Capítulo 16

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Estaba enojado, triste; y sobre todo aterrado. La mera idea de que su hermano haya desaparecido de la faz de la tierra como su padre, sin ningún rastro o motivo, le provocaba todo esa interna lucha que estaba tratando de dominar.

La lluvia, el sudor, y las pequeñas lágrimas que lograban escapar de su fuerte retención de mantenerlas dentro, se lograban mezclar en dulces y amargos recuerdos que después formarían el rompecabezas de ese manojo emocional, incontrolable para este punto.

Keith estaba perdiendo las esperanzas. Cuando llegó a la casa no encontró a nadie dentro, ni el coche en el garage. Caminó unas cuantas cuadras adelante, casi arrastrando los pies y brindando la apariencia de un niño perdido o un muerto en vida.

El parque del fraccionamiento estaba cerrado, pero al menos eso indicaba la señal; sin embargo, las puertas estaban abiertas de par en par, casi susurrando su nombre con cariño para invitarlo a pasar.

Y eso mismo fue lo que hizo.

Al observar a su alrededor, apreciando cada minúsculo detalle de aquel parque precioso que había sido parte de una multitud de recuerdos que pasó junto a su hermano. Exhausto, con el corazón más hecho añicos que el sendero de ese lugar, cuando estaba dispuesto a aceptar que su hermano también había partido de su vida... ¿era todo aquello un castigo divino por la actitud que tiene? por no ser un buen hijo, un buen hermano; un buen amigo.

Sin darse cuenta ya estaba en el piso, sus prendas empapadas tanto de sudor por correr y por la inevitable lluvia, pero ya no le llegaba a importar, porque en ese instante, se rindió.

...

—"¿Keith?" 

Inmediatamente, alzó la cabeza entre pasmado y limitándose a imaginar irrealidades. La voz, la voz era conocida.

—"¿Qué haces aquí..?"

Invadido por la curiosidad, tornó la cabeza hacia donde aquella voz venía. Como un rayo de luz en la oscuridad, se aferró a ella para no caer en la insania en la de vivir en un mundo solo. Las lágrimas rebozaron de sus ojos y, sin perder un minuto más, se lanzó hacia aquella figura detrás suya. Una vez en sus brazos, volvió a ser aquel niño perdido y débil, que todo este tiempo había ocultado traumas pasados y sentimientos tormentosos.

—"Perdóname Keith" — Shiro, con la ropa igualmente mojada, apaciguó las lágrimas de su hermano menor con delicadas palmadas en su espalda, como si fuese el infante que hace años había perdido su figura paternal. —"es mi culpa."

—"¡¿Cómo puedes decir eso, Shiro?! ¡Maldita sea!" — dijo con rabia —"¡No sabes el susto que me llevé! Pensé... que te habías ido..."

—"Lo sé, es mi culpa... te juro que no vuelve a pasar."

—"¿Por qué no contestabas? ¡Dime!" 

Keith se iba separando a medida de que las lágrimas desaparecían, lo veía fijamente a los ojos, pero Shiro se limitaba a ver al suelo.

—"... Pasó algo."

—"¿Qué? ¿Qué pasó?" — respondió desesperadamente —"¡Dímelo, Shiro!"

Shiro se tomó su tiempo para responder su pregunta, y una vez que se sintió lo suficientemente valiente para contestar, inhaló el aire suficiente y lo expulsó fuertemente.

—"Terminé con Allura."

—"... ¿Cómo?" — Algo más relajado, dejó de lado su posición de insistente y se sensibilizó algo más con su hermano. Era algo sorprendente para ser sincero, puesto que Allura y Shiro siempre habían tenido una química asombrosa.

Shiro solo esbozó una sonrisa, una sonrisa triste para Keith. Alzó la vista para ver a su pequeño hermano y una vez más, respiró profundamente; él solía hacer eso siempre que retenía sentimientos fuertes para mantener una imagen fuerte para su hermano, pero Keith sabía bastante bien que, incluso si no reteniese esas emociones, seguiría siendo la persona más valiente y admirable que ha conocido.

—"Bueno..." — rio un poco —"simplemente se acabó. Pero ya he tenido suficiente de estar así, mejor nos vamos de aquí antes de que alguno de los dos agarre un resfriado."

Apoyó su diestra sobre el menor justo cuando pasaba junto a él y seguir caminando hacia la salida del lugar, poco después el menor iba atrás de él. Sentía que debía decir algo, pero, muy dentro de sí, sabía que Shiro era bastante fuerte y que todo lo que le dijera seguramente ya lo sabía él. Por lo que solo se limitó a sonreír para sí.

—"Conociendo tus defensas, serás tú el que se enferme." 

Shiro se carcajeó, y como si nada malo hubiese pasado, recurrieron a realizar sus bromas pesadas en lo que llegaban al automóvil.

Sólo días después, Keith se enfermó. Shiro se tuvo que hacer cargo, pero luego llegó su viaje universitario y solo fue en los primeros días. Keith tenía que pasar por días oscuros solo.

Aunque eso pensaba, porque cuando sonó el timbre de su casa y ver quien estaba fuera de su puerta, supo que iba ser una semana larga.

—"¡Keith! ¿Cómo te sientes?" 

El moreno, sin siquiera esperar una invitación adentro, apartó al azabache tambaleando por debilidad, para pasar a su casa.

—"Tú... ¿qué haces aquí?" —Con la poca fuerza que tenía en sus brazos en el momento, cerró de un portazo la puerta que logro apenas cerrarse. 

—"Le pregunté a Pidge por qué no habías venido a clases" —Dijo, mientras recogía un pequeño pañuelo del piso—"no me contestó, solo me dijo que viniera a tu casa, así que vine en autobús hasta acá."

Por último, haciendo un gesto asqueado, tiró el pañuelo en la papelera para luego mirar a su casi muerto amigo.

—"Además, ¡vaya pocilga en la que vives! Está todo lleno de basura aquí."

—"Es porque estoy solo, y cansado" —respondió Keith, el estar congestionado de la nariz le provocaba una voz un tanto rara que Lance no dejaba de notar graciosa. —"Shiro no está."

—¿Por lo menos comes?" — dijo Lance. 

—"..." 

No era necesario palabras para que entendiera; claro estaba que, el otro ni siquiera se molestaba en comer algo. Ahora él, Lance, sabía que estaba lidiando con un problema, y se negaba a dejarlo así.





...

















|Hola, chicos.

Síp, ha sido mucho tiempo desde que actualizaba. Seguramente murieron de esperar, ¿no? es comprensible.

Bueno, de verdad no tengo excusas para ustedes, de hecho ya daba por muerto mi pasión por escribir pero ha sucedido algo milagroso por así decirlo. ¿Qué les digo? en el tiempo que no actualicé, entré en un periodo de mi vida un tanto complicada y más porque las cosas que me gustaban ya no me interesaban; en conclusión, una crisis. No hace mucho navegando por internet para mi dosis diaria de klance, encontré un fanart de un fanfic que me resultaba... familiar, sobre todo porque era una escena en específico. Cuando entré a la página para información, resultó ser un fanart de esta historia.

No les miento, me sentí increíblemente afortunada y feliz de que alguien haya hecho eso, tanto que me inspiré para escribirles la continuación de este fanfic que se ha ganado el corazón de algunos. Lamentablemente no me acuerdo de la artista, pero si da la casualidad de que está leyendo esto, quiero darle las gracias por su arte y por hacer un gran fanart de la escena en donde Lance le sonríe a Keith pequeño en su primer día de escuela <3 y si alguien la conoce, que me diga para darle las gracias personalmente. 

No les prometo que voy actualizar seguido, pero voy a dar mi esfuerzo en esta cuarentena para traerles más de estos dos. 

Los leo más al rato, gracias por su apoyo y comentarios bonitos, que también fueron gasolina para mi motor para hacer esto. Todo esto es por ustedes. 

Besos en el siempre sucio. <3







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