Capítulo 7: Cada uno por su lado

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"Todo eso fue... Simplemente mágico" Dijo Fluttershy aun con la risa y la emoción agitándole el pecho "¡Tan divertido...! Es una lástima que haya tanto por limpiar ahora."

Y razones le sobraban para decirlo. El pasto verde estaba pegajoso por el chocolate dulce y la casa, pese a que por su cuenta había vuelto a su posición, todos los movimientos orgánicos que hiso en su corto tiempo de vida artificial, deben haber revuelto los muebles y cualquier cosa delicada haberla hecho trizas. Al menos ya no habían intrusos que quisieran remodelar su hogar para dejarlo irreconocible. Digamos que ahora solo está un poco desordenado. Se convenció para no entrar en pánico al entrar.

"Oh, querida. Esta no es una de esas fiestas de té donde todo está limpio y ordenado" Rió para sí tomando gran parte de pasto y tierra donde se había formado una poza de leche, estrujándolos dentro de un vaso que a poco a poco se llenaba de chocolate frío "¿Pero que es una buena fiesta sin algo de caos como resultado?"

Fluttershy lo vio beber su vaso mientras la tierra continuaba levitando junto a él.

"Pues, ha sido la fiesta más divertida en la que he estado hasta ahora, dejando de lado claro, que los invitados no se divirtieron para nada... ¡Mi hermano!"

Su voz se rompió al no ver al poni por ningún lado. "¿Zephyr?"

"¿Ahora te preocuparás por ese zopenco?"

"Tengo una buena charla que tener con él en este momento acerca de esa carta y por supuesto también es mi hermano, me preocupo por él" Le aseguró. Posteriormente extendió las alas y comenzó a buscarlo.

"Bien, bien. Es justo" Dijo no totalmente complacido con la respuesta, pero no tenía mayores quejas. "Déjame ayudarte con eso entonces"

Chasqueando los dedos, todo había desaparecido. El pasto pegoteado estaba otra vez limpio y verde, la tierra no estaba más húmeda de lo que ya estaba y el dulce aroma se había ido. No estaba de más decir que el desastre dentro de la casa, que probablemente le hubiera dado un infarto a ambos hermanos encontrarse al entrar, jamás será visto. No iba a dejar que su dama muriera allí y él tendría que quedarse otros ciento de años para esperar a otra señorita que fuera lo suficientemente incrédula para dejarlo salir. Hay que cuidar a las raras especies que se mueven como ella. Todo tal cual estaba antes. Pero para no levantar sospechas, dejó el gigantesco vaso sin fondo que cubría al poni asustado dentro.

Fluttershy con su cuerpo golpeó el borde elevado para volcarlo. Teniendo éxito en esta acción, aterrizó junto a su hermano que se encontraba enrollado en sí mismo temblando de miedo. Tenía los ojos tapados y las alas le tiritaban, no eran capaces de despagárseles del cuerpo. Ella intentó calmarlo poniéndole un casco encima para acariciarlo, pero este rápidamente le apartó el gesto, mostrándole unos ojos vidriosos llenos de ira.

"¿E-Estas bien?" Preguntó inútilmente ella.

"¿Bien?" Soltó la palabra casi inaudible. Ella estaba a punto de acercarse a él para entenderlo, pero este se levantó de golpe, perdiendo todo el temblor que tenía antes por el miedo "¿¡BIEN!?"

La pegaso retrocedió.

"Estaría BIEN si mis invitados no hubieran sido escupidos de la casa." Dio un paso hacia ella "Estaría bien si todo el lugar no fuera un CAOS, ¡mira mi ropa! No está diferente al desastre de aquí" Avanzó "Estaría BIEN si ellos estuvieran dispuestos a firmar para mi proyecto, que por cierto llevo años planeando" Dio otro paso que hiso retroceder y tropezarse con la cola a Fluttershy "¡Estaría BIEN si todo este desastre no hubiera ocurrido!" Encarando a su hermana, ella se encogió en su lugar, aprovechó su altura para cerrarle el paso a que escapara "Pero gracias a ti... ¡TODO ESTA LEJOS DE IR BIEN!"

Apartándose de ella, comenzó a dar vueltas, pensando y mirando al cielo como si buscase un reloj en alguna parte, seguramente su mente aún trataba de idear como arreglar el desprovisto. "Si les digo que todo era parte de un espectáculo, tal vez... Y convencerlos de que era parte de mi estilo ¡Que está todo planeado para mostrarles mi línea de estilos!" Decía golpeándose la dentadura con la punta del casco.

Fluttershy no quería abrir la boca. Nunca había visto a su hermano tan enojado como ahora. Sintió un empujón en su espalda. "Anda. Él te está encarando ahora ¿No lo ibas a hacer tú?" Le decía un diminuto Discord que se escondía en medio de su cabello. Asintió.

"Déjame darte una pata" Chasqueó los dedos haciendo aparecer los documentos frente a ella. Zephyr no lo notó en absoluto, estaba centrado en dar vueltas aun mientras se quejaba.

Dando un paso adelante, ella tomó los papeles y se les expuso.

"Zephyr" Dijo con una voz extrañamente atronadora.

Su hermano frenó en seco a mirarla. Quería continuar con sus preocupaciones y estaba a punto de decirle que se fuera de su casa. Pero al ver los papeles y a ella juntos le heló la espalda. ¿Cómo es que ella tiene de repente todo lo que es importante?

"Explícame qué es esto" Prosiguió calmada.

Él tragó saliva, casi intentando sonreír. Quizás no sabía que era eso. Solo quizás...

"Y-Yo... Eso es algo personal. No tienes por qué tenerlo tú ¿Dé donde lo sacaste, eso estaba entre mis pertenencias" Intentó mantener la calma. Tratando de cambiar el rumbo de la conversación continúo dando un paso al frente. "No puedo creer que , mi hermana, se haya metido en mi cuarto a rebuscar entre mis cosas, leerlo y mostrármelo a la cara. E-Eso... Eso es muy bajo. Nunca creí que tú serías de esas-"

Ella alzó ambas alas en un sonido limpio y emplumado, cortando sus habladurías.

"Explícame que es esto, Zephyr."

Sus hermosos ojos furiosos, no dejaban de ver a los de él. Con miedo, este cerró la boca mordiéndose el labio inferior, encogiéndose hasta terminar sentado sobre el pasto.

Ella alzó la punta de la nariz.

El que tenía miedo de cómo reaccionaría quién, era él. La luz de la luna tras de ella le daba un aura angelical, pero su mirada reflejándolo a él y sus propias inseguridades los tenían prisionero al piso.

Alzó una ceja. ¿Y bien?

"E-Este... Es una carta de..." Tragó saliva desviando la mirada "Un amigo..."

"Un amigo..."Comenzó a decir ella "¿Un amigo al cuál le tienes que pagar por una investigación a fondo del testamento de nuestros padres?"

"Pues sí, nada impide que sean amigos el uno del otro, uno quiere el servicio y el otro tiene la paga. No hay nada de malo en una tóxica relación de bien por bien." Comentó Discord para sus adentros. Estaba disfrutando tanto que no aguantó las ganas de invocar un bocadillo.

"Sabías que desde un principio la casa ya era tuya."

"B-Bueno, no desde un principio; tuve que mandar a alguien para verlo a fondo ¿No?" Soltó entre un gemido y una sonrisa nerviosa.

Ella golpeó el suelo con el casco cortando el diálogo.

"Ya sabías lo del testamento. Sabías lo de la firma y el plazo de un año"

"Y-Yo-"

"Tenías planeado quedarte con la casa de nuestros padres desde mucho antes que..."Se interrumpió para calmarse respirando profundamente, tenía tantas ganas de gritarle, pero debía controlarse.

Casi forzándose a mirarlo, no podía ver en el nada más que miedo. ¿Qué estoy haciendo...? Esta no soy yo. Se decía a sí misma mirando a su hermano temblar.

"Oh vamos, querida, no te contengas. Dale lo que se merece" Le susurraba Discord al oído con la boca a medio llenar de algodón de azúcar.

Si la situación no hubiera sido tal, probablemente la voz de Discord no le hubiera parecido tan seductora en aquel momento. Estaba tentada a echarlo del lugar, a derrumbarlo diciéndole que podía caber en las bolsas de las escorias mas bajas, a enseñarle a no meterse con ella y mucho menos con los deseos de sus padres. Tenía que darle una lección. Pero... En su miedo... Solo podía verse a ella misma, cuando algo la aterraba. Le recordaba a los tiempos escolares donde ella era el centro de las burlas en su escuela, si no hubiera sido por su viaja amiga Rainbow... Fluttershy suspiró.

"M-Mira yo solo quería..." Comenzó Zephyr con la mirada hacia abajo "Solo quería que me tomaran en serio... Solo por una vez. No sabes lo que es vivir a tu sombra, hermana. Todos hablando de lo buena que eres, de lo responsable que eres... De lo VALIENTE que eres..."

¿Valiente? Aquella descripción no iba para nada con ella. Ciño el entrecejo.

"Siempre tienes miedo de todo, pero te enfrentas a lo que sea, en especial si es por tus seres queridos... Sigues adelante. Yo... Yo solo puedo mostrar una sonrisa y... huir." Dijo decepcionado, oyéndose mucho menos de lo que podía estar realmente.

Fluttershy bajó ambas alas.

"Y, sí. Sí sabía lo de la firma... Y por eso mismo no cambié mi residencia. Pensé que no importaría tener la casa antes de tiempo, siempre sería algo bueno para volver a comenzar y si fallaba tendría un lugar a donde ir si ellos... Pero nunca creí que ellos..." La voz de Zephyr comenzaba a cortarse. Sorbiéndose la nariz, se tiró al piso a sollozar "¡No creí que se irían tan pronto...! Y-Y ¿Cómo se supone que podría verles la cara ahora?"

"Eso no quita el hecho de que querías manipularme" Dijo aparentando frialdad.

"¿Y qué más podía hacer? ¡Quería demostrarles que mi forma de ver las cosas si tiene sentido! ... Q-Que... Que no soy un inútil"

"Nadie ha dicho que eres un inútil"

Fluttershy se agachó y acarició su crin con cariño. Zephyr levantó la vista.

"Madre y padre siempre me hablaban de ti en sus cartas. Siempre me contaban de que habías crecido, que eras dueño de tus propias acciones y que por mucho que te había costado madurar, eras alguien independiente."

"...Fluttershy" Suspiró.

"Y no tienes derecho a decir lo contrario." Lo ayudó a incorporarse. "Puede que sea un mal ejemplo pero... ¿No te das cuenta de lo que acabas de hacer? Trajiste a todos esos ponis por tu talento. Los escuché alagándote, tu estilo, tu visión. Ellos realmente pusieron su fe en ti. Y nunca te vi a ti tan determinado a demostrar cuánto podías hacer"

Zephyr sonrió, pero Fluttershy en seguida frunció el cejo. No se lo iba a poner tan fácil.

"Pero hacer lo que hiciste no tiene perdón. Si me sorprende. Pero eso no estuvo para nada bien. Por lo que vas a hacer algo para enmendarte ¿Oíste?"

"L-Lo que sea..."

"Vas a enviarle una carta a ese tal September y le dirás que necesitas arreglar tu cambio de residencia."

"¿Q-Qué?"

Sin dejarlo terminar de protestar ella apegó la punta de su nariz con fuerza haciéndolo retroceder "Vas a vivir esos 5 años aquí antes de hacer cualquier tontería otra vez. Conseguirás en ese tiempo un trabajo donde puedas prosperar en el pueblo y no tendrás permitido hacer ningún cambio, ni siquiera mover el tocadiscos de la sala de invitados, se ve HORRIBLE junto a los sillones que pusiste"

El pegaso azul tragó saliva para luego asentir con una nerviosa sonrisa, pese a que se sentía ofendido sobre los muebles que se había traído de su "residencia" anterior, el temor a que su hermana le hablase así lo atenuó hasta el punto de no importarle para nada el no tener que volver a tocar nada de la casa. Inesperadamente, su hermana había comenzado a reír. Casi creyó que era una broma, estaba punto de echarse a reír también, pero ella lo volvió a mirar con frialdad.

"Ahora en serio. No volverás a hacer ninguno de tus cambios en la casa de nuestros padres otra vez. No me importa que la casa sea legalmente tuya, volveré a hacer lo que hice hoy con tus invitados las veces que sea necesario."

"S-Si, Fluttershy" Asintió.

Volviendo a sonreír, un poco más tranquila, voló con su hermano hasta su hogar.

¿Qué? ¿Dónde está la crueldad que vi en tus ojos? ¿Dónde está la divertida escena haciendo caer bajo la moral de tu hermano? ¿De refregarle la victoria en el rostro? ¿¡Estás de broma niña!? Discord se mordía el interior de la boca para intentar reprimir el impulso de salir y exigirle volver a encarar al sujeto. No podía ella ser tan... Buena. Era estúpido. ¿Quién podría perdonar a alguien de forma tan fácil cuando hiso algo malo? Ni siquiera él que había hecho de su vida un caos de diversión fue perdonado por las hermanas, ni siquiera cuando él y Cosmos... Negó con la cabeza. Ya era suficiente de esta tontería. Al menos ya tenía la promesa de ella para liberarlo. A ver si la inocente poni lo perdonaría luego de que todo su mundo se fuera abajo en un chasquido de sus dedos. Indignado, desapareció del cabello de la joven para encerrarse en el ático.

* * *

La lluvia de la mañana había despertado a los ponis un poco más temprano de lo habitual. Tan pronto se había levantado, Fluttershy no vio bajar a su hermano de su habitación hasta pasado el mediodía. La noche anterior no pudo encontrar a Discord, no intentó llamarlo ya que sabía que lo terminaría enviando a la maqueta otra vez. Lo que sería arruinar el trato que tenía con él. Tampoco se atrevió a ir a verlo arriba. ¿Se habría disgustado? Pero si todo había salido tan bien... ¡Y más! Tal vez estaba cansado, o fue hacer papeleo para ver lo del ritual. Tratando de no pensar en eso, se había ido a dormir. Mañana le preguntaría.

Ahora, ella estaba cepillando a su pequeño conejito, no podía dejarlo afuera con ese torrencial, de seguro más tarde tendría que ir a secar con pañuelos su pequeña casita afuera. Tenía un platillo lleno de verduras frescas para él en la mesa para que se quedarse quieto, a veces los sonidos fuertes, lejos de asustarlo, se quejaba y se iba a resolver la fuente para hacerlo callar. Angel es algo especial, se decía mientras esponjaba su cola con un cepillo especial. Su hermano tosió un poco. Fluttershy lo recibió con una sonrisa y él con la mirada baja. Este traía una carta entre los cascos, algo nervioso se la presentó. No podía verlo con claridad, pero parecía estar ruborizado.

"Escribí esto a September... ¿Quieres leerlo?"

Dejando el cepillo de lado, la pegaso tomó la carta y comenzó a leerla. Su hermano realmente parece haber cambiado un poco desde ayer. La carta ponía en resumen unas disculpas y la decisión final que había tomado de quedarse a vivir en la casa de sus padres hasta cumplir con el plazo estipulado en el testamento. Ella bajó la carta con una mezcla de sorpresa y felicidad en su rostro.

"¿Puedes entregarla tú...? No quiero que pienses que la cambiaré por otra. Hahah, Eso... Eso sería algo que hubiera hecho antes... Supongo. Solo bromeo. Igual, no es muy divertido..." Dijo rascándose torpemente la nuca con el casco. "En serio, por favor entrégala tu..."

"Está bien..." Le sonrió con un brillo de orgullo en su mirada. "¿Qué hay de los ponis de ayer? ¿Se han contactado contigo?"

"Me colgaron el teléfono en cuento se dieron cuenta de que era yo quien llamaba..."

Fluttershy le dio unos golpecitos en la espalda.

"Bueno, no creo que vuelvan a venir... Nunca más..."Zephyr se había echado en una silla al decirlo. Colocando su cabeza sobre los cascos, suspiró. "¿Sabes algo bueno de haberlos tenido como contactos?"

"¿Qué?"

Levantando un ala mostró un papel un poco más grande que el resto.

"...Que puedo ponerlo como referencia... ¡En mi currículum! ¿Qué tal?" Dijo alzando el documento para ponerlo en la mesa junto a los vegetales de Angel.

El pequeño conejo saltó desde los brazos de su dueña, tomando el tazón de vegetales consigo para retirarse fuera de la vista del pegaso azul. No iba a permitir que lo molestara otra vez, y menos verlo comerse su botana en lo que hablaba con su hermana. Angel no era ningún tonto, ya pasó el tiempo suficiente cerca de él para saber lo idiota que puede ser.

"Zephyr, es maravilloso" Lo felicitó. "Estoy segura de que encontrarás un trabajo donde podrás mostrar todo tu talento artístico... Me alegra que hayas tomado esa decisión"

"...Si, supongo que ya era hora" Dijo con una triste sonrisa mirando al piso. "Estaba pensando en ir mañana temprano a entregar copias, a esta hora dudo que sea pertinente hacerlo..."

Tal vez sí cambio después de todo. Pensaba Fluttershy con una sonrisa viendo como su hermano miraba su documento. Bajándose de su asiento, guardó la carta bajo una de sus alas. "Bueno, estás de suerte. Tengo que ir por víveres en un rato, haré una fiesta de té. Aprovecharé de ir a dejar esta carta al correo postal"

"Gracias FlutterButters... Perdón, Fluttershy"

"FlutterButters está bien" Sonrió.

Simplemente no preguntaré por qué no es por teléfono.

"Oh, hermana. Una última cosa" La llamó. "¿Dónde encontraste la llave?"

Fluttershy volteó "Y-Yo... La encontré bajo una baldosa de la cocina."

"Ya veo... D-De igual manera, no la necesito ya. Nadie vendrá a ver el ático otra vez."

"C-Claro" Dijo nerviosa. "Ahora come algo, me parece que no has desayunado ni nada"

"Pues si" Rió.

Dejando a su hermano para que comiera algo, subió al segundo piso y no pudo evitar mirar al fondo del pasillo las escaleras al ático. Instintivamente se llevó el casco a la llave que colgaba de su cuello. Discord. Pensó. Viendo que aún tenía tiempo para salir a comprar subió hasta la puerta. Sacando la llave, la insertó y la abrió recibiéndola con el familiar chillido oxidado. Miró hacia atrás para asegurarse de que Zephyr no la viera, luego de fijar un momento la vista en las escaleras del primer piso, entró.

Todo estaba cubierto de polvo, las cajas de herramientas de su padre seguían en su lugar y las ventanas continuaban cerradas sin esas líneas limpias que quedaban luego de ser abiertas. Lo único inusual del lugar, era una cantidad absurda de vasos vacíos con rastros de algo marrón dentro. Chocolate. Supuso. Se acercó a la maqueta de su padre, miró por todas partes en busca de su amigo. Pero había algo extraño. ¿Dónde estaba el árbol donde estaba su tumba?

"...Ser libre"

Su mente pensaba en que quizás esa promesa significaba mucho más de lo que quería darle a entender. Necesitaba hablar con él sobre esa extraña inquietud que crecía en ella. Sabía que no debería decir su nombre, pero aun así...

"¿Discord? ¿Estás ahí?" Preguntó finalmente.

"Oh, querida... Me has decepcionado" Se escuchó su voz en el lugar.

"¿Decepcionado? ¿Qué quieres decir con eso?" Levantó la vista de la maqueta buscándolo con los ojos en la habitación "Todo salió muy bien. Realmente puedo ver un cambio en él. Incluso hiso un currículum para buscar trabajo y-"

Un dedo de una pata de león la detuvo con suavidad, casi acariciándole los labios. Discord se materializó frente a ella con una horrible mueca de disgusto, lo que no concordaba con el tacto. Gajes de ser una creatura del caos, sería natural no tener mucho sentido en lo que hacía. Pensaba ella.

"Oh, de eso es exactamente de lo que estoy decepcionado..."

"... ¿Ah?"

El dulce rostro del joven poni perdió su brillo por un instante. No podía estar hablando en serio, ¿Verdad? Intentando controlar esa pequeña inseguridad se alejó dándole una nerviosa sonrisa.

"Cariño... Él se merecía mucho más que un perdón. Te ayudé a conseguir que se fueran, incluso te ayudé a dejar el lugar tal cual estaba antes de que tu hermano quisiera redecorar la casa para esos pomposos ponis. Creí que montarías un espectáculo mejor que eso..."

"Discord, ¿de qué estás hablando...?"

"Hablo de que yo no te ayudé para esto. No fue nada divertido."

"..."

"¿En serio confías en todo lo que está haciendo? Eres una ingenua, querida..."

El tono de su voz sonaba grave y casi rasposo. Discord retrocedió.

"¿Te decepcioné por no haber peleado a cascos con mi hermano?" Frunciendo el entrecejo se acercó haciendo ruido con sus cascos en la madera "Por supuesto que lo perdoné, es mi hermano. Y lamento decirte que no es perfecto y puede que no le crea del todo lo que está haciendo ahora mismo. Pero dime... ¿Son acaso mis problemas familiares alguna clase de espectáculo? ¿Mi vida es acaso un espectáculo para entretener tu triste y solitaria vida inmortal? Pues lo siento. Yo no voy a cambiar mi forma de ser para vengarme de un error que puede enmendarse."

Otra vez esa ira en sus ojos. Discord estaba atónito, la pegaso no solo logró hacerlo retroceder, hiso que el corazón volviera a apretarle el pecho. Ella lo estaba mirando intensamente, solo a él. Cómo hubiera deseado que hubiera sido en una situación distinta. Sentir esa mirada en ella hacia él era tan...Embriagador. Un recuerdo repentino de dos ponis que eran capaces de lograr eso en él pasó por su mente. Esa pasión por defender lo que creían correcto. ¿Los ponis mortales también podían ser tan persistentes...? Una increíble cantidad de molestia y admiración se revolvía en su cabeza. Sentía que el calor lo abochornaba, ¿Qué era eso? ¿Vergüenza? ¿Estaba avergonzado? Pensar en que un poni mortal lo estaba intimidando, era inaceptable... Él debía ser el que debía abochornarla, no al revés. Tratando de encararla, se forzó a sí mismo a enfurecerse con ella. Haría que se jactara de su posición inferior y luego haría que se retractara de su mala actitud. Podría romper esa muralla de confianza amenazándola simplemente haciéndole aparecer una placa sobre sus lindos labios y hacer lo que quisiera. Oh, la idea de verla decir un "lo siento" suplicándole piedad... Pero debía esperar, aun no estaban juntos y faltaba que ella cooperase. Si iba a ser su reina en el caos, debía ser por fallarle a su propia lógica ¿No? Cruzándose de brazos, puso su mejor cara de pocos amigos.

"¿A caso nunca le has dado una segunda oportunidad a alguien que te ha hecho daño?"

Discord guardó silencio, casi dejó caer los brazos.

"O-Obviamente no" Espetó, aparentando desinterés, desvió la mirada tratando de renovar la fuerza del agarre.

"Tampoco te han perdonado por algo que hayas hecho, ¿verdad?"

"... No"

¿Quién es este poni? Las patas le temblaban y sentía esa humedad en sus patas otra vez, esa pregunta lo había desarmado. El poni era gentil, era audaz, era temible y ni siquiera era una de esos unicornios para hacer algún truquillo de magia barata, era un simple pegaso, que con suerte puede volar por su cuenta, porque se notaba a leguas que prefería estar más tiempo en tierra que con los cascos al aire. No podía seguir teniéndola en frente, se comenzaba a sentir descubierto, inseguro... ¡Oh, no le muestres debilidad ahora!

"¿Y-Y quién lo necesita de todos modos?" Rió "Perdonar o ser perdonado. Pfft. Es... Es estúpido."

El estúpido eres tú, ¿Nada mejor se te podía ocurrir? Discord se mordió las comisuras.

Fluttershy bajó la mirada recordando el epitafio: "Aquí yace sellado el traidor de Otromundo, proclamado como la encarnación del desorden, Lord del caos, Discord." Por supuesto que nadie lo había hecho, ni él tampoco podría haberlo hecho. Lo sellaron donde no pudiera hablarle a nadie, para no molestar a nadie, para estar solo.

"Bueno... Nunca es tarde para hacerlo" Le sonrió borrando todo rastro de su enfado con él.

Es un monstruo. Se dijo Discord, casi escapándosele el comentario de la boca. Precipitándose al suelo, comenzó a juguetear con las patas delanteras, el pecho le golpeaba con fuerza y no encontraba cómo disimularlo. Tal vez era momento de irse.

"M-Mira, tampoco es que me importe tener el perdón de Celestia o Luna, o yo perdonarlas por lo que me hicieron o a..." Se interrumpió agitando una mano en el aire "Como sea. Ha pasado mucho tiempo y es lo que menos espero de ellas a estas alturas, querida. Yo solo tengo un motivo ahora, que como bien sabes, solo es salir. Fin de esta conversación"

Estaba a punto de chasquear los dedos cuando ella repentinamente le tomó la pata entre sus cascos con una deliciosa mirada de preocupación. Los ojos del draconequus se abrieron de par en par. Su pecho dio un vuelco en su interior, podía sentir su viejo corazón en la garganta.

"Espera, no te vayas"

¿A dónde más podía ir? Esas palabras lo habían paralizado. Sus ojos simplemente la seguían de un lado a otro. Miraba sus cascos que aún no lo soltaban mientras ella agitaba sus alas delicadamente para estar a su altura. ¿No es adorable? Intentó auto convencerse que lo estaba pensando con sarcasmo, pero la profunda verdad es que aquello había salido a flote a su mente de forma tan natural y sincera, que no podía hacer nada más que mentirse en su cabeza. Su linda poni le estaba pidiendo atención.

"Antes de que lo hagas, quisiera saber un poco más sobre el ritual. Dijiste que debía estar más familiarizada en él de lo que podría creer... Pero"

"¡O-Oh...! ¡Eso! Bien, no es nada del otro mundo, literalmente hablando. ¿Q-Qué tal si charlamos sobre eso más tarde...? La verdad, es que ya me tengo que ir y-"

"Pero si es algo que nos involucrará a ambos, es justo para mí saberlo también"

Discord tragó saliva al sentir que sus cascos apretaban su pata con un poco más de fuerza. Y esos ojos suplicantes que buscaba hace poco, lo estaban controlando a él. Tenía que persistir. Si no es hasta que ocurra, no podía permitirse, que por revelar algo tan importante desde momentos tan tempranos, perderla.

Perderla. Se repitió en la mente. Realmente no quería que eso pasara. Respiró profundamente y con lo que le quedaba de voluntad, se alejó de ella. Negó con la cabeza chasqueando la lengua casi en tono de burla.

"L-Lo siento, cariño, esto es más urgente"

Y no mintió realmente. Evitar un desastre, por muy bien que sonase, no era algo que podía permitirse. Debía usar la cabeza.

Y como la primera vez que hablaron, desapareció dejando al pobre poni con duda e incertidumbre en su mente. Decepcionada con los cascos aun a la altura en la que estaban sus patas, se los llevó al pecho. ¿Por qué estaba siendo tan esquivo con ella?

"No sé por cuanto debe haber pasado... Pero... Debo ayudarlo" Se dijo en la mente, para luego salir del ático colgándose la llave al cuello.

"No... No debo... Quiero" Arregló en su mente sonriente, cerrando la puerta.

Como si nunca se hubiera ido, Discord se había escondido detrás de una lámpara tomando su forma en la sombra. Igual que antes, se deslizó hasta el piso materializando su cuerpo a medida que subía hasta alcanzar su estatura normal y miró la puerta escuchando el enganche del seguro.

"Por poco..." Se dijo a si mismo limpiándose el sudor.

"Si, por poco y te dan ganas de abrazarla" Dijo una cabeza de sí mismo tras de él.

"Oh, calla" Se puso la pata en la nuca haciéndola desaparecer. "... Debo hacer algo. Y rápido"

* * *

El viaje en carretera la había cansado desde la primera hora, pero luego de ver las nubosidades todo tuvo un poco más de su interés. Tan pronto bajó del vehículo, la capa cubrió sus cascos y el collar de plumas doradas que llevaba, su rostro en cambio era aún cubierto por el material pesado. Dándole unas monedas al conductor, dio gracias con una reverencia de su cabeza y continuó el viaje a casco.

Llegando al pueblo, todo estaba desierto, los que bien podían ser lugares comerciales estaban cerrados. La lluvia mantenía a los ponis dentro de sus hogares. Tal vez era momento de buscar algún punto donde esconderse del torrencial hasta que fuese un momento prudente de salir. Alzando la vista dejando ver parte de su hocico negro y un brillo celestino inusual de sus ojos ocultos.

"Una catedral muy alta. Para ser un pueblo pequeño, su tamaño espanta." Dijo encaminándose hacia el edificio.

Los escalones estaban resbalosos, todo el borde de su capa ya estaba empapado por la humedad recogida en el tramo. Los dolores de su cabeza le indicaban que podía ver venir el resfriado. En cuanto frenara la lluvia, iría a comprar algo para evitarlo, luego iría por el encargo de Luna.

Golpeó con el casco las puertas del lugar.

Las puertas se abrieron con un amigable sonido. Un poni algo viejo vestía un abrigo de lana por sobre un manto de color blanco que cubría por completo sus patas.

"Oh, qué puedo hacer por ti"

"Señor, aquí tienen un particular ecosistema, me preguntaba si podía quedarme a secarme si no hay problema"

"Por supuesto" Le hiso espacio. "Soy Pear, pero todos me conocen por el viejo Pear. Siéntase como en casa..."

"Zecora" Dijo quitándose la capucha revelando unos largos aros dorados que hacían juago con su collar de plumas. Un corte recto en su crin alineado su color en líneas blancas y negras "Zecora la cebra es mi nombre, gracias por recibirme sin preguntar, gentilhombre"

"Es lo menos que puedo hacer por un alma en apuros. Pase. Hay más ponis alrededor que están aquí pasando el tiempo por la lluvia. Hay algo de té y galletas saladas, si lo desea"

"Gracias, es usted muy amable, todo este lugar resulta ser muy confortable"

Cerrando las puertas, Zecora se quitó y colgó su capucha mojada en un perchero de pared junto a una pequeña chimenea con la estatua de Luna. Ella se sentó en frente de esta y cerró los ojos.

"Luna, he llegado al lugar. Pero no he visto la casa en donde pueda estar." Se decía en la mente.

Por el otro lado, una pequeña migraña había despertado a Luna. El café se había agotado casi del todo y tenía que comenzar a ahorrar. Rarity había salido por más hace un rato, y no sabía que tanta cafeína le quedaba en el sistema para seguir despierta. No lo suficiente al parecer. Levantando la cabeza, un hilo de baba quedó conectando con su comisura con el escritorio.

"¿Ah?" Respondió. Limpiándose con el casco, lo recordó "¡Zecora!"

"Mi señora, he llegado sin imprevistos mayores, pero no veo a nadie con sus descripciones anteriores. Y eso que conozco al tal Discord por visiones, debe explicarme más sobre sus relaciones."

"C-Comprendo, comprendo" Decía mientras arreglaba su escritorio mojado con magia. "Solo tienes que ir a la dirección de la familia Shy. No es difícil de ubicar, es la última casa en..." Buscó entre sus documentos la foto de la maqueta "Espera un momento" Vio la carpeta bajo un tocón de hojas, que probablemente se lo dejaron antes después de haberse quedado dormida "¡Aquí...!" con fuerza removió la carpeta tirando el resto de documentos al piso "...Está"

"¿Pasa algo?"

"N-No, no es nada. No te preocupes. Muy bien, esta. Sí. Esta es... No puedo mostrártela pero, es una casa muy antigua, está casi al borde el bosque Everfree... ¿Tú estás en...?" Estrechó la mirada.

"La catedral, cerca del árbol que debo sellar"

"Claro, la catedral" La buscó en la fotografía "Bien, debe estar todo al noreste de tu posición desde la entrada."

"Entendido, su majestad"

"Avísame de cualquier cambio. Y recuerda, ve, de forma muy casual. No queremos hacer un alboroto diciendo que hay fantasmas o monstruos acechando el pueblo."

"Como desee"

Volviendo a su silla, Luna estaba más tranquila. Se acomodó y tomó los papeles que le correspondían engrapar a Rarity cuando volviera. Quizás pegar el ojo un rato no era tan malo. Solo por un rato, nada pasó en lo que ella dormía hace nada, ¿Qué podía pasar por unos cinco minutos más? Podría decir que la cafeína se le había agotado (lo que no era mentira) y necesitaba recuperar algo. Cerró los ojos con complacencia. Todo estaba a su favor en aquel momento, Zecora se desharía de Discord, su hermana no iba a ser molestada y por supuesto no tendría problemas. Pero esa tranquilidad no perduró lo que quisiese, su secretario abrió la puerta de su oficina con una hermosa sonrisa como solo un poni de glamour sabe hacer.

"¡Luna! ¿A que no adivinas lo que traje para ti?"

La poni de la oscuridad se levantó de un salto, ahí iban sus cinco minutos más. Dormir era un lujo, lujo que no tendría para pagar. Tratando de darle su mejor sonrisa a su empleada-jamás-pagada-por-la-eternidad se incorporó.

"¿Oh, estabas dormida, querida? Siento interrumpir"

"N-No, no." Se aclaró la garganta reponiendo su postura autoritaria "¿De qué se trata?"

"Fui a la cafetería, como me pediste y ¡me dieron esto por la compra!" Alzó una camisa color crema y café con lo que parecían estampados de granos enteros "¿No es adorable? Parece que terminaste de llenar esa cuponera luego de tanto café, linda. Y yo creí que sería una tontería"

Levitándola hacia ella, Luna miró la camisa. La alicornio creía que sería más café para no tener que ir a comprar por un buen tiempo. Pero claro, sería malo para el negocio, no se habían instalado a solo unas cuadras para perder la gran clientela de la gente ocupada en el Nomundo. Al menos era de su talla.

Si Celestia me viera con esto se reiría. Sonrió.

"Gracias... Rarity ¿Puedes llevarte estos documentos y adjuntarlos en sus carpetas? Oh, y preparar café."

"Por supuesto" Le sonrió y usando la magia azul de su cuerno, hiso levitar los documentos junto a ella.

Luego de cerrar la puerta, Luna tomó la camisa y se fue al baño de su oficina.

"Já. No está nada mal. Si valió la pena. ¿Qué será el próximo premio? ¿Un vestido?" Decía pavoneándose frente al espejo para espectros. "Espera... ¿Cómo es que está en mi talla...? ¿Ya sabían que iba a ganar algo? Fantasmas sinvergüenzas" Rió.

Escuchó del otro lado entrar a alguien.

"¡Un segundo!" Contestó.

Alguien chocó con la lámpara de su oficina. Esa cosa estaba muy por arriba del techo ¿Cómo es posible que alguien la alcance? A menos que estuviera volando claro. Negó con una sonrisa. A veces los ponis no entienden que deben permanecer un poco más con los cascos sobre la tierra. De hecho, es inusual que alguien volara en una habitación de reuniones.

Algo no estaba bien.

Saliendo del cuarto de baño, cerró la puerta.

"Disculpe la demora. Bienvenido al Nomundo ¿Ya consiguió una ci-?"

"¿Necesito una cita para ver a mi hermana menor?"


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