Parte Única

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¿Cuantas veces había visto a aquel niño? ¿Cuantas veces le vio sonreír? ¿Cuantas veces deseo que aquel niño tuviera su edad? Pero eso nunca pasaría. Le vio crecer, le encantaba ser visitado por el pequeño peliverde que día tras día crecía hasta convertirse en aquel joven.

Aquella tarde el de ojos cual esmeraldas no lo vino a ver... ¿se disiluciono? Pues si, lo hizo. Pero estaba seguro que Izuku tendría un buena razón para ello. Los días pasaban, llegando a ser meses. ¿Intento buscarlo? Lo hizo. Lamentablemente ocurrió lo menos esperado por el bicolor, aquel dulce joven de cabellos alborotados había muerto. Su corazón sintió romperse en miles de pedazos que nunca se juntarían.

Todos los días iba a aquel lugar que era de los dos, ese bosque era el lugar de encuentro entre el humano Izuku Midoriya y el vampiro Shouto Todoroki.

Se hallaba sentado en el mismo tronco de siempre viendo donde solía sentarse el peliverde. De sus ojos caían gotas saladas, en su rostro se veía el sufrimiento, el viento soplaba, el cielo lloraba, el bosque se compadecia de aquel vampiro que se enamoro de la persona equivocada.

Volvió a aquel vacío castillo, tan oscuro, luguble. Nunca lo sintió su hogar, pero estar con el pecoso en el bosque se parecía a uno.

Días pasaban, semanas, meses hasta llegarse a cumplir un año de la muerte de Izuku. Cuanto deseo no haberse enamorado de un humano, de un ser mortal, sus vidas eran tan efímeras.

Para Izuku explorar era muy emocionante, podría descubrir muchas cosas en esas pequeñaa aventuras que tenía por el bosque. Cierto día conocío a alguien que cambiaría su vida, ante sus ojos se encontraba un joven de 18 años a su parecer, sus cabellos de tonos diferentes le llamo mucho la atención, sus ropas le hacían recordar la historia del joven vampiro que vivía en la cima de la colina.

— ¿Cúal es tu nombre? —le preguntó. El bicolor miro al pequeño niño.

Izuku al verlo le gustaron tanto aquellos bicolores ojos, un celeste como el hielo y un gris; lo miro aún más y pudo ver una cicatriz en la parte izquierda del rostro del joven.

— No deberías estar aquí —comentó el bicolor, su voz había sonado tan calmada, pero a la vez fría como el hielo—. Hay seres peligrosos por el bosque.

Parecía que se refería a él mismo.

— Entonces, no deberías de estar aquí ¿no? —sonrío.

El chico supo que había perdido ante un niño.

— ¿Cúal es tu nombre? —volvío a preguntar.

— Shouto...

El tiempo pasaba tan rápido al lado de Todoroki, Izuku le contaba todo lo que hacía antes de llegar a su encuentro en el bosque. Las bellas aves que veía, los animales que no podía ver de niño.

El hombre delante suyo siempre le escuchaba con una sonrisa. Izuku tenía un pequeño secreto que nunca le diría a Shouto; le gustaba verlo sonreír, ya que no era común verlo de esa manera.

Los años pasaron, él ya era todo un joven, que descubrío muchas cosas de si mismo, como el haberse enamorado del vampiro.

Se volvio a despedir de Todoroki, le era algo díficil pero lo hacía sabiendo que al siguiente día lo vería. Esta vez estaba decidido a confesar lo que sentía por el bicolor, pero el destino no quiso aquello. Desperto enfermo, aun así quiso ir a verlo; levantarse era doloroso, su cabeza sentía romperse con tan solo pensar, no pudo ir a su encuentro.

Los siguientes días fueron lo mismo, pararse, pensar, querer comer algo y no poder hacerlo. Hasta que llego el día que no despertaría nunca más en aquel cuerpo.

Lentamente fue abriendo sus ojos, un color esmeralda tan hermoso. Lo único que llegaba a ver era el cielo, y alguien preguntando si estaba bien, busco con la vista a la persona que le hablaba... encontrandose con una joven de cabello castaño, ojos tan redondos color chocolate, que vestía de manera extraña, que de alguna forma le recordaba a Shouto.

— ¿Estás bien fantasmita?

— ¿Q-Que? —¿que acababa de decir la chica? ¿Fantasma?

— Fantasmita, te golpeaste duro tu cabecita.

— ¿Fantasma?

— Sera acaso que... —sería eso se pregunto la castaña— has muerto, lo que significa que te convertiste en un fantasma.

Había muerto. Ya no podría ver al bicolor nunca más.

— ¿Cual es tu nombre? —interrogo la chica.

— Mi-Midoriya Izuku y ¿el tuyo?

— Uraraka Ochako —contestó con una sonrisa— soy una bruja. Ahora que lo pienso, que estes ahora como fantasma significa que tienes algo pendiente ¿verdad?

En ese momento el peliverde recordo aquello que tenía que decirle al vampiro, pero no pudo hacerlo.

— Yo... tenía que decirle lo... que sentía —hablar con la bruja era tan sencillo.

— Ya veo y ¿donde se encuentra esa persona?

Lo penso. ¿En que lugar se encontraba primeramente él? ¿Seguiría en Yuuei? Tenía tanto miedo de preguntar, pero se llenaría de valor para hacerlo.

— ¿Dondé nos encontramos? Yo soy del Yuuei.

Ver el rostro de la bruja pudo deducir que no se encontraban en su pueblo.

— Estamos en Kamino, Yuuei esta a pocas horas de viaje —sus ojos esmeraldas se iluminarón con la respuesta de la castaña.

Gracias a todos los dioses que estaba un poco cerca de su amor.

— Ven vamos —la bruja subío a su escoba. Y emprendío en viaje, sin darse cuenta que Izuku se habia quedado atrás.

Paro su escoba al no sentir la presencia del fantasma.

— ¿Que pasa?

— No... se... volar... —sus mejillas se pusierón tan rojas por la vergüenza.

La bruja se burlo una rato, pero despúes le dijo que imaginara volar. Izuku hizo lo que se le pidío sin darse cuenta ya había empezado a volar.

Eatuvieron converzando durante todo el camino. Midoriya le comentó de que eataba enamorado de un vampiro, la bruja de alguna manera se imagino el dolor del vampiro al perder al chico.

— Bueno nos vemos en otra ocasión Izuku —Ochako emrendío vuelo—. Adíos.

Al ya no ver a su amiga bruja, el fue volando al bosque llegando a aquel lugar, pero encontrandose al bicolor zollosando. No le gustaba verlo de esa forma. Se acerco al vampiro abrazandole por detrás.

— Shouto...

El vampiro de quedo petrificado, esa que no escucho en años... años dolorosos de soledad, sin la compañía de aquel pecoso.

Despúes de muchas años ahí se encontraba su amor.

Sin necesidad de palabras supo lo que sentía el fantasma así él.

Lo beso, se sentía calido, tierno, necesitado por los labíos del ojiesmeralda.

— Te amo...



HOLA MIS LOTOS COMO PROMETÍ AQUÍ TIENEN EL ONE-SHOT TODODEKU ESPECIAL DE HALLOWEEN, SI ENCUENTRAN ERRORES ORTOGRÁFICOS POR FAVOR AVISARME ES DÍFICIL CORREGIR SI LA MALDITA SEÑORA DE LA CABINA ME ESTA BOTANDO ESPERO LES HAYA GUSTADO. 

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