Capitulo 6 (Yōkais parte 1)

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Narrador Omnisciente

El viento soplaba a través del Túnel de Kiyotaki mientras Tōji avanzaba con determinación. A diferencia de la mayoría de creaciones, él era inmune a los mortales efectos del túnel, lo que lo convertía en un ser excepcional. Cada paso que daba lo acercaba más a su destino: la dimensión guarida de Altair.

Finalmente, tras atravesar el túnel, Tōji emergió en el otro lado. Era recibido por Altair, que parecía haber aparecido de la nada. La tranquilidad se reflejaba en su voz al saludar a Tōji. "Hola, Tōji", dijo con calma, como si estuviera esperando su llegada.

Tōji se detuvo frente a Altair, sus ojos llenos de seriedad. "Mujer, ¿qué es lo que quieres? Estaba a punto de ir a pelear contra Uchiha Shisui", declaró, dejando en claro su determinación y compromiso con su misión.

Altair le respondió con una sonrisa irónica, como si supiera algo que Tōji aún no comprendía. "Tōji, hay algunas criaturas japonesas que ponen en peligro a Megumi", dijo con naturalidad, revelando un nuevo y urgente propósito para su encuentro.

La mención del hijo de Tōji, cambió su enfoque por completo. Ignorando su misión anterior de acabar con Shisui, Tōji se mostró preocupado y decidido a proteger a su hijo. "¿Qué clase de criaturas son esas?" preguntó, ansioso por obtener más información y tomar medidas para asegurar la seguridad de Megumi.

Altair observó atentamente la reacción de Tōji, una sonrisa juguetona jugando en sus labios. Sus ojos brillaban con una mezcla de diversión y complicidad mientras hablaba con naturalidad: "Las criaturas a las que nos enfrentaremos son los Kappas. Estas bestias traviesas tienen la costumbre de robarles el Urano a los niños y luego se los comen", explicó, dejando que las palabras flotaran en el aire.

Tōji frunció el ceño, su semblante se oscureció por la comprensión repentina. Sabía exactamente a qué se refería Altair con "Urano". Sus puños se apretaron con fuerza mientras afirmaba con determinación: "Muy bien, esos malditos bastardos no se acercarán mucho a mi hijo", declaró con un tono de voz cargado de protección, decidido a mantener a Megumi a salvo de cualquier daño posible.

Altair, consciente del instinto paternal que ardía en el interior de Tōji, extendió su mano y le entregó un dispositivo fascinante. Con una voz tranquila y segura, le explicó: "Con esto, podrás ubicar y rastrear cualquier cosa o ser vivo en este vasto Multiverso. Además, también funciona como un portal que te permitirá viajar a otros Universos, dimensiones, épocas del tiempo e incluso las líneas del tiempo", reveló, dejando que la magnitud de las posibilidades se asentara en la mente de Tōji.

Tōji asintió solemnemente, sus ojos reflejando una mezcla de gratitud y determinación. Se alejó, con el dispositivo firmemente agarrado en su mano, listo para enfrentar cualquier peligro y proteger a Megumi de cualquier daño que pudiera acechar en su camino. Sabía que no importaba cuán desafiante fuera el desafío, haría todo lo posible para asegurar la seguridad de su hijo.

{Con Dark}

Dark caminaba sigilosamente por el espeso bosque, su figura envuelta en sombras parecía fundirse con la oscuridad que lo rodeaba. Mientras avanzaba, sus sentidos agudos captaron el suave sonido del agua corriendo y decidió acercarse para investigar. Al llegar a las orillas de un río cristalino, sus ojos se encontraron con los de una misteriosa mujer de cabellos oscuros que parecía perdida en sus pensamientos.

La mujer levantó la mirada al notar la presencia de Dark y, con una educación exquisita, le dirigió la palabra. "Oh, disculpe la molestia, caballero. ¿Podría usted ayudarme? No deseo que se sienta obligado de ninguna manera, por supuesto. No habrá problema si decide negarse", dijo con un tono de voz suave y respetuoso.

Dark se acercó con confianza a la mujer, revelando su conocimiento sobre su verdadera identidad. "Sé que eres una Jorōgumo", pronunció con naturalidad, sus ojos penetrantes clavados en ella.

La Jorōgumo, sorprendida por la revelación, dejó escapar un leve suspiro y respondió con cierto enojo en su voz. "Entonces, no deberías haberte acercado", dijo mientras sus extremidades se transformaban en patas de araña, revelando su verdadera naturaleza. Sin darle tiempo para reaccionar, la Jorōgumo envolvió a Dark en una telaraña pegajosa, inmovilizándolo por completo.

Jorōgumo

Con una sonrisa maliciosa, la Jorōgumo se acercó lentamente a Dark, deleitándose con su presa atrapada. "Es una lástima que tenga que acabar contigo, pero mis bebés arañas necesitan una incubadora", dijo con diversión en su voz, dejando en claro sus siniestras intenciones.

A pesar de su situación precaria, Dark mantuvo la calma y su expresión imperturbable. "Inténtalo, si crees que puedes", respondió con naturalidad, desafiando a la Jorōgumo con una determinación inquebrantable.

Jorōgumo se acerca a Dark, acercándose lo suficiente como para susurrarle al oído. "Si no lo notas, estás completamente inmovilizado", dice con una burlona sonrisa en su rostro, mientras deja que una de sus patas arácnidas roce levemente el pecho de Dark.

Pero en lugar de sentirse intimidado, Dark le devuelve la sonrisa, desafiante. "¿Sabes algo? No estoy inmovilizado en lo absoluto", responde con una confianza palpable en su voz. Sin perder un segundo, Dark desata su poderoso  Amaterasu, envolviendo la telaraña que lo tenía atrapado en llamas ardientes que la consumen rápidamente.

La mirada de Dark se vuelve intensa y misteriosa mientras activa su Sharingan. "Y lo que puedes hacer un Ōtsutsuki es algo que ni te imaginas, pero por ahora, solo utilizaré mi Sharingan", dice con un tono divertido, dejando en el aire la promesa de un poder aún mayor por desvelar.

Jorōgumo, cegada por su propio exceso de confianza, comete el terrible error de encontrarse con la mirada de Dark. En un instante, se ve atrapada en un poderoso Genjutsu, incapaz de moverse o escapar de su influencia. Dark se acerca lentamente a ella, su presencia imponente y dominante. "Querida mujer araña, tengo una propuesta para ti", dice con una naturalidad desconcertante, fijando sus ojos oscuros en los de Jorōgumo, quien no puede apartar la vista de él.

"¿Qué tipo de propuesta?" preguntó Jorōgumo, su voz llena de curiosidad y cautela al mismo tiempo. Su corazón latía con fuerza, consciente de que enfrentaba una encrucijada que podría cambiar su destino para siempre.

Dark apareció sigilosamente detrás de Jorōgumo, envolviéndola en una oscura aura. Su voz suave resonó en su oído, llenándola de una extraña diversión.

"Imagina un mundo donde puedes matar a todos los humanos que quieras", susurró Dark con un tono malévolo. Cada palabra parecía acariciar su piel, despertando una mezcla de emociones en Jorōgumo.

Sorprendida por la repentina presencia de Dark, Jorōgumo se volvió rápidamente, buscando la fuente de su voz. Sin embargo, no pudo ver a nadie a su alrededor, lo que aumentó sus dudas y temores.

"¿Ese mundo siquiera existe?" preguntó Jorōgumo con una voz llena de incertidumbre. La idea de un mundo donde pudiera dar rienda suelta a sus instintos más oscuros parecía demasiado buena para ser verdad.

Dark volvió a materializarse detrás de Jorōgumo, su figura enigmática envuelta en sombras. Con una risa siniestra, susurró con deleite en su oído, alimentando su curiosidad y anhelo de libertad.

"Claro que sí... puedo crearlo, pero tendrás que ayudarme", susurró Dark, disfrutando de la incertidumbre que envolvía a Jorōgumo. Su poder y promesa de un mundo sin restricciones la tentaban, pero también despertaban una mezcla de temor y fascinación en su interior.

Dark apareció frente a Jorōgumo, su presencia imponente y cautivadora. Extendió su mano hacia ella, un gesto que invitaba a Jorōgumo a unirse a él.

"Entonces... ¿Aceptas, mujer araña?" preguntó Dark, su voz llena de expectativa y desafío. Sabía que el destino de ambos estaba entrelazado, que solo juntos podrían alcanzar la libertad que tanto anhelaban.

Jorōgumo se quedó en silencio por un momento, su mente llena de dudas y miedos. Sin embargo, la promesa de un mundo donde pudiera ser ella misma, sin restricciones ni juicios, era demasiado tentadora para resistirse.

Finalmente, Jorōgumo extendió su mano humana hacia Dark, un gesto de aceptación y determinación. "Si lo que dices es cierto, acepto", dijo en voz baja, su voz resonando con una mezcla de esperanza y resignación.

Dark, con la mirada fija en Jorōgumo, extendió lentamente su mano hacia ella. Con un tono de voz tranquilo y seguro, Dark pronunció las palabras: "Jorōgumo, esa fue una decisión acertada". Sus palabras resonaron en el aire, cargadas de una confianza innegable. Con un movimiento elegante, deshizo el Genjutsu que la había mantenido prisionera.

Detrás de Dark, Hanako observaba la escena con curiosidad. Su voz sonó llena de expectación mientras preguntaba: "Sr. Uchiha, ¿Ella aceptó?" Sus ojos se iluminaron al darse cuenta de que Dark estaba tomando la mano de Jorōgumo. La emoción se reflejó en su voz al exclamar: "¡Qué bien, otra más se une al grupo!" Su entusiasmo era palpable, contagiando el ambiente con una energía contagiosa.

Jorōgumo, intrigada por la presencia de Hanako, dirigió su atención hacia ella y le preguntó con curiosidad: "¿Y tú, quién eres?" Como su territorio está muy lejos del de Hanako, nadie mencionaba el nombre de la pequeña Yōkai ni se hablaba de ella.

La pequeña Yōkai hizo una reverencia graciosa, demostrando su respeto. Con una voz educada, Hanako respondió: "Soy una Yōkai, un espectro, un espíritu, un demonio... Mi territorio se encuentra en las escuelas y los baños públicos". Su tono de voz denotaba una mezcla de tranquilidad y diversión. "Estoy en el mismo equipo que el Sr. Uchiha y he traído a otra Yōkai", añadió con una chispa de alegría en su voz.

Una mujer se acerca cautelosamente a Jorōgumo, Hanako y Dark. Su figura está envuelta en un elegante abrigo marrón que le confiere un aire sofisticado y enigmático. Sin embargo, lo más llamativo es el tapabocas quirúrgico que cubre su rostro, ocultando parte de su identidad.

Jorōgumo, siempre curiosa por las criaturas sobrenaturales, no puede evitar preguntar: "¿Ella es una Yōkai?" Sus ojos se clavan expectantes en la figura de la mujer. La misteriosa mujer asiente lentamente, confirmando las sospechas de Jorōgumo.

Aunque la mujer no emana la clásica aura de una Yōkai, Jorōgumo no puede evitar sentir intriga. Hanako, por otro lado, también parece desafiar las expectativas tradicionales de una criatura sobrenatural. La mujer, consciente de la mirada penetrante de Jorōgumo, comprende que busca algún rastro que revele su verdadera naturaleza.

Con cuidado, la mujer retira su tapabocas quirúrgico y lo sostiene frente a ella. "¿Buscas esto?" pregunta en voz baja, dejando al descubierto una herida grotesca en su boca, ella es Kuchisake-Onna, el terrorífico espíritu de la mujer de la boca cortada.

Kuchisake-Onna

Kuchisake-Onna vuelve a cubrirse rápidamente con el tapabocas, ocultando su desfigurado rostro. "Morí hace siglos... me da vergüenza decir lo que hice para ser asesinada", murmura con voz temblorosa, desviando la mirada en un intento de esconder el dolor y la tristeza que la acompañan desde su muerte.

Jorōgumo observaba a Hanako con curiosidad, intrigada por como se convirtió en una Yōkai. Sin poder contener su curiosidad, decidió romper el silencio y preguntar: "¿Y tú? ¿Cómo moriste?", sus palabras cargadas de una mezcla de interés y compasión.

La mirada de Hanako se oscureció, reflejando en sus ojos el peso de una tragedia pasada. "Tenía tan solo doce años", comenzó a relatar con voz temblorosa. "Estaba jugando a las escondidas con mis amigos, disfrutando de la inocencia de la infancia. Pero, de repente, fuimos sobresaltados por el sonido ensordecedor de una alarma de bombardeo. En ese momento, todo cambió", sus recuerdos parecían transportarla de regreso a aquel fatídico día.

"Me escondí en el baño, buscando refugio en un lugar que solía ser seguro. Pero las bombas enemigas redujeron la escuela a escombros", continuó Hanako, su voz entrecortada por la emoción. El dolor de aquellos últimos momentos se hacía palpable en cada una de sus palabras.

El corazón de Jorōgumo se hundió en un mar de compasión y pesar. Aunque ella misma era responsable de arrebatar vidas, no podía ni siquiera imaginar cómo habían sido los últimos momentos de Hanako, una niña inocente atrapada en medio de la guerra.

Jorōgumo miró a Hanako, su rostro lleno de tristeza. "Pobre niña", pensó, sintiendo una profunda conexión con el sufrimiento que Hanako había experimentado.

En ese momento, Kuchisake-Onna se acercó y se arrodilló junto a Hanako, envolviéndola con un abrazo reconfortante. "Ya, ya, pequeña Yōkai", susurró Kuchisake-Onna con ternura. "La guerra mundial terminó hace casi un siglo, y puedes descansar tranquila sabiendo que no te caerán más bombas. Estás a salvo ahora", sus palabras eran una suave melodía de consuelo para el alma herida de Hanako.

Dark, con cuidado y fuerza, levanta a Hanako y la coloca suavemente sobre sus hombros. Sus manos se ajustan con ternura alrededor de la pequeña figura de la Yōkai, asegurándose de que esté cómoda y segura en su posición elevada.

"Pequeña Hanako, tenemos que buscar otras Yōkais", murmura Dark con voz suave y cálida, transmitiendo su determinación a la pequeña Yōkai. Sus ojos oscuros brillan con una mezcla de confianza y protección mientras mira hacia adelante, listo para enfrentar cualquier desafío que se les presente.

Hanako, con sus ojos llenos de emoción y entusiasmo, asiente con energía. Sus cabellos azules oscilan ligeramente mientras se aferra a los hombros de Dark. "Vamos, Sr. Uchiha", dice en un tono animado, dejando claro su compromiso y confianza en su compañero.

La presencia de Kuchisake-Onna no pasa desapercibida. Con elegancia y gracia, se levanta y se acerca a Dark con una sonrisa coqueta que apenas se vislumbra bajo su tapabocas. Los ojos entrecerrados y llenos de un brillo juguetón revelan su deseo de pasar más tiempo con él.

"Vamos, quiero pasar más tiempo contigo, Uchiha-Kun", murmura Kuchisake-Onna en un tono seductor y tentador, acercándose aún más a Dark. Sus movimientos son sutiles pero deliberados, dejando claro su interés y atracción hacia él.

Jorōgumo, observando la escena desde la distancia, no puede evitar sentir cierta incomodidad. Sus ojos se estrechan ligeramente mientras reflexiona sobre su situación. "Me pregunto cómo sería tener hijos como una persona normal", piensa con un interés genuino. "Antes era una araña que se convirtió en una mujer con rasgos arácnidos... será algo extraño para mí tener hijos como una humana", añade con dudas y una pizca de melancolía.

La voz suave y curiosa de Hanako se eleva en el aire: "Dime, Sr. Uchiha, ¿a quién iremos a buscar?" Sus ojos brillan con anticipación mientras espera ansiosa la respuesta.

Dark detiene sus pasos por un momento, su mirada intensa se pierde en el horizonte. Una sonrisa pícara se dibuja en sus labios y responde con un tono misterioso: "Ya sabes, Kitsune o Yūki-Onna". La sonrisa se acentúa, revelando su fascinación por estos seres sobrenaturales.

Hanako no puede evitar reír ante el comentario de Dark. Su risa cálida y juguetona llena el aire mientras responde con humor: "Sr. Uchiha, parece que tiene un gusto particular por las Yōkais". Sus ojos brillan con diversión, disfrutando de la conexión que han establecido.

Dark permanece impasible ante el comentario de Hanako. Su expresión tranquila revela una confesión audaz: "Me gustan las Yōkais y seres similares". Sus palabras destapan su atracción hacia las mujeres Yōkai, mostrando un aspecto desconocido de su personalidad.

Kuchisake-Onna, con su tapabocas que oculta su sonrisa, no puede evitar sentirse coqueta ante las palabras de Dark. Su mente se llena de pensamientos traviesos mientras lo observa con ojos entrecerrados, pensando para sí misma: "Eso es bueno". La atracción entre ellos se intensifica, creando una chispa de energía palpable en el aire.

Jorōgumo, con su mirada coqueta y seductora, sonríe al ver a Dark. En su mente, piensa aliviada: "Menos mal". La presencia del Uchiha ha despertado su interés y está ansiosa por explorar esta nueva conexión.

Dark, consciente de la complicidad que ha surgido entre ellos, decide que es hora de actuar. Abre un portal con un gesto elegante y, con una voz llena de autoridad, dice: "Vamos, Jorōgumo, Kuchisake". Sus palabras son un llamado a sus nuevas compañeras, invitándolas a unirse a él en su búsqueda emocionante.

Dark, junto a Hanako, Kuchisake-Onna y Jorōgumo, atraviesan el portal, dejando atrás el mundo conocido para adentrarse en un viaje para reunir más Yōkai.

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