Capitulo XV: Nada que Ocultar

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No sabía que es lo que estaba sucediendo o por qué demonios le pasaba eso. Pero ahí se encontraba sentada en su pequeña cocina frente a la amiga que la traiciono y lo aparto del hombre que más amaba.

La tensión entre ambas se podía sentir en el ambiente. Sora le había servido una taza de té a Mimi, pero ella solo estaba sentada frente a ella sin decir nada. Solamente miraba la taza detenidamente. Sora pensó que probablemente después de haberla emborrachado anoche, ahora no confié en ella y tal vez piense que le haya echado algo a la bebida.

Aunque a estar alturas a ella ya no le importaba lo que Mimi pensara de ella, solo quería saber por qué se encontraba ahí en esos momentos.

– Tienes un lindo jardín – comento finalmente la castaña –. Se ve que te esmeras mucho en cuidar de todas las flores.

– Gracias Mimi – Comento ella con cierta desconfianza, solo se mantenía alerta.

– Se ve que tienes una vida tranquila aquí, ahora entiendo por qué a Hana le agrada estar aquí.

– Es una chica muy linda y amable, se parece mucho a Hikari, pero también es testaruda y orgullosa como su tío.

– Y que lo digas, Tai se ha esforzado mucho por criar a esa niña, pero siento que no puede hacerlo todo el solo.

¿Cómo que no puede hacerlo solo? Esas palabras retumbaron como campanas en la cabeza de Sora, de por si ella ya tenia ciertas sospechas de la castaña y sus palabras solamente alimentaban más aquellas dudas.

– Hoy en la mañana tuve una pequeña charla con Tai, finalmente tiene claro lo que quiere hacer y logramos arreglarlo todo. Pero antes que nada necesitaba hablar contigo.

Sora no se quería imaginar a lo que se estaba refiriendo Mimi, pero cada vez tenia mas inseguridades sobre el castaño. Ella no quería pensar que Tai y ella regresarían para estar juntos. Pero hasta el momento los hechos así lo demostraban.

– Le comenté a Tai que ustedes dos deberían...

Antes de que Mimi pudiera terminar de hablar el teléfono sonó de repente, aunque fue un alivio aquella interrupción para ella, por aluna razón sentía que necesitaba responder esa llamada.

– Discúlpame un momento Mimi, pero debo contestar esa llamada – Comento la pelirroja al tiempo que se levantaba de su asiento.

En el fondo deseo que fuera Tai, que le llamara pidiéndole salir a cenar o ir al cine. Cualquier cosa que la apartara de las dudas que ahora la estaban consumiendo. Levanto el teléfono solo para escuchar la voz de la adolescente.

– ¿diga?

– So...Sora

– ¿eres tu Hana?

En esos momentos la pelirroja se tornó confundida por la llamada de Hana, Se escuchaba demasiado agitada y al borde de las lágrimas. Como si algo grave hubiera sucedido. Su confusión inmediatamente se convirtió en preocupación.

– ¿Qué sucede cariño? ¿Dónde estás? ¿hay algún problema?

– El...él...se va a casar con ella – dijo finalmente soltando a llorar.

En esos momentos Sora casi se cae por la noticia. Hasta ese momento ella solamente estaba enfadada con él por no contarle lo de Mimi. Pero solo quería creer que Tai era un mal comunicador. Quería creer en él, pensar en que ambos podían tener una vida juntos. Ahora esas esperanzas se desmoronaban a sus pies.

Ahora entendía por que Mimi estaba sentada dentro de su cocina en esos momentos. Quería ser la primera en presumir su nuevo compromiso. Trato de no alterarse en esos momentos pues sabia que Hana estaba pasándola mal y necesitaba a alguien.

– Los vi comiendo juntos, luego el le comento algo y ella brinco de la emoción. Salieron directo a una joyería para ver los anillos...y lo beso.

Sora se quedo callada, nuevamente la historia se estaba repitiendo y esta vez ya no estaba dispuesta a soportar otra traición. Apenas ayer estaban juntos, felices, con besos llenos de promesas. ¿y ahora al día siguiente volvía a besar a Mimi?

"Conforta a Hana", se ordeno a sí misma a través del dolor. ¿pero que podía decirle? ¿Qué su madrina estaba en esos momentos en su casa para confirmarle la noticia? Prácticamente el mayor temor de la pelirroja finalmente se había cumplido.

"se fuerte" se ordenó ella

– Me alegro por ti Hana, finalmente tendrás una familia.

Decir esas palabras fue como si le clavaran un puñal directo al corazón. Ella siempre había soñado con tener una familia con Tai, llena de niños, perros y claramente con Hana incluida en su vida.

– ¡No! – Exclamo la castaña –. Tu y Kerry son mi familia. Odio al tío Taichi, odio al tío Yamato y la odio a ella.

¿Cómo iba a decirle Sora que no odiara a su tío cuando ella misma se sentía tan mal hacia él? ¿y que podía decirle de Mimi? Realmente ahora quería echarla de su casa, pero era mejor persona que eso. Solo lanzo un suspiro y cambio de tema.

– ¿Dónde te encuentras?

– En la estación de Tokio, me iré de casa.

– Hana quédate ahí, iré a buscarte – comento Sora –. Así podremos hablar

– No.

– Vamos cielo, todo saldrá bien.

Sora sabia que no sonaba nada convincente pues ni ella misma se creía. Todo su mundo se estaba desmoronando ¿Cómo podía decirle a Hana que todo saldría bien?

– No va a salir bien – afirmo Hana, con firmeza –, No puedo tener a Mimi como madre, simplemente no puedo, siempre esta intentando arreglarme el cabello y el maquillaje, e insistiéndome como debo vestir. Como si o fuera una perdedora.

– Lo hace por que se preocupa por ti.

– Solo se preocupa por sí misma, igual que...

Dejo la frase a medias. No era necesario que la terminara. Sora sabia exactamente lo que iba a decir: "igual que Taichi Yagami".

– Hana quédate en donde estas. Llegare cuanto antes

– No te molestes, me voy ya.

Y finalmente le colgó el teléfono a Sora, esta se dejo caer en el suelo con el auricular en la mano y comenzó a temblar incontroladamente. No le importaba que Mimi estuviera ahí en esos momentos.

– Sora ¿estas bien? – pregunto Mimi al ver el estado de la pelirroja.

– Es Hana, dice que se marchara de casa.

– Oh dios mío, ¿Dónde se encuentra? ¿esta bien? ¿hay que ir a buscarla? – Hablo la castaña levantándose inmediatamente de su asiento.

Mimi tenía razón, ella no podía permitirse el lujo de quedarse ahí temblando. Debía de encontrar a Hana antes de que se marchara en el primer tren a quien sabe dónde. Después de un suspiro se puso de pie y cogió su bolsa, así como las llaves de su auto.

– Toma tus cosas y vámonos de inmediato Mimi, tratare de contactarme con Tai en el camino– Dijo finalmente mientras salía apresuradamente de su casa.

Mientras tanto, Tai no podía estar más nervioso en su vida, se la había pasado prácticamente toda la tarde en el centro comercial practicando las palabras que iba a decirle a Sora, pero nada le gustaba.

– Sora, quiero pasar el resto de mi vida contigo...no así no. Sora desde que te vi en aquel parque estoy locamente enamorado de ti...¿Por qué es tan difícil?

Sonaba como un idiota, parecía un robot. No podía transmitir lo que sentía realmente. Finalmente, solo se sentó en la banca que tenia en frente y se puso a contemplar la caja de terciopelo que tenia el anillo. Realmente no tenia idea de cómo hacer una proposición.

Estaba a punto de regresar al apartamento cuando logra ver a su amigo a lo lejos, parecía preocupado por algo además de que no se encontraba con Hana. Este solo le levanto la mano para llamar su atención. Este inmediatamente corrió directo hacia el castaño.

– Tai que bueno que te veo ¿no has visto a Hana?

– ¿a Hana? ¿no se supone que debías cuidarla?

– Me dijo que iría a mirar en algunas tiendas en lo que yo compraba los boletos. Pero hasta el momento no ha regresado. Estoy empezando a preocuparme por ella.

– Tranquilo viejo, me a echo lo mismo demasiadas veces. Seguramente vio a sus amigos y se fue con ellos.

En esos momentos el teléfono del castaño comenzó a Sonar reconociendo inmediatamente el numero de Sora. Sin dudarlo dos veces contesto.

– Ma Cherrie, que sorpresa que me llamaras.

– Tai no tengo tiempo de darte explicaciones ¿Dónde estás?

Inmediatamente Tai noto el tono de preocupación que Sora tenía.

– En el centro comercial con Matt ¿sucedió algo?

– Hana me marco, esta en la estación de trenes de Tokio, quiere irse de casa.

Tai casi suelta el teléfono por la noticia ¿pero que es lo que estaba sucediendo? Apenas aquella mañana ella se encontraba riendo y feliz. ¿Qué era esa tontería de que se marcharía de casa?

– Estoy con Mimi en estos momentos yendo hacia la estación, ustedes están más cerca. ¡Vallan rápido a buscarla!

Fue lo ultimo que dijo antes de colgar el teléfono. Tai solo se quedo en silencio pensativo mientras el rubio lo observaba con preocupación.

– Hay que ir rápido a la estación de Tokio. En el camino te explico.

Poco después los dos finalmente habían llegado a la estación de Tokio. Inmediatamente vieron que las chicas ya se encontraban ahí buscando por todas partes. Ambos corrieron inmediatamente donde ellas esperando que pudieran explicarles mejor de lo que estaba sucediendo.

– ¿pudieron encontrarla? – pregunto Matt preocupado Mimi solo negó con la cabeza.

– No lo entiendo ¿Por qué querría escapar esa niña?

– Supongo que sigue enojada conmigo por acudir anoche a la llamada del trabajo.

– No es nada de eso Tai, tiene que ver con ustedes dos, y si no dejamos de perder el tiempo jamás la encontraremos – Comento mientras miraba a ambos castaños.

– ¿pero como vamos a encontrarla? ¿Qué hará ella? – Pregunto esta vez Mimi

– Sera mejor que nos dividamos y busquemos por toda la estación. Esperemos que no haya tomado aún ningún tren.

Todos aceptaron la idea del rubio de separarse y fueron cada quien a un extremo de la estación. Pero antes de que Sora pudiera marcharse. Tai la tomo del brazo esperando una explicación por parte de la pelirroja.

– ¿Qué es eso de que tiene que ver con Mimi y conmigo?

– Dijo que la estabas besando y comprando un anillo de compromiso. Y jamás podría tener a Mimi como madre.

Tai no podía creer lo que le había dicho Sora ¿acaso Hana los había estado espiando y mal interpreto las cosas? Este solo se coloco frente a ella y la levanto de la barbilla para mirarla directa a los ojos. Sus ojos color miel estaban inundados de dolor.

– Jamás me casaría con Mimi, no la amo a ella.

Todo estaba saliéndole mal. Así no era como quería declarársele. No en medio de una estación de tren estando en medio de una crisis mientras intentaba vencer la desconfianza que tenia ella. Quería hacerlo frente a su jardín arrodillado.

– ¿entonces se ha inventado ella el beso? – pregunto ella con una voz quebradiza. Tai no supo que decir.

– No, pero fue ella la que me beso, no yo a ella.

"al igual que hace 15 años" pensó Tai.

– Creía que para que hubiera un beso se necesitaban dos personas.

– Ella me beso sin permiso.

– Debe ser difícil para ti que las mujeres se lancen sin motivo a besarte a tus brazos.

Estaba maldiciéndose en su interior ¿Por qué siempre debía de pasar algo que se interpusiera en su felicidad? Ahora solo quería encontrar a Hana y sacarla de las orejas de aquella estación por sacar conclusiones falsas. Y después de castigarla tratar de arreglar las cosas con Sora. El la amaba, pero siempre había algo que impedía que estuvieran juntos. De pronto noto que ella tenia puesto el broche que hace tantos años le había regalado. El broche que provoco que la pelirroja no le hablara por una semana entera. Este comenzó a acariciar su cabello hasta llegar al broce.

– Aun recuerdo cuando te regale esto, otro más de mis tantas metidas de pata –Comento con una sonrisa –. No pensé que aún lo tuvieras.

– Por favor Tai, en estos momentos lo importante es encontrar a Hana.

Así este apoyo su frente contra la de ella. Olvidándose del momento perfecto que había planeado, quería decirle todo en esos momentos.

– Sora – comenzó a hablar suavemente –. No es Mimi con quien quiero casarme. No es Mimi a quien amo.

En esos momentos él se detuvo, sabia que ese no era ni el lugar ni el momento. Sora tenía razón y la prioridad era encontrar a Hana. ¡Aquel no era el momento!

– ¿Qué has dicho? – preguntó ella, intentando entender lo que acababa de suceder, analizándolo con perspectiva.

Ella no lo entendía, pero cuando Tai apoyo su frente en la suya, Sora había sentido que comprendía todos los secretos del universo, y todas las cosas sagradas entre un hombre y una mujer. Tuvo respuesta a preguntas que ni siquiera sabía que tenía.

Entendió las partes más hondas de sí misma. Y entonces, demasiado pronto y demasiado bruscamente, él se había apartado de ella.

Había dicho no iba a casarse con Mimi. Había dicho que no era Mimi a quien amaba. Pero sus palabras implicaban que iba a casarse y que estaba enamorado.

Su alma había sentido que la amaba a ella, en ese maravilloso momento de conexión frente con frente. ¡Pero su cerebro necesitaba oír aquellas palabras!

– ¿Qué has dicho? – Volvió a preguntar.

– Nada, mejor olvídalo

Se aparto de ella y trato de evitar su mirada, solo se pasó la mano por el pelo.

– Olvida todo lo que he dicho por favor, no debería haberlo hecho. Siempre hecho a perder las cosas dañando a las personas que me importan ... Es la historia de mi vida – Comento esbozando una sonrisa amarga –. Y ahora mi sobrina de trece años esta desaparecida, y nadie mejor que yo sabe lo que pasa cuando escapas a los trece años y...

Se estaba lastimando a el mismo, y eso era un daño innecesario que no los llevaba a ningún lado. Así que solo se le acerco y puso su dedo sobre los labios de él.

– Para por favor – le ordeno dulcemente.

Se perdió en las profundidades de sus ojos color chocolate y vio la maravillosa verdad. Vio su fuerza y su dulzura. Vio su valor enfrentado a una romántica torpeza. Vio la preocupación por su sobrina, y vio también que su esperanza era mayor que su temor. Vio en sus ojos que creía que podían suceder cosas maravillosas. Entonces decidió que confiaría en él y creería en sí misma. Cuando él estuviera preparado, le diría el secreto que sus ojos ya habían revelado.

– Vamos Tai, busquemos a Hana juntos – dijo ella tomándolo de la mano mientras le dedicaba una dulce sonrisa.

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