio el comando final. "Gokumonkyō... cerrar puerta", dijo con malicia en su voz. En ese instante, el Gokumonkyō volvió a su forma de cubo pequeño, envolviendo a Meteora y Selesia en una dimensión alternativa. El poder de la reliquia era indiscutible, y su destino estaba sellado.

Con un sonido sordo, el Gokumonkyō, ahora convertido en un cubo pequeño, cayó al suelo, dejando a Selesia y Meteora completamente atrapadas en su nueva prisión dimensional. La situación parecía sombría, sin ninguna esperanza de escape. El destino de nuestras heroínas estaba en manos de Tōji y su plan.

A medida que el cubo "procesaba" a Mateora y Selesia, su peso aumentaba de manera exponencial, llegando a ser tan pesado como el propio sol.

A pesar de la increíble carga que representaba, Tōji no mostró ni un atisbo de duda. Con una determinación inquebrantable, extendió sus brazos y levantó el Gokumonkyō sin esfuerzo aparente, demostrando una fuerza sobrechambeadora. Incluso si el cubo fuera diez veces más pesado, Tōji podría sostenerlo con facilidad.

Una sonrisa juguetona se dibujó en el rostro de Tōji mientras observaba el Gokumonkyō en sus manos. "Solo falta Uchiha Shisui", murmuró con una mezcla de emoción y confianza. Sabía que el enfrentamiento con Shisui sería una prueba verdadera de sus habilidades. Sin perder tiempo, Tōji cuidadosamente guardó el Gokumonkyō en su maldición inventario, asegurándose de que estuviera protegido y listo para ser utilizado en el momento adecuado.

Con paso firme, Tōji se dirigió hacia el lugar donde Shisui había acordado encontrarse con Meteora y Selesia. Su mirada se volvió seria mientras se preparaba mentalmente para la próxima pelea. "Uraraka y Todoroki no serán un gran problema, son más débiles que Midoriya", pensó con confianza. Estaba seguro de su capacidad para enfrentar a los otros miembros del equipo enemigo. Sin embargo, su atención se centraba en Shisui, a quien consideraba el adversario más fuerte de todos.

A medida que avanzaba hacia su destino, Tōji se repetía a sí mismo esta convicción. "Uchiha Shisui es el más fuerte de todo el equipo, y él sí me dará una buena pelea", pensó con determinación y seguridad. Estaba listo para enfrentar cualquier desafío que se presentara, confiando en sus habilidades y en el poder del Gokumonkyō a su disposición.

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