Capítulo 7

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El moreno, ni siquiera había notado la actitud que Keith estaba empezando a tomar; aunque era mejor permanecer de ese modo, porque no le gustaría para nada aquello. Simplemente, ¿quién no se alegra de volver a ver un viejo amigo del alma? Claro, él sí. Después de todo, jamás había tenido una amistad tan especial aparte de Hunk. Aquellos sentimientos que, al principio no entendía de pequeño, aparecían como pequeños recuerdos en su mente: casi como una película.
Ahora sólo le daba gracia el hecho de que le había llegado gustar su amigo, que con el tiempo fue olvidando. Ahora sólo quería recomenzar con él, pero como en los viejos tiempos.

Quería volver a disfrutar el tiempo como su amigo.

—"Tú, ¿qué hacías escuchándonos?" Mencionó el adverso, mientras el rostro que parecía estar apagado se volvía a una de furia pura. Un cambio demasiado brusco en verdad.

Oh.

Lo había olvidado.

—"¿Yo?" Respondió Lance, como si aquello lo fuese a salvar de la situación en la que se encontraba.
—"¿Quién más trataba de escapar? Obvio que tú." Frunció el ceño, haciendo una mueca de disgusto.

Si algo notó en ese momento, era que Keith se había vuelto más... ¿agresivo? Quizás esa no era la respuesta, pero era lo que más se acercaba a ella.
—"U-uh... ¿no?" Último intento posiblemente fallido.
—"No te hagas el idiota, sabes bien de lo que hablo."

Lance tragó saliva, con los pelos de punta y sudando frío. Sin duda alguna, ese no era el Keith que recordaba.
—"Está bien, yo sólo estaba..." Hizo una pausa, mientras buscaba con la mirada algo que le diese una respuesta creíble. —"... Uh, estaba pasando y escuché mi nombre. ¡Sólo fue eso! ¡Te lo juro! Fueron segundos..." Dijo, al final contando lo que era la verdad. No era como si lo fuese a matar, ¿o sí?

Keith  se mantuvo en silencio por unos segundos, y se levantó de encima de Lance; se sacudió la ropa y se retiró de ahí. Dejándolo en el suelo y confundido por la actitud del azabache.
Este se levantó con dificultad y siguió por detrás a Keith.
—"¡Hey, Keef! Espera amigo..." Dijo este, gritando claro y fuerte para que lo escuchara.
Lo cual funcionó, pero no de manera positiva.
Keith detuvo su caminar, Lance lo alcanzó y esperó la reacción del adverso.
—"... Tú, ¿cómo es posible que sigas llamándome amigo, después de todo?"

Lance, en vez de que aquellas palabras le ayudarán a entender, sólo lo hicieron estar aún más confundido; ¿acaso había hecho algo malo?, ¿lo hizo enojar por estar espiando? ¿O era que no le recordaba? No era posible esto último, lo había logrado reconocer, ¿no?
Y si no era así, ¿en serio estaba molesto por llamarlo amigo?
—"No entiendo, Keith. ¿A qué te refieres?" Respondió, mientras que su rostro se tornaba llena de preocupación. Eso fue lo que hizo estallar la bomba que trataba de desmantelar.
—"¡¿Eres idiota?! ¿Acaso no entiendes? ¡NO-SOY-TU-AMIGO!" Exclamó este mientras daba la cara hacia el moreno, conteniendo su furia mientras apretaba sus puños.
—"Hey, espera-" Lance, ahora trataba de calmar a Keith realizando un gesto con ambas manos. ¿Qué pasaba?, ¿qué estaba pasando? La desesperación y el miedo le estaban provocando que pequeñas lágrimas amargas se asomaran por sus ojos.
—"Keith, ¿hice algo malo?" Trató de colocar sus manos sobre los hombros del adverso.
—"¡Detente! ¡Déjame en paz, Lance!"

Luego de eso, se encontraba en el suelo; de nuevo. Pero ahora sentía punzadas muy dolorosas sobre su ojo izquierdo. Rápidamente, llevó la mano izquierda a su ojo y lo tocó levemente; pero eso había sido suficiente como para sacarle un quejido de dolor.
Las lágrimas brotaron de sus ojos, levantó la vista para ver qué había sido lo que lo golpeó. Pero no era nada más ni nada menos que la mirada molesta de Keith con la que se encontró; no parecía que lo iba a ayudar a levantarse, no se inmutaba de que, lo había lastimado.
Cubrió su ojo, y se mantuvo observando por un rato a Keith, en silencio. Hasta que Keith, fue cambiando su semblante, a una inexpresiva.

Keith, poco a poco se fue dando la vuelta y se fue corriendo de ahí. Lance siguió sobre el piso,tratando de procesar todo lo que había pasado, llegando a la conclusión de que Keith no estaba nada alegre de volver a verle, como él lo estuvo.
—"... Creo que ya entiendo todo."

Una vez más, su teléfono sonó. Esta vez contestó la llamada; era su madre preguntando en dónde estaba.
Ahora cómo rayos iba a ocultar aquel horrendo ojo morado.












...

Oh no.

Eso ha sido lo único que ha dicho después de aquel incidente.
Shiro, Pidge y Matt habían notado el rostro lleno de pánico de Keith; incluso la tenía cuando comía su rebanada de pizza. Lo que hacía que Pidge quedara disgustada y dejara de comer por el horrendo show que estaba causando su compañero.

Al llegar a casa, lo primero que hizo Keith fue tirarse al sofá y gritar sobre la almohada de decoración.

Qué.

Diablos.

Ha.

Hecho.

"¡Keith! ¿Qué ha pasado?, ¿por qué estás así?" Shiro, después de dejar su chamarra sobre la silla, se acercó corriendo hacia el mueble. Luego de eso se escuchó un no infinito por parte del menor, pero la almohada obstruía la credibilidad de la palabra; así que Shiro parecía ver más a una foca muriendo por parto que a su propio hermano lamentarse por lo que hizo.

—"Shiro, ayuda." Dijo este, mientras alzaba el rostro de la almohada y veía el largo del pasillo.
—"¿Qué pasa?" Respondió este, soltando un bufido y a la vez una pequeña sonrisa burlona. Shiro pensaba que su hermano se encontraba así debido a una chica, o alguna estupidez que haya cometido con una. Lo que no esperaba era saber que Keith había golpeado a alguien o algún maestro, ya que lo veía incapaz de realizarlo.
—"... Golpeé a Lance."

Mierda.
De todo tuvo que ser eso.
—"Espera, ¿golpeaste a-"  Sin terminar la frase y por lo que había escuchado, este volteó a ver el pequeño dibujo colgado en el refrigerador de la cocina: el mismo que Keith y Lance habían dibujado en jardín de niños.
—"... No me digas que fue ese Lance."
—"Fue él."

Doble mierda.

Shiro, que ahora miraba de forma lamentable a Keith, y este último mencionado volvía a esconder su rostro sobre la almohada debido a la vergüenza, dejando caer sus párpados.


....






El día era caluroso, el sol resplandecía, el olor a hierba húmeda te llegaba por los orificios nasales y la picazón que te provocaba en los pies el pasto era sin duda una de las mejores sensaciones. Keith y Lance corrían sobre el pasto descalzos, buscando pequeñas ramas o flores que recoger. Hunk había decidido permanecer sentado bajo la sombra de un árbol, mientras se comía las hormigas que veía, también recibiendo un regaño por parte de su madre.

—"¡Hey, Keef! ¡Mira lo que encontré!" Dijo Lance, gritando para que su compañero que se encontraba atrás de él le escuchara.
Keith arrancó la última flor y fue corriendo hacia donde estaba el moreno. Lo que vio en las pequeñas manos del adverso fue un diente de león, sus ojos resplandecieron ante aquella diminuta planta. Lance se levantó frente al azabache y mostró una amplia sonrisa.
—"¡Es para ti!"
Keith desvió la mirada del diente de león  hacia la de su amigo, incrédulamente.
—"¿Para mí?" Respondió.
—"¡Claro que sí! Yo pisé el tuyo en la escuela." Aclaró Lance, mientras tomaba las manos de Keith y depositaba el pequeño diente de león en ellas. —"Perdón."
El pequeño esbozó una pequeña sonrisa en respuesta, más contento no podía estar; pero en cierta forma se sentía mal. Así que le regresó el diente de león diciendo:
—"Perdón."
Lance no reaccionó a esto por unos segundos, sin saber a que se refería. Pero al final soltó varias risitas por aquel gesto que realizó el contrario.
—"¿Perdón? ¡No seas bobo, Keef!" Dijo Lance, mientras volvía a darle la planta a Keith. —"¡Tú no hiciste nada!"
—"Ah, ¿no?" Contestó Keith.
—"¡No!" Sacudió la cabeza, mientras permanecía con su bella sonrisa en el rostro. Keith se avergonzó y sus mejillas se sonrojaron, esto sólo hizo que Lance volviera a reír.

Ya sentados debajo del árbol junto a Hunk, Keith posicionó el diente de león de forma en la que los tres pudieran verlo. Los tres se vieron entre sí y entendieron el siguiente paso.
—"Uno..."
—"Dos..."
—"¡TRES!" Exclamaron los tres al mismo tiempo, proseguido de que Hunk, Lance y Keith soplaron al diente de león y este salió en varias direcciones.

Después de eso, siguieron buscando dientes de león para seguir soplándolos por el resto de la tarde. Con la esperanza de que el deseo de permanecer juntos por siempre se haga realidad.

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