Capítulo cuatro

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Blake

Al inicio el saber el poder que tienen mis fans y que le molestar tanto a Lili Rose fue divertido, sin embargo, ya no lo es. Que hayan descubierto todas sus cuentas está arruinando mucho más su vida que la mía, debido a que no solo encontraron sus cuentas, sino también donde viven. No quisiera decirles locas a mis fans, solo que considero que en este momento ese adjetivo es el que mejor les queda.

Pensándolo de una mejor manera, no fue buena idea decir el nombre de Lili Rose, pude verme inventado un nuevo nombre y así Mark se encargaba de crearle toda una nueva vida, ella lo odiaría más y yo no tendría que soportar en tenerla en mi casa, con Wolfang entre sus sábanas, se supone que el me amaba a mí, no a la despreciable que está invadiendo mi hogar.

Me sirvo la leche en el plato y me dirijo a tomar el cereal, al volver a la barra de la cocina, veo a Lili Rose caminando a donde me encuentro, siendo seguida por mi traidor. Entra al área— como si se encontrara en su horrible departamento—, abre el refrigerador y se queda mirando lo que hay dentro por unos segundos, ignora por completo mi presencia, lo cual agradezco porque yo hago lo mismo que ella, solo que no soporto verla tan confiada en un lugar que no es suyo.

Toso para llamar su atención— y que mínimo—disimule su confianza en mi hogar. Por su puesto soy ignorado, me rindo y opto por no prestarle más atención, me pongo de pie, dejo el plato en el lavamanos y me dirijo a la sala para ver una película que me provoque sueño y poder dormir sin despertar en toda la noche. Voy pasando por el catálogo que tiene el televisor, hasta que encuentro la ideal, sonrío feliz de hacerlo y comienzo a reproducirla, acostándome de manera cómoda en mi sillón.

El fuerte sonido de la licuadora hace que dé un salto debido al susto provocado, volteo con rapidez a la cocina, donde Lili Rose se encuentra preparando un licuado con muchas verduras verdes. Intento no hacer un escándalo en este instante, ya hice toda mi rutina para lograr pasar una noche agradable, no quiero arruinarlo y tener que comenzar de nuevo, en unos segundos terminará de preparar su asquerosa bebida y yo podré seguir con lo mío.

No, no y más no. Ahora no solo es el sonido de la licuadora escuchándose, también la música escandalosa que acaba de poner y canta como si lo hiciera bien, ya fue suficiente.

Antes de que ella pueda reaccionar, desconectó la licuadora y le pongo pausa a la música desde su móvil, al encontrarme otra vez en silencio, suspiro aliviado, pero no tengo tiempo de volver a mi sitio debido al escándalo que se escucha, de nuevo. Presiono el botón de apagar en la licuadora y le quito la tapa para vaciar todo lo que hay dentro en la basura, al momento de estar levantándolo, Lili Rose lo jala para seguir utilizándolo y presiona el botón de encendido, provocando que todo lo que tenía dentro, se vierta en nosotros. Nuestra ropa, cabello y rostro está manchado de lo que sea que estaba preparando.

Doy un inmenso grito enfurecido, Lili Rose se encuentra estática a la espera de lo que voy a hacer, pero me encuentro tan enojado que solo me alejo a mi habitación para darme una ducha en mi tina e intentar olvidar que esto sucedió. Mañana mismo Mark le consigue un nuevo departamento y la saca de mi casa, no puedo pasar otra noche con ella aquí.

Estoy por entrar a la tina cuando escucho unos golpecitos en la puerta, decido ignorarlos, aunque los golpes siguen varias veces, ¿cómo se supone que voy a relajarme? Tomo la toalla que tengo a la vista, la coloco en mi cadera y camino a paso apresurado para que me deje en paz de una vez. Abro la puerta y encuentro a Lili Rose aún bastante sucia—y para mi sorpresa sin oler mal—la miro solicitando que se apresure a decir porque está interrumpiéndome.

—Lo siento —habla apenada, en respuesta ruedo los ojos y quiero cerrar la puerta, pero su pie me lo impide—. Es tu turno de disculparte.

Mi risa burlona provoca que sus mejillas se pongan rojas y se cruce de manos.

—No tengo nada por lo que disculparme...

—Fuiste muy grosero allá abajo.

En verdad cree que hice algo mal, ella es la que se encuentra en un error y no tengo tiempo, mucho menos ganas, de explicarle la razón de porque es una pésima acompañante.

—Solo vete, Lili Rose. —pido rogando que por primera vez me haga caso.

—¡Que soy Lili! —expresa molesta.

—Lili, Rose o lo que sea, lárgate ya.

De nuevo estoy por cerrar la puerta y su pie sigue de entrometido. No sé lo que quiere lograr con esto, en verdad.

—No lo haré hasta que te disculpes, yo vine a hacerlo...

—Nadie pidió que lo hicieras.

Empujo su pie con el mío para que esto acabe ya. Sin darme cuenta, ella prevé lo que estoy por hacer, estira su mano y sujeta lo primero que puede para intentar que no logre mi cometido, cosa que hace. Miro como la toalla que traía puesta, ahora se encuentra en sus manos y yo estoy desnudo frente a ella.

Su mirada baja a mi entrepierna, veo como sus ojos se agrandan y traga saliva.

—Mis ojos están aquí arriba.

Al escuchar lo que le he dicho, sube con rapidez su mirada para enfocarla con la mía. Se queda estática sin saber cómo actuar ante lo sucedido. Este es mi momento, ruedo los aojos y antes de que ella se dé cuenta, azoto la puerta y le pongo seguro para que no quiera cometer una locura. Antes de retirarme, me quedo unos segundos prestando atención al mínimo ruido y así averiguar si se retira, al poco tiempo escucho sus pasos alejándose y dejo salir el aire aliviado.

Al fin me encuentro en la tina con el agua a una temperatura que logra hacer que todo mi cuerpo se relaje. Ya con la mente despejada, mi estómago da un vuelco por lo que acaba de suceder, intento tranquilizarme y no pensar más allá, tal vez no vio nada y si lo hizo, debe entender que estaba dormido, no es así cuando estoy por tener acción... En realidad, eso no debe importarle, como si alguna vez fuera a tener la oportunidad, con ese carácter que tiene ¡por supuesto que no!

Intento centrar mi mente en otra cosa, lo que sea, excepto que la imagen vuelve a mí cada que intento pensar en algo más. Me he repetido cientos de veces que no importa lo que esa chica haya visto, no me interesa lo que piense de mí como persona, solo que pensar en mi sexualidad ya es otra cosa muy diferente, tengo una reputación y no se puede ir a la basura por una pequeña situación.

¿Cómo soluciono algo tan delicado? No puedo llegar a su habitación mostrando mi paquete nada más así, eso resultaría muy incómodo, tampoco tengo ganas de enseñárselo, sé que tengo un punto muy importante por el que ella debería verlo bien, pero si lo digo en voz alta solo me daré más vergüenza de la que ya tengo por estar pensando en esto.

Será mejor que intente conciliar el sueño, así olvidaré lo ocurrido por la mañana o al menos eso espero.

Lili Rose

Mátenme, alguien solo asesíneme y acabe con este sufrimiento. Le vi el pene a Blake Allen... ¡Vi su pene!

No sé cómo sentirme, todavía me encuentro asustada por lo ocurrido y porque creí que hasta ahí iba a acabar mi vida y sería asesinada por el famoso cantante, mi nombre saldría junto al suyo en el enorme titular donde anunciaba como él me había matado.

Estoy sentada en mi cama intentando procesar lo ocurrido, en serio que mi propósito de ir a su recamara no era para que eso ocurriera, solo quería decirle que podíamos sobrellevar las cosas porque en contra de la voluntad de ambos, Mark nos encerró en esta enorme casa y al ser unos adultos, ya maduros, podríamos lograrlo. Resultó ser todo lo contrario y lo vi desnudo. Cada vez que cierro los ojos esa imagen aparece en mi mente y no puedo sacarla, ¿cómo hacerlo? Si lo que vi fue una gran sorpresa, sin duda las noticias de chisme que hablaban sobre él y su amigo, no se equivocaban para nada, el único problema es que yo no necesitaba confirmar esa información.

El calor sube por todo mi cuerpo, por lo que comienzo a hacer un listado de todas las cosas pendientes que debo realizar o lo intento, debido a que mi mente vuelve a esa gran imagen que quedó plasmada en mi cabeza y va a ser casi imposible sacarla.

No me agrada en absoluto la actitud de Blake, la aborrezco en su totalidad, así que trato de centrar mi atención en la terrible persona que es y que no podemos soportar estar juntos más de quince minutos debido a que ocurre un caos... y esa última palabra fue mi maldición. Caos.

Si tan solo pudiera cambiarle la personalidad a Blake podríamos ser un caos en la cama y así confirmar en su totalidad los rumores que se dicen. Estoy segura que su amiguito y sus manos harían un excelente trabajo con mi cuerpo, al igual que yo podría hacer varias cosas ingeniosas con él, mi boca estaría encantada de recibirlo.

Con esos pensamientos y dejándome llevar, mis manos bajan a mi entrepierna, se detienen cuando mis dedos se encuentran posicionados en mi clítoris, de manera lenta empiezo a masajearlo, imaginando todas aquellas cosas que podríamos hacer juntos. Un gemido sale de mi boca, la mano que tengo libre la uso para tocar mis pezones, inicio con lentitud, pero poco a poco va subiendo la identidad de ambas manos.

Solo puedo imaginar que la persona que me toca es Blake, que me tortura para que le solicite que entre en mí, entre tanto hago lo posible para no cumplir lo que quiere, solo que la velocidad va en aumento, tanto que puedo sentir que no falta mucho para llegar al orgasmo. Es ahí que me detengo en seco, mis manos ya no son suficiente. Me pongo de pie con rapidez y camino a donde tengo mi maleta, busco entre la ropa el dildo y vuelvo a recostarme en la cama, sin ninguna prenda de ropa puesta en mí, lista para usarlo.

Introduzco con lentitud el dildo en mí, visualizando que es Blake el que está dentro, los gemidos se hacen presentes, cada vez más mientras la velocidad va en aumento, no me importa nada en este instante, solo quiero llegar al orgasmo, el cual no se hace esperar mucho. Respiro agotada y satisfecha, aunque con un poco de disgusto, hubiera estado mucho mejor que el cantante hubiera entrado en el momento exacto para que él fuera quien provocara mis sonidos de placer. Rendida ante lo sucedido, me acuesto de manera adecuada en la cama, lista para conciliar el sueño.

A la mañana siguiente bajo con cautela a la cocina, rogando no encontrarme al chico, después de lo que hice anoche, no estoy lista para mirarlo, solo que, para mi mala suerte, al llegar al lugar, lo veo sin camisa preparándose el desayuno. Maldita sea mi calentura. Hago lo posible para tranquilizarme y camino hacia donde se encuentra, por un segundo considero en saludarlo, luego recuerdo lo grosero que es y omito mi amabilidad, mi único propósito de estar con él aquí al mismo tiempo es porque necesito comer, sino fuera necesario, estaría encerrada en mi habitación todo el día hasta que llegara Mark.

Blake ignora que estoy presente, termina de prepararse lo que estaba haciendo y se retira para dejarme sola, suelto todo el aire que estaba sosteniendo para no lanzarme a besarlo, si hubiera hablado y dicho algo maleducado, serviría mucho para dejar de sentir que todo mi cuerpo arde cuando lo miro. Solo me queda maldecirme por ver ido a su recamara anoche.

Cuando termino de desayunar, me dirijo a ver televisión, debo mantenerme entretenida con algo que no me lleve a indagar más en esta casa. Agradezco que no se vea Blake por ningún lado y dudo mucho que lo vaya a mirar, para ambos es mejor encontrarnos en sitios separados, aunque sea solo por una pared. Entra una llamada a mi celular, al ver que es Jeray, una sonrisa aparece en mi rostro. La mejor manera de sacar de mi cabeza lo sucedido es diciéndoselo a alguien, no hay mejor persona para el chisme que él y Clara, por eso cuando respondo, uno a la llamada a mi amiga.

—¿Qué tal te va con el guapísimo Blake? —cuestiona Clara emocionada.

Para ella es increíble el trabajo que me conseguí y aún más si debo vivir aquí, si tan solo supiera lo estresante que es el cantante.

—Lo quiero matar cada vez que habla, ya imaginarás. —respondo haciendo una mueca de disgusto.

—Las redes dicen cosas muy distintas, al parecer están demasiado enamorados.

Me suelto riendo bastante fuerte. Una cosa es que tenga unas enormes ganas de acostarme con él, otra muy distinta es que estemos enamorados, me gusta su cuerpo, odio su actitud, pero lo que acaba de decir Jeray me confirma que estoy actuando muy bien para hacer creer a todos que somos una gran pareja.

—Les tengo chismecito, pero no pueden decirle a nadie —les advierto y afirman con la cabeza emocionados—. Anoche vi el amiguito de Blake.

Hago lo posible para no hablar tan alto por si se encuentra cerca no me escuche.

—¿Cuál amigo? —habla Clara desconcertada.

—Nunca he visto a Blake con un amigo que no sea Oliver y Mark. —dice Jeray tratando de recordar a alguien más.

—¡Dios! No ese tipo de amigo —volteo hacia los lados en busca de Blake—. Lo vi por completo desnudo, completamente.

El rostro de sorpresa de mis amigos es imposible de describir, no emiten ningún sonido por unos segundos, hasta que Clara deja salir un enorme grito para luego ser acompañada de Jeray, yo solo me suelto riendo ante sus reacciones.

—¿Y qué tal? ¿Es cierto lo que dicen de él? —pide más información Clara, ansiosa de saber la respuesta.

—No lo ha probado, así que no va a saber decirte. —es Blake quien responde a la pregunta, doy un salto por el enorme susto, mi celular cae al suelo y me pongo de pie sin saber lo que debo hacer o decir.

Lo veo sin camisa caminar hacia donde me encuentro, su mirada se ve muy decidida, pero ¿de qué? ¿Acaso piensa matarme por hablar acerca de lo de anoche? Cientos de preguntas aparecen, mis pies están pegados al suelo, no puedo correr lejos de él, aunque quisiera me resulta imposible, solo me queda esperar su acción.

A centímetros de distancia de mí toma mi mano con fuerza, puedo oler su delicioso perfume que no ayudan en nada a concentrarme, con lentitud la va bajando hasta que llega a su entrepierna, ahí es cuando más desconcertada me encuentro, no sé lo que quiere, pero yo sí sé lo que ansío. Deja mi mano arriba de su amigo y me obliga a sujetarlo con fuerza, estoy tratando de concentrarme y no cometer ninguna locura.

—Ahora también ya puedes presumir que lo tocaste. —susurra con lentitud y sin despegar mi mirada de la suya.

Si tan solo me hubieran dado unos segundos más, en estos instantes me encontraría arrodillada, frente a él, pero Mark ingresa a la sala provocando que nos separemos, intento actuar como si nada sucediera, solo que lo enrojecido de mis mejillas es imposible de ocultar y lo caliente de mi cuerpo va a ser complicado que baje tan rápido.

¿Qué mierda le ocurre a Blake? ¿Qué quería demostrar haciendo eso? En verdad ya no soporto otro día más en esta casa, no jugando así.

Los tres tomamos asiento, Mark baja todo el volumen a la televisión y pide que le prestemos completa atención.

—No puedes regresar a tu departamento —informa y mi frustración aparece­—, tampoco puedes irte de aquí.

­—¿De qué mierda estás hablando? —habla Blake molesto por lo que acaba de oír.

Hace unos minutos me tenía sosteniéndole el pene y ahora está enojado porque no me iré, ¡hombre tiene que ser!

—Salió una noticia diciendo que ustedes se habían mudado juntos, si le conseguimos otro departamento a Lili Rose y todos se enteran que es falsa la noticia, no tomarán tan en serio su relación como lo están haciendo ahora. Es necesario volver real lo que se dijo...

—No pienso estar un minuto más viviendo con este.

Bien, si Blake va a actuar como si fuera la peor compañía, yo también lo haré.

—¿Este? —me ve indignado—. Solo mira como me habla, ni siquiera me respeta.

—No eres mi jefe, idiota. —digo sacándole el dedo medio.

Mark nos calla y se cubre su rostro con las manos, cansado de estar presente en esta discusión. De reojo miro como Blake me muestra el dedo medio.

—Van a vivir juntos quieran o no, esto será hasta que yo lo decida, no acepto quejas, llantos ni nada, así que cállense —exige enojado, impidiendo que pueda explicar mi lista de cientos de razones de porque esto no es buena idea, aunque él crea que sí.

Dejo caer todo mi cuerpo en el sillón, regañándome por ver aceptado esto, tengo que obedecer y lo más importante, averiguar la manera de cómo sobrellevar a Blake, el cual se encuentra mirándome como si estuviera planeando mi asesinato para deshacerse de mí, intento no demostrar debilidad, solo que me intimida un poco.  

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro