Cap. 23: El GWLA

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—Me siento mal... No debimos dejarla —comentó Johnny con respecto a Lop.

Nosotros habíamos salido a comer en nuestro descanso y ella se quedó sola en la tienda. No quería venir e insistió en que nos fuéramos; ahora nos arrepentíamos de haberlo hecho.

Ellos con retraso, yo desde el momento que salí de la tienda y la miré despedirse.

"Debimos insistir un poco más", no dejaba de pensar.

Puede que no lo parezca porque no he hablado con ella exactamente, pero le he prestado mucha más atención desde que vi aquella foto. No me lo dijo, sin embargo, deducía que las personas que aparecían con ella no eran más que su madre y su hermana. Eran idénticas: ojos, rostro, cabello; todo, estaba seguro.

Lo que me sorprendió fue que no le gustó que mirase la foto. Se tensó y quiso que se la devolviera de inmediato; me hizo pensar que escondía el secreto del área cincuenta y uno, y quería que siguiera siendo eso: un secreto.

¿Por qué? He tratado de encontrar la respuesta por mí mismo y a lo único que llego es que pudo haberle pasado algo a su familia. Rogaba que no, o ya habría encontrado también una clase de respuesta a una pregunta que no sabía que tenía: La fría distancia que imponía solo era otra parte de los secretos que guardaba en su mundo.

Si tan solo encontráramos un momento a solas de nuevo...

—Yo digo que sí, ¿qué piensas tú, Fel?

—Una simple de pepperoni con queso triple... —respondí inconscientemente, mirando la carta del letrero y no a mis compañeros.

—No, idiota —Claus giró mi rostro hacia el grupo—. Decíamos que mandáramos un mensaje a los chicos diciendo que no pudimos quedarnos, pedimos las pizzas y nos regresamos a comer con Lop.

—Oh... Vale.

—No escondas tanto tu felicidad, hermano —Claus se burló al verme sonreír, feliz de volver con la chica del rincón.

—Oye, Félix —Me llamó Corina, una alumna nueva que tenía una sonrisa insinuante—. ¿Te gusta Lop?

—Él según qué solo como amiga —respondió Claus por mí y le agradecí internamente por ello; ya venía siendo la séptima persona que me lo preguntaba.

En primera estaba mi tía y mi hermana, seguían Claus y Tomas, luego el profesor Carobi, George y por último Corina.

¿Es que un chico y una chica no pueden ser amigos sin que los romanticen? Idiotas.

—Vaya, no pareciera —Siguió insinuando.

—Y-yo también pensé lo mismo —La apoyó Johnny.

—Y yo igual —También Francisco.

Respiré hondo y me pasé las manos por la cara.

—Joder, ¿por qué todos piensan eso? Yo no...

—¡Hola, chicos! —Fui interrumpido.

Todos volteamos a quien nos saludó: Alice, la novia de Fran. Ella se acercaba toda contenta con su grupo detrás, entre ellos Tomas, y se abalanzó sobre su chico con un beso de por medio, que él recibió gustoso y se lo devolvió con una sonrisa; la primera del todo el día, debo agregar.

Mordí mis labios por dentro y desvié disimuladamente la mirada de ellos; me incomodaba un poco todavía.

—Hey —Me despertó de mis pensamientos Tomas, dándome un golpecito en la espalda—. ¿Qué tal todo?

—Supongo que bien —Me encogí de hombros.

—¿Ya pidieron?

—Eh, sí... Pero no nos quedaremos —dijo Claus yendo al grano.

—¿Qué? ¿En serio? —preguntó Alice, directo a su novio, quien hizo una mueca de fastidio y luego nos miró, pidiendo clemencia.

—Entiendo lo de esta chica, pero ¿pueden ir solo ustedes? Yo los alcanzaré después.

—¿Qué chica? —preguntaron Alice y Tomas al mismo tiempo.

—Lop —respondimos Claus y yo.

Una «O» fue la respuesta de ambos. Los otros cuatro de su grupo, completamente perdidos, se salieron del círculo, dando una señal que se adelantarían a comer.

—¿La bruja de Houston está en su grupo? —Continuó Alice muy interesada y todos asintieron mientras que yo la vi contrariado y hasta algo molesto, odiaba ese apodo incluso si lo decía ella.

—No es una bruja —abogó Corina, un tanto ofendida—. No tiene ni un ápice de maldad.

—Perdón —Alice se avergonzó—. Me han hablado mucho de ella, que es todo un misterio y que nadie, asombrosa y convenientemente, la conocía hasta este año por el escándalo que hizo la sobrina del director. Si me preguntan: huele a gato encerrado —Le brillaban los ojos, se estaba emocionando—. Me gustaría conocerla, ¿dónde está?

—Se quedó en la tienda —Me apresuré a decir y por fin Alice me miró—. No quiso venir a comer con nosotros, la dejamos, pero ahora nos arrepentimos.

Mi corazón dio un brinco cuando Alice me sonrió enternecida y se puso a mi lado. Entonces, sin previo aviso, tomó mi brazo y luego el de Fran, empezando a jalarnos ansiosamente.

—¡Vamos por ella! ¡Los acompaño!

—¡Wou, tranquila, amiga! —Claus la separó de nosotros, salvándome de que me vieran hecho un tomate—. Primero esperemos que salgan nuestras pizzas, que ya están para llegar, y nos vamos.

Alice se tomó un segundo para pensar y después asintió, aceptando el trato. Después de eso nos sentamos un rato a esperar la comida, hablamos de cómo nos fue durante la semana a la caridad y, cuando nos llamaron por las pizzas, nos fuimos.

Alice estaba emocionada, le parecía muy interesante conocer a la chica por la que habían especulado por semanas; sin embargo, eso tuvo que esperar debido a una inesperada sorpresa. Afuera, frente a la floristería, había un par de chicos sentados en una banca, riendo y conversando tranquilamente como si solo estuvieran de paso esa tarde. No nos hubiera importado tanto de no ser porque uno, los conocíamos, y dos, no de las mejores condiciones, ya que tres, eran de nuestro instituto rival: El GWLA.

—¿Cuánto tiempo se tardará Daemon con esas flores? Él no es tan selectivo y dijo que sería rápido.

—Déjalo estar, creo que su racha de tres meses con la misma chica terminó: míralo.

No solamente el otro chico miró, a nosotros siete por poco se nos salen de los ojos cuando escuchamos y comprobamos que, en efecto, uno de los ratones del GWLA y nuestra compañera de grupo, Lop, estaban dentro, conversando mientras que ella miraba una flor que él le hizo entrega.

—¿Qué mierda...? —reaccionaron al mismo tiempo Claus, Tomas y Francisco, reconociendo a uno de los jugadores de nuestro equipo rival.

—Bueno... —Sonrió forzadamente Corina, sabiendo lo que podría suceder a continuación—. No es que sea realmente malo, ¿o sí?

—No... Debe haber una explicación —Quiso confiar Johnny.

—La hay, estoy seguro —Pensé en voz alta y sentí la mirada de todos.

Tomé la iniciativa, más ansioso que ninguno, y me apresuré a acercarme a la puerta, cuando de repente me detuvo una voz:

—Vaya, vaya, vaya; pero si es el elefante herido.

Volteé, manteniendo la calma. Reconocía esa voz: Trébol Bancroft, un jugador estrella del GWLA; alguien a quien le encantaba molestar a todo aquel que fuera de Houston, más si eran algunos de mis compañeros de equipo y, en especial, a mí.

—Ya me olía a rata... —contratacó Tomas, sacándome una sonrisa.

—¿Qué tal todo, Trébol? —dijo Claus.

—Nada que te convenga, solo que deshagan sus maletas, para las nacionales ya hay ganador.

—Sí, ya lo sabíamos, son los mismos que llegaron como los mejores seleccionados de las estatales. Y hablo de los que si llegaron —puntualizó Tomas con una socarrona sonrisa, recordándoles nuestra victoria aplastante en la selección contra los ratones.

Trébol se acercó a Tom, haciendo ver la diferencia de altura entre ellos, pero eso no intimidó a mi amigo y alzó orgullosamente el contacto visual para que el otro no lograra lo que quería: doblegarlo.

—Gocen mientras puedan, no les dejaremos oportunidad.

—No la necesitamos, el partido ya es nuestro.

—Ojalá esta vez terminen en una pieza al menos —dijo el ratón ya muy cerca de él, mirándome de reojo a mí, sabiendo que eso pondría furioso a mi amigo.

Y, en efecto, Tomas de inmediato no tardó en reaccionar y ya tenía formado los puños para atacar a la mínima ofensa que llegara:

—¿Perdón? Creo haber oído mal —amenazó Tom y Trébol se morfó.

—Chicos, basta —Llegó Claus, metiéndose en el medio para separarlos.

Trébol fue empujado con suavidad y atajado por Dimitri, que le dio una mirada de advertencia y lo hizo a un lado para dirigirse a nosotros, cayendo en mí.

—Disculpen por eso —Señaló sutilmente mi vendaje e instintivamente toqué mi hombro.

—Está bien —Alcancé a decir y me sonrió un poco culpable, volviendo a mirar a nuestro capitán.

—Que todo sea decidido en el juego, los veremos en la cancha —Extendió su mano y Claus la estrechó.

Se separaron también y el capitán de los ratones nos dio una rápida mirada antes de observar de nuevo por el ventanal de la floristería, hacia la puerta para ver salir por fin a Daemon, su compañero.

—Hasta otra, Harrison.

—Procura no meterte en más problemas, Lane.

Daemon se impresionó al encontrarnos con sus compañeros. Me miró principalmente a mí y luego a las vendas de mi brazo bajo la camiseta de gimnasia —esta vez no me permitieron taparlos con una chaqueta—. Hizo una mueca y se dirigió a su grupo. No hizo ningún comentario y se limitó a dar una señal, despidiéndose con la mano que no sostenía el ramo de margaritas que compró.

¿O era tulipanes? Agradecía no estar a cargo de hacer los ramos, era muy malo para diferenciar las flores. Dejando eso de lado, y todavía desconcertados, tomamos la vía libre y todos entramos a la tienda, donde Lop, que daba vuelta al mostrador, se percató de nosotros:

—¿Ocurre algo? —preguntó ella al notar nuestra incertidumbre.

—¿Qué fue todo eso con Daemon Lane del GWLA? —preguntó Tomas señalando la puerta por donde salió momento atrás uno de los ratones.

Lop se mantuvo quieta un microsegundo, cerrando de golpe su bolso. El gesto hizo despertar la especulación. Ella, guardando sus pertenencias se mantuvo calmada e indiferente al tema, hablando por lo alto.

—Era un cliente más —contestó firmemente.

—¿En horas del descanso? —inquirió de nuevo Tomas, alzando una ceja.

—Tenía prisa —Se encogió de hombros totalmente en paz consigo misma.

—¿Qué fue eso de procura no meterte en problemas? —insistió.

—Es alguien que conozco, Tomas —Lo cortó, sorprendiéndonos con su respuesta—. Él vino, pidió flores y yo se las di. Es todo —dijo mirándolo directamente a los ojos, sin nada que perder—. Además, sus rivalidades atléticas no me son tan importantes.

—Ya, Tom... —susurré a su oído y él asintió un tanto avergonzado y otro tanto insatisfecho.

No le había bastado la explicación de Lop, por mucha razón que tuviera al decir que era su vida y no nos debía explicaciones.

—Bueno... —balbuceó Claus, estaba incómodo.

—¿Y si comemos? —sugirió Corina y todos vimos las cajas de pizza, casi las habíamos olvidado.

—¡A comer! —gritó Claus, rompiendo el hielo.

Todos riendo nos fuimos a rodear una de las mesas libre, abrimos las cajas y comenzamos a comer. Estaban deliciosas, la primera caja se fue casi enseguida mientras nos partíamos de risas con las bromas de Claus con Tomas. Fran jugaba a molestar a su novia y Corina se divertía viendo como Johnny se le resbalaba los hilos de queso de la boca a su mano.

—Lop, ven —Invitó Corina y Lop miró en nuestra dirección, suspiró viendo como le insistía de nuevo para que dejara de aislarse y se uniera.

—No entiendo, pensé que se quedarían hasta después de comer —comentó en voz baja al ceder.

—Quisimos volver, no es divertido si no está todo el grupo —dijo y Lop sonrió a escondida, entendiendo la indirecta.

—Toma —Alice le ofreció un trozo de pizza.

—No es...

—No puedes negarte: hace agua a la boca.

Lop vio la rebanada y tragó en seco, admirando la buena pinta que tenía. Convencida, la tomó y le dio un mordisco; su cara lo dijo todo: le había gustado.

—Wou...

—Te lo dije —Alice y Corina rieron, y Lop casi lo hace, pero decidió dar otro bocado para disimularlo.

Así pasamos la hora hasta que acabó. Tomas y Alice se fueron de la tienda y regresaron con su grupo. Nosotros nos quedamos limpiando lo que ensuciamos y, tiempo más tarde, retomando nuestros puestos hasta las cuatro.

Al parecer la dueña estaba de buen humor y quiso dejarnos ir antes. Todos agarraron su camino, Corina y Johnny se fueron, por un lado, Claus dijo que se quedaría en casa de Tom esa noche para estudiar para el día siguiente un examen. En cuanto a mí, recordé mi último intento fallido y decidí acompañar a Lop a su casa, más que todo para quitarme la curiosidad:

—Oye... ¿En serio conoces a Daemon?

Su pecho se elevó, visualizando que tomaba aire, alzó sus hombros y giró su cuello para verme.

—¿Parece tan extraño?

—No... Solo sorprendente... Considerando que los alumnos de allá son un poco clasistas.

—Eso es verdad.

Nos quedamos callados, pero no por mucho tiempo, no me quedaba satisfecho aun:

—¿De dónde lo conoces?

Hizo una pequeña mueca y temí, hasta que dijo lo que nunca pensé que me diría:

—Del GWLA.

—¿Cómo?

—Una vez estudié ahí.

—¡¿Qué?!

Me puse frente de ella con los ojos bien abiertos, tanto que sentía que se me iban a salir de la impresión si no me decía pronto que se trataba de una broma.

—¿Estás jugando? ¿Es en serio?

—No es algo de lo que debas sorprenderte, es un instituto académico más —Ella intentaba disimularlo, pero le hacía gracia mi reacción.

—¡Es un colegio para ricos, Lop! ¡Y es un muy difícil de entrar! Por ello, o eres un rico o... —La miré cayendo en el detalle—. Tú eras...

—Becada —Completó la frase y pasó por mi lado, dejándome sin habla.

—¡No puede ser! —Corrí a alcanzarla—. Sabía que eras inteligente, pero para entrar al GWLA... Wou... No lo esperaba.

—Te entiendo, yo tampoco lo creí cuando me aceptaron.

—Debo decirlo —Me puse de frente de nuevo y la sujeté de los hombros—. Lop, eres increíble.

—No es para tanto... —Desvió la mirada un poco sonrojada y, delicadamente, hizo mis manos a los lados para que la soltara. De repente parecía incomoda—. Y no lo divulgues, no quiero meterte de problemas.

—¿Por qué lo harías?

—Félix no es momento de hacerte el inocente —Rodó los ojos y continuó caminando—. Aparte de las rivalidades que tienen ambas escuelas, en Houston nadie me quiere o confía en mí.

—¿Y eso qué? Yo si lo hago hasta con los ojos cerrados.

—Félix —Volvió a mirarme suplicante, como si quisiera hacerme entrar en razón.

—No me importa, ya lo decidí hace tiempo cuando empezó todo el rumor de que eras una bruja —Sonreí recordándolo, incluso no me diera gracia—. Aunque todo el mundo se pusiera en tu contra, yo seguiría abogando por ti.

—¿Qué? —Me miró como si estuviese loco—. No seas demente, todos te quieren demasiado como para que pierdas ese cariño por defenderme.

—Suenas como si fueras a la cárcel.

—Gracias a Chris me quieren quemada, ¿no lo ves? —Sonrió con ironía.

—No —Negué firmemente—. Lo que yo veo es que los elefantes siempre trabajan juntos y, aunque fuiste un ratón antes, ahora eres uno de los nuestros, parte de mi equipo y un equipo siempre se apoya, aun en los momentos más duros. Fin, no hay discutas.

Me observó un rato sin especular palabra y asintió, rindiéndose. Hice el baile de la victoria en mi cabeza y tomé su antebrazo, continuando nuestro camino con una sonrisa triunfante.

—Félix, tu no vives por aquí...

"Ups...".

—¿Cómo lo sabes?

—Me lo acabas de confirmar.

Me miró ladeando una sonrisa, sonrojándome, me había atrapado de nuevo. Ella sabía cómo leerme el pensamiento y mis intenciones. Suspiré y asentí confirmándolo, no había razón para ocultarlo y ya había presionado mucho por ese día.

—Pensaba acompañarte... —dije con cierta cautela, no quería molestarla.

Lop me miró de reojo y para mi sorpresa asintió de forma positiva, confundiéndome.

—No me molesta... —susurró—. Si es solo hasta la parada.

"Algo es algo". Asentí complacido y seguimos caminando.

—Perdón por lo de la última vez.

—¿Eh? —No entendí y me detuve.

La tuene luz de la tarde delineaba su perfil sereno, su expresión daba la impresión de que sus palabras las pensaba con cuidado para no crear un momento incómodo, pero ya de por sí así lo sentía ella. Lo podía notar en cómo se apretaba el borde de su camisa, controlándose.

—La foto... —Tragué saliva, ya iba pillando—. No es un lindo recuerdo, fue tomada no mucho antes de que pudiera perder a mi hermana.

Algo en mi interior hizo «crac». Entonces no me había equivocado.

—¿Qué? —Asintió—. ¿En serio? —Volvió a asentir—. Ahora entiendo porque dijiste eso de Mely...

—Sí, me recuerda mucho a ella.

Volvió a mirarme, la nostalgia circulaba en ella con toda su intensidad. Era sorprendente como me atrapaba cada vez que conectaba con sus ojos, pero ese día me daba tristeza. Desde que la conocí, Lop me arrebataba la mirada y yo cedía ante ella sin poner resistencia.

—De-biste tenerla difícil... —Tartamudeé al comentar—. Primero tu padre y ahora tu hermana...

—El dolor pasa desapercibido cuando te acostumbras y lo aceptas como parte de cada hecho que puede ocurrirte en la vida...

Como otras veces quedé mudo, ella no contestó más y siguió caminando hasta que llegamos a su parada. No pude mirarla por un instante, la sola idea era desgarradora. Aquella frase sentía que la había dicho sin pensar, sacada de sus adentros como algo que no pudo aprender más que a través de su propia experiencia.

Incluso si era consciente de que Lop era una chica que parecía haber pasado por mucho, que ella me lo confirmara con tanta sutileza para que no le tomara la importancia que tenía, solo me pegaba más. Porque me decía lo que no quería pensar: se había acostumbrado al dolor. De mí brotaba un instinto protector y solo deseaba darle un abrazo, pero lo resistía por miedo a que lo rechazara. Quería creer que ella tal vez no se daba cuenta, sin embargo, cuando intentaban acercársele, actuaba y retrocedía como un animalito herido.

No me gustaba y solo se me ocurría intentar lo que mejor me salía: hacerla reír para desviar el tema y que se sintiera, aunque sea por un momento, un poco mejor que antes.

No obstante, esa vez no quería que fuera así... Hasta entonces lo había dejado pasar, pero sentía que era hora de que empezara a enfrentarlo: Lop necesitaba más que una amistad, necesitaba ayuda. Y no me refería a alguien que la salvara, si no a alguien que empezara a comprenderla.

El problema estaba en que ella no quería, no se dejaba. Y yo no podía solo seguir permitiéndolo.

—¿Lop? —La llamé y alzó la mirada—. ¿Sabes que más, aparte del dolor, forma parte de cada hecho en nuestra vida?

Con el entrecejo arrugado y los ojos curiosos, lo meditó un segundo.

—¿La alegría?

—Y el amor, y toda otra clase de sentimientos y emociones, buenas o malas. ¿No te parece espeluznantemente grandioso?

—No, ¿por qué? —Me siguió el juego, intrigada.

—Porque es todo un bufé del que puedes sentir, no tiene porqué ser solo doloroso, también puede sacarte una sonrisa —Su boca se entreabrió y dejó de sonreír—. O, al menos, es lo que creo.

Se quedó un momento en silencio y lo evaluó bajando la mirada a sus zapatos. El pensamiento de que pude haberlo arruinado me hizo entrar en pánico, pero de repente ella volteó hacia su mochila, la que acomodó y de esta sacó una flor. Yo no entendí nada hasta que me la extendió.

El gesto no fue lo que me sorprendió, no sabía si fue producto de mi pura imaginación, pero juraría que estaba sonrojada.

—Me dijeron que se la diera a quien quisiera —susurró y pegó la flor de mi pecho—. ¿Está bien si es a ti, señor alegría?

Antes de que pudiese reaccionar, un bus se estacionó detrás de ella y Lop corrió sin decir otra palabra. La puerta se cerró y el transporte arrancó, desapareciendo por la carretera.

Miré la flor, era de pétalos amarillos y un centro marrón, ¿un girasol?

No lo entendí en ese momento, pero por alguna razón no pude dejar de ver el inesperado regalo o pensar en ella por el resto del día.

Era como si me dijera que, a mi manera, si la estaba ayudando.

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¡Holiwis, mis distantes!

Vaya cuanto tiempo ya ha pasado :'v

Si, ya deben imaginarse lo obvio, pero regresé a clases y estoy ajustándome al nuevo horario :'v

Pero bueno, no las voy a aburrir

QUE CUTEEEEE

¿Alguien más se imaginó esa reacción de Lop?

Sé que lo digo mucho, peo ¿Podemos hablar del gran corazón que tiene Félix?

¿Quién más ama a estos chicos? Tom y Claus son mis elefantes Favs, luego de Fel, obvio

No sé, estoy happy, leer a estos dos me pone happy

Manita arriba si Fel te da mil años de vida

Otra por Lop, que de verdad está progresando

Y otra más ese final tan ellos, tan de película

La escena de las flores siempre ha sido una de mis favoritas, le da mucho contexto a sus personajes. Ya saben de donde viene el significado de las flores en sus separadores <3

En el próximo capítulo, ay, alguien que odiamos regresará

Amo estas notas, ¿ustedes no?

En fin, es todo por esta semana <3

NOS VEMOOOOOOOSS

ATT: Keni♥


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