Capítulo 11

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Observo el cielo celeste.

Observar el cielo trae calma al caos de mi vida.

Recuerdo cuando era pequeña, acostada en la cama mamá solía cantar bajito alguna canción mientras trenzaba mi cabello.

—¿Por qué me llamo Sky?

—Porque transmites frescura y verdad —besa mi mejilla.

Alejo los pensamientos, alejo todo lo que tenga que ver con mamá.

Evito pensar en ella la mayor parte del tiempo.

No necesito una madre si esta solo existe para criticar y amargarme.

Comprendo que no acepte mi trabajo, pero por el simple hecho de yo elegirlo debe respetarlo.

Ignoro la llamada entrante en mi teléfono con su nombre.

Miro al cielo.

Camino por los pasillos, mis manos sostienen libros, mientras intento extraer de el bolsillo de mi pantalón mi teléfono que no ha parado de sonar.

Golpeo algo con el hombro.

—Lo siento —Es una chica.

Me detengo observado sus ojos, esa expresión de confianza me recuerda tanto a Kelly, su cabello también es rubio como el de mi amiga y sus estaturas son similares.

—¿Qué miras?

—Nada, solo... Solo me recordaste a alguien —continuo caminado.

—Espera —me llama la rubia—, lamento haber sido una canalla, no he tenido mi menor día.

—Nos vemos por ahí —me retiro sonriente aceptando sus disculpas.

En el gimnasio tengo que colocar el teléfono en modo avión para que las llamadas insistentes de mamá no interrumpan la canción que bailo.

Regreso a casa cansada.

Daemon se encuentra dentro, ha llegado temprano. Aun así se encierra en su despacho a trabajar.

Cenamos juntos, aunque no se si debería decirlo así, la cena fue silenciosa, solo se escuchaba el sonido de los cubiertos contra los platos y alguna que otra notificación que llegaba a nuestros teléfonos.

Aceptó la solicitud de amistad de Ángel. Segundos después me llega un mensaje suyo.

¿Qué haces?

Le tomo una foto al plato.

Cenando.

Responde a los segundos.

Se ve bien, pero te aseguro que puedo preparar una lasaña mejor que esa.

Sonrió.

No lo sabré hasta que no la pruebe.

Su respuesta llega rápido.

Estaré encantado de cocinar para voz hermosa dama.

Sonrió más abiertamente.

Espero no morir envenenada.

Escribo mientras masticó.

Me ofendes. Incluso Jack se siente ofendido.

Levantó la mirada a Daemon unos segundos, se encuentra centrado también en su teléfono.

¿Quién es Jack?

Pregunto curiosa.

Sky te presentó a Jack.

Es hermoso.

Casi muero de amor al ver la foto del gato.

¿Tanto cómo el dueño?

Muerdo mi labio coqueta.

No, él lo es más.

Bebo agua en lo que espero su respuesta.

¿Pero el dueño es hermoso?

Intento evitar la sonrisa tonta que se forma en mis labios al leer sus mensajes.

Buenas noches.

Me despido evitando responder.

Hasta mañana.

Dejo el teléfono a un lado de la mesa mientras termino mi cena, Daemon no pregunta con quien hablo, termino de comer y se retiró a su oficina.

Llego a la escuela en la mañana.

—Perdona, ¿tienes fuego? —Pregunta la misma chica con la que choque ayer.

—No —niego observando el porro en su mano.

Trago grueso, hace tiempo que no fumo.

—¿Quieres? —pregunta la chica viendo como impresionó su mano, no respondo, ella lo toma como un sí— debemos encontrar un mechero y encontrar un lugar más apartado.

Dejo que el humo me llene, cierro los ojos.

Mis hombros se relajan y mis ojos se achican.

—Mi nombre es Carolina —se presenta la chica.

—Sky.

—Se quien eres, todos hablaban de ti cuando apareciste en esas revistan, algunos aún lo hacen —le dedicó una sonrisa amarga—. ¿Hablas poco eh?

—Tu demasiado ¿No? —Reímos.

—Me agradas Sky.

—Tu también me agradas.

—Toma ponte esto —la rubia saca unas gafas oscuras de su mochila—, siempre tengo unas de repuesto.

Colocamos las gafas sobre nuestros ojos.

En clase todo es como siempre; tediosas charlas por parte de los profesores, escasa atención por parte de los alumnos.

Saludo a Ángel a lo lejos haciendo un simple gesto con la cabeza, este se acerca alegre.

—¿Por qué llevas gafas en la escuela? —pregunta sin borrar su sonrisa.

—¿Por haces tantas preguntas?

—¿Por que hueles a hierba?

—No huelo a hierba —aseguro

—Has fumado y no me has invitado —Quita las gafas de mis ojos dejando ver mis ojos rojos—, deja que Jack se entere, estará aun más decepcionado.

Sonrió mientras forcejeamos intentando recuperar las gafas de sol.

—Bien, lo siento, hablare con Jack y el comprenderá. Ahora me las devuelves.

—¿Qué remedio me queda? —Me regresa los espejuelos—. ¿A donde vas?

—A clase ¿y tu?

—A casa, ¿Quieres venir?

—No se si deba —pienso tentada por la propuesta— tengo examen.

—¿Y mañana? Insiste.

—Mañana estará bien.

—Bien —sonríe satisfecho— te recogeré en la mañana en la entrada.

Su alegría se contagia y sonrió junto a él.

*****
Carolina en multimedia

Capítulo no muy largo, recién escrito, puede que más adelante le agregué más palabras.

Dejen sus comentarios:

¿Qué creen de Daemon?

¿Qué les parece Sky?

¿Les gusta Ángel?, ¿Qué sucederá en su casa?

Leo sus comentarios, dejen sus votos si les gusta el capítulo y no olviden agregar la historia a sus bibliotecas para que no se pierdan las actualizaciones.

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