Capítulo 2: El viejo hogar

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Dos palmadas en la espalda de Fluttershy la habían hecho retroceder unos pasos. No podía seguir manteniendo la vista al frente sin poder antes echarse a llorar nuevamente. Zephyr agachaba la mirada y reconfortaba a su hermana intentando abrazarla, pero mantener esa compostura tranquila que tanto lo definía era demasiado complicado esta vez. Las flores de la señora Spoiled eran ahora cubiertas por la tierra mientras veía como el ataúd de su amiga daba su última aparición. Tan pronto como el agujero de ambos terminó de cubrirse, la señora Spoiled se dirigió a los dos jóvenes desafortunados.

"Lamento lo de sus padres... jóvenes". Se limpió la nariz con un pañuelo "Si necesitan algo, pueden contar conmigo para lo que sea."

"Gracias señora Spoiled" Dijo Zephyr.

"Es señora..." Se interrumpió. "Ellos siempre pensaban en ustedes, por favor, cuiden su hogar como ellos lo hubieran querido".

Dando media vuelta, Fluttershy y su hermano vieron como la familia Rich se alejaba para subirse a un auto y partir dejándolos solos. Ellos estarían en la casa de sus padres esperándolos, pero necesitaban ese momento a solas.

Cayendo de rodillas, Fluttershy miró nuevamente los epitafios de la piedra y las decoraciones.

"Esto no debió haber pasado, Zephyr..."

"Lo sé, hermanita".

El cielo se había despejado dejando varios rastros de nubes en el cielo. Zephyr miró hacia arriba y voló para tomar uno de ellas entre sus cascos, con cuidado la bajó y lo dejó junto a las flores.

"Tenemos que ir a casa" Dijo él "Supongo que esto cambiará muchas cosas".

"Solo hubiera querido... Verlos una vez más"

Tales palabras terminaron por romper la actitud de Zephyr. Mordiéndose el labio, abrazó a su hermana y lloró a gritos, llamándolos inútilmente para que volviesen. Intentando ser fuerte para él, Fluttershy lo abrazó con la poca musculatura de sus brazos.

* * *

La puerta de la entrada se había abierto sin rechinar, las llaves titilaban al ser descolgadas de la cerradura para ser colocadas en el llavero de aves tras la puerta.

"Como dictamina en el testamento de sus padres" Dijo el esposo de Spoiled dejando entrar a los hermanos "Esta casa es de ambos, pueden hacer lo que quieran con ella, pero deben cumplir un año viviendo en ella para que eso suceda".

Fluttershy echó un vistazo al auto del señor Rich, dentro estaba la señora Spoiled limpiándose la nariz con un pañuelo y su hija acariciando su cabello, parece estar en aquella casa le era demasiado complicado. El poni notó aquella preocupación hacia su esposa y con una amable sonrisa prosiguió. 

"Como dijo mi mujer, pueden contar con nosotros para lo que quieran, no se contengan. Sus padres fueron grandes amigos nuestros, es lo menos que podemos hacer por ustedes".

"Gracias" Dijo Fluttershy acomodando el velo negro para poder ver al poni.

"Por último, tomen esto" Comentó sacando una llave el bolsillo de su camisa. "Esta es la llave maestra de esta casa, mi esposa me dijo que se la entregara a ustedes. La tuvimos que esconder a causa de los cobradores del seguro. Parece que quieren quedarse con la propiedad."

"Descuide, cuidaré de ella". Respondió ella.

Tras dejar a los muchachos solos, Zephyr fue el primero en recorrer el lugar por su cuenta. "Vaya, esta casa no ha cambiado en nada, sigue tan... rústica como hace años ¿No, Fluttershy?". Pero no hubo respuesta. Apartó la mirada de la sala de estar y se dirigió hacia las escaleras. "¿Fluttershy?".

Recorriendo el pasillo del segundo piso, ella, miraba con detención las viejas fotos colgadas, decorando el deteriorado color de las rayas del tapizado de papel. Quería recordar aquellos días en donde su hogar resultaba ser más animado. Así mimo, Fluttershy se sentía culpable de no haber pasado más tiempo con sus padres. Se imaginaba cómo una pareja podía vivir en un espacio tan grande a solas. ¿Se habrán asustado en algún momento por algún ruido confundiéndolo por un ladrón? ¿Habrán puesto la misma música en el gramófono o su padre habrá adquirido una colección nueva? Más tarde podría comprobarlo. Abrió la puerta de la habitación más grande.

"Supongo que ahora nos toca estar solos a nosotros dos..."Comentó para sí echando un vistazo. Prestó atención entonces a las pequeñas telarañas que habían estado formándose en una de las esquinas ayudándose del armario. Era lo normal, nadie había hecho la limpieza. "Una semana desde su..." Pero no fue capaz de terminar la frase. Miró hacia la ventana corriendo las cortinas hacia un lado al sentarse en un taburete frente a esta. "Todo esto parece tan... irreal".

Apoyó los cascos sobre el borde de esta y reposó la mejilla a punto de echarse a llorar. "No es justo... Todo esto solo es un cuento macabro. Debí venir a verlos en cuanto pude... Fui tan egoísta al aplazar esa visita, ahora ya es demasiado tarde".

Fue entonces que un golpe se escuchó en el tercer piso.

"¿Zephyr?" Se secó las lágrimas y se levantó a ver.

El golpeteo continuaba, ahora al oírlo con mayor detención, parecían pasos. Fluttershy en seguida se apresuró a las escaleras del ático, el cual era estudio de artes de su padre. Sacando la llave maestra, del bolso que traía colgando de su cuello, se apresuró a subir las escaleras. Entonces volvió a preguntar "¿Zephyr? ¿Eres tú...?"

Pero no hubo respuesta alguna.

Introduciendo la llave con cuidado, dio vuelta la cerradura. El golpeteo en el piso se había detenido súbitamente luego de que las bisagras rechinaron por el óxido al ser plegadas. Entró lentamente mirando cuidadosamente a su alrededor, temblándole los cascos dio el primer paso hacia el interior. "¿Hola?".

La maqueta de nubes estaba a su parecer lista, la catedral de la que hablaba su padre en las cartas estaba en el lugar indicado. Muchas de las herramientas que tenía habían cogido algo de polvo, pero nada que una buena sacudida de alas no hiciera. Volvió a mirar a su alrededor, pero no había anda más que estanterías con materiales a medio usar, cartuchos de cartón y nubes de distintos tipos en pequeños domos. Pero no había nadie alrededor. ¿Quién podría haber hecho tal sonido entonces? Perdiendo el interés en el golpeteo, quiso ver más de cerca las cosas de su padre. Junto a la mesa de trabajo estaba una foto de ella y de su hermano. Tomó el cuadro entre sus cascos. Estaba por sonreír al ver el antiguo peinado de su hermano y como practicaba con su propio cabello, pero el mismo golpeteo se volvió a presentar.

"¿Quién anda ahí?" Volteó asustada.

Pero no había nadie.

Volvió a ver la foto, quería centrarse en el recuerdo de cuando se la habían tomado y en cómo su hermano había insistido de ayudarla a ella también a cambiarse el peinado, sin embargo se percató que en el reflejo del cristal, una extraña figura vestida de blanco y negro estaba tras de ella. Creía que era un efecto de la luz y que su mente le estaba haciendo una jugarreta, pero dejó de creerlo en cuanto vio que esta creatura notó que la podía ver, se estaba acercando. Temblando ladeó un poco el marco para poder verle el rostro.

Esa creatura, tenía la misma intención.

Dejó caer el cuadro al piso en cuanto un rostro de un viejo caballo gris de ojos rojos y cuernos desiguales se vio reflejado completamente con una sonrisa.

"¡Fluttershy!" Dijo Zephyr preocupado entrando al ático "¿Qué ocurre, estás bien?"

"S-Si..." Dijo tomando el cuadro del piso.

"Pero te oí gritar". Alzando una ceja miró alrededor. "Sé que la organización de papá no es la mejor, pero no es para tanto ¿Verdad?" Bromeó para hacerla sentir mejor "No fue por eso que gritaste ¿Verdad?".

"N-No..." Se encontró entonces con la mirada de su hermano, tenía curiosidad, pero no podía estar contándole cada cosa absurda que pasaba por su cabeza. De seguro solo fue un error. No puede existir nada parecido a un poni híbrido, sacado de alguna loca película de horror. Negando con la cabeza, le sonrió y dejó el cuadro en su lugar. "Estoy segura de que no fue nada, ya sabes, cualquier cosa puede poner mi piel de gallina".

"Claro... ¡Oh! Fluttershy, ¡tienes que venir a ver esto!" La tomó de un casco y la tiró hacia la salida. "No vas a creer la idea que tengo".

Tan pronto como los hermanos salieron del estudio, la figura se volvió a reflejar en la foto, esta vez junto a la imagen de Fluttershy, pasando una garra de león por su rostro.

"¿Así que tienes deseos de ver a tus padres de nuevo?" Rió entre dientes "Bueno querida, eso se puede arreglar".

Chasqueó los dedos y desapareció del cuadro.

"Acabo de tener la más increíble de todas las ideas de mi vida" Dijo Zephyr empujando a Fluttershy hacia la sala de estar "¿Recuerdas como solíamos pedirle a mamá y papá que repararan esa extraña posición de la tabla bajo el sofá?"

"Tu solías hacerlo".

"Pues creo que debería volverlo a pensar. Yo ya estaba en ese momento pensando en una renovación para nuestro hogar ¿No lo ves? ¡Ahora este lugar es nuestro!"

"¿D-De qué estás hablando?" Fluttershy se zafó del agarre de su hermano y mirándolo con desaprobación retrocedió. "No puedes estar pensado en remodelar esta casa, Zephyr. Sea de nosotros o no, ¡era el hogar de nuestros padres! No puedo creer que seas tan insensible".

"Pero si este va a ser nuestro hogar de ahora en adelante, tiene que ser con estilo. Esta casa es muy vieja y dudo que a nuestros padres no les parezca una buena idea que se adecúe a nuestras necesidades" Se acercó a ella dándole pequeños golpes de codo en el suyo "¿O no quisieras mejorar el jardín de mamá o adecuarlo para tener animales?".

Fluttershy cerró la boca. Ella si le gustaba la idea de mejorar el lugar para que los animales pudieran descansar cerca de ella y ser cuidados siempre que quisieran, y si ella aprobaba esa remodelación, como mínimo debía aceptar una de su hermano. Sentía que las mejillas se le sonrosaban, pero debido al maquillaje estas no alcanzaron a tomar su color.

"¿Pero no destruirás nada importante?" Dijo ella.

"¿Destruirla? Pfft. Voy a llamar a los mejores expertos en renovaciones y decoraciones, por supuesto con mi cerebro artista a la cabeza, reconstruiremos este lugar, ¡Lo mejoraremos!"

"Oh, no. ¡Me opongo a que saques un pilar de esta casa!".

"Fluttershy. Escucha hermanita" La abrazó "Este lugar, míralo bien. ¿Tú crees que con todos esos años que lleva encima sobrevivirá una temporada más?".

"¡P-Pero...!"

"Yo no quiero que esta casa se caiga a pedazos, pero si podemos mejorarla para que dure muchos más años, hay que tomar esa decisión ahora. Yo tengo el equipo, las ideas, los planos de la casa... Todo está listo, solo falta tu aprobación."

"¿Planos? Entonces..."

"Mantendré el diseño, lo prometo. También es un gran recuerdo para mí" Le acarició el cabello desarmándole el peinado. "Oops, lo siento. Déjame ayudarte".

Rápidamente le organizó el cabello de una forma similar a la de él. "Mucho mejor... ¿Entonces qué dices? ¿Una remodelación no suena tan mal entonces?"

"Supongo que no suena tan mal..."

"¡Perfecto! Haré unas llamadas" Con una enorme sonrisa, abrazó a Fluttershy y depositó un beso en su mejilla. "Eres la mejor hermana, ¿Lo sabías?".

* * *

Finalmente el camión de mudanzas había llegado, al subir la colina habían dejado un rastro a parte del camino, aplastando las flores que se repartían por el pasto húmedo. Tan pronto comenzaron a descender con los inmuebles, Zephyr se apresuró a dar direcciones para acomodar sus creaciones para que no las estropearan.

"¡Tengan cuidado con eso! Mi arte suele ser un poco peligrosa a veces". Le comunicó a un hombre que cargaba con una pieza grande llena de pinchos por delante.

"En cuanto terminen con esto iremos por algo de comer, Ángel". Le decía Fluttershy a su conejo, mientras lo acompañaba en el pequeño jardín delantero de su madre. Lejos del resto de ponis.

Ambos habían venido en el auto de la señora Spoiled junto con su esposo, Fluttershy había llamado a los Rich para que los fueran a buscar a la estación de trenes. Había mucho que hacer antes de la mudanza, había sido necesario volver a sus respectivos hogares a organizar el nuevo equipaje.

"Ya haya pasado una semana desde la última vez que hablé con ustedes, veo que aún estás de luto. Lo siento" Interrumpió Rich "Tu hermano me contó sobre la renovación, ¿Estás segura de esto?"

"Él dice que es para mantener la casa con vida" Dijo Fluttershy dirigiéndose a él con una mirada de preocupación "Ciertamente la casa era muy antigua, creo... Que renovarla le hubiera gustado a mi madre, siempre y cuando sea... Habitable".

"No desearía llevarles la contraria, pero si necesitas ayuda con algo, puedo hacer un pequeño contrato contigo para ayudarte con el dinero que falte, si es que la renovación es muy grande".

"Oh, no. Muchas gracias, no hace falta, no creo que sea necesario, solo serán un par de cosas."

"No creo que tu hermano piense igual, si me permites decirlo". Apuntó con un casco donde estaba el chico.

"Esta... ¡Esta será mi mejor obra! Una casa de arte vanguardista, todo un museo en donde pueda vivir, ¡Será la sensación!". Se decía Zephyr a sí mismo.

"Haré lo mejor que pueda convencerlo para que quede lo más parecida a la original" Sonrió Fluttershy.

"¡Fluttershy!" Gritó su hermano pasando por debajo de un sofá largo que iba siendo cargado por un par de ponis "¡Te necesito!"

"¿Qué pasa?"

"Toma esto y marca lo que creas conveniente"

Dicho esto, le arrojó una lata de pintura color verde, sospechosamente un tono que a ella le resultaba agradable. ¿Qué planeaba?

"¿Marcar?"

Al entrar a la habitación que sería de ella, Zephyr corrió las viejas cortinas y sacó una lata de pintura en aerosol, igual a la que le había arrojado a Fluttershy. La agitó un par de veces y se dirigió a una de las murallas.

"¿Qué vas a hacer?"

"Vamos a elegir los colores para las habitaciones" Le sonrió mientras hacía una marca con el color.

"¿P-Pero que hay del tapizado de colores? ¿No vamos a mantener el color inicial?" Se preocupó y miró la lata que tenía en el casco.

"Ya no podemos ocupar papel. Hablé con una de mis amigas" Levantó ambas como si aquello hubiera sido un logro por parte de él "Y me dijo que el papel en estos tiempos es de lo peor y tiene razón, está comido por las polillas, se desgarra y ni hablar de cuando llega el invierno. Humedad, Fluttershy, no podemos permitir eso ¿Qué pasa si uno de nosotros se enferma por culpa del empapelado? ¿Qué les pasaría a tus animales? ¿A tu nuevo conejo?".

"Si... Creo que sí".

"¿No ves que soy un genio? Ahora ve a tu cuarto y prueba los colores que quieras, tengo toda una caja de latas en la primera planta. ¡Oh! Préstame la que tienes ahí, creo que irá muy bien de este lado."

Fluttershy le dejó la lata y se fue a su antiguo cuarto. De no haber sido por el supuesto fantasma que había interrumpido sus pensamientos la vez anterior, de seguro hubiera usado más tiempo para inspeccionar bien el lugar. Pero la verdad es que estaba muy asustada para volvérselo a topar. Ahora ya con la mente despejada y convencida de que no había nadie alrededor, entró a su cuarto.

Al entrar, repitió las mismas palabras que usó su hermano "Nada había cambiado, es como haber vuelto a nuestra infancia".

En efecto, los colores de las paredes opacadas por el fuerte color rosa de las sábanas, los muebles estaban bien cuidados pero empolvados por la falta de limpieza. Frente a la cama un mullido sillón con una mesilla para el té, bajo de estos una alfombra en forma de mariposa. Era todo un sueño jugar en ese lugar a tomar el té. Pasó un casco por encima del sofá y que al levantar la almohada había un manchón de té que nunca salió con el lavado. Ella sonrió.

"Está todo exactamente como lo dejé... Mamá se debió esforzar mucho por mantener ese recuerdo con vida". Dijo melancólica. Bajando las comisuras dio un vistazo general, ignorando las cajas que ya habían dejado de la mudanza "...Recuerdo que antes ella decía que los colores alegres hacen sonreír a los ponis... Pero no estoy de humor para estar feliz".

Se aproximó hacia la cama y se desabrochó la capa negra que traía, estirándola sobre la funda rosa. La cama había quedado cubierta ahora por la hermosa tela negra sobresaliéndole el encaje de flores. Fluttershy se apartó un poco para ver si su idea había tenido algún resultado.

"Zephyr tenía razón. Tan solo un cambio en la cama y todo tiene un nuevo sentido". Satisfecha miró alrededor, todo se veía un poco más acogedor, ni siquiera le molestaba el tono apagado de los arcoíris en las paredes. Ya solo faltaba traer sus cosas.

Al bajar a la primera planta, vio que la mayoría de las cosas ya había sido colocada, por lo que muchos de los muebles de la casa habían ido a parar al cobertizo alejado de la casa. Solo conservaron con suerte las estanterías de libros y las plantas ornamentales.

Parecía un lugar totalmente diferente.

Es en este punto cuando Fluttershy comenzó a dudar de la renovación. Si sus padres habían estado manteniendo la casa en tal estado, no creía que un cambio fuese la mejor idea.

Ángel que aún estaba en el antejardín, había estado cuidando de que no pisotearan las flores. Tan pronto vio llegar a Fluttershy este se levantó y con unos pequeños quejidos le demostró su frustración ¿Dónde estaba su cama?

"Oh, Ángel. Deben de estar llevándolas a mi habitación. Hay mucho por desempacar ¿Qué te parece si tú y yo vamos por los alrededores para conocer más animales? Estoy segura de que habrán muchos que querrán jugar contigo". Le mostró que llevaba una canasta con una manta por encima "Vamos a tomar el té".

Ángel protestó.

"Estoy segura de que no hay lobos por aquí." Tomó son suavidad al conejillo y lo dejó en su lomo "Vamos, no hay nada que temer".

Alejándose del barullo de su nuevo hogar, entró a la espesura del bosque traspasando de un salto y un par de aleteos una valla que delimitaba los alrededores de la propiedad. Las copas de los arboles cada vez estaban más cerca las unas de las otra a medida que se adentraban, pronto las flores comenzaban a desaparecer por la falta de luz y las voces de los ponis ya no se escuchaban.

"¿Estás bien Ángel?" Le preguntó al sentir que su conejo se estaba aferrando a su cuello.

El conejo solo hiso un rechinido, al parecer de aprobación dudosa.

"Podemos detenernos aquí, creo que esto es lo suficientemente lejos para que nadie nos moleste".

Fluttershy se sentó y dejó la canasta entre las raíces de un árbol. Ella abrió la tapa y lo primero que sacó fue una manta a rallas para expandirla sobre el pasto. El conejillo en seguida se apresuró a arreglar las arrugas, saltando de una esquina a otra tirando de la tela. Una vez que este le dio su aprobación, Fluttershy, comenzó de a dejar platillos pequeños y sobre estos, servilletas que envolvían la comida, saó también una caja de cerámica con tapa que contenía un mix de verduras, a penas lo dejó frente a su amigo este se comenzó a comer rápidamente. Mientras ella sacaba un termo, el aroma a la comida comenzó a atraer a diferentes animales del bosque.

"Oh, pueden unirse si lo desean, hay comida para todos" Dijo sonriendo.

Los pequeños animales que descendían de los árboles y los alrededores, habían temido al color oscuro de su ropa, acercándose a ella con dudas, pero luego de ver su sonrisa al interactuar con el conejo y combinarla con su melodiosa voz, se apresuraron a conocer al poni.

Ella le fue facilitándola comida a cada quien que se quisiera unir a la pequeña fiesta de té. Estaba feliz de tener compañía.

Cuando finalmente la comida se terminó, vio un par de ardillas peleando por una pieza de zanahoria. Ella se acercó y con una sonrisa les dijo: "No hace falta traer discordia a la fiesta" Ella tomó el trozo y lo dividió en dos.

"Di su nombre otra vez..." Dijo una voz que se oía sobre el viento.

Fluttershy creyó haberlo oído solo ella, pero al percatarse de que el resto de animales estaban asustados ella retrocedió, señalándole a los pequeños que se pusieran tras de ella. "¿Quién dijo eso?"

"Di ese nombre otra vez, querida..." Volvió a decir.

"¿Cuál nombre?... ¿Quién eres?". Tembló.

"Oh, querida... Solo soy alguien que quiere darte una mano"

"No necesito ayuda".

"Pero eso no es lo que me has dejado entender..."

La llave que el señor Rich le había dado, que ahora colgaba de una cadena para su cuello, se comenzaba a salir de su escondite bajo el vestido. "Soy la llave a tus respuestas, Fluttershy".

Al ver levitar la llave frente a su rostro, de un susto arrancó la cadena. Tal acción terminó de asustar a los animales, haciéndolos correr en varias direcciones.

"¡No la tires!" Dijo la voz de la llave asustada "¡Es lo único que me mantiene fuera de esa casa!"

Pero ella no estaba escuchándolo.

"¿No quieres ver a tus padres otra vez?".

Sorprendida miró la llave. "¿Qué has dicho?".

"Puedo hacer que veas a tus padres otra vez..." Se quejó.

"¿Qué...?"

Los extremos de la cadena se levantaron, como si fuesen sostenidos por alguien, rodearon su cuello para volver a unirse al final. La llave entonces volvió a levitar frente a ella.

"Escucha, puedo ayudarte. Puedo hacer algo por ti que nadie del Nomundo hará jamás."

"Vienes del no... ¿Nomundo?"

"Oh, tonta, obviamente es el nombre que le damos al inframundo. Pero dime ¿A dónde crees que dan a parar los muertos? ¿Crees que alguno vendrá solo porque los llamas en un juego de mesa? Oh no, cielo. Debes estar haciendo fila primero para hablarles."

"Y-Yo... No..."

"Oh vamos, querida. Tú quieres verlos, yo quiero salir de esa prisión que tú llamas hogar".

"¿Eres un... prisionero?" Por un momento pudo sentir algo de compasión por él. Quizás... ¿Era un...? Tragó saliva. ¿Fantasma... bueno?

"Claro que sí. ¿Ya viste esa maqueta que hiso tu padre? Hiso una réplica de mi tumba también allí."

"Entonces tu realmente estás..."

"¿Muerto? Francamente hablando, no. Soy un draconequus, soy lo que se conoce como un inmortal. Puedo ir del mundo de los muertos al de los vivos cuándo se me plazca."

"Ya veo... Pero entonces tu... Tú eres el que intentó asustarme cuando tomé esa foto ¿no es así?".

"¿Yo? Oh, no lo recuerdo. Seriamente recordaría tu linda cara asustada". Rió.

Ignorando la falta de escrúpulos que tenía para mentir, tomó la llave entre sus cascos. "Y bien... ¿Qué hay de la maqueta?".

"¿La maqueta? Oh, sí. Esa maqueta que se le ocurrió hacer a tu padre, tiene absolutamente todos los detalles necesarios para considerarse una réplica exacta, y añadió tantas cosas que incluyo mi tumba. Gracias a eso, querida, estoy atrapado entre mi sepultura y tu pequeña casita".

"Eso es... ¿Malo?"

"Para nada, querida. Si no fuera por esa réplica seguiría atrapado en el mundo de los muertos gracias a mi tumba. Tu padre hiso una pequeña fisura para mí sin tener idea de nada."

"Entonces eso explica que puedes manifestarte a través de las cosas..."

"Cosas que pertenezcan a la casa, por supuesto" Se aclaró la garganta, Fluttershy se le había quitado un poco la sensación de pánico y se sentó en la manta de picnic. "Puedo moverme con todo lo que originalmente le pertenecía a tus padres, pero claro si lo dejas caer, se rompe el lazo".

"Por eso usaste esta llave."

"¡Exacto querida!, ya vas entendiendo."

"Y por eso podías usar el cuadro."

"¡Muy bien!" La voz se detuvo súbitamente "Eh... ¿Oops?"

"¡Já! Sabía que habías sido tú ¿Crees que soy una tonta ingenua?" Se quitó otra vez la cadena. "No sé qué relación tenías con mis padres, o si eres un prisionero en el mundo de los muertos, pero estoy segura de que algo muy malo debiste haber hecho para que te desterraran allí y no voy a cooperar con que salgas para repetir tus atrocidades". Se guardó la llave en el bolsillo. "Y lo peor... No puedo creer que hayas tratado de sobornarme con traer a mis padres de vuelta."

"¡P-Pero Fluttershy, te necesito!" Trató de decir.

"¡No me hables!"

Reuniendo toda la vajilla, guardó todas las cosas del picnic, dobló la manta para ponerla al final y con los dientes levantó la cesta por el asa. Estaba enojada pero tan pronto se dio cuenta de que estaba sola, dejó la cesta en el suelo y miró a su alrededor. "¿Angel bunny?"

"¿No estarás perdida, nena?"

Pero lo ignoró. No estaba perdida, le preocupaba su pequeño conejo. ¿Tal vez haya regresado?

Emprendiendo camino hacia su casa, la puesta de sol se veía a través de las copas de los árboles dilucidándose con cada paso hacia el exterior, el color de las nubes estaba oscureciéndose. La fábrica estaba haciendo nubes de lluvia. ¿Cuánto más iba a llover en aquel lugar? Fluttershy apresuró el paso.

"¿Alguien ha visto a mi conejito?" Preguntó a Filthy Rich que estaba ocupado leyendo unos planos.

"Oh, Fluttershy, tu hermano quiere hacer una gran-". Pero ella lo interrumpió la ver que la respuesta tardaría.

"Discúlpeme, pero necesito saber dónde está Ángel, el conejito que traje conmigo en el auto. El cielo está nublándose y necesito encontrarlo".

"Oh, aquel negro que traías... Pues además de verlo en el auto contigo, me temo que no".

Preocupada y sin dar las gracias, entró a la casa, teniendo que esquivar a los últimos sementales que cargaban con los muebles más pesados. Miraba de un lado a otro imaginando en donde podría estar escondiéndose. Extendiendo las alas, voló hacia el segundo piso.

"¿Alguien ha visto a Angel?"

Pero todo el mundo con el que se topaba le negaba con la cabeza. Atormentada por la necesidad de encontrarlo, calló al piso de rodillas, sintiendo la llave tirando de su ropa al engancharse. Ella la sacó para mirarla. ¿Y si la ayuda que requería estaba en esto? Miró las escaleras hacia el ático.

A penas introdujo la llave en la cerradura, una ráfaga de aire la envolvió, las ventanas estaban todas abiertas de par en par, habiendo congelado la habitación. Temerosa cerró la puerta y respiró profundamente antes de hablar.

"Necesito tu ayuda".

Pero no hubo respuesta.

"Sé que estás escuchándome, ya me dijiste que estabas atrapado por la maqueta que hiso mi padre" Se acercó a la réplica de la ciudad en la mesa. "Sal de ahí... Por favor."

"Creí que no querías que te hablara más" Dijo una voz.

Fluttershy buscó con la mirada la procedencia de la voz. Fue entonces que notó un pequeño ser recostado sobre una lápida bebiendo un extraño líquido de un vaso. ¿Una chocolatada?

"Oh, ahí estas. Sé lo que dije... Pero, necesito ayuda, no puedo encontrar a mi conejo."

"Así que perdiste a tu amigo en el bosque, que casualidad."

"¿A qué te refieres con casualidad?"

"Pues no lo sé. Yo te pido que me ayudes y no quieres, ahora se pierde tu conejo y quieres que te ayude a encontrarlo, ¿Tú qué crees que diré si estamos en esa misma sintonía?" Dio un sorbo y se puso de pie, tirando el vaso de leche hacia atrás. "Aunque tendrías que liberarme si quieres mi ayuda."

"Oh... Lo tengo en cuenta."

"Entonces tendrás que decir mi nombre tres veces"

"¿Entonces me ayudarás?"

"Que sí. Ahora di mi nombre"

"... ¿Cuál es tu nombre?"

"Ya lo has dicho una vez antes, cariño". Pero la cara de Fluttershy le decía que no tenía idea de qué estaba hablando. Bufando rodó los ojos. "Yo no puedo decir mi nombre, son cosas que pasan cuando te destierran. A ver te daré una pista" Se frotó el mentón desordenándose la barba. "¿Recuerdas lo que dijiste que no deberías traer a una fiesta?"

"¿No traer...?" Miró hacia arriba pensando en la frase.

"Cuando las estúpidas ardillas peleaban por su comida" Se llevó una palma a la mano.

"Desorden... Destrozo... ¿Discordia?"

"¡Exactamente ya faltan otras dos más!"

"¿Tu nombre es Discord?"

"¡Solo una más, nena!" Emocionado empuñaba las manos agitándolas frente a su rostro.

"¿Me prometes que todo saldrá bien?"

"Todo saldrá bien, lo prometo. ¡Ahora di mi nombre!"

Tomó aire, dudando de su última palabra, miró a la pequeña creatura emocionada. Miró hacia afuera por una de las ventanas y veía como la lluvia comenzaba a descender. No podía perder ni un momento más. "Discord".

"Hora del show". Tan pronto como lo dijo un rayo se asomó por la ventana.

Sintiendo que algo la llevaba por los hombros, el enorme draconequus chasqueó los dedos haciéndolos aparecer en el bosque.

"Estamos en... ¿El bosque?" Confundida miró a los alrededores.

"Sujeta bien esa llave" Le advirtió "Si lo haces perderé el lazo con la casa"

"Está bien" Dijo temerosa.

Entonces Discord se derritió en sombras que se esparcieron a través del bosque dejándola sola. Ella se aferró a la llave apretando los dientes, la lluvia la había comenzado a empapar y tuve que refugiarse debajo de un árbol apegando la espalda al tronco. Con la respiración agitada, escuchó el chillido de un animal pequeño que iba siendo arrastrado por la hierba. Rápidamente todos los trazos de sombra que se habían dispersado, se volvieron a juntar en una sola, llegando al final una que arrastraba un pequeño conejillo negro.

La sombra se volvió a materializar en Discord siendo su brazo de águila el último en llegar con el conejo. "Aquí está tu amigo orejón."

"¡Angel!" Preocupada le quitó de las manos al conejo para abrazarlo con fuerza, el maquillaje negro se le había desparramado sobre las mejillas dándole un toque más lúgubre a su tristeza. "Oh, estaba tan preocupada."

Sin percatarse, la llave se le resbaló del casco al abrazar a su amigo, Discord abrió los ojos de par en par.

"Oye, ¡¡No, no, no, no, no, no!!"

Pero ya era demasiado tarde, la llave había caído al piso y Discord había desaparecido dejándola sola en la oscuridad del bosque en medio de la lluvia.


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